“Voy casi todos los días al tianguis porque tengo una tienda de segunda mano. Entonces, pues, mi trabajo es ir a buscar joyitas y prendas. Siempre estoy grabando todo”. Diana Young, aka Morena Magic, es una narradora audiovisual viviendo en Aguascalientes, un estado al centro de México, situado en un valle enorme a 1950 m sobre el nivel del mar. Hace poesía: crea manifiestos hablados para piezas en video y construye imágenes potentes a través de su trabajo de estilismo y maquillaje en shootings poderosos. Diana trenza el bullicio de los tianguis con los habitantes de su ciudad y con personajes coloridos y fantásticos que construyen homenajes vibrantes a la gráfica chicana, la cultura hip-hop, el vintage setentero mexicano, la cultura low rider…
Un mechón de cabello se torna onda y descansa sobre su frente. Su estilo personal es un tejido delicado de pequeños homenajes a sus pasiones: unos aros enormes y dorados se balancean en sus orejas, abrazadas por dos trenzas largas que rematan en moños de listón rosa pastel. Sobre su ceja, asoma la punta de un lucero dibujado caligráficamente con trazos suaves y delgados. Su estilismo es nítido, está trazado con expertise y cuidado, se siente pulcro y muy bien logrado.
Maquilaje y Styling: Morena magic
Los murmullos del Bajío: crear en Aguascalientes
Diana Young decanta su creatividad en muchos proyectos distintos. Además de la creación audiovisual hace la curaduría dedicada de una tienda de ropa reutilizada. Sus intereses siempre han sido diversos y expansivos: “Desde que soy niña sentí que no quería tener una vida común. Nunca me imaginé siendo doctora o secretaria. No tiene nada de malo en serlo, pero yo siempre sentí que estaba hecha para hacer otro tipo de cosas, aunque no sabía qué, ni cómo”.
Es la segunda de una familia de cuatro en la que la creatividad ha estado siempre presente: recuerda cómo las tardes antes de internet se le iban en leer revistas de moda con su hermano mayor, artista del Drag Queen: “crecimos a la par y nos influenciamos mucho de películas, de revistas. Él coleccionaba revistas de moda. Recuerdo que tenía como 1,000 revistas de moda, Vogue, Nylon. Ese era nuestro pasatiempo, leer revistas de moda. También siento que eso influyó mucho en mi estilo, me ayudó a desarrollar ojo para el momento de armar outfits, de elegir piezas. Nos juntábamos ahí con 10 revistas en el piso y… ‘¡mira esta marca, mira estos zapatos!’. Imaginábamos mucho qué chido sería tener esas prendas”.
“Nos enseñaron primero a trabajar que a soñar”
En el proceso creativo de Diana Young, la sensorialidad que ebulle de los mercados rodantes es fundamental y sostiene el archivo personal de colores, texturas, sonidos, y olores que dibujan sus historias. Mucho de su trabajo está situado en estos espacios de comercio callejero, configurados para interactuar con un montón de factores que escapan al control y que ofrecen sorpresas inesperadas para quienes los viven: quienes compran, quienes venden, quienes pasean.
Sobre sus rituales videográficos de lo cotidiano, Diana explica: «Me gusta mucho que la gente se sienta identificada. Me ha pasado que luego subo un video y tengo muchos comentarios de, “ay, yo soy mexicano, pero estoy migrando en otro país, y me da mucha nostalgia recordar el tianguis, recordar las calles de México, recordar los colores”. Los videos que publica en sus cuentas son verdaderos manifiestos y experiencias conmovedoras de belleza de lo cotidiano: “no todo lo que vemos en redes es real, no todo es de lujo ni de marca. Mi trabajo se trata de otra cosa porque miré, por ejemplo, la vida de muchos influencers y la sentí muy alejada de mi realidad”.
Descentralizar los relatos e incomodar
El escenario de los relatos ultra creativos y poéticos de Diana Young es Aguascalientes. Explica: “a pesar de que hay muchos artistas, sigue siendo un estado muy conservador por la religión, por los partidos políticos, etcétera. Entonces, es shockeante a veces para las personas verme en las calles maquillada no sé, de payasita, o lidiar con mi imagen si traigo outfits muy, pues, excéntricos. Siento que la gente todavía se impacta un poco o se asombra: siento las miradas».
Crear desde la honestidad
Hay algo en Diana que transmite una rara combinación de sencillez y profundidad. Mientras habla, es evidente que su creatividad no nace de la búsqueda de likes o reconocimiento, sino de un impulso genuino por expresar lo que la conmueve. Su mirada, curiosa y atenta, captura detalles que otros pasarían por alto: un gesto, un color, un ritmo. Esa capacidad de observar, de detenerse en lo pequeño, es lo que hace tan potente y vibrante su proceso creativo. Con cada video, imagen y palabra, Diana Young nos recuerda que la fantasía no está en lo lejano, sino en lo que tenemos justo frente a nosotros, si nos atrevemos a mirarlo desde el asombro y la belleza.
Maquilaje y Styling: Morena magic
Al preguntarle cómo se describe, con qué definiciones está configurada su narrativa personal, es directa, clara: Soy Diana, tengo 30 años, soy mamá de un pequeño de cinco. Desde que era bien chiquita me gusta mucho escribir y hoy hago cosas visuales inspirándome mucho en las películas. Mi proceso creativo empieza con mirar con curiosidad: si veo a un señor caminando y me gusta cómo va vestido, saco el teléfono, y lo grabo. Mi poeta favorita es Gata Cattana (rapera española fallecida en 2017) y mi poema favorito es ‘Como aman los pobres’”.
Y sobre eso que quiere compartir con el mundo, explica:
Finaliza reflexiva: “pienso que la vida es muy fugaz y que muchas veces, por responsabilidades o por cosas de adultos que tenemos que hacer, dejamos de lado lo que realmente nos gusta… toda la vida nos han vendido la idea de que el éxito es tener dinero, ser famosos. Pero para mí, vivir tranquila, tener salud mental, comer rico, conectar con personas genuinamente y vivir despacio, en calma, es triunfar”.