«No quiero estar resistiendo sino solo existir, ser y permanecer»: Marbella Figueroa

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En medio del auge de los mensajes que nos invitan al amor propio, la artista Marbella Figueroa habla con Malvestida acerca del goce, la belleza y su activismo contra el racismo y la gordofobia.

En este mundo por un lado existen las violencias tangibles e intangibles de la gordofobia y el racismo, y por otro los constantes llamados a amarnos tal y como somos. Pero ese camino es más complejo que una frase motivacional en Instagram. De eso platicamos con la artista mexicana Marbella Figueroa.

A través del podcast Afrochingonas —junto con Valeria Angola, colaboradora de Malvestida y Scarlet Estrada— y su más reciente proyecto Diosa Prieta, Marbella reflexiona en esta entrevista sobre el racismo, la gordofobia, el amor propio y, sobre todo, alternativas de goce y disfrute.

“Ser negra me hizo gorda”: la artista Marbella Figueroa sobre racismo y gordofobia

Nota de la editora: las respuestas fueron editadas para mayor claridad.

¿Qué opinas del amor propio?

Más que una opinión concreta, tengo emociones, sentimientos y pensares que no son fijos y que no han sido los mismos siempre. Considerando eso, el amor propio para mí es una expresión de mi ser que se manifiesta de un montón de formas; en mi cuerpo, pero también en mis pensamientos, emociones, en la forma en la que me relaciono con el entorno, en el contexto donde vivo, con las flores… todo lo que está dentro y se refleja afuera de mí.

No es un proceso lineal. En este momento me siento de esta manera, pero probablemente habrá otros momentos en los que no me sienta así, que quizá no me sienta merecedora de amor, ni cómoda con mi cuerpo y eso es parte del proceso. Dejar de asumir ese proceso como algo bueno o algo malo me da la posibilidad de verlo con una perspectiva distinta de manera más profunda, compasiva y amable conmigo.

Muchas veces los discursos de «quiérete, ámate, estamos resistiendo» están cargados de una positividad que se vuelve un poco agresiva. Pensar todo el tiempo que eres una reina, preciosa y la más top no es posible, al menos en mi experiencia.

Vivimos en un momento en donde abundan los mensajes que nos dicen que nos amemos tal y como somos, ¿qué opinas?

Creo que es muy importante querernos. Sin embargo, por más que estos mensajes lleguen —a veces de formas amorosas y otras más rudas o violentas— estamos en un contexto que todo el tiempo nos está diciendo lo contrario, y no solo a través de discurso sino que es un sistema que nos está oprimiendo.

Están muy bien las ideas de «quiérete más», pero también es necesario ponerlas a la par de la realidad y de los sistemas de opresión que nos están atravesando, que o solo nos afectan de forma individual, en lo emocional o pensamientos, sino en forma estructural al punto de que se vulneran nuestras existencias y la posibilidad de tener vidas dignas.

¿Cómo has vivido la gordofobia?

De muchas formas, desde la forma en la que me relaciono con mi cuerpo, de cómo me percibo y cómo me han hecho sentir ajena al cuerpo que habito. Me han hecho sentir que mi cuerpo no merece amor, cuidado y respeto. He interiorizado todo esto y he tratado mi cuerpo y mente conformo eso que me han dicho.

Y de ahí puedo ir abriendo hacia afuera: la relación con mis amigues, familiares, quienes quieren lo mejor para mí pero al mismo tiempo me han dicho cosas como «si no fueras gorda serías más bonita».

Cuando estoy buscando ropa, hay algunas tiendas que no tiene absolutamente nada para mí porque las tallas más grandes no me caben ni siquiera en una pierna. Y cosas más fuertes, como negarme empleos por tener el cuerpo que tengo, ser quien soy, por mi tono de piel.

En otras entrevistas has dicho que te asumes políticamente con una mujer gorda, ¿cómo surgió ese posicionamiento y por qué es relevante para ti?

Hace un par de años no podía escuchar la palabra gorda porque me dolía, me sentía aludida, lastimada, vulnerada. Aún cuando no me lo dijeran a mí, sentía que en cualquier momento iba a llegar el bombardeo de ataques hacia mi por mi cuerpo. Pero eso se ha ido transformando y tiene que ver con que he encontrado conexión con otras personas, he visto, leído y escuchado proyectos y experiencias más allá de la mía; entonces comencé a transformar la connotación negativa de la palabra «gorda» y comencé a ponerlo en un lugar sin una carga moral.

El daño no está en nombrarme gorda, sino en todo lo que hay detrás y todos los procesos históricos y sociales que han traído esta connotación negativa de la palabra gorda. También lo hago para liberarme, para dejar de sentir eso que sentía antes cuando me decían gorda, sentirme chiquita, microscópica y super lastimada.

Ahora me nombro gorda para poder blindarme y hacer una reparación a la Marbella chiquita que se sentía tan vulnerable. Podría o no nombrarme gorda, pero ahora cuando escucha esa palabra, no me siento aludida en una forma negativa sino de una forma en la que me asumo como tal y lo veo con respeto para mí y me gusta, me siento cómoda

¿Cómo vives tu resistencia en contra de este sistema racista y gordofóbico?

Es complicado porque aunque estoy en un momento de mi vida en el que me siento cómoda con mi cuerpo, a gusto, contenta, feliz y merecedora de respeto y amor no es algo que sea constante y, personalmente, no es algo que haya desarrollado de una forma fácil. .

Creo que todas las experiencias negativas por las que he pasado, a través de mi cuerpo, todas las críticas han dejado en mí como una llamita, que por mucho tiempo estuvo apagada pero ahora puedo transformarlo y verlo con otra perspectiva hace que haya una necesidad interior para dejar atrás esos comentarios y brillar y salir y ser.

A veces me genera un poco de conflicto la palabra resistencia porque siento que es mucho echar tu cuerpo hacia adelante y poner todo y eso también es desgastante. Me gustaría no solo resistir sino solo existir, ser, permanecer y estar sin la necesidad de estar resistiendo todo el tiempo. Aunque es muy poderosa la resistencia me gustaría tener un proceso en donde no fuera necesario estar echando hacia adelante.

¿Qué haces en los días «malos»?

Lloro. Me veo en el espejo y no me digo las cosas más bonitas, lo comparto con alguien. Quisiera decir que me veo al espejo y veo las cosas que más me gustan de mí, pero no, cuando me siento mal, me siento mal. Cuando no me gusta mi cuerpo, no me gusta, no quiero verlo, lo rechazó.

Pero he aprendido a vivirlo en el instante, pensar que no es permanente. Así como hay momentos en los que no puedo dejar de verme en el espejo porque me veo hermosa, sensual, maravillosa… Y que ese momento tampoco es fijo.


¿En qué consiste tu proyecto de TiTtok Diosa Prieta?

En mi proyecto de Diosa Prieta decidí unir eso que me gusta tanto: el brillo, el maquillaje, las pestañas poderosas y los análisis antirracistas. Creo importante mezclar estas dosa cosas, dos espacios de mi vida para poder profundizar, sobre todo para mí y darme respuestas a mí, de lo que me ha sucedido… de creer que no soy bonita, apta, que no merezco maquillaje y jugar con los colores porque no encuentro una base de mi tono. Hago esta mezcla de los análisis antirracitas para darme respuestas e interiorizar que no soy yo la del problema, es el sistema.

Créditos:

Fotografía. Diana Caballero

Lencería. Yemaya Lingerie

Maquillaje. Monse Uriostegui

Intervención gráfica. Fer Oms

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