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¡Que la menstruación no detenga tu ejercicio! Estas mallas te hacen el paro

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Menstruación y ejercicio, amigues. Tenemos mucho que decir al respecto. Toda nuestra vida hemos escuchado sobre lo “incómodo” que es ejercitarnos durante el periodo o que supuestamente somos más débiles en esos días, incluso puede que te haya tocado hacer la clásica maniobra de amarrarte el suéter a la cintura para la clase de deportes.

Sí, mientras menstruamos también tenemos que lidiar con algunas situaciones extra, pero eso no debería impedirnos hacer las cosas que más nos gustan.

Afortunadamente, cada vez existen más opciones para vivir la menstruación con mayor comodidad, desde copitas o discos menstruales hasta ropa con tecnología anti filtraciones.

Por ejemplo, adidas recientemente lanzó las mallas TechFit Period Proof que están hechas con tecnología Flow Shield. Es decir, varias capas absorbentes para que tengas una protección extra mientras brincas, bailas, corres o realizas cualquier actividad.

Y, ojo, no es que manchar la ropa sea el fin del mundo, en realidad no tiene naaaaada de malo (salvo que vas a tener que tallar bien duro), pero para muchas personas sigue siendo muy incómodo, ya sea por la sensación de humedad o por los prejuicios y mitos que todavía existen en torno al periodo.

Algunos mitos sobre la menstruación y el ejercicio

Mito. Todes tenemos menos energía cuando menstruamos: ¡Falso!

La realidad es que esto varía, ya que cada cuerpo es diferente. Como explica el sitio de la institución Office on Women´s Health, mientras que algunas mujeres y personas que menstrúan sí pueden llegar a sentir más cansancio, otras pueden tener más energía de lo normal, esto depende del nivel de hormonas durante el ciclo menstrual. Así que es cuestión de escuchar a nuestros cuerpecitos.

Mallas TechFit Period Proof de Adidas

Mito. Hacer ejercicio mientras menstrúas es súper incómodo: ¡Falso!

De acuerdo con una investigación realizada por la Universidad de St. Mary, Twickenham (2019), 1 de cada 4 niñas alrededor del mundo abandona el deporte durante la adolescencia, y una de las principales razones citadas es por miedo a las filtraciones durante su periodo.

Así que si lo que te incomoda es sentir que con cada brinco tu menstruación amenaza con deslizarse dramáticamente por tus piernas, busca alternativas como las mallas TechFit Period Proof de adidas que se aseguran de que todo se quede en su lugar.

Entrenar cuando estás menstruando puede traerte muchos beneficios y no tendría por qué ser una tortura. Aunque si prefieres quedarte en tu sofá tomando un técito y viendo pelis, también se vale.

Mito. El ejercicio ayuda con los cólicos: ¡Cierto!

¡Buenas noticias! Hay estudios que demuestran que para muchas mujeres y personas que menstrúan esto es cierto. 

La Dra. Georgie Bruinvels, quien trabaja en conjunto con adidas para generar recursos educativos sobre el periodo, explicó en entrevista que: «La mayoría del dolor menstrual es causado por inflamación y el ejercicio tiene efectos antiinflamatorios a largo plazo (no así a corto plazo). Además, las endorfinas asociadas a la práctica de ejercicio pueden reducir los síntomas y dolores menstruales».

Así que si tienes cólicos y quieres saber si eres una de esas personas a las que el ejercicio les ayuda, ¡ponte los leggings y sal a menear el cuerpo!

Mallas TechFit Period Proof de Adidas

Mito. La menstruación es algo que no debe hablarse en público: ¡Falso!

Aunque hablar sobre menstruación y ejercicio debería de ser la cosa más natural del mundo, sigue siendo un tema rodeado de tabúes. Afortunadamente, cada vez conocemos más testimonios que nos permiten entender cómo las atletas viven su periodo.

En 2015 la activista y productora musical Kiran Gandhi corrió el maratón de Londres haciendo free bleeding o sangrado libre. Es decir, sin usar ningún tipo de producto para el periodo. Un año más tarde, en los Juegos Olímpicos de Río 2016, la nadadora china Fu Yuanhui dijo en una entrevista que le había bajado el día anterior y se sentía súper cansada y adolorida por esta razón.

Spoiler: aún así la campeona logró pasar a la final ¡y ganar medalla de bronce!

La importancia de hablar sobre menstruación y ejercicio

Es fundamental normalizar la conversación sobre la menstruación. Con eso en mente, adidas lanzó “Stay in Play”, un proyecto mediante el cual investiga cuáles son las barreras físicas, emocionales y sociales que impiden a las mujeres la participación y el acceso al deporte.

Además, como parte de la campaña, adidas busca que se abra el diálogo sobre este tema y para lograrlo ha sumado a la medallista olímpica del equipo de Gran Bretaña, Jazmin Sawyers, y la jugadora de la WNBA, Layshia Clarendon, quien actualmente juega de base en el New York Liberty, para que ellas mismas compartan cómo es entrenar y competir mientras menstrúan.

Así que ya lo sabes, que ni la menstruación ni los prejuicios te frenen en tu misión de salir a trotar como gacela. Las mallas TechFit Period Proof de adidas te hacen el paro y en Malvestida te echamos porras para que llegues a la meta. ¡Ra, ra raaaaaaaaa!

Sobre Pride y por qué el compromiso con la diversidad no es solo un mes

Junio es el mes de celebrar a la comunidad LGBTQIA+, pero esfuerzos como Nike PRIDE Network nos recuerdan que el compromiso con la diversidad debe ser recurrente.

¡Al fiiiiin! Ha llegado el mes en que se conmemora el Orgullo y el colorido de la diversidad de banderas que identifican a las personas LGBTQIA+ se plasma por doquier.

Después de todo, los grandes avances que se han tenido en términos de derechos, garantías y hasta la posibilidad de hablar de todos, todas y todes merecen ser celebrados.

Cada junio es más común ver que las marcas se suman a la visibilización de la comunidad LGBTQIA+, pero al mismo tiempo se exige que las acciones sean coherentes y no se queden solo en un accesorio de moda, sino que realmente ayuden a luchar y celebrar a la comunidad todo el año.

compromiso con la diversidad Be True Nike
Colección Be True, Nike

Más allá del Pride: un verdadero compromiso con la diversidad

Inciativas como Nike PRIDE Network, un grupo de empleades de Nike que buscan construir una cultura de autenticidad y cultivar una comunidad diversa, son un ejemplo de ello, pues a lo largo de todo el año apoyan mediante donativos e iniciativas comunitarias que promueven la igualdad en el deporte, crean espacios seguros y elevan las historias de la comunidad buscando que el deporte sea un escenario para generar cambios.

Los retos que las personas LGBTQIA+ enfrentan incluyen situaciones tan complejas como como la polémica por dejar que hombres y mujeres trans puedan participar activamente en el mundo deportivo o las cifras de transfeminicidios donde México ocupa un penoso segundo lugar en Latinoamérica (según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas), además de las complicaciones legales que aún se enfrentan en algunos estados donde el matrimonio igualitario aún no es reconocido.

Por ello es indispensable que más allá de una cuestión de mercado, las marcas generen un compromiso real y contundente que se extienda más allá del mes de junio.

Este 2021 Nike apoya a Inspira Cambio AC, una organización que promueve una sociedad más inclusiva al educar sobre el ejercicio pleno de la sexualidad; Red de Juventudes Trans, un proyecto transfeminista que promueve la creación de redes afectivas y defiende los derechos de la comunidad trans; y el Club Deportivo Muxes, un equipo profesional de futbol abiertamente incluyente.

compromiso con la diversidad
Colección Be True, Nike

Be True + Malvestida, el poder de todes a través de la ilustración

Aunado al compromiso constante de apoyo, también llega la oportunidad de crear algo especial en junio para celebrar todo el espectro de la diversidad y este año Nike lo hace mediante la colección Be True.

«La colección Nike Be True de este año, es una selección de siluetas icónicas de estilo de vida y correr, acompañadas de nueve banderas intercambiables que representan el espectro completo de identidades y permite que todos los atletas* puedan verse reflejados», explica la marca sobre el lanzamiento de los modelos Nike Air Max Preday, Nike Blazer ‘77 Low, Nike Be True All Out Utility Slide y Nike Flyknit.

Y como la ilustración es una de nuestra formas favoritas de celebrar y protestar, desde Malvestida nos sumamos al lanzamiento de Be True a través de unas postales creadas por 4 poderoses ilustradores de la comunidad LGBTQIA+

Eduardo Memphis, ilustrador digital destacado por una estética que envuelve todo en un halo ochentero; la fabulosa artista afromexicana Reyna Pelcastre, conocida como ReyRey; el dreampop visual de Vals421 y las texturas coloridas de Raúl Saldaña, quienes reinterpetaron los modelos de la colección Be True.

Puedes descargar las postales haciendo clic sobre la imagen y compartirlas en tus redes sociales. También estarán disponibles en formato impreso en las organizaciones LGBTQIA+ que Nike apoya este año.

Arte como catársis: una entrevista con Masta Quba, Andrea B. Ivich, y Giselle Dessavre

Como parte de la campaña #CambiemosLoQueHueleMal de Secret Desodorantes, la cual busca visibilizar fenómenos sociales que nos impiden avanzar en la construcción de una sociedad con igualdad de género, hablamos con 3 artistas sobre cómo ellas usan el arte como catársis colectivo.

Ya sea mediante la apropiación de un género musical como el rap; la deconstrucción de los problemas sociales a través del collage o la fotografía del gordiamor, Masta Quba, Giselle Dessavre y Andrea B. Ivich son tres mujeres que buscan señalar las actitudes machistas y acabar con las limitantes de los estereotipos. “Es algo que ha estado toda la vida en toda la historia y a mí eso me huele demasiado mal”, explica Giselle.

Entrevistamos a estas tres morras fabulosas para hablar sobre arte y protesta, en colaboración con Secret Desodorantes, que a través de la campaña #CambiemosLoQueHueleMal busca crear conciencia sobre la importancia de cambiar actitudes como el mansplaining, el machismo y la invisibilización social.

Giselle Dessavre

Mujeres que luchan por la representación

Algo que tienen en común estas tres mujeres es que han visto en sus diversas disciplinas una plataforma no solo para denunciar, sino para sensibilizar sobre el cambio que exigen esas actitudes que huelen mal en una sociedad.

El perfil de Instagram de Andrea B. Ivich resume la búsqueda de forma contundente. La fotógrafa ha hecho de su cuenta un escaparate que rompe con la exigencia social y la anhelada «perfección».

A través de su lente, la gordura es belleza y las estrías y curvas se acompañan de lencería confirmando que ahí también hay sensualidad. “Lo utilizo para tratar de dar representación a las personas gordas desde nuestra mirada, porque solo hemos sido definidas desde la mirada hegemónica”, explica.

Para ella se trata de algo más que body positive: es el uso del arte para reclamar la representación y exhibir el sistema patriarcal capitalista que ha ocultado un espectro de la corporalidad. “Utilizo mi fotografía como protesta, por los cuerpos olvidados y relegados a los que no se les ha visto la belleza, es una denuncia de que esa belleza existe y aquí está”, apunta.

Andrea B. Ivich para Malvestida

Ocupando espacios en el arte

Apropiarse de la corporalidad, es solo uno de los elementos que estas artistas incorporan en su quehacer. Está también la lucha por la representación femenina en ámbitos que hasta la fecha presentan un gran sesgo como la industria musical, en especial en escenas como las del rap, que históricamente se ha hipermasculinizado, pero que comienza a cimbrarse con la presencia de figuras como Masta Quba.

La rapera, educadora y feminista ha hecho de su presencia en los escenarios una denuncia de la injusticia, la desigualdad, los abusos infantiles, los feminicidos, los micromachismos… “Huele mal todo lo que prive de su libertad a alguien más, huele mal todo lo que nos haga sentir menos, lo que nos haga creer que nuestra historia no es válida”.

Cambiar el panorama, asegura, solo es una posibilidad en la medida en que se les denomina como se debe: violaciones, abusos y violencias contra la mujer. Ella los rapea y en cada estrofa hay una dosis de protesta al contar su historia y la de otras personas.

“El miedo más grande que tiene el patriarcado es que se nos quite el miedo y entonces trato de hacer eso con mi música, desnudarme con mis letras, sin miedo a nada”, apunta.

Masta Quba para Malvestida

Deconstruir para una nueva era de equidad

Si la deconstrucción mediante la música mueve el engranaje del universo de Masta Quba, algo similar le ocurre a Gisselle Dessavre, la actriz que ha explorado otros medios artísticos y ha encontrado en el collage la forma ideal para hablar sobre todo lo relacionado con la lucha de las mujeres: a partir de lo roto.

Después de todo, para ella reconstruir un futuro realmente equitativo no se lograría sin la deconstrucción de las condiciones que atravesamos hoy en día como el machismo, el racismo y las actitudes patriarcales. “Desde mi arte procuro siempre reconfigurar las cosas. Así protesto”.

Con su obra, que incluye también técnicas como stop motion e incluso ya prepara un documental, hace de sus experiencias personales una catarsis colectiva. “Siempre hablo de temas que son muy personales y curiosamente mucha gente se identifica con ellos”.

Giselle Dessavre para Malvestida

Una lucha personal que puede inspirar a la colectividad entera.

Además de su actitud desenfadada, este poderoso trío de mujeres coincide firmemente en que el arte es un factor de cambio. No solo para las mujeres sino para toda una sociedad.

Andrea tiene la convicción de que retratar cuerpos diversos y exaltar su belleza puede tener un efecto de sororidad y amor como el que le da fuerza en esos altibajos. “Me he rodeado de una comunidad grande y amorosa. Es solo ese amor lo que me sostiene en los momentos difíciles”, se sincera.

Andrea B. Ivich para Malvestida

Para Masta Quba, es un proceso personal que eventualmente impacta la colectividad. “Cada persona es una gota y si nos juntáramos nos daríamos cuenta que somos un océano completo”. Lograr que la sociedad navegue en esas aguas no se logrará, defiende, sin la incomodidad constante como la que busca despertar con cada estrofa que rapea.

“Muchas personas van cambiando su forma de pensar a partir de la incomodidad, del cuestionamiento. Creo que es algo que debe ser ya de todos los días. Existen muchas violencias que nos atraviesan y mientras no cambie no me voy a casar de nombrar o incomodar”.

Masta Quba para Malvestida

El arte como catársis

Los collages de Gisselle reflejan esa misma fuerza disruptora. De alguna forma, son una analogía entre lo que le sucede a nivel personal y lo que nos debe ocurrir como sociedad: rompernos y reconfigurarnos. “Si me siento rota me gusta trabajar con mis rupturas, me gusta romper, reconfigurar y crear algo totalmente nuevo”.

¿Dónde encuentran la fortaleza para defender sus visiones? Masta confiesa que el de ella está “en la utopia de que en algún punto voy a despertar en un mundo donde todos, todas y todes quepamos agusto y libres”.

Definitivamente será un proceso largo, pero al menos con el arte de estas mexicanas, el mundo ya es un poquito más libre.

Créditos
Producción. Diana Caballero
Fotografía. Andrea Guardado
Maquillaje. Claudia Guardado
Hairstyling. Andrea Guzmán
Styling. Amy Benitez
*Aretes Andreinski y Masta Quba de Negro Neón
*Aretes de Giselle. Kleos Mx
*Top Giselle. Carolina Pérez
Arte gráfico. Andrea Guardado y Fer Oms

Por el derecho (y el placer) de perrear sola

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Perrear sola es una experiencia íntima con la música y nuestro cuerpo. Aunque la sociedad todavía lo cuestione, es un derecho que todas tenemos. No estamos solas: estamos con nosotras.

Por: Tatiana Rojas Sánchez

Hace unos días mi computador se volvió loco, más de lo que ya estaba y de la nada se abrió la carpeta que tengo como nombre ‘lo prohibido’. Cuando empecé a escribir este texto no recordaba porque había usado esas dos palabras. ¿Por qué algo que siempre me ha gustado y disfrutado hacer lo había titulado así?, me pregunté. Pero cuando empecé a ver foto por foto recordé todo lo que escondían.

