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¿Las fuerzas armadas ya no son machistas si hay una mujer al mando?

Por Claudia Ordóñez, Coordinadora de Investigación de Intersecta

La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México es un hecho histórico por varias razones. Para empezar, porque es la primera vez en la historia del país que tenemos a una presidenta. Y no solo eso, sino que por primera vez una mujer es la Comandanta Suprema de las fuerzas armadas. Desde el año pasado esto ha generado una mezcla de emociones, entre ellas una sensación de logro feminista por la inclusión de las mujeres en espacios de poder que tradicionalmente han sido dominados por hombres. Pero más allá de que celebremos o no este hecho, surge la pregunta sobre si tener a una mujer al mando de las fuerzas armadas las convierte en instituciones más igualitarias, incluyentes y menos machistas.

La imagen muestra a la presidenta sonriente, caminando con altos mandos de las fuerzas armadas.
Imagen vía Instagram @claudia_shein

Tener a la primera mujer presidenta de México y a la primera Comandanta de las Fuerzas Armadas no solo representa un avance simbólico, sino que debería representar una reconfiguración de los roles de género que históricamente se han asignado a hombres y mujeres en las instituciones que componen al Estado mexicano, entre ellas las fuerzas armadas. Emocionarse por su llegada al poder puede entenderse desde el sentido de reivindicación, pues la presencia de una mujer al mando de las fuerzas armadas se percibe como un desafío a los estereotipos tradicionales que asocian a los hombres con la fuerza y el liderazgo y a las mujeres con la obediencia y la belleza.

Desde el movimiento feminista de la segunda ola (1960-1980), teóricas como Simone de Beauvoir ya problematizaban la construcción de los géneros como socialmente impuestos, lo que Beauvoir señala con la famosa frase “No se nace mujer, se llega a serlo”. De ahí que, al desafiar las categorías de «lo masculino» y «lo femenino», las feministas no solo han cuestionado el acceso de las mujeres a esferas de poder, sino que también han propuesto reconfigurar lo que significa el poder en sí mismo.

 El entusiasmo con el que muchas personas ven la llegada de Sheinbaum no solo resalta la ruptura de las normas de género tradicionales, sino que también nos permite reflexionar de manera más amplia sobre la naturaleza del poder en instituciones que históricamente han sido opresivas, como el ejército.

Para ejemplificar el poder e importancia simbólica de la llegada de Sheinbaum, podemos tomar alguna de sus fotografías interactuando con las fuerzas armadas, como esta de su primer discurso dirigido a soldados. En la imagen se aprecia a Sheinbaum ante filas y filas de soldados y marinos, la mayoría hombres. La presidenta está flanqueda por el anterior presidente Andrés Manuel López Obrador y por altos mandos del ejército y la marina. Ella está de pie, con la vista dirigida hacia las tropas, en una postura de autoridad. La composición hace que la figura de Sheinbaum sea la protagonista de la imagen. No cabe duda: quien manda ahí es ella.

La presidenta de México Claudia Sheinbaum recibe una salutación de las Fuerzas Armadas al inicio de su mandato.
Imagen vía amlo.presidente.gob.mx/

Pero el que ella esté a la cabeza de estas instituciones ¿cambia algo más allá de quién manda? ¿Podríamos hablar, por ejemplo, de un ejército más igualitario y menos patriarcal? 

De acuerdo con información publicada en la página de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), de un total de 195,550 personas que laboran en el ejército y fuerza aérea, solo el 9.53% son mujeres. Si vemos las cifras por dependencia, en el ejército el 9.7% son mujeres, en tanto que en la fuerza aérea solo el 5.87% lo son1. Estas cifras revelan una estructura institucional que históricamente se ha conformado por hombres. Siguiendo esta lógica, tiene sentido que tener a una mujer al mando de las fuerzas armadas se vea como algo positivo, como un triunfo y una manera de ocupar espacios ahí donde antes no se nos había dado la oportunidad. Sin embargo, este tipo de inclusión debe analizarse a detalle. Por ejemplo, existe una larga tradición dentro de los feminismos de cuestionar a las instituciones como las fuerzas armadas no solo en términos de cuántas mujeres las componen, sino respecto a los fines y métodos con los que operan.

En otras palabras, tenemos que preguntarnos qué tipo de inclusión estamos impulsando y bajo qué ideas. No basta con tener a más mujeres en todas las instituciones. Necesitamos cuestionar qué clase de espacios son y para qué se nos integra a ellos. ¿De qué nos sirve llenar de mujeres a las instituciones cuya estructura es patriarcal como las fuerzas armadas, si estas no dejarán de oprimir, violentar y abusar de la fuerza?

Un análisis feminista más crítico nos lleva a reconocer que las fuerzas armadas no son como las otras instituciones del Estado. Tienen características únicas, como su estructura jerárquica rígida y su exigencia de obediencia absoluta. A lo largo de los años, han sido objeto de investigaciones que revelan diversas problemáticas de violencia sexual, discriminación por género y capacitismo dentro de sus filas. En otras palabras, son instituciones profundamente desiguales, que replican patrones de subordinación, violencia y discriminación.

Desde distintas corrientes de los feminismos se han retomado estas ideas para cuestionar a las fuerzas armadas como instituciones que, bajo la falsa premisa de la inclusión y la igualdad, siguen operando de manera violenta, jerárquica y de obediencia sin cuestionamientos.

Por ejemplo, en el libro Global Outlaws: Crime, Money, and Power in the Contemporary World, la antropóloga Carolyn Nordstrom señala que las fuerzas armadas no solo son una institución armada, sino que también operan como una fuerza organizada de control que a menudo se usa para reprimir movimientos sociales. Por ello, la participación de las mujeres en estas instituciones puede verse desde dos perspectivas: desde la inclusión en espacios de poder históricamente masculinos y desde el reforzamiento de estructuras jerárquicas y patriarcales que no necesariamente promueven la igualdad, sino que perpetúan la violencia estructural.

Por su parte, en el libro Vida Precaria: el Poder del Duelo y la Violencia, Judith Butler señala cómo el poder militar suele deshumanizar a las personas que están sometidas a sus órdenes, lo que incluye a mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+. A pesar de la inclusión de más mujeres en las fuerzas armadas, la estructura de estas instituciones, que se basa en la obediencia a la autoridad, no permite una reflexión crítica sobre la violencia inherente a sus funciones.

En otras palabras, en lugar de promover la inclusión de más mujeres en sus filas, las fuerzas armadas tienen que transformar su cultura y estructura. Una institución históricamente machista y jerárquica como la militar no solo debe abrir sus puertas a las mujeres, sino también cambiar sus valores, prácticas y dinámicas que perpetúan la violencia de género, el acoso y la desigualdad.

En este sentido, la cultura organizacional sigue siendo un obstáculo para la inclusión real. El hecho de que más mujeres ingresen a las fuerzas armadas no implica que esas mujeres puedan desenvolverse en un ambiente seguro, equitativo y libre de violencia. Si las fuerzas armadas de verdad quieren ser inclusivas, necesitan un cambio profundo en su cultura organizacional, lo que debe incluir políticas efectivas de prevención, atención y eliminación de la violencia de género.

La falsa inclusión y el pinkwashing

Aunque la llegada de una mujer a la cima del poder es un símbolo importante, no basta para generar cambios sustantivos. Como feministas, deberíamos cuestionar y transformar las propias estructuras de poder, no simplemente integrarnos a ellas. Esto nos debe llevar a criticar de manera más amplia a la militarización de la sociedad.

Las fuerzas armadas no solo son una institución de poder, sino que, en muchos casos, son una herramienta de control social. La militarización de la seguridad pública en México, por ejemplo, ha tenido graves consecuencias para las mujeres.

Desde Intersecta hemos documentado la violencia que se ejerce por parte de las fuerzas armadas contra las mujeres en diversos informes como Con Copia Oculta y Las Dos Guerras. Esta violencia estructural y de género es una manifestación del sistema jerárquico y de control que caracteriza a las fuerzas armadas.

Para muchas feministas, la integración de mujeres en estas instituciones puede ser vista no solo como un avance hacia la igualdad, sino también como un mecanismo de lavado de cara o pinkwashing para encubrir violencias estructurales. En su trabajo Vivir una vida Feminista, Sara Ahmed sostiene que la inclusión de mujeres en instituciones patriarcales no necesariamente cambia las reglas del juego, sino que las reproduce, transformando el espacio pero no sus estructuras fundamentales de poder.

Por su parte, en La Sociedad de Género, Michael Kimmel analiza cómo instituciones como el ejército, se convierten en espacios donde los valores masculinos de poder, control y agresión no solo son tolerados, sino promovidos, haciendo que la «inclusión» de las mujeres no siempre se traduzca en cambios significativos.

Por todas estas razones, el feminismo no debe conformarse con la inclusión de mujeres en estructuras de poder que perpetúan la violencia, la subordinación y la desigualdad, sino que debe seguir impulsando una transformación radical de esas estructuras. Incluir a las mujeres no es suficiente, hay que transformar los cimientos mismos de las instituciones para lograr una verdadera igualdad de género. Y ese es el verdadero reto que enfrentamos hoy.

  1. Fuente: Secretaría de la Defensa Nacional, Preguntas Frecuentes del Observatorio para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos (https://www.gob.mx/defensa/acciones-y-programas/preguntas-frecuentes-del-observatorio-para-la-igualdad-entre-mujeres-y-hombres-en-el-ejercito-y-fuerza-aerea-mexicanos), última actualización 11 de marzo de 2025. ↩︎

Manejar en carretera: una forma inesperada de superar el bloqueo creativo



Hace poco tuve un bloqueo creativo. Lo cual rápidamente comenzó a convertirse en un problema porque, básicamente, mi trabajo se trata de escribir todos los días. Seguro sabes cómo se siente esto: sobrepiensas el problema, entras a un ciclo infinito de ansiedad y tu creatividad no aparece. Esto no solo afecta la mente; en mi caso, me trajo dolor de espalda, migrañas y problemas para dormir. Un día el tema surgió entre mis compañeras como algo que a muchas nos pasa, y rebotando remedios para superarlo hubo uno que me llamó poderosamente la atención: manejar en carretera.

Después de la experiencia tan positiva que tuve supe que tenía que contártelo. Aquí van cuatro pasos que anoté en mi “manual de viajera”. Espero que también te sirvan.

Paso uno para manejar en carretera:
Elegir el destino, la compañía y cómo llegar

Todo empieza definiendo qué necesitas de este viaje. Tal vez no sea el mejor momento para ir a la playa si no te llevas bien con el calor o prefieres evitar multitudes.

En mi caso, rentar un coche fue clave para sentirme en control. Saber que el coche está en buen estado me dio tranquilidad desde el principio. Elegí Hertz México porque ofrece una experiencia inclusiva y respetuosa.
Si nunca has rentado un coche vas a necesitar:

  • Tener tu licencia lista y vigente
  • Una tarjeta de crédito
  • Si viajas con tus amigas, regístralas como conductoras adicionales para que apliquen las coberturas adicionales, amix. Ojito que esto tiene un cargo extra.
  • Elige la categoría que se apega a lo que necesitas (camionetas, coches con transmisión automática o manual, etc).

Si para ti, al igual que para mí, es importante que el lugar donde rentes tenga un compromiso real con políticas de equidad e inclusión, te recomiendo verificar si cuentan con alguna certificación. Por ejemplo, Queer Destinations otorga certificaciones a destinos turísticos, empresas y servicios que cumplen con altos estándares de respeto, seguridad e inclusión para personas LGBTQ+.

¿Necesitas inspiración? Date un momento y mira la belleza de Oaxaca:

Unas fotitos de inspiración: Oaxaca. Jeffrey Hernández/ Unsplash
Una imagen muestra papel picado de colores adornando una calle. de 
Xalatlaco Oaxaca.
Unas fotitos de inspiración: Xalatlaco, Oaxaca. Anastasiia Malai / Unsplash
La imagen muestra el pasiaje con agaves de Hierve el Agua, Oaxaca.
Unas fotitos de inspiración: Hierve el Agua, Oaxaca. José Castillo / Unsplash

Paso dos: No subestimes la planificación

A mí me ayudó muchísimo investigar qué onda con las rutas para llegar al lugar que elegí. Así que consultar las gasolineras del trayecto, tener claro cuántas casetas tendríamos que pagar y revisar las posibilidades de conocer spots chidos en el trayecto sin desviarnos demasiado fue algo que me dio tranquilidad.

Otra elección crucial es con quién viajar. Estos detalles, aunque pequeños, pueden evitar un montón de conflictos:

 Antes de aferrarte a la idea romantizada de “tiene que ser mi mejor amiga”, es clave conocer un poquito la energía que tienen cuando están juntas en carretera porque, literal, van a compartir el viaje. ¿Pueden turnarse para manejar? ¿Tienen paciencia si algo no sale
según lo planeado? ¿Se transforman
si tienen hambre? 

Paso tres: Establece un presupuesto y apégate a él

Después de rentar el coche, planificar el presupuesto fue crucial para mantener la calma. Calculé casetas, gasolina, comidas, hospedaje y hasta recuerditos. De ser posible, ahorra un extra para emergencias, nunca está de más. Hoy en día hay un sinfín de apps que pueden ayudarte a llevar tu registro de gastos. Descarga la que más se acomode a tus necesidades.

Paso cuatro: Abre los sentidos a lo que sí está pasando

No exagero cuando te cuento que manejar en carretera, desde el minuto uno, me dio algo que en lo cotidiano para mí es casi imposible: te ancla al presente. 

Soy una sobrepensadora dura, pero encender el motor, escuchar la música que amo, bajar las ventanas, sentir el viento en la cara y estar atenta y receptiva a lo que me rodea, tuvo un efecto casi inmediato: me puso distancia inicial con el flujo constante de mis pensamientos. Pude concentrarme en lo que sucedía, sin anticiparme a lo que “estaba por venir”. 

Y, créeme, lo respalda la ciencia: Entrenar y estimular nuestro cerebro genera nuevas conexiones neuronales. Esto pasa cuando enfrentamos a nuestro cerebro a la novedad, la variedad y el desafío, según palabras de José Manuel Moltó, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN). ¡Y manejar en carretera cumple con estos requisitos!

¿Más inspiración? Todos Santos, Baja California Sur. Morgan Newnham / Unsplash

Por último, si me aceptas otro consejo, asegúrate de descargar antes contenido como música, mapas y lugares de interés para las zonas en donde no tengas conexión. Manejar en carretera me ayudó a darme cuenta de algo importante: la creatividad no se puede forzar, pero sí desbloquear dándole espacio. Y, a veces, ese espacio llega a través de algo tan sencillo como sentir otro aire, ver otras nubes, detenerte en un lugar que nunca imaginaste visitar.

Si sientes que la creatividad te está dando la espalda, tal vez solo necesitas poner un pie en el acelerador.

Más mujeres, mismo machismo: la trampa de la inclusión militar

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Fernanda Torres / Intersecta

Se fue marzo y cerca del 8M seguro viste videos y anuncios espectaculares del ejército “reconociendo la labor de las mujeres en sus filas para la seguridad y defensa nacional”. Las imágenes muestran a mujeres manejando helicópteros, empuñando armas largas y hasta cargando cachorritos que más tarde se convertirán en binomios caninos. Y decimos que seguro viste estos anuncios porque el área de comunicación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es la responsable de hacer estos materiales, tiene más del doble de personal que instituciones enteras como lo que fue la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim)1 2. En otras palabras: hay muchas más personas creando publicidad a favor de las fuerzas armadas que trabajando para atender a las mujeres víctimas de violencia en todo el país. 

Un texto muestra a una mujer de las fuerzas armadas con una leyenda "Eres más fuerte de lo que crees y capaz de lograr más de lo que te imaginas"
@defensa.mx / Instagram

Pero esto no fue lo único que hizo la Sedena en el marco del 8M. La Secretaría también organizó un evento para reconocer la presencia y trayectoria de las mujeres en sus filas. Ese día, la Coronel Médico Cirujano, Mayra Gabriela García Araiza dio un discurso en el que afirmó que la presencia de las mujeres en el Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional hacen de la Sedena “una institución más fuerte e inclusiva”, una institución “ejemplo para la sociedad”3.

Estos videos, anuncios y discursos exaltan el progreso en la igualdad de acceso de oportunidades dentro del ejército: cada vez hay más mujeres en esta institución y ocupan rangos cada vez más altos dentro de sus filas. A primera vista, la ecuación parece sencilla: tener a más mujeres ocupando más espacios es algo bueno ¿cierto? Más aún cuando hablamos de instituciones con tan buena reputación y prestaciones como las fuerzas armadas.

Este tipo de discursos nos dice que las mujeres tenemos un papel central para defender al país, pero ¿esto es algo deseable o que deberíamos de celebrar? ¿Por qué debe preocuparnos este uso de la propaganda militar para destacar la presencia de mujeres en las fuerzas armadas? Cuando hablamos de igualdad ¿nos referimos a esto?

Analicemos  las distintas desigualdades al interior de las fuerzas armadas y por qué las personas que las conforman pierden más de lo que ganan. Como feministas, debemos cuestionar el uso de conceptos como la igualdad y la movilidad social para justificar y fortalecer a las instituciones militares.

Cuestionemos a detalle las ideas que nos vende la propaganda militar

¿Es cierto que cada vez hay más mujeres en las instituciones militares y que los puestos que ocupan son cada vez mejores? 

Contestar a algo tan básico como cuántas mujeres hay en las fuerzas armadas se vuelve difícil ante la opacidad de las fuerzas armadas. Desde Intersecta le hemos preguntado varias veces a la Sedena y a la Secretaría de Marina (Semar) por esta cifra, pero hemos recibido respuestas distintas al respecto. A veces nos han contestado que no nos pueden dar esa información porque “no tienen los datos desagregados como los solicitamos”. En otras ocasiones sí nos han dado la información, pero cuando contrastamos entre años y fuentes, los números no coinciden. De los mejores datos que tanto Sedena como Semar nos han proporcionado, se quedaron hasta 2022. Estos nos dicen que en 2021 el 12% del personal de Sedena y el 18% del de Semar eran mujeres4. ¿Esto es mucho o poco? ¿Estas mujeres están llegando a los eslabones más altos de las jerarquías militares? Más o menos una de cada 10 personas en Sedena o Semar era mujer; y de estas, la mayoría eran soldados, mayores o tenientes coroneles. Pocas o ninguna llegaron a ser general brigadier, general de brigada o general de división.

Si bien el porcentaje de mujeres en la Sedena en 2021 se duplicó respecto a lo que era en 2012 y para Semar se ha mantenido más o menos constante, la mayoría de las personas dentro de estas instituciones siguen siendo hombres, sobre todo en los puestos más altos. La brecha salarial de género persiste dentro de las instituciones militares.

Entonces ¿deberíamos aspirar a tener no solo a más mujeres en las fuerzas armadas, sino a más mujeres en altos cargos de la milicia? ¿Las exigencias por la igualdad deberían dirigirse a reducir estas brechas al interior de las fuerzas armadas? Desde Intersecta pensamos que no: nuestra apuesta no es tener a más mujeres generales, participando de las violencias y jerarquías de las fuerzas armadas, sino cuestionar el funcionamiento y lógica estructural de estas instituciones.

Si bien el porcentaje de mujeres en la Sedena en 2021 se duplicó respecto a lo que era en 2012 y para Semar se ha mantenido más o menos constante, la mayoría de las personas dentro de estas instituciones siguen siendo hombres, sobre todo en los puestos más altos. La brecha salarial de género persiste dentro de las instituciones militares.

Entonces ¿deberíamos aspirar a tener no solo a más mujeres en las fuerzas armadas, sino a más mujeres en altos cargos de la milicia? ¿Las exigencias por la igualdad deberían dirigirse a reducir estas brechas al interior de las fuerzas armadas? Desde Intersecta pensamos que no: nuestra apuesta no es tener a más mujeres generales, participando de las violencias y jerarquías de las fuerzas armadas, sino cuestionar el funcionamiento y lógica estructural de estas instituciones.

Ahora, en México es común escuchar que las personas se refieran con admiración, y orgullo hacia quienes forman parte de las fuerzas armadas. Pertenecer al ejército se ve como una aspiración, como una oportunidad de movilidad social para miles de jóvenes.

La mayoría de las personas que integran las fuerzas armadas provienen de contextos precarizados. El ejército les ofrece sueldos de alrededor de 16 mil pesos mensuales (desde los puestos más bajos) y prestaciones sociales que no encuentran en otras instituciones de la administración pública, como atención médica y becas educativas para sus hijes.

En ese sentido, parece lógico estar a favor de que más personas se integren a estas instituciones y puedan beneficiarse de los sueldos y prestaciones que les ofrecen. En un país tan desigual como México, se nos vende la idea de que las fuerzas armadas son una solución y un boleto para una mejor vida. 

El problema está en que se ha decidido que las fuerzas armadas sean las dependencias capaces de dar estas condiciones tan atractivas. Desde el Estado se ha decidido que estas instituciones pensadas para la guerra sean un vehículo de movilidad social, en lugar de favorecer que estas condiciones sean accesibles a través de las otras cientos de instituciones de gobierno. ¿Por qué, por ejemplo, cuestiones como recibir atención médica especializada y educación superior deben estar disponibles para un soldado pero no para una persona docente? ¿Por qué debe ser necesario empuñar las armas para acceder a una mejor vida?

Personal del Hospital Militar de Especialidades Oftalmológicas / Instagram @defensamx

Siguiendo por esta línea, cabe preguntarnos si de verdad ingresar al ejército es tan positivo como lo pintan. ¿De verdad es pueblo uniformado? ¿Un espacio en el que el camuflaje borra las diferencias de clase, raza y género e iguala a todas las personas? La evidencia muestra que no es así. Al interior del ejército se replican muchas de la formas de violencia y discriminación que existen en los espacios de trabajo. Sin embargo, a diferencia de un centro laboral promedio, Sedena y Semar operan bajo lógicas y reglas distintas, que tienen implicaciones particulares para las personas que integran sus filas.

Para empezar, los soldados no tienen derechos laborales. La relación que tienen los soldados con las instituciones militares es administrativa y no laboral5. Esto permite que sean sometidos a castigos que nos parecerían absurdos o abusivos por parte de cualquier otra persona empleadora. Por ejemplo ¿cómo reaccionaríamos si Walmart castigara con semanas de encierro en el lugar de trabajo a una empleada que tomó una llamada personal en el estacionamiento? ¿Qué pensaríamos de una gran corporación que esperara obediencia total, sin resistencia ni formas de organización para alzar la voz por parte de sus empleados? 

Por otro lado, la tarea para la que fueron diseñadas estas instituciones (la guerra) implica que las personas que las integran deben prepararse para experimentar y llevar a cabo actos atroces. Para que una persona se convierta en soldado, tendrá que vivir tratos y entrenamientos deshumanizantes.

La película Heroico (2023) retrata la brutalidad con la que se construye un soldado. La cinta muestra cómo el proceso de formación militar normaliza la tortura al punto en que los jóvenes viven y son orillados a cometer abusos y violencias. Dentro del ejército, como apuntan Daniela Rea y Pablo Ferri en el libro La Tropa, se construyen soldados extendiendo los límites de lo que es aceptable en la conducta humana. Y al final, aprenden a ejercer esa violencia contra las personas subordinadas y contra civiles.

Sin embargo, más allá de los tratos crueles que se viven de manera generalizada en el entrenamiento, también sabemos que la discriminación está particularmente presente al interior de las fuerzas armadas.

Este es el caso para las personas con VIH. En 2007 la Suprema Corte declaró inconstitucional la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas porque, básicamente, daba de baja automáticamente de la institución a soldados que tuvieran VIH bajo el argumento de la “inutilidad”. Sin embargo, varios reportajes muestran que la discriminación hacia soldados con VIH no se detuvo con la resolución de la Corte, sino que adquirió una nueva forma: ya no se les despide, sino que se les reasigna a funciones administrativas6.

Algo similar viven las personas con discapacidad dentro del ejército. El reportaje Camuflaje a los derechos humanos: creció 115% la baja de militares por discapacidad y les niegan sus pensiones, muestra el despido, sin derechos, de personas con discapacidad en el ejército, bajo el argumento de que las discapacidades las adquirieron fuera de servicio o que eran preexistentes7.

¿Qué hay sobre la discriminación en contra de las mujeres? ¿Tener a más mujeres en el ejército quiere decir que el ejército
ya no es sexista?

Las mujeres al interior de las fuerzas armadas han denunciado situaciones de abuso sexual, acoso e intimidación dentro de la institución. Además de ser sometidas a violencia psicológica, física y sexual, las mujeres enfrentan obstáculos para la denuncia de los hechos: son ignoradas, dadas de baja de las fuerzas armadas o trasladadas a otro sitio8. Además también existen reglas y actos discriminatorios dentro de los institutos militares cuando, por ejemplo, en los planteles educativos obligan a las mujeres a firmar un compromiso escrito para no casarse ni tener hijos durante el tiempo que duran sus estudios9.

Así, lo que nosotras vemos es que las fuerzas armadas se alimentan de las desigualdades existentes en nuestra sociedad para llenar sus filas. Ofrecen un salario alto, seguro médico y la promesa de un trabajo honrado y útil para la nación. Ofrecen oportunidades atractivas para que las personas entiendan que ser soldado es algo deseable, cuando al interior de sus filas someten a las personas a violencias inimaginables para desarrollar su masculinidad militarizada. Más que resolver la violencia y las desigualdades existentes, la militarización se engarza en estas para explotarlas a su beneficio.

Como feministas, tenemos que cuestionarnos si esta es la igualdad que queremos. ¿Queremos celebrar y fortalecer a instituciones como estas? ¿Queremos a más mujeres empuñando las armas y sobreviviendo al duro entrenamiento militar? ¿O más bien queremos cuestionar por qué instituciones que refuerzan las desigualdades y llevan a las personas al extremo deben ser la norma a la cual aspirar?


