Veganismo con perspectiva de clase: un movimiento accesible para todxs

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Amix, ¿alguna vez te has planteado tener una alimentación vegana (o sea, sin productos de origen animal), pero crees que es demasiado caro o poco accesible? La industria del marketing nos ha hecho creer que sin acceso a productos especiales como «carne» hecha a base de plantas; «leche» de origen vegetal, tofu o suplementos carísimos no podremos llevar una alimentación balanceada a base de plantas. Pero precisamente ahí es donde entra el veganismo con perspectiva de clase.

Sabemos que toooodo es político, desde lo que vestimos a lo que comemos, y el veganismo con perspectiva de clase es un enfoque que toma en cuenta la diversidad socioeconómica y las diversas luchas por las que pasan algunas personas para acceder a alimentos de origen vegetal saludables y económicos. Es decir, que no es suficiente abogar por una alimentación basada en plantas, sino garantizar que esté al alcance de todas las personas. 

Como explica el sitio de GENV, una organización dedicada a educar sobre los beneficios de adoptar un estilo de vida vegano:

«El veganismo no es nuevo, ni es patrimonio de una sola cultura. Sus raíces son antiguas y globales».

La alimentación basada en plantas ha estado presente en muchísimas culturas y religiones alrededor del mundo. De hecho, México es un ejemplo buenísimo de esto. La antropóloga Laura Sainz, quien ha estudiado sobre el tema, nos explica que “la base de la comida mexicana es vegetal”.

Ajá, así como lo lees: “la triada o la hermandad, como se conoce, es: calabaza, maíz y frijol y varía por regiones. Incluir chiles en lugar de uno de los tres elementos tradicionales podría, de hecho, reflejar diferencias regionales o prácticas culturales específicas. Lo que se sabe antropológicamente es que, aunque el maíz, los frijoles y la calabaza son el trío más comúnmente reconocido, las adaptaciones locales y las preferencias alimentarias han dado lugar a variaciones”. 

Sin embargo, conforme el veganismo se fue volviendo más popular en algunos sectores comenzó a percibirse como un lujo o un estilo de alimentación disponible solo para personas con un gran poder adquisitivo.

El veganismo con perspectiva de clase busca cuestionar esta idea, pues no se trata solo de eliminar los productos animales de lo que comemos, sino que es un enfoque que comprende que las opresiones y violencias están interconectadas. Por eso también puede ser una lucha antiespecista (a favor de los animales) y antiracista (una postura activa en contra del racismo en todas sus formas y manifestaciones) para garantizar la soberanía alimentaria con el menor impacto ambiental posible.

Veganismo y Clase Social: Rompiendo los Estereotipos

Si hablamos de los gastos que implica llevar una alimentación vegana, urge romper con la creencia de que este estilo de vida está destinado exclusivamente para las clases privilegiadas. El costo de una comida vegana puede ser mucho más accesible de lo que imaginamos. 

«Es común escuchar decir a las personas que el veganismo es caro, pero las investigaciones demuestran sistemáticamente lo contrario», explica GENV. 

Pongamos un ejemplo práctico: ¿has comparado cuánto cuesta una alimentación carnívora en comparación con una vegana? Productos básicos como legumbres, frutas, verduras y cereales, en la mayoría de los casos resultan más económicos que carnes, aves, pescado y productos lácteos. 

Es cierto, algunos productos veganos especializados pueden tener un costo más elevado debido a su proceso de producción, pero cuando volvemos nuestras miradas hacia los alimentos básicos y la cocina de temporada, el costo puede disminuir significativamente. 

Para GENV:

«La forma más barata de alimentarse consiste en cocinar desde cero los platos a base de plantas, y quienes no sean personas expertas cocineras, o no disfruten cocinando, pueden encontrar muchas recetas veganas rápidas y sencillas en Internet«.

Proyectos de difusión como Veganismo Periférico, en Brasil, y Mexicana come plantas, en México, comparten recetas veganas para demostrar que hay alternativas económicas, balanceadas y accesibles para todas las personas. Al mismo tiempo que generan conciencia sobre la importancia de cuestionar de dónde viene lo que comemos y cómo podemos lograr una alimentación balanceada y más amable con el planeta.

Cuando hablamos de veganismo, la perspectiva debe enfocarse en el hecho de que pueda ser un modelo de alimentación accesible y sostenible, sin la necesidad de caer en la trampa del consumismo en la que la sociedad capitalista nos ha sumergido.

Si quieres saber más sobre cómo iniciar tu propio camino te recomendamos muchísimo consultar el sitio web y redes sociales de GENV, en donde tienen muchísima información sobre los beneficios medioambientales, éticos, personales y de salud pública de adoptar un estilo de vida vegano.

Puedes empezar poco a poquito eligiendo uno de sus desafíos de 7 días, según la problemática que te motive más, o elegir el desafío de 30 días si ya te sientes super sayayín.

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