Esta historia que les voy a contar no sería igual sin Tania, esa amiga que se pone la diez pa’ estar contigo donde sea y más si de la pista de baile se trata. 

Tania y yo nos conocimos en la universidad, fue amor a primera vista, su ADN estaba compuesto de perreo al 200% y nos hablábamos por medio de canciones de reggaetón old school. 

Nosotras vivíamos — y hablo en pasado porque Tania ahora mueve sus caderas desde Brasil y yo estoy en Barcelona— en una ciudad  de Colombia muy pequeña, donde todo el mundo se conoce y, por ende, todes hablan de todes. 

A Tania y a mí nos llamaban “las chicas de la noche”.  

Las chicas de la noche

Nosotras salíamos de fiesta los viernes o los sábados, pero cuando íbamos con amigues de la universidad llegábamos a la discoteca y a los cinco minutos teníamos una señal para escaparnos sin ser vistas, porque nos gustaba rumbear a las dos solas, sin nadie más. 

Ya sabíamos a lo que íbamos: a perrear. Mientras los hombres, en su mayoría, iban en grupo para “ver qué encontraban”, Tania y yo nos apropiábamos de la pista de baile. Nos gustaba estar enfrente del DJ porque creíamos que la música sonaba únicamente para nosotras, bailábamos y sudábamos juntas, movíamos nuestros culos y caderas como nos diera la gana. 

Era nuestro momento: nuestros cuerpos nos pertenecían y nos apropiábamos de esos espacios que siempre han sido territorio de hombres y, por supuesto, de mucho acoso y violencia contra nosotras. 

A veces llegaban hombres por detrás a tocarnos sin nuestro consentimiento. Más de una vez vivimos una situación agobiante por una agresión verbal o un comentario insultante, pero la enfrentábamos juntas. 

¿Eso nos hacía unas heroínas? No, pero era nuestra manera — y ha sido la de muchas— de responder aquí estamos y de aquí no nos vamos. Déjennos bailar en paz. 

Se hablaba de nosotras fuera y dentro de las discotecas y las miradas iban y venían, pero a nosotras no nos importaba. Nunca dejamos de hacerlo, ahora que lo recuerdo, en nuestro lugar seguro — el baño—  gritábamos: De nosotras podrán decir lo que quieran, menos que no sabemos perrear.  

Nos cuidábamos una a la otra. Porque ha sido, es y será siempre: a nosotras nos cuidan nuestras amigas.

https://www.instagram.com/p/CKIRNE0n1_t/

Quiero perrear sola

Cuando llegué a Barcelona en octubre de 2017, una de las cosas que más duro me dio fue eso. ¿Y ahora qué? Me gusta bailar, pero aquí no estaba Tania. Además, la fiesta es muy diferente: no empieza hasta la 12 o 1 de la mañana y a mí parecer no es tan buena y es cara. 

A eso súmenle que el miedo se apoderó de mí por todo lo que conlleva salir sola, de noche y en una ciudad que en ese momento era desconocida. Pero no iba a dejar de hacerlo, así que me preparé como si fuera a una guerra. 

Hice una investigación previa de mi zona y de los bares latinos que había cerca. Sí o sí habían cosas que tenía que tener presente. Por ejemplo, que si quería rumbear los viernes, el metro funcionaba hasta las 2 de la mañana así que debía pensar cómo y en qué me iba a devolver a la casa. 

¿Un taxi? me quedaré pobre. ¿Caminando? algo me podía pasar. ¿Espero hasta que cierren la discoteca y se haga de día? eran algunas de las preguntas que me hacía. En el caso de los sábados, era diferente, porque el metro ofrecía un servicio de 24 horas así que sabía cómo iba a ir y volver. 

Todo esto era nuevo para mí, pero no por ello iba a dejar de perrear. 

El ritual de «la previa»

La primera noche que fui a bailar a una discoteca en Barcelona la recuerdo como si fuera ayer. Uff, me empecé a arreglar como a las 10 de la noche y mi compañía fue una botella de vino rosado mientras hacía “la previa”. 

Me armé una fiesta conmigo misma para motivarme con mi playlist «Yo quiero bailar«, bautizada como tributo a de Ivy Queen, y llena de clásicos de clásicos: “Esposa mía hay algo que te quiero decir como no te lo imaginas te amo solamente a ti oh- oh- oh”. (Cántala mientras lees esto)

Antes de salir, nunca me podía faltar los labios rojos, entre más rojos mucho mejor y el pelo más despeinado de lo normal. Pero lo más importante era enviar la ubicación y los datos del lugar a mi mamá (que estaba al otro lado del mundo), porque es una regla de nuestra relación que siempre llamo antes de salir y cuando regreso. 

No importa si llego sola, acompañada, borracha, sobria o a la hora que sea. Para ella es importante saber que llegué sana y salva.

¿Con quién vienes?

Cuando llegué a la discoteca, el portero me preguntó:  

–¿Con quién vienes?

–Sola

–¿Sola? ¿O te espera un grupo adentro?

–Vengo sola, ¿hay algún problema?

–Se me hace raro que una niña como tú venga sola a una discoteca… ¿necesitas compañía?

–No necesito compañía y te tendrás que acostumbrarte a verme aquí cada fin de semana. Obvio, si la fiesta es buena, porque vendré sola.

Lo primero que hice fue ir a la barra, pedir una copa y analizar todo lo que me rodeaba. ¿Dónde está el baño? Listo, ubicado. ¿Si me siento incomoda o pasa algo cuál es la salida más cercana? Ok, la tengo. ¿Y la música? era lo más que preocupaba, ¿si no me ponen perreo a qué vine?

Necesitaba estar en mi onda. Y gracias a las diosas del reggaetón así fue. No faltaron los comentarios de algunos: ¿Por qué tan solita? ¡Qué rico me bailas! ¿Qué quieres? Yo los evitaba y seguía en mi cuento.

Mi primera salida había sido por todo lo alto, pero todavía faltaba el reto de volver a casa. Como tenía que caminar sola en una calle oscura, decidí ir por la mitad de la carretera y mirar hacia atrás y adelante. ¿Y las llaves? en la mano. 

Lo peor de todo es que esta situación no es ajena, todas lo hemos vivido, por eso cada experiencia se ha convertido en una forma de protesta y reivindicación por nuestro derecho de salir solas, volver solas y no vivir con miedo. Porque nos gustaría vivir, no sobrevivir. 

Sin perreo no hay revolución

Después vinieron muchas salidas, conocer diferentes discotecas, elegir la que más me gustaba por su música y me sentía bien. 

En el camino fui conociendo gente que se alarmaba, que pensaba que era raro que yo saliera sola de fiesta. 

¿Sola? sí ¿Por qué? me gusta. ¿No tienes amigues? Muchas. ¿No bailas con nadie? Bailo conmigo misma, respondía, pero en mi mente decía porque diablos tengo que dar explicaciones. 

En el 2018 me encontré con una frase por redes sociales que me impactó y me la apropié — creo que así lo hemos hecho muchas—: Sin perreo no hay revolución. Así que decidí enmarcarla en varias blusas porque quería usarlas cada vez que saliera. 

Las pistas de baile y las calles son nuestras

¿Qué tiene de malo perrear sola? ¿Quién dice que deberíamos ir o estar acompañadas? ¡Las pistas de baile y la calle son nuestras! Si algo tengo claro es que ninguna de nosotras debería dejar de hacer lo que le gusta. Tenemos el derecho de salir, bailar y masturbarnos solas o acompañadas. De sentirnos libres, divas y felices moviendo nuestros cuerpos. 

Bailar para nosotras, no para nadie y mucho menos para complacer el deseo de otros. Bailamos sin vergüenza, sin tabúes. Porque cuando estamos completamente bañadas de sudor, con el maquillaje corrido y con dolor de piernas, nos sentimos más poderosas. Yo me siento más mía que de nadie.

¿Y saben qué es lo mejor de todo? Que sé que este sentimiento no es único: no estoy sola, estamos acompañadas. Somos muchas las de la disco quieren bailar, hasta en la playa quieren bailar y nos encanta sandunguear

Por nada del mundo se nos pueden olvidar los lugares en que nuestros cuerpos han sido sexualizados por la mirada masculina, porque ese lugar es nuestro: nos pertenece. Tania no está sola, yo no estoy sola, tú no estás sola. Estamos todas: ¡Mujeres, bailen! 

Qué es la gestión menstrual y por qué va más allá de la higiene

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Te decimos qué es la gestión menstrual, por qué se habla de ella el 28 de mayo y las leyes que se están impulsando en México.

El 28 de mayo se conmemora el Día de la Higiene Menstrual, una fecha elegida porque mayo es el quinto mes del año, y la menstruación dura en promedio 5 días cada mes, además de que los ciclos son de generalmente 28 días.

El día se conmemoró por primera vez en 2013, como iniciativa de la organización alemana WASH United, pero ahora ya es una fecha internacional, que es avalada por la ONU como un momento para hablar de educación, estigmas, acceso a agua e insumos y otros temas clave alrededor de la sangre menstrual.

¿Higiene menstrual o gestión menstrual?

Por eso, aunque en el nombre lleve la palabra higiene, realmente estamos hablando de gestión menstrual, como señala la organización mexicana Menstruación Digna:

“Consideramos que la menstruación debe ser entendida como un proceso amplio, no únicamente relacionado con la salud. La gestión hace referencia a las cuestiones estructurales, sociales, culturales, psicológicas, entre otras, que implica la menstruación”.  

La higiene se refiere a la limpieza, mientras que la gestión no asume que la sangre es sucia y habla de cómo manejamos o vivimos con esa sangre desde diferentes aspectos. Y justo ahí es donde entran las políticas públicas, creencias sociales, etc.

Por su parte, en el trabajo académico “La menstruación como política pública: Un estudio exploratorio de proyectos legislativos sobre gestión menstrual en Argentina”, las autoras Ludmila Azcue y Luciana Patiño Aráoz definen a la gestión menstrual como “las tecnologías desarrolladas para dar sentido a los modos sociales de menstruar, vivenciar, pensar, sentir y hablar de la menstruación”.

Dentro de los productos de gestión menstrual están, claro, las toallas desechables, las de tela, los tampones, las copas, la ropa interior absorbente, etc. Y también los medicamentos analgésicos, los tratamientos hormonales para regular el ciclo, etc. 

No solo son los productos…

Este término también toma en cuenta que los productos que se usan necesitan de otras condiciones: desde la educación sobre el cuerpo para saber que un tampón o una copa no te “quitan la virginidad”, hasta el acceso a agua limpia para lavarnos al cambiar el producto que se utilice o un lugar para desechar la sangre. Y, claro, está la parte más social y psicológica de que las mujeres y las niñas no se sientan inseguras o avergonzadas en los días en los que sangran.

Gestionar la menstruación tiene muchas aristas y va más allá de un pasillo de supermercado lleno de toallas y tampones de diferentes tamaños.

https://www.instagram.com/p/CPazyBdjneV/

Menstruación Digna

México no es el único país que ha luchado por la menstruación digna en forma de leyes y políticas públicas que tomen en cuenta todo el contexto en el que menstruamos.  En Argentina también se usa este término para impulsar leyes y en Colombia ya se eliminó el IVA a tampones y toallas desechables, pero no a copas. 

En nuestro país, Michoacán aprobó en marzo una ley que garantiza que las niñas y otras personas que menstrúan tendrán acceso, en sus centros escolares, a toallas, tampones, copas y otros productos.

A nivel federal, ya se discutió la Ley de Menstruación Digna en la Cámara de Diputados pero falta que se apruebe en la de Senadores. Además de la gratuidad para estudiantes y otros grupos vulnerables, busca educación, tasa 0 de impuestos a productos de gestión menstrual y la generación de datos para saber más sobre el tema. Aquí puedes leer más sobre las propuestas de la organización Menstruación Digna.

De herencias, pandemias y otros pesares: por qué necesitas un testamento

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Te decimos por qué necesitas un testamento y cómo puedes navegar las dificultades prácticas, económicas y emocionales que trae la muerte de una persona cercana.

Por: Ana Cinthya Uribe

Entre los muchos fantasmas que ha despertado la pandemia en México, quizá uno de los que se quedarán durante mucho tiempo en los pasillos de los juzgados y las casas familiares es el de las personas que murieron intestadas.

Incluso en un país como el nuestro, en donde la muerte es un tema dolorosamente común, la multiplicación de fallecimientos a causa de las infecciones por Covid-19 han puesto más presión que nunca en la necesidad de saber qué queremos que pase con lo que dejamos atrás. 

Según Armando Prado, presidente del Colegio Nacional del Notariado Mexicano, un 90% de las personas que han fallecido durante la pandemia no dejó testamento. La mitad de esos acabará en tribunales en un juicio que se puede extender por años y llevarse además de mucho dinero y varios árboles en hojas impresas, posiblemente también la paz de muchos de los involucrados.

Por qué necesitas un testamento… aunque sea tabú

En las familias mexicanas hablar de herencias y testamentos es generalmente un tabú y tiene tintes de película dramática. Como parte del mito cinematográfico, imaginamos que el testamento es algo que se hace en el lecho de muerte o vale que alguien diga “su última voluntad”. 

Sin embargo, la ley es mucho más mundana que eso. Solo son válidos los testamentos registrados ante notarios, en parte para evitar coerciones a las personas en los últimos momentos de la vida. 

El proceso no es necesariamente difícil, pero para mucha gente es engorroso y caro. Las normas no son las mismas en todo el país, pero siempre hay que ir a un notario, llevando por lo menos un testigo. Los costos también varían, pero fluctúan entre los 1500 y los 2500 pesos como mínimo. 

Desde hace años, el gobierno federal ha impulsado la celebración del mes del testamento, en septiembre, haciendo campañas de información y promociones en las notarías. Entre otras cosas, buscan romper las ideas preconcebidas. Hacer un testamento en México no (necesariamente) de hacer una lista de bienes y decidir a quién le tocan, sino también de elegir quién va a ejecutar el testamento y decir sobre los temas pendientes, por ejemplo, las deudas. 

Con o sin testamento, todos los bienes de una persona que muere van, en principio, a pagar a sus deudas privadas o públicas (con Hacienda) y sólo después de que eso esté saldado comienzan “las reparticiones”. 

En estados como Veracruz, Durango, Estado de México e Hidalgo, la pandemia ha reabierto viejos debates sobre cómo y cuándo debería hacerse un testamento, y si el gobierno puede flexibilizar las condiciones actuales para disminuir la carga posterior en los juzgados.

La herencia emocional

Y además de la parte práctica, está la emocional. Platiqué con la psicoterapeuta Leticia Sánchez-Gay, quien me contó:

“Tenemos un problema cultural de lo que significa hacer un testamento, porque tenemos que reconocer que nos vamos a morir. Nos gusta hacer calaveras y reírnos de la muerte en lo abstracto, pero hacer un testamento confronta porque implica reconocer que nuestra vida es finita”.

“Cuando en las familias, o en las parejas, alguien comienza a hablar de hacer un testamento la gente se ofende. Es un tema muy delicado porque por miedo, prefieren no hablar del tema. El tú no te vas a morir al final no le sirve a nadie”, me explica Leticia. 

Las herencias y la familia

En esa compleja mitología alrededor de la muerte, existe la idea lejana de que en algunos casos puede venir con una bendición “escondida”. Que la llegada de una herencia puede resolver todos tus problemas… como si fuera una lotería. 

Pero igual que con la lotería, recibir mucho dinero de golpe puede tener resultados mixtos. Bertha, me dice: “yo conozco a alguien que se gastó el dinero entre viajes millonarios, y negocios fallidos porque no quería volver a trabajar en su vida, y pues nada, se acabó el dinero y volvió al mundo real y trabaja de nuevo”. 