  1. Conavim fue disuelta en 2024, y en su lugar se creó la Secretaría de las Mujeres. ↩︎
  2.  Intersecta, Dinero para reducir la violencia hay, pero ¿en qué lo invierte el Estado?, 2023. ↩︎
  3.  Véase Video del discurso de la Coronel Mayra Gabriela García Araiza, 8 de marzo de 2025. ↩︎
  4. Respuesta a las solicitudes de acceso a la información con folio 00007000336419 y 330026622001072. ↩︎
  5.  Amparo en Revisión 375/2021 ↩︎
  6.  Eduardo Dina, “Vivir con VIH en el Ejército es como “una prisión”, relatan militares”, El Universal, 30 de noviembre de 2021. ↩︎
  7.  Redacción Yo También, “Camuflaje a los derechos humanos: creció 115% la baja de militares por discapacidad y les niegan sus pensiones”, Yo También, 10 de noviembre de 2023. ↩︎
  8. Georgina Zerega, “«Tengo miedo de que me hagan daño»: los correos del Ejército mexicano desvelan decenas de abusos sexuales en la institución”, El País, 2 de octubre de 2022. ↩︎
  9. Paris Martínez y Scarlett Lindero, “Militares mexicanas: discriminadas, acosadas y en riesgo”, Gatopardo, 24 de noviembre de 2022. ↩︎

Guía queer de Miami: 5 experiencias para celebrar la diversidad

Miami es una ciudad vibrante, multicultural y con una fuerte presencia latina. Pero además, es un epicentro del orgullo queer en el sur de Estados Unidos. Desde espacios de arte hasta brunches drag y celebraciones masivas, la comunidad LGBTIQ+ forma parte esencial del alma de esta ciudad.

Si estás planeando un viaje a Miami, aquí van cinco paradas queer obligadas para conectar con su historia, su cultura y su gente diversa.

1. Pérez Art Museum Miami (PAMM)

Ubicado frente a la bahía de Biscayne y diseñado por la firma Herzog & de Meuron, el PAMM es un museo de arte contemporáneo que pone en el centro la diversidad cultural de Miami. Su colección incluye obras de artistas de América Latina, el Caribe y la diáspora africana, y cuenta con tours temáticos enfocados en el arte queer.

Dos veces por semana, el museo ofrece un recorrido especial LGBTIQ+ donde se exploran las obras de artistas queer, como Martine Gutierrez y Bony Ramirez. Ahí, además de disfrutar el arte, se aprende sobre las historias y contextos detrás de cada pieza.

2. Drag Brunch en R House Wynwood

Lo único mejor que un brunch con tus amix, es un brunch con tus amix y un show drag. En R House —un spot icónico en Wynwood— se sirve brunch estilo familiar con mimosas ilimitadas, mientras drag queens fabulosas cantan, bailan y se echan una que otra acrobacia.

Consejito: Lleva dólares en efectivo para dar propina, es parte del ritual drag.

Al terminar, date una vuelta por el vecindario para ver murales, arte urbano y tiendas de diseño independiente.

3. Calles 11 y 12 en South Beach

Desde los años 80, las calles de Ocean Drive han sido punto de encuentro para la comunidad queer de Miami. Aquí se encuentra el mítico bar Palace, famoso por sus brunches con show drag, y también la antigua casa de Gianni Versace, la «Villa Casa Casuarina».

Un guiño a la comunidad LGBTIQ+ es el cruce peatonal en la calle 12, conocido como el «Rainbow Crosswalk». Fue diseñado por Leonard Horowitz, activista y diseñador gay que jugó un papel fundamental en la revitalización de South Beach. Horowitz, cofundador de la Miami Design Preservation League, impulsó la protección del emblemático estilo Art Decó de la zona.

El cruce peatonal es un homenaje vivo a quienes han luchado por los derechos y la visibilidad de la comunidad diversa.

4. Tâm Tâm

Ningún viaje está completo sin una experiencia culinaria. Por eso en esta guía queer de Miami no podía faltar un restaurante creado por miembros de la comunidad LGBTIQ+

Tâm Tâm es un vibrante restaurante vietnamita en Downtown, fundado por el chef Tam Pham y su esposo, el sommelier Harrison Ramhofer. Su menú es una joya: desde rollos de lechuga rellenos de tofu crujiente, hasta hongos marinados en salsas agridulces y una ensalada de loto.

Lo ideal es pedir varias cosas al centro para compartir —porque sí, TODO está delicioso— y dejarte llevar por las recomendaciones de vinos naturales.

Y si aún te quedaban dudas sobre por qué este lugar es toda una experiencia: el baño es un mini karaoke con luces disco. Literal.

5. Miami Pride

Cada año en abril, Ocean Drive se transforma en un mar de banderas arcoíris durante el Miami Beach Pride, una de las celebraciones más importantes para la comunidad queer de Florida. El desfile reúne a miles de personas e incluye conciertos, homenajes históricos y muchísima fiesta.

Además del desfile, el Pride organiza un festival en la playa con escenarios, food trucks, drag queens, áreas de descanso, zonas familiares y más. Una experiencia que mezcla activismo, comunidad y pura gozadera.

Explorar Miami desde una mirada LGBTIQ+ es conectar con una ciudad que celebra la diversidad. Así que si estás buscando qué hacer en Miami con enfoque queer, toma esta guía como punto de partida. También te recomendamos consultar la página de Greater Miami Convention & Visitors Buro, que ofrece ayuda práctica, recomendaciones y consejos para moverte en la ciudad.

Amix, ¿tienes unos minutos para hablar sobre desigualdades, fuerzas armadas y feminismos?

Por Ximena Said Chávez / Intersecta

Dependiendo de tu edad, quizás creciste con películas como La cadete Kelly, en la que Hilary Duff trata de sobrevivir a una acartonada y estricta academia militar, o videos musicales como Part of Me, que muestra a Katy Perry sobreviviendo a un duro entrenamiento militar. Seguramente también te has encontrado con anuncios del ejército cuando vas por la calle o el transporte público o incluso le has dado like a alguna publicación de los perritos de las fuerzas armadas en TikTok. Sí, vemos a las fuerzas armadas en cada vez más espacios pero ¿alguna vez te has preguntado por qué, como feminista, deberías prestarle atención a estas instituciones? ¿Por qué si eres una persona interesada en la igualdad y los derechos debería preocuparte que la milicia tenga cada vez más poder? Hablemos sobre militarización, derechos humanos y desigualdades.

Fotograma de la película "La cadete Kelly". Imagen: ©Disney Channel/Everett Collection
Imagen: ©Disney Channel/Everett Collection

Históricamente, los ejércitos se crearon para la guerra, para defender a los territorios y los Estados ante “enemigos”, ante cualquier “amenaza”. Sin embargo, esta idea es en sí misma cuestionable, pues de ahí surgen los valores de defender a un Estado ante un «enemigo», a costa de lo que sea. También nos lleva a pensar en lo que es un “enemigo” o una “amenaza”: ¿quién lo determina? ¿De qué depende?

Hablemos ahora sobre militarización. ¿Qué es? Hay varias formas de definirla, pero desde Intersecta la entendemos como el proceso a través del cual se transfieren tareas y presupuesto civil a las fuerzas armadas. Es decir, implica darle más poder a instituciones como el Ejército y la Marina, en lugar de a instituciones civiles, como la Secretaría de las Mujeres o el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. En lugar de dar más recursos y herramientas a instituciones que trabajan para eliminar la discriminación y las desigualdades, por mencionar un par de ejemplos, se le apuesta a cuerpos armados que son jerárquicos, machistas y patriarcales. Además de todo esto, nos parece importante resaltar que la militarización está fuertemente relacionada con las desigualdades en el ejercicio de derechos de grupos históricamente discriminados, sobre todo de las mujeres. Fortalecer el poder militar significa profundizar estas desigualdades. ¿Cómo? Vamos punto por punto. 

México: un inicio rastreable en el sexenio de Felipe Calderón

Regresemos un poco en el tiempo hasta 2007, año en el que en México inició la estrategia de seguridad militarizada y sacaron a los militares de sus cuarteles. Desde entonces, y hasta la actualidad, hemos visto cómo ha aumentado la participación de las fuerzas armadas en la vida pública. Al día de hoy ya no son solo soldados patrullando las calles, sino construyendo el Tren Maya, operando aeropuertos como el de Tulum, vigilando las aduanas, repartiendo libros de texto, administrando empresas, plantando árboles o preservando al borrego cimarrón1

A pesar de que son responsables de cada vez más tareas, es muy difícil (por no decir prácticamente imposible) conocer los detalles de cómo intervienen, interactúan con la población y actúan en general, pues son instituciones opacas.

Por ejemplo, cuando desde Intersecta
les hemos pedido sus informes
sobre uso de la fuerza,
nos han respondido que,
como son fuerzas armadas,
no tienen la obligación de generar reportes2, aunque sí deberían3.

También les hemos preguntado sobre las detenciones que realizan (¿a quiénes detienen?, ¿por qué razones?) y siempre nos responden con datos distintos para los mismos años4. Esta falta de transparencia las convierte en instituciones particularmente difíciles de vigilar y evaluar. Sin embargo, la información que sí hemos podido obtener y analizar muestra que los militares abusan más de la fuerza que los policías al interactuar directamente con las personas. Veamos algunos datos para ejemplificar esto.

Hablemos de las detenciones hechas por militares

Se supone que si una autoridad te detiene, te debe llevar lo antes posible ante el Ministerio Público. Pero en el caso de los militares, esto no pasa. La Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (Enpol) 2021 muestra que es menos común que los militares lleven a las personas detenidas directamente ante el MP, en comparación con las policías. ¿A dónde llevan a las personas? A alguna zona militar o terrenos baldíos, por mencionar un par de ejemplos. Además, las fuerzas armadas no solo llevan a las personas a distintos lugares antes que al MP, sino que se tardan mucho más que las policías en llevarlas ante la autoridad competente. En casi una tercera parte de los casos, se reportó que las fuerzas armadas retuvieron a las personas entre  6 y 24 horas antes de presentarlas ante el MP. Durante este tiempo pueden cometer distintos abusos y violencias.

Militares haciendo tareas de seguridad. / IG @defensamx
Militares haciendo tareas de seguridad. / IG @defensamx

¿Qué más cambia si te detiene un policía o un militar? De acuerdo con la Enpol, el 15.5% de las personas detenidas por policías reportó que le causaron alguna lesión grave, 6.2% dijo haber sufrido alguna lesión que puso en riesgo su vida y 5.1% reportó que le dispararon con armas de fuego. Para las fuerzas armadas, estos porcentajes son: 29.5%, 11.2% y 12.4%, respectivamente. Es decir, si te detiene un militar, la posibilidad de que vivas alguna de estas violencias aumenta el doble. Los datos de la Enpol también muestran que las fuerzas armadas son las que más torturan y ejercen en mayor medida todos los tipos de violencia (física, psicológica y sexual) durante las detenciones5.

Hablando de violencias, la Enpol expone que fue más común que las mujeres
(a comparación de los hombres)
sufrieran acoso sexual, manoseo, exhibicionismo, intento de violación
o violación sexual al ser detenidas,
tanto por policías como por militares.

Concretamente, 1.9% de hombres y 4.9% de mujeres detenidas por policías manifestaron haber sido violadas. Los porcentajes reportados para el caso de las fuerzas armadas fueron de 3.8% y 13.4% (¡más de una de cada diez mujeres!). Por si fuera poco, la proporción de violencia sexual hacia mujeres trans es aún mayor. El uso de la violencia sexual como dinámica sexista para torturar a las personas detenidas es más habitual en los militares. Esto es ejemplo de cómo las violencias de las fuerzas armadas impactan de manera diferenciada en las mujeres.

Otro resultado de la militarización
es la desigualdad

Hasta este punto hemos visto cómo la interacción de las fuerzas armadas con la población genera y refuerza distintas dinámicas de desigualdad en cuanto al ejercicio de derechos humanos, sobre todo para ciertos grupos como las mujeres. Sin embargo, también es importante mencionar las otras desigualdades que son resultado de la estrategia de seguridad militarizada, así como la manera en la que ha cambiado nuestra manera de vivir y entender la violencia.

Desde 2007 –¿recuerdas el inicio de la estrategia de seguridad militarizada?– comenzaron a aumentar de manera exponencial tanto los homicidios de hombres como los de mujeres. En el caso de estas últimas, se registró un cambio en los lugares y formas de asesinarlas. Ahora es mucho más común que se asesine a mujeres en carreteras o calles (ya no en sus casas) y que se usen armas de fuego. Al mismo tiempo, los asesinatos dentro de las casas y con otros medios siguieron aumentando.6

En nuestro informe Las dos guerras7, mostramos que cuando en un municipio había enfrentamientos con las fuerzas armadas, aumentaban los homicidios en esa zona, a corto y a largo plazo. Para el caso de las mujeres, aumentaron los homicidios con arma de fuego y en la vía pública en el corto plazo, mientras que en el largo plazo aumentaron también los homicidios en la vivienda y sin arma de fuego. Entonces, la estrategia del enemigo a vencer, de sacar a los militares a las calles para enfrentar al “crimen”, lejos de ayudar a disminuir la violencia y mejorar la seguridad, ha empeorado la situación y generado un ambiente aún más violento, complicando la situación de grupos que ya de por sí están en condiciones desiguales.

¿Y cómo va la militarización de la administración pública?

Por si fuera poco, todo esto no se ha quedado solo en la seguridad. Hay que considerar que en años recientes ha aumentado la presencia y participación de militares en distintas tareas de la administración pública, lo que quiere decir que las fuerzas armadas ya no solo interactúan con las personas en temas de seguridad. Contamos con cada vez más reportajes e investigaciones sobre los abusos de las fuerzas armadas en sus nuevas funciones.

Por ejemplo, se ha documentado el trato que han recibido las personas trabajadoras en la construcción del Tren Maya8, quienes narran abusos, robos y maltrato por parte de los militares encargados de las obras. Quienes se atreven a denunciar estas conductas, reciben amenazas de despido. En el caso de las mujeres, incluso han sufrido abuso sexual, sobre todo aquellas que estaban más lejos de sus familias, y la mayoría se han retirado de la obra por miedo.

Es muy importante considerar que en este caso estamos hablando de personas indígenas y precarizadas, que llegaron a ese lugar bajo la promesa de un trabajo digno, bien pagado. Es decir, acá se entrecruzan distintas formas de opresión: de género, de clase y de raza, por mencionar solo algunas. La presencia de militares no hace más que aumentarlas.

Militarización y migración: el camino mexicano del maltrato

Las personas migrantes también han resentido de manera particular los efectos de la militarización. Las fronteras y los institutos migratorios se han llenado de personal militar9. La militarización de la política migratoria ha facilitado la criminalización de las personas migrantes, afianzando la idea de que son invasoras, enemigas, delincuentes10. Un claro ejemplo del maltrato y la negligencia llevada al extremo es el incendio que hubo en una estación migratoria en Ciudad Juárez11, a cargo de un delegado militar12, en la que murieron 40 personas migrantes porque las dejaron encerradas. Cuarenta personas que salieron de sus países en busca de una mejor vida.

Si hablamos específicamente de mujeres migrantes —tanto niñas, como adolescentes y adultas— se ha documentado que el personal militar es de sus principales agresores. Les quitan dinero, las bajan de los camiones y las violentan física y psicológicamente, muchas veces frente a sus hijas e hijos13. Estas situaciones son aún más frecuentes para las mujeres racializadas y afrodescendientes14.

¿Esto sólo está pasando con las autoridades militares?

Al contarte todo esto no queremos dejar el mensaje de que las autoridades civiles son perfectas. Por supuesto que todas las autoridades tienen sus deficiencias y problemas. Pero es importante reconocer que no es lo mismo toparse con las fuerzas armadas. Estas últimas son instituciones en las que se enaltecen valores y prácticas machistas y patriarcales como las jerarquías, el sacrificio, la obediencia y la violencia15, además de que reproducen otros sistemas de opresión, como el racismo, el clasismo, la xenofobia y la homofobia, que se cruzan con el sexismo16. Todo esto, como te hemos explicado, se nota y se refleja en sus interacciones con las personas.

Finalmente, es súper importante dejar claro que en un país donde los recursos son limitados y deben repartirse, todo el dinero que se le da a las fuerzas armadas es dinero que no se le da a otras instituciones pensadas para los derechos humanos y para mejorar la igualdad.

En 2021 el gobierno gastó más en los viajes al extranjero de los militares ($459.9 millones de pesos) que en los refugios para mujeres víctimas de violencia ($415.9 millones de pesos). También destinó más recursos para los uniformes de los militares ($523 millones de pesos) que en fortalecer a la institución que dirige la política pública de VIH ($351 millones de pesos). Además, gastó la misma cantidad de dinero en cuero, plástico, hule y piel para los militares que en la Comisión Nacional de Búsqueda17

Si lo ponemos en perspectiva, nos damos cuenta que se le están dando muchos recursos a instituciones patriarcales que replican todos los sistemas de opresión y que además no están funcionando para lo que prometen. Vale la pena preguntarnos qué pasaría si estos miles de millones de pesos se invirtieran en otro tipo de políticas para las que siempre escuchamos que “no hay dinero”. Porque para que las cosas funcionen, se necesitan recursos; el gobierno invierte en aquello que le importa. Esta decisión de en qué sí invertir y en qué no, también ocasiona desigualdades.

Después de todo lo que te hemos contado, vale la pena regresar a las intersecciones entre los feminismos y la militarización. Las feministas nos hemos encargado de señalar y alzar la voz sobre aquello que ocasiona desigualdades. Nos importa vivir en un mundo sin violencias, en el que todas las personas puedan acceder a todos los derechos y en el que se cierren las brechas de desigualdades; un mundo en el que los valores que se promuevan tengan que ver con la comunidad, el cuidado y el respeto a los derechos de todas las personas. Es hora de preguntarnos si una institución como la milicia aporta a nuestros ideales o si más bien gana poder a costa de nuestros derechos. Necesitamos poner a las fuerzas armadas bajo la lupa y, al mismo tiempo, pensar en colectivo en cómo podemos promover y fortalecer políticas públicas que lejos de causar desigualdades, nos ayuden a caminar hacia mundos más justos.

  1. Ver: Intersecta, MUCD, PPD, Informe sobre el Inventario Nacional de lo Militarizado, 2024. ↩︎
  2. Respuestas a solicitudes de acceso a la información pública, folios número 0000700076821 (Sedena) y 0001300030821 (Semar). ↩︎
  3. Artículos 1 y 35 de la Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza. ↩︎
  4. Las respuestas de la Sedena son particularmente sobre mujeres. Respuestas a solicitudes de acceso a la información pública, folios número 0001300006321, 0001300078321 y 330026622000463 (Semar) y 0000700008921 y 0000700203820 (Sedena). ↩︎
  5. Para más información ver: Data Cívica e Intersecta, A(r)madas y letales. Un contraste del uso de la fuerza de las policías y las fuerzas armadas, 2024, pp. 62-77. ↩︎
  6. Data Cívica y Área de Derechos Sexuales y Reproductivos del CIDE, Claves para entender y prevenir los asesinatos de mujeres en México, 2019. ↩︎
  7.  Intersecta y Laura H. Atuesta, Las dos guerras. El impacto de los enfrentamientos de las fuerzas armadas en los asesinatos de las mujeres en México (2007-2018), 2020. ↩︎
  8. Esto lo documentó la periodista Silke Grasreiner en “Tren Maya: Lejos de un trabajo digno y bien pagado, humillación, hostigamiento, abusos…”, Proceso, 1 de diciembre de 2023. ↩︎
  9. Programas de Asuntos Migratorios y de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana,  La militarización del Instituto Nacional de Migración y sus implicaciones en las violaciones a derechos humanos de las personas migrantes, 2024. ↩︎
  10. Ver micrositio “Bajo la bota”: https://bajolabota.com/. ↩︎
  11. Rocío Gallegos, Blanca Carmona y Gabriela Minjares / La Verdad Juárez, Lighthouse Reports y El Paso Matters, “‘A ellos no les vamos a abrir…’: ¿Qué pasó la noche del incendio en la estancia migratoria en Ciudad Juárez?”, Animal Político, 19 de marzo de 2024. ↩︎
  12. Ruben Villalpando y Jesús Estrada, “Procesan a militar del INM por el incendio en Juárez”, La Jornada, 23 de abril de 2023. ↩︎
  13. Angélica Jocelyn Soto Espinoza, “Guardia Nacional y militares, entre los principales agresores de niñas y mujeres migrantes”, Bajo la Bota, 14 de mayo de 2024. ↩︎
  14. Rodrigo Soberanes, “‘Estoy destrozada’: el infierno de ser mujer, migrante y negra en México”, Bajo la Bota, 19 de abril de 2024. ↩︎
  15. Ver: Intersecta, MUCD, PPD, Informe sobre el Inventario Nacional de lo Militarizado, 2024, pp. 83 y 84. ↩︎
  16. En el Instagram de Intersecta (@intersectaorg) puedes encontrar una serie de lives sobre “Militarismo y…” distintas desigualdades. ↩︎
  17.  Intersecta, Dinero para reducir la violencia hay, pero ¿en qué lo invierte el Estado? Un análisis de los recursos militares desde una perspectiva feminista, 2023. ↩︎

“Prefiero la honestidad a la viralidad”: Diana Young y lo cotidiano

“Voy casi todos los días al tianguis porque tengo una tienda de segunda mano. Entonces, pues, mi trabajo es ir a buscar joyitas y prendas. Siempre estoy grabando todo”. Diana Young, aka Morena Magic, es una narradora audiovisual viviendo en Aguascalientes, un estado al centro de México, situado en un valle enorme a 1950 m sobre el nivel del mar. Hace poesía: crea manifiestos hablados para piezas en video y construye imágenes potentes a través de su trabajo de estilismo y maquillaje en shootings poderosos. Diana trenza el bullicio de los tianguis con los habitantes de su ciudad y con personajes coloridos y fantásticos que construyen homenajes vibrantes a la gráfica chicana, la cultura hip-hop, el vintage setentero mexicano, la cultura low rider…

Un mechón de cabello se torna onda y descansa sobre su frente. Su estilo personal es un tejido delicado de pequeños homenajes a sus pasiones: unos aros enormes y dorados se balancean en sus orejas, abrazadas por dos trenzas largas que rematan en moños de listón rosa pastel. Sobre su ceja, asoma la punta de un lucero dibujado caligráficamente con trazos suaves y delgados. Su estilismo es nítido, está trazado con expertise y cuidado, se siente pulcro y muy bien logrado.

Fotografía y Edición: Livier Miroslava
Maquilaje y Styling: Morena magic

Los murmullos del Bajío: crear en Aguascalientes

Diana Young decanta su creatividad en muchos proyectos distintos. Además de la creación audiovisual hace la curaduría dedicada de una tienda de ropa reutilizada. Sus intereses siempre han sido diversos y expansivos: “Desde que soy niña sentí que no quería tener una vida común. Nunca me imaginé siendo doctora o secretaria. No tiene nada de malo en serlo, pero yo siempre sentí que estaba hecha para hacer otro tipo de cosas, aunque no sabía qué, ni cómo”.

Es la segunda de una familia de cuatro en la que la creatividad ha estado siempre presente: recuerda cómo las tardes antes de internet se le iban en leer revistas de moda con su hermano mayor, artista del Drag Queen: “crecimos a la par y nos influenciamos mucho de películas, de revistas. Él coleccionaba revistas de moda. Recuerdo que tenía como 1,000 revistas de moda, Vogue, Nylon. Ese era nuestro pasatiempo, leer revistas de moda. También siento que eso influyó mucho en mi estilo, me ayudó a desarrollar ojo para el momento de armar outfits, de elegir piezas. Nos juntábamos ahí con 10 revistas en el piso y… ‘¡mira esta marca, mira estos zapatos!’. Imaginábamos mucho qué chido sería tener esas prendas”. 

“Nos enseñaron primero a trabajar que a soñar”

En el proceso creativo de Diana Young, la sensorialidad que ebulle de los mercados rodantes es fundamental y sostiene el archivo personal de colores, texturas, sonidos, y olores que dibujan sus historias. Mucho de su trabajo está situado en estos espacios de comercio callejero, configurados para interactuar con un montón de factores que escapan al control y que ofrecen sorpresas inesperadas para quienes los viven: quienes compran, quienes venden, quienes pasean.

Sobre sus rituales videográficos de lo cotidiano, Diana explica: «Me gusta mucho que la gente se sienta identificada. Me ha pasado que luego subo un video y tengo muchos comentarios de, “ay, yo soy mexicano, pero estoy migrando en otro país, y me da mucha nostalgia recordar el tianguis, recordar las calles de México, recordar los colores”. Los videos que publica en sus cuentas son verdaderos manifiestos y experiencias conmovedoras de belleza de lo cotidiano: “no todo lo que vemos en redes es real, no todo es de lujo ni de marca. Mi trabajo se trata de otra cosa porque miré, por ejemplo, la vida de muchos influencers y la sentí muy alejada de mi realidad”.

@morena_magica

IG: morena_magic ⭐️

♬ Sin Ti – Los Panchos

Descentralizar los relatos e incomodar

El escenario de los relatos ultra creativos y poéticos de Diana Young es Aguascalientes. Explica: “a pesar de que hay muchos artistas, sigue siendo un estado muy conservador por la religión, por los partidos políticos, etcétera. Entonces, es shockeante a veces para las personas verme en las calles maquillada no sé, de payasita, o lidiar con mi imagen si traigo outfits muy, pues, excéntricos. Siento que la gente todavía se impacta un poco o se asombra: siento las miradas».

Crear desde la honestidad

Hay algo en Diana que transmite una rara combinación de sencillez y profundidad. Mientras habla, es evidente que su creatividad no nace de la búsqueda de likes o reconocimiento, sino de un impulso genuino por expresar lo que la conmueve. Su mirada, curiosa y atenta, captura detalles que otros pasarían por alto: un gesto, un color, un ritmo. Esa capacidad de observar, de detenerse en lo pequeño, es lo que hace tan potente y vibrante su proceso creativo. Con cada video, imagen y palabra, Diana Young nos recuerda que la fantasía no está en lo lejano, sino en lo que tenemos justo frente a nosotros, si nos atrevemos a mirarlo desde el asombro y la belleza.

Fotografía y Edición: Livier Miroslava
Maquilaje y Styling: Morena magic

Al preguntarle cómo se describe, con qué definiciones está configurada su narrativa personal, es directa, clara: Soy Diana, tengo 30 años, soy mamá de un pequeño de cinco. Desde que era bien chiquita me gusta mucho escribir y hoy hago cosas visuales inspirándome mucho en las películas. Mi proceso creativo empieza con mirar con curiosidad: si veo a un señor caminando y me gusta cómo va vestido, saco el teléfono, y lo grabo. Mi poeta favorita es Gata Cattana (rapera española fallecida en 2017) y mi poema favorito es ‘Como aman los pobres’”.

