Sí, el tarot terapéutico es real y es más sencillo de lo que crees. Platicamos con Alquimila de Venus para que nos resolviera todas nuestras dudas y esto es lo que nos contó.
Hablar de tarot es hablar de un montón de posibilidades, experiencias y revelaciones. No solo para las personas tarotistas, sino para quien consulta.
En Malvestida nos encanta toda esta experiencia mística, y la vemos como una herramienta para conectar con nuestro interior, para cuestionar y reflexionar. Lo único que necesitas es ubicarte en el presente y definir: ¿hacia dónde quiero ir?
Porque, a diferencia del tarot predictivo, más que decirte qué hacer, el tarot terapéutico abre paso a un mejor entendimiento de nuestra persona, para que pueda ayudarte a tomar futuras decisiones de una manera más consciente.
Pero si no me crees, consultamos con Alquimila de Venus, experta en este tipo de tarotismo, para que nos contara cómo es este proceso y para qué sirve.
“Aquí lo que se proyecta es tu inconsciente, por medio de estas imágenes arquetípicas lo volvemos consciente y tenemos el control. También se le agregan diferentes técnicas, se trabaja a nivel energético. No solo se queda ahí como a ver qué me dice tu mente, se procesa con la energía y más técnicas para poder entendernos.”
Este conjunto de técnicas, que incluyen la terapia floral, meditaciones y oráculos permiten traducir tu inconsciente y proporcionarte muchas posibilidades.
Lo que sí es muy importante decir es que la técnica NO es una sentencia, sino que te orienta a crear puentes hacia el futuro.
Imagen. Soulful Stock en Unsplash
¿Y si no sé qué preguntar?
No se trata tanto de saber si vas a conseguir el amor, dinero o algún objetivo específico, sino qué podemos hacer para alcanzar esos objetivos. Normalmente las preguntas van algo así:
¿Cómo hago para…?
¿En dónde estoy?
¿Qué necesito saber?
¿Qué necesito hacer?
Entre más concreta tu pregunta, más concreta la respuesta. Alquimila menciona “tú te das las respuestas por tu sabiduría interna, yo solo soy una simple traductora de tu inconsciente.”
Si de plano no sabes qué preguntar, no te preocupes, aquí se utiliza una tirada general y al ser así, las posibilidades son infinitas.
El tarot terapéutico no sustituye a la terapia convencional
Como en cualquier otra terapia, esta herramienta te hace responsable de tus acciones y en muchas ocasiones requiere una continuidad. Pero el tarot no sustituye a los doctores, a los psicólogos o terapeutas.
“El tarot terapéutico es una práctica de acompañamiento en conjunto de otras terapias. Lo que me gusta de esta técnica es que este enfoque te permite ubicarte en un tema”, nos comparte.
Si tú estás llevando una terapia aparte, pero quieres saber qué onda con esta técnica, puedes hacerlo a la par. Es posible que notes que le sacas mucho más provecho.
Lidiar con el escepticismo
Ya en pleno 2021, no estamos hablando del tarot como un invento o una moda, sino de una guía que nos ofrece información del inconsciente.
Le pregunté a Alquimila qué opinaba al respecto de los típicos comentarios como “esas cosas no existen” o que tienes que “creer” en estas prácticas y esto fue lo que me dijo:
“Es muy válido el pensamiento lógico, el pensamiento racional. Me han tocado consultantes escépticos del tarot y se van así como khé, cómo lo hiciste, y sobre todo personas con las que no tengo ningún tipo de contacto. Yo lo que les explico cuando me llega algún consultante así es: lo que vamos a hacer es conectar tu inconsciente por medio de las cartas. Y yo solo escucho, no intento cambiarles su manera de pensar, porque es muy vivencial. El tarot se vive.”
Aquí se trata principalmente de experimentar, si así lo deseas. No te podemos decir si funciona o no porque en realidad no se trata de eso. Se trata de conocerte mejor y conectar con tu interior en formas que no creías posibles.
Libros que recomienda Alquimila para comprender mejor esta práctica
Finalmente, Alquimila recomienda WTF is Tarot?: …& How Do I Do It?, de Bakara Wintner que tiene una visión más contemporánea acerca del tarot o algo más clásico como Jung y el tarot, de Sallie Nichols
Y si te quedaste con más ganas de aprender, no olvides seguir a Alquimila de Venus en Instagram.
La extrañamos el año pasado, pero la Met Gala está de regreso en 2021 y ya hasta hay planes para el año siguiente. Te contamos todo lo que tienes que saber.
La pandemia nos ha robado muchas cosas. Los eventos de moda son de los menos importantes, pero la verdad es que aún así, sí los extrañamos.
Para compensar un poco este duro golpe a nuestro corazoncito, ya se dio a conocer el tema de la próxima exposición presentada por el Instituto del Vestido. Estará conformada por dos partes y se inaugurarán entre este y el próximo año. ¡Qué emoción!
Además, como reportó Vogue, si todo sale bien, la Met Gala de este año se realizará el 13 de septiembre, al concluir la semana de la moda en Nueva York, y el próximo año volverá a su fecha habitual, el primer lunes de mayo.
En cuanto a los anfitriones, obviooo Anna Wintour, editora de Vogue, va a ser la presidenta del comité organizador, y como cada año, eligirá a algunas personalidades del mundo de la moda del arte para ser sus coanfitriones.
Estos aún no están confirmados, pero se rumora que serán Amanda Gorman (Poeta y activista estadounidense de 23 años, AMAMOOOS) y Tom Ford (diseñador y director de cine).
Actualización: sí son ellos dos y otra gente increíble
La gala siempre viene acompañada de una exposición, de la que se toma el tema. Esta vez serán dos temas, muuuy americanos: “In America: A Lexicon of Fashion” (“En América: El léxico de la moda”), que abrirá el 18 de septiembre, e “In America: An Anthology of Fashion”, que se puede traducir como “En América: una antología de la moda” y abrirá sus puertas el 5 de mayo de 2022.
Andrew Bolton, curador del Instituto del vestido, explicó a Vogue que fueron dos las razones principales que les hicieron elegir este tema: “La razón principal fue el hecho de que la comunidad de la moda en Estados Unidos nos ha apoyado desde hace 75 años, realmente desde el comienzo del Instituto del vestido”.
La otra razón es que la última exposición que se dedicó específicamente a la moda en ese país fue hace ya varios añitos, en 1998, y las cosas han cambiado mucho desde ese entonces:
“Creo que el énfasis en la creatividad consciente se ha consolidado durante la pandemia y con los movimientos sociales […] Me ha impresionado mucho la respuesta de los jóvenes diseñadores estadounidenses hacia el clima político y social, sobre todo en cuanto a la inclusión de los cuerpos y géneros fluidos”, dice Bolton.
Los anfitriones de la Met Gala 2021
(Esta nota fue editada el 3 de mayo para agregar nueva información sobre el evento)
Es claro que este 2021, Anna Wintour quiere llegarle a la Generación Z, y también dejar claro que, aunque no lo demuestre tan seguido en Vogue, de hecho sí sabe lo que significa «diversidad».
Va la lista: además de la ya mencionada Amanda Gorman, quien declamó en la inauguración del presidente Biden, están Timothée Chalamet, Billie Eilish y la campeona de tenis Naomi Osaka como coanfitriones. Como anfitriones honorarios están Anna, por supuesto, Tom Ford y… Adam Mossseri, el director de Instagram.
Podemos esperar un evento hecho por y para jóvenes, por y para las redes sociales, de modo que más les vale mostrar enorme creatividad en sus atuendos.
Además, la relación de algunos de ellos con «lo americano» es compleja: Amanda es afroamericana, Timothée tiene ascendencia francesa y ruso-judía, Naomi nació en Japón y su papá es de Haití. Entre eso y sus estilos súper definidos que marcan tendencia, sí nos emociona ver cómo interpretarán el tema.
La primera parte de la exposición se presentará en una área del museo llamada The Anna Wintour Costume Center, la cual será transformada en una casa imaginaria.
Esta idea está basada en el libro Short History of an Idea escrito por Witold Rybczynski, el cual nos habla de la cualidades que puede tener un cuarto por encima de su funcionalidad.
Entonces, cada habitación representará una cualidad emotiva y será ocupada por un “ancestro” y un “pariente”. Por ejemplo, el jardín representará alegría y la idea es que se exhiba un vestido floral de Mainbocher, junto con el vestido de Oscar de la Renta que utilizó Taylor Swift para los Grammys.
En la segunda parte de la exhibición, Bolton quiere hablar sobre inclusión: “¿Quién puede ser estadounidense? fue una pregunta que se planteó en el show de primavera de Prabal Gurung en 2020 y también nos la preguntaremos en el Met”
La exposición girará entorno a esto, explorando la historia de la moda a través de contextos como raza y género, y considerando quién pudo habitar las habitaciones ya mencionadas dependiendo de esto.
Ya saben, el Instituto del Vestido siempre tiene temas súper complejos y casi académicos, pero nos encanta que se tomen tan en serio la moda en todos sus aspectos y también que por fin “lo americano” no sea solo usar una bandera o unas botas de cowboy.
Esperamos que las celebridades que asistan a la gala también tomen el tema desde un contexto más amplio y lo interpretan de maneras súper creativas.
En los últimos días, el abuso sexual infantil ha estado presente en el discurso nacional en México. Sin embargo, tenemos que ser mejores y tomarnos estos casos mucho más en serio.
¿Qué separa a un chisme de una noticia?, ¿por qué importa que las víctimas puedan contar sus historias en un ambiente de seguridad, confianza y ética? Son preguntas que me hago todo el tiempo.
En el primer caso, creo que la respuesta es el contexto. Una mujer puede decir que su abuelo, un hombre famoso, abusó de ella cuando era niña y el público siente que debe decidir si “le cree o no”. Pero ahí no acaba la historia, porque esta mujer no está sola en su denuncia y, desgraciadamente, tampoco en la duda.
Por su parte, Unicef destaca que el 65% de los agresores son familiares o personas cercanas a los menores, que a 1 de cada 3 víctimas no le creyeron y 1 de cada 4 se quedaron calladas por temor.
Entonces, ¿qué hacemos con las denuncias?
Es responsabilidad de las autoridades contar con mejores datos, con avenidas de denuncia que no revictimicen y con servicios de apoyo para sobrevivientes.
Pero los medios de comunicación también tenemos un papel: el de dar a conocer estos datos y servicios gubernamentales y siempre dar contexto a las declaraciones de las víctimas. Los casos de abuso sexual infantil suceden en familias famosas y con dinero, pero también en todo tipo de comunidades en el país y en el mundo.
La objetividad no está peleada con la perspectiva de género y de derechos humanos y el silencio ante la violencia que viven las infancias en nuestro país no es una opción.
Y finalmente, todas las personas somos parte de crear un ambiente más seguro para las víctimas de abuso sexual. Esto empieza con no crear “teorías” en línea o convertir la historia de quienes denuncian en una burla o un misterio que debe ser resuelto, como si se tratara de un juego.
Se vale que tengamos dudas de un testimonio, al final somos seres humanos. Lo que no se vale es pretender que la víctima sea perfecta o que haga el trabajo de las autoridades y presente un caso impecable.
Toda la sociedad se beneficia con más información y menos silencio. Que sean temas incómodos, tristes o frustrantes no significa que debamos hablar menos de ellos, sino que nos toca hacerlo con información y empatía.
https://www.instagram.com/p/CKaK-nxDNVY/
¿Cómo ayudar?
Este dossier de Unicef está enfocado en Ecuador, pero incluye muchos datos y consejos que son aplicables a cualquier lugar del mundo.
Organizar un picnic es una súper opción para disfrutar de los días soleados y estar con personas que queremos. Aquí te tenemos unos tips para que seas la más pro armando dates o reuniones al aire librey te recomendamos algunas marcas mexicanas.
Estar en contacto con la naturaleza y comer rico son dos de mis cosas favoritas. Por eso creo que organizar un picnic es el plan perfecto para cualquier fin de semana.
No solo es una oportunidad para armarte una sesión de botos precioso, sino que también es un momento de mucha compañía, de escuchar y compartir. Es una opción para ver a tu familia y amigues con sana distancia mientras la pandemia continúa.
Esta actividad, que se convierte casi en un ritual, es súper fácil de armar, así que no te quedes con las ganas y sigue leyendo esta guía chida que armamos para que puedas sacar algunos tips para tomar en cuenta en tu próximo picnic.
¿Qué necesito para organizar un picnic?
Definir el lugar. Para esto, no tiene que ser necesariamente en un parque, mientras tu lugar tenga plantas o te rodees de naturaleza, funciona.
Definir tu horario: usualmente estas actividades funcionan mejor a plena luz.
Si vas con compañía, lo que sea que lleves de comida o bebida, procura que se pueda compartir.
Trata de generar la menor cantidad de basura, y si lo haces, procura llevarte todo contigo.
Cosas para llevar
Bocina para tener música de fondo y una playlist muuuuuy perrona.
Un objeto que puedas compartir y tenga algún significado para ti. Puede ser tu libro favorito, tu anuario de la secu, fotos de tu familia… ¡lo que tú quieras! recuerda que es una oportunidad para intercambiar historias.
Una manta o tapete chulo, aunque una sábana o toalla también funcionan bien. El chiste es que tus alimentos puedan estar en una superficie limpia.
Mucha agua o alcoholcito de tu preferencia. Te recomendamos llevarlos en termos para que se mantengan frescos.
