La amistad entre mujeres es maravillosa, pero también se puede ver complicada por estándares patriarcales que nos dividen. Estos son algunos tips para tener amistades feministas.
En 2018, tuve una ruptura con una de mis mejores amigas. Hasta la fecha es algo que todavía no logro asimilar muy bien, sobre todo porque hablar de las rupturas es algo que se le atribuye exclusivamente a relaciones de pareja.
Pero no es así: terminar con nuestras amistades es muy doloroso y es necesario empezar a hablar del tema.
Es obvio que los estándares del amor romántico también afecten nuestras amistades: relaciones verticales y de poder y pactos patriarcales que nos oprimen y nos hieren al momento de hacer amigas.
Cómo aprender de amistades feministas
Al tratar de procesar esto, me sirvió leer a escritoras que han abordado lo que significa tener amistades feministas y cómo cuidarlas.
La feminista mexicana Raquel Ramírez Salgado tiene un artículo llamado Amistad. Apuntes desde la ética feminista, que me ayudó a entender por qué nos sentimos tristes, incómodas o sometidas en nuestras amistades.
También me llevó a reflexionar sobre la sororidad, el pacto político y de hermandad entre mujeres, el cual se construye al desmarcarnos de prácticas patriarcales.
Otro texto que me ayudó fue Algunas lecciones de las amistades feministas, de Monserrat Pérez, quien dice que la amistad entre mujeres es política y que debemos priorizarnos las unas a las otras, acuerparnos en los momentos díficiles, tener corresponsabilidad y ponernos límites.
Estos son algunos puntos que aprendí en mi búsqueda para hacer amistades desde el feminismo:
Confianza entre nosotras
Algo que debes analizar sobre ti misma y la relación que tienes con tu mejor amiga es la confianza que permea entre ambas.
Nuestra intuición no falla, mucho menos la forma en que nos percibimos ante las personas que queremos. Si sientes que se ha creado un barrera (pequeña o amplia) en la forma en la que te relacionas con tu amiga, es porque algo está pasando.
Una señal para darte cuenta que tu relación se ha tornado tóxica o tiene alguna fisura es analizar si la confianza sigue ahí.
Pero antes de dar un paso precipitado, haz una radiografía del porqué pasa esto: ¿ambas estuvieron muy ocupadas esa semana?, ¿tienen algún distractor?
Comunícale lo que sientes
Muchas veces damos por hecho que nuestras amigas estarán ahí en todo momento y que nos conocen perfectamente, pero la verdad es que no es así.
Si estás pasando por un momento importante o difícil, es necesario que le expreses cómo te sientes y qué esperarías de ella, porque es probable que si ella no haya actuado como esperas es porque en realidad no sabe cómo hacerlo.
Lo mismo pasa si alguna acción de su parte te hizo sentir mal o te incomodó, ¡háblenlo!
Y si eres de las que les cuesta un poquito la comunicación verbal o no sabes por dónde empezar escribirle una carta podría ser un buen paso inicial.
Algo que me he dado cuenta es que la falta de comunicación es un arma del patriarcado, porque entonces le contamos nuestro sentir o nuestras incomodidades sobre nuestra amiga a personas incorrectas, que incluso pueden hacer más grandes las fisuras entre nosotras.
Por algo históricamente se ha instalado en el imaginario colectivo que existe una “rivalidad natural” entre mujeres, pero esto solo es parte del discurso machista.
Corresponsabilidad
Una cosa súper importante para darnos cuenta cómo va nuestra amistad, (y que nos lo señala Montserrat Pérez) es la corresponsabilidad.
La corresponsabilidad puede ir un poco junto con esta idea de que las relaciones sean lo más horizontales que se pueda, sin que se cargue para ninguno de los dos lados, sino que haya un cuidado mutuo, una escucha e interés entre ambas partes.
Algo que también se relaciona con este punto es la responsabilidad afectiva de la que también hemos escrito aquí.
Que sea un lugar seguro
Otra cosa indispensable es el ambiente que se crea entorno a las relaciones que tenemos entre amigas: que sea un espacio en donde nos sintamos seguras y apapachadas. Y para que sea un lugar seguro, los puntos anteriores deben estar presentes.
Es un trabajo constante de construcción y de amor, en el que debemos analizar con periodicidad cómo nos llevamos, las acciones o las palabras que decimos.
Es básico conocer nuestros límites y los de nuestra amiga, porque tampoco tenemos que estar aguantando todo.
Los problemas de las personas que queremos también nos afectan y tenemos que identificar cuándo es tiempo de parar.