Y sobre eso que quiere compartir con el mundo, explica:

Finaliza reflexiva: “pienso que la vida es muy fugaz y que muchas veces, por responsabilidades o por cosas de adultos que tenemos que hacer, dejamos de lado lo que realmente nos gusta… toda la vida nos han vendido la idea de que el éxito es tener dinero, ser famosos. Pero para mí, vivir tranquila, tener salud mental, comer rico, conectar con personas genuinamente y vivir despacio, en calma, es triunfar”.

Los ecos de la Ley Olimpia: la historia de Argentina

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Por Nicole Martín

En el entorno digital convergen la política, el trabajo, el ocio y el disfrute; pero también la violencia. A principios de 2021, un grupo de mujeres argentinas que había experimentado violencia digital se reunió en Instagram con el objetivo de impulsar una ley de protección contra este tipo de agresiones, con anteojos violetas de perspectiva de género. Identificaron que en su país no existía ninguna normativa al respecto y que muchas de sus denuncias eran desestimadas de manera sistemática.

Durante su investigación, descubrieron la historia de la mexicana Olimpia Coral Melo. Tomaron como referencia la legislación que lleva su nombre, la cual tipifica delitos como la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, el ciberacoso, la extorsión en medios digitales y otras formas de violación a la intimidad sexual. Este modelo fue su inspiración para promover la creación de una ley propia en Argentina.

Como muchas otras causas, esta comenzó con una petición en Change.org, en 2021. En octubre de 2024 las activistas lograron la aprobación de la Ley Olimpia Argentina e incluyeron la modalidad de “violencia digital” en la Ley Nacional de Protección Integral de las Mujeres. En el país del sur, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia en redes sociales y el 59% ha recibido mensajes sexuales y misóginos, según datos de Amnistía Internacional.

Una pancarta exige aprobación de la Ley Olimpia en Argentina.
Imagen cortesía Grupo Sobrevivientes Ley Olimpia Argentina
Imagen cortesía Grupo Sobrevivientes Ley Olimpia Argentina

En este triunfo fueron protagonistas las activistas de la organización argentina Gentic, que promueve el activismo contra la violencia de género en internet; el grupo de sobrevivientes de violencia digital “Ley Olimpia Argentina”; y un grupo de defensoras digitales mexicanas, entre ellas la propia Olimpia Coral Melo.

Mientras las agresiones machistas se replican en distintos países de la región, también lo hacen los esfuerzos transfeministas. Frente al avance de sectores conservadores en los gobiernos, y en los espacios virtuales y físicos, reconocer las victorias en materia de derechos de las mujeres en toda Latinoamérica puede ser un impulso para fortalecer otras luchas.

En esta nota conocerás la historia de esta alianza.

Olimpia Coral Melo y su paso por Argentina

Olimpia Corral se reune con el Grupo Sobrevivientes Ley Olimpia Argentina.
Imagen cortesía Grupo Sobrevivientes Ley Olimpia Argentina

Cuando fue contactada por las activistas argentinas, Olimpia Coral Melo no dudó en brindar su apoyo. Comenzó reuniéndose virtualmente con ellas, ayudándolas primero a difundir la campaña en Change.org, luego a redactar el proyecto de ley, e incluso viajó personalmente a Argentina para presentarlo en el Congreso. Su participación fue fundamental, no sólo en términos político-estratégicos, sino también como un soporte emocional.

“Es como nuestra guía. Siempre nos dio el apoyo que necesitábamos y nos unió. Cuando una no tiene ningún tipo de herramientas normativas en la justicia para defenderse, ver cómo Olimpia sufrió lo mismo y ahora está en el lugar en el que está, te inspira a seguir adelante, a entender que tu vida no se acabó”, relató Camila Segli, activista de la provincia de Tucumán, impulsora de la Ley Olimpia Argentina y quien se identifica como sobreviviente de violencia digital.

Para Florencia Villegas, compañera de Camila, también impulsora de la ley y sobreviviente de violencia digital, el apoyo emocional que les brindó Olimpia ha sido lo más valioso: “Como dice ella, ser víctima de violencia digital es como un tatuaje, una cicatriz que sabes que siempre está ahí. A veces estás bien, y otras veces te arrastra de nuevo a lo más oscuro. Por eso, contar con una red de apoyo como la que tenemos con ella y las demás compañeras es indispensable”.

En el ámbito institucional, la diputada Mónica Macha, presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad del Congreso de la Nación, fue quien presentó al Congreso el proyecto de “Ley Olimpia Argentina” que habían redactado las activistas y que lograría convertirse en ley.

En diálogo con Malvestida, Macha destacó la importancia de la relación construida con Olimpia: “Olimpia sostiene mucho el vínculo con Ley Olimpia Argentina, se va relacionando cuando aparecen otras víctimas de la violencia digital, brindando información al haber vivido experiencias muy similares. Se armó una red muy específica y entre todas la alimentamos, la fortalecemos y la cuidamos”. Para ella, la construcción feminista tiene que ver con esto, y más aún en el contexto que está pasando la Argentina.

La colaboración entre Olimpia y las activistas feministas del sur continúa con el siguiente paso para complementar y fortalecer la protección de las mujeres contra las violencias digitales: el proyecto de la “Ley Belén”. Te damos un poco de contexto sobre este proyecto, que ya fue presentado en el Congreso argentino y espera ser debatido en 2025.

La activista mexicana Olimpia Corral se reúne con activistas en Argentina.
Imagen cortesía Grupo Sobrevivientes Ley Olimpia Argentina.
Imagen cortesía Grupo Sobrevivientes Ley Olimpia Argentina

El proyecto de la «Ley Belén» busca complementar la Ley Olimpia, incorporando el delito de difusión no consentida de imágenes íntimas al Código Penal, como respuesta a casos de violencia digital como el de Belén San Román, quien fue extorsionada por su expareja con la amenaza de difundir fotos íntimas, pagó para evitarlo, pero el contenido se viralizó. Belén cometió suicidio en 2022.

Su padre impulsó esta ley, que propone agravantes en casos de violencia de género y discriminación por orientación sexual o identidad de género. El proyecto, impulsado por colectivos sociales, enfrenta desafíos debido a la burocracia legislativa y a la oposición de algunos diputados, que cuestionan penalizar a quienes viralizan contenido íntimo, considerando que muchas veces ocurre de manera masiva e inconsciente.

La historia de Olimpia

Imagina que tienes 18 años y enfrentas una forma de violencia que no está contemplada por la ley, pero que te afecta profundamente: una expareja está divulgando contenido íntimo tuyo, por supuesto sin tu consentimiento.

Olimpia Coral Melo vivió esta situación en carne propia, y su experiencia impulsó un conjunto de reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y al Código Penal Federal en México. Estas reformas buscan reconocer la violencia digital y sancionarla. Actualmente, la Ley Olimpia ya se aplica en 29 estados del país, donde al menos 9 millones de mujeres han sido víctimas de violencia digital, según datos de la colectiva Luchadoras Mx.

La violencia digital puede manifestarse de diversas maneras: desde el acceso no autorizado a tus cuentas o dispositivos, la manipulación de información, la suplantación de identidad y la extorsión, hasta comentarios agresivos, acoso, amenazas o la difusión de fotos íntimas sin consentimiento. Reconocer estas formas es clave para enfrentarlas y protegernos.

La lucha de Olimpia Coral Melo trascendió las fronteras de México y se extendió por América Latina. Propuestas similares a la Ley Olimpia están siendo debatidas en países como Honduras, Colombia, Ecuador y Estados Unidos. Luego de México y Argentina, Panamá se convirtió en el tercer país en sancionar su Ley Olimpia, es decir, realizó el acto formal por el cual una autoridad pública aprueba una norma jurídica estatal o ley . En 2024, la Asamblea General de Panamá reconoció la violencia digital y comenzó a sancionar los delitos que violan la intimidad sexual a través de medios digitales.

El impacto de Olimpia ha sido reconocido a nivel internacional. En 2021, la revista TIME la incluyó entre las 100 personas más influyentes del año. Su trabajo, junto con el de un movimiento de defensoras digitales en Latinoamérica, ha logrado nombrar y desarrollar estrategias para combatir la violencia digital. Entre sus iniciativas más recientes se encuentra Ley Olimpia IA, una línea de apoyo desarrollada con inteligencia artificial, capaz de brindar asistencia en 30 idiomas.

Manifestantes apoyan el proyecto Ley Belén en Argentina.
Imagen cortesía Carla Peverelli
Imagen cortesía Carla Peverelli

¿Cómo cambió la Ley Olimpia a México?

Aunque es un fenómeno reciente, el estudio “Violencia sexual digital contra las mujeres en México: El papel de la Ley Olimpia en la transformación de los mandatos de género que la sostienen” buscó responder esta pregunta. Si bien esta lucha logró posicionar la violencia digital de género en la conversación institucional, persiste el arraigo de mandatos patriarcales entre los funcionarios, como la idea del «macho semental» que no puede controlarse o la noción de que las mujeres «provocan» la violencia. Paralelamente, el debate continúa, especialmente entre las personas jóvenes: mientras que las mujeres son quienes más reconocen este tipo de violencia, muchos hombres de su edad rechazan el movimiento feminista en general. El camino por recorrer sigue siendo largo.

Al preguntarle a Olimpia sobre la expansión de la Ley más allá de las fronteras de México, respondió: “Descubrimos una fórmula para visibilizar la violencia digital y castigar la violación a la intimidad sexual. Sentimos la necesidad de organizarnos, igual que lo hicimos en México: desde abajo, desde el territorio, desde las voces de compañeras que habían vivido violencia y que tenían que ser escuchadas”.

Gracias a los esfuerzos feministas, hemos aprendido a reconocer que la violencia digital no es más que una nueva forma de la violencia patriarcal. Este tipo de acoso es el mismo que ocurre en las calles o en espacios sociales, pero adaptado al ámbito digital: invade, afecta y busca controlar. También puede generar silenciamiento y exclusión.

Según el informe “Corazones verdes” de Amnistía Internacional (2019), el 70% de las mujeres que han sufrido abuso o acoso en línea realizaron cambios en la forma en que utilizan las plataformas, y el 36% dejaron de publicar o compartir contenido relacionado con sus posturas sobre ciertos temas.

¿Cómo sigue la Ley Olimpia Argentina?

Manifestantes apoyan el proyecto Ley Belén en Argentina.
Imagen cortesía Carla Peverelli
Imagen cortesía Carla Peverelli

Volvamos a la ya sancionada Ley Olimpia en Argentina: Durante su debate en 2023, la mayoría del arco político respaldó la iniciativa, con excepción de quienes en ese momento eran diputados de La Libertad Avanza. Su rechazo se basó en argumentos como el supuesto «gasto público» que implicaría la ley y la afirmación de que “discriminaba a los varones”.

Actualmente, esas dos personas ocupan los cargos de Presidente y Vicepresidenta de la Nación. En ese contexto en Argentina podemos reconocer un retroceso en los derechos de las mujeres, ya que el gobierno ha eliminado el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Esto plantea grandes desafíos para implementar la Ley Olimpia, ya que no existe un ministerio que pueda, por ejemplo, liderar las capacitaciones necesarias. Aun así, la Ley Olimpia sigue siendo una herramienta vigente y, aunque el panorama hoy sea difícil: cambia, todo cambia.

Seguiremos, hasta alcanzar los bienestares digitales

A pesar de los desafíos pendientes, es fundamental reconocer el enorme aporte de Olimpia Coral Melo en esta lucha, junto con otras sobrevivientes y organizaciones ciberfeministas. Tras una década de visibilizar la violencia digital, organismos internacionales como la OEA ahora abordan el tema y trabajan en la creación de una “Ley Modelo Interamericana”.

Sin embargo, en Latinoamérica ya contamos con una ley modelo: la Ley Olimpia. Es alentador ver cómo los movimientos de cada país colaboran, generando cambios concretos en sus comunidades. Si bien es responsabilidad de los Estados implementar políticas para proteger a su población, también es esencial exigir a las plataformas privadas que asuman su responsabilidad y tomen medidas efectivas.

La abogada e integrante de Gentic, Florencia Zerda, resume los próximos pasos: “¿Cómo seguimos? Estamos en el camino, pero debemos seguir presionando para que el resto de los países de América Latina completen las reformas. Los movimientos de derecha siempre han fluctuado a lo largo de la historia. Esperamos que este momento que atraviesa la Argentina sea breve y que pronto podamos hablar de un avance en los derechos de las mujeres y las diversidades”.

Esta colaboración se originó en el Festival LATAM de Medios Digitales y Periodismo 2024, una iniciativa anual de Factual que congrega a cientos de periodistas, fotoperiodistas, comunicadores, creadores de contenido, personas editoras, diseñadoras e ilustradoras y directivos de medios digitales de toda la región buscando promover el periodismo colaborativo y la libertad de expresión.

Más allá del trip: los psicodélicos podrían revolucionar la salud mental

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Hongos psylocibe. Zhen H vía Unsplash

Mientras que en el mundo avanza la idea de la despenalización de plantas medicinales (como la marihuana, la ayahuasca, o el peyote)  y otras sustancias como la psilocibina (presente en hongos alucinógenos), también avanza la investigación científica para entender qué pueden aportar estas sustancias a las alternativas del presente para cuidar la salud mental. 

En Latinoamérica, el uso de plantas psicoactivas no es algo nuevo; forma parte de las culturas indígenas desde hace siglos. Dejando de lado la discusión sobre el «extractivismo espiritual» (la apropiación de prácticas sagradas), nos interesó explorar cómo se combinan estas tradiciones con las investigaciones científicas más recientes que proponen otros paradigmas sobre salud mental.

La Dra. Carmen Amezcua, médica especializada en psiquiatría integrativa, hace una revisión en la historia de estas sustancias:

“Las civilizaciones mesoamericanas incorporaron hongos psilocibes a sus rituales y prácticas curativas desde hace más de 3 mil años. Esta tradición milenaria ha servido como inspiración para la investigación científica contemporánea. Es cierto que necesitamos mayor investigación en este tema para incrementar la evidencia y confirmar los beneficios para la salud mental; sin embargo, los resultados son alentadores y demuestran un alto potencial para la atención y tratamiento de algunos de estos padecimientos”.

Hoy, las alternativas para la salud mental están en expansión. Desde el uso de microdosis para tratar la depresión y las adicciones (con estudios en Europa y Argentina), hasta la posible legalización de sustancias como MDMA (éxtasis) y ketamina, que ya se están probando en ensayos clínicos en EE. UU. estamos en un momento en el que vale la pena preguntarnos qué sabemos sobre estas nuevas terapias, sus avances y los retos en esta era de “capitalismo psicodélico”. Demos un vistazo a algunas de ellas.

Del antro al consultorio: hablemos sobre éxtasis con fines terapéuticos

Conocido como “molly”, este psicodélico que empezó a estudiarse con fines terapéuticos en EEUU en los 2000 de la mano de asociaciones como MAPS (Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos), es uno de los más discutidos hoy en día. No se ha aprobado una droga psicodélica para uso médico. De suceder representaría un hito importante para esta clase de drogas, prohibidas desde la década de los 70.

Mateo Badini vía Unsplash

¿Qué se sabe?

Según un extenso artículo del New Yorker del 2023, investigadores de la Universidad Johns Hopkins, ha descubierto que la MDMA y otros psicodélicos reabren lo que los neurocientíficos llaman “período crítico” en el cerebro: esto se refiere a unas ventanas de tiempo que ocurren principalmente durante la infancia y la pubertad, durante las cuales las conexiones neuronales pueden cambiar y reorganizarse. Gracias a esto se producen estados mentales en los que, con acompañamiento de psicoterapia, podemos aumentar la capacidad revisar experiencias de trauma. Se considera su aplicación para tratamiento del estrés postraumático (PTSD), cuando los medicamentos y las terapias tradicionales no funcionan.

Legalización

En Estados Unidos ha ido creciendo el impulso para legalizar el MDMA. La empresa detrás de esto es Lykos Therapeutics (una filial de la Asociación Multidisciplinaria de Estudios Psicodélicos, una organización sin fines de lucro en California), que ha estado probando la sustancia junto con la psicoterapia en ensayos clínicos durante años, reportaba Wired Magazine. Pero la FDA recientemente votó en contra ya que manifestó “que no había pruebas suficientes para recomendar su aprobación”.

Antecedentes y riesgos

Una ley australiana hizo que el MDMA y la psilocibina estuvieran disponibles con receta médica. En cuanto a su peligrosidad para el consumo recreativo u otros, se considera una de las drogas ilegales más seguras.

Hongos psicodélicos: una estrella popular en la conversación

En la carrera de farmacéuticas y ahora start ups biotecnológicas (lo que explica el interés de gente como Musk) por investigar los usos terapéuticos de las sustancias psicodélicas, de abrir campo en el mercado masivo para ellas y de legalizar su uso, la psilocibina es la gran novedad. Al administrarse en dosis pequeñas es una sustancia que permite el consumo sin mayores riesgos y sin generar dependencia. Ojo, esto no significa que no sea importante complementar la autoadministración con psicoterapia y guía profesional.

¿Qué se sabe?

El Dr. Ain Stolkiner, médico egresado de la Universidad de Buenos Aires y becario doctoral de CONICET, que ha participado de varios estudios sobre microdosis realizados en Latinoamérica, y quien actualmente está llevando a cabo uno que propone investigar el impacto de retiros de meditación + efectos terapéuticos de la psilocibina en pacientes de cáncer con depresión y ansiedad, explica:

“Es un psicodélico que pone en manifiesto aspectos de la mente que no se perciben normalmente, alterando y flexibilizando momentáneamente funcionamientos cerebrales relacionados con nuestra concepción de identidad. Hay numerosos estudios clínicos recientes que muestran que la psilocibina puede asistir en la terapia de la depresión y ansiedad, con alta efectividad y seguridad.

Complementa esta información explicando que cada estudio clínico usa su propio protocolo de terapia, diseñado a discreción de los investigadores, y constituye una variable en el tratamiento que no se discute en la publicación. Por esta razón, contamos con relativamente poca evidencia que informe acerca de qué tipo de apoyo o psicoterapia es óptimo.

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Legalización

Las terapias con microdosis aún son ilegales en la mayor parte de Latinoamérica. Sin embargo, su origen natural permite que el estigma social sea menor en comparación con otras drogas. Otra particularidad viene del origen de la psilocibina es que no se puede patentar, dado que se consigue de forma casera y no necesita pasar por grandes laboratorios. Un objetivo de quienes promueven su uso terapéutico es avanzar hacia su legalización para hacer más seguras las aplicaciones caseras y asegurar que la información correcta circule. Como dice Enzo Tagliazucchi, investigador y colega de Stolkiner, las personas ya las están usando de todas formas, especialmente en sectores de clase media y alta.

Antecedentes y riesgos

El Dr. Stolkiner comparte un hallazgo muy interesante su trabajo con pacientes oncológicos, tratados con meditación y psilocibina:

“A pesar de que no existen trabajos comparando un tipo de terapia asistida con psicodélicos con otra, sí contamos con publicaciones que apuntan a un sinergismo entre la meditación y el uso de psicodélicos”. Stolkiner hace foco en un punto clave: la sinergia con terapia cognitiva, meditación u otros resulta crucial para observar resultados.

Con las drogas psicodélicas, el entorno y su administración son tan importantes como la sustancia.

“El proceso de desarrollo y evaluación de evidencia necesaria para introducir la psilocibina al mercado está avanzado a nivel internacional, y es concebible que en pocos años la FDA (Food and Drug Administration) la apruebe y entre al sistema de salud como un fármaco más en Estados Unidos.
De ser así, es esperable que otros sistemas de salud vean allanado el camino para incorporar a la psilocibina al sistema de salud corriente”. 

Ketamina: un giro al tratamiento de la depresión

La ketamina, una sustancia desarrollada como anestésico quirúrgico pero de consumo recreativo desde hace décadas, también está siendo probada en el tratamiento de la depresión, una condición que afecta a unos 280 millones de personas en todo el mundo. Los ensayos se han orientado a la depresión resistente a otros fármacos.

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¿Qué se sabe?

Según el periodista Scott Galloway, quien en un newsletter describe su paso por una clínica bajo tratamiento con ketamina, hay evidencia de que en dosis sub anestésicas puede ayudar a resolver afecciones como la ansiedad, el trastorno bipolar, el estrés postraumático y la depresión. Como las otras sustancias citadas, produce un estado disociativo y un período de neuroplasticidad después de tomarla.

Antecedentes y riesgos

La ketamina se estudia desde los 2000 y el consenso es que alivia los síntomas de la depresión durante un período que puede durar días o semanas. El debate es cómo las compañías farmacéuticas podrían beneficiarse de una sustancia cuya patente expiró en los años ochenta. Lo que tiene a favor respecto de los hongos y el éxtasis es que es legal. Sin embargo, algunos expertos desalientan su uso prolongado fuera de espacios terapéuticos, por la recurrencia de historias de consumo problemático.

Y tú qué piensas, ¿probarías alguna de estas alternativas?

Modelantes ilegales: las sustancias que dañan las vidas de mujeres trans

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La inyección de sustancias como aceites de automóvil y de cocina para la transformación de sus cuerpos provoca graves daños en esta población y la problemática está invisibilizada por parte de las instituciones de salud en CDMX, lo que impide dimensionar la magnitud de este fenómeno.

Texto y fotografías: Montserrat Sánchez Maldonado y Lucía Flores Mejía

Hace 20 años, empujada por la necesidad de reafirmar su silueta y de que sus glúteos se vieran más “bonitos…  así levantados”, Luisa Ekiwa Martínez buscó a alguien que la inyectara y así poder lucir un “cuerpazo”.

Dice que ella sólo se dejó inyectar litro y medio de esa sustancia que le dijeron era un aceite. Y dice “sólo” porque tenía amigas que se habían llegado a inyectar quince y hasta veinte litros. 

“Yo me sentía como una hormiga”, dice Luisa, una mujer trans que en ese entonces se dedicaba al trabajo sexual. Después del procedimiento, sus glúteos resaltaban sobre sus piernas largas y delgadas. Pero esa sustancia podía haber sido cualquier cosa: silicona líquida, aceites minerales, aceites comestibles o aceites de automóvil, productos que ahora buscan quedar prohibidos por una ley para ser inyectados. Pese a que la iniciativa de ley fue aprobada en la Cámara de Diputados esta espera ser revisada y en su caso aprobada en el Senado de la República, a donde llegó el 18 de septiembre de 2024.

Aceite de automóvil, aceite de cocina y cemento son algunas de las sustancias que durante muchos años han sido utilizadas para realizar cambios en los cuerpos de mujeres trans, una forma más barata, comparada con otras opciones, de tener senos o glúteos más grandes en poco tiempo. Las sustancias mencionadas anteriormente son de uso ilegal en cambios estéticos en la Ciudad de México desde junio de 2022, pero no existe una ley a nivel federal que pueda regular esto. 

Cuando Luisa se inyectó la conciencia sobre esto que ahora llaman “modelantes” era escasa y había poca información y difusión sobre las dolorosas consecuencias que esta práctica podría tener. Aún hoy en día no existen campañas significativas para prevenir la aplicación de estas sustancias.

A Luisa nadie le advirtió que 20 años después de ese pseudo tratamiento tendría que ir cada seis meses al doctor por un profundo hueco en el glúteo izquierdo, que tendría que hacerse curaciones semanales y que esto impactaría para siempre en su salud física, mental y en su economía. 

La doctora Marisol Ochoa, quien forma parte de la Unidad de Salud Integral para Personas Trans (USIPT), creada a finales de 2021 por la Secretaría de salud de la Ciudad de México para incluir a la comunidad trans y no binaria en la atención y promoción de servicios de salud pública, explica:

“Cuando se habla de modelantes en poblaciones transgénero, en algunos casos podríamos hablar de disforia de género, es decir, de la angustia o incomodidad que se siente hacia el propio  cuerpo y que suele ser común cuando la identidad de género no coincide con el sexo biológico”.

“Para lograr o conseguir la imagen que sí queremos ver en el espejo y que sí sea concordante con mi género, puedo llegar a aplicar estas sustancias, por la urgencia de querer un cambio inmediato”, explica Ochoa, especialista en dermatología que atiende a personas afectadas por este tipo de modelantes altamente dañinos para la salud.

Para Rocío Suárez, coordinadora general del Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT), el uso de modelantes no es un tema nuevo. De acuerdo con la activista, han sido empleados mayormente en mujeres trans que buscan generar un cambio en su apariencia para reafirmar su identidad de género.

“La mayoría de chicas que yo conozco y sobre todo en el trabajo sexual, todas han hecho uso que en la cara, pechos, piernas y [son] de todas las edades”, relata Luisa a quien conocimos en la Casa Hogar Paola Buenrostro de la Ciudad de México donde trabaja como coordinadora operativa y da acompañamiento a mujeres trans que han pasado por lo mismo que ella con el tema de los modelantes. 

Su espacio de trabajo es una habitación llena de recordatorios, números telefónicos, figuras de dinosaurios y una gaveta con los expedientes de diferentes mujeres, incluido el suyo, a quienes ayuda a dar seguimiento médico.

Problemática invisible en México

El uso de modelantes y los daños que estos provocan en poblaciones como la de mujeres trans están prácticamente invisibilizados en la Ciudad de México. Al pedir distintos datos vía transparencia para esta investigación, se pudo comprobar que las estadísticas levantadas por diversas dependencias solo toman en cuenta  a “hombres” y “mujeres”. 

Esto impide hacer un seguimiento a la comunidad trans y la invisibiliza, lo que les excluye de políticas públicas dirigidas a este sector que es uno de los más vulnerables a este tipo de problemáticas. Al no contar con datos es casi imposible entender la magnitud del problema del uso de modelantes.

Campañas de información emprendidas por instituciones de salud pública serían importantes para generar conciencia y dar información sobre los peligros del uso de modelantes entre las personas trans, y éstas son muy escasas. 

Vía solicitudes de transparencia a distintas instituciones de salud logramos saber que tan solo en la Ciudad de México en el periodo 2020 a agosto de 2024, se han registrado 109 casos de personas con daños a la salud por el uso de modelantes, sin que exista un desglose de cuántas de ellas son trans.