Comidita fácil de cargar y de comer, desde fruta picada hasta sándwiches. También funcionan súper bien las tablas de quesos y nueces. Lo mejor es elegir opciones que no necesiten cubiertos ni generen muchos desperdicios.
Para cargar todas tus cosas, está la famosa canasta o puedes usar un tote bag grandota.
¡Bloqueador! y recuerda reaplicarlo cada dos horas.
Todo depende de qué tengas ganas, pero mientras puedas compartir y quepa en un termo o tupper, ya la armaste. No olvides cargar solo lo necesario.
Marcas mexicanas para el picnic más precioso
Si se te complica complica la adornada, ¡no te preocupes! Reunimos unas marcas que tienen todo tipo de inspiración y objetos que puedes conseguir.
Ana Gómez, fundadora de Sunny Repostería Positiva, nos comparte toda una variedad de postres deli, aparte de que son aptos para personas con diabetes y bajos en azúcar.
Como mencionamos, la manta es súper importante, así que si estás en busca de la manta ideal, Niebla Taller Textil es para ti.
También te recomendamos echarle un vistazo a Incendiarias, no solo en su tienda física tienen a la venta unas canastas, sino que también en línea puedes encontrar tooodo lo que se te ocurra para armar tu kit de picnic bitch.
De lo físico a lo virtual: también se valen los ciberpicnics
Como con todas las cosas que hemos tenido que volver a darle significado este último año, también creemos posible llevar todo este concepto de picnic a lo virtual.
Al final seguimos adaptándonos a estas nuevas y distintas formas de manifestarnos en espacios virtuales, pero no se pierde la costumbre de compartir.
De un parque a tu cuarto. Al igual que un picnic físico, es importante que definas tu lugar y tu horario, pero no importa si no encuentras un lugar abierto. Puedes adornar tu lugar con muchas plantas para que puedas rodearte de naturaleza.
También define tus bebidas y alimentos, aunque no vayas a compartir es una buena excusa para saber qué les llevó a elegir aquellas cosas.
Obvio la música de fondo es importante, incluso si lo deseas, hasta puedes poner sonido ambiental para situarte en este plano físico.
Pocas veces pensamos en la importancia de consentir a nuestro suelo pélvico, pero las bolas chinas (o esferas vaginales) tienen muchísimos beneficios. Te los contamos.
Por: Luviana Re
¿Alguna vez han oído hablar sobre las bolas chinas? Yo a menudo las veía de reojo en las sex shops y pensaba que eran un coqueto juguete sexual con bonitos colores. Imaginaba, un poco sonrojada, sus muchos posibles usos. Pero ni se emocionen, porque nada que ver.
Les cuento. Mi introducción al misterioso mundo de las bolas chinas, también conocidas como bolas Kegel o esferas vaginales, ocurrió por un suceso inesperado. Todo comenzó hace un par de años cuando mi madre tuvo que someterse a una cirugía por cistocele, un trastorno de la vejiga caída en las mujeres o personas con vagina.
Antes que nada: te presento al suelo pélvico
Cuando el suelo pélvico, ese conjunto de músculos que se extiende desde la pelvis hasta el coxis, se debilita, la vejiga puede “caerse” o, mejor dicho, hundirse en la vagina.
¿¿Khé?? Pues sí, el suelo pélvico se encarga de sostener la vejiga, el útero y el recto. Además, se encarga de la contención de los esfínteres. Ya saben, cosas importantísimas todas.
Cuando el suelo pélvico no es lo suficientemente fuerte, la vejiga puede hundirse en la vagina hasta alcanzar su abertura, y, en los casos más severos, incluso puede sobresalir por la abertura de la vagina.
¡Ya sé, horror absoluto! Este último fue el caso de mi madre. Así que tuvo que someterse a una operación para que el cirujano levantara su vejiga y la sostuviera en su lugar mediante suturas.
Como se imaginarán, es un proceso bastante incómodo y doloroso. Me pareció terrorífico. Casi como un muy probable destino anunciado. Y, obviamente, me obsesioné buscando un remedio. Porque algo debía de haber para prevenir o mejorar esto, ¿no?
Cómo fortalecer tu suelo pélvico
Aunque las causas de la cistocele pueden ser varias (sobrepeso, edad avanzada, parto, estreñimiento severo, entre otras), en todas las fuentes que consulté la prevención y el remedio siempre eran el mismo: los famosísimos ejercicios Kegel.
Estos ejercicios no solo ayudan a fortalecer el suelo pélvico y a mantener todo en su posición, sino que previenen la incontinencia urinaria y disminuyen los síntomas de la menopausia.
Por si eso no fuera suficiente, además –y esto es beio beio–, aumentan la lubricación natural de tu vagina e incrementan tu deseo sexual.
Genial, ¿no? Para empezar a notar estos beneficios debes realizar los ejercicios Kegel todos los días durante 6 u 8 semanas, repitiéndolos cada día entre 3 o 4 veces alrededor de cinco minutos por sesión. Y, claro, también tienen la pequeña complicación de reconocer los músculos que debes contraer y saber que, en efecto, lo estás haciendo bien.
Aunque al principio intenté con los ejercicios de Kegel, debo reconocer que no fui muy disciplinada con la práctica. Y ahí es donde aparecieron las sorprendentes bolas chinas.
Ese par de bolas unidas por un cordón elástico es magia pura. Dentro tienen un sistema de esferas metálicas más pequeñas que giran con tus movimientos y chocan contra las paredes de las bolas, creando una especie de vibración.
Esta vibración provoca que los músculos de tu vagina se muevan de manera involuntaria y se contraigan, ayudando a tonificarlos.
La gran maravilla: iniciar con 5 o 10 minutos al día te ahorra las 3 o 4 sesiones tradicionales. O sea, ¡las bolas chinas son los ejercicios Kegel en versión siglo XXI!… más bien, en versión milenaria, porque la difusa historia de estas bolas sitúa su origen en el antiguo Japón en el año 500 d. C.
Actualmente la mayoría están hechas de silicona grado médico, lo cual las hace bastante duraderas e hipoalergénicas. Incluso, hay kits con bolas chinas de diferente tamaño y peso para que puedas ir fortaleciendo y tonificando poco a poco tu suelo pélvico.
Otra de sus ventajas es que introducirlas en tu vagina es súper fácil, casi como colocar un tampón. Yo suelo usar un lubricante con base de agua para hacerlo aún más sencillo. Y para sacarlas, sólo debes tirar del cordón de extracción. ¿Ves? como un tampón.
Su limpieza también es sencillísima: antes y después de su uso sólo un poco de agua y jabón neutro.
Si algo debo agradecer de la operación de mi madre es haber conocido esta opción, que ahora ella también usa. Es importante cuidarnos y ¿qué mejor que hacer unos minutos de ejercicio al día acompañadas de muchísimos beneficios?
Entrevistamos a la cantante mexicana Bratty y platicamos de cómo hacer música con temas sociales, de «Tarde», su canción más reciente y de cómo ha evolucionado su música.
“Hoy me siento bien y quiero decirle al mundo que no voy a escuchar si me viene a joder”
¿No les pasa que a veces se sienten tan bien que no tienen tiempo para haters? Esto es lo que quiso transmitir Bratty en su canción “tdbn” y vaaaaya que lo logró.
Ella es originaria de Culiacán, Sinaloa, tiene 20 años, se llama Jenny Juárez y estamos muy emocionadas porque pudimos hablar con ella de su música, la comunidad LGBT, la pandemia y muchas cositas más.
Otro dato: Bratty empezó con todo esto de la música a los 16 años.Sí, esa edad en la que todo es drama y no sabes ni quién eres. Ella, toda fabulosa, decidió ocupar esto a su favor y hacer música súper chida.
“Realmente cuando empecé no quería ser ninguna artista, solo quería hacer música porque me servía como algo terapéutico para sacar las emociones negativas que sentía. En ese momento acababa de tener una ruptura. Entonces, yo de adolescente dramática, quería sacarlo todo y pues no me esperaba que todos mis amigos y familia lo fueran a escuchar. No crees que en algún punto van a leer tus pensamientos súper íntimos”, nos contó.
En esas épocas tocaba en bares, restaurantes y eventos en Culiacán, con su banda de morras. Eventualmente llegó a su sonido, que describe como: “algo súper californiano, como surf pop, algo que no había en ese tiempo en México. Fue empezar a tomármelo más en serio y que las cosas fueran fluyendo”
Y pues las cosas fluyeron muy bien. Bratty ha colaborado con Ed Meverick, Little Jesus, Carlos Sadness y muchos otros. Es por eso que quisimos saber cuándo le estalló la tacha de que ya no sólo la escuchaban sus amigos y familia.
“Para mí esa revelación fue cuando saqué mi álbum pasado, Delusión, en 2019. En el último tour que tuve de Bratty, ese disco tenía una semana de haber salido y las personas ya se sabían las canciones en los conciertos, entonces se me hizo wooow. También cuando venía a Ciudad de México y me tocaba conocer a otros artistas que yo conocía y ellos me conocían y era de ‘¿Cómo sabes tú quién soy yo?’. Fue con esas pequeñas cosas, más allá de los números.”
Imágenes. Cortesía GTS Talent – Universal Music
Hablar de cosas que valen la pena
Algo que nos encantó es que Bratty nos dijo que con su música quiere hablar de cosas que valen la pena decir y ser escuchadas. De otras maneras de amar, de amistad, de la pandemia y de que todo va a estar bien. Obvio, esto también vino de su propia experiencia de crecer y de que a la vez su música madurara.
“Al principio sí fue de cosas súper personales, pero ya con el tiempo he aprendido a sacar inspiración de muchos lugares. Ya no tanto de relaciones de amor, sino de relaciones de amistad o de experiencias que mis amigos han pasado. De películas o series que me hayan gustado, tanto la historia como la música.”
Y como mencioné al principio, una de las canciones que creo que reflejan este mood perfectamente es la canción “tdbn” ( sí, todo bien), así que quisimos saber cómo surgió esta canción.
“Ni siquiera me acuerdo del momento en el que la escribí, fue poco a poco. Iba saliendo la melodía y se me iba ocurriendo. Como me daba muy buena vibra esa canción quise escribir algo como tal, o sea que te sientes bien y no le vas a hacer caso al mundo, ni a los haters que te vayan a comentar, ni a nada, porque simplemente estás feliz en ese momento y no quieres que nada te lo arruine”.
Si no la han escuchado, corraaan a hacerlo y ponganse muy buenas.
Otra canción que vale muchísimo la pena escuchar, y sobre todo ver su video musical, es “Quiero estar”. Aunque parezca una canción típica de amor, Bratty nos explicó que quiso ir más allá.
“Cuando la hice estaba pensando en un amor súper cursi de secundaria, entonces cuando decidimos que queríamos hacer el video, dije, no voy a hacer algo que todo mundo se espere. Entonces se nos ocurrió esto de poner una pareja de dos chicos, y aunque a lo mejor no tenga un final feliz, por lo menos algunas personas que lo vean se pueden sentir identificadas. Por eso fue que dije, si ya tanta gente lo va a ver, por lo menos voy a hacer algo que valga la pena contar”.
Para nuestra fortuna, Bratty planea seguir haciendo canciones que se salgan de este discurso heterosexual y blanco.
“Justo el sencillo que salió este 6 de abril habla de que hay muchas cosas que normalizamos y que están mal. Nos tenemos que quitar la venda de los ojos y empezar a cambiar las cosas y la forma de verlas. También en cuanto a la comunidad LGBT, en el nuevo álbum va a haber una canción que le escribí a mi novia y otra que habla sobre Jules y Rue de Euphoria”.
¿Qué es lo que viene?
Pronto podremos escuchar el nuevo álbum de Bratty, y por eso quisimos saber todos los detalles de lo que viene.
“Este álbum no lo quise hacer todo de desamor como el pasado, sino evolucionar de eso y ver qué es lo que sigue. Este va a ser más para hacerte reflexionar sobre las cosas que haces por el mundo, el entorno, y esos cambios que estamos viviendo con la pandemia, las revoluciones que están habiendo como el feminismo o el Black Lives Matter. No lo toco de una manera directa pero sí metafórica. Como cantándome a mi misma y diciéndome no hay pedo, todo va a estar bien, son cosas que tienen que pasar”.
Así es, va a hablar sobre la pandemia y eso está increíble. Aunque es obvio que a veces lo último que queremos es saber de ella, está super padre que alguien ponga todos estos sentimientos en palabras y podamos identificarnos con ello.
“Va a haber una canción que tiene una letra muy buena que habla justo del tiempo y de cómo a veces no apreciamos las cosas porque las tenemos a la mano. Cuando ya no están, nos damos cuenta del valor que tienen las cosas. Desde tener un celular, hasta poder ir a un concierto, cosa que ya no podemos hacer”.
Tranqui, no tienes que esperar a que salga su nuevo álbum para escuchar algo nuevo de ella. “Tarde”, su última canción, acaba de salir y ya la puedes escuchar en plataformas digitales. Como nos dijo, esta canción habla de las cosas que normalizamos y están mal. Qué padre que existan morras que hablen de todo esto a través de la música.
Esta pandemia ha hecho que nos cuestionemos cosas grandes y pequeñas, en nuestro interior y en la sociedad. ¿Es dejarnos crecer el vello corporal algo grande o pequeño?, ¿personal o social? Por un lado, es una de las cosas más íntimas que podemos hacer y se trata de nuestra propia relación con el cuerpo que habitamos.