Esa historia de mínimo desastre me recordó inefablemente a las fábulas infantiles en las que ninguna acción pierde su consecuencia. Pero la gran mayoría de las narraciones sobre herencias y testamentos que he escuchado son más bien como para guión de telenovela, miniserie on demand o cuento de terror en plan herencia maldita

Relaciones que se rompen

Cuando yo tenía diez años, por ejemplo, me llevaron a conocer a la única hermana de mi abuela materna… con la que tenía ¡30 años! peleándose en juzgados por la herencia de su madre. Finalmente el juzgado decidió, se repartieron un terreno en el centro de la ciudad y volvieron, cautelosamente, a intentar reparar una relación que estaba rota desde hacía décadas. 

Aún después de eso, no he visto a nadie de mi familia correr a hacer un testamento. Al revés: mi experiencia me dice que incluso con testamento o decisiones notariales todo se puede torcer. La casa de mi abuela paterna fue vaciada y puesta a la venta sin que prácticamente ninguno de los 26 nietos y nietas que somos pudiera despedirse de lo que fue uno de los puntos de referencia de nuestra infancia. Yo creía que eso nunca podía pasar en mi familia. 

Saber vivir los duelos

“Hay una fantasía muy mexicana de que la familia es invencible y no le va a pasar nada”, dice Leticia. “Se cree aquello de que ustedes lo van a resolver de alguna forma aunque nosotros ya no estemos. Pero eso no siempre es así”. 

Para Leticia, uno de los problemas es que no queremos pasar por el duelo:

“Casi todo lo que hablamos sobre el duelo es falso. Todo ese asunto de que se murió y ya está en el cielo, entonces como está en el cielo, yo no tengo porque estar triste es un problema, sobre todo por la noción de que si el que se queda llora, no lo va a dejar descansar. Se prohíbe el duelo y entonces el duelo se escapa por donde puede. Y una de las formas más comunes es que se escape a través de lo que pasa con los bienes de los que se fueron”.

No necesariamente se trata de qué o cuánto haya quedado, sino el valor sentimental. “Cuando alguien se va, se entiende que lo que yo pueda reclamar tiene un valor que está relacionado con quien fui yo para esa persona en primera instancia, y en qué importancia tengo yo en esta familia para decir: yo lo quiero. A mí denme esto.” 

Leticia me cuenta sobre su propia historia, donde ella es la albacea de un testamento que dejó su madre- No tuvieron problemas para repartirse los bienes materiales, pero los objetos personales de sus padres (el barco que había hecho el padre, los aretes de la madre, el álbum de fotos) todavía siguen sin destino fijo porque nadie siente que los merece más que los demás.

En algunas familias, me dice Leticia, “quizás más lastimadas, se pelean ferozmente por lo que los padres les deben”. 

Las familias no se dividen mágicamente obra y gracia de un testamento o la falta de él, sino que se exacerban las dinámicas que ya existían… y hay que recordar que una de las etapas del duelo es el enojo. 

Imagen. Suhyeon Choi en Unsplash

Las mujeres, las herencias y los testamentos

Muchas de las historias de las que escribo en este texto tienen que ver con herencias en familias, entre padres e hijos. Pero la falta de una decisión también deja aún más desamparadas a parejas de hecho o incluso a compañeros de vida sin relación sentimental. 

En esos casos, aún más que en otros, es fundamental hacer un testamento: no sólo para decidir sobre lo que se queda, sino sobre las deudas, las responsabilidades e incluso para dejar claramente indicado quién puede tener la última palabra en decisiones médicas cuando la persona en cuestión ya no puede tomarlas. 

Es interesante cómo, según un reporte del estado de Tlaxcala, son muchas más las mujeres que en los últimos años deciden hacer testamentos. Es quizá un momento de empoderamiento o la toma de responsabilidad en la que la cultura juega un papel muy importante.

Durante años (y aún hoy) muchas mujeres no son tomadas en cuenta en el juego testamentario. Tradicionalmente no eran ellas las que recibían las tierras o los negocios de la familia, ni se convertían en albaceas, ya no de sus padres, ni siquiera de sus esposos. 

En la sucesión se les negaba su posibilidad de ejercer su poder financiero, pero se les cargaba con las responsabilidades: mientras los varones recibían las herencias monetarias, las hijas recibían las herencias de los cuidados.

Puedes decir que no

Ante la muerte de un ser querido, finalmente, los deudos también pueden decidir con qué quieren quedarse

Leticia Sánchez-Gay me cuenta que, además de lo que se pone en los testamentos, al final quedan responsabilidades, culpas, que también se heredan. Y la mayoría de estas cargas acaban en las mujeres.

“Todas las culpas que tienen que ver con lo que alguien se atrevió a hacer… En la dinámica familiar, cuando algo se niega al mismo tiempo se afirma, porque al decirse existe”. 

Y así como una puede negarse a ser el albacea y encabezar la discusión familiar, también puede no aceptar las etiquetas, las cargas: esa herencia que está muy lejos de cualquier cuento. 

Saber que eso es una posibilidad, que una puede romper los ciclos ya sea no aceptando las cargas o decidiendo previamente a la propia muerte, puede ser también una liberación. Otro tipo de final feliz.

La razón de mi intensidad: te cuento qué significa ser una Persona Altamente Sensible

Si eres una Persona Altamente Sensible (PAS) quizá no lo sepas, aunque representan entre el 15 y el 20% de la población. Te cuento cómo descubrir que yo soy una de ellas me cambió la vida.

Por: Eileen Rada

¿Alguna vez te has cuestionado tu manera de sentir? Yo sí. Siempre lo hago. O, bueno, al menos lo hice muchísimo durante mis primeros 27 años de vida. No importa si se trata de una emoción de alegría o de tristeza, puedo llegar a sentir tan intensamente que, a veces, creo que este cuerpecito de 59 kilos no podrá con tanta carga. 

A causa de sentir tanto y no saber qué hacer con ello, hace un par de años sufrí una intensa depresión. La enfermedad invisible se escondió tras mi sonrisa y me llevó a conocer mis partes más oscuras: mis miedos, mis inseguridades, mi fragilidad. Conté con ayuda de especialistas para salir del gran hoyo en el cual casi me ahogué y, por fortuna, sigo aquí para contarlo.

Qué son las Personas Altamente Sensibles (PAS)

Mientras me recuperaba, llegaron a mí dos nombres que me ayudaron a entenderme: el de la psicóloga estadounidense Elaine Aron y el de la coach holandesa Karina Zegers de Beijl

Ambas autoras han dedicado gran parte de su vida a estudiar y publicar información sobre las Personas Altamente Sensibles (PAS), un rasgo con el que cuentan del 15 al 20% de la población mundial, según Aron.

Decidí comenzar a leerlas y, de inmediato, muchas piezas del rompecabezas de mi vida comenzaron a encajar. 

4 rasgos de las PAS

Una Persona Altamente Sensible puede ser identificada, según Aron, a partir de estos cuatro pilares:

  1. Tiene una fuerte tendencia a procesar toda la información recibida de forma muy profunda. Una idea suele darle vueltas en la cabeza sin cesar.
  1. Experimenta una fuerte emocionalidad y empatía. Su alma puede ser tocada con facilidad por la belleza, pero también por la tristeza o la impotencia.
  1. Se siente saturada con facilidad cuando recibe mucha información sensorial y emocional.
  1. Tiene una gran sensibilidad. Puede percibir pequeñas sutilezas en su entorno o en el estado emocional de las personas con las que interactúa


Otras posibles características de las Personas Altamente Sensibles

Estas características que enlista Aron, autora de Las Personas Altamente Sensibles (1996), no son las únicas.  Karina Zegers de Beijl, basándose en el trabajo de Aron, encontró otras características que pueden (o no) ser experimentadas por las PAS y las publicó en su libro Personas Altamente Sensibles (2006):

  • Sentir gran influencia por el estado de ánimo ajeno. Este rasgo nos hace permeables ante la alegría o el dolor de los demás seres.
  • Tener dificultad para manejar un exceso de información sensorial. Es decir, nuestro cerebro es como una especie de esponja que se satura con facilidad, por lo que se hace necesario tomar pausas para vaciarnos de tantos estímulos.
  • Asustarse con facilidad. Desde una mirada inesperada hasta un gesto de alguien puede ser un detonante para pegar un brinco… ¡Y es horrible!
  • Agobiarse cuando hay mucho que hacer en poco tiempo. ¡A mí me pasa un montón! Necesito tiempo para hacer las cosas con calma y con mucho detenimiento, así que lo multitasking no se me da bien. 
  • Sentir la necesidad de caer bien. Es un rasgo de cuidado, porque si la necesidad de agradar nos sobrepasa podemos desgastar nuestra energía solo por querer gustarle al resto del mundo… Y, pues, ¡eso es imposible!
  • No saber poner límites. Esta característica está estrechamente relacionada a la anterior. Cuando queremos que todos y todas nos amen, no desvivimos por cualquier ser que consideremos especial… Pero, ¡ey!, eso comienza a cambiar cuando establecemos cuáles son nuestras necesidades y prioridades.
  • Sentirse afectado por la violencia en la pantalla. ¿Ver una película de terror, mucha acción o sangre? ¡No, gracias! ¡Y qué decir de las malas noticias reales! Así que, como imaginarás, los informativos de TV no son nuestros favoritos… ¡Y menos en estos tiempos pandémicos!
  • Tener dificultad para tomar decisiones. ¿Ser o no ser? ¿Hacer o no hacer? ¡Ni te cuento! Ante el caudal de información que corre por nuestro cerebro, es normal que sintamos confusión o angustia al tener que elegir entre distintas posibilidades. 
  • Sentir miedo. Aunque las PAS solemos tener mucha intuición, el miedo a lo desconocido puede apagar esa virtud y, sin querer, nos frenamos antes de actuar.
  • Sentirse afectado por los cambios. Esta característica está muy relacionada con el miedo, y ocurre porque cualquier cosa que nos saque de la rutina nos produce estrés. 

¿Por qué es importante saber sobre las Personas Altamente sensibles?

Enterarme de que soy una Persona Altamente Sensible marcó un antes y un después en mi vida, y te diré por qué: al ponerle nombre y apellido a lo que siento, dejé de temerle tanto y comencé a entenderme más. 

Por ejemplo, aprendí que ser PAS no es una enfermedad o trastorno, solo una característica, que no me hace más frágil pero tampoco más capaz. O sea, no soy mejor que otras personas, pero sí le puedo sacar provecho.

También entendí que debo darme más tiempo para escuchar a mis emociones y así establecer límites sanos que cuiden de mi salud mental. Me doy a mí misma la empatía que siento hacia las demás personas y busco ayuda para manejar lo que siento cuando lo necesito. 

Si sentiste que esta información movió algo dentro de ti, o si conoces a alguien que sospechas que pueda ser una Persona Altamente Sensible, puedes echarle un vistazo a este test desarrollado por Elaine Aron para descubrir si eres PAS. 

“Sobre los muertos no se negocia”: estrategias del feminismo comunitario para el Paro Nacional en Colombia

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La activista Adriana Guzmán da algunos consejos para el paro nacional en Colombia desde su experiencia en Bolivia, con los principios del feminismo comunitario.

Colombia lleva ya casi un mes en Paro Nacional, una protesta que inició por la indignación ante una reforma tributaria que afectaría en su gran mayoría a las clases bajas y medias de la población.

Sin embargo, debemos comprender que la situación que hoy se vive en este país no se debe únicamente a un asunto tributario. Las personas colombianas estamos sumamente cansadas de la administración del presidente Iván Duque, del incumplimiento de los acuerdos de paz, de las desapariciones, de los asesinatos a líderes sociales, del desplazamiento forzado y del completo irrespeto a la dignidad y la vida.

Duque, en lugar de abrir un espacio de diálogo con los estudiantes, con las madres de los desaparecidos y asesinados, con la Minga indígena y la población afro, ha enviado batallones de guerra, helicópteros, ametralladoras, gases y tanquetas. Su respuesta no ha sido otra sino el uso excesivo e indiscriminado de la fuerza.

Según el reporte de Temblores ONG, organización que en el marco del Paro Nacional se encarga del registro y actualización de casos de violencia policial, hasta el 25 de mayo se registraban más de 3000 vícitmas de represión policial, entre ellas 43 de violencia homicida, más 1300 detenciones arbitrarias, 955 víctimas de violencia física por parte de la policía y 22 víctimas de violencia sexual.

https://twitter.com/TembloresOng/status/1397351552629813255

7 consejos del feminismo comunitario ante el Paro Nacional de Colombia

En este contexto, la violencia sexual hacia las mujeres aparece no sólo como una manera de agresión individualizada, sino también como una herramienta que pretende romper la resistencia comunitaria, sembrar miedo y, por lo tanto, fragmentar la organización en las calles.

Tuve la oportunidad de platicar con Adriana Guzmán, mujer aymara, activista, conocida por representar la corriente del feminismo comunitario y antipatriarcal, en una transmisión en vivo organizada por Clash Media un medio independiente colombiano que le apuesta a un periodismo alternativo, crítico, autónomo, que se distancia de las formas tradicionales en las que las cadenas televisivas y los periódicos registran y documentan los hechos.

Ella compartió algunas estrategias de resistencia para el Paro Nacional de Colombia, desde su experiencia en la movilización de la Masacre del Gas de 2003, que dejó a más de 60 muertos y cientos de heridos, y el Golpe de Estado en Bolivia de 2019.

https://www.youtube.com/watch?v=fF_w10j-MeM&ab_channel=ValeriaAngola

Documentar y registrar 

Adriana comenta que es necesario que la organización del Paro produzca sus propios datos. Documentar y registrar nuestras propias cifras es imprescindible para luchar contra la desinformación que genera la hegemonía de los medios tradicionales de comunicación:

“No se puede confiar en los medios, ellos van a decir la mitad de las cosas o a las van a decir al revés”.

Difundir que hay una masacre 

Reportear de forma permanente para romper el cerco mediático: circular la información hacia fuera para presionar a las organizaciones internacionales y exigirle a los medios alternativos que documenten de manera sistemática todo lo que ocurre en el Paro. 

Adriana propone hacer una lista de medios confiables: cadenas radiales, podcasts, cuentas de Twitter, Facebook e Instagram, para distribuirla a los medios internacionales. Así mismo, es muy importante, almacenar en un lugar seguro, fuera de la internet, el material recabado.

Cuidado del cuerpo

El cuidado de todas las personas que participan en las manifestaciones es fundamental. Utilizar guantes, por ejemplo, para agarrar los gases que lanza la policía es una forma de cuidado colectivo. 

Poder reconocer en qué circunstancias podemos poner en riesgo la integridad física es cuidar del cuerpo colectivo: “Los compañeros, por el machismo, a veces piensan que las balas no los matan. No necesitamos compañeros héroes, necesitamos compañeros vivos”, dice Adriana. 

Sobre los muertos no se negocia

Ante el fascismo no se puede negociar, no se le puede creer a Duque. Se necesita exigir su renuncia expedita.

Mantener la resistencia con paciencia y con rabia

Para sostener un Paro se necesita organización. Adriana comenta que en la Masacre de los Gases en 2003, los manifestantes estuvieron organizados durante 31 días, en los cuales lo principal fue resolver la circulación de los alimentos:

“Fueron días cansados. Sin embargo, estaba presente la esperanza de construir un nuevo país… Es cansado, pero lo que deberia habernos cansado más no es el Paro, sino el robo y genocidio sistematico, de eso hay que estar cansadas”.

Responsabilidad política

Es responsabilidad de todas las organizaciones sociales y políticas manifestarse ante la masacre que está viviendo Colombia. 

Se necesita acuerpar, acompañar, denunciar y difundir. Alimentar la fuerza y la rabia, llamar la atención de los organismos internacionales de derechos humanos.

Mingas sociales

Construir minga, es decir, espacios de resistencia desde el lugar que cada quien habite. Formar redes de circulación de alimentos, de cuidados, de información, discusión y debate. Cuanto más fuerte sea la organización, más difícil será la masacre.