Enfermedad por modelantes: amenaza a la salud

Lo que al final le inyectaron a Luisa hace 20 años para tener glúteos más voluminosos, fue un aceite de biopolímeros, una de las sustancias ilegales más aplicadas. Los biopolímeros son macromoléculas derivadas del petróleo o la silicona, y al ser inyectados el organismo trata de expulsarlos. Es por eso que una de las mayores complicaciones se da cuando el modelante migra a distintas partes del cuerpo.

Luisa solo recuerda el apellido de la cosmetóloga que le hizo el tratamiento: Manzano. Ella le ofreció 10 aplicaciones por 10 mil pesos, pero después Luisa dejó de ir con ella y acudió al domicilio de una compañera trabajadora sexual para que le inyectara biopolímeros de manera más económica. Esta práctica estaba muy normalizada entre ella y sus compañeras.

Desde los años 80 el incremento en la demanda de cirugías estéticas y el insuficiente número de especialistas certificados en cirugía plástica ha ocasionado la proliferación de clínicas clandestinas que ponen en riesgo la salud e incluso la vida de las personas, advirtió el titular de la Dirección General de Calidad y Educación en Salud (DGCES) de la Secretaría de Salud, José Luis García Ceja.  

En 2022, por cada especialista en cirugía plástica certificado, existían entre 20 y 25 personas que realizan supuestas cirugías estéticas sin estar capacitadas y en lugares insalubres que ponen en riesgo la salud y la vida, según cifras que dio el especialista.

Durante el Foro “El estado actual de la cirugía estética en México”, García Ceja resaltó que el riesgo a la salud aumenta cuando personas con poca preparación suministran sustancias como biopolímeros que tienen consecuencias a largo plazo.

En 2018, unos 14 años después de haberse inyectado, la vida de Luisa comenzó a cambiar. Apareció una mancha y unas pequeñas bolas en su glúteo izquierdo que le dolían, pero pensó que con el tiempo se iban a deshacer. 

Sumado a eso, los médicos con los que acudió solo le recetaban paracetamol. Nadie le pidió que se hiciera radiografías o tomografías, nadie le revisó el área afectada y mucho menos le preguntó si ella había usado algún tipo de modelante para esa zona de su cuerpo.

Fue tras un accidente en 2023 en el que Luisa -que ahora tiene 46 años- cayó de nalgas, cuando notó que su piel se había vuelto más oscura y que la bola le provocaba más dolor. El modelante alojado en sus glúteos estaba tratando de salir por donde fuera posible. Luisa comparte:

“Fui a la Unidad de Salud Integral para Personas Trans (USIPT), ahí me revisó una doctora, comenzó por limpiar la herida pero después de dos horas, noté que no dejaba de sacar líquido, seguía y seguía trabajando en mi glúteo, era como si tuviera la piel podrida. Cuando volteo a verme mi nalga es cuando veo el hoyo”.

En entrevista, la dermatóloga Marisol Ochoa, quien forma parte de esta Unidad, mencionó que durante la aplicación de modelantes pueden existir complicaciones al momento o muchos años después. 

“Desde mi experiencia he visto que en muchos casos suelen ser aplicados por personas que no tienen formación en medicina, que desconocen de anatomía y al momento de la aplicación la sustancia se puede ir directamente a alguna vena o arteria y eso puede ocasionar problemas a corto o largo plazo”, explicó. 

La doctora Marisol Ochoa resalta la importancia de no hacer uso de este tipo de sustancias ya que pueden incluso generar condiciones discapacitantes. “Es posible que ya no puedan caminar, que se causen afectaciones al hígado, al riñón, generar enfermedades autoinmunes, dañar órganos que estén cerca del sitio donde se generó la aplicación, porque los modelantes no se quedan necesariamente donde se inyectan sino que hay migración de la sustancia, por ejemplo, si la pusimos en las nalgas, de repente encontramos a alguien que empieza a sentir bolitas en la espalda o dolor de las articulaciones”, sentencia.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) advierte que la aplicación de sustancias modelantes no absorbibles o no biodegradables puede causar enrojecimiento de la piel; producir infección, necrosar los tejidos y ulcerar la piel; e incluso afectar el sistema inmunológico causando enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide o lupus. 

Además, pueden dañar órganos vitales, ocasionar neumonitis; ser carcinogénicas; causar embolias; obstrucción vascular permanente con infartos; desfiguración permanente e incluso, ocasionar la muerte.

Rocío Suárez, del Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT), dice desconocer el número de muertes causadas por el uso de modelantes y en su experiencia las mujeres trans que se ven afectadas llegan al Centro cuando la problemática ya está muy avanzada: “Cuando la sustancia ya ha afectado tejidos y empezó a necrosar”.

El acompañamiento

Todas las mañanas, desde hace un año, la rutina de Luisa cambió. Entre sus actividades ahora debe hacer espacio para limpiar su herida. No puede dejar de hacerlo si quiere evitar alguna infección. 

“Yo ya quisiera que me lo quiten, que lo saquen todo porque es un dolor fuerte que ya no es tan molesto, es un dolor de que va y viene, es algo que te cambia porque ya vives con el dolor”, comparte Luisa mientras se cambia de posición en la silla de su oficina. 

Luisa no puede permanecer demasiadas horas sentada, le hace daño a su herida. Tampoco puede meterse a las albercas, acudir a un spa, comer carne de puerco y debe limitarse en su consumo de azúcares, todo para evitar que surja alguna bacteria.

Pero eso no es lo que Luisa más extraña. Poder correr y cabalgar eran de sus actividades favoritas, le ayudaban a despejarse, a sentirse bien con ella misma. Ya no puede hacerlo, debe cuidar que no se le abra más la herida. 

“Desde hace dos años no he tenido relaciones sexuales. Me da pena, por eso siempre me invento alguna excusa o solo me permito besos. No quiero que me vean así”, dice Luisa quien perdió un tercio de su nalga.

La doctora Marisol Ochoa, subespecialista en Dermatología Pediátrica egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), declaró durante el marco del Día Internacional contra la lesbofobia, homofobia, transfobia y bifobia (17 de mayo), que el uso de modelantes representa cerca del 10% de los motivos de consulta en dermatología. 

Rodeada por los perritos que ha adoptado el albergue, Luisa asegura que no hay compañera trans que no haya hecho uso de modelantes. 

Desde 2020, el albergue Casa Paola Buenrostro ha acompañado a por lo menos 40 chicas por problemas de salud tras uso de modelantes, según sus propios registros. Algunas en condiciones similares a las de Luisa y otras con heridas más profundas.

El primer paso es acompañarlas al Hospital General, no importa si cuenta con seguridad social o no, ellas pueden ser atendidas ahí. Dependiendo la gravedad son tratadas ahí o canalizadas al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, mejor conocido como Nutrición.

La realización de un tomografía para saber qué partes del cuerpo han sido afectadas por el uso de modelantes es algo esencial en el tratamiento de mujeres trans, esto es un servicio gratuito, aunque no se cuente con seguridad social, en el Hospital General, sin embargo pueden pasar meses para tener acceso a este estudio. Luisa relata:

“A muchas compañeras las he limpiado,
les he visto sus heridas”.

Reforma contra modelantes: promesa pendiente de justicia

En junio de 2022, las Comisiones de Procuración de Justicia y de Igualdad de Género del Congreso de la Ciudad de México votaron a favor de la reforma para prohibir y sancionar la aplicación de sustancias modelantes no autorizadas con fines estéticos. Con la votación se acordó agregar los artículo 141 Bis y 141 ter en el Código Penal para establecer de seis a ocho años de prisión como mínimo, a quien inyecte o aplique sustancias modelantes no autorizadas por las autoridades con fines estéticos y que causen daños a la salud.

En 2023 María Clemente García Moreno y Emmanuel Reyes Carmona, entonces legisladores de Morena impulsaron una iniciativa federal relacionada al uso, sanción y aplicación de modelantes. Tras ser aprobado el dictamen en comisiones, éste pasó a discutirse en el pleno. La Cámara de Diputados le dio luz verde en abril de 2024 y lo turnó al Senado de la República para su revisión hace un par de meses. Aún está pendiente de aprobarse.

En entrevista, García Moreno destacó que fueron dos los principales objetivos cuando lanzaron la propuesta. En primer lugar, definir cuáles son las sustancias modelantes con fines estéticos que sí se pueden usar y cuáles no, es decir, tener un catálogo definido sobre cuáles son las sustancias nocivas y cuales las permitidas.

A nivel federal se busca que quede prohibido el uso de silicona líquida, aceites minerales, aceites comestibles, aceites de automóvil, grasas vegetales o animales, cemento óseo, biopolímeros orgánicos o sintéticos, o cualquier otra sustancia no apta para uso humano. 

Además, se pretende la estipulación de una pena para las personas que realicen estos procedimientos de 5 a 8 años de prisión. 

“El uso de inyecciones de sustancias modelantes con fines estéticos no es una solución, y no debe ser vista como una alternativa a la transición de género. Muchas veces la aplicación de este tipo de sustancias puede ser una herramienta para transformar la apariencia física y, en el caso de las personas trans, estos procedimientos posibilitan la afirmación de género pero no son la mejor opción para su salud”, comentó García Moreno.

En el documento de la reforma se plantea la importancia de que “las instituciones de salud garanticen a las personas que buscan este tipo de tratamientos la seguridad y bienestar de que están siendo atendidas por profesionales y no en supuestas clínicas de belleza que operan en la clandestinidad atentando contra la vida, integridad corporal y la dignidad de las personas”. 

“El tema se tiene que tratar como un tema de salud pública porque la enfermedad por uso de modelantes requiere de la intervención de varios médicos y especialistas ya que es un padecimiento crónico y degenerativo, entonces todas las personas que hacen o hicieron uso de estas sustancias van a necesitar atención médica y no se les debe negar sin importar que tengan o no los recursos para pagarlo”, declaró la exdiputada. 

Actualmente Reyes Carmona funge como senador de la bancada de Morena y en 2023 advirtió que “postergar el análisis y discusión de esta iniciativa significaría poner en riesgo la vida de muchas personas por parte de clínicas “patito” .

Para Rocío Suárez, la coordinadora del CAIT, esta iniciativa de ley no contribuye a la calidad y expectativa de vida de las personas trans, incluso advierte del posible aumento de estas sustancias desde la clandestinidad.  “Necesitamos acceso a servicios de salud para la terapia hormonal o para cirugías de reafirmación de género. Con esa ayuda podríamos reducir o impedir que las mujeres lleguen a realizar estas prácticas”, agregó. 

Desde su experiencia, Suárez afirmó que la falta de opciones para acceder a tratamientos hormonales sigue siendo un problema por los altos costos y la falta de servicios en zonas rurales. 
“Hay un mercado en torno al tema de las cirugías de reafirmación de género y casi siempre se concentra en las grandes ciudades, muchas mujeres trans emigran de sus comunidades a la Ciudad de México para poder cambiar su cuerpo”, dijo.

Tan solo en los últimos cuatro años, Rocío ha visto pasar desde el Centro a 40 mujeres con problemas por el uso de modelantes. Las ha escuchado, acompañado y guiado a los centros de salud, como el Hospital General, para que puedan acceder a un tratamiento. 

Ante este panorama, la activista urge a que las autoridades atiendan este problema como un tema de salud pública. “El Estado tiene que asumir esta responsabilidad por lo menos en el caso de las mujeres, quienes son las que enfrentan las complicaciones en su vida diaria”, sentenció.  

Además, Rocío Suárez no solamente urge a brindar un tratamiento sino también a promover y crear campañas de prevención contra el uso de modelantes:

“Los prejuicios son uno de los factores que contribuyen a que las mujeres trans no hagan un chequeo constante y previo a alguna complicación, y los servicios de salud pública te van a atender hasta que tengas un problema grave. Hoy por hoy, en México no hay un modelo preventivo”.

Regresar el tiempo

Custodiada por los perritos que la siguen a cada paso que da dentro de la casa, Luisa quisiera regresar el tiempo, no haberse inyectado, haberse informado antes. Desearía no tener una parte de glúteo faltante. 

“Sé que no tomé una buena decisión, pero sí agradezco no haberme inyectado la cara, en ese entonces también tenía ganas de hacerlo. Ahora con las jóvenes que llegan a vivir aquí y me dicen que se quieren inyectar yo les aconsejo que no lo hagan, me he bajado el pantalón para mostrarles lo que les puede pasar. Les intento decir que mejor paseen en bicicleta, que sigan con su tratamiento hormonal y poco a poco se les va a moldear su cuerpo”.

Con las voces de las demás chicas de fondo y los perros apurando el paseo, Luisa está convencida de que compartir su historia podría evitar el sufrimiento y el dolor que el uso de sustancias ilegales puede provocar.

*Este trabajo fue realizado gracias al apoyo de la beca Exprésate 2024 de la International Women’s Media Foundation (IWMF).

Salma Jillian: “Hacer moda no es juntar cosas que combinen, es explicar quiénes somos”

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Salma Jillian es una voz poderosa y disruptiva que está emergiendo en el estilismo mexicano. Timberland globalmente reconocida por su compromiso con la calidad, durabilidad y diseño innovador, nos puso a modo para conocer su colección Otoño-Invierno y encontrarnos con esta creadora de contenido que con sus outfits ultra sensoriales y súper urbanos, cargados de guiños visuales a la Ciudad de México y hechos por ella misma con todo tipo de elementos como pan o garrafones de agua, está narrando de una manera entrañable y plena de significado la experiencia de crecer en estas coordenadas.

Con la bajada de las temperaturas, Timberland ofrece recomendaciones de looks acogedores y prendas super cool para que quienes las usen se sientan cómodos durante sus aventuras este otoño. Inspirada en la vida urbana moderna, estas prendas están diseñadas para personas que buscan prendas que combinan comodidad, estilo y resistencia para enfrentar el ritmo de la ciudad. 
Los materiales premium y sostenibles garantizan la durabilidad, mientras que los diseños de las prendas permiten mantenerte en tendencia sin dejar aun lado la funcionalidad y comodidad.

¿Quién es Salma Jillian?

Nos encontramos para conversar y reconocernos como chilangas, nacidas y habitantes de esta ciudad. Ella creció en Gustavo A. Madero, la alcaldía más al norte de la Ciudad de México, un lugar lleno de una diversidad fascinante de cosas que mirar, desde la impresionante Basílica de Guadalupe, con su estructura circular y su techo turquesa, hasta la arquitectura de la colonia Lindavista, que se remonta a los años 30 y evoca el glamour de Beverly Hills. 

La zona siempre me ha parecido de una abundancia vibrante en mercados coloridos, tianguis de todo tipo y está rodeada de cerros y barrios originarios, como el pueblo de Santiago Atzacoalco y el de San Juan de Aragón. Así que al escucharla tengo la impresión de que Jillian es una chava que desde chiquita supo que la moda no es solo ropa, es una forma de expresar cosas, gustos, de trazar mapas y de dialogar con el entorno.

¿Cuándo se decide que es lo que nos parece bello?

En el presente, la mirada de Salma y lo que quiere comunicar se orienta con los recuerdos de la ciudad de su infancia. Mientras conversamos, entrecierra los ojos y hace memoria: empezó a mirar con atención el caleidoscopio de objetos, texturas y colores desde la casa familiar, la de Irma, su abuelita, donde la luz filtrada por el encaje de las cortinas, el olor de la madera y las macetas con plantas verdes y aterciopeladas siempre la hicieron soñar.

Además, creció observando a su madre, de quien aprendió a expresar sin temor al “qué dirán”. Con cada pliegue de un vestido y cada destello de un collar, Salma absorbía una lección fundamental: el estilo es una extensión de la personalidad.

“Quería compartir lo que yo viví, sus colores y texturas y empecé haciendo sesiones de foto en mi cuarto, con mi celular. Ya después me quité la pena de salir, pude comprarme una cámara y empecé a buscar locaciones de cosas que también quiero compartir. La comida mexicana, las tradiciones, los sonidos cotidianos de la ciudad y sus personajes como los repartidores de agua, los colores del camión de la basura y los oficios en los que trabajamos, están presentes en mi propuesta”.

Mapas de memoria y aesthetic de la Ciudad

Salma se define como una persona muy visual y explica cómo sus recorridos cotidianos se centran en hallar spots coloridos, rebosantes de texturas y sonidos para suspender momentos de su pasado, el motivo principal de su trabajo. Su proceso es meticuloso y fascinante: me explica que cada shooting es dibujado previamente para aterrizar todos los elementos que necesita para construir sus outfits y componer las fotos:

“Plasmo cómo me lo imagino; voy construyendo lo que veo en mi mente. Con esto en mano voy buscando lugares donde puede suceder.. por ejemplo, cuando trato de compartir una memoria con mi abuelito recuerdo el olor del pan, los colores de la panadería y obvio, que siempre pedía el pan en bolsa. De allí parto para construir el outfit, esos elementos están presentes”.

El centro, con los pregones de los vendedores, la gente, los compradores, los colores de las mercancías y de las lonas, las canciones que suenan y las personas que lo transitan, es un punto de la ciudad que a Salma le inspira muchísimo para crear, pero no el único: “Me interesaba hacer formatos de estilismo, como ‘get ready with me’ en lugares comunes como las estaciones del metro, porque allí también hay magia. Mis principales elementos están a la mano: trabajo muchísimo con materiales reciclados e incluso con cosas que otros desecharon si me sirven para comunicar… la ciudad no es sólo la Condesa y la Roma, la ciudad es hermosa también en las zonas en las que otros crecimos y a mí me gusta mucho hablar de lo que conozco”.

Moda no significa que combinen las cosas

Salma cierra esta conversación compartiendo cómo un proceso tan personal y catártico puede ser fascinante o puede sacar de confort a quienes lo observan: “Me han dicho cosas como que los accesorios no combinan, pero para mí la propuesta no está en cada elemento por separado: cuando lo ves en conjunto entiendes por qué está allí cada cosa”. Y es que para dotar de poder a cualquier proyecto hay que creer en él:  “A mí hasta me han preguntado si no me da pena. Pero si tuviera que decirle algo a quien quiere hacer estilismo le diría: “vive tu vida sin pena”. A esas personas quizá se les va a olvidar que te vieron. Aprende a conocerte, qué te gusta, qué no. Que no te importe lo que la gente diga: tú trabaja para estar segura de ti y de que te conoces. La moda es experimentar hasta que seas tú misma“.


Equipo
Foto: @dianacaballero__
Asistente de iluminación: @angie_queupumil
Styling: @lalo_cortez
Maquillaje: @jessicadiazmakeup

Timberland continúa su compromiso con el medio ambiente utilizando materiales reciclados y tecnologías de producción responsables que reducen el impacto ambiental. Encuentra la colección completa en las Boutiques Timberland, así como la tienda online oficial:  https://www.timberland.com.mx/

Hablemos del riesgo de la prisión preventiva oficiosa para narcomenudeo

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Por Ana Calderón Salazar, Ximena Said y Fernanda Torres, de Intersecta

Imagina que te diriges con tus amigos a un festival de música y se encuentran con un retén de policía. Les registran sus pertenencias y encuentran que llevan mariguana. La cantidad que traen es poco más de la necesaria para hacerse un par de porros cada quien, pero eso es suficiente para que les detengan y les envíen a prisión por narcomenudeo. Este escenario, que quizás te suene muy dramático, podría ser realidad si se aprueba la reforma para ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa en México. Si nunca has escuchado sobre el tema, acá te explicamos.

Esta imagen muestra a una persona cuyo rostro no se ve con cannabis en la mano
Alexander Gray / Unsplash

La política de drogas en México se ha centrado en perseguir y criminalizar a quienes participan en la producción, distribución y consumo de sustancias. Esto ha sido así desde hace esto ha sido así en México desde hace poco más de un siglo1 y, lejos de haber avanzado hacia una reducción de los posibles daños relacionados a cada uno de los procesos mencionados, la prohibición ha generado muchos problemas que han afectado de manera desproporcionada a poblaciones históricamente discriminadas.

El enfoque prohibicionista está a punto de endurecerse (todavía más) con la iniciativa de reforma constitucional relacionada con la prisión preventiva oficiosa presentada por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de este año. Esta propuesta busca ampliar el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa para incluir al delito de extorsión, distintos delitos fiscales, así como diversos delitos relacionados con drogas sintéticas como el fentanilo y el narcomenudeo2.

Para entender qué riesgos implica esta reforma para las personas, sean o no consumidoras de sustancias, primero necesitamos aclarar un concepto base: ¿qué es el narcomenudeo? 

La Ley General de Salud divide en dos tipos los delitos contra la salud relacionados con narcóticos: 

  1. los de narcomenudeo, que son perseguidos e investigados por autoridades locales, y
  2. los de narcotráfico3, que son perseguidos e investigados por autoridades federales. 

    La distinción más importante entre ambos es la cantidad.
Crystalweed Cannabis / Unsplash

La regulación mexicana contempla la posibilidad de que las personas consuman ciertas sustancias y que, por lo mismo, posean cierta cantidad de estas sin que sea un delito4. Sin embargo, el solo hecho de poseer cantidades mayores a las permitidas, y menores a las que constituyen narcotráfico, sin intención de venderlas, ya es un delito que se llama posesión simple. Por ejemplo: poseer más de dos gramos de opio, más de 0.5 gramos de cocaína, más de 0.04 gramos de metanfetamina o más de cinco gramos de mariguana ya constituye el delito de posesión simple.

Para que te des una idea: un porro promedio puede contener entre 0.32 g y 1g de marihuana. Por lo tanto, si tomamos como medida base un porro que pesa 0.5 gramos, bajo lo estipulado en la ley actual, traer 11 porros de marihuana se considera un delito de posesión simple.


Actualmente la posesión simple no es parte del catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, porque la Constitución señala que ameritan prisión preventiva oficiosa “los delitos graves que determine la ley en contra […] de la salud”.  Es decir, bajo la ley actual, poseer 11 porros no es considerado un delito grave y por lo tanto, no amerita prisión preventiva oficiosa. Con la redacción de la propuesta de reforma esto cambia y la prisión preventiva oficiosa ya se podría ampliar a todas las conductas contempladas bajo narcomenudeo, incluida la posesión simple. Esto implica, por ejemplo, que una persona que posea seis gramos de mariguana, o 12 porros de 0.5 g cada uno (un gramo más de los cinco permitidos para autoconsumo), podría ir a prisión preventiva automáticamente.

Esto tiene muchísimas implicaciones. Por un lado, afecta de manera desproporcionada a las personas consumidoras, pues si se les acusa de cometer el delito de posesión simple tendrían que defenderse desde prisión5. También permite acusar de este delito y enviar a prisión sin pruebas a cualquier persona. De hecho, en nuestro país, los casos en los que se planta droga a las personas son bastante comunes6. Por ejemplo, imagina que un día discutes con un policía por un asunto de tráfico y terminas en el Ministerio Público. Ahí, el policía saca una bolsa que contiene 6 gramos de mariguana y dice que la encontró en tus cosas. Esos 6 gramos de mariguana y el indicio, es decir, la posibilidad, de que la traías, podrían hacer que termines en prisión mientras se investiga y resuelve que efectivamente la sustancia no era tuya.

Pero para entender la complejidad de esto,  ¿qué es la prisión preventiva oficiosa?

En México, las personas pueden ingresar a prisión de dos maneras: con sentencia y sin sentencia. 

Si entran con sentencia, es porque un tribunal ya determinó que la persona cometió un delito. Es decir, ya se investigó y se probó que la persona de hecho es culpable. 

Si entran sin sentencia, aún no se determina si cometieron o no un delito. Existen dos formas en las que una persona puede ser encarcelada sin sentencia: la prisión preventiva justificada y la prisión preventiva oficiosa. ¿Por qué se llama prisión preventiva? Porque conlleva colocar a la persona en prisión durante el desarrollo de la investigación, con el objetivo de prevenir poner en riesgo el desarrollo del proceso. En México existen más de trece medidas cautelares para proteger el proceso y la prisión preventiva, tanto oficiosa como justificada, es apenas una de ellas. 
Las autoridades pueden enviar a una persona a prisión preventiva una vez que ha sido “vinculada al proceso”, lo que ocurre cuando un tribunal considera que “existe la probabilidad de que la persona imputada cometió o participó” en un delito. La vinculación al proceso ocurre después de que las fiscalías formulan la imputación en contra de una persona ante un tribunal. Es decir, cuando la fiscalía avisa a la persona que la está investigando, pero antes de acusarla e incluso investigarla. Esto ocurre cuando la fiscalía ya tiene certeza sobre el delito y sobre la posible participación de la persona en el mismo, por lo que se atreve a ir a juicio a sustentarlo, pero sin haber concluido la investigación..

En otras palabras, la prisión preventiva permite privar a las personas de la libertad por la simple sospecha de que pudieron haber participado en una actividad considerada como un delito, sin que la investigación esté terminada. En este sentido, el que una persona esté en prisión preventiva nos dice muy poco sobre si es o no responsable de cometer un delito, pero mientras eso se averigua, se le envía a prisión, con todas las consecuencias que ello implica.

Como ya mencionamos, existen dos formas de prisión preventiva: la justificada y la oficiosa.

La prisión preventiva justificada implica que la fiscalía tiene que demostrarle al tribunal que la persona pone en riesgo el proceso. En estos casos dejar a la persona en libertad podría implicar que, por ejemplo, se fugue o amenace a personas testigos o víctimas para que no declaren. Además de demostrar que la persona está haciendo esto, la fiscalía tiene que justificar que ninguna otra medida cautelar —como el embargo de bienes, la colocación de localizadores electrónicos o alguna otra de las trece posibilidades solas o combinadas— sirven para contener a la persona y garantizar que el proceso se desarrolle.
Por otro lado, está la prisión preventiva oficiosa, que procede automáticamente cuando se vincula a proceso a una persona por alguno de los delitos contenidos en el Artículo 19 de nuestra Constitución. La prisión preventiva oficiosa no requiere de una evaluación previa que contemple las circunstancias de cada caso  o si la manera en la que la persona imputada se está comportando implica realmente un riesgo para el desarrollo del proceso. La prisión preventiva oficiosa se impone no porque se demuestre que la persona pone en riesgo el proceso, sino porque se presume que la persona es un riesgo. Esta suposición, además, se basa en los indicios que señalan que, de manera potencial, la persona pudo haber cometido cierto delito. Es decir, sin prueba alguna se presume que la persona es un riesgo y que es culpable.