Por otro, entender todas las reglas sociales que han llevado a que las mujeres* nos depilemos y nos avergoncemos cuando otras personas ven que tenemos vello corporal es un camino mucho más amplio, que implica a diferentes instituciones e industrias.
En su viñeta, Dersdepanian nos cuenta cuál ha sido su proceso durante este año de pandemia.
¿Te has sentido juzgada, incómoda o violentada en una consulta? Es posible que hayas vivido violencia ginecológica y no estás sola.
Por: Tere Santana
En 2018, me diagnosticaron VPH y la doctora que en ese momento era mi ginecóloga, sugirió que la mejor manera de tratarme era un proceso quirúrgico llamado asa diatérmica o leep. Yo estaba a punto de irme de intercambio y no quería dejar mi salud para después, así que en menos de una semana ya había pasado por el procedimiento y estaba en recuperación.
La doctora me comentó que era necesario hacerme una biopsia, que son los estudios que le realizan al cachito de útero que cortaron, con el fin de saber si mi lesión sí era VPH y qué tipo. Pasaron meses y, aunque le mandé mensajes una vez a la semana, nunca me entregó los resultados. Eso me conflictuó mucho, me sentí descuidada y como si mi cuerpo fuera solamente algo más en la lista de cosas por hacer, como si yo no fuera una persona, sino sólo un cuerpo con lesiones que había que cortar.
Cuando regresé de mi intercambio, me propuse buscar a una ginecóloga feminista que me pudiera explicar mejor qué había pasado, y que en caso de ser necesario, me diera otro tratamiento o un seguimiento más de cerca.
Un trato diferente
Fui a los laboratorios de Salud Digna, me realicé los estudios de papanicolau, colposcopía y una PCR para saber qué virus de papiloma tenía (ya que en la biopsia que me dio la doctora anterior no decía) y se los llevé a mi nueva ginecóloga.
Desde que llegué, sentí un trato distinto: me explicaba cada uno de los procedimientos que me estaba realizando y me pedía autorización si tenía que introducir el pato, un cotonete o cualquier cosa en mi vagina. Me iba explicando paso a paso lo que hacía y cuál era el fin, era amable con mi cuerpo y me trataba con empatía y respeto.
Al terminar de revisarme y de ver mis estudios, hizo una expresión bastante molesta y me dijo:
“La persona que decidió que debías someterte a un asa diatérmica fue muy irresponsable. Tus lesiones no eran tan graves, se podían tratar con medicina, ejercicio, alimentación y chequeos constantes”.
Me quedé anonadada, con ganas de llorar y sintiéndome terrible porque alguien me vio como un pedazo de carne y tomó decisiones irresponsables sobre mi cuerpo. Por desgracia, según me dijo mi ginecóloga, esta es una situación común, en la que profesionales de la salud eligen el procedimiento más caro y rápido en lugar de un tratamiento más largo.
Mi doctora me recomendó iniciar un plan alimenticio con una nutrióloga, para balancear mis hormonas con alimentación y ejercicio. Siguiendo este tratamiento noté un cambio físico importante, pero todavía tenía secuelas emocionales por el trato que recibí.
Empecé a tratar el tema en terapia y tuve el privilegio de tener atención integral ante lo que sucedía en mi cuerpo. Mi psicóloga, nutrióloga y ginecóloga estaban ahí para mí, sosteniéndome y acompañándome.
Lo que sabemos de la violencia ginecológica
En terapia comencé a visibilizar que lo que me había sucedido fue violencia ginecológica. Me dolió mucho y como siempre, intenté socializar mi sentir.
Quiero decir que me sorprendí cuando me enteré que la gran mayoría de mis amigas y conocidas han sufrido violencia ginecológica, pero la verdad es que no.
Muchas nombramos que la gran mayoría de veces, las y los ginecólogos asumen que somos heterosexuales, esperan que tengamos pocas parejas sexuales (o ninguna) y cuando alguno de estos parámetros no cumple lo que ellos esperan, juzgan.
Mi curiosidad al respecto me llevó a buscar en la internet encuestas o datos sobre la vivencia de violencia ginecológica en México, pero terminé encontrando, en su mayoría, datos que hablan sobre la violencia obstétrica, que es la que se ejerce antes, durante y después del embarazo. Y aunque ese asunto es de suma importancia, la violencia ginecológica es sumamente invisibilizada si no existe alrededor de un embarazo.
Por suerte, sí hay algunas iniciativas. En Chile, por ejemplo, en 2019 varias colectivas lanzaron la primera encuesta nacional sobre violencia ginecológica y obstetrica, intentando de ésta forma hablar y visibilizar las violencias ejercida en consulta hacia mujeres cis, hombres trans y personas no binarias que tienen vulva.
De forma internacional, el 25 de noviembre se conmemora la Revolución de las Rosas, día en el que se lleva a los hospitales rosas para llamar la atención sobre este tema. También, hace unos meses, se organizó un conversatorio alrededor del VPH, en el cual se abordaron temas de violencia ginecológica y tabúes sexuales.
Es importante hablar
Ahora a unos años de mi primer diagnóstico, sigo acudiendo a chequeos constantes y me siento mejor, pero las secuelas emocionales y sobre todo, el enojo, persisten.
Entendí que no quiero volver a callar nunca la violencia, que quiero acompañar, escuchar y ayudar a buscar alternativas, porque al final de cuentas, en este mundo que históricamente ha vulnerado nuestros derechos sexuales y reproductivos, la resistencia la vamos creando nosotras, en las calles, en los círculos cercanos, en terapia, acompañando a otras y visibilizando lo que sucede.
Y paso a paso, en un caminito lleno de piedras, vamos luchando y alzando la voz. Entre nosotras lo hablamos, resistimos, nombramos y cambiamos.
Cómo identificar la violencia ginecológica
Es importante notar las banderas rojas que existen en los consultorios, las cuales son señales de que la consulta que nos están brindando no es empática, cuidadosa, ni respetuosa con nosotras y nuestros cuerpos.
*Emitir juicios de valor sobre el ejercicio de tu vida sexual.
*Emitir juicios sobre tu orientación sexual o identidad de género.
*Comentarios inapropiados sobre tu cuerpo.
*Comentarios sobre tu decisión de depilarte o no.
*Realizar prácticas sin tu consentimiento.
*Realizar tactos inapropiados en los que te sientas vulnerada.
*Ejercer tactos que te generen dolor (y que continúen después de que lo señales).
*Colocación de instrumentos a la fuerza.
*Emitir órdenes médicas de cirugías sin haber hecho una debida exploración para determinar que esa es la forma adecuada de tratar lo que acontece en tu cuerpo (por ejemplo, no realizar una biopsia antes de un leep).
*Recetar hormonas sin un adecuado análisis previo.
*Brindar explicaciones no claras sobre tus procesos biológicos, enfermedades o infecciones.
Si vives alguna de estas, es momento de buscar otra (u otro) ginecóloga. Incluso puedes irte de su oficina a media cita.
La violencia ginecológica es algo que las mujeres hemos cargado y soportado por generaciones. Es por esto que es importante, ahora más que nunca, saber que entre todas nos cuidamos, nos recomendamos ginecólogas, nos escuchamos, nos acompañamos.
Nuestras cuerpas son nuestra casa, somos nosotras. Hay que abrazarnos, escucharnos, sanarnos… y la sanación es siempre histórica.
Recuerda siempre que no estás sola y que seguramente habrá alguna persona dispuesta a escucharte y acompañarte.
Nunca más violencia sin respuesta. Nunca más vivir violencia a solas. Por nosotras, por las que estuvieron antes de nosotras y por las que vendrán después.
Como mujeres, tener amigas puede ser complicado y hasta contradictorio. Por un lado, la cultura patriarcal nos enseñó que las otras son nuestras enemigas. Ah, pero también nos dice que contar con un grupo de ellas es vital para nuestras existencias.
Nos educaron para necesitar quién nos acompañe al baño o sea nuestra dama de honor, pero sin confiar demasiado en ella. Todo esto lleva a confusiones y equivocaciones, que nos alejan de relaciones sanas entre nosotras.
Pero hay algo que aún nos queda por aprender: (casi) ninguna relación es para siempre, ni siquiera las amistades. Romper con una amiga es un proceso por el que todas hemos pasado o pasaremos. Un doloroso proceso.
Sexoafectivamente, sólo una persona me ha roto el corazón, pero tengo una larga lista de cicatrices (metafóricas, obvio) con el nombre de quienes fueron mis mejores amigas.
Lo más difícil es que nadie habla de esto. Las rupturas entre amigas suelen asociarse a catfights y no al quiebre de un vínculo tan significativo como el que se tiene con una pareja. Incluso tal vez mejor: en este amor no están las variables sexo, ni exclusividad. Quizá por eso aspiramos a que la amistad sea para siempre.
“Juro solemnemente serle fiel a mi amiga, mientras que el sol y la luna luzcan en el cielo”
Mi primera mejor amiga fue Irene. Nos conocimos a los cinco años en la escuela. Estuvimos juntas los recreos, el divorcio de sus papás, el primer concierto de los Jonas Brothers y cuando nos bajó. Con ella conocí la complicidad.
Los vínculos de amistad son los primeros que desarrollamos fuera de la familia. Son un entrenamiento para valorar la importancia del compromiso, la lealtad, la confianza y la afinidad. Elegimos las amistades por voluntad y esas relaciones nos permiten entender quiénes somos a partir de los rituales que creamos con esa persona.
Mi amigueta y yo hablábamos horas por teléfono, nos regalamos pulseras de BFF y todos los demás clichés que aprendimos en chick flicks. Porque sí, la cultura pop tiene romantizada la amistad, pero en especial la que hay entre mujeres.
Carrie decía “tal vez las amigas son nuestras almas gemelas y los hombres sólo gente con quienes te diviertes”, pero estoy segura de que Forrest no pensaba eso de Bubba. ¿Esto nos muestra la natural capacidad de amar que tenemos nosotras o nos ata a un patrón para entablar amistades?
Irene Levine, psicóloga clínica y periodista especializada en amistades, asegura que a las mujeres en particular se les juzga por su capacidad de hacer y mantener amistades, mientras se les avergüenza por perderlas. Por ello, cuando terminamos con una amiga no sólo llevamos el dolor del duelo, sino el “te lo dije” de una sociedad que asegura que las mujeres juntas, ni difuntas.
Cuando Irene y yo dejamos de hablarnos, cambiamos el lugar donde nos sentábamos en clase. El primero en atreverse a preguntar fue el teacher de inglés: “¿Y ahora, por qué ya no le hablas a tu amigueta?” No supe qué decirle, pero quería llorar. De tristeza y de vergüenza.
Lo que no le cuentas a tu mamá
Manen y yo fuimos inseparables el difícil primer año de secundaria. Pintábamos nuestras uñas fosforescentes mientras me enseñaba el álbum de Blink 182 que sus hermanos mayores habían descargado y yo le pasaba mi playlist de Hannah Montana. El siguiente ciclo escolar, otras chicas se unieron al squad y un día me dijeron que ya no podía sentarme con ellas.
Me aguanté las ganas de llorar hasta llegar al auto de mi mamá y desconsolada le conté lo que había pasado. Siempre supe que ella estaba dispuesta a escuchar cualquier cosa que yo quisiera expresar, pero hay cosas que no le cuentas a tu mamá. Todo eso lo sabía también Manen.
Los psicólogos de la Universidad de Pennsylvania Peter DeScioli y Robert Kurzman realizaron un estudio que muestra que la jerarquía de las amistades está relacionada con el número de secretos que compartimos.
Las mejores amigas son intimidad. Creamos con ellas una esfera privada en la que compartimos cosas que no hacemos con nadie más. Y por supuesto que es bello, pero también nos pone en un grado significativo de vulnerabilidad.
Romper con una amiga implica perder esa realidad compartida que creamos desde el afecto y cuidado con otra persona. El desconsuelo de la #IntimidadPerdida, diría Rosa Montero. Y no sólo es una destrucción retroactiva, también implica cancelar los proyectos a futuro que tenías con ella. ¿Ese plan de tener parejas que también fueran amigues y vivir en casas juntas? Cancelado.
¿Por qué nos duele tanto que acabe una amistad?
Que se acabe una relación de amistad nos obliga a vivir la readaptación emocional después de su pérdida. Hay que reconstruir un cachito de nosotras. Por eso es un duelo.
Además, la vulnerabilidad de sentirse fuera de nuestro lugar feliz, se multiplica con la posibilidad de que tus más grandes secretos queden expuestos. De acuerdo con Irene Levine, esta es una de las principales preocupaciones y causas del dolor de la ruptura de una amistad. Es por ello que la forma en que se termine la misma es de suma importancia.
Por la tarde, Manen me envió un correo. Me pidió disculpas y confesó que había pasado el día muy triste sin que cantáramos Party in the USA a dueto. “No te preocupes, todos tus secretos están a salvo conmigo, no le contaré a nadie”. Al menos tenía una preocupación menos.
Laura era extrovertida, segura de sí misma y muy noble. Fue el alma de la fiesta en los quince años de todas nuestras amigas y teníamos un álbum en Facebook con selfies de duck face editadas en PicMonkey. Un año antes de elegir nuestra área de especialidad, ella encontró amistades más artísticas y yo otras más de sociales.
El tiempo que compartíamos era cada día menos. En realidad, poco a poco la una era más extraña para la otra. No hubo una gran pelea, solo la llama se fue haciendo más pequeña.
Un día Laura me dijo “tenemos que hablar”. Yo había tenido sólo un par de novios, pero conocía perfectamente el otro significado de esas palabras.
“No estoy enojada contigo, pero ya no es lo mismo que antes. Tú tienes más amigos y yo también. Creo que es bueno que nos demos un tiempo para conocer a más personas. De cualquier forma, siempre voy a estar para ti. Podemos irnos a comer un club sándwich a la cafe cualquier día. ¿Estamos bien?”
Me quedé sin palabras.
Terminar con una amiga: cómo vivir la pérdida
Sabía que si una pareja terminaba conmigo podía llorar, dedicarle 7 things o quedarme en mi casa a ver películas de amor comiendo chocolates, ¿pero cuál era el ritual a seguir si mi mejor amiga era la que me había cortado?
Crecí en un mundo en el que mi papá siempre era prioridad de mi mamá; Bridget Jones iba y venía con Mr. Darcy; y Elle Woods resurgía de su ruptura con Warner. En todas estas historias había amistades, pero nunca como protagonistas, solo como personajes de apoyo.
Se cree que la amistad es un satélite en nuestras existencias. Por ello, pocas veces se habla de qué pasa si termina.
La psicoterapeuta y guía en relaciones Melissa S. Cohen asegura que una de las razones por las que el duelo de perder a una amiga es tan doloroso se debe a que no hay un ritual de despedida. Lo idóneo es acordar el término del vínculo con la otra persona respetando sus sentimientos, es decir, una sana ruptura (como la que te quedó a deber el tóxico de tu ex).
¿Cuántas veces nos quedamos con la sensación de vacío al perder a una amiga y no tener una plática que lo hiciera oficial? Pareciera que lo normal es sólo alejarse y cambiar hasta volverse extrañas.
La responsabilidad afectiva tendría que empezar con quienes llamamos BFFs, lo cual implica reaprender doble: por un lado a darle la importancia a nuestros vínculos de amistad y por otra a romper los patrones de rupturas tormentosas que el amor romántico nos ha legado (de nuevo recordando al tóxico de tu ex, ¿eh?).
Con 16 años, mi ahora exmejor amiga tenía una inteligencia emocional grandísima. Supo desde antes que yo cómo tener un buen cierre. Claro, en ese momento no supe valorarlo, pero Laura siempre fue más madura que yo.
We go together
Norma era libre y justo por eso nos acompañamos en la universidad. Aunque hice muchas amigas memorables, lo cierto es que con ella hubo un clic especial. Nos cuidamos mutuamente en esos años en las responsabilidades, el sexo, la presión por ser alguien y el miedo al futuro se mezclaban de las formas más extrañas posibles.
Éramos inseparables. No solo por nuestro amor, sino por las circunstancias. En trabajos en equipo, concursos, viajes, campamentos, fiestas o salidas; ella estaba conmigo y yo con ella. Muy pocas personas entendían esta conexión. En broma, los publiamikos decían que éramos novias.
Lo cierto es que entre más crecemos, es más difícil explicar nuestros vínculos de amistad. La complicidad es un suceso que se cataloga en el terreno de las parejas, dejando a las amistades en el estante de personas que me caen bien. Algunos psicólogos sociales aseguran que las amistades son vitales entre la escuela y el matrimonio. Como si la vida fuera un capítulo de How I met your mother en que la historia termina cuando todos los personajes tienen pareja y sigue algo más importante.
Tal vez esa aseveración tuvo lugar en una época en que el único destino posible para una mujer era casarse (con un hombre cis-het, por supuesto), formar una familia y cuidar una casita. Pero ahora tenemos un abanico de posibilidades: ¿qué pasa si no me quiero casar?, o en caso de que lo haga ¿mi pareja tiene que ser el único vínculo significativo en mi vida?
Aunque me gustaría decir que el amor que podemos dar es ilimitado, la ciencia pararía mi cursilería. Las personas invertimos tiempo y energía en nuestros afectos y sostenerlos eternamente es poco realista.
¿Amigas para siempre?
Levine asegura que “mudamos” de amigues cada 7 años, conservando sólo a 3 de cada 10 y esto ocurre más por las circunstancias que por nuestras preferencias. Pero, ¿bajo qué criterios funciona la selección natural de bffs?
Estoy segura que entre más crecemos, las circunstancias que nos llevan a romper con una amiga se parecen más a las tradiciones que la adultez nos exige.
Mi Instagram lleno de amigues que se casan y comprometen no miente. Poco a poco, las stories se tratan más de compartir con una pareja y menos de compartir con una amiga. Tal vez este es el reto más grande para una amistad de adultas. Sin duda, nuestra eterna soltería nos mantuvo amigas a Norma y a mí. Al menos algunos años.
Cuando terminamos nuestras materias, me preocupé de que nuestro tiempo hubiera terminado. Me aferré a ella. Creí que era posible eternizar nuestro vínculo, quizá podría sellarlo con una canción al mero estilo del final de Grease. Pero no. Dejar ir a quien te acompaña y acompañas en diferentes etapas de la vida. es difícil, duro.
Las amistades tienen vigencia y cada cambio de ciclo de vida es una prueba de fuego. Asimilamos (bueno, tratamos) que los romances no son eternos, pero seguimos idealizando el para siempre con las amistades, cuando, en realidad, también es una relación entre dos personas que cambian. Y a veces ya no pueden seguir juntas en el camino.
Yo quise hacer formar un vínculo simbólico con Nora que durara hasta que la muerte nos separara, pero sin mole ni vestidos blancos. El nivel de compromiso que yo buscaba chocaba con ella. Norma volvió a ser libre.
Después de hacer un recuento de las veces que me han roto el corazón, solo me quedan ganas para una cosa: vincularme más y más fuerte.
No siempre he sido la amiga idónea, pero busco aprender con cada nueva ruptura. Quiero que ellas siempre sean una de mis prioridades. Busco crear mejores relaciones: respetar los límites de ellas y los míos, volverlas primordiales en mi infraestructura de afectos, incluso, quizá ir a terapia con ellas. Deseo descubrir cómo amarlas y cuidarlas mejor, más sano, más real. Y, sobre todo, saber dejarlas ir cuando sea necesario.
Si estás pasando por una ruptura con tu mejor amiga, sábete que tu dolor es muy válido. Para recuperarse de cualquier duelo, hace falta tiempo y mucha empatía. Pero lo que queda luego de sanar, es mucha sabiduría que puede mejorar todas tus relaciones con futuras bffs.
Mis amigas son y siempre han sido los amores de mi vida. Le escribo esta carta de amor a todas ellas porque siempre llevaré un poquito de su esencia en la mía. Después de todo, somos un relicario de nuestros afectos Las amé y me amaron, eso es un vínculo que nunca nadie podrá romper.
Mujeres indígenas han luchado para mantener a sus familias en el último año de encierro. Te contamos cómo Bordamos Juntos conecta a las artesanas con posibles compradores e impulsa un crecimiento en sus comunidades.
Al hablar de mujeres indígenas y COVID-19 sabemos que los retos son mayores en comunidades rurales, donde las mujeres tienen menos acceso a diferentes servicios y tampoco es tan fácil acudir a redes sociales para solicitar apoyo.
Muchas de ellas se ganan la vida realizando artesanías, que no tienen un mercado en sus localidades. Esto las enfrenta a dificultades para mantender a sus familias y aportar a sus comunidades.
Es por esto, que la organización Psicología y Derecho Humanos (PSYDEH), ubicada en Hidalgo, México se unió con la iniciativa solidaria CDMX Ayuda Mutua para crear este increíble proyecto social.
Bordamos Juntos es una iniciativa para que las mujeres artesanas de la región rural y montañosa Otomí-Tepehua de Hidalgo logren conectar sus textiles hechos a mano a mercados nacionales e internacionales.
¿Cómo trabaja Bordamos Juntos?
Esta campaña trabaja a la par con cuatro consejos liderados por mujeres artesanas en municipios de Hidalgo: Nuevo Amanecer, Flor del Bosque, YOLKI INO YOLO y Mujeres con Futuro.
Cada una de ellas cuenta con una gran variedad de artículos bordados, productos para el hogar, licores de frutas, ropa y arte.
“Me gustaría que todavía la gente que trabaja en esto no pierda la costumbre de aquí. Ojalá con esto se pueda ganar el pan de cada día”, dijo la tejedora María del Carmen Cruz Santos, cofundadora del consejo Yolki Ino Yolo en Acaxochitlán, Hidalgo.
Es importante mencionar que el 100% de los fondos recaudados benefician directamente a las artesanas y financian capacitaciones para el desarrollo de sus consejos, los cuales enfatizan el cambio social liderado por la comunidad, los derechos humanos y la igualdad de género.
El pasado 8 de marzo se lanzó una colección ilimitada de textiles bordados y tejidos elaborados por estas organizaciones, que está disponible para comprar en línea. También se puede hacer solamente un donativo.
Puedes conocer toda la variedad que ofrecen e incluso puedes pedir una pieza personalizada. Todo esto a través de la página web de Bordamos Juntos, donde también puedes enviar un correo por cualquier duda o solicitud.
Bordamos Juntos nos recuerda que en medio de una crisis económica y sanitaria, seguimos siendo humanos con capacidad de sensibilizarnos, de apoyarnos y de unirnos.
Puedes seguir apoyando a la industria de artesanías mexicanas y a iniciativas que promueven la ayuda directa a familias y vendedores locales.
Una lectora nos cuenta su experiencia como feminista en Honduras: los retos, los miedos y también los espacios que dan fuerza y esperanza.
Por: Andrea Rosales
Para explicar por qué me considero feminista es necesario hacer un recorrido por algunos de los acontecimientos más relevantes de mi país. Nada surge de la nada, y mi caso no es una excepción.
Honduras es un país hostil hacia las mujeres. Desde pequeñas hasta nuestros últimos días, corremos riesgo en un país que no se preocupa por nuestras vidas: por nuestra seguridad, nuestra educación o nuestra autonomía en general. A continuación, algunos ejemplos.
Violencia contra las mujeres
De acuerdo con el Observatorio de Violencias Contra las Mujeres del Centro de Derechos de Mujeres, 278 hondureñas murieron de forma violenta en 2020. Si algo nos ha enseñado la historia y la débil institucionalidad con la que contamos, es que es probable que muchos de esos casos queden en total impunidad.
En un país donde el narco y el gobierno son uno mismo, la justicia es un término que existe en la teoría y nunca en la práctica. O en el peor de los casos, algo que solo es ejercida en contra de personas empobrecidas y nunca contra las élites que tanto daño nos hacen.
Educación y autonomía sexual
Como si eso no fuera poco, desde 2009, Honduras es el único país de Latinoamérica que prohíbe la píldora anticonceptiva de emergencia (PAE; también conocida como plan B).
Esto deja a víctimas y sobrevivientes de violencia sexual sin muchas opciones a su alcance, ya que tampoco contamos con un protocolo de atención integral para ellas, por más que organizaciones como Médicos Sin Fronteras se han pronunciado al respecto en múltiples ocasiones.
La educación sexual también está fuera de la mesa (y de las escuelas), ya que no se provee a la población y, en muchos casos, hablar sobre salud sexual y reproductiva se considera un tabú.
La demostración más reciente de cuánto el Estado parece ir contra de la autonomía de las mujeres se dio en enero de 2021, cuando el Congreso Nacional, por iniciativa de diputados del Partido Nacional, decidió aprobar una reforma constitucional que prohíbe el aborto, a pesar de que este ya estaba contemplado en el Código Penal como un delito.
Los diputados también aprovecharon para hacer virtualmente imposible la aprobación del matrimonio igualitario, haciendo uso de argumentos fundamentalistas para sustentar su posición y reafirmar a la población que le decían “sí a la vida y la familia” en los dos casos.
No me quedo callada
Al pensar en todo esto, recuerdo que Audre Lorde alguna vez dijo que nuestro silencio no nos protegerá. Yo le creo.
Me resulta imposible callar cuando por muchos años no alcé la voz ante todo lo que ocurría a mi alrededor por miedo, pero eso realmente no me hizo sentir más segura, no dejé de creer que podría ser la próxima víctima de violencia.
E incluso ahora, tengo miedo. Cuando salgo (o solía, antes de la pandemia) de noche con mis amigas; cuando soy acosada en la calle y los hombres parecen disfrutan hacerme sentir incómoda; cuando se culpa a las víctimas o se busca desacreditarlas o cuando me entero de que han asesinado a otra mujer.
Sin embargo, con el tiempo he aprendido a no dejar que el miedo se quede ahí, existiendo y dejándome paralizada. Transformar ese miedo en rabia (al entender por qué se dan esas situaciones y cómo el Estado le falla constantemente a las mujeres) y en acción, al organizarme, me ha ayudado a cambiar mi narrativa.
Pasar a la acción
En Honduras se nos castiga de distintas formas por querer ejercer nuestra autonomía y eso es algo que a nadie parece importarle, más que a nosotras que seguimos gritando y exigiendo justicia. Este país es una herida abierta que nunca deja de sangrar o doler muchísimo.
Los feminismos, de más de una manera, me han ayudado a reconocer y nombrar estas experiencias y las distintas opresiones que me atraviesan.
Más allá de todas las teorías, los debates y las opiniones, mi interés en los feminismos vino de la mano de todo lo que he tenido que atravesar; desde la frustración, el dolor, la rabia y el miedo.
Debo aceptar que este recorrido no siempre ha sido tan claro ni acogedor como lo es hoy en día. Al principio solo me guiaba de lo que leía y veía en Internet, a pesar de que sentía que mucho de lo que consumía no se relacionaba a lo que había experimentado.
No fue hasta un par de años después cuando me empecé a involucrar en espacios feministas locales más allá de solo asistir a convocatorias, que me enteré de que había feminismos más cercanos a mi experiencia.
Fue ahí cuando comprendí que la desconexión que sentía de los feminismos era porque solo había estado en contacto con feminismos eurocéntricos, liberales o que hablaban en términos de “ya logramos esto”, cuando en mi país seguimos luchando por lo que mencionaban.
Feminismos que sí me representan
Aprender de los distintos feminismos latinoamericanos, tales como el decolonial, el popular y el comunitario, ha sido esencial para darme cuenta de que hay personas que entienden y teorizan sobre el daño que nos ha hecho el capitalismo, el colonialismo, el racismo y el patriarcado.
Encontrar a autoras que visibilizan nuestras vivencias se sintió como un abrazo y algo necesario para continuar en la lucha, para seguir señalando cómo esos sistemas se nutren el uno del otro y cuánto influyen en las situaciones a las que hoy nos toca hacerle frente.
Otra de las cosas que celebro de los espacios feministas en los que he estado es lo presente que se tiene a las ancestras y todo el trabajo que han hecho para que sigamos en la lucha. Nombrar y honrar a esas mujeres me resulta importante porque no nos podemos dar el lujo de olvidar la memoria histórica en un país donde el gobierno busca que su población sufra de amnesia para poder seguir haciendo de las suyas sin repercusión alguna.
Las mujeres siempre hemos luchado y es necesario reconocerlo y seguir aprendiendo desde las experiencias que ellas tuvieron. Apostar por un feminismo intergeneracional me parece fundamental y una manera de seguir construyendo juntas.
El crecimiento colectivo
Y por último, pero no menos importante, considero que relacionarme más con feministas me ha ayudado a crecer de varias maneras. En la colectividad he encontrado a mujeres increíbles que también están motivadas por querer cambiarlo todo, y es un honor aprender y desaprender junto con ellas. Ha sido por medio de conversaciones, espacios compartidos y deteniéndome a escucharlas o leerlas que he ido reflexionando sobre cosas a las que quizá antes no les había puesto tanta atención.
Todas podremos tener experiencias y realidades totalmente distintas a nivel individual, pero cuando nos unimos y conspiramos, luchamos por ser libres y vivir en un país que no nos robe hasta la alegría.
La lucha es difícil y tenemos mucho por lograr y reivindicar, pero todo se vuelve un poquito más fácil cuando se está acompañada.
Actuar contra la violencia policiaca va mucho más allá que solo publicar en redes sociales. En nuestro intento por repensar las maneras de exigir justicia, le pedimos algunos consejos a mujeres que admiramos.
¿Te pasa que cuando sucede algo tan conmovedor como lo ocurrido con Victoria este fin, se sienten súper presionadas por compartir algo al respecto? Si la respuesta es sí, no estás sola.
Las redes sociales pueden ser una gran herramienta para informar y visibilizar situaciones como la violencia policiaca o los femincidios. Sin embargo, también es importante reflexionar qué compartimos, cómo y por qué lo hacemos.
El subir una historia, post o tweet sólo porque las demás lo hacen, puede incluso tener consecuencias negativas. Es por eso que decidimos hacerle la pregunta, ¿Cómo crees que podemos contribuir a una narrativa que se aleje de lo viral y busque otro tipo de reflexión y justicia? a varias mujeres chidas que saben mucho sobre temas como feminismo, racismo e interseccionalidad.
Pasos para saber cómo contribuir ante la violencia policiaca
1. La primera responsabilidad es la de los medios de comunicación
Tenemos que exigir que los medios tengan perspectiva de género y nociones de antirracismo para cubrir este tipo de actos. Como nos dijo la comunicadora Mariana Ceja:
«Sí es urgente que contemos lo que pasa, o que los medios masivos lo narren sin deshumanizar a las víctimas.
Si ellos son los primeros en liberar esas imágenes sin el menor cuidado (ponerle blur, por ejemplo) o diciendo cosas como que ‘una mujer murió cuando era sometida por la policía’, las audiencias las van a replicar tal y como las reciben.
No es responsabilidad de las audiencias saber cómo manejar la información en crudo. Se supone que para eso estamos los responsables o profesionales de Comunicación y Periodismo».
2. Piensa por qué quieres compartir
A veces sentimos la presión de compartir en redes sociales porque otras personas que admiramos lo están haciendo o porque creemos que nuestra audiencia lo espera.
La activista Michelle Yandró nos cuenta que a ella también le pasa, pero que decide tomar un paso atrás y hacerse algunas preguntas: “¿por qué estoy compartiendo esto? ¿porque realmente quiero crear un impacto? ¿o porque siento la presión de hacerlo y encajar con este estereotipo de feminista?”
También nos dice que se vale no reaccionar enseguida: “Yo muchas veces prefiero pausar y reflexionar si mi contenido va a ayudar a la situación más que agravarla y revictimizar. También para poder sentir y sanar, porque para ayudar a otras personas, primero tienes que ayudarte a ti”.
La escritora y académica La Mala Madre nos recordó que muchas veces estas imágenes pueden traumatizar al grupo de personas al que queremos apoyar:
“La reproducción de la muerte de Victoria puede estar motivada por la rabia colectiva, sin embargo, puede detonar trauma en compañeras migrantes y personas que han sido víctimas de violencia policial. Promover la pornografía del trauma a través de la muerte racializada no es activismo”.
Y Mariana agrega que las víctimas: “más allá de los clics, son personas. Por lo tanto tienen seres queridos, familias e historias propias que merecen respeto”.
4- Hazte preguntas en privado y edúcate
Michelle nos explicó que ella se toma el tiempo para pensar realmente ella qué piensa de una situación y cómo ella misma puede contribuir al problema:
“A Victoria la asesinaron no solo por ser mujer, la asesinaron por ser una mujer salvadoreña, inmigrante, pobre y racializada. Eso hay que tenerlo muy claro, no todas las mujeres entran en el mismo saco, no todas las mujeres viven las mismas opresiones (…) Y pienso hasta qué punto yo también soy partícipe de esa violencia o me estoy beneficiando de estas opresiones, por raza, por clase social, por estado migratorio. Y con todos estos privilegios ¿cómo puedo aprovecharlos a favor de un cambio social?
El activismo va más allá de redes sociales, va mucho más allá de subir el hashtag de la causa del momento, el activismo también es deconstruirnos personalmente, incluso cuando no se puede ver ni instagramear”.
La Mala Madre también nos dio algunas preguntas que podemos hacernos para empezar a imaginar un mundo diferente: “¿Cómo imaginar sociedades libres de policías? ¿Cómo serían nuestras comunidades si pusiéramos al centro los cuidados colectivos? ¿Cómo serían nuestras entidades si priorizamos la justicia racial? ¿Cuáles son otras formas de cuidarnos y prevenir el detrimento de nuestros vecindarios y ciudades, sin el uso de violencia policial?”
Todas nuestras entrevistadas coinciden en que las redes sociales son excelentes herramientas que han sido útiles en muchos cambios sociales, desde la Primavera Árabe hasta Black Lives Matter.
Sin embargo, es necesario trabajar tanto dentro como fuera de ellas. Así lo explica La Mala Madre: “Las redes sociales son tecnologías de cambio social valiosas, pero la movilización y organización comunitaria, en la calle, en nuestra colonia, en nuestro barrio, es imprescindible. Como bien dijo Angela Davis el verano pasado: ‘Tenemos que actuar como si fuera posible transformar radicalmente el mundo. Y lo tenemos que hacer todo el tiempo’”.
Esperamos que estas ideas te sirvan para imaginar otras maneras de contribuir a la lucha antrirracista y contra la violencia institucional.
Valeria Angola te recomienda música de mujeres negras que trabajan con diferentes ritmos en diferentes países, pero que tienen en común estar en contra de lo establecido. Tienes que escucharlas.
En febrero, escribí una nota sobre música de la diáspora africana para conmemorar el mes de la historia negra. Y como marzo es el mes de las mujeres, quiero compartir con ustedes algunas artistas que para mí han sido de vital importancia.
Como ya les he contado, la música tiene un papel importante en mi vida, porque con ella he aprendido sobre historia, política y decolonialidad, pero también sobre feminismo negro y sobre la lucha de las mujeres que se organizan frente a los sistemas de opresión.
La importancia de la música de las mujeres negras
La sola presencia de las mujeres negras en la escena desafía las estructuras. Son poco conocidas, poco apoyadas y, en algunas ocasiones, censuradas.
Su música es política porque la hegemonía rítmica se ve desafiada: tiempos y contratiempos que se escapan de las lógicas modernas musicales, letras y sonidos contrahegemónicos que descolocan lo establecido, retumban los oídos de los racistas que se resisten a preguntarse por sus privilegios.
A través de su trabajo, ellas desestructuran el sistema con vibraciones del ritmo, la melodía, la letra, la actuación, el baile y la presencia en el escenario.
La música es el lugar de expresión de su sensualidad, su libertad, su deseo, su espiritualidad, sus luchas políticas, su pensamiento y existencia. Estas mujeres transformaron el dolor, la denuncia, la injusticia, la desigualdad, el sexismo y el racismo en arte.
Betty Davis
La reina del funk es una de mis artistas preferidas de la vida, su estilo irreverente y muy sensual me fascina.
Fue conocida por las controversiales letras de sus canciones y su manera de actuar en el escenario. En algunas de sus canciones se aprecia una suerte de gemidos y alaridos que pueden relacionarse con lo sexual; de hecho, en Estados Unidos su show no era bien recibido, decían que era inmoral y desacatada.
Fue esposa del jazzista Miles Davis y las malas lenguas comentan que tuvo una aventura amorosa con Jimmy Hendrix.
Goyo
Goyo es una mujer excepcionalmente bella, la única integrante femenina de Chocquibtown, agrupación afrocolombiana conocida por éxitos como “Somos Pacífico” y “De dónde vengo yo”.
Este grupo fusiona sonidos modernos y contemporáneos de la diáspora africana con sonidos tradicionales de la costa del Pacífico colombiano. Sus canciones hablan de la realidad que enfrentan las poblaciones negras de la región Pacífica de Colombia: corrupción, abandono estatal, conflicto armado, racismo, etcétera, pero también hablan de las alegrías, de las fiestas, la gastronomía y por supuesto del amor.
Martina Camargo
Es una cantaora de Tambora, ritmo tradicional del sur de Bolívar, departamento de la costa Caribe colombiana.
La Tambora es un ritmo ancestral que se remonta a tiempos muy antiguos, Martina comenta que aprendió a cantar a través de sus padres y abuelos, usando como instrumentos únicamente los tambores, las palmas y las voces de las cantaoras. Es tradición oral, historia de la diáspora africana.
Las canciones de Martina hablan sobre la vida cotidiana, las tradiciones y costumbres de San Martín, su pueblo natal, también sobre los animales, el río, las leyendas, los héroes de la patria y algunas figuras emblemáticas como Petronita Olivares y Daily Karina.
Umi
Es una joven artista que me cautivó por sus performances. Cada vez que Umi comienza un live show, realiza una suerte de ritual de meditación, en el que nos llama a lxs espectadores a realizar inhalaciones y exhalaciones profundas.
Su forma de ser, amorosa e introspectiva, se transmite con sus sonidos. Umi significa ayudante en suajili, pero también madre en árabe. Me gusta escucharla cuando siento la necesidad de conectar con mi espiritualidad.
Immasoul
Immasoul, una mujer afrodescendiente de Chetumal, Quintana Roo, es cantante de R&B en español, fuertemente influenciada por los sonidos del Caribe.
Me gusta porque es de las pocas mujeres cantautoras en México que son afrodescendientes. Su música es original y creativa, además, sus videos tienen una fotografía increíble y en algunos se alcanzan a ver los paisajes del sur mexicano. Immasoul creó Energía Nuclear, una colectiva de mujeres artistas organizadas frente a la violencia machista en la industria de la música.
Espero que escuches la música de estas mujeres negras y que te transmitan la fuerza de sus tradiciones y su lucha constante contra el sistema.
La menopausia es otro de esos «temas de mujeres» de los que muy rara vez se habla. Proyectos como Menopause Canvases buscan visibilizarla para que cada vez más mujeres se sientan cómodas con ella.
La menopausia es un proceso completamente natural que en algún punto viviré. A pesar de esto, me estoy dando cuenta de que no sé prácticamente nada de ella más que el típico “tienes muchos bochornos” y “siempre estás histérica”. La realidad es que casi no se habla de este momento en la vida de mujeres cis y personas con útero y ovarios.
Esto puede causar mucha incertidumbre, confusión, temor e incomodidad antes, durante y después de la menopausia.
Menopause Canvases es un proyecto que busca servir como plataforma para que las mujeres que están en esta etapa de sus vidas puedan compartir su experiencia y así cambiar la narración que siempre nos han contado acerca de la menopausia.
Andrea Proenza, Lua Delgado y Carol Benito lo empezaron como un proyecto de clase, pero al darse cuenta de lo invisibilizado que está el tema, decidieron conservar la plataforma para que cualquier mujer pueda participar.
Platicamos con ellas para saber lo que han aprendido a partir de su proyecto sobre este tema y las reflexiones que han tenido en torno a ella.
Imágenes. Menopause Canvases
El tabú de la menopausia
Primero que nada, hay que aclarar que la menopausia es un proceso natural en el que dejas de menstruar debido a cambios hormonales. Normalmente ocurre entre los 45 y 55 años (aunque puede suceder antes), y la explicación pro es que los ovarios dejan de producir estrógeno y disminuyen la producción de otras hormonas reproductivas, como la progesterona.
Así que está súper relacionado con otro tema que es tabú en la sociedad, que es la menstruación. Como nos dicen las chicas de Menopause Canvases:
“Está muy interiorizado en el imaginario colectivo que cuando una chica tiene por primera vez la menstruación ‘se ha convertido en una mujer’, ya que, tradicionalmente, el rol y el valor de las mujeres iba en función de su capacidad para dar a luz a hijos e hijas. Por lo tanto, cuando llegas a la menopausia y tu capacidad reproductiva desaparece, eres menos deseable y tu valor es menor.”
Y aunque con los años esta creencia ha ido disminuyendo, se sigue esperando que todas las mujeres queramos ser mamás y el término “menopáusica” sigue siendo utilizado como sinónimo de histeria: “A las mujeres se nos juzga siempre en función de los cambios que experimenta nuestro cuerpo”.
La importancia de hablar sobre el tema
Tal y como otros “temas de mujeres”, la menopausia es un tema que se suele invisibilizar, y como nos dijeron, esto hace que de alguna manera no exista.
“Invisibilizar una etapa que debería ser natural, genera un estigma en la sociedad que crea incomodidad y una profunda connotación negativa alrededor de la menopausia, como si fuera algo que se debe esconder. Además, refuerza el desconocimiento y por lo tanto, fomenta estereotipos machistas y retrógrados.”
El hablar de la menopausia de una forma real, sirve para combatir estos estereotipos y generar información que sí sea útil para sentirnos cómodas con esta etapa de nuestra vida.
“El que se creen referentes reales basados en vivencias y experiencias de mujeres que han pasado o están pasando por este proceso es una manera de inspirar a otras mujeres a que puedan sentirse identificadas, menos solas, y sirva como liberación al dar voz a otros temas tan controvertidos en la sociedad, como el deseo sexual en esta etapa, o problemáticas como la osteoporosis, la endometriosis o incluso la menopausia precoz o inducida por tratamientos como la quimioterapia”.
A los 40 no se acaba nuestra vida
En la mayoría de las películas, series y publicidad, vemos a puras mujeres jóvenes y casi siempre que cumplen con los estándares de belleza impuestos por la sociedad. Obvio, a la menopausia no se le llega ni a mencionar.
Esto nos dicen las chicas de Menopause Canvas sobre lo poco que se habla de los procesos y las vidas de las mujeres de más de 40:
“Desde los medios de comunicación y las artes visuales continuamente nos muestran una tipología de mujer joven y bella que debe respetar los estándares impuestos por el colectivo y no mostrar ni un solo rasgo de envejecimiento. Si tú no tienes referentes reales en los que verte reflejada, al final tu cerebro inconscientemente piensa que si no los hay ‘será por algo’ Es vital cambiar esta para que nos demos cuenta de que no es nuestra culpa no tener referentes, porque somos igual de válidas que los hombres de esa edad.”
Si quieres contribuir al proyecto con tu experiencia, utiliza una compresa, tampón o copa menstrual como lienzo blanco, expresa de la forma que quieras (collage,dibujo, poema, palabras etc.) tu experiencia, tomale una buena foto y mándalo a [email protected].
Hablar sobre estos temas ayuda a poco a poco quitarle el gran peso que se le ha puesto. Como nos dicen las chicas de Menopause Canvases, tal vez esto no cambie al mundo, pero sí es una manera de poner nuestro granito de arena para generar un cambio en el discurso que se nos ha impuesto.
Después de unos días llenos de actos violentos contra las mujeres, reflexionamos acerca de cómo esta situación nos llena de preguntas, de tristeza y de la necesidad de hacer activismo de una forma distinta.
Este fue un fin de semana lleno de violencia machista. Y de violencia racista y antiinmigrante perpetrada por el Estado, en plena calle.
Sus rostros ilustrados, o sus fotografías en tiempos mejores, sus nombres. En el peor de los casos, vimos imágenes de menores de edad cargando un ataúd, con sus caras visibles. O a Victoria tomando aire por última vez en un loop en nuestros reproductores de video, mientras la policía la sometía.
Esto tiene que saberse, pero no nos ponemos de acuerdo acerca de cómo. ¿Son los videos una manera de que personas que no se han dado cuenta por fin abran los ojos a la violencia en nuestro país?, ¿o este morbo deshumaniza a las víctimas y las convierte en un espectáculo para redes sociales?
Me inclino a pensar lo segundo. Que si una descripción de los hechos no te hace comprender un problema, que si necesitas el video, el dolor desnudo de una mujer que grita que no puede respirar, quizá no compartimos la misma lucha.
https://www.instagram.com/p/CNAU8RKD-M8/
¿Viralizar siempre es lo mejor?
También creo que viralizar un caso no es lo mismo que tomar acción, y que lo segundo es un camino complicado con más preguntas que respuestas. Ya sabemos que la policía no nos cuida. Que cuida aún menos a las migrantes, a las mujeres negras o de pueblos originarios, a las pobres, a las trans, a las trabajadoras sexuales y a las que no tienen papeles. A las que no tienen una familia que pueda mantener su nombre en las noticias. Puedes leer más sobre esto en la página del Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI).
¿Me duelen todas aunque no me sepa sus nombres? Quiero pensar que sí, aunque a veces creo que voy a explotar de tanto dolor que no tiene a dónde ir. Y entonces apago la computadora, me alejo del celular, trato de pensar en otras maneras de honrarlas, de comprometerme con la lucha sin hundirme en ella.
Pero me persiguen los comentarios estilo “nadie está hablando de esto”. ¿Yo soy “alguien”? Así como IMUMI, existen activistas y personas expertas que trabajan todos los días contra la violencia de género y a favor de las personas migrantes como Victoria. ¿No cuentan?
Cuando hablamos de que “alguien” tiene que tocar este tema, ¿nos referimos entonces a influencers, a personas blancas con una gran audiencia?, ¿a personas que quieren ser parte de un movimiento con solo incluir una imagen negra en su feed?
Soluciones a largo plazo para problemas estructurales
Entiendo que estos temas deben ser parte de la agenda diaria, pero me preocupa que necesitemos que personas privilegiadas y famosas le den legitimidad a las luchas. Quisiera, sí, que los medios nacionales y locales con más alcance reportearan la violencia policiaca y el racismo en el país con más seriedad y consistencia. Que aparecieran en primera plana no solo las noticias, sino el contexto en el que suceden los hechos. Que contrataran a columnistas diversos que informen sin revictimizar.
Si ya entendimos que estos son problemas estructurales, me gustaría pensar en maneras de contribuir a soluciones comunitarias de largo plazo, en lugar de esperar que personas individuales “le den voz” a situaciones que llevan décadas (siglos, incluso), siendo gritadas por las personas que las viven.
Podemos informarnos con las conferencias, Lives y eventos de Afrontera, conocer el trabajo de Sin Fronteras en México y donar para que puedan continuar asesorando a personas migrantes, acercarnos a las casas para migrantes en el lugar donde vivamos y conocer cómo ayudar. También analizar nuestra relación personal con el punitivismo, con las cárceles y con la policía.
Me interesa seguir teniendo preguntas. Responderlas poco a poco, ir a lo profundo. Y sé que no es suficiente, que lo viral le importa a los gobiernos, que hace falta hacer ruido al mismo tiempo que nos sentamos en silencio a asimilar que vivimos en un país feminicida donde además los feminicidios tienen un ranking.
Me interesa pensar en diferentes maneras de contribuir a un análisis que busque justicia para Victoria, Wendy y Karla pero que también intenta pensar en nuevas maneras de reparación. Me interesa gritar fuerte sus nombres pero también decirlos en un susurro.
Todo lo que tienes que saber acerca de “Si me matan” de Silvana Estrada y cómo esta canción nos abraza a todas.
Sin duda este mes ha desatado un montón de discursos contra la violencia machista, la violencia policiaca y la misoginia en todos lugares. Hemos nombrado los abusos constantes sin miedo y con valentía.
Esta semana tuvimos la oportunidad de platicar con la cantautora Silvana Estrada, quien nos compartió las múltiples formas de calmar la herida generacional que nos deja cada día la violencia de género.
Su canción “Si me matan” forma parte de esos procesos que le ayudaron a poner en palabras sus sentimientos y diversas mujeres pudieron ser parte de este proyecto. Te contamos más acá.
La historia detrás de «Si Me Matan», la nueva canción de Silvana Estrada
Hace unos años, tras el caso del feminicidio de Lesvy Berlín, surgió el hashtag #SiMeMatan, que criticaba la revictimización por parte de las autoridades y los medios. Quienes lo usaron, contaron cómo quisieran que se hablara de ellas si fueran víctimas de feminicidio.
Para Silvana, lo que todavía fue más impactante fueron las críticas que esta chica recibió.
“Para esas fechas ya viajaba sola, me iba de gira sola. Llevo desde los 15 años viajando de una ciudad a otra sola con mis instrumentos y tomaba camiones, tomaba aviones, terminaba el concierto a las 12, regresaba al hotel, a las 5 de la mañana agarraba un Uber. Si a mí me matan, van a decir cosas horribles porque soy la definición de mala mujer en el esquema moral machista”.
Esta experiencia la empujó a recorrer todo un proceso de escritura que comenzó con un par de versos en 2017 y de retomarlo hasta el año pasado.
Compartir con amigas y colegas
“La primera persona a la que se la enseñé fue a mi amiga Jimena Estibaliz, una ilustradora muy buena, y lloramos juntas HORAS. Y así fui mostrando mi canción, luego llegó la pandemia. El año pasado fue todo un desastre, pero en ese desastre fui enseñando la canción. Se la mostré a Natalia Lafourcade, Julieta Venegas y les gustó un montón”.
Este año se dio la oportunidad de hacer algo con esa canción y el 12 de marzo lanzó su poderoso video, que puedes ver en YouTube y en el que aparecen diversas mujeres que la cantante admira.
En este trabajo se logra capturar la esencia de cada una de las mujeres que participaron, su conexión con la cantante y un verdadero acto de amor y sororidad.
Una de mis partes favoritas al hablar con Silvana fue la honestidad y la calma con la que me hablaba de su proceso creativo. A pesar de todas las opresiones y violencias, ella busca nombrar el dolor y transformarlo en un ejercicio político y poético.
“No quiero hacer una canción enojada, quiero hacer una canción donde se pueda honrar las muertes pero también la vida. Me parece que una forma de honrar la vida es vivir con esperanza», nos compartió Silvana.
“A todas nos duele diferente pero en el mismo lugar”: la relación entre el feminismo y su música
En los últimos años han surgido muchas canciones poderosas que nos ayudan a comprender y procesar lo que pasa en México. Y aunque Silvana considera que no habla necesariamente con un tono político en sus canciones, reconocemos que lo personal también es político.
Para ella, componer y cantar sobre sus dolores, tristeza y sentimientos es la forma más fiel de conectar el feminismo y la música.
Dentro del feminismo también estamos hablando de un proceso de liberación, de una reconstrucción de amor romántico y justamente en encontrar amor en otras formas. Silvana ha encontrado una forma de plasmar y sanar aquellas heridas generacionales.
Por eso nos comparte: “Yo me encuentro en mi tristeza y en mi pena, pero no es una cosa de víctima. Yo creo que mi conexión con mi tristeza y música es la búsqueda de comprender la densidad de los sentimientos. Y en ese sentido creo que hay mucha autonomía”.
La brecha generacional se rompe cuando se habla del dolor
En “Si me matan”, el video de la canción de Silvana Estrada, vemos a una diversidad de mujeres. A pesar de que su contacto con el feminismo varía, no podemos negar que nos une un lazo: todas nos encontramos en la herida.
“Hay un montón de feminismos, y a veces es un error intentar ser la vanguardia y tener la razón todo el tiempo, creo que hay que entender que el feminismo tiene que ser diverso y aceptar la riqueza y diferencias.”
Algo que nos enseña este video es que, por más cliché que suene,,querernos, abrazarnos y protegernos es algo que nos está salvando.
Reforzando el sentido de amor propio
Finalmente, le pedimos a esta cantautora que nos compartiera una pequeña reflexión:
“Este proceso en el que estamos viviendo de empezar a señalar las violencias que nos sometemos todos los días tienen que ser señaladas también hacia dentro, creo que es muy importante el trabajo interno. Creo que la misoginia se hereda, la violencia se aprende y nos va a costar mucho tratarnos con amor pero es importante hacer todos los días el ejercicio de entender hasta qué punto estamos siendo crueles con nosotras. Entre más amor y respeto tengamos por nosotras mismas, más fácil será respetar a nuestras hermanas.”
Silvana Estrada nos invita a nombrar aquel dolor y abrazarlo, porque no importa dónde venimos ni de qué forma nos encontremos, siempre nos tendremos y en esperanza nos convertiremos.
Como Silvana canta, que yo seré semilla para las que vienen.
A un año de la crisis por Covid ¿sabes cómo vive la pandemia una enfermera? Platicamos con Brenda para saber su día a día con sus pacientes y también cómo esta situación afecta su salud física y mental.
Por: Karen Villalobos
Brenda tiene 25 años y es una enfermera que, desde que inició la pandemia por Covid-19, ha formado parte de la primera línea en distintos hospitales del estado de Querétaro.
Un día normal para ella es dormir aproximadamente de 4 a 5 horas, preparar su comida y alistarse para ir a atender a sus pacientes. Cubre guardias nocturnas, por lo que sale 6:45 p.m. a esperar el transporte que el gobierno del estado destinó al personal de salud para sus traslados.
El hospital donde trabaja queda a hora y media de distancia desde su casa, por lo que sus tiempos tienen que ser estrictos: si no, el costo de un transporte privado supera los $250 pesos por viaje.
La pandemia ha subrayado las dificultades de transformar el contexto de inseguridad que viven las mujeres y niñas en este país. Brenda ha aprendido a generar estrategias de autocuidado, ya que sus horarios de trabajo la exponen a trasladarse en momentos del día donde hay poca concurrencia de gente, transporte o luz.
El riesgo del personal de enfermería
Más allá de estas dificultades, Brenda nos cuenta las situaciones que le ha tocado afrontar junto con sus compañeras y compañeros de trabajo. Situaciones que, ante la mirada puesta en las cifras de contagios, hemos olvidado narrar.
«Siempre he pensado que enfermería se lleva la peor y la mejor parte, y en este caso también nos estamos llevando el riesgo más alto. Tal vez mis compañeros médicos te pueden decir que no es cierto. Yo te hablo desde lo que yo vivo y desde lo que yo hago. Creo que no es lo mismo estar con un acompañamiento al paciente tus 12 horas de turno, a un médico que entra y ve al paciente, ¿qué te gusta?, ¿unas dos horas?
Nosotras somos las que nos encargamos de aplicar el tratamiento, de ver cómo está el paciente, de estar revisando su respiración, sus signos vitales, que todo esté bien; realmente quienes estamos ahí siempre somos nosotras».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen acciones que producen más riesgo de transmisión de la Covid-19, entre ellas está la intubación; reanimación cardiopulmonar; toma de muestra y aspiración de secreciones. Todas estas actividades están en manos del personal de enfermería en cada uno de sus turnos.
«Un paciente intubado, pues está sedado, no puede manejar sus secreciones y nosotras lo que tenemos que hacer es meter una sonda para sacarle todo lo que traiga en tráquea y en boca. Esto es algo que, dependiendo del paciente, lo podemos hacer hasta cada dos horas por paciente intubado. Tenemos hasta 4 pacientes intubados en un solo turno, imagínate cuánta carga viral nos estamos llevando».
Así es trabajar por 12 horas con equipo de protección
Las jornadas laborales requieren hasta 12 horas de uso estricto del Equipo de Protección Personal (EPP): mascarilla, lentes, bata, guantes y gorro.
El equipo se usa bajo protocolos importantes para reducir el riesgo de transmisión, lo que ha derivado en otras consecuencias, como la generación de cicatrices y úlceras en nariz y pómulos, esto por la presión que ejercen los lentes, careta y mascarilla en sus rostros.
«Algo que también nos dio a muchas al principio fueron las infecciones de vías urinarias, y aprendimos que si nos tocaba área Covid, no tomábamos agua porque no íbamos a aguantar el turno. Como mujer, entrar al área Covid mientras estás menstruando, aparte de incómodo, no te permite trabajar de la misma manera.
En un día normal que tú estás en casa no te sientes bien, no estás cómoda. Ahora imagínate estar en un área donde ni siquiera puedes ir al baño. Al principio se respetaba, pero ahorita es: ‘Ni modo, te preparas, te pones doble toalla y lo que sea que tengas que hacer, porque tú sales dentro de 8 o 12 horas’.
El uso del equipo realmente te deshidrata; estás sudando dentro de él y no puedes secarte. Me ha tocado bañar pacientes con mi equipo de protección y 4 horas después de que salgo, mi uniforme sigue mojado del sudor que yo tuve mientras estaba ahí.
También hay compañeras que acaban de ser mamás y, al no estar con sus bebés, tienen que estarse sacando leche, pero hay veces en que no tienen tiempo de ir al Lactario. Eso trae consecuencias fisiológicas fuertes: dolor, inflamación, se puede generar mastitis».
Y también están las emociones
A pesar de todos estos síntomas físicos, manejar las emociones es de lo más complicado. El personal médico y de enfermería lleva casi un año luchando por la vida de todas y todos sus pacientes. Iniciaron viviendo agresiones por parte de la ciudadanía, han permanecido lejos de sus seres queridos por miedo a contagiarles, han vivido la muerte de sus colegas y es claro que eso les genera un impacto importante en su situación psicoemocional.
«Para mí es indescriptible, no tengo una manera en la que la gente que no está ahí pueda saber realmente lo que estamos viviendo.
Es algo que yo le he dicho a mi familia y a mis amigas cuando trato de explicarles: ‘Cada que un paciente se me va, tal vez no está bien profesionalmente, pero se está llevando algo de mí; no sé si sea una carga energética, vibras, no sé si realmente sea un pedacito de mí, pero algo se lleva’. Es algo a lo que nunca te vas a acostumbrar.
Tú nos puedes ver muy normal, dándole sus cuidados pos mortem al paciente, y puedes pensar que lo toleramos muy bien, pero realmente en nuestras cabezas pasan mil cosas. No vemos un cuerpo, vemos a un papá, una mamá, un hijo, un hermano».
El autocuidado
Al terminar sus guardias, Brenda procura acercarse con sus demás compañeras y hablar sobre cómo les fue durante el día y hablar sobre sus pacientes.
De este modo buscan apoyarse las unas a las otras, darse palabras de aliento y hacerse reconocer que están haciendo todo lo que está en sus manos. Sin embargo, no siempre logran dejar atrás lo que les tocó vivir durante las horas dentro del hospital.
«El Covid es una enfermedad muy triste porque es una enfermedad muy sola. Un paciente positivo tiene que estar aislado y no se puede despedir, en caso de que lo necesite hacer.
No puede contarle a su familia cómo se siente, lo último que ve es gente desconocida con caretas, lentes; y creo que eso nos quita un poco el sentido humano que como enfermeras teníamos al mínimo darles la mano al final. Lo que ha funcionado y se me hace una muy buena idea es que la familia les manda cartas, nosotras se las leemos y es una manera de mantenerlos conectados, pero después de eso, cuando el paciente se intuba, aunque les leamos las cartas ya no es lo mismo».
Decisiones que nadie debería tomar
Según un estudio de la publicación científica The British Medical Journal donde se analizó la ocurrencia, prevención y manejo de las consecuencias que trae la Covid-19 en la psiquis del personal sanitario, los factores que aumentan el riesgo de problemas psicológicos en el personal de la salud son: el mayor contacto clínico con los pacientes afectados; las medidas de precaución que crean un impedimento percibido para hacer el trabajo; la reubicación forzada para cuidar a pacientes afectados; el mayor riesgo entre las enfermeras; el entrenamiento inadecuado; la falta de insumos de trabajo; el aumento del tiempo de trabajo y; el personal que tiene niñas y niños o personas adultas mayores en el hogar.
«Es bien difícil, me ha tocado ver a pacientes pendientes por intubar y se les tratan de conseguir los ventiladores; se le avisa a la jefa de que se necesitaban tres ventiladores y lo que escuchas es: ‘No se puede, hay una lista de espera en dirección y dirección toma la decisión de a quién se le van a dar’.
Tenemos listas de espera, se tienen que ver las condiciones del paciente, las enfermedades que ya trae y ver quién tiene más posibilidades de salir y es el paciente al que se le va a dar el ventilador. Tú nunca vas a estar preparada para que le nieguen un ventilador a tu paciente. Ya es fuerte que le nieguen un medicamento, es realmente duro que le nieguen un ventilador. Estamos en ese punto en que una junta de médicos especialistas va a decidir quién vive…»
La crisis no se acaba
El 10 de enero de 2021, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó sobre la Estrategia de Reconversión Hospitalaria que se daría en ocho entidades ante el aumento de contagios por la Covid-19.
Con esta medida, se intentó crear 6, 116 camas adicionales para pacientes en Querétaro, Hidalgo, Puebla, Morelos, Guanajuato, Nuevo León, Jalisco y Michoacán.
«Nosotros aquí ya estábamos casi al 100%, quiere decir que las camas censables del hospital ya están ocupadas, pero para la afluencia de pacientes que se estaba teniendo no era suficiente. Lo que se decidió fue que cualquier espacio donde quepa un paciente y donde quepa un tanque o una toma de oxígeno, se va a usar».
Estas acciones implican mayor responsabilidad laboral para el personal de enfermería, ya que al tener más ocupación hospitalaria, el número de pacientes a atender por enfermera se incrementa a casi el doble. Sucede lo mismo con su jornada laboral.
«Aunque tú vayas terminando tu turno de 12 horas, si para el turno siguiente no hay suficiente personal, te quedas. Yo no tengo otra responsabilidad en casa, pero hay muchas compañeras que tienen hijos, y ¿cómo le haces? Ahí hay afectaciones que no estamos viendo. Hay muchas compañeras y compañeros que se salieron de su casa, era un: ‘sí hijo, te amo, pero me tengo que ir porque soy un riesgo y no quiero contagiar a nadie».
La esperanza de mejorar
El personal de salud ha tenido que abandonar hasta sus hogares para mantenerse en la lucha constante por las vidas de todas y todos. Han tomado la decisión de rentar casas que comparten con sus colegas como una manera de proteger a sus seres queridos, con quienes no han podido convivir durante casi un año.
Ante esto, la vacuna se volvió una esperanza, ya que la inmunidad que implica les posibilitaría volver a estar cerca de su familia y seguir cuidando las vidas que están en sus manos.
«Desde el momento en que supe de la vacuna, yo me emocioné. El primer día que llegó la vacuna a México, yo le estaba contando a todo mundo, yo estaba que no me la creía, estaba muy feliz. La verdad me siento muy dichosa de tener ya la primera dosis. Creo que está perfecto que nos estén vacunando a nosotros primero porque si no, ¿cómo le vamos a hacer si nos seguimos contagiando entre nosotros?. Sé que esta es mi labor, yo estudié para servir a la gente, lo hago con todo el amor del mundo y lo hago, no sé si gustosa, porque servir en estas condiciones no puede decirse un gusto, pero lo hago con amor y preparación».
Este es un tema polémico que no tendría por qué serlo. Te contamos cómo usar el lenguaje incluyente de diferentes maneras, para realmente cumplir su función.
En lo personal, siempre me ha dado mucho placer ver cómo las personas se enojan tanto cuando cambio una “o” por una “e”. O sea, relaaax.
Lo cierto es que el lenguaje incluyente siempre ha causado muucha polémica, y justo por eso creo que es súper importante hablar de ello.
Hace un tiempo, vi un post de Tilde Taller en donde se daban tips sobre cómo utilizar este tipo de lenguaje sin necesariamente usar la “e” o la “x”, y no puedo evitar querer que todeees lo lean.
Cómo dice su creador David Loría, el lenguaje es político y tiene efectos materiales en la vida, en las emociones y los cuerpos. Es por eso que quise platicar con él sobre este tema, para entender por qué el lenguaje incluyente va más allá de cambiar una letra.
¿Cuál es la importancia del lenguaje incluyente?
Puede que algunas personas piensen que el lenguaje incluyente es solo un capricho, que no sirve para nada y que de ninguna manera va a hacer un cambio. La realidad es que el lenguaje incluyente sí tiene una razón de ser, y quien piense lo contrario es porque probablemente lo dice desde su privilegio de sí ser representado por el lenguaje.
Como nos dice David, el lenguaje incluyente tiene varios propósitos, no solo existe una manera de emplearlo, y puede conllevar distintas cargas políticas.
“En principio, el lenguaje incluyente y no sexista (LINS, según los manuales) cuestiona el androcentrismo lingüístico y, por lo tanto, desea nombrar a las mujeres. En segundo lugar, y más recientemente, sirve para hacer visible la existencia de otras identidades y expresiones de género que se salen del par binario hombre/mujer.”
Además, nos dice David, toda elección lingüística conlleva una perspectiva ideológica, seamos conscientes de ello o no, y aunque esto ponga incómodas a algunas personas, es necesario empezar a verlo así.
“Las palabras son perspectivas del mundo y del trato intersubjetivo en miniatura. Todas las personas deben tener la posibilidad de ensayar (literalmente, a prueba y error) con qué palabras quieren que se les nombre e identifique”.
Como ya mencioné, el no querer que ni una letra en el lenguaje cambie refleja un privilegio del que muchas personas gozan: el no ser excluidos por este mismo.
A lo largo de mi corta vida he visto muchísimos argumentos del por qué está “mal” usarlo, y aunque sabía que no tenían mucho sentido, tampoco sabía poner en palabras el por qué.
Gracias a diosita, existen personas como David que no pueden ser más claras explicando esto. Aquí algunos argumentos en contra de este tipo de lenguaje y sus aclaraciones:
La lengua no es machista en sí misma: tampoco un arma de fuego es “asesina”, pero la lengua la hicimos las personas y la sociedad… que sí es machista.
El masculino es neutro: ¿tú imaginas un grupo diverso cuando escuchas “todos”, “alumnos” o “cudadanos”?
Esta lucha no es tan relevante como otras: esto es subjetivo. Claro que no es relevante para quienes no necesitan esta representación. Además, ¡podemos tener varias luchas al mismo tiempo!
El español se desvirtúa: el vocabulario está vivo, deja entrar y salir palabras todo el tiempo. No hay tal cosa como “desvirtuarlo”.
Cómo usar lenguaje incluyente sin cambiar letras
Ahora sí, lo que me llevó en un principio a escribir este texto, ¿Cómo podemos usar el lenguaje inclusivo sin necesariamente utilizar una “e” o una “x”?
Como mencionó David, aunque parezca algo nuevo, el lenguaje incluyente en realidad no empezó ayer. Antes se ocupaba la @ (arroba) y tampoco era como que pasara mucho.
Sin embargo, se puede ser incluyente de otras maneras que no implican salir de las fronteras gramaticales . David nos dio algunos tips:
Desdoblamiento: emplear los términos en su parte femenina y masculina a la vez (lo que hizo Vicente Fox, sí, ajá): “Los alumnos y las alumnas”.
Sustantivos neutros o colectivos: decir “personas”, “estudiantes”, “personal médico”, “la ciudadanía”, “la comunidad universitaria”.
Pronombres relativos: decir “quienes requieran un permiso” en vez de “los que requieran…”.
Por último, David quiso dejar dos cosas muy claras. La primera es que el lenguaje inclusivo puede ser excluyente, por más paradójico y contradictorio que esto suene.
“Si yo digo “todes” nada más, pretendiendo englobar a un grupo de personas diverso, estoy de nuevo invisibilizando a las mujeres. Recaigo en lo mismo que quiero abolir. Sé que no toda la gente que habla de LINS piensa así, pero al menos yo prefiero desdoblar en “triple”: todos, todas y todes.”
Lo segundo es que debemos de aprender a preguntar.
“Siempre preguntar a las personas cómo les gusta que las nombremos. Mucha gente puede estar experimentando transiciones identitarias o estar reevaluando (estar en el ensayo-error que mencioné) su ser, su género, su expresión. Nada es obvio, nunca. No nos saltemos el paso de preguntar antes de nombrar.”
Así que sí amigues, no nos cerremos a la posibilidad de intentar ser más incluyentes en todos los ámbitos de nuestra vida. Como dice David, es cuestión de pensarle un poquito, aprender y no cerrarnos nada más porque algo nos suena raro.
Es difícil pensar en alternativas, pero el punitivismo en movimientos sociales, o la cultura de la cancelación, no tienen lugar al pensar en un mundo distinto.
Por: Kerly Garavito
En tiempos de escraches dentro de los movimientos sociales, es necesario parar, descansar y pensar en nuestras prácticas.
¿Cuánto nos estamos acercando al mundo que soñamos y queremos? ¿Qué, cuál o cuáles mundos queremos? ¿Cuánto estamos reproduciendo el mismo sistema que queremos desmantelar?
Estas preguntas vienen a mí por la urgencia que siento de encontrar otras formas de disentir, de discutir y de abordar la violencia que vivimos y reproducimos. Nos toca buscar otras formas de hacer justicia cuando alguien ha dañado y ha sido dañado.
Sé, por experiencia en los dos bandos, que no es fácil. Y debo ser sincera, creo que recién me di cuenta del problema cuando me afectó directamente. Cuando me acusaron de una violencia o daño que no había hecho y negaron mi identidad. Todo se dio a través de indirectas, pese a que yo estaba abierta a escuchar sus reclamos.
A partir de ese hecho decido repensar mis prácticas políticas. Y comienza un camino de cuestionamientos y autocrítica. ¿Cuántas veces yo hice lo mismo y afectó a otras personas? En un Zoom con dos amigas, Valeria y Marbella, conversamos sobre el dolor, la denuncia en redes y el racismo. Y Marbella dijo algo brillante: “¿Cómo estamos seguras de que las personas a las que denunciamos en redes sienten menos dolor que nosotras? ¿Cómo medimos el dolor? “
Es importante especificar que con esto no quitamos responsabilidad individual o estructural, sino que cuestionamos las formas en las que venimos denunciando.
Más allá de cancelar
En medio de discusiones entre compañeres de lucha en redes sociales, me encontré con un artículo de Adrienne Maree Brown, que luego me llevó a leer su libro: We Will Not Cancel Us, And Other Dreams of Transformative Justice (en español sería: Nosotros no nos cancelaremos y otros sueños de justicia transformativa).
Este texto me ayudó a reafirmar pensamientos e ideas que habían tenido su semilla en conversaciones, lecturas y aprendizajes del trabajo colectivo.
El libro empieza señalando la relación entre el abolicionismo carcelario y la cultura de la cancelación:
“Los abolicionistas saben que las implicaciones de nuestra visión tocan todo, todo debe cambiar, incluyéndonos a nosotros”. Y también señala que “La cancelación es castigo, y el castigo no para el ciclo de daño, no a largo plazo. La cancelación puede incluso ser contra-abolicionista”
Esta línea entre el punitivismo, la cancelación en redes y el abolicionismo es crucial para entender la magnitud de la cultura del castigo en nuestras vidas. No solo se manifiesta en el sistema carcelario, la policía y el estado; sino que nosotros, al ser parte de este sistema, la aprendemos. Por esto es absolutamente imprescindible en nuestra lucha por otros mundos posibles repensar nuestras acciones y cambiarlas.
Adrianne, así como Angela Davis, nos dice que el abolicionismo no es una lucha utópica sino una práctica que se ratifica con políticas que afirmen la vida en lo cotidiano.
¿Por qué siempre pensamos en castigo?
Nuestra perspectiva alrededor del conflicto, del daño, del abuso y de la violencia tiene que eludir al castigo como continuación inmediata. No nos escapamos de las dinámicas del poder en el sistema/mundo capitalista colonial.
Adrienne señala que debemos formar esa capacidad para distinguir al camarada del oponente. Las personas dentro de los movimientos somos diversas, complejas. De esa diversidad y complejidad el movimiento se hace más fuerte y amplio. Interactuar con personas distintas a una o con otras perspectivas hace que entendamos que la práctica política es compleja, que la realidad muchas veces golpea nuestros intentos de teorizar.
La realidad la desborda y las personas también. Debemos entender que nuestra experiencia es corta, no sistematiza todas las experiencias de las personas ni sus distintas realidades. Es importante escuchar y no reprimir las opiniones ni el conflicto. El conflicto es completamente humano y, si lo transitamos con compasión, incluso puede fortalecer los lazos comunitarios.
Nosotras sabemos que nos une un objetivo común: trabajar por nuestra comunidad. Esto no impide que muchas veces tengamos opiniones y posicionamientos distintos, estrategias que chocan, comentarios que no abordan el problema de la mejor forma.
Las acciones que hemos venido realizando en Ruray se han hecho desde la colectividad. Hemos pasado de la discusión al cambio de nuestras prácticas cuando reconocemos lenguaje o acciones que son racistas, clasistas, transfóbicas, homofóbicas, gordofóbicas, etc.
No ha sido fácil. Muchas veces la rabia y el enojo ganó, nos hemos peleado entre nosotras, pero sinceramente creo que la motivación de trabajar por el distrito ha primado. Salir de nuestra individualidad y participar en procesos comunitarios hace que una se cuestione el egocentrismo, la vanidad y el rédito político; también que salgamos de la performatividad de las redes sociales.
Como dice Adrianne, nuestras luchas no deben replicar la cultura de la desechabilidad del capitalismo. Desechar a una de nuestras compañeras por una opinión con la que no concordamos no es una opción cuando nos enfrentamos a tiempos en los que debemos unirnos frente al sistema que nos quiere separados.
No oposición, sino tejido
A través de estos recorridos colectivos me di cuenta cuenta que los seres desbordamos las teorías académicas con nuestras experiencias y estas necesitan actualizarse a esos cambios porque las relaciones sociales no son tan fáciles como seguir un manual.
Desechar a nuestras compañeras no puede ser parte de una política de justicia social. El conflicto es parte del ser humano.
A menudo nos agobia la desesperanza, pero por experiencia sé que las personas, así como los colectivos, son dinámicos, se transforman y cambian.
La colectiva donde participo hoy no es la misma que la de sus inicios, en el 2018. Además, si no creemos en el cambio que hacemos en la lucha por la transformación de las estructuras de opresión. No existen en abstracto y no se van a cambiar solas.
Quiero citar y resaltar las palabras de la maestra María Lugones, quien señaló en una entrevista:
“Si la resistencia la pensás como oposición, es un caso. Pero si la pensás como tejido, es otro. Y se teje con lo que hay. Y hay malo y hay bueno. Y lo malo se ha incorporado a lo bueno, y viceversa.”
Hacer y trabajar juntas
Las prácticas punitivas y las lógicas binarias tienen su fundamento en el individualismo del pensamiento occidental, nos enfrentamos a la tarea de salir de ese circuito.
Pensadoras como Lugones, Ochy o Yuderkys del feminismo decolonial han generado pensamiento crítico sobre la interseccionalidad y han planteado la fusión o imbricación de opresiones que no solo muestra el problema, sino que permite una coalición entre les que resistimos ya que las opresiones no existen por separado.
Lugones explica: “Pero también es así que en algún lado debe estar escondido nuestro yo comunal, aquello que nos hace sentir parte de algo inmenso. Si pudiéramos hacer florecer eso, todo sería distinto. Y eso no florece con palabras, quizá. Eso hay que hacerlo juntas. Si vos me preguntas cómo se hace el chuño no puedo enseñartelo bien con palabras: lo tenemos que hacer juntas. Hay ciertas cosas que tenemos que vivir sin palabras.”
¿Trascendemos el binarismo occidental? ¿Enfrentaremos el reto que nos plantea Lugones? Quedarnos sin palabras cuando la experiencia lo amerita y dejarnos llevar por nuestros sentires
Te invitamos a conocer a estas increíbles ilustradoras puertorriqueñas que con su trabajo están cambiando las cosas en la isla.
Por: Fernanda Diaz-Basteris
El 24 de enero de 2021, el gobernador de Puerto Rico anunció el Estado de Emergencia en la isla por el incremento en los casos de violencia de género.
Esta no fue una iniciativa del gobierno, sino el resultado de la lucha incansable de diferentes colectivas feministas y asociaciones civiles puertorriqueñas, que desde el 2018 han exigido a las autoridades en la isla actuar de manera contundente ante los crímenes de violencia de género.
Las dinámicas machistas asesinas de la sociedad no son exclusivas de la isla caribeña. Así como el 8M se ve en todo el continente la fuerza femenina, así se ven en Puerto Rico muchos otros días del año que no son marzo.
Grupos de mujeres boricuas salen a las calles con diferentes herramientas (desde batucadas hasta teatro callejero, música y performance) para exigir atención hacia las desapariciones, asesinatos, violaciones, persecución y acoso callejero a mujeres y personas trans.
Las mujeres que están cambiando las cosas
Para comprender cómo se llegó a declarar el Estado de Emergencia en Puerto Rico, es importante mencionar y conocer la voz de la Colectiva Feminista en Construcción, que lanzó La Manifiesta, un texto de libre acceso en línea, con ideas y propuestas fundacionales del movimiento.
La colectiva se presenta como un grupo de mujeres boricuas anticapitalistas, antirracistas, incluyentes y solidarias que rechazan abiertamente el sistema económico del patriarcado, ya que lo consideran la raíz de la explotación de la tierra, los animales y las personas.
También es importante conocer el trabajo de compañeras a las que admiro y respeto. Ilustradoras, animadoras, educadoras y periodistas de la isla que le dan significados y formas visuales a esta lucha por la vida y por los derechos humanos.
Por ejemplo, está el portal de periodismo independiente con perspectiva de género TODAS. Fundado en noviembre de 2018 por Cristina del Mar Quiles y Amary Santiago Torres, este medio da prioridad a las historias de lucha de la comunidad femenina, trans y feminista, usando la ilustración como una herramienta más para comunicar.
TODAS lanzó en el 2020 la campaña ¡Cambia Ya! contra el machismo. En sus palabras, “¡Cambia Ya!” es: “la ejecución para Puerto Rico del esfuerzo global de Oxfam Enough!, dirigido a jóvenes para provocar la reflexión sobre las actitudes machistas, los estereotipos de género y combatir la violencia contra las niñas y las mujeres”.
En “¡Cambia Ya!” participaron ilustradoras que evidencian las fallas del patriarcado a través de bello e inteligente arte secuencial, como le decimos los especialistas en cómics. Aquí te presento el trabajo de algunas de ellas:
Soda Pop Cómics
No te puedes perder la trayectoria de Rosa Colón de Soda Pop Comics.
Ella es la maestra de la ilustración contemporánea en Puerto Rico: lleva ya más de una década produciendo comics en inglés dentro y fuera de la isla, y ha ganado muchos premios. El más reciente fue el Premio a la Excelencia Periodística del Overseas Press Club of Puerto Rico en la categoría de Mejor Ilustración y/o Caricatura del Año.
Últimamente he estado extrañando mucho mi Caribe mexicano, pero gracias al trabajo de Mónica López, creadora de La M de Mónica, me conecto cada día con mi dosis necesaria de tropicalismo antimachista.
Mónica trae un estilo ardiente en escala de rojos y rosas que amo demasiado y no puedo dejar pasar.
Elizabeth Barreto es Cookingoood en las redes sociales. Ella ilustró el artículo “Cada vida es una historia”, que visibiliza las historias de las mujeres que han sido víctimas de feminicidios en la isla. En cada ilustración puedes dar click para conocer el nombre, el origen y la historia de cada víctima, narradas por diferentes testimonios de familiares o amigos.
Las ilustradoras que mencioné aquí son solo tres de casi una docena de artistas puertorriqueñas que colaboran con TODAS y con varias colectivas feministas.
Apóyalas, compra sus productos y promociona el feminismo ilustrado. Son mujeres que están trabajando diariamente por un cambio, por un mundo mejor, por una isla libre de violencia machista capitalista y patriarcal. ¡Que viva Puerto Rico libre!