Donaciones a Colombia desde el extranjero 

Si te interesa apoyar el Paro Nacional y te encuentras fuera de Colombia, estas organizaciones reciben donaciones:

Juntanza Espontánea: https://www.paypal.com/paypalme/juntanzaespontanea

Primera Línea en Cali: https://www.paypal.com/paypalme/medicenrivera

Derechos Humanos en Bogotá: https://www.paypal.com/paypalme/julianurr

Atención prehospitalaria Medellín: https://www.paypal.com/paypalme/tcg1024

Movimiento Buenaventura Resiste: https://vaki.co/es/vaki/Intervenirytransformar?skip=true#summary

La superluna de sangre de mayo 2021: una oportunidad para el cambio

¿Estás lista para la superluna de sangre de este mayo de 2021? Te contamos qué significa y cómo puedes prepararte para darle espacio al cambio y la transformación en tu vida.

Este 26 de mayo viene un evento astronómico muy poco común: una superluna que también será luna roja y el primer eclipse de 2021. Esto significa mucha energía, así que aquí te contamos un poquito más.

Empecemos por el principio, ¿qué es una superluna?

Le decimos superluna a esas ocasiones en las que, por la órbita de nuestro satélite, coincide la luna llena con el momento en el que está más cerca de la Tierra, lo que en astronomía se llama perigeo. 

En esas ocasiones, podemos ver a la luna gigantesca e incluso más brillante de lo normal. También puede suceder que las mareas sean más altas, aunque es un mito que las superlunas generen desastres naturales.

Y, ¿qué es una luna roja o luna de sangre?

Se llama así a los eclipses lunares, en los que la superficie de la luna se ve ensombrecida por la Tierra, lo que le da un tinte rojo.

La duración de esta sombra depende de varias cosas, desde la órbita de la luna hasta el lugar geográfico desde el cual observamos el eclipse.

Esta superluna de sangre de mayo de 2021 será un eclipse total (toda la superficie del satélite se oscurecerá) que durará unos 15 minutos, pero lo que sucede cuando se va oscureciendo y cuando de nuevo se aclara la superficie dura alrededor de 3 horas en total.

En México y otros lugares de Norteamérica, el eclipse se verá en la madrugada del 26 de mayo. No podremos verlo completo, pero sí comenzará a ser visible alrededor de las 3:45 de la mañana. A las 6:10, el cielo se tornará rojizo, así que vale la pena despertarse temprano para verlo.

Este será el único eclipse total de luna del año, pero en junio tendremos uno parcial. En junio hay uno parcial de sol y en diciembre uno total solar, que se podrá ver solo en pocas partes del mundo. 

¿Qué dice la astrología?

Para la astrología, los eclipses son momentos de grandes cambios, tanto a nivel individual como colectivo. Además, esta será una luna llena de primavera, que también se llama luna de flores. 

O sea que todo apunta a un momento para crecer, florecer, encontrar nuestro camino y recoger los frutos de nuestro trabajo.

Nuestra querida Alquimila de Venus, experta en tarot terapéutico y lectora de oráculo, nos cuenta que también veremos nuestras emociones muy movidas e incluso desbordadas.

Qué hacer para darle la bienvenida al eclipse

Alquimila nos recomienda reflexionar acerca de las cosas que ya no queremos en nuestra vida (hábitos, relaciones, etc.) para poderles decir adiós. Es un gran momento para soltar lo que ya nos nos sirve y cerrar ciclos.

También nos dice que tengamos mucha paciencia y empatía con nosotras mismas, porque puede que sintamos cansancio o hasta tristeza.

Qué es mejor NO hacer

Por lo general, la luna llena es el momento para cargar nuestras piedras y cuarzos o hacer agua de luna, un agua cargada con la energía lunar. Sin embargo, por el eclipse es mejor evitarlo en esta ocasión. Alquimila de Venus tampoco recomienda hacer rituales de manifestación.

Así que ya sabes, estos son buenos días para meditar, escribir en nuestro diario y mirar hacia lo que necesitamos y lo que podemos dejar ir.

La lengua de mi abuelita es mi casa

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Mi abuelita habla nawatl y yo no lo sabía. Así fue como me enteré y traté de reconectar con ella y aprender su lengua materna.

Por: Ana León Sánchez

Mi abuelita tiene un nombre hermoso: Fausta. ¿Habías escuchado ese nombre? Cada vez que escucho su nombre la imagino sentada en su balancín en la entrada de su casa. Ese es uno de sus lugares preferidos porque “desde aquí veo todo”. Ella es nieta de Ma. E. y de Ma., también lo es de Pe. y de Eu. Es hija de Ig. y de Mi. Fue compañera de Fi., es mamá de Be. y abuelita de An.

Hace seis años escuché a mi abuelita hablar en otra lengua por primera vez. El 1 de enero de 2015 me levanté con dolor de cabeza. Fui a la cocina y ahí estaba mi abuelita con una amiga: ellas hablaban, pero yo no entendía nada. Lo primero que pensé es que tenía tan baja la presión que no podía escuchar. 

Fui con mamá a que me diera una pastilla porque realmente me sentía muy mal por el dolor de cabeza y le conté que no entendí lo que escuché. Mamá se rió y me dijo “es que tu abuela está hablando nawatl”. ¿Mi abuela está hablando nawatl?

En ese entonces tenía 20 años, durante los cuales nunca había escuchado a mi abuelita hablar un idioma distinto al español, ni nadie en mi familia había mencionado que ella hablara en otra lengua. Entonces me pregunté por qué no sabía eso de ella, aunque es una de las personas que más amo. 

La verdad es que algunas otras personas sí sabían: sus hijas e hijos y algunos nietos. Sin embargo, ninguno (las dos hijas, los cuatro hijos, las diez nietas ni los once nietos) sabe hablar nawatl. 

Recuperar una lengua (y una historia)

A partir de ese 1 de enero comencé a hacer diversas preguntas. Al principio pensaba que a mi familia le daban igual mis preguntas, pero con el tiempo entendí que era un tema que preferían no hablar por muchísimas razones. Me di cuenta que no era sólo que mi abuelita hablara otra lengua: el nawatl es su lengua materna.

Por un tiempo mis preguntas se centraron en cómo decir ciertas palabras, ya que comprendí que era la manera más cuidadosa para comenzar a hablar sobre las historias familiares en torno a la lengua materna de mi abuelita. 

Sé muy pocas palabras en nawatl, pero cada vez aprendo más, debido a las clases con el profesor Victoriano en Rutas Compartidas y, por supuesto, gracias a la paciencia, clases y charlas con mi abuelita. 

Lo primero que aprendí a decir fue una frase que ella me repetía una y otra vez. Cada vez que la pronuncio siento a mi abuelita bien cerquita. Y agradezco que me haya compartido esas palabras que, seguramente, aprendió con gente a la que también quería. Es como un mensaje de cariño que, pese a todo —es decir, frente al racismo histórico—, ha logrado ser transmitido. 

Con las charlas me compartió que su papá, Mi, fue quien le enseñó a hablar nawatl. “A mí siempre me gustó hablar con mi apá”, me dijo un día. Me gusta cuando me habla de mi bisabuelo y de mi bisabuela porque en esas historias me está dejando conocerla un poco más. Me está permitiendo conocerme a mí misma.  

Habitando las casas de nuestras abuelas y nuestros abuelos

Hay preguntas que de solo pensarlas se me hace un nudo en la garganta (¿qué vivió mi abuela para solo hablar español con sus hijas, hijos, nietos y nietas?). Otras que tomaron su tiempo para ser contestadas (¿qué vivieron sus hijas e hijos?). Y, por supuesto, aquellas que provocan lágrimas por los dolores vividos, pero también heredados (¿entonces la gente decía que el nawatl era…?)  Pero también hay aquellas preguntas que a una le recuerdan que no todo es dolor (abuelita, ¿y cómo puedo decir que usted es una mujer maravillosa en nawalt?).

Mi abuelita no dejó de hablar su lengua materna: aunque sus interlocutores ya no eran personas de su familia, ella seguía hablando con sus amigas, comadres y compadres, con personas que la visitan en  su casa. 

Con todo el racismo a su alrededor —en la televisión, en la escuela, en la plaza y en la propia familia—, ella sigue hablando nawatl. No lo hace en todos los lugares, ni con todas las personas, pero logró construir espacios en los que su voz fuera realmente escuchada. 

Abrir una puerta

Si todo este tiempo ella había habitado en dos lenguas, ¿por qué yo sólo había habitado una? Con el tiempo comprendí que esa casa siempre estuvo frente a mí, frente a nosotras y nosotros, pero por muchas razones habíamos preferido cerrar la puerta. 

Con mucho dolor reconocí esas veces en la que la puerta fue azotada e, incluso, hubo un intento por ocultarla ante los demás. Y, aun así, en distintos momentos mi abuelita sentada en su balancín nos seguía invitando a pasar a su casa para estar con ella. Lamento haber tardado tantos años en aceptar esa invitación.  

Más aún, en reconocer que la invitación no sólo era para pasar a su casa, sino para ser habitada por nosotras y nosotros: por mi mamá, mis tíos, mis primos y primas, por mí… Sueño que hablo con mi abuelita, que estamos en la casa y que ella me habla en voz alta y yo la entiendo; todas y todos hablamos.

Y si bien algunas personas siguen tratando de ocultar la puerta, hay otras que estamos aprendiendo a habitar las casas de nuestras abuelas y  nuestros abuelos. Aquí estamos anhelando que no sea demasiado tarde.

Pasteles con mensaje social: dilo con betún y azúcar

Ya es común ver pasteles con mensaje social en nuestro feed de Instagram. Te contamos un poco de cuándo surgió esta tendencia y por qué se ha vuelto tan popular.

Seguro ya notaste que los pasteles ya no dicen solo “feliz cumpleaños” ni se decoran únicamente con personajes infantiles. Desde hace unos años, también son una forma de protesta social y feministaa, con una yuxtaposición súper interesante entre mensajes políticos y lo tradicionalmente femenino de la repostería.

Esto no sería posible tampoco sin las redes sociales y especialmente sin Instagram, donde las propuestas estéticamente impecables pero con mensaje suelen tener mucho éxito, y tampoco sin una nueva generación que sabe resumir mensajes complejos en frases e ideas que caben en un pastel.

Los inicios de la tendencia

No sabemos exactamente quién empezó, pero una de las cuentas de Instagram que pueden ser llamadas pioneras de esto de los postres con mensaje es Protest Cakes, creada por Tess Marie Wilson y Leah Martha Rosenberg en 2017, en plena presidencia de Trump.

Sus pasteles se centraron en Trump y en los movimientos sociales a los que su liderazgo estaba oprimiendo, como derechos de las personas trans y supremacía blanca. Después de 2017, Tess continuó sola la cuenta, apoyando primero a Bernie Sanders y después a Joe Biden y Kamala Harris. 

Pero quizá la más icónica es The Sweet Feminist, creada por Becca Rea-Holloway en 2018. Ella plasma mensajes de autoestima, como “you’re doing great” (lo estás haciendo bien); otros del día a día de las mujeres, como “I want to feel safe walking home alone” (quiero sentirme sola cuando camino sola a casa) y otros de temas mucho más complejos, como la abolición de las cárceles y la policía.

Becca también ha luchado porque su trabajo se vea como arte. Por ejemplo, en 2019, Miley Cyrus hizo una campaña a beneficio Planned Parenthood en la que usó un pastel idéntico a otro que había aparecido antes en The Sweet Feminist. Becca lo denunció como plagio, ya que no recibió compensación ni crédito por su idea.

Este episodio nos recuerda que todavía no consideramos trabajo creativo lo que hacen las mujeres con sus manos y cómo comunican sus ideas. 

También hay en español

La tendencia no se da solo en cuentas estadounidenses y en inglés. En México, nuestros amigues de Cuarentena Baking empezaron a hacer pasteles con la leyenda «Pinche Covid», que quizá no es un mensaje político pero sí muy popular y que nos llega mucho al corazón.

Desde entonces, crearon algunos con mensajes que vemos en marchas feministas, como el hermoso «me cuidan mis amigas» o «libres, no valientes».

En Argentina, nuestra querida Luna Rey Cano hace arte en muchos medios, incluyendo la fotografía, el collage y los pasteles.

Ella nos contó en diciembre de 2020 que comenzó hace unos años, solo como una broma con sus amigas, pero poco a poco se hicieron algo más serio y ahora son para ella “un collage comestible”.

Volvimos a platicar con ella para que nos dijera por qué cree que tienen tanto éxito los pasteles con mensaje social y nos dijo:

“Creo que las mismas son muy populares porque son novedosas. Pero también tienen algo muy especial y poderoso que no suele suceder con otras cosas: y es que al pastel lo hemos sacado de la intimidad, de su zona de festejo, y los hemos convertido en arte accesible para todes, un arte que es fácil de replicar y también una hermosa forma de transmitir mensajes”.

Y sí, justo nos parece que es una hermosa mezcla de lo íntimo con lo político, del machismo tradicional que dice frases como “las mujeres en la cocina”, a un activismo que reconoce que lo dulce puede ir con lo complejo y que cocinarle a quienes amamos incluye también luchar por lo que queremos. 

Clean beauty y cosmética orgánica. Esto es lo que debes saber

¿Qué significa exactamente el término clean beauty? Buenísima pregunta. Te contamos por qué la respuesta no es tan sencilla y por qué «los químicos» no son el enemigo.

Por: Ximena Navarro E.

Cuando por fin tenía mi rubor predilecto, mi rojo favorito o mi base de diario, no quería cambiarlos por nada. El problema fue cuando comencé a escuchar sobre los parabenos, las siliconas y demás términos que no me quedaban del todo claros.

Sólo sabía que, de acuerdo con algunos foros en línea o vídeos en YouTube, esos ingredientes eran “malos”, “peligrosos” y debía de cambiarlos, “si de verdad me importaba mi salud”. 

Me sentí tan confundida como cuando salía de mi clase de química en la prepa. ¿Te ha pasado? 

De seguro si has buscado alternativas ecológicas para contaminar menos, has vivido una experiencia similar. Para evitar mayores confusiones, escribí una guía de cómo hacer compras informadas, sin sacrificar nuestra salud.

La “quimiofobia” o miedo a los químicos

En definitiva, el internet ha cambiado por completo la relación que tenemos con nuestros cosméticos. Por un lado, toda la información que tenemos disponible nos ha hecho consumir de manera más inteligente. Pero por otro, esa enorme cantidad de información puede resultar abrumadora y confusa.

Justo esa confusión ha motivado uno de los rumores más extendidos entre la beauty community: “hay que evitar productos con muchos químicos” o declaraciones similares. No obstante, ese tipo de ideas no son muy certeras. A esto se le ha llamado quimiofobia, como explica la biotecnóloga Diana Victoria Ramos en este Reel de Instagram.

Para empezar, todo es un químico: el agua que bebemos, el oxígeno que respiramos… Es imposible evitar “químicos” en nuestros productos de belleza. 

Probablemente la confusión proviene de la creencia que los químicos son sustancias emanadas de un laboratorio, pero no es así, tal como explica la Dra. Michelle, la mente detrás del canal de YouTube, Lab Muffin Beauty Science.

La química experta agrega que incluso existen sustancias “naturales” con mayor cantidad de químicos que las “sintéticas”. Por lo que no hay que preocuparse por la cantidad, sino por su nivel de toxicidad, ruta de exposición, dosis, etc.

Los parabenos: enemigos número uno

Existe un ingrediente que ejemplifica de forma perfecta los matices con los cuales se debe de analizar su presencia y función en un cosmético: los parabenos.  

Estos son un tipo de compuesto que ha hecho sonar las alarmas entre las y los consumidores de belleza porque supuestamente son cancerígenos. Esas afirmaciones realizadas por algunas marcas clean están fundamentadas en estudios científicos. Sin embargo, como señala la Dra. Michelle, hay que revisar dichos artículos con detenimiento.