Otra diferencia importante entre ambas medidas tiene que ver con su revisión y cambio. La prisión preventiva justificada puede quitarse, porque se impone con base en las circunstancias de cada caso y estas pueden cambiar. La prisión preventiva oficiosa no puede quitarse. Una vez que se impone esta medida, no hay nada que la persona pueda hacer para salir. Solo le queda esperar hasta que se resuelva su caso o hasta que se cumplan los dos años que la Constitución marca como límite para estar en prisión preventiva7.

En resumen, la lógica de la prisión preventiva oficiosa es que si vinculan a una persona al proceso, es porque existe la probabilidad de que cometió el delito. Y si existe la probabilidad de que cometió el delito, es mejor que esté encarcelada en lo que se comprueba si lo cometió o no. No hay nada que la persona pueda hacer para salir de la prisión preventiva oficiosa: no importa si tiene el respaldo de su familia; no importa si tiene que proveer al sustento de otras personas; no importa si no está molestando a nadie; no importa si promete presentarse ante un tribunal periódicamente. No importa nada: se presume que es un riesgo y se le encarcela.

¿Cuál sería el impacto de la reforma?

En 2022, según el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE) 2023, de los 108,917 delitos registrados en investigaciones abiertas por fiscalías por narcomenudeo, el 80% fue por posesión simple. Con base en estudios sobre el tema, podemos saber que la mayor parte de estas investigaciones se inician a partir de detenciones de personas consumidoras8. Esto se exacerba en el caso de adolescentes: nueve de cada diez delitos en investigaciones abiertas por fiscalías son por posesión simple.

Además, a diferencia de lo que ocurre con muchos delitos en los que las fiscalías ni siquiera llevan los casos a los tribunales para vincular al proceso a las personas, el narcomenudeo es de los delitos que más se judicializan. Alrededor de tres de cada diez carpetas abiertas por narcomenudeo llegan frente a un tribunal. Es una proporción altísima en comparación con otros delitos, en donde el promedio de judicialización es de una de cada diez carpetas —o menos. Para 2022 estos fueron poco más de 35 mil delitos relacionados con personas a las que se les acusa de alguna conducta relacionada con el narcomenudeo. En esta etapa de judicialización es donde se le vincula a proceso a una persona y donde se dicta la prisión preventiva.

¿Por qué nos preocupa que se añada el narcomenudeo, especialmente la posesión simple, al catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa? Porque esto tendrá un impacto en las tasas de encarcelamiento, considerando que es de los delitos con mayores tasas de judicialización. En este caso, el segmento poblacional que probablemente será afectado de manera desproporcionada es el de hombres jóvenes de escasos recursos.

El encarcelamiento de personas consumidoras implica barreras de acceso a artículos básicos y de atención médica y psicológica, así como vivir eventos de discriminación y violencia al interior de las prisiones.

Asimismo, conlleva costos emocionales y financieros para las personas consumidoras en prisión preventiva oficiosa y para sus familias, quienes se vuelven responsables de proveer comida, medicina y ropa ante las condiciones y carencias dentro de los centros penitenciarios. Las familias se hacen cargo de los costos de vida del encierro, así como de los trabajos de cuidado y emocionales que esto involucra. Por esta razón, el castigo que supone el encarcelamiento no solo afecta a la persona a la que se señala de cometer algún delito, sino que se extiende hacia sus familias e impacta a comunidades enteras, especialmente a las mujeres que realizan las labores de cuidado.

Elsa Oloffson / Unsplash

Además, la aplicación de la prisión preventiva oficiosa recae sobre grupos específicos. Una radiografía general de las personas que se encuentran en prisión preventiva en México demuestra que son, en su mayoría, jóvenes, con un nivel de educación básico, que ganan uno o dos salarios mínimos al mes, en trabajos muchas veces precarios y que, en la mayoría de los casos, ya tienen hijos o hijas menores de edad. Existen diferencias claras en cuanto a hombres y mujeres, pues las mujeres que están en prisión preventiva vivían en situaciones más precarizadas desde antes de entrar a prisión, situación que empeora al interior de los centros penitenciarios.

El diagnóstico de la iniciativa justifica la necesidad de esta reforma en el creciente consumo de sustancias psicoactivas, así como el aumento de laboratorios en donde se producen drogas sintéticas y el incremento en decomisos de sustancias como mariguana, cristal y fentanilo9. Se enmarca al consumo —sin hacer diferencias en los tipos de este—  como una amenaza a la salud pública, sobre todo para las personas jóvenes. Sin embargo, la iniciativa no contempla las consecuencias negativas que la criminalización, tanto de la producción, distribución y consumo, ha exacerbado durante años, afectando de manera desproporcionada a la población de escasos recursos.

Si hablamos de atender riesgos de salud pública necesitamos acciones enfocadas en la mejora de las condiciones sociales, económicas y emocionales que impactan en la salud de las personas. Por lo tanto, entender al consumo de sustancias como un problema de salud pública nos obliga a pensar en la creación de estrategias más allá de la criminalización.

Se necesitan estrategias integrales como la creación de espacios educativos que brinden información verificada sobre la composición de las sustancias y la variedad de sus efectos; la regulación de los estándares de producción; así como el fortalecimiento de instituciones de salud pública que atiendan a las personas involucradas a través de programas públicos enfocados a la atención y acompañamiento psicosocial. También es importante la creación de diagnósticos que permitan generar datos que ayuden a identificar la raíz de los distintos fenómenos relacionados al consumo problemático, entendiendo este como el tipo de consumo que afecta las relaciones sociales, económicas, laborales y emocionales de la persona consumidora. Nada de esto será posible si la aproximación sigue enfocándose en la reproducción de estigmas y narrativas que criminalizan a las personas involucradas en estos procesos.  

Ampliar la prisión preventiva oficiosa es ampliar la posibilidad de encarcelar de manera más fácil a más personas, sin la obligación de comprobar las acusaciones en su contra. Esto tendrá un impacto brutal en la vida de miles de personas, incluyendo a las familias de las personas involucradas. La prisión preventiva oficiosa es una medida que va en contra de las recomendaciones internacionales10 sobre la reducción de daños y riesgos. Es necesario redirigir las políticas de drogas actuales hacia la reducción de daños y riesgos como la transmisión de enfermedades por jeringas compartidas, o los efectos físicos o psicológicos de los consumos prolongados o riesgosos11 y alejarnos de objetivos imposibles como la eliminación absoluta de las drogas.

Haciendo eco de una de las exigencias centrales del movimiento de reducción de riesgos y derechos de las personas consumidoras, creemos que, más que castigar, lo que toca es apoyar. 

  1. Astorga, Luis, El siglo de las drogas, Ciudad de México, Debolsillo, 2016 ↩︎
  2. Intersecta elaboró un análisis detallado de las implicaciones de la reforma considerando todos los delitos que propone agregar al catálogo de los que ameritan prisión preventiva oficiosa. Dicho documento técnico puede consultarse aquí ↩︎
  3. Elementa DDHH, Prisión por posesión. El papel del delito de posesión simple en la guerra contra las drogas en México, 2022. ↩︎
  4. Ibidem ↩︎
  5. Ver los Amparos en Revisión resueltos por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de consumo de marihuana: 237/2014, 1115/2017, 623/2017, 1163/2017, 547/2018 y 548/2018, así como la Declaratoria General de Inconstitucionalidad 1/2018. ↩︎
  6. Ver, por ejemplo, Mario Galeana, “Puebla: lo que la policía no te cuenta sobre las drogas”, Manatí Mx, 19 de abril de 2022.; “Policías estatales siembran droga a periodista”, Comunicadores.mx, 8 de julio de 2024.; Monserrat Angulo, Montserrat Castillo y Amaya Ordorika, “El uso político de los delitos de drogas: el desalojo de la Okupa Cuba”, Pie de Página, 29 de junio de 2022. ↩︎
  7.  Estos dos años, sin embargo, pueden extenderse si el retraso en el proceso se debe a la propia defensa de la persona. De acuerdo con el Censo Nacional de Sistema Penitenciario Federal y Estatales 2024 del Inegi, en 2023, de las personas en prisión preventiva, el 20.1% de los hombres y el 21.7% de las mujeres llevaban más de dos años esperando sentencia. ↩︎
  8.  Para más información, sugerimos consultar la serie de investigaciones de la organización Elementa DDHH, bajo la línea “Las otras rutas del narcomenudeo”. ↩︎
  9. Existen aproximaciones hacia el consumo del sustancias, como la mentanfetamiena y fentanilo, que contemplan las causas geopolíticas, como la relación y cercanía con Estados Unidos, y que buscan priorizar la reducción de daños así como el respeto de los derechos humanos de las personas. Un ejemplo de esto es la Guía para el abordaje de consumos de metanfetamina y fentanilo en México elaborada por organizaciones y personas dedicadas a la investigación y activismos relacionados al consumo de sustancias ↩︎
  10. COPOLAD es un programa de cooperación regional impulsado por la Unión Europea que busca el mejoramiento de las políticas de drogas en  países de América Latina y el Caribe. Cuentan con un repositorio de documentos y recomendaciones internacionales relacionadas al cumplimiento de este objetivo que se puede consultar en esta página. ↩︎
  11.  Paloma Reynoso, “Cambiando narrativas: la guerra contra las personas y la política de drogas en México”, Animal Político, 8 de octubre de 2023. ↩︎

TDAH y género: Mi Historia de Diagnóstico Tardío

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Me abrumo cuando me dicen muchas cosas al mismo tiempo; dejé la estufa prendida; es la tercera vez que pierdo mi cartera en el último año… ¿será que tengo TDAH?

Esta es una pregunta que anduvo rondando por mi cabeza bastante tiempo, hasta que hace unos meses decidí ir al psiquiatra para tener un diagnóstico formal. Después de un cuestionario sobre mi vida y un examen para evaluar mi nivel de atención y manejo de la información, el doctor concluyó que sí, que todo indica que tengo Déficit de Atención e Hiperactividad.

Para mí, una mujer de 27 años, esto fue de algún modo una sorpresa pero también un gran alivio. Había pasado una vida entera poniéndome etiquetas como “distraída”, “desorganizada” e “impulsiva”. Y aunque tal vez sí sea todas esas cosas, ahora entiendo que es porque mi cerebro funciona diferente a “lo que se espera”. 

Claro que esto me llevó a hacerme muchas preguntas, en especial sobre el diagnóstico tardío y si esto tiene algo que ver con el género. Entre platicas con amigues diagnosticadxs, leer mucho y platicar con mi psicóloga y psiquiatra, entendí muchas cosas que me hubiera gustado saber hace mucho tiempo y que creo que es súper valioso dejar plasmadas en este texto.

Para todo esto, ¿qué es el TDAH?

Si buscamos en internet las respuestas son muy similares. Mayoclinic lo define como un trastorno que tiene que ver con problemas para prestar atención e hiperactividad. Con la definición que yo me quedo, sobre todo porque es más amplia, es la del “Manual de acompañamiento diagnóstico para TDAH” de Laboratorio Afectivo, que por cierto, voy a citar mucho:

el TDAH es un neurotipo que se caracteriza por una diversidad funcional en la regulación de la atención, así como por una alteración considerable en las funciones ejecutivas y un nivel importante de impulsividad e hiperactividad, ya sea física o cognitiva”

Creo que todos entendemos las palabras “atención”, “impulsividad” e “hiperactividad”, pero puede ser que el concepto de “funciones ejecutivas” no quede tan claro. En pocas palabras, las funciones ejecutivas son procesos cognitivos complejos que nos ayudan con tareas como la organización, la planificación, la regularización y la revisión. Ajá, organizar nuestra ropa, planificar nuestra semana o regular nuestras emociones. 

Estos síntomas no se manifiestan igual en toooodas las personas que tenemos TDAH, pero aunque pueda parecer obvio, por muchos años nos han encasillado en un molde. Esto es importante tenerlo en cuenta porque además de ser una causa del diagnóstico tardío, también es una de las razones por las cuales existe un sesgo de género en el diagnóstico.

Los mitos del TDAH y el diagnóstico tardío

Los mitos alrededor del TDAH pueden hacer que se descalifique la idea de tenerlo y que por eso mismo se nos diagnostique hasta adultos. Para mí, fue el de “si tienes déficit de atención te va mal en la escuela”.

Desde niña, no solo no me iba mal en la escuela, de hecho, me iba mejor que al promedio. Supongo que por eso mis papás nunca relacionaron todas las demás señales con el TDAH. Fue hasta que hace unos meses empecé a investigar más sobre el tema que descubrí que esto no era cierto. De hecho hay algo llamado “hiperfoco” o “hiperfijación”, que hace que muchas personas neurodivergentes nos concentremos en cosas específicas por mucho tiempo y de manera muy intensa, normalmente cosas que nos gustan. En mi caso siempre ha sido el colegio y el trabajo, y eso explica por qué, a pesar de que en las demás áreas de mi vida me cueste ser organizada, atenta y paciente, en todo lo que tiene que ver con estudiar, escribir o aprender nunca he tenido problemas.

Lo mismo pasa con el mito de que las personas con TDAH no pueden concentrarse en una misma cosa por mucho tiempo. Y aquí volvemos al hiperfoco: a lo mejor alguien es descuidado al lavar los platos porque cero le emociona, pero no se le va una manejando porque es algo que le gusta mucho.

Otro mito es que el TDAH es algo solo de la infancia y se quita con el tiempo. Esto puede hacer que varias personas crean que si son adultes, ya no pueden ser diagnosticades, y es que, de hecho es difícil encontrar información sobre el tema enfocado en adultxs. 

El siguiente mito es uno de los más comunes y uno de los que hacen que exista un sesgo de género en el diagnóstico: la idea de que la hiperactividad es necesariamente observable. Aunque yo sí tiendo a cambiar muchas veces de posición, apretar las manos o mover la pierna, la imagen que yo tenía de alguien con TDAH era un niño corriendo por todos lados, todo el tiempo. La hiperactividad también puede ser una experiencia interna, como tener muchos pensamientos al mismo tiempo, y también tiene que ver mucho con tu contexto.

El TDAH y el sesgo de género

Es aquí donde entra el género, los estereotipos y el rezago que tiene la medicina cuando se trata de personas con vulva. No fue hasta 1999 que empezaron a existir estudios sobre el TDAH y las mujeres. Antes de esto, se pensaba que era algo casi exclusivo de las personas que eran asignadas como hombres al nacer. 

Una de las pioneras sobre este tema fue la psicóloga Kathleen Nadeau, coautora de la publicación “Entendiendo a niñas con TDAH”. Ella cuenta que los hombres se reían y descalificaban su investigación porque en los colegios los niños eran mucho más problemáticos que las niñas. Ajá, como era mucho mayor el porcentaje de niños que tenían problemas poniendo atención en clase o problemas con maestros por no poder quedarse quietos, eran solo ellos los que tenían TDAH.

Aunque han pasado 25 años desde esto las cosas no han cambiado mucho. La mayoría de estudios acerca del TDAH y de herramientas para diagnosticarlo siguen enfocados en niños y hombres, tal como señala el  Instituto de Neurociencia Cognitiva Aplicada

Los hombres suelen exteriorizar mucho más sus síntomas, y las mujeres tendemos a interiorizarlos. “Los rasgos típicos masculinos del TDAH suelen ser la hipersensibilidad, la incapacidad de concentración, la tendencia a cambiar de trabajo y la dificultad para asumir responsabilidades.
Para las mujeres son más comunes la baja autoestima, la angustia psicológica, los sentimientos de inadecuación y el estrés crónico”, según investigaciones del mismo instituto. Obvio esto hace que los síntomas en mujeres sean mucho menos observables, pero esto no quiere decir que no existan.

Y para echarle más limón a la herida, otro obstáculo para que nos diagnostiquen más chicas es la manera en la que se nos socializa desde que nacemos. “Las niñas tienen que ser bien portadas”, “las niñas siempre tienen que estar limpiecitas”, “los niños corren en el patio, las niñas dibujan en la sala”. Todas estas ideas han hecho que las mujeres crezcamos siendo más cuidadosas, y “tranquilas”.

El problema está en que muchas veces no es que en realidad lo seamos, nos han enseñado a serlo. Esto también tiene mucho que ver con un concepto llamado “masking” o enmascaramiento, que es básicamente la capacidad que tenemos las personas neurodivergentes de parecer “normales”. Ajá como un superpoder pero del que a veces ni siquiera somos conscientes.

En palabras de Laboratorio Afectivo, “el masking ocurre cuando nuestro contexto espera cierto tipo de conductas o reacciones de nuestra parte, pero esas expectativas no están alineadas con la forma en la que típicamente funcionamos o reaccionamos, por lo que tenemos que hacer un esfuerzo adicional por performar la conducta esperada”.Como dice Roma Montoya, una académica de la escuela de psicología de la Usach, es súper normal que las mujeres con TDAH  hagamos enmascaramiento para lograr cumplir con los estereotipos de género. Además, como mencionó en un artículo publicado en el diario de la universidad: “Resulta importante reconocer las diferencias de género en las primeras observaciones que se realizan de TDAH , ya que si bien las niñas pueden tener mayor prevalencia del tipo inatento, esto no significa que también puedan presentar hiperactividad o una presentación combinada de esta condición”.

Entonces no es que las niñas no quieran correr por todos lados, es que reprimen este impulso porque alguien les dijo que no debían hacerlo. En la vida adulta pasa lo mismo. Como dice la investigadora especialista en estudios feministas, Sonia Herrera, se espera que las mujeres seamos ordenadas en todos los ámbitos. Esto hace que desarrollemos herramientas que nos ayuden a serlo, aunque eso no significa que no nos cueste el doble de trabajo que a una persona neurotípica. 

Esto último es mi caso. En general soy organizada y limpia pero en realidad son cosas que me cuestan mucho trabajo. Toda la vida me culpe por no tener esa habilidad innata que tantas mujeres sí tienen, y por eso también fue tan liberador saber que todo eso tiene que ver con el TDAH. Ahora soy mucho más compasiva conmigo porque sé que en efecto, me cuesta más trabajo que a los demás.

Los síntomas no son los mismos, el tratamiento tampoco lo tiene que ser

Cuando me diagnosticaron, decidí empezar a tomar un medicamento que me ayuda a estar más concentrada. Y aunque sé que no había nada malo conmigo antes, en este momento de mi vida me ha ayudado a no gastar más dinero en reponer carteras perdidas , a lidiar mejor con el rechazo cuando escribo un guion, y a ser más productiva porque así me lo exige el trabajo en el que estoy actualmente. 

Claro que poder ir al psiquiatra y poder comprar este medicamento es un privilegio y eso también puede ser una barrera para que las personas reciban un diagnóstico oficial en cualquier punto de su vida. Por eso el manual de Laboratorio Afectivo hace mucho énfasis en que así como todas las personas con TDAH lo vivimos diferente, el diagnóstico y el tratamiento no tiene que ser el mismo.

En lo personal a mí sí me da mucha paz tener un diagnóstico, sobre todo porque también quiero probar si las medicinas me ayudan. Pero para alguien más, solo entender que su cerebro funciona diferente puede ser suficiente. 

Además, existen muchas herramientas más como el propio manual de Laboratorio Afectivo, la meditación, las listas o muchas otras estrategias como las que comparte César Galicia en este artículo para Animal MX.

Si algo he aprendido en estos meses de meterme de lleno al tema de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, es que el mundo está hecho para unos cuantos, empezando por los hombres y las personas neurotípicas. Por eso es tan importante escribir, leer, hablar y compartir nuestras experiencias como mujeres y personas neurodivergentes. Porque pueden hacer que nos sintamos menos solxs y que entendamos que no hay nada de malo con ser nosotrxs. Que otras maneras de pensar y de vivir no están equivocadas y que somos mucho más que las etiquetas que nos hemos puesto por intentar encajar en un mundo al que no le interesa que encajemos.

“No me gusta que me digan guerrera”

Cada vez más mujeres con cáncer de mama piden que su enfermedad no sea vista como una “batalla”, sino como un proceso complejo que es necesario apoyar. En este texto, presentado por Ocean Spray Pink Cranberry en apoyo a Fundación CIMA, recopilamos testimonios de 4 pacientes.

El cáncer de mama se ha convertido en uno de los tipos de cáncer más «marketeables». Gracias al icónico lazo rosa y las campañas de sensibilización, esta enfermedad ha logrado capturar la atención del público. Y vaya, esta no es una crítica a esta labor. Pero en el relato sobre esta enfermedad la constante es un lugar común: hablar del proceso como una “batalla”. Así vamos de una historia a otra escuchando cómo las personas “vencieron al cáncer”, “perdieron la batalla”, “están luchando contra la enfermedad”.

Este enfoque ha generado un estigma que afecta a las personas diagnosticadas, convirtiéndolas en símbolos de “lucha y resistencia” para simplificar la complejidad de su experiencia. Y la imagen de la “guerrera” que se asocia con ellas no solo se utiliza para motivar, también presiona a las pacientes a encajar en este molde idealizado. Sin embargo, hay un detalle que parece estar escapando: por más familiar que nos resulte la metáfora, esta es una guerra que ninguna de las ‘combatientes’ escogió. Y aunque esta narrativa puede parecer empoderadora, ¿hemos pensado en el efecto que tiene en la salud mental de las sobrevivientes? En Malvestida buscamos ampliar esta conversación.

Esta mañana es especial para mí. Voy a encontrarme con cuatro sobrevivientes de cáncer de mama –Vezna, Irma, Mirna y Conchita–  a quienes he llegado por la generosidad en la gestión de Fundación CIMA y Ocean Spray. Y también por los vínculos de confianza que ellas han tejido con esta organización, un lugar que las cuatro describen como un sitio seguro para ser algo más que las “guerreras” de una epopeya que ninguna eligió.

VEZNA

Vezna Pérez es una mujer elocuente, directa. Ha estado frente al cáncer en varias ocasiones en su vida. Recibió el diagnóstico de cáncer de mama hace un año, justo a la edad que tenía su madre cuando falleció por la misma enfermedad. No es la única persona en su familia que partió por esto. Su tía, hace 30 años, también atravesó esta experiencia que la condujo a la muerte.

El estereotipo de “guerrera” sugiere que estas experiencias se atraviesan en solitario, con el “heroísmo” como herramienta. Pero las historias del cáncer son todo menos eso. Las familias también acompañan estos procesos y el miedo, un sentimiento perfectamente humano, también funciona como brújula en las supervivientes. Vezna relata:

“Cuando noté que algo no estaba bien en mi cuerpo… casi antes del diagnóstico, mi decisión estaba tomada: yo decidí hacerme una mastectomía bilateral… en un inicio se tomó como una decisión radical y apresurada. Pero yo quiero vivir y sabía que iba a hacer lo que tenga que hacer. Reuní a mi familia para romper el estereotipo de “no hay que hablar de esto para no preocupar”. Me sentí muy bien de poder decirles”.

La obligación de luchar contra el cáncer: una expectativa que daña la salud mental

“El papel de guerrera es un estereotipo que no comparto, no me gusta que me digan guerrera. Esto me amarra a una lucha en mi vida y yo no vine a luchar, vine a fluir en amor. Si te lo crees no lo sueltas y vives en una lucha constante, independientemente de que tengas cáncer o no… Escuchas de alguien que está pasando por el cáncer y está normalizado verlo así. Pasa que a veces la misma gente te exige gratitud, no puedes llorar ni estar triste porque “estás viva”. No tienes derecho a estar mal: eres una guerrera y por tanto tienes que estar fuerte y firme”.

Y es que la metáfora de la batalla simplifica toda la complejidad de una experiencia que toca muchísimas aristas: psicológicas, económicas, laborales, familiares.
Resulta que la “batalla” reduce un universo de detalles, complejidades y participantes en la experiencia.

“Cuando hay un enfermo de cáncer
la familia también se enferma y sufre.
Es horrible callarse las cosas”.

CONCHITA

Nos hemos reunido para escucharnos porque no siempre se tiene la oportunidad. Al recibirlo, Conchita Jiménez no pudo hablar de su diagnóstico de cáncer de mama: fue una noticia fuerte que le informó que estaba en la etapa 4 de la enfermedad, una etapa que es muy crítica y potencialmente letal.

Saberse enferma no inició una conversación con los suyos. Conchita sólo tocó el tema por la superficie, con su hija y con una hermana. Entrecierra los ojos y recuerda que aunque en su casa “todos sabían que que estaba mal”, nadie hablaba de esto. “Yo no quería decir nada porque ellos sabían y no me preguntaron, me hacían sentir que no les interesaba”.

Y es que no siempre hemos hablado sobre el cáncer de mama

“El diagnóstico me derrumbó, yo estaba en el piso. En aquella época (hace 17 años) no se hablaba de esto. Un año estuve como robot. Empezó a ser más público porque se enfermaron las artistas: Alejandra Guzmán, Daniela Romo. Luego falleció Lorena Rojas y se habló más”.

Aquí entra el trabajo de la sociedad civil, porque los diagnósticos en las instituciones de salud pública no suelen venir con contención emocional o con alternativas de salud mental que acompañen a quienes los reciben. Conchita recuerda:

“Cuando llegué a CIMA
empecé a ver la realidad.
Antes de llegar me sentí presionada
a ser fuerte: era una olla de presión…
ni siquiera podía mencionar
la palabra “cáncer”.

La primera persona que le dijo a Conchita que no tenía que ser siempre fuerte fue una amiga, en CIMA. Ella fue la primera que le dijo que “se vale que esté molesta y llorar”. Conchita la recuerda y sus ojos se desbordan de lágrimas. Su nombre era Ela y murió después, por la enfermedad.

¿Dónde termina la experiencia del cáncer de mama?

Conchita reflexiona sobre cómo, desde su perspectiva, la supervivencia disuelve el interés. Le parece que dicen: “ella tuvo cáncer, pero… pues aquí está”. Sin embargo su historia no termina con la experiencia activa de la enfermedad. Añade: “nadie me pregunta ni me escucha. Atravesar el cáncer y estar aquí no fue… no es fácil”.

IRMA

Irma Betanzos recibió su diagnóstico hace dos años, en el mes de su cumpleaños.
Ya lidiaba con una tristeza que define más fuerte que su enfermedad: la muerte de su hijo. Recuerda que a lo largo de su proceso han habido momentos en los que el principal deseo que sentía era no levantarse de la cama. También fue en CIMA donde se permitió estar enojada y triste por el diagnóstico. No se había abierto el espacio.

“Si por el cáncer soy fuerte,
preferiría ser la más débil
del mundo”

“No me parece adecuado decir que el cáncer es una batalla. El día a día es una batalla, la lucha no es exclusiva de la enfermedad”. A Irma no le gustó escuchar que le llamaran guerrera: “si por el cáncer soy fuerte, preferiría ser la más débil del mundo”. Cuando le pregunto qué relatos le gustaría escuchar sobre el cáncer, comenta: “Me gusta el ‘sólo por hoy’. Me gustan los momentos. Quiero que otras cosas sobre mí también sean importantes. No sólo mi cáncer… Nos da miedo morir, pero cuando dejamos de hacer lo que nos gusta estamos muertas en vida”.

MIRNA

Mirna Cortés vivió violencia médica, pero pese a ello eligió escuchar a su cuerpo. Siempre se hizo mastografías en el Seguro Social, no había resultados anormales y quizá por ello, su interés en monitorear su salud no fue muy bien recibido: batalló para hacerse más estudios porque era menor de 40 y no se notaban bultos en sus mamas. Pero la historia familiar le pisaba los talones: como a otros parientes, a su hermana le diagnosticaron cáncer. Y con la repetición se encendió la alerta. Había una extrañeza en su cuerpo y una sensación de fiebre, no detectada por termómetros, que ella sentía claramente.

“Pasé por mi alcaldía, cuatro meses antes me había hecho otra mastografía pero decidí repetir el estudio”. El resultado fue afín a su intuición: Birads5, alta sospecha de malignidad y cáncer de mama. Había carcinoma.

La “batalla” no es sólo el cáncer de mama

Mirna vivió una triple angustia con su diagnóstico: primero por la agresividad del cáncer de mama, luego porque esto sucedió en plena pandemia y además, porque tuvo que activar la búsqueda de una solución económica para realizarse una mastectomía bilateral y una ooforectomía (retiro de ovarios) por los antecedentes de su familia. Recuerda que más que el miedo le invadió una preocupación extrema: ¿cómo pagaría su tratamiento?

Mirna menciona un dato que le compartió su médico: menos del 10% de las personas que experimentan el cáncer de mama tiene antecedentes familiares trazables. Del resto aún no sabemos el porqué.

Otras narrativas sobre el cáncer de mama son posibles y para ello, necesitamos escuchar las experiencias de las personas diagnosticadas y las sobrevivientes. Las etiquetas y las metáforas depositan expectativas de fortaleza constante, suelen generar presión para ocultar la vulnerabilidad de las personas diagnosticadas con cáncer de mama (y muchas otras enfermedades).

¿Podemos dejarlas atrás para abrir espacios para la vulnerabilidad y el duelo? ¿Qué nos falta para asumir que las emociones son parte integral del proceso, y que es esencial que quienes experimentan el cáncer de mama tengan derecho a sentir más que fuerza, a expresar su tristeza o frustración?

¿Estamos listas para acompañarles como quieren y se merecen?

Ocean Spray es consciente de la importancia de unirse a la lucha contra el cáncer de mama, por lo que, desde hace años, apoya de manera permanente a la Fundación CIMA a través de la venta de su producto con causa: Ocean Spray Pink Cranberry. Además, promueve iniciativas para generar concientización sobre el cáncer de mama, la importancia de su prevención y el autocuidado. Este año Ocean Spray donará el 5% de las ventas de Pink Cranberry, lo que garantiza que su apoyo a Fundación CIMA continúe de manera permanente.

Más militares, ¿más seguridad?

Fernanda Torres1 y Ximena Said Chávez2, Intersecta

En febrero de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso una serie de reformas a la Constitución. Varias de ellas tienen que ver con cambios complejos y profundos relacionados con derechos humanos como el acceso a la justicia, a la información, la seguridad y la libertad de las personas. Una de estas reformas tiene que ver con la Guardia Nacional y las fuerzas armadas. En los días pasados fue discutida y aprobada tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores. Lo más probable es que próximamente la aprueben los 17 Congresos locales que se necesitan para declararla constitucional, con lo cual podrá ser publicada por el presidente en el Diario Oficial de la Federación.

Para nosotras, esta reforma es sumamente preocupante. Consideramos que la militarización de la seguridad pública no ha resuelto los graves problemas de seguridad que tiene México y, por el contrario, es una estrategia con múltiples implicaciones negativas para los derechos humanos.
Acá te explicamos de manera breve la iniciativa de reforma y te compartimos cinco razones por las cuales esta propuesta es problemática.3

¿De qué va la iniciativa?

La iniciativa de reforma propone dos modificaciones principales. 

La primera es que la Guardia Nacional sea parte de la Fuerza Armada Permanente (junto con el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada) y que dependa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en lugar de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. La iniciativa pretende que la Guardia Nacional, como institución militar, se dedique a las funciones policiales –incluso la investigación de delitos– y tenga capacitación policial.

La Guardia Nacional también contaría con fuero militar. Este fuero existe debido a que las fuerzas armadas tienen una función de origen extraordinario: la guerra. Implica que las fuerzas armadas tienen sus propias reglas, fiscalías, defensorías, tribunales y cárceles para juzgarse. Es un régimen de justicia distinto, que no ha pasado por las transformaciones y modificaciones del Poder Judicial Federal.

En otras palabras, lo que tendríamos sería una institución militar –en papel y en la práctica– a cargo de la seguridad pública (un ámbito que debería ser civil), y que además de todo contaría con fuero militar, lo que implica que los abusos que pudieran cometer sus elementos se podrían investigar bajo una lógica distinta, lo cual podría dificultar el procesamiento de casos de violaciones a derechos humanos, y afectar la transparencia y rendición de cuentas.

En cuanto a la segunda modificación, la iniciativa propone que el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada puedan participar en labores de apoyo a la seguridad pública de forma permanente. 

Actualmente, lo que tenemos es un artículo transitorio en la Constitución que establece que las fuerzas armadas pueden participar en la seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria a las autoridades civiles, en un plazo que concluye en 2028. Esta iniciativa da al Congreso la facultad de expedir leyes que regulen esa participación y permite que el presidente disponga de las fuerzas armadas en los términos de las leyes que expida el Congreso. Por primera vez desde 1857, la Constitución dejaría de establecer que las fuerzas armadas en tiempos de paz sólo pueden realizar funciones relacionadas con la disciplina militar. Así, lo que propone la iniciativa es que las fuerzas armadas puedan dedicarse a tareas distintas a la guerra (o seguridad nacional) y que puedan participar en la seguridad pública sin límites temporales ni constitucionales. 

La iniciativa en contexto

Nos parece importante decir que esta iniciativa no surgió de la nada. Por el contrario, es el último de varios intentos por militarizar a la Guardia Nacional.

En 2019 tuvo lugar una reforma constitucional con la que desapareció la policía federal y se reformó a la Guardia Nacional. Ya desde entonces se propuso que esta fuera militar. Sin embargo, gracias a largas discusiones y una resistencia contundente, esto no sucedió. En aquel entonces, la voluntad de las personas legisladoras, por una gran mayoría, quedó clara: la Guardia Nacional debía ser civil. Esto quedó plasmado en la Constitución.

Así, se supone que la Guardia Nacional debería ser civil, pero bajo la premisa de que está en proceso de consolidación y necesita apoyo para lograrlo, la mayoría de los elementos que la integran son comisionados (o sea, prestados) de las fuerzas armadas y dependen en muchos aspectos de la Sedena. Por si fuera poco, en los últimos años la Sedena y la Semar han ganado presupuesto y plazas (puestos de trabajo), mientras que a la Guardia Nacional se le han reducido4. ¿No se suponía que la intención era su consolidación?

El intento más reciente de militarizar a la Guardia Nacional se dio cuando se le transfirió, a través de una ley, su control operativo y administrativo a la Sedena. La Suprema Corte5 declaró que esto era inconstitucional, por lo que ahora se busca que el cambio (y la validación de lo que ya ocurre) se plasme en la misma Constitución. Este es el último intento para conseguir eso que se ha buscado desde 2019, aprovechando la supramayoría con la que cuentan Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión.

Cinco razones por las que la propuestas es problemática

Pero ¿cómo se justifica la iniciativa? El documento asegura que la estrategia de seguridad implementada por el actual gobierno es distinta a la de los dos sexenios previos y que ha mostrado resultados positivos, pues ha logrado reducir la violencia. Aquí analizamos los argumentos que ofrece la iniciativa para sostener el éxito de la estrategia de seguridad actual y ofrecemos consideraciones adicionales para explicar por qué es problemática la propuesta de extender las funciones de las fuerzas armadas en la seguridad pública de forma permanente.

Razón 1. Que las fuerzas armadas sean populares no es justificación suficiente


La iniciativa menciona la percepción favorable que tiene la ciudadanía sobre las fuerzas armadas. Esto es problemático por, al menos, dos razones. En primer lugar, los datos usados por la iniciativa tienen limitaciones importantes. Por mencionar un aspecto, las encuestas usadas excluyen a sectores que están en frecuente contacto con los militares —por ejemplo, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu) solo se aplica en contextos urbanos, dejando fuera a la población rural6—. En ese sentido, no nos permiten conocer lo que piensa un sector importante de la población que de manera cotidiana convive con estos cuerpos de seguridad.

La segunda consideración es respecto al uso en sí mismo de la percepción ciudadana para evaluar el desempeño de las instituciones públicas. Sin duda la percepción ciudadana es un componente relevante para el diseño y evaluación de las políticas públicas. Sin embargo, la decisión de continuar esta estrategia debe basarse en una evaluación rigurosa que demuestre si la participación de los militares en la seguridad de hecho ha servido o cuáles han sido sus implicaciones.

Razón 2. Las fuerzas armadas abusan de la fuerza y esto es una constante en el tiempo

Por otro lado, la iniciativa señala que la estrategia de seguridad del gobierno actual ha contribuido a reducir los abusos de la fuerza atribuidos a las fuerzas armadas. La evidencia con la que contamos en Intersecta y Data Cívica es que si se contrasta la actuación de las fuerzas armadas con la de las policías, sus abusos son iguales o mayores. Para esto aquí mostramos tres indicadores. 

Primero, en el informe Con Copia Oculta Asunto 2: A(r)madas y letales, analizamos la severidad del uso de la fuerza por parte de las autoridades. Los resultados de la investigación sugieren que hay un uso desproporcionado de la fuerza; que las autoridades matan más de lo que lastiman y detienen, y que usan más fuerza letal que la acorde a la resistencia ofrecida por las personas agresoras. Está desproporción es más pronunciada en las fuerzas armadas en comparación con las fuerzas civiles, y estos abusos de las fuerzas armadas persisten en los tres sexenios de los que tenemos datos. 
Por otro lado, la información recabada por la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad nos muestra las condiciones en que las personas privadas de su libertad fueron detenidas. Los datos muestran que la arbitrariedad y la tortura en las detenciones es mayor para las fuerzas armadas en comparación con las policías7. Por ejemplo, sabemos que más de ocho de cada diez personas privadas de su libertad detenidas por las fuerzas armadas reportaron haber vivido al menos un incidente de violencia en el contexto de sus detenciones. Esta proporción es mayor a la registrada en las detenciones por autoridades civiles (siete de cada diez).


Por otro lado, la información recabada por la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad nos muestra las condiciones en que las personas privadas de su libertad fueron detenidas. Los datos muestran que la arbitrariedad y la tortura en las detenciones es mayor para las fuerzas armadas en comparación con las policías. Por ejemplo, sabemos que más de ocho de cada diez personas privadas de su libertad detenidas por las fuerzas armadas reportaron haber vivido al menos un incidente de violencia en el contexto de sus detenciones. Esta proporción es mayor a la registrada en las detenciones por autoridades civiles (siete de cada diez).

Gráfica que muestra en qué porcentaje las autoridades ejercieron violencia en las detenciones de personas privadas de su libertad. Se muestra que cuando las realizan las fuerzas armadas la violencia es mayor.

Finalmente nos detendremos en los casos ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos. El sexenio de Calderón fue en el que se registró el número más alto de quejas recibidas por la CNDH para las fuerzas de seguridad federales. Desde entonces el número de quejas recibidas ha disminuido; sin embargo, estas nunca disminuyen a niveles previos a 2007. En ese sentido, el uso de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública supone un riesgo constante para los derechos humanos. Más aún, aunque la iniciativa presume que la Guardia Nacional mejoró con la conformación de esta de personal militar, en este sexenio la Guardia Nacional tiene más quejas abiertas (2,001) que Sedena (1,827) y Semar (693). De hecho, en este sexenio la Guardia Nacional tiene más quejas abiertas ante la CNDH que la Policía Federal de Felipe Calderón (1,903). Si nos basamos en este indicador, la mejora no es obvia.

Razón 3. Reducción no es atribución

También se le atribuye a la estrategia de seguridad militarizada que los homicidios dolosos hayan dejado de aumentar8 y que la incidencia delictiva vaya a la baja9. El problema principal con este tipo de afirmaciones es que no vienen acompañadas de evidencia sobre cómo la participación de las fuerzas armadas tuvo un impacto en su reducción. El seguimiento aislado de indicadores no constituye en sí mismo una evaluación sobre el impacto de una política pública.

Esto porque incluso cuando hay una reducción en la violencia, esta puede no deberse a la estrategia de seguridad militarizada.

Por considerar un ejemplo, de acuerdo con la Envipe10 en la CDMX se ha observado una reducción importante en la tasa de incidencia delictiva, sin embargo, en esta entidad el despliegue militar es mínimo11. El mismo gobierno de Claudia Sheinbaum ha señalado que este éxito se debe a una estrategia integral, basada en inteligencia y prevención de autoridades civiles, no militares.
Así, si bien no hemos podido encontrar estudios metodológicamente rigurosos del éxito de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública, sí existen diversos estudios que relacionan el incremento de la violencia (particularmente homicida) con la estrategia de ataque frontal al crimen organizado impulsada desde el gobierno de Felipe Calderón. Los análisis son diversos en cuanto a fuentes y metodologías, pero coinciden en mostrar cómo la estrategia de seguridad militarizada falló en contener y reducir la violencia. Y más aún, algunos incluso exponen cómo en ciertos casos la estrategia de seguridad militarizada contribuyó al aumento de la violencia12.

Razón 4. Implicaciones para la democracia

Además de los riesgos en cuanto a abusos de la fuerza y aumento de la violencia, hay otros efectos a tomar en cuenta al hablar sobre la participación de militares en la seguridad pública. Ejemplo de ello son las implicaciones para la democracia.

Existen estudios que señalan que la militarización es un obstáculo para el desarrollo democrático y la protección de los derechos humanos y las libertades políticas y civiles13. El trabajo de la académica Carolina Torreblanca, por ejemplo, muestra evidencia sobre cómo las operaciones de erradicación de cultivos ilícitos tienen un efecto en la disminución de la confianza hacia las fuerzas armadas y en la participación política en elecciones federales de las comunidades sobre las que actúan14. Ahora: lo democrático no termina con las elecciones. Para que la ciudadanía tenga elementos para apropiarse y participar activamente en la discusión de los problemas públicos necesita conocer las decisiones tomadas y el uso de los recursos públicos. En ese sentido, tal y como establece la Constitución, las personas tenemos derecho a saber15 Sin embargo, nos preocupa lo que va a implicar militarizar la Guardia Nacional en términos de transparencia. Desde organizaciones como R3D, Data Cívica e Intersecta hemos evidenciado que la Sedena miente sobre la inexistencia de información que debería de ser pública según la ley y se niega a compartirla16

Razón 5. La iniciativa va en contra de los compromisos internacionales




Finalmente, queremos hablar sobre cómo la iniciativa no cumple con las recomendaciones y compromisos internacionales en materia de seguridad, derechos humanos y fuerzas armadas. El estándar internacional más importante para México en términos de fuerzas armadas y su participación en labores de seguridad pública se encuentra en la sentencia de Alvarado contra México, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Este fallo delimitó los criterios para la participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública, estableciendo que tiene que ser extraordinaria, subordinada y complementaria, regulada y fiscalizada17. Estos criterios no se incluyen de forma explícita en la propuesta, además de que, en la práctica, tampoco se cumplen.

Nos parece importante llamar la atención a que el criterio de subordinación y complementariedad explicita que las labores de las fuerzas armadas no deben incluir en ningún caso las de policía judicial o ministerial. Este criterio ha sido reiterado por diversas instancias de derechos humanos18. Aún así, la iniciativa permite a la Guardia Nacional coadyuvar, como fuerza armada, en la investigación de delitos.

Finalmente, nos importa resaltar que la Corte Interamericana no ha sido la única en llamar la atención sobre los riesgos y los límites de la participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública. Distintos organismos internacionales de derechos humanos han instado directamente a México a reducir de forma gradual, para finalmente eliminar, la militarización de la seguridad, llamando la atención sobre sus riesgos y efectos negativos19.

Y esto ¿por qué debería de importarnos?

Como hemos explicado a lo largo de este artículo, los argumentos que proporciona la iniciativa no son suficientes para justificar un cambio tan radical en el modelo de seguridad. No hay evidencia contundente y rigurosa que apoye a la continuación de la militarización de la seguridad pública, pero sí hay (mucha) evidencia acumulada sobre los riesgos que supone usar a los militares como policías.

Los cambios que supone esta reforma debemos leerlos de manera conjunta con el resto de las iniciativas de reforma. Su complejidad implica la necesidad de analizar y dialogar, de cuestionarnos si resuelven los problemas que dicen resolver o si hacen lo contrario. 

La inseguridad y las violencias son temas urgentes que atraviesan nuestra vida diaria, pero queda acá preguntarnos si lo que se nos propone es la solución que necesitamos o si, por el contrario, supondrá mayores problemas.


  1. Egresada de la Licenciatura en Políticas Públicas del CIDE Región Centro y oficial del Área de Datos en Intersecta. ↩︎
  2.  Licenciada en Derecho por la UNAM y oficial del Área Jurídica y de Políticas Públicas de Intersecta. ↩︎
  3.  Si quieres conocer la información completa y a detalle te recomendamos el Documento técnico de Análisis de la propuesta de reforma constitucional sobre las fuerzas armadas de Intersecta y Data Cívica. También el Informe del Inventario Nacional de lo Militarizado de México Unido Contra la Delincuencia, el Programa de Política de Drogas e Intersecta. ↩︎
  4. Intersecta y Data Cívica, Documento técnico de Análisis de la propuesta de reforma constitucional sobre las fuerzas armadas, 2024, pp. 12-14. ↩︎
  5.  Se declaró inconstitucional en la Acción de Inconstitucionalidad 137/2022 resuelta por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 20 de abril de 2023. ↩︎
  6. De acuerdo a Torreblanca (2024), muchas de las operaciones de “erradicación” de plantíos ilícitos del Ejército y Fuerza Aérea son implementadas precisamente en localidades rurales. ↩︎
  7.  Intersecta, Amicus curiae para la Acción de Inconstitucionalidad 63/2019, 2023, p. 18. ↩︎
  8.  Gaceta Parlamentaria, Iniciativa del Ejecutivo federal Con proyecto de decreto, por el que se reforman y adicionan diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Guardia Nacional, 5 de febrero de 2024, p. 11. ↩︎
  9. Segundo Informe Semestral de la Fuerza Armada Permanente en Tareas de Seguridad Pública, noviembre de 2023, p. 16. ↩︎
  10. Es necesario reconocer que se han señalado inconsistencias metodológicas en el Registro de Defunciones violentas en el caso de la Ciudad de México. Al respecto, véase Sandra Ley & Céline González, “Homicidios y defunciones en CDMX: hagamos las preguntas correctas”, en Nexos, 2024. ↩︎
  11. Por mostrar un solo indicador, entre 2019 y 2023 únicamente se registró un enfrentamiento en el que participaron las fuerzas armadas. ↩︎
  12. Para una recapitulación de las distintas investigaciones sobre los abusos de la fuerza en los enfrentamientos, véase Intersecta, MUCD, PPD, Informe sobre el Inventario Nacional de lo Militarizado, 2024, pp. 89-91; Intersecta, Data Cívica, Documento técnico de Análisis de la propuesta de reforma constitucional sobre las fuerzas armadas, pp. 19-30. ↩︎
  13. Nuria Valenzuela, “¿Por qué es problemática la militarización? Razón cuatro: la evidencia comparada”, Nexos, 17 de junio de 2024. ↩︎
  14. Carolina Alejandra Torreblanca, The Political Economy of Crime and its Punishment: Evidence from Latin America, Tesis para el Doctorado en Filosofía, New York University, 2024, pp. 45-77. ↩︎
  15. El derecho al acceso a la información se prevé en el artículo 6o de la Constitución. ↩︎
  16. Para una recapitulación sobre los obstáculos en transparencia y acceso a la información véase Intersecta, Data Cívica, Documento técnico de Análisis de la propuesta de reforma constitucional sobre las fuerzas armadas, pp. 37-40. ↩︎
  17. Las condiciones son las siguientes: 
    “Extraordinaria, de manera que toda intervención se encuentre justificada y resulte excepcional, temporal y restringida a lo estrictamente necesario en las circunstancias del caso. 
    Subordinada y complementaria, a las labores de las corporaciones civiles, sin que sus labores puedan extenderse a las facultades propias de las instituciones de procuración de justicia o policía judicial o ministerial. 
    Regulada, mediante mecanismos legales y protocolos sobre el uso de la fuerza, bajo los principios de excepcionalidad, proporcionalidad y absoluta necesidad y de acuerdo con la respectiva capacitación en la materia. 
    Fiscalizada, por órganos civiles competentes, independientes y técnicamente capaces.” Corte Interamericana de Derechos Humanos, Caso “Alvarado Espinoza y otros vs. México” (Fondo, Reparaciones y Costas), sentencia del 28 de noviembre de 2018, Serie C No. 370, párr. 182. ↩︎
  18. Específicamente, los Relatores Especiales sobre Tortura y sobre Ejecuciones Extrajudiciales. ↩︎
  19.  Algunos ejemplos son el Comité de Derechos Humanos (CCPR/C/MEX/CO/6), el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD/C/MEX/CO/22-24), el Comité contra la Tortura (CAT/C/MEX/CO/7), el Comité contra la Desaparición Forzada (CED/C/MEX/OAI/1) y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria. ↩︎

Trabajo del hogar: el trabajo que sostiene todos los trabajos

Las trabajadoras mayas y su lucha por dignidad laboral

Por Matilda Ro y Laura Chan Poot 
Fotografías de Kelly Gómez Basto


Aracely Ek Ac es una mujer maya que nació en Cholul, una localidad del municipio de Cantamayec en Yucatán, México. Sonríe —Aracely casi siempre tiene una sonrisa surcando sus labios— mientras enlista las actividades a las que quería dedicarse cuando era niña: maestra, maquillista, empresaria. Son muchas las que logra recordar pero principalmente quería continuar sus estudios para tener una profesión y acceder a mejores oportunidades laborales.

A los 17 años, con la intención de apoyar a sus padres y hermanos, Aracely viajó a Mérida, capital de Yucatán, para comenzar un trabajo en una casa particular. La falta de esas oportunidades en sus comunidades de origen, y otros factores estructurales y personales, son el motivo por el que muchas mujeres viajan a las ciudades para realizar trabajo del hogar remunerado.

En mayo de 2023, con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en México, se registraron 16.5 millones de personas que realizaron este tipo de labor; de ellas, 88% eran mujeres, y un tercio de estas comenzaron su actividad siendo niñas menores de 12 años.

Cada sábado, Aracely Ek Ac sale de su trabajo en Mérida y toma dos autobuses hacia Cholul, Cantamayec, donde vive con su familia. Cuidar el hogar de otra persona es el medio por el cual las trabajadoras como Aracely mantienen a sus hijas e hijos y, en muchas ocasiones, les ha brindado independencia económica tras una separación. Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

Trabajo doméstico: una salida en busca de independencia económica

Fue en Mérida donde Aracely se hizo novia de su marido, a quien conocía desde que ambos eran niños, y no pasó mucho tiempo para que se casaran. 

Ya casados, ella regresó a su hogar en Cholul, tuvo dos hijos y durante 13 años se dedicó a los cuidados de su familia. Actualmente, tiene 32 años, hace dos años se separó de su esposo y, buscando independencia económica, desde hace tres volvió a laborar como trabajadora del hogar de tiempo completo. No hubo lugar a duda, esta era su única oportunidad para procurar el bienestar de su familia y, hasta el momento, sostiene dicha decisión.

El 75% de las trabajadoras del Padrón Voluntario de Trabajadoras del Hogar Remuneradas (THR) trabaja en Mérida, aunque la mayoría vive en otros municipios. Así, gastan alrededor de $40 diarios en transporte, lo que representa, en promedio, más del 15% de su pago diario. Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

El trabajo del hogar: un oficio lleno de discriminación

Para muchas trabajadoras del hogar su labor es como cualquier otra, pero algunas personas no lo ven así debido a estereotipos y estigmas que resultan discriminatorios y que niegan la formalidad del trabajo doméstico. 

Aunque las trabajadoras del hogar conforman la tercera fuerza laboral más grande en Yucatán —con más de 59 mil personas, de las cuales 51 mil son mujeres—, después de las personas trabajadoras de la construcción y comerciantes, hasta la fecha no son vistas como sujetas de derechos e incluso se obstaculiza la remuneración de su trabajo. 

Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

Las trabajadoras del hogar están impulsando la lucha por sus derechos


En 2020, Jade Propuestas Sociales y Alternativas al Desarrollo, A. C. (Jade Sociales A. C.), de manera conjunta con el Instituto Municipal de la Mujer en Yucatán, realizaron un diagnóstico “Las trabajadoras del hogar en Yucatán y el impacto del COVID-19” con información de 362 mujeres que actualmente integran el Padrón de Voluntario Trabajadores del Hogar Remuneradas (THR) en Mérida. Los datos arrojados demostraron que todavía queda mucho por solucionar en materia de los derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar.

A la par, el movimiento por los derechos de las trabajadoras del hogar a nivel nacional ha ido creciendo a partir del Amparo Directo 9/2018 interpuesto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que las prestaciones laborales como el seguro social y el Infonavit sean un derecho explícito. El 16 de marzo de 2022, el pleno de la Cámara de Senadores aprobó, por unanimidad, las reformas a la Ley del Seguro Social para incluir a las personas trabajadoras del hogar al régimen obligatorio. 

La fuerza que tuvo ese cambio no radica en que el amparo haya venido del gobierno, sino de Marcelina Bautista Bautista, una trabajadora que exigió un derecho que terminó siendo un derecho para todas. 

La lucha de Marcelina

Marcelina es fundadora y directora del Centro Nacional para la Capacitación Profesional y Liderazgo de las Empleadas del Hogar A.C. (CACEH Nacional). Comenzó en el trabajo del hogar siendo una niña de 14 años y se dedicó a ello durante los 22 años siguientes. En esa época notó un grave problema de desigualdad laboral; cuando hablaba con otras personas trabajadoras del hogar encontraba el patrón que se repetía: violencias, discriminación, largas y extenuantes jornadas. 

A partir de entonces, junto a otras compañeras, se dedicó a aprender, investigar y realizar incidencia política para conseguir que la lucha por los derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar fueran parte de la agenda pública.

Gracias a la lucha de personas como Marcelina la problemática es visible y cada vez hay más acceso a esta información, el contexto para la mayoría de las personas trabajadoras del hogar sigue siendo la incertidumbre.

La trabajadora del hogar: eslabón invisible del cuidado

En Mérida, Aracely realiza las tareas indispensables de cuidado: lavar, planchar, cocinar y atender al niño más pequeño de la familia; los padres no quieren que lo descuide, así que ella prepara todas sus comidas, mira las caricaturas a su lado, se sienta a acompañarle mientras realiza la tarea, juega, platica y comparte habitación con él.

Imagen muestra a Araceli, trabajadora maya del hogar, caminando de espaldas. contiene una leyenda en maya que traducida significa:"Este trabajo es la base de todos los trabajos".
«Este trabajo es la base de todos los trabajos.»
Desde la modificación de la Constitución Mexicana en 2022, que otorga a las trabajadoras del hogar el derecho a tener seguro social, el movimiento por la dignidad de este empleo ha crecido en todo el país. En Yucatán, de las 51 mil trabajadoras del hogar, solo 924 están inscritas en el IMSS, pero la cifra sigue aumentando. Hoy, muchas lo tienen claro: este trabajo es la base de todos los empleos y merecen los mismos derechos. Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

Ella descansa en una hamaca que cuelga todas las noches cuando el niño se duerme. Aunque Aracely ofrece servicios de limpieza profunda, cocina y cuida de un niño, sus empleadores sostienen que es “parte de la familia” pero al mismo tiempo no puede sentarse en el comedor principal, no tiene una habitación propia que asegure su privacidad, su horario laboral consiste en una jornada de más de 10 horas, no cuenta con seguridad social y mucho menos tiene un contrato por escrito que le garantice certidumbre laboral, como el 97% de las mujeres que se dedican al trabajo del hogar remunerado en Mérida, de acuerdo con datos del Padrón Voluntario.

Aracely vive en una comunidad mayahablante y es su primer idioma, al igual que el de 46.1% de las trabajadoras del hogar en Yucatán. Por eso, cualquier campaña para promover sus derechos, así como el proceso para formalizar su contrato, debe tener una perspectiva cultural y lingüística. Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

El trabajo del hogar: ¿sostenido en la inequidad?

En la historia, el trabajo del hogar es un trabajo que está vinculado con el colonialismo y la opresión, por lo que un amplio sector de la población considera que no se establecen relaciones laborales sino de apoyo y ayuda. Es común escuchar que los empleadores se refieren a ellas como “la muchacha que me ayuda”. Esta opinión descalifica su labor y justifica que no posean derechos laborales. 

Además de que les despersonaliza, porque aunado a la injusticia laboral, las personas trabajadoras del hogar suelen ser representadas con estereotipos discriminatorios, relacionados con su condición económica, cultural, vestimenta y el color de su piel.

“A veces es difícil. Hay que luchar para abrir los ojos, ponerse de pie y empezar el día. La preocupación diaria por no arruinar nada de valor, porque se descuenta del sueldo, aunque en ocasiones pasa de manera accidental. No poder comer con tranquilidad y libertad cuando sentimos hambre. No poder dormir con tranquilidad y libertad si estamos cansadas”, comenta Laura Chan Poot.


Imagen: Kelly J. Gómez Basto.
Imagen: Kelly J. Gómez Basto.
Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

“Somos trabajadores del hogar, pero también somos padres, madres, hijas e hijos, urdidores, costureros, bordadoras, estilistas, cantantes, músicos, escritores, deportistas, emprendedores, reposteros. Merecemos un trato justo y digno, porque desempeñamos un trabajo de valor, como cualquier otro”.

Aracely no sólo es trabajadora del hogar

Fuera de su labor como trabajadora del hogar, Aracely también es madre, hija, amiga, compañera y forma parte de una comunidad donde se siente segura, feliz y apreciada. No cesa en la lucha diaria por la dignificación de un trabajo que, desde la limpieza y los cuidados, sostiene la construcción de nuestra sociedad.

En Mérida, Aracely dedica la mayor parte de su jornada laboral a cuidar al hijo menor de sus empleadores. Desde el lunes por la mañana hasta el sábado, su única comunicación con su familia es por celular. Durante la semana, su madre se encarga de sus dos hijos en Cholul, Cantamayec. Por eso, los fines de semana son muy especiales para Aracely, quien regresa a casa con fruta de temporada, ropa y una gran sonrisa para su familia. Imagen: Kelly J. Gómez Basto.
María Roberta Ac Kob, madre de Aracely, fue trabajadora del hogar durante 7 años y, con un sueldo de $1,200 a la semana, pudo costear los estudios de sus hijos menores. Según el Tabulador salarial de CACEH, Aracely debería ganar $605 al día, pero recibe menos de la mitad. En Mérida, las trabajadoras del hogar ganan en promedio $266 al día; el 49% recibe apoyo económico de sus esposos, mientras que el 22% son jefas de familia y dependen de su ingreso para sostener el hogar. Imagen: Kelly J. Gómez Basto.
Imagen: Kelly J. Gómez Basto.

El trabajo del hogar tiene una historia. La raíz en México está en la colonia y el término “servidumbre” con el cual suelen nombrar a este sector, tiene su origen en el feudalismo de la Edad Media. Pero hoy el trabajo del hogar tiene muchos otros significados e interpretaciones gracias a la reivindicación de los cuidados. Actualmente, las trabajadoras son sujetas de derecho que piden no ser llamadas “domésticas” porque alude a la idea racista de que son propiedad de las personas para las que trabajan. Señalan, con perseverancia, que el término que prefieren es “trabajadoras del hogar”.

Para que puedas desempeñar tus metas personales y profesionales, alguien debió ocuparse de procurarte un espacio cómodo y aseado. Mientras alguien limpiaba tu casa, se ocupaba de tenerte ropa limpia y comida caliente en tu mesa, de acompañar a tus hijas e hijos mientras estás ocupadx, ¿cuántos objetivos lograste cumplir?

Producción de la historia: 
Matilda Ro, Laura Chan Poot.

Fotografías: 
Kelly J. Gómez Basto.

Edición: 
Andrea Murcia.

Verificación de datos: 
Liliana Elósegui, Melina Barbosa y Leslie Orozco de Verificado.mx

¿Por qué debería importarnos lo que pasó con la reforma judicial?

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Por: María Fernanda Ramos Araujo, Intersecta
En colaboración con Intersecta

Quiero comenzar este artículo por asumir que hablo desde mi experiencia situada y politizada por lo que me cruza y me descruza. Desde mi lugar en el mundo y mi rol social, leo con preocupación lo que está sucediendo allá afuera y tomo este espacio y esta pluma para compartir mis preocupaciones con quienes quieran leerme y preocuparse conmigo. Quizá no sabes si estoy hablando de las funas a les integrantes de La Casa de Los Famososla transfobia en los Juegos Olímpicos, el fraude electoral en Venezuela, o la reforma que la Cámara de Diputades aprobó hoy a las tres de la mañana.

En esta esta ocasión te quiero hablar sobre la última, aunque quizá sería bueno darte un poco de contexto. En febrero de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un paquete de veinte reformas constitucionales y anunció que buscaría pasarlas antes de que acabara su mandato. En pocas palabras, AMLO planteó que iba a súper reformar la constitución para “salvar al pueblo” y consolidar el legado de la 4ta Transformación.

Con la llegada del segundo semestre del año, este presagio se está haciendo realidad y a lo largo de las últimas semanas, las reformas han comenzado a ser discutidas y aprobadas por la Cámara de Diputades. Quizás para una persona no abogada o una que no siga de cerca los desencuentros políticos del país, una reforma más o una reforma menos a la Constitución podría parecer no tener mucho significado y trascendencia en la vida diaria. El tema es que este paquetote de reformas sí va a tener grandes repercusiones en la vida de todes quienes habitamos el país.

Una de las cosas que más me preocupa es que un gobierno que se dice popular, no esté haciendo más por socializar todos los cambios que proponen estas reformas y por escuchar a quienes piensan diferente. O que no utilice los mecanismos que tanto ha impulsado, como las consultas populares, para preguntarnos a todes si queremos estos cambios o no.

Me preocupa que se esté empujando un rediseño institucional tan profundo a escondidas, entre murallas, metralletas y violencia hacia les manifestantes; entre clubes de Tobi que no vivirán todos los días la magnitud de los cambios que estas reformas representan. 

Y es que las reformas impulsadas por el presidente implicarán cambios sobre toda la vida pública del país: la inclusión de la Guardia Nacional a las fuerzas armadas, la eliminación de los órganos autónomos, reformas a la vivienda, la salud, el esquema de pensiones; la ampliación de los megaproyectos, la reducción de diputaciones y senadurías, y un montón de cosas que no sé ni en qué momento se supone que van a suceder. 

Personas transitando el centro de la Ciudad de México
Jezael Melgoza / Unsplash

La propuesta de reforma que hoy fue aprobada en lo general por la Cámara de Diputades, y que ha sido la más controversial de todas, es la que propone cambios al Poder Judicial. Se aprobó a las tres de la mañana entre centenas de policías, en una sede provisional en la Magdalena Mixihuca porque las personas manifestantes impidieron la entrada a San Lázaro. Fue aprobada con la abrumante cantidad de  359 votos a favor y solo 135 en contra, mientras estudiantes de derecho y personal del poder judicial intentaban ingresar al deportivo

Pero, ¿qué es lo que hace a esta reforma tan controversial? ¿Cuál es el contenido de esta reforma? En poquísimas palabras, la reforma propone tres grandes cosas: 

  1. Que todas las personas juzgadoras del país sean elegidas mediante elección popular. 
  2. Que se creen dos órganos nuevos: un Órgano de Administración Judicial y  un Tribunal de Disciplina Judicial.
  3. Que se modifiquen reglas procesales muy importantes, como el plazo de los juicios (que ahora será de cuatro a seis meses) o el alcance de las sentencias (que ya no podrán existir sentencias que nos afecten a todes).

A pesar de que hay muchos puntos de la reforma que podrían tener repercusiones negativas en la vida de todes– como los cambios a las reglas procesales en materia de amparo, en este texto me centraré en la propuesta de modificar las reglas de elección de los miembros de la judicatura. 

Este es el punto de la reforma que ha enardecido a todo el poder judicial y ha provocado un paro nacional de labores entre sus integrantes, así como múltiples manifestaciones encabezadas por el gremio de la abogacía mexicana y sus aspirantes. La respuesta por parte de las personas que empujan la reforma, es que quienes protestan están enojades porque van a perder sus privilegios, y que si cualquiera puede cocinar, cualquiera puede juzgar (énfasis –burla– añadido). 

Como alguien que trabaja en temas de derechos humanos, también me preocupa la reforma. Y lo que me preocupa no es que unes cuantes vayan a perder sus privilegios, sino que puede profundizar la desigualdad en que se encuentran las personas que justamente no los tienen. 

Y es que fuera de hablar de las cosas buenas que ha hecho el poder judicial (que son muchas), o las deficiencias que tiene (que también son bastantes), yo quisiera aportar a la conversación las lecciones que nos han dejado otros países que han redefinido sus concepciones de justicia a través de la elección popular de personas juzgadoras.

¿A quién obedecen les jueces electes?

México no es ni el primero, ni será el último país que ponga sobre la mesa la posibilidad de elegir popularmente a la judicatura. En realidad, la legitimidad democrática de las personas juzgadoras es una discusión perenne, que persigue al diseño mismo de la división tripartita de poderes. Considero que esta es una discusión nutritiva para la democracia, para la judicatura y para la justicia. Cuestionar el lugar de los jueces en nuestro mundo, su cercanía con las personas; desde dónde y por qué juzgan— cómo juzgan, no son preguntas tontas. 

También creo que reimaginar maneras de hacer las cosas es de valientes. Pero para ser valientes y no caer en la soberbia, hay que voltear a ver a las sociedades que recorren los caminos que pretendemos caminar. En ese sentido, es necesario analizar lo que pasa en Estados Unidos y Bolivia, los dos países que actualmente andan por el camino de una judicatura electa por la ciudadanía.

Para juzgar, primero hay que llegar: el caso de Bolivia

La consolidación del sistema de elección de personas juzgadoras en Bolivia ha sido tan tumultuosa e inestable que no ha sido posible estudiar a plenitud qué sucede con las personas juzgadoras una vez que comienzan a participar en la vida pública bajo reglas del juego distintas. 

Bolivia cambió a un sistema de elección popular de algunas de sus personas juzgadoras luego de reformar su Constitución en el año 2009. En dicha reforma se mandató que las personas juzgadoras que conforman el Tribunal Supremo de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Agroambiental y el Consejo de la Magistratura fueran elegidas democráticamente, y en 2011 se llevó a cabo la primera jornada electoral para elegir a 28 miembros de la judicatura.  La primera jornada de elecciones tuvo muchas deficiencias, las principales siendo que no hubo criterios claros y medibles de selección de candidates y que la participación ciudadana fue muy baja, pues estaba prohibido hacer campaña electoral y el gobierno no se esforzó en informar a la ciudadanía sobre el proceso electoral. 

Desde entonces debieron de haber sucedido dos jornadas más de elección de personas juzgadoras: una en 2017 y una en 2023. La de 2017 sucedió con tantas deficiencias como la primera, y la segunda no ha sucedido. A pesar del mandato constitucional de elección sexenal de personas juzgadoras, el disenso y la polarización de los otros poderes del Estado boliviano provocó un atraso en las elecciones y apenas se calendarizaron para el 1ro. de diciembre de 2024. Este retraso en las elecciones provocó que las personas que actualmente ostentan los cargos jurisdiccionales que debían haberse votado en 2023, se “autoprorrogaran” sus nombramientos, lo que ha causado aún más riñas entre la política boliviana, y ha generado inseguridad jurídica para la ciudadanía, ya que hay quienes aseguran que todos sus actos desde el 31 de diciembre de 2023, el día que terminaban su mandato, son nulos. 

La crisis institucional por la que pasa Bolivia puede ser una muerte anunciada para México porque la propuesta de reforma constitucional se parece a la apuesta boliviana justamente en los tres ámbitos que han mostrado ser más retadores para nuestres vecines del sur: (1) los criterios de selección de las personas juzgadoras; (2) las prohibición de hacer uso de dinero público o privado para participar en las campañas electorales y (3) la injerencia de los otros poderes en la preselección de les candidates. 

Esto, además, sin tomar en cuenta que otras diecinueve reformas súper complejas y retadoras van a estar sucediendo al mismo tiempo y que en México estaríamos eligiendo a todas las personas juzgadoras federales —y posiblemente locales— del país, no solo a unas cuantas.

Lo preocupante de una parálisis institucional de esta magnitud son las afectaciones que tendría en el derecho al acceso a la justicia de todas las personas que se encuentren resolviendo sus controversias a través de procedimientos jurisdiccionales, quienes se quedarían a la espera, expectantes y sin justicia, de que personas en el poder con motivaciones políticas muy contrarias se pongan de acuerdo. 
Es posible que esta sea una preocupación sin sentido y que, contra todo pronóstico, logremos implementar procesos electorales exitosos, sin retrasos, con altas tasas de participación y con entregas de gabinete ordenadas y eficientes. Sin embargo, pasado ese obstáculo, apagado ese fuego, aún miro con recelo la idea de elegir a la judicatura mediante voto popular, ya que la experiencia estadounidense nos ha mostrado que esto sí afecta la manera en que las personas electas juzgan, y no precisamente para bien.

Juzgar por los derechos de todes o por los intereses de quienes te eligieron: el caso de Estados Unidos

En Estados Unidos existe un sistema híbrido de elección de personas juzgadoras muy complejo, pero que ha sido capaz de consolidarse orgánicamente. Básicamente, allá todas las personas juzgadoras federales son nombradas, pero votan a las personas juzgadoras estatales en 40 de los 51 estados de la república. La manera en la que deciden quiénes serán las personas juzgadoras son diversas. En algunos estados, las personas juzgadoras son parte de los partidos políticos; en otros, son apartidistas. Y en otros estados, se vota solamente la continuidad de su nombramiento, sin contendientes. 

Lo que no cambia es que, en todos los estados, las personas juzgadoras electas o ratificadas popularmente juzgan según las preferencias de su electorado e ignoran los casos controversiales que podrían significar un castigo en las urnas. 

Una podría pensar que personas juzgadoras que sentencien conforme a las preferencias de la ciudadanía es exactamente lo que queremos. Y, aunque en papel esto puede sonar muy bueno, la realidad es mucho más compleja. No todas las personas piensan como nosotras, ni tienen en mente los intereses de las personas en situación de desigualdad. De hecho, la misma construcción de la desventaja y la desigualdad es en relación con otro grupo que sí goza de aquello que tú no tienes. Por lo que en estados conservadores, o profundamente desiguales, las personas juzgadoras muy posiblemente votarán en contra de poblaciones en situación de vulnerabilidad, con el fin de continuar agradando a quienes las llevaron al poder. 

En Estados Unidos esta posibilidad se ha materializado en diversas formas. Por ejemplo, hay estudios que muestran cómo las personas juzgadoras electas son más punitivas que aquellas que fueron nombradas, y que cerca de las elecciones, sus sentencias son más severas y admiten menos apelaciones. En particular, un estudio que analizó el comportamiento de 645 personas juzgadoras electas reveló que justo antes de las elecciones todas las personas juzgadoras emitieron sentencias que condenaban de 12 a 16 meses extra de prisión. Al sumar todo el tiempo adicional que se condenó a las personas a pasar en prisión para agradar al electorado, tenemos que el deseo de reelección de las personas juzgadoras le costó más de dos mil años adicionales de prisión a las personas enfrentando procesos penales. La elección de personas juzgadoras no solo afecta a las personas culpables: Joshua Boston y Bernardo Silveira también encontraron que las personas juzgadoras electas a través de voto popular tienden a encontrar culpables a más personas que aquellas que no son elegidas de esta manera. 

En México, donde año con año entran a la cárcel cada vez más personas inocentes, situación que solo se agravará con la entrada en vigor de otra de las iniciativas parte del megapaquete de reformas en materia de prisión preventiva oficiosa; y donde se condena a personas a 40 años de prisión por cobrar una tanda de 500 pesos, cualquier reforma que debilite los principios del debido proceso y castigue más por menos y con menos, debe ser mirada con recelo. 

Otro tema que ha sido afectado por las preferencias de la ciudadanía es el matrimonio igualitario. Al igual que en México, en Estados Unidos el matrimonio igualitario se ha ido ganando poco a poco, a través de decisiones judiciales. En estados donde las personas juzgadoras son elegidas popularmente, estas han enfrentado repercusiones severas por fallar a favor del matrimonio igualitario. Un ejemplo es Iowa, que fue pionero en la lucha por el derecho a casarse. Allí, las personas juzgadoras que votaron a favor de terminar con la prohibición de matrimonios entre personas del mismo sexo fueron víctimas de campañas antielección que instaban al electorado a castigar a les jueces activistas y no reelegirles, lo que causó el término de mandato de tres de las personas juzgadoras. Una vez que se federalizó el matrimonio igualitario, mientras que en los estados con personas juzgadoras nombradas de por vida se acató rápidamente el precedente de la libertad matrimonial, aquellas personas juzgadoras elegidas popularmente retrasaron, con hostilidad, los procedimientos judiciales en la materia. El análisis de las sentencias emitidas sobre este tema ha llegado a una conclusión muy clara: entre más político sea el método de elección de la judicatura, menos apoyo hay al matrimonio igualitario.

Es muy probable que de este lado del charco veamos retrocesos aún más severos en materia de derechos humanos una vez que se instaure la elección directa de toda la judicatura. La realidad es que los derechos humanos son contramayoritarios y muchos de los espacios que se han ganado en materia de derechos de las mujeres, población LGBTQ+ y otros grupos en situación de vulnerabilidad han generado el enojo y desaprobación de gran parte de la sociedad. Desafortunadamente, las personas juzgadoras que vendrán no se deberán a los grupos en desventaja sistémica, se deberán a sus votantes. 

Esta es una preocupación por la que creo que vale la pena dar un paso atrás y cuestionar a los Poderes del Ejecutivo y Legislativo qué van a hacer para asegurarse que esto no suceda, cómo van a garantizar los derechos humanos de grupos que no han alcanzado la igualdad sustantiva en nuestra sociedad y que continúan siendo toralmente diferentes ante sus ojos. 

Aunque AMLO ha dicho que cualquiera puede juzgar porque allá afuera ya “hay tesis, jurisprudencia, […] o sea, lo que se estudia, lo que se ve en la facultad de derecho”, creo que parece olvidar o desconocer que las personas juzgadoras son quienes construyen todo eso a través de sus sentencias, y que el mundo ya ha visto como aquellas que son elegidas popularmente, lo destruyen.

5 cosas que necesitas saber sobre Infecciones de Transmisión Sexual

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El terror es un género interesante, nos permite explorar diferentes emociones: miedo intenso, incertidumbre, malestar, vulnerabilidad, inseguridad, entre otros. Hay personas que les gusta, les detona adrenalina y hasta pueden disfrutarlo, aunque también habemos personas a quienes el terror nos paraliza o nos impulsa a salir corriendo. Por ejemplo, cuando corremos después de apagar las luces, dormimos del lado de la pared, revisamos bajo la cama y los closets antes de dormir, nos persignamos si algo raro se escucha en otra habitación de la casa y hasta podríamos evitar hacer algunas actividades. Y aunque el terror es una opción válida en el entretenimiento, no debería serlo en la educación sobre la salud.

Imagen virus en serie The Last of Us / HBO 2023
The Last of Us / HBO 2023

¿Y esto qué tiene que ver con la salud sexual??

Mientras nos sigan enseñando a través del terror sobre las Infecciones de Transmisión Sexual, podríamos evitar el disfrute y el placer en el ejercicio erótico, evadir hacernos nuestras pruebas periódicas, evitar conocer nuestro estatus de salud sexual y hasta atendernos en servicios de salud.
No digo que no podamos sentir miedo o que nuestras emociones no sean válidas, pero las emociones están para ayudarnos a entender lo que nos pasa cada día.

Tenerle miedo a las ITS solo sirve si nos impulsa a aprender sobre cuidados y prevención, y realmente llevarlos a cabo. Si eso no pasa, es hora de cambiar cómo educamos, investigamos y hablamos sobre el tema.

Entonces ¿cómo podemos aprender sobre las ITS sin temor?

Quiero compartirte información desde diferentes perspectivas para aprender más al respecto con un enfoque biológico, médico y de prevención, atención y promoción de la salud. Para ello entrevisté a Emmanuel García, Médico Cirujano General, apasionado de la Salud Pública y la justicia social, siempre habla de liberación gorda y riesgos a la salud en @monotypebug2 y @ApuntesSP en Twitter X; y a Pamela Trejo, Bióloga interesada en Salud Pública.

Ahora sí, van las 5 cosas que necesitas saber sobre Infecciones de Transmisión Sexual.

1. ¿Qué son las Infecciones de Transmisión Sexual?

Para responder a esta pregunta vamos a partir de lo que es una infección.
Pamela nos cita a la OMS para definir la infección como la entrada, desarrollo y multiplicación de un agente infeccioso. Esto puede pasar en el cuerpo de un humano o de otras especies animales.

La transmisión sexual se refiere a que en muchas prácticas sexuales, como las vaginales, anales y orales, estos agentes infecciosos tienen como vehículo las secreciones, piel y mucosas que usualmente entran en contacto entre los participantes, según menciona Emmanuel. Pero no es la única forma en que pueden transmitirse estos agentes, también puede suceder a través de la vía sanguínea y el parto vaginal. Pamela aclara que no por ello debemos catalogarlas como contagiosas: son transmisibles.

Los virus, bacterias, parásitos y hongos que entran en la clasificación de ‘agente infeccioso’ no son exclusivos de las Infecciones de Transmisión Sexual: asumir que siempre SON consecuencia de prácticas sexuales les asignar carga moral y limita el razonamiento clínico a un prejuicio.

– Emmanuel García

2. ¿Todas las Infecciones de Transmisión Sexual son virus?

No, hay varias clasificaciones. Hasta la fecha sabemos de alrededor de 30 agentes infecciosos que se transmiten vía sexual. Por su incidencia en el planeta, los más comunes son ocho. Las bacterias y los virus se diferencian por sus características morfológicas y fisiológicas. Los virus dependen de las células para replicarse, mientras que las bacterias son microorganismos que pueden no siempre ser patógenos. Solo los parásitos se clasifican estrictamente como patógenos porque siempre causan daño al huésped.

Imagen del Virus del Papiloma Humano / National Institute of Allergy and Infectious Diseases
Virus del Papiloma Humano / National Institute of Allergy and Infectious Diseases

3. ¿Todas las Infecciones de Transmisión Sexual son tratables?

La mayoría de ITS son curables o controlables, además de que son prevenibles y de fácil detección.
La sífilis, la gonorrea, la clamidiasis y la tricomoniasis son bacterias y podemos atenderlas con tratamientos que combaten o dificultan que se multipliquen, mientras que la hepatitis B, la infección por el virus del herpes simple (VHS), el VIH y la infección por el virus de los papilomas humanos (VPH) son infecciones víricas tratables: se controla el signo de la infección y con ello se reduce la carga de morbilidad o comorbilidad con otras enfermedades. Estos datos son los que nos comparte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Imagen de la bacteria Neisseria gonorrhoeae / National Institute of Allergy and Infectious Diseases
Bacteria Neisseria gonorrhoeae / National Institute of Allergy and Infectious Diseases

4. ¿Nos enfermamos siempre porque ya había algo mal en nuestra salud?

Los patógenos son parte del ecosistema, no son “los malos del cuento”, menciona Pamela. Han existido antes que los humanos y existirían millones de años después. Están encargados del equilibrio del ecosistema y de nuestro propio cuerpo, por eso no es útil tenerles miedo, porque al temerles podemos combatirlos o eliminarlos de manera desmedida, generando un desequilibrio en nuestro ambiente. Esto no quiere decir que no se deben atender sus signos y síntomas en el cuerpo humano, sino que debemos evitar pánicos morales que nos llevan a casos extremos como el uso irresponsable de antibióticos.

Al aceptar que los patógenos hacen parte regular de la vida humana, como nos menciona Emmanuel, debemos entender cómo nos relacionamos con ellos. Pamela nos comparte que no sólo nos relacionamos a nivel ecosistema, también desde el valor moral que les damos y desde el miedo y el rechazo. 

Socialmente, las ITS siempre estarán del lado de ‘lo malo’ porque nos hacen creer que si tú tienes responsabilidad sobre tu enfermedad, entonces es una enfermedad mala. Esto es algo que no pasa con otras enfermedades, como el cáncer, que sus narrativas se enfocan en el heroísmo, la valentía y la inocencia.

Eso le da a la sociedad una idea de que, al no ser tu culpa, eres buena persona mientras que al tener una conducta de riesgo que te vulneró y adquiriste una ITS, entonces eres una persona mala que se equivocó, que tiene la culpa y debe ser castigadx, corregidx y rechazadx.

5. Pero, ¿existe el riesgo cero cuando hablamos de ITS?

Muchos organismos no los podemos evitar, nunca, no existe el riesgo cero, nos comparte Emmanuel, pero sí podemos tener medidas de cuidado y prevención. Todo el tiempo estamos conviviendo con estos agentes infecciosos y eso no está mal, es parte del ambiente. Siempre estamos interactuando con personas y esto no debería catalogarse como conducta de riesgo. Lo que necesitamos es saber qué hacer una vez que tenemos contacto con el patógeno, cómo tratar la infección y cómo abordar los cuidados colectivos.

Las ITS son un riesgo más que tomamos al vivir la vida. Para Emmanuel es necesario enfatizar que ni el pánico moral ni «erradicar» el riesgo funcionan; lo óptimo es aprender a vivir y gestionarlo, aproximarse a él. Mientras que, para Pamela es necesario abordar nuestros prejuicios, ya que estamos viviendo en una época en la que la salud es otra herramienta más para clasificar y discriminar a las personas. Me gustaría que las personas podamos reflexionar en esto.

Para más información visita mis redes sociales, donde subo contenido de salud sexual y salud mental desde mi experiencia y formación. Me encuentras en Instagram como @danielle.orendain y en Twitter como @OrendainDaniell. Lo que publico en mis redes sociales es responsabilidad mía y no representa la opinión de Malvestida.

Presentamos nuestro libro «Existir Suavecito»

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¡Ayer fue un día épico! Presentamos nuestro libro «Existir Suavecito» y, sinceramente, no fue una presentación cualquiera. Olvídate de los eventos de libros que conoces y busca los pañuelos, hermana; esto fue algo totalmente diferente. Lo que vivimos ayer fue uno de ESOS MOMENTOS CANON que se quedan grabados para siempre.

La sede de esta presentación fue La increíble Librería, en la Ciudad de México. Este spot es un tesoro para quienes aman los libros, gracias a su selección que va más allá de lo convencional. Además de “Existir Suavecito”, tienen una colección de obras gráficas y artísticas súper amplia e inspiradora. ¡Visítala!

Librería La Increíble en Ciudad de México
Imagen vía Instagram @laincreible_condesa

¿Pero qué pasó o qué?

Empecemos hablando de lo más importante para nosotras: lxs asistentes. Su energía en el lugar fue electrizante: nos acompañaron seguidoras, colaboradoras, amigas y hubo nuevas caras que nos dieron la oportunidad de conocerles. Algunxs incluso se enfrentaron al tráfico de la Ciudad de México y la lluvia de agosto solo para estar allí.

Si asististe y escuchaste a las personas que nos regalaron sus sentires, sabrás que vimos a gente detener su trayecto en el transporte público al pasar por nuestra presentación. ¡Increíble!

La audiencia de Malvestida en la presentación de nuestro libro
Imagen: Santiago Galindo / Malvestida

Nos propusimos que este evento fuese, como todo lo que trabajamos para ti en este medio, una semilla germinadora de diálogo, un espacio seguro para compartirnos. Así que reunimos a personas esenciales en la existencia de este proyecto: Ale Higareda, nuestra directora y autora del libro; Paola Alín, periodista y editora ultra querida por esta familia y que además es coautora del trabajo; Maynné Cortés, ídola y lead del proyecto Laboratorio Afectivo y Marbella Figueroa, activista antirracista, podcaster, integrante de la colectiva Afrochingonas y profesional del maquillaje.

En un espacio bonito, en un momento tan único, rodeadas de tantas personas especiales que acudieron a nuestro llamado, no podríamos esperar que lo que sucediese fuese una plática de sofá. ¡Y lo que pasó fuera de las páginas es justamente el alma de nuestra publicación! Tras conocer un poquito de la estructura del libro (está escrito en tres capítulos que abordan la identidad, el éxito como narrativa que DEBE ajustarse a tu medida y el proceso necesario de reconciliarte con tu cuerpo) le entramos A LOS TEMAS.

Paola Alín y Ale Higareda, autoras de Existir Suavecito, muestran el libro a la audiencia.
Imagen: Santiago Galindo / Malvestida

Maynné Cortés: Desinvitamos al síndrome de la impostora

Comenzamos con una conversación poderosa con Maynné Cortés, quien se unió a «Existir Suavecito» para ofrecer su visión única. Durante la presentación, el panel compartió que todas, incluso ellas y en ese momento, han sentido el síndrome del impostor.

Revisamos esta sensación a través de una metáfora poderosa: Imagina que estamos en un tablero de ajedrez gigante donde las piezas están colocadas según las reglas de un juego que no elegimos. El síndrome del impostor es como jugar en un tablero donde constantemente te sientes fuera de lugar si te atreves a moverte en casillas que te dijeron que no son las tuyas.

Maynné nos explicó que esta sensación no es solo un desafío personal, sino una trampa estructural diseñada para proteger los privilegios de muchxs. Esto quiere decir que está alimentada y sostenida por categorías como la raza, la clase social, el género, etcétera. Ya sabes, eso que conocemos como ‘lo hegemónico’. Muchas veces, quienes ocupan la casilla de La Reina o La torre no necesariamente lo merecen. A veces están allí porque nacieron con una posición económica chida, son personas blancas, que se ajustan a las ideas de ‘lo normal’ o ‘lo bello’ que han persistido con el tiempo… y que queremos cuestionar. Cerramos el primer bloque de participación con la piel erizada. Maynné compartió su sentir, su pensar:

“incómoda, ansiosa, voy a ocupar ese lugar que se me dijo que no me pertenece. Aceptar que no todas tus experiencias van a ser felices y que algunos de estos movimientos de casilla vendrán acompañados de estas sensaciones es realista. Aceptar la experiencia de manera total, con sus luces y sombras es posible. Y lo hago porque sé que entre más personas ocupemos esos espacios que nos fueron negados, este puede ser un mundo mejor”.

Marbella Figueroa: Habitar nuestros cuerpos sin violencia

Una de las más poderosas ilustraciones de «Existir Suavecito», por cierto realizadas por la talentosísima ilustradora Alexandra Verdugo, representa a Marbella Figueroa. Su presencia es tan vibrante como la ilustración: Marbella es una mujer negra que porta con estilo un outfit bellísimo y colorido y sobre su piel hay un mapa en que de lejos parece una constelación; de cerca, un campo florido: son pequeños puntos de colores que ha trazado sobre su pecho. Su belleza y personalidad son una declaración frontal al mundo: está aquí para ser quien es. Una hojeada al libro que ayer presentamos nos permite reconocer que su presencia en la identidad gráfica de «Existir Suavecito» también es un statement: necesitamos representaciones diversas de cuerpos diversos.

Marbella Figueroa, activista antirracista, posa con Existir Suavecito
Imagen: Santiago Galindo / Malvestida

Marbella está frente a nosotras, abierta y honesta para compartirse: es una poderosa voz del movimiento antirracista mexicano, pero no siempre fue así. Su historia personal está, en sus propias palabras, fuertemente marcada por la pandemia: esa sensación compartida de que todxs podríamos simplemente ser desvividxs por ese virus horrible, le animó a dar pasos adelante en una de sus obsesiones más maravillosas y constantes: el maquillaje. Y con ella se encendió también el fuego en la voz que hoy por hoy le permite ser un referente en la causa que defiende: el combate frontal a las violencias raciales y gordofóbicas:

“Estudiar maquillaje es muy caro. Recuerdo que una vez que superé los obstáculos económicos, gracias al apoyo primero de mis papás y luego de mi pareja, en una práctica el instructor nos pidió que las modelos no fueran ‘prietas, gordas y chaparras’. Y exploté, porque yo soy una mujer así”.

Marbella nos permitió el privilegio de la vulnerabilidad: “siempre pensé que el rollo del maquillaje estaba reservado sólo para “lxs bellxs… Merecemos habitar nuestros cuerpos sin violencia”. Y se lloró. Se lloró de una manera en la que pocos espacios lo permiten: en el abrazo de la colectividad, en la herida compartida que a muchas y muchxs de los asistentes nos atraviesa y en el abrazo empático de saber que somos muchas personas quienes nos estamos cuestionando cómo podemos existir en este mundo de una manera más tranqui, existir suavecito, pues.

¿Dónde podemos profundizar en estas experiencias?

La portada de nuestro libro "Existir suavecito"
Imagen: Santiago Galindo / Malvestida

Amix, podríamos seguir detallándote el minuto a minuto de esta presentación, que no fue en serio sino sólo la muestra de muchas cosas que están contenidas en este libro precioso. ¿Y si te das una oportunidad de conocerlo? Creemos que la suma de tantas experiencias, tan potentes y cercanas puede traer reflexiones bellas, rabiosas y necesarias a tu vida.

También puedes conseguir «Existir Suavecito» aquí:

¡Escríbenos y cuéntanos qué te pareció!

5 Retos de cambiar a una alimentación vegana (y algunas soluciones)

Sabemos que la decisión de transicionar a un estilo de vida vegano en el que no solo tu alimentación cambiará drásticamente, sino que todos tus hábitos de consumo se modifican, puede plantear desafíos a nivel personal y en tu socialización, pues las dinámicas familiares, de pareja o con amistades implicarán ciertos ajustes.

El veganismo, amix, busca evitar de todas las formas posibles el consumo relacionado con la explotación y crueldad hacia los animales. Es decir, desde lo que vestimos, usamos en nuestro cuidado personal y claro, nuestra alimentación. 

A partir de estos cambios, uno de los retos más comunes a los que se enfrentan las personas es el impacto en sus dinámicas de socialización. Por ello, tanto en Malvestida como en GenV buscamos acercarnos a quienes tomaron la decisión de practicar el veganismo y tener una alimentación basada en plantas, para saber cuáles son los principales retos a los que se han enfrentado y qué trucos han aprendido en el camino.

Te presentamos las entrevistas que tuvimos con Marisol de la Torre, Poly Serna, Scarlett Ibarra y Andrea González, todas ellas con diferentes profesiones y de distintas regiones de México unidas por un objetivo común: adoptar el veganismo.

Reto 1: ¿Mis razones para transicionar al veganismo son válidas?

El primer y gran paso para este estilo de vida es tomar la decisión y comenzar la transición hacia una alimentación vegana y los motivos pueden ser variados con causas igual de válidas. 

¿Qué motivos son los más comunes? En algunas ocasiones, la salud juega un papel decisivo para dar el paso, en otros casos el compromiso con el medio ambiente, ya que dejar fuera de nuestro consumo a los animales puede reducir nuestra huella de carbono, así como el amor por todos los seres vivos, son algunos de los motivos principales. Otras veces incluso pueden ser más profundos y espirituales.

Entre nuestras entrevistadas, Scarlett Ibarra y Marisol de la Torre iniciaron con este estilo de vida por motivos de salud. 

«Desde muy chica una de mis preguntas más comunes era ‘¿por qué comemos animales?’ pero hace unos años tuve una cirugía de la vesícula y tuve que dejar la carne por un tiempo y cuando volví a comerla me sentía muy rara, así que decidí cambiar mi manera de comer», nos cuenta Marisol, originaria de Guadalajara, Jalisco y quien tiene un año y medio siendo vegana.

«Por razones de salud, mi mamá y yo iniciamos la transición al mismo tiempo, a ambas nos llegó la información sobre ser veganas y como nos gusta mucho cocinar decidimos experimentar», relata Scarlett, quien tiene seis años siendo completamente vegana y se dedica a ser chef privada de alimentación basada en plantas. Además, tiene un proyecto de restaurante nómada llamado Muchas Vidas en Mérida, Yucatán.

Por otra parte, además del amor por los animales, Andrea González y Poly Serna fueron motivadas por el impacto que la producción de alimentos de origen animal tiene en el medio ambiente.

«Aunque comencé por el amor a los animales, conocer las dinámicas de la industria cárnica me dejó claro que quería ayudar a la problemática ambiental cambiando mi estilo de vida»

Poly

“Darme cuenta del impacto, saber que el 60% aproximadamente de lo que se produce en la agricultura es para alimentar a los animales de ganadería industrial, que esto implica devastación de entornos naturales para establecer campos agrícolas, el consumo de recursos y la contaminación que contribuye al cambio climático me llevó a repensar si quería tener un pedazo de carne en mi plato”,  agrega Andrea quien es ingeniera ambiental pero actualmente tiene un restaurante vegano en San Luis Potosí llamado Vegandra.

En todos los casos, nuestras entrevistadas nos comentan que la información fue fundamental para dar un paso en el que si bien la alimentación vegana juega un papel principal, la causa tiene un bien aún mayor.

Reto 2: Tomé la decisión. ¿Cómo hago que otras personas empaticen y respeten mi estilo de vida vegano?

Una vez que tomas una decisión así, sabemos que es muy necesario contar con una red que pueda comprender por qué das este paso en tus hábitos de consumo y alimentación vegana.

La mayoría de nuestras entrevistadas recibió muchos cuestionamientos al tomar la decisión de cambiar su estilo de alimentación. Entre ellos algunos mitos comunes sobre el veganismo, así como cierto recelo a que la tradición de convivir en familia o pareja se pudiera vulnerar. 

¿Qué hacer para que respeten y empaticen con tu decisión? Algunas soluciones que las entrevistadas nos comparten son:

  • Primero que nada, sé muuuuy paciente tanto con tus seres queridxs como contigo, todo proceso nuevo cuesta trabajo al principio.


  • Comparte tus motivos. Si te encuentras en un espacio seguro y lo consideras necesario, hablar sobre tus razones para cambiar tu alimentación podría servir para que empaticen quienes conviven contigo.
  • Combatir los mitos en torno a la alimentación vegana es más fácil cuando les acercas información verificada que dé claridad a las dudas más comunes.



Reto 3: ¿Cómo hago sostenible mi alimentación vegana si en casa no son vegan?
 

Sabemos que cambiar hábitos de consumo puede ser mil veces más fácil si lo haces en comunidad, pero existen muchos casos en los que tu pareja, familia o las personas que viven contigo no están dispuestas a hacerlo.

Para Poly Serna, arquitecta y baterista que vive con su familia en Ensenada, Baja California, no todas las decisiones sobre qué comer dependen de ella y actualmente se encuentra haciendo acuerdos con su familia.

«Mientras estuve de intercambio pude llevar una alimentación vegana durante dos años. Sin embargo, cuando llegué otra vez a vivir con mi familia tuve que retroceder y nuevamente estoy en transición… Este año me puse de meta no comer ya nada de carne y mi familia lo ha ido aceptando. Mi mamá ya se acuerda. Por ejemplo, le pido que evitemos los lácteos y ya no los agrega en mi comida. O si hay alguna ocasión especial –como mi cumpleaños– vamos al único restaurante vegano que hay aquí. Así es como hemos logrado no dejar de convivir, porque al principio mi mamá me decía ‘no quiero que la comida nos separe’».

En el caso de Marisol, que su novio no es vegano, hubo un acuerdo previo que les facilitó el cambio. Ambos optan por preparar por separado sus alimentos y comer juntos. De igual forma, en sus finanzas acordaron que cada quién paga por los ingredientes que consuma. 

Las entrevistadas nos comparten que es importante plantear acuerdos como:

  • Dividir gastos, para que tú no te veas obligadx a aportar en productos de origen animal.


  • Tener legumbres, vegetales e ingredientes de reserva o preparar algunos alimentos previamente para que a la hora de reunirse a comer nadie se sienta excluidx.
  • Crear canales de comunicación efectivos y desde la empatía.

Reto 4:  No encuentro qué comer cuando salgo… ¿Y en los viajes y fiestas?

Una vez que te acostumbras a una alimentación vegana en casa, entonces surge el reto de qué comer cuando estás fuera. Puede que parezca muy complejo encontrar lugares veganos o un punto en común cuando las personas con las que vas a convivir no tienen tu mismo estilo de vida.

«A veces es medio estresante cuando salgo con amigos que no son veganos y hay que buscar un lugar donde todos estemos cómodos, porque luego está el estigma de ‘¿Tú no puedes comer nada ahí, verdad?’. Entonces empecé a proponerles lugares veganos y me decían ‘Ay, no me imaginaba que sabía tan rica la comida’. Ha sido poco a poco tratar de quitar el estigma presentándoles lo que como», nos cuenta Marisol.

Sin embargo, sabemos que en muchas ciudades, tanto en México como en otros países, existe la posibilidad de que no haya restaurantes especializados o que en cafeterías no haya opciones de leche vegetal.

¿Qué soluciones nos sugieren?

  • Si tienes oportunidad, investiga si el lugar cuenta con opciones basadas en plantas.


  • En caso de que no tengas la certeza, una opción puede ser que comas algo antes de salir de casa o de tu hotel y lleves alguna botana contigo.


  • Pide alguna entrada que no contenga productos de origen animal, como suele ser un guacamole o papas.


  • Apela a la flexibilidad del restaurante para modificar algún platillo. Por ejemplo, pedir que no añadan queso o mayonesa a algún plato vegetariano. 
  • Acude a festivales o eventos vegan donde puedas hacer comunidad con personas a las que les resuene la misma forma de vivir.


  • Si estás de viaje puedes descargar aplicaciones como Happy Cow o buscar apoyo en grupos de redes sociales donde te puedan orientar sobre la existencia de algún establecimiento vegano.

Reto 5: No quiero dejar mis tradiciones

En países como México, cada región tiene guisos muy populares y reconocidos para distintas temporadas al año, que muchas veces suelen tener algún ingrediente de origen animal, como pueden ser los chiles en nogada, el pan de muerto, etc. Sin embargo, hoy en día existen muchísimas recetas que le dan la vuelta y proponen alternativas veganas deliciosas.

En el caso de Scarlett y Andrea, que emprendieron proyectos gastronómicos en los que ofrecen alimentos típicos como las enchiladas potosinas o chilaquiles en versión vegana, relatan que es posible comer cosas que te gustan en una versión distinta. 

“Hay muchos platillos y comidas que hemos desarrollado para que sepan muy ricos y que, poco a poco, incluso gente que no lleva un estilo de alimentación estrictamente vegana pueda consumirlos, porque le gusta el sabor”, explica Scarlett, quien ofrece en su proyecto Muchas Vidas diferentes opciones de brunch basado en plantas, que van de los hot-cakes hasta la birria.

Para Andrea, la cocina vegana cada vez toma mayor fuerza, pero aún falta mucho trabajo. “Con Vegandra me siento dentro de una ola de oferta cada vez más grande de restaurantes veganos, pero siento que en San Luis aún falta, porque si bien los platillos son los mismos –enchiladas potosinas, pizza o tacos al pastor– solo que sin carne, a muchas personas aún les cuesta trabajo comprender este estilo de vida”, dice Andrea.

¿Qué soluciones nos recomiendan?

  • Busca todas las recetas veganas posibles, la creatividad no tiene límites.


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La usurpación de identidades en las candidaturas LGBTIQ+ y su impacto en la comunidad

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Texto por: Eme Flores

En años recientes, la inclusión de la comunidad LGBTIQ+ en la política es un tema que ha adquirido cada vez más relevancia. Personas no binarias y trans han exigido no sólo el reconocimiento de sus derechos, sino también lugares desde los que puedan incidir en las políticas que les atraviesan. Sin embargo, también ha surgido un fenómeno preocupante: la usurpación de identidades por parte de personas cisgénero para registrar candidaturas destinadas a la diversidad sexual. Este problema no solo afecta la representatividad real de la comunidad, sino que también opaca los esfuerzos de activistas que luchan por una inclusión genuina.

Antes de su trágico asesinato, Ociel Baena fue une defensore incansable de la cuota arcoiris y la inclusión de las personas no binarias en Aguascalientes. Tristemente, en las recientes elecciones fue precisamente ese estado donde presuntamente más personas cisgénero se registraron como no binarias de forma fraudulenta, según se puede contrastar con datos en la página del Instituto Electoral de Aguascalientes.

Pero este no es un caso aislado, es un reflejo de una problemática más amplia que afecta a varios estados del país. Michoacán, por ejemplo, también vio casos de personas cis registrándose como «NB» o mujeres trans sin serlo. Este fraude electoral no sólo golpea la confianza en el sistema, sino que además se presta para titulares amarillistas y termina por invisibilizar a las verdaderas candidaturas no binarias.

Un fenómeno mucho más complejo y revelador

A través de X (Twitter), la activista trans Irene Valdivia, de Morelia, destacó que el verdadero problema radica en la falta de transparencia:

«El fraude está en que se registraron como mujeres, pero hicieron campaña como ‘CandidatO’, y en consecuencia al registro debía ser ‘CandidatA’. Los votantes nunca supieron cómo se registraron y ahí está el fraude. El fenómeno es mucho más complejo y revelador de lo que la narrativa de ‘fingieron ser mujeres trans’».

Irene Valdivia

Los patrones de registro varían según el partido político. Desde registros como «Mujer-género femenino» por el PRI hasta «MUJER» en mayúsculas por el PRD y el PAN, la diversidad de descripciones evidencia una posible coordinación entre partidos y organismos electorales para la usurpación de identidades.

Casos como el de Daniel Herrera Martin del Campo, registrado simultáneamente como «Sexo: Mujer» e «Identidad: Hombre Gay», subrayan la complejidad y la falta de control en el proceso.

No solo se usurparon candidaturas de mujeres y personas de la diversidad, también se invisibilizaron las candidaturas no binarias legítimas.

En Chiapas, Isai Bacilio, Secretarie de Diversidad de Chiapas Unido, fue registrade incorrectamente como «Sexo: H, Identidad: Mujer Trans» a pesar de ser una persona no binaria.

En Tabasco, Héctor Victoria Valenzuela Martínez, quien es una persona no binaria, enfrentó una situación similar al ser registrade como hombre, razón por la cual decidió levantar una denuncia por discriminación contra el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco.

Jimena Jiménez Juárez, una candidata trans de la Costa Chica de Guerrero, que también es parte de la comunidad afrodecendiente, fue registrada como “Sexo: H, Identidad: Persona No Binaria”. Sin embargo, más que una usurpación, esto fue un caso de ignorancia sobre el proceso y los requerimientos por parte de su partido y de negligencia del INE a la hora de su registro.

“Por la situación legal de Guerrero, no he podido cambiar mi nombre y acta”, dijo Jimena en entrevista. “(Regeneración) es un partido nuevo y el INE no le informó a quienes hicieron el registro cuáles eran los procedimientos adecuados”.

Ser registrada como hombre y como persona no binaria no sólo invisibiliza su largo trabajo de activismo como mujer trans, sino que lastimó sus posibilidades de ganar un puesto, al no poder acceder a la cuota de género por ser mujer.

La falta de opciones adecuadas y la clasificación errónea de identidades no hace sino reflejar una falla sistémica en los organismos electorales de diversos estados.

Un largo camino por recorrer

No todo es negativo; algunas candidaturas de la diversidad sí lograron registrarse correctamente a pesar de estas adversidades. Meme Nava en Edomex y Yuls Marín Luna en Morelos son algunos ejemplos.

A nivel federal, Ari Muñoz de Movimiento Ciudadano, se registró con una candidatura no binaria legítima a una diputación federal.

Algunas voces argumentan que la naturaleza de la autoadscripción y la fluidez del término «no binario» dificulta su inclusión en las elecciones, señalando que este es un problema intrínseco de las cuotas arcoiris, las cuales supuestamente hacen inevitables casos de usurpación de identidades como el de Michoacán.

Sin embargo, el problema no son las acciones afirmativas en sí, ni les candidates, ni siquiera los partidos políticos. Ericka López Sánchez, del Observatorio Latinoamericano y del Caribe de los Derechos Políticos y Electorales de las Personas Trans, señala que la responsabilidad recae en el INE y los Organismos Públicos Locales:

«Esto solo fue posible por el amparo de las autoridades electorales. Tenemos que recordar que los Organismos Públicos Locales (OPLES) no son neutros, tienen agendas propias y locales».

Para Sánchez, las posibles soluciones están en crear protocolos de aplicación diferenciados y transparentes.

“Las acciones afirmativas necesitan protocolos de aplicación y deben ser diferenciados. Nos olvidamos de exigirle al sistema electoral lo que tienen que hacer. Y empieza con el INE”.

Ericka López Sánchez

La autoadscripción simple no es suficiente; se necesitan protocolos diseñados por mesas de trabajo, especialistas, activistas y colectivos de la comunidad trans y no binaria, no con el objetivo de fiscalizar identidades, sino para garantizar que quienes se registren realmente representen a la comunidad que dicen representar.

La usurpación de identidades en las candidaturas LGBTIQ+ no solo es un fraude electoral, sino una traición a una comunidad que lucha por su representación y derechos. Defender la autoadscripción, dentro y fuera de las instituciones como el INE, es fundamental. Pero también es parte de la importante tarea de afirmar la presencia de las personas LGBTIQ+ en la vida pública como actores propixs.