La especialista explica en un video que muchos de esos estudios fueron realizados en ratas a las que se les dio de comer grandes cantidades de parabenos. O sea que es inadecuado concluir que tendrán los mismos efectos en el organismo humano. 

Para determinar la peligrosidad de un ingrediente, es necesario tener en cuenta cómo se aplica, en qué cantidades, en qué áreas del cuerpo, etcétera. Justamente los toxicólogos se dedican a evaluar ese tipo de riesgos antes de que un cosmético salga a la venta.

En el caso específico de los parabenos, su presencia es fundamental para que ese labial que tanto nos gusta dure más tiempo en nuestro cajón. No es casual que los productos orgánicos o clean tengan un tiempo de vida menor: no contienen parabenos u otros ingredientes que alarguen su vida útil.

Clean beauty y cosméticos orgánicos, ¿son lo mismo?

Al igual que sucede con los productos libres de crueldad, la falta de definiciones legales sobre qué es un cosmético clean u orgánico ha provocado que cada compañía defina este término según su propia conveniencia.

En cuanto a regulaciones, México sigue la misma línea que Estados Unidos: la autoridad que normalmente regularía a los cosméticos (la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios,COFEPRIS, en el caso mexicano) no otorga definición puntual para la cosmética clean y orgánica. 

De acuerdo con portal gubernamental correspondiente, en nuestro país, los productos orgánicos son aprobados por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SAGARPA), a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), un “órgano administrativo desconcentrado” de la SAGARPA. Por lo que hasta ahora no existe interés gubernamental en homogeneizar o explicar este nicho a las y los consumidores.

Las cosas son tan distintas en la Unión Europea. Ahí, las autoridades declaran que aún no existe un consenso sobre qué significa que un cosmético sea “orgánico”, aunque reconocen que es alarmante la cantidad de desinformación que esa etiqueta puede causar.

Por el contrario, las autoridades de Corea del Sur definieron en 2019 a los cosméticos tanto naturales, como orgánicos. 

Los primeros engloban a aquellos productos que “contienen animales, plantas y sus derivados, etcétera y cumplen con el criterio establecido por la autoridad sanitaria nacional”. 

Los segundos se refieren a los productos elaborados “con ingredientes orgánicos, plantas, animales o sus derivados y cumplen con el criterio establecido por la autoridad competente”.

Esas dos definiciones, pese a lo confusas que puedan sonar, nos permiten establecer las diferencias entre una categoría y otra. 

Mientras que el maquillaje y skincare orgánico está más relacionado a empaques biodegradables y a ingredientes poco “procesados” en un laboratorio; la clean beauty puede incluir a productos con esas características, pero, además, a artículos cuya publicidad generalmente suele estar fundamentada en la desinformación.

Cuando la desinformación y el miedo se usan como publicidad…

Goop es la compañía de bienestar o wellness de la actriz Gwyneth Paltrow. Fue fundada en 2008 y al día de hoy, es una de las principales fuerzas detrás del movimiento clean beauty

El nombre de la firma está vinculado a la producción de un documental para Netflix, un sitio de e-commerce, un podcast, cosméticos, ropa y comida.

La marca de la ganadora del Oscar no ha estado exenta de críticas. La más reciente fue apenas en marzo de 2021, cuando Paltrow compartió sus secretos de belleza en un vídeo para el canal de YouTube de la revista Vogue. 

Contrario a lo que recomiendan dermatólogos, Gwyneth aplica una pequeñísima cantidad de bloqueador y la limita a algunas partes de su cara, “porque ahí da más el sol” y también menciona que eligió a una marca en particular porque es “libre de químicos”. 

También dice que revisa la cantidad de químicos de sus cosméticos en la página Environmental Working Group (EWG) y que que incluso los productos de skincare más caros “contenían anticongelante”, por lo cual ella tomó la decisión de promover y utilizar productos limpios o clean.

Imagen. ian dooley en Unsplash

El protector solar utilizado por Paltrow no es libre de químicos; es simplemente un protector mineral, físico o inorgánico, el nombre más correcto. Estos son bloqueadores cuya eficacia no tienen base de carbono. Estos dos tipos de productos tienen diferentes características, pero hasta ahora no hay evidencia de que uno sea mejor que el otro ni que uno sea más “natural”, mientras que otro es más “artificial”.

¿Y el anticongelante? Esta afirmación de Gwyneth solo aumenta la desinformación, ya que ños cosméticos de venta legal, certificados por las entidades gubernamentales correspondientes, no tienen anticongelante de automóvil entre sus ingredientes, sino ingredientes que ayudan a su conservación, sintetizados de manera en que no resulten perjudiciales a nuestra salud.

Ah, y finalmente, hay que saber que la EWG es una organización que ha recibido críticas por su manera de interpretar datos científicos

Precisamente por eso, es importante que los organismos gubernamentales otorguen definiciones al respecto, porque se supone que siguen una metodología clara, establecida por expertos en la materia.

¿Entonces, cómo elijo cosméticos menos dañinos?

Hasta ahora, una opción es leer bien en las páginas de cada marca qué es lo que consideran orgánico o clean, cuáles son sus políticas hacia el medio ambiente y las personas que producen su mercancía y cómo responden a dudas de sus consumidores. 

También es básico acudir con profesionales para que nos digan qué tipo de ingredientes son mejores para nuestra piel particular y cuáles es mejor evitar. Y, claro, buscar certificaciones de terceras partes que sean confiables 

Algo que muchos expertas y expertos con presencia en redes sociales han destacado es que parte del problema radica en el elitismo propio de la academia. Pese a que los artículos científicos están a un clic de distancia, no es sencillo comprenderlos y compararlos. 

Sin embargo, cada día existen más científicas y científicos dispuestos a brindar su conocimiento de manera amigable y sencilla a todas las consumidoras y consumidores.

El problema no está en buscar alternativas sustentables o más sostenibles, sino en que las compañías apelen al miedo y desinformación de sus consumidores.

Demi Lovato es una persona no binaria y lo reveló en un hermoso podcast

En un nuevo podcast, Demi Lovato habló sobre su proceso para reconocerse como persona no binaria. ¡Es una conversación súper poderosa que vale mucho la pena!

Demi Lovato ha estado en la mirada pública desde la infancia, cuando fue parte del programa del dinosaurio Barney. Después vino la etapa Disney, con Camp Rock y otras películas y más tarde su carrera como cantante. 

En todo ese tiempo, Demi ha hablado con honestidad acerca de sus retos, sus problemas con la adicción y su intención de vivir una vida auténtica. Ahora, al anunciar su nuevo podcast, compartió también que es una persona no binaria y que quiere usar los pronombres they/them o elle, en español.

Su podcast se llama 4D, una referencia a la cuarta dimensión, que para Demi significa “tener conversaciones que trasciendan al discurso típico”.  

Lo que dijo Demi Lovato sobre ser una persona no binaria

En su primer episodio, Demi platicará con Alok Vaid-Menon, una persona consentida de Malvestida, que escribe poesía y trabaja en performance, acerca de lo que para elles es ser personas no binarias.

Sobre su identidad, Demi dice en un video que presenta el capítulo: 

“Llevo un año y medio haciendo un trabajo de sanación y reflexión interior. A través de esto, tuve la revelación de que me identifico como no binarie. Habiendo dicho esto, cambiaré mis pronombres a they/them. Creo que este cambio representa mejor la fluidez que siento en mi expresión de género y me ayuda a sentirme más auténtique y fiel a la persona que sé que soy y que también estoy descubriendo”.

En el video, continúa diciendo que está todavía aprendiendo y que no se considera una persona experta, sino que quiere compartir su camino a través de conversaciones como la que tiene con Alok.

Género no binarie y género no conforme

A lo largo del podcast, Demi cuenta que el performance de Alok le hizo pensar en cómo estaba suprimiendo su verdadera identidad y tratando de ajustarse a lo que la gente quería de una estrella de pop, incluyendo vestuarios, maquillaje, etc. También dice que “el género es solo otro límite que nos separa”. 

Alok, por su parte, define ser una persona no binaria como “personas que hemos existido por siempre y que existimos afuera de la idea de hombre y mujer”, pero más allá de eso “viene de un lugar de sanación y no de duda”. 

Por lo tanto, explican, el género no binarie significa “que no eres exclusivamente un hombre o una mujer”, mientras que género no conforme significa que “visiblemente desafías las ideas de cómo se debe ver un hombre o una mujer”.

Así, dice Alok, puede haber una mujer lesbiana que es género no conforme, mientras que puede haber una persona no binaria que se presenta al mundo de una manera “tradicionalmente femenina”. 

Te recomendamos escuchar toda la conversación, porque es súper interesante e importante:

Expresión de género, identidad de género, orientación sexual y otros conceptos

Hace unos meses, Demi ya había compartido que su orientación sexual es pansexual. Así que este es un buen momento para dividir lo que significan estos diferentes conceptos. 

Expresión de género

Como explican Alok y Demi, la expresión es cómo se ve una persona, cómo se presenta al mundo. Entre otras cosas, puede ser género no conforme, femenina, masculina o constantemente fluida. Esta expresión realmente no define la identidad de las personas. 

Demi dice en su video y en el podcast que también está en un proceso de ir cambiando esta expresión, de muy sexy y femenina, a algo que le parezca más auténtico a su persona. Sin embargo, también explica en el podcast que a veces querrá vestirse de forma más femenina “y eso no significa que cambió mi identidad”. 

Orientación sexual

Aquí estamos hablando de quién nos atrae y con quién generarmos relaciones sexoafectivas (o no, en el caso de ser asexual y/o aromántique). Entre otras, están ser homosexual, heterosexual, pansexual, bisexual y asexual.

Identidad de género

Y acá es de lo que están hablando Demi y Alok cuando hablan de ser no binaries: de la persona que son y cómo quieren que las personas se refieran a elles. Demi prefiere pronombres neutros, mientras que algunas personas no binarias pueden usar tanto pronombres neutros como masculinos y/o femeninos. También hay quienes se cambian de nombre y quienes no. 

Demi dice “quiero usar los pronombres que se sientan bien para mí” y Alok agrega que se ha confundido de pronombres hablando de sí misme. Se trata de práctica y compromiso. 

Este es un tema que puede parecer complicado pero no tiene por qué serlo: se trata de escuchar a las personas, no asumir nada por su estilo de vestir y cambiar en cuanto se nos corrige o tenemos nueva información.

Despenalización del aborto en México: 13 claves para entenderla

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La despenalización del aborto en México es un tema complejo. Aquí te explicamos qué dicen las leyes, qué pasa en la realidad y qué falta para que este sea un derecho en todo el país.

Por: Katia Rejón

La discusión sobre el aborto legal en Latinoamérica sigue presente. Aunque en 2020 Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León y Veracruz rechazaron reformas a leyes locales, terminamos el año con la buena noticia de que la interrupción del embarazo se legalizó en Argentina.

En Chile también iniciaron discusiones que se ven prometedoras, en Ecuador acaban de despenalizar el aborto en casos de violación. Y en México sigue la lucha para que se reconozca nuestro derecho a decidir en todo el territorio. 

Aún cuando para muchas el simple hecho de que se legisle sobre nuestros cuerpos es un absurdo y una clara violación de derechos humanos, lo cierto es que parte de la opinión pública sigue reproduciendo desinformación y prejuicios. 

Ya llegamos a un punto en el que es viable cambiar las cosas, así que nuestras consignas deben ir acompañadas de datos concretos y la mayor información posible. Si algo ha funcionado en Ciudad de México y Oaxaca, donde se despenalizó el aborto hasta las 12 semanas, ha sido la estrategia y los argumentos.

Para caminar hacia el aborto seguro, legal y gratuito en todo México, hay que conocer profundamente  la situación. 

Los datos son, en parte, resultado de dos investigaciones periodísticas realizadas en los últimos dos años con mi colega y amiga Lilia Balam: Maternidad Forzada: el mito del aborto legal en Yucatán y Mujeres sin libertad. 

13 preguntas para entender la despenalización del aborto en México

¿El aborto es ilegal en México?

No del todo. El aborto es legal en todo el país bajo ciertas causales. Cada estado en su Código Penal establece las razones por las cuales una mujer puede acceder a un aborto legal en un hospital público. 

Entre las causas no punibles (o sea, que no son castigadas) están: el peligro de muerte de la madre, si fue aborto imprudencial, una situación económica precaria, si el producto viene con alguna malformación grave, inseminación artificial no consentida, y si es producto de una violación sexual.

Pero estas varían. Por ejemplo, en Oaxaca una mujer puede abortar si su método anticonceptivo falló, pero en Nuevo León no. En Yucatán, si tiene tres hijos y no puede mantener a más sí puede detener un embarazo; pero en Querétaro, el código penal ni siquiera protege a la madre cuando corre peligro de muerte si continúa con el embarazo.  

Los derechos reproductivos de las mujeres dependen de  su geografía. Si quieres saber cuál es la legislación de tu estado, revisa el Código Penal más actualizado o entra a la página de Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) para consultarlo, (esta organización, además, tiene recursos, historias, informes y explicadores actualizados sobre el tema).

Lo que sí tienen en común los 32 estados es que el aborto es legal si el embarazo es producto de una violación. No tienen que denunciar, no tienen que decir el nombre del agresor. Incluso las niñas de 12 años en adelante pueden abortar sin el permiso de sus padres gracias a la Norma 046.

Si la víctima acudiera primero a denunciar, debe ser asesorada y luego canalizada a algún centro de salud para recibir la atención necesaria.

Esa norma considera la violencia sexual como una urgencia médica que debe ser atendida de manera inmediata y gratuita.

despenalización del aborto en México

Si el aborto ya es legal en caso de violación, ¿por qué se usa como argumento para la despenalización?

Porque en muchos de los estados la ley no se cumple. El personal médico retrasa o se niega a la interrupción legal del embarazo, le solicita  a la víctima que ponga una denuncia (cuando es innecesario para acceder a su derecho), o intenta “convencerla” de llevar a término el embarazo. 

Más allá de lo que diga la ley, todavía hay un prejuicio y desinformación que hace sentir a las víctimas como culpables o que desconozcan sus derechos. 

Yucatán, por ejemplo, es uno de los estados con más causales por las cuales el aborto no se sanciona y sin embargo, en 11 años (del 2009 al 2018) solo se habían contabilizado 11 mujeres que interrumpieron su embarazo de forma legal, una cifra que no coincide con las estadísticas de embarazo infantil y adolescente, ni de las violaciones sexuales. 10 de estas mujeres fueron víctimas de una violación y una mujer abortó por la causal económica.  

En Nuevo León, los periodistas Andrea Menchaca y Abraham Vázquez dieron a conocer que el Hospital Regional Materno Infantil tiene instrucciones oficiales para notificar al ministerio público cualquier caso sospechoso de aborto inducido. Sí, las mujeres que van a atenderse una complicación de embarazo o un aborto involuntario también son sospechosas.

Además, muchos médicos se amparan con la “objeción de conciencia” para no hacer abortos legales. Sin embargo, por ley todos los hospitales deberían tener al menos una persona no objetora de conciencia para hacer este tipo de procedimientos. 

¿Por qué el aborto debe ser legal y gratuito en casos que se pudieron prevenir con anticonceptivos?

Las mujeres y otras personas con útero tenemos derecho a interrumpir un embarazo en cualquier situación, no solo si fuimos forzadas a tener relaciones sexuales. Pensar lo contrario deja ver que en realidad no importa el embrión o feto, sino castigar a la mujer por ejercer su sexualidad. 

En segundo lugar, ningún método anticonceptivo es 100 por ciento efectivo: los condones se rompen, las mujeres se embarazan tomando pastillas, con el DIU, si interrumpen su tratamiento por alguna razón médica, etcétera. 

Además, hay un sinfín de realidades que desconocemos: mujeres que son forzadas por sus parejas a tener sexo sin condón o que no les permiten tomar anticonceptivos, parejas que no tienen acceso a anticonceptivos ni pueden costearlos, o muchas otras realidades donde la educación sexual es escasa o nula, sigue habiendo muchos mitos, y la sexualidad es un tabú.  

E incluso si no fuera así. ¿Por qué solo las mujeres son señaladas como responsables de “cuidarse”? Los derechos reproductivos son un tema de salud pública, y la despenalización se solicita en conjunto con una educación sexual integral. 

despenalización del aborto en México

¿Los abortos clandestinos son inseguros?

Sí y no. En contextos donde las mujeres tienen acceso a la información y a redes de apoyo, pueden interrumpir su embarazo con un medicamento que se vende en las farmacias (misoprostol), después de examinarse médicamente para saber si es viable el aborto con pastillas. 

Con acompañamiento médico correcto, muchas mujeres abortan de forma segura hasta la semana 9 de gestación. Esto es importante aclararlo, porque la misma idea de que el aborto es un proceso sangriento e inseguro hace que las mujeres no lo tomen como una opción. En México, actualmente hay colectivas como Morras Help Morras que hacen acompañamiento para abortos seguros en casa. 

En muchas otras situaciones, las mujeres llegan a la semana 9 (límite del periodo recomendado para abortar con misoprostol) con un embarazo no deseado. Por falta de información, de apoyo o de otros recursos, toman medidas inseguras, y antihigiénicas que ponen en peligro su vida y las complicaciones las llevan a la muerte.

En los países donde el aborto está prohibido o solo se permite para salvar la vida de la mujer, sólo 1 de cada 4 procedimientos es seguro.

En cambio, en los países donde es legal en supuestos más amplios, casi 9 de 10 abortos se realizó de manera segura. “Restringir el acceso al aborto no reduce el número de abortos”, dice la OMS y agrega que cuando los abortos se realizan conforme a las directrices y normas que establece la organización, el riesgo de complicaciones graves o muerte son casi nulos.

¿El aborto puede ser un procedimiento seguro?

¡Sí! La Organización Mundial de la Salud (OMS) en los documentos “Manual de práctica clínica para un aborto seguro” y “Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud” describe cuáles son los métodos más seguros para interrumpir el embarazo.

Recomienda para embarazos de hasta 9 semanas de gestación la ingesta del medicamento mifepristona seguido de una dosis de pastillas de misoprostol (Cytotec).

De acuerdo con el informe de estadísticas correspondiente a abril del 2007 a septiembre del 2019 de Interrupción Legal del Embarazo de la Ciudad de México, en el 85.8% de los casos, la interrupción fue entre la semana 4 y la semana 9, cuando el embrión mide menos de 3 centímetros.  

La aspiración de vacío manual o eléctrica se recomienda para embarazos de hasta 12 a 14 semanas. En las clínicas de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) localizadas en la Ciudad de México se recurre a la Aspiración Manual Endouterina (AMEU).

En todos los casos hay indicaciones específicas. Por supuesto, cualquiera de los dos métodos debe ser supervisado por especialistas.

¿Cuánto cuesta abortar en México?

En las clínicas del ILE de la Ciudad de México y Oaxaca es gratuito solo para las ciudadanas del estado. 

En caso de que una mujer de otro estado viaje para acceder a un aborto seguro en estas clínicas, una trabajadora social realizará un estudio económico para determinar la cuota. 

Las pastillas de misoprostol cuestan entre 500 y 800 pesos en farmacias de genéricos, aunque es importante tener una ecografía para descartar un embarazo ectópico y saber el número de semanas. 

En caso de que la interrupción requiera un procedimiento como el AMEU, esto puede variar entre los 10 y 15 mil pesos en clínicas privadas.

Hay organizaciones como Marie Stopes que cuentan con un programa de subsidios para mujeres de escasos recursos tanto de la Ciudad de México como del interior de la república en clínicas seguras. Para más información de precios puedes consultar aquí. 

¿Por qué abortar y no dar en adopción?

Es mucho más complicado que eso. México ocupa el segundo lugar en América Latina en cifras de niños huérfanos, con 1.6 millones de menores sin hogar.

De acuerdo con cifras del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en el 2012 más de 30 mil niños y adolescentes vivían en albergues u orfanatos públicos. 

Además, el proceso del embarazo afecta física, emocional, económica y mentalmente a las mujeres. Llevar a término un embarazo no deseado es una decisión personal y que no implica que no quieran tener hijos en un futuro.  

¿Qué pasa cuando un estado cambia su constitución para “proteger la vida desde la concepción o fecundación”?

No tienen efecto sobre los códigos penales, de acuerdo con resoluciones anteriores de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el 2011. Sin embargo, causa confusión y desinformación entre personal médico y funcionarios.

El informe “Maternidad o castigo” del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) aclara que las leyes que protegen la vida desde la concepción “otorgan personalidad jurídica al embrión,  fomentan la desinformación y prejuicios que permean las acciones de policías, ministerios públicos y jueces”. 

¿Hay mujeres en la cárcel por abortar?

Sí. Hay mujeres en la cárcel por abortar (la pena por el delito del aborto también varía por cada estado). De acuerdo con el informe “Maternidad o castigo” de GIRE, de enero del 2007 a diciembre del 2016 las Secretarías de Seguridad Pública de todo el país reportaron 83 personas en prisión preventiva por el delito de aborto: 44 mujeres y 39 hombres; así como 53 con sanción de cárcel definitiva por ese ilícito: 19 mujeres y 34 hombres.

Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que en el 2020 hubo 633 averiguaciones previas o carpetas de investigación iniciadas por el delito de aborto. Aunque es necesario aclarar que algunos de ellos corresponden a hombres que provocaron un aborto con violencia, asistieron a la interrumpción de embarazo o cometieron feminicidio a una mujer embarazada. Este también ha sido un argumento para no despenalizar el aborto. Sin embargo, las leyes tendrían que disociar la decisión personal de una mujer sobre su cuerpo a través de métodos seguros y dignos, y la violencia ejercida por parte de otra persona que podría terminar con un embarazo deseado.

También hay mujeres en la cárcel por delitos relacionados con el aborto. Por ejemplo, existe documentación de casos de mujeres encarceladas por el delito de infanticidio u homicidio en relación de parentesco por abortos o partos fortuitos, es decir, no voluntarios.

La organización Las Libres también realizó un informe con base en solicitudes de transparencia a todos los estados de la República y concluyeron que hay alrededor de 200 mujeres encarceladas por delitos relacionados con el aborto, parto prematuro o emergencia obstétrica. Si quieres saber más de cómo la criminalización del aborto afecta a las mujeres incluso si no abortan voluntariamente, puedes leer aquí. 

Verónica Cruz de Las Libres, la activista que apoya a mujeres acusadas por aborto en el país, ha declarado que los médicos no tienen cómo saber si un aborto fue inducido por pastillas. Es prácticamente imposible comprobar el delito.

¿Cuáles son las razones jurídicas por las cuales se debe despenalizar?

Además de todo lo mencionado anteriormente: ni el embrión ni el feto tienen personalidad jurídica; la mujer sí. 

La penalización del aborto obliga a las mujeres a parir y esto es particularmente inseguro para niñas y adolescentes. México ocupa el primer lugar en cifras de embarazo en adolescentes en los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En el informe de la OMS  “Embarazo en la adolescencia” (2018), se indica que “la procreación prematura aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos. En países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo 50% superior al de los bebés de mujeres de 20 a 29 años. Cuanto más joven sea la madre, mayor es el riesgo para el bebé”.

70% de los niños que nacen vivos de madres de 10 a 14 años, tienen un padre de entre 18 y 78 años, fuerte indicio del abuso sexual sistémico que sufren miles de menores en México. Estas cifras fueron reveladas por el entonces secretario de Salud, José Narro Robles, basándose en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Además, su criminalización se extiende a casos de abortos espontáneos. 

despenalización del aborto en México

Algunos mitos sobre el aborto que se usan como argumento contra la despenalización

Se dice, por ejemplo, que la despenalización hará que las mujeres aborten “una y otra vez”, aunque las estadísticas a 10 años de la creación de las clínicas ILES (Interrupción Legal del Embarazo) en la Ciudad de México indiquen que solo hay un 6.3 por ciento de reincidencia (el 93.7% no vuelve a abortar).

También hay que saber que el embrión y el feto no son “bebés”. Hasta las 12 semanas, el producto de entre 6 y 8 centímetros no tiene desarrollada la corteza cerebral por lo que no puede sentir dolor ni placer, y tampoco tiene conciencia de sí mismo. 

¿Qué sigue?

La buena noticia es que las feministas están en todas partes y en todas las áreas: educación, periodismo, trabajo social, derecho, activismo, medicina. Están creando organizaciones, redes, cambiando sus contextos para intentar no depender de las decisiones del Estado. 

Hay muchas batallas abiertas: en Nuevo León está pendiente la controversia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación que podría establecer la inconstitucionalidad de la reforma a su constitución que protege la vida desde la concepción. Organizaciones como Mujeres + Mujeres también vigilan la representación desproporcionada que tienen los grupos conservadores en el congreso local de este estado y le dan seguimiento a proyectos de ley que puedan ser antiderechos como el PIN PARENTAL. 

El amparo de Veracruz sigue su curso, turnado a otro u otra ministra para hacer un proyecto de ley que, esperemos, se discuta de fondo. Todos los estados tienen condiciones y batallas específicas, reconocerlas y establecer las necesidades de las mujeres en sus contextos más inmediatos, seguro nos permitirá avanzar juntas. Mientras tanto, cada vez que veamos una puerta abierta hacia los derechos de las mujeres, en cualquier rincón del país, sabemos que siempre hay otras mirando desde la inspiración.

La resistencia está en la periferia

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En estas semanas se ha hablado mucho de la periferia… pero ¿qué es exactamente la periferia? No es solo un espacio físico, sino algo mucho más complejo.

Por: Fabiola Vazquez

La periferia es, por excelencia, el concepto favorito de los debates progre para  romantizar la precarización, pero en esa interminable disputa existe una confusión teórica acerca de qué conforma exactamente ese lugar abandonado por el  Estado. 

En Twitter comenzó a circular una imagen en la que todo lo que no está en azul es, por su ubicación, periferia. ¿Es cierto esto? Primero que nada, tenemos que aclarar que la periferia no es necesariamente geográfica, sino que también se habla de lo político y lo social.

La periferia, entonces, se relaciona con el desplazamiento y con la gentrificación, porque no está ahí simplemente esperando que lleguen personas, sino que nace a partir de que existe un sector de la población que es orillado a ocupar espacios designados solo para personas de su misma clase. 

Ahí se acumulan comunidades que se relacionan con la exclusión de los lugares céntricos, donde viven personas del sector privilegiado: no pueden mezclarse quienes tienen los medios de producción con quienes los trabajan. Ni política, ni socialmente ni territorialmente. Voltear a ver a la periferia  es voltear a ver a la clase obrera.  

Entonces… ¿qué es periferia y qué no?

Para entender la periferia, debe ser “concebida como carencia,  es decir, como sinónimo de pobreza e insuficiencia”((Hiernaux, D., y Lindón, Al. (2004). “La periferia: voz y sentido en los estudios urbanos “. Pap.  poblac [online], vol.10, n.42. pág. 115. Recuperado de:  https://www.dropbox.com/s/aksk7oia0chjwvo/v10n42a5.pdf?dl=0 [10 de mayor de 2021] Pg115)), porque su decadencia material está construida a partir de los beneficios de un sector en específico. 

Una zona como, por ejemplo, Coyoacán, no puede ser una periferia porque concentra un sector significativo de la clase  media y su acceso a servicios básicos no es, ni de cerca, insuficiente, pero Iztapalapa ((Coneval (2020). “Informe de pobreza y evaluación 2020”. págs., 70-71. Recuperado de: https://www.coneval.org.mx/coordinacion/entidades/Documents/Informes%20de%20pobreza%20y%20evalu aci%C3%B3n%202010- 2012_Documentos/Informe%20de%20pobreza%20y%20evaluaci%C3%B3n%202012_Distrito%20Federal.pdf [10 de mayo de 2021] ))sin  duda sí lo es, a pesar de estar alejada de las orillas, porque concentra la reserva de la fuerza de  trabajo y porque viven ahí personas en condiciones de pobreza, las marginales, las que se considera los “sobrantes” de la población. ((Ibidem, Hiernaux, D., y Lindón., pág. 113.))

La periferia funciona como una analogía del sistema: los ricos lo merecen todo, sus vidas, espacios y comodidades importan. Mientras que los pobres no merecen nada; un grupo de obreras y obreros que hacen diariamente dos horas de camino para llegar a su trabajo pueden morir en el descarrilamiento de algún transporte público debido a la  negligencia política, y automáticamente la justicia se vuelve inoperante. 

Así se vive, o  sobrevive, en las orillas políticas de la ciudad, a través de la resistencia de grupos subalternos  frente al abandono de un Estado que tiene bien priorizadas y remarcadas las clases sociales. 

La experiencia sensorial de los barrios.  

Otra forma de comprender la periferia es a través de los sentidos. 

La periferia huele  a grasa de comida callejera, a basura y drenaje; suena a los gritos de las personas que se  dedican al ambulantaje tratando de vender sus productos a toda costa, a cientos de microbuses  haciendo base en los paraderos con su respectivo chalán gritando “¡súbale, hay lugares!”, a  los altavoces del carro que recolecta fierros viejos. 

Visualmente luce colorida, llena de graffitis con nombres de los barrios de las colonias, con casas en obra en negra mal construidas y acumuladas a las orillas de o sobre un cerro, y con calles llenas de bache. Se siente  insegura, abandonada y peligrosa.

Se entiende también a través del lenguaje: el tono “cantadito” al hablar de sus  habitantes (en el caso de CDMX). Y están sus tradiciones: los carnavales patronales de los barrios y las fiestas  de quince años celebradas en las calles con una lona inmensa, un carro atravesado que indica  que no se puede pasar y un sonidero que habla mientras pone las clásicas  cumbias a todo volumen.  

Si el desplazamiento parte de la gentrificación y la diferencia, son estas percepciones  sensoriales las que pintan una línea: “ellas” y “nosotros”. Mientras que quienes habitan estas zonas construyen una identidad con base en estas características, las personas privilegiadas evitan a toda costa sentirse cerca de ellas. Actos discriminatorios, clasistas y  racistas son la defensa de quienes se encuentran en el lado “bonito” de la ciudad. 

La periferia no huele ni luce siempre “bonita” porque la precariedad no lo es. La  vulnerabilidad no luce, ni huele, ni se siente agradable, y evidenciarlo no es negativo, pues  politiza el ambiente, lo vuelve subversivo y radical, y enmarca la existencia de un grupo que  a pesar del abandono continúa resistiendo. 

La periferia y el género

La periferia es una transversalidad que toca a los cuerpos oprimidos sistemáticamente y así como es un espacio social y político, el cuerpo de las mujeres también. 

El nacimiento de las geografías feministas desarrolladas por Linda Mcdowell centra su  atención en explicar “la relación existente entre la división de género y las divisiones  espaciales y así descubrir cómo hombres y mujeres experimenta de manera diferente los  lugares y espacios […] pues en palabras de Bourdieu los hombres son la presencia en el  espacio y las mujeres la insignificancia.”((McDowell, L. (2000). Género, identidad y lugar. Un estudio de las geografías feministas. Madrid:  Ediciones Cátedra. pág., 70./)). 

Es en las periferias donde las mujeres son mayormente víctimas de feminicidio ((Balandrán, A. (2020). “destacan 9 alcaldías por feminicidios”. Contra república. Recuperado de: https://www.contrareplica.mx/nota-Destacan-9-alcaldias-de-CDMX-por-feminicidios202026835 [10 de mayo  de 2021])) y violencia intrafamiliar, donde se concentra la mayor cantidad de mujeres pobres, de madres solteras  y analfabetas.

Esto no significa que los hombres de las periferias, por ser más pobres, sean  más sexistas.  Aunque la organización del sistema patriarcal influye, la precarización es un factor determinante. 

La falta de servicios y atención estatal  en materia de políticas públicas propicia que sea un lugar clave para reproducir y concentrar las relaciones de poder con base en el género. 

Sin embargo, las relaciones de poder también  se ejercen en razón de clase y raza con personas del mismo género a través de lo que Marcela  Lagarde (( Lagarde, M. (1996). Género y feminismo: desarrollo humano y democracia. México: Siglo Veintiuno.)) denomina relación intragenérica, o sea: las mujeres excluyen también a otras  mujeres.  

Hablemos de los feminismos periféricos 

Una de las demandas de la actualidad respecto al feminismo es su centralización y la falta de análisis fuera del marco privilegiado del centro de la ciudad. 

Ser mujer no es un privilegio, pero sí lo es vivir en la delegación Benito Juárez, tener una carrera universitaria,  un trabajo remunerado por arriba de los quince mil pesos mensuales y ser blanca.

Estas mujeres por lo regular son las encargadas de llevar la vanguardia del activismo, ya que tienen el tiempo y las oportunidades económicas de dedicar parte de su vida a él. Y su activismo responde a las necesidades de las que pertenecen a su misma clase, espacialidad y raza.  

Si las mujeres a las que más matan se encuentran las periferias ¿por qué entonces las  marchas se realizan en el centro?, ¿por qué las mujeres de la CDMX tienen aborto legal,  seguro y gratuito y las del Estado de México no? Si ahí radica una cantidad significativa de  mujeres vulneradas, ¿por qué las demandas y/o avances feministas solo benefician a un sector  en específico?

Construir una lucha propia

Estas y más dudas causaron que las mujeres de la periferia cayéramos en cuenta de la exclusión, invisibilización y discriminación de la que éramos víctimas, por lo  que, al igual que lo hicieron las mujeres negras e indígenas cuando se percataron que su lugar  no estaba en el feminismo blanco hegemónico, construimos uno propio partir de nuestras propias vivencias y experiencias. 

Este feminismo se caracteriza por su radicalidad, en el sentido subversivo de la  palabra. No tiene sus orígenes en la academia, sino que parte como una respuesta de autodefensa frente a la opresión de la cual hemos sido víctimas toda la vida. El cuerpo es  nuestro espacio de lucha,  pues es la prueba viviente de la precarización estatal.

La opresión por género no está aislada, viene acompañada de la raza, la clase, la etnicidad, la orientación  sexual y demás. Por lo que la periferia debe ser concebida, sí, desde la pobreza, pero también  desde las escalonadas opresiones que atraviesan a las personas que la habitamos. 

Emitir una opinión acerca de la periferia sin pertenecer a ella no es un pecado, cualquiera es perfectamente capaz de darse cuenta y enunciar las decadencias de este sitio. Lo que sí se debe evitar es apropiarse de este discurso. 

No escuchar a las voces que radican ahí y sobreponer una opinión emitida desde fuera nos condena a seguir viviendo en la subalternidad, en donde no importamos y no podemos tener nada porque expresar nuestras necesidades se convierte en un acto de inconformidad.

A las mujeres*, hombres* y personas no binarias que radicamos estos espacios: sigamos politizando nuestras vivencias, que se oiga y se sepa en todo el país que existimos porque resistimos.

No quiero ser mamá, pero sí me interesan las infancias

Es un cliché que quienes dicen «no quiero ser mamá» odian a los niños o no quieren ser parte de su crianza. Es momento de pensar de forma distinta en los cuidados.

Siempre he sabido que no quiero ser mamá. Es complicado explicar por qué. Simplemente, en todas las etapas de mi vida he mirado hacia mi futuro y veo amigas, trabajos, pareja, espacios, familia, comida… pero no me veo como madre. ¿Qué sí veo? Sobrinas y sobrinos, de sangre y “de cariño”. Me veo rodeada de mujeres que sí son madres, aprendiendo de ellas.

Por eso no entiendo ese cliché de la mujer “alérgica a las infancias”, esa que no sabe hablar con las personitas, que se pone triste (o enojada) cuando sus amigas se embarazan y cuya peor pesadilla es pasar una tarde haciendo de niñera.

Supongo que hay personas así y estoy de acuerdo con que es terrible que mujer o persona con útero sea sinónimo de madre. Que la pregunta no sea si te quieres embarazar sino cuándo. Sin embargo, me parece que considerar a las infancias y a las madres es una postura política, una construcción de un mundo en el que el cuidado y la crianza son parte de la vida de todas las personas.

Vivir con las infancias

Casi toda mi vida, viví rodeada de las infancias. Un poco porque soy hermana mayor de 3, otro porque tengo muchos primos y primas. Cuidar era parte de mi día a día y un poco mi identidad.

Pero no solo cuidar, simplemente convivir: platicar con mis primos y primas más pequeños, ver cómo se formaban sus personalidades y cómo lo que les gustaba hace 6 meses ahora ni siquiera puede ser mencionado.

No pensaba mucho en esto, pero después me mudé a CDMX y me di cuenta de que hablaba, sobre todo, con personas de entre 25 y 40 años. En Mérida todavía tenía una bisabuela, aquí nadie era muy mayor ni muy menor. Y sí tuve un pequeño luto por esa pérdida. 

Después vinieron esos “debates” en redes sociales, ¿se acuerdan? Semanas y semanas donde el tema era si estaba bien que las personas con hijos e hijas les llevaran al cine. Y de ahí, porque así son las redes, surgieron argumentos que básicamente proponían que las personas menores no salieran de su casa hasta cumplir aproximadamente 18 años. Lo cual, por supuesto, también significa que las mamás no pueden ir a ningún lado que no sea el supermercado, el parque o la escuela. 

Por suerte, para este momento ya tenía al menos una amiga mamá y empecé a entender que estas no eran solo “malas opiniones”, sino que dejaban muy indefensas a las madres, a las infancias y que su idea de sociedad era una en la que yo no quería vivir. 

Ser parte de la crianza… o al menos no estorbar

Si hablamos de cerrar guarderías y esperar que a los niños “los cuiden las abuelas” o de tele-educación, estos son temas feministas, son temas de raza, de clase y del futuro que queremos. 

Yo quiero conocer las ideas de mis amigas que son madres acerca de la lactancia, del trabajo del hogar y el trabajo no remunerado, de cómo educar para la paz y con respeto a la autonomía corporal. 

Porque son mis amigas y quiero saber todo lo que quieran contarme, pero también porque hablar de esto me ayuda a reconfigurar la historia de mi propia infancia. 

Sobre todo porque las infancias son parte de nuestra sociedad: quiero que estén en todas partes donde sea seguro que estén y por supuesto que no solo van de sus casas a la escuela y de regreso. Tienen interacciones con personas fuera de sus familias todo el tiempo y consumen publicidad, arte, literatura. Es decir, son personas. Si voy a tener influencia en su manera de ver el mundo, como profesional de la comunicación y como tía, tengo que informarme. 

La maternidad no es individual

Claro que todo esto no se me ocurrió a mí solita: es un debate y una tensión constante en los feminismos, en las luchas laborales y en otros grupos que hablan de los cuidados, como las mujeres con discapacidad.

En un texto para Pikara Magazine, la periodista Anita Botwin, quien vive con esclerosis múltiple, escribe: 

“Ha llegado el momento de que la crianza sea algo político, público y colectivo, donde las redes, la sociedad, asuman también los cuidados y las madres puedan delegar en segundos, terceros y cuartos. El futuro de nuestros hijos e hijas ha de ser de todos, porque de todos depende que construyamos una sociedad diversa e inclusiva”.

Es una postura similar a la de Esther Vivas, autora de Mamá desobediente: una mirada feminista a la maternidad, un libro en el que politiza la maternidad, habla de darle el valor político, social y económico que merece, lo que incluye que Estado y otras instituciones garanticen las condiciones para criar con verdadera decisión y libertad.

Esto incluye que cambiemos la forma en la que vemos el trabajo y los permisos de maternidad y paternidad, la escolaridad, los espacios “para niñez”, la economía, los cuidados, etc.

Son cambios que podemos apoyar y amplificar las que no somos ni seremos madres, y es una lucha que beneficia a todas las personas. 

Definirte como lo indefinido: La Bruja de Texcoco rompe las etiquetas en su vida y su música

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Platicamos con la Bruja de Texcoco, una artista que se inspira en la música tradicional mexicana al mismo tiempo que rompe todo tipo de estereotipos.

Para la Bruja de Texcoco, las etiquetas están de más: solo buscan darle un orden al mundo que ni siquiera existe. 

Por eso, a través de su música, ella busca que las personas se identifiquen con sentimientos humanos y universales que nos recuerdan que más allá de cómo nos identifiquemos, todos somos eso, humanos.

Ella es una artista originaria de Ciudad de México y, como nos contó en la plática que tuvimos, la música en su vida representa absolutamente todo y ha estado presente desde su infancia. 

El espacio sonoro como espacio diverso

Así es, la Bruja se dedica a la música tradicional mexicana, por lo que una de nuestras preguntas fue ¿por qué? Ella nos contó que cuando decidió dedicarse al cien a la música, empezó a buscar escuelas en la Ciudad de México. 

“Encontré la Escuela de Música Mexicana ahí en Garibaldi. Cuando fui a conocerla me enamoré y descubrí que ahí daban clases de arpa. Entonces, me metí a clases con el maestro Mario Barradas, que es un icono de la música mexicana y es ahí en donde empecé a reconciliarme con la música de la tradición mexicana. Además, ahí me di cuenta de que no solo se aprende en la escuela, se aprende viajando, se aprende conociendo las comunidades y las festividades”.

Una vez en la fiesta, ya no importa nada

Eso sí, el mundo de la música tradicional mexicana puede llegar a ser bastante cerrado, sobre todo por la dificultad que representa interpretarla y el recelo de muchos a que esta cambie. Sin embargo, también nos contó que al final, la música crea espacios en donde ya no importa nada de esto.

“Una vez estando en la fiesta, en la huapangueada, ahí ya no importa nada. Es muy real que la cultura mexicana es muy machista, pero también hay momentos donde la gente ya solo se dedica a cotorrear. Es el espacio sonoro que nos lleva a poder convivir de una manera distinta”.

Además, nos recuerda que sí existen transfeminidades dentro de la tradición: “Existen las Maringuias en el estado de Michoacán o las Muxes en Juchitán de Zaragoza. O sea,  la feminidad sí es parte de la tradición. Por ejemplo, en temporada de carnaval los hombres pueden vestirse y hacer lo que no pueden en otros lados, ¿y qué es lo que no hacen comúnmente? Vestirse de mujer. Ahí nace toda esa parte prohibida en la tradición. El carnaval es donde todo está permitido y estaría muy lindo que todo el tiempo todo fuera un carnaval, para que todo esté permitido.”

bruja de texcoco
Imagen. Cortesía de La Bruja de Texcoco

La Bruja de Texcoco le dice adiós a las etiquetas

Si algo nos queda claro es que la Bruja se define (o no) exactamente como ella quiere, por eso quisimos saber qué opinaba sobre  la importancia de no concebir al género como algo rígido.

“Es algo muy importante porque la gente a fuerza quiere etiquetarte, quiere es que te definas como hombre o como mujer. Y si eres hombre pero quieres ser mujer tienes que pasar por todos estos procesos de transición para que las personas te puedan identificar como una mujer”.

Ahí en medio está la Bruja

Pero ella prefiere no encerrarse en el binarismo: “en medio hay una gama infinita de posibilidades, ahí está la Bruja. Es una dualidad muy linda y súper válida porque es real, al final soy un ser humano que siente, vive, come, y se expresa de esta manera. Es muy lindo poderte definir como algo indefinido”

¡Nos encanta! Si quieres definirte como algo, qué padre, si no, también. Nos queda claro que la Bruja se apropia de su masculinidad y feminidad, por eso quisimos saber cómo concibe estas dos partes en ella. 

“La música no tiene género, la puede escuchar cualquier persona, lo importante es que las personas disidentes nos mostremos que también podemos ser parte de esta diversidad. Porque a muchas mujeres trans nos catalogan siempre en la fiesta, en el show, en lo nocturno, en lo clandestino, cuando no: también habemos mujeres trans músicos, abogadas, doctoras (…) Si quieres transicionar no tiene que ser de una manera binaria, puede ser lo que quieras ser, de eso va todo.”

“Ahorita estoy teniendo una reconciliación con mi feminidad. La Bruja me vino a enseñar muchas cosas, sobre todo de mi corporalidad, de mi forma de ser, de aceptarme como soy y de empoderarme. Por el momento no tengo esta necesidad de transicionar físicamente, pero no me niego a la posibilidad de en algún momento tomar otras opciones. Si algo he aprendido es nunca digas nunca porque al final siempre es algo bien distinto”.

Sus nuevos proyectos

La Bruja nos contó un poco de su nuevo disco, el cual incluye 14 canciones originales inspiradas en el son jarocho, mariachi, huapango, música contemporánea, etc. y las cuales plasman el proceso que está viviendo. 

“Desde la forma de expresarme, de cómo me relaciono con las personas, la forma en la que estoy con alguien, cómo me percibe la gente. Todas estas cosas que me suceden trato de plasmarlas en mi música. Quiero compartir estas vivencias porque a lo mejor hay personas que necesitan un cambio en su forma de sentir y de ver las cosas.”

Otro proyecto en el que está trabajando es en el cover de “Carta invisible” de Cornelo Reyna:

“Es una canción muy intensa sobre alguien que no está siendo correspondido, y pues es algo muy real, el amor no es como uno lo piensa. Las personas tienen formas diferentes de amar y es lo que está cantando Cornelio. Además, el amor nunca pasa de moda, antes le cantabas a la carta invisible, ahora a que te dejaron en visto por WhatsApp, los sentimiento humanos no son un privilegio y nos son exclusivos del binarismo o un sector social, los sentimientos sociales son de todos.”

Si no te quieres perder nada sobre los próximos proyectos de la Bruja de Texcoco, te recomendamos seguirla en sus redes sociales.

El metro, la geografía feminista y lo que falta para un transporte inclusivo

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En el Metro de CDMX se reflejan muchos problemas sociales y económicos de la ciudad. Desde la geografía feminista, una mujer reflexiona sobre todo lo que queda por hacer.

Por: Ma. Fernanda Muñoz Olguín

Comencé a viajar sola en transporte público cuando inicié mi educación superior, a los 17 años. La universidad que elegí se encuentra en la Alcaldía de Coyoacán, al sur de la Ciudad de México, muy cerquita de Galerías Coapa.

En ese entonces vivía en la Alcaldía Azcapotzalco, al norte de la ciudad. Para llegar a la escuela tenía que tomar un camión que me llevara a la estación del Metro, recorrer casi toda la línea y tomar otro camión. En total, hacía un viaje de dos horas de ida y otras dos de regreso, cinco días a la semana, aproximadamente. 

Desafortunadamente, mi caso es común en la Ciudad de México. El tiempo que las personas pasan en el transporte público es de una hora y media en promedio, según la Encuesta Origen Destino (2017). Además, estos recorridos incluyen, por lo menos, dos medios de transporte. 

La falta de oportunidades laborales y la poca oferta educativa obliga a las personas de los municipios conurbados a realizar viajes larguísimos para poder estudiar o trabajar, pasando largas horas fuera de sus hogares, a donde muchas veces solo llegan a dormir.

La geografía feminista o las mujeres y las ciudades

Esto me llevó a preguntarme por las experiencias sobre los viajes cotidianos, sobre todo en el Metro de la Ciudad de México, y mi acercamiento al feminismo me ayudó a delimitarlo tomando como centro la experiencia de las mujeres. 

Así descubrí que geógrafas feministas como Linda McDowell y Ana Sabaté plantean que históricamente las mujeres no habían sido tomadas en cuenta para la creación de las ciudades y la planificación urbana. Es por eso que no están pensadas para las necesidades de las mujeres, ni de otros grupos como niños y niñas, personas con discapacidades o de la tercera edad. Más bien, las ciudades están planeadas desde una mirada masculina joven, blanca, heterosexual y sin discapacidades. 

El Metro es un ejemplo de cómo se configura la vida en la ciudad a partir de prácticas cotidianas, como los traslados que se hacen diariamente para llegar al trabajo o a la escuela, principalmente. Pero no se trata solo de ir de un punto a otro, sino de las interacciones sociales que se dan durante esos viajes. 

Desde su creación, el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM), ha sido considerado un símbolo de la Ciudad de México. Transporta a miles de personas al día en sus 12 líneas y 195 estaciones. Tiene 44 estaciones de correspondencia (más conocidos como transbordos) que conectan con otras líneas, lo que permite desplazamientos largos. A diferencia de otros medios de transporte, el Metro conecta varios puntos de la ciudad y a un costo bajo. 

El diseño y la inclusión

Tomando en cuenta lo que plantean las geógrafas feministas, el diseño es importante para transitar los espacios. En el caso del Metro, por ejemplo, los vagones están pensados para que los hombres con estatura promedio puedan asir y mantener el equilibrio, pero las mujeres de estatura promedio no los alcanzamos, lo que provoca que tengamos que buscar otros lugares para acomodarnos o realizar el doble de esfuerzo para no caernos. 

Para utilizar el Metro, la mayoría de las mujeres planeamos nuestro viaje en relación con el tiempo que estaremos fuera de casa, eso implica la ropa que utilizaremos, ya sea por seguridad o por comodidad: si trabajamos en oficinas debemos llevar los tacones en una bolsa, la comida del día en otra; si eres comerciante, debes cargar con bolsas, carrito. También depende si estudias, cuidas a alguien más, si viajas con infantes o bebés.

Imagen: Gobierno CDMX

El espacio, el vínculo entre lo público y lo privado

Durante el viaje es común observar mujeres realizando actividades que socialmente están vinculadas al hogar, como maquillarse, desayunar, dormir, leer, dar de desayunar a sus infantes y escuchar música. El tiempo que pasamos viajando es tan extenso que estas acciones de la vida cotidiana se trasladan del hogar al espacio público.

Ser conscientes del tiempo que pasamos en el Metro puede ayudarnos a entender su importancia en la vida cotidiana y reflexionar acerca de cómo se construyen interacciones sociales que, aunque efímeras, pueden convertirse en formas de organización colectiva para apropiarse de ese espacio.

Al utilizar con frecuencia este medio de transporte se va adquiriendo la experiencia necesaria para planear los viajes respecto al tiempo de traslado de un lugar a otro, así como tener en cuenta las dificultades que se puedan presentar en el camino y la agilidad para poder moverse entre la masa de gente que transita por ahí. 

Cuando desarrollas las habilidades necesarias para viajar, te mueves en automático, sabes en qué parte del andén abren las puertas del vagón, en donde queda la salida más cercana a tu destino, incluso haces una rutina dentro del Metro tomando en cuenta el tiempo que harás de un lugar a otro.

El Metro: una relación amor-odio

Ahora que me mudé, busqué que mi casa estuviera cerca de alguna estación del Metro. ¿Por qué?, porque es el medio de transporte que más uso, no sólo porque no pueda comprar un coche, sino porque, para mí, viajar en transporte público es una opción para reducir contaminación y aprovechar los espacios públicos. 

Creo firmemente que el transporte público puede ser una opción integral a la movilidad de esta ciudad que es un monstruo y que el coche no debería significar estatus económico y social, aunque en esta sociedad así sea. 

El Metro también me abrió posibilidades de moverme a mi antojo, de conocer muchos lugares y saber sus conexiones con calles y avenidas, a partir de la conexión entre sus líneas. Pude experimentar autonomía en mis traslados y trazar varias rutas para llegar a un mismo lugar. 

Me he enfrentado a acoso sexual, persecuciones, borrachos impertinentes y aun así me armo de valor para enfrentarme a esta ciudad transitándola como muchas y muchos: entre andenes y vagones del Metro. 

Por eso me duele y me enoja que nos nieguen la dignidad de vivir, de transitar, de habitar. Nos hacen esperar, nos hacen vivir con servicios patéticos y asumir las responsabilidades como individuos: «Si ya sabes que el Metro siempre tiene fallas, levántate más temprano». Y así dormimos menos de ocho horas para levantarnos de madrugada y prepararnos para vivir en el transporte público y en los centros de trabajo, sin oportunidad de tener tiempo de calidad (lo que cada quien entienda por eso). 

Imagen. Gobierno CDMX

Un transporte verdaderamente inclusivo

Para tener un transporte inclusivo, primero se debe conocer y asumir la diversidad de las personas que lo utilizan para que así se propongan acciones integrales para que los viajes sean seguros y efectivos. 

Seguramente, muchas personas elegirían no viajar en él si tuvieran otras opciones, y eso es una parte importante a considerar cuando hablamos del derecho a la movilidad, la cual no se reduce a los medios de transporte que utilizamos para trasladarnos de un lugar a otro, sino que involucra la apropiación de los espacios y de contar con opciones para elegir la más conveniente para nuestros traslados sin poner en riesgo nuestra integridad. 

Sin embargo, el Metro seguirá siendo opción para miles por su historia en la ciudad y por su capacidad de conectar a quienes lo usan, dentro y fuera de sus instalaciones.

El Metro no solo es un transporte público: es lugar de encuentro, de intercambio, de las bandas que tocan en Metro Chabacano y de los bailes en Metro Tacuba. Es museo, cine, centro de exposiciones, tianguis, es lugar de nuestras historias más felices y tristes, es lugar de nostalgia, de recuerdos; es el centro de trabajo para mujeres que entregan sus productos en punto medio, de las y los vagoneros, de los músicos independientes, de magos, magas, raperas y poetas.

Me aferro a ser madre: racismo y maternidades

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Por desgracia, el racismo está presente en cómo pensamos las maternidades. No todas las madres valen lo mismo para la sociedad ni todas son juzgadas igual. Para algunas mujeres, ser madres es una manera de resistir.

Por: Marycarmen Lara-Villanueva

Para muchas mujeres Negras, Indígenas y racializadas, ser madres es un acto revolucionario. La lucha por nuestra maternidad supone resistir sistemas racistas, clasistas y otras formas de violencia estructural e interseccional. 

Estas matrices de opresión y violencia algunas veces terminan impidiendo nuestras maternidades. Es el caso de las madres migrantes que pierden a sus hijas al cruzar el Río Bravo o en el traicionero océano Atlántico. O las madres racializadas y precarizadas que pierden a sus hijos a causa de la brutalidad policial y la violencia del estado. 

Nosotras sabemos que maternar es cuidar la vida, poner a nuestras comunidades al centro y procurar el bienestar de todas, todos y todes, incluyendo a los niños y los hombres de nuestras comunidades. 

Me aferro a elevar la experiencia maternal de las mujeres Negras y racializadas, Indígenas, migrantes,  precarizadas, discapacitadas, enfermas, neurodivergentes, etc. en un mundo que no procura nuestra existencia,  ni  la de nuestras crías. Es así, que a pesar de ello, insistimos en ser madres: porque nos aferramos al futuro.  

Para nosotras, la maternidad es una lucha por la vida. Y siempre lo ha sido.

Feminismos y maternidades

Aunque memes como los de de Karen y #CállateBlaca han sido herramientas que facilitan dialogar acerca del racismo que ejercen las mujeres blancas, nos falta hablar más de las madres blancas y de las feministas blancas que se adscriben al discurso feminista antimaternal.

El análisis de la maternidad siempre va a iluminar procesos políticos. Desde una perspectiva feminista, generalmente ser madre se articula como una institución patriarcal y un sitio de opresión. Sin embargo, otros feminismos nos permiten otras posibilidades de análisis.

Como muchas mujeres y madres racializadas, me alejo del feminismo con un poco de dolor. Sandy Grandre ((Sandy Grande, “Whitestream Feminism and the Colonialist Project: A Review of Contemporary Feminist Pedagogy and Praxis,” Educational Theory 53, no. 3 (2003): 330, https://doi.org/10.1111/j.1741-5446.2003.00329.x.)) se refiere al feminismo o feminismo mainstream como feminismo whitestream, haciendo alusión al feminismo hegemónico que se articula alrededor de la experiencia de mujeres blancas. Sin duda, el proyecto colonial que oprime a las madres Negras, migrantes y racializadas de forma global, no se hubiera podido materializar sin la participación de mujeres y madres blancas(( Las criticas al feminismo Blanco han sido lideradas por mujeres Negras, Indigenas y racializadas, como Gloria Anzaldua, Patricia Hill Collins, Cherrie Moraga, Audre Lorde, Angela Davis, Thrin Minh-ha, bell hooks, Cherrie Moraga, Barbara Smith, y muchas otras)).

Me identifico como madre migrante de niños racializados y Musulmanes. Aunque no soy feminista, valoro las contribuciones que el feminismo aporta a algunos análisis sociales. Por otro lado, el Pensamiento Feminista Negro y el Feminismo Descolonial son corrientes que innegablemente informan mi praxis maternal. 

Por ello, la justicia reproductiva es imprescindible para pronunciar radicalmente nuestro derecho a ser madres. Reivindicar nuestro derecho a ver crecer a nuestros hijos Negros, nuestras hijas prietas, nuestros jovenes precarizados, libres de violencia policial, estatal y racista.

Maternidades castigadas

Históricamente, las mujeres racializadas han sido castigadas y estigmatizadas por ejercer su derecho de maternar. 

Durante la época colonial, las mujeres Negras eran arrebatadas de sus crías, al mismo tiempo que algunas eran obligadas a ser ‘amas de leche’ o ‘nodrizas’, no solo en Estados Unidos y Canadá: también en México, Brasil ((Christianne Silva Vasconcellos, “Fotografías de amas de leche en bahía. Evidencia visual de los aportes Africanos a la familia esclavista en Brasil,” Nómadas (Bogotá, Colombia) 18, no. 2 (2011): 119–37)), Venezuela ((José Marcial Ramos Guédez, “LAS ‘AYAS Y NODRIZAS’ AFRICANAS Y SUS DESCENDIENTES: APORTES CULTURALES TANTO EN LA VENEZUELA COLONIAL COMO DURANTE EL SIGLO XIX,” The Observer (London) 92, no. 367 (2009): 97-.)), Argentina ((Florencia Guzmán and Florencia Guzmán, “¡Madres negras tenían que ser! Maternidad, emancipación y trabajo en tiempos de cambios y transformaciones (Buenos Aires, 1800-1830),” Tempo 24, no. 3 (December 2018): 450–73, https://doi.org/10.1590/tem-1980-542x2018v240303)), Perú, Colombia y más. 

El impacto que continúan teniendo estas prácticas coloniales se manifiesta, por ejemplo, en la disparidad que existe entre madres y personas lactantes Negras y blancas. En Estados Unidos y Canadá, las comunidades Negras son las que menos lactan((“Black Women Are Breastfeeding Less Than Any Other Group, But Why? A Pediatrician Weighs In – Essence,” accessed May 5, 2021, https://www.essence.com/lifestyle/parenting/black-women-are-breastfeeding-less-than-any-other-group-but-why-a-pediatrician-weighs-in/)).

Maternidades interrumpidas

Por otro lado, desde Canadá ((La Esterilización Forzada a Mujeres Indígenas Canadienses: Un Asunto Muy Reciente | Sociedad | EL PAÍS,” accessed May 5, 2021, https://elpais.com/sociedad/2018/11/19/actualidad/1542617481_896389.html)) hasta el Perú((“‘Me abrieron la barriga cuando aún no estaba dormida’: la incansable lucha de las mujeres peruanas que fueron esterilizadas a la fuerza,” BBC News Mundo, accessed May 5, 2021, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56243650.)), las madres Indígenas y Negras han sufrido esterilizaciones forzadas a cargo del Estado, teniendo como cómplice al sistema médico racista.

Hoy día, miles de madres migrantes se ven forzadas a dejar a sus crías en sus países del Sur Global en busca de oportunidades laborales que les permitan proveer para sus familias. A este fenómeno se le conoce como maternidad transnacional.

Es común que las madres migrantes hagan  trabajos de cuidado, muchas veces como niñeras, criando hijos e hijas de mujeres Blancas del Norte Global. Mientras tanto, en sus países de origen se colectiviza el cuidado, creando redes de solidaridad intergeneracional donde tías, abuelas, y hermanas mayores queden a cargo de las crías.

Por todo esto, es imprescindible pensar en la maternidad y lo maternal fuera de los parámetros occidentales y coloniales de ser madre

Mujer blanca: madre global

Como muchas mujeres de mi generación, de niña jugaba con mi hermana a ser madre. En nuestro juego nos convertíamos en madres solteras y mujeres que cuidaban. 

Nuestros hijos, muñecos Nenucos, eran bebés rubios y nosotras, niñas morenas de una vecindad en un barrio al norte de la Ciudad de México. Desde niña aprendí a fantasear con la maternidad blanca, a desearla. 

¿Y cómo no dejarse seducir por la maternidad blanca, si esta siempre recompensa?

Patricia Hill-Collins ((Story, K. A. (2014b). Motherhood as a praxis, institution, and lived experience: A brief introduction. In K.A. (Ed.), Patricia Hill Collins: Reconceiving motherhood (pp. 1–12). Bradford, ON: Demeter Press.)) explicó que el racismo tiene una influencia profunda en el contexto maternal. Claramente, no es lo mismo ser madre blanca que ser madre prieta indocumentada o madre Negra con discapacidad. 

La buena maternidad es un estatus que se le otorga indudablemente a las madres blancas, mientras que el resto estamos siempre bajo sospecha. Somos juzgadas por ser flojas, o pobres, o migrantes, o trabajadoras, o putas, o algo más. Somos vistas desde un lente de déficit. 

Sin duda, las madres blancas también son juzgadas, pero el modelo de maternidad referente siempre está de su lado. 

Se espera que las mujeres se ajusten a los estándares hegemónicos de maternidad prescritos por las mujeres blancas, de clase media y en núcleos familiares heteronormativos. Esta narrativa maternal domina las representaciones en los medios de comunicación y marketing, desde revistas para mamá, libros y guías prenatales, hasta las imágenes publicitarias de productos para infantes y nuevas madres.  Las mujeres blancas son retratadas como el epítome de la maternidad. 

Maternar es imaginar nuevos mundos

Aspiro a la maternidad como acto de desobediencia porque me aferro a poner la vida en el centro en un mundo capitalista que se niega a hacerlo. Colectivizar el cuidado y preservar la vida es trabajo maternal. 

Las abuelitas, tías, hermanas mayores también forman parte del eslabón maternal. A ellas también hay que honrarlas. 

La maternidad como institución patriarcal refleja los valores e intereses de la clase dominante y sus coyunturas de raza y clase. Por ello, las madres racializadas, precarizadas, y/o migrantes ocupamos un lugar central e imprescindible en la articulación de otros mundos. Nosotras creemos en el potencial transformacional del cuidado. Nosotras maternamos al servicio de la liberación. 

Este Día de las Madres propongo que sigamos imaginando futuros antirracistas a través de diálogos que nos permitan entender porque la maternidad racializada también es un acto revolucionario.

Soledad, productividad y otras dudas de una madre de tiempo completo

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Sobre cómo se vive el ser mamá de tiempo completo en una nueva normalidad y después de la vida académica.

Por: Marissa Gálvez

Me levanto, lavo los pañales, hago viajes cortos cada minuto a la cuna para ver si todo está bien, hago el desayuno para la bebé y el mío (uno balanceado, generoso y abundante, otro improvisado y no muy bueno) y empezamos la mañana con un brazo cargando a una cría y el otro recogiendo aquí, secando acá.

Mientras, la hoja de Word con el artículo a medio corregir permanece igual que desde hace tres días, oculta por la lista de reproducción de canciones infantiles en YouTube.

Desde hace trece meses así han sido invariablemente las mañanas. Porque desde hace trece meses soy madre y desde hace diez estoy desempleada. En un año, mi vida se vio transformada por una pandemia, una hija y un nuevo trabajo no remunerado.

Cuando mi hija nació, el confinamiento ya era parte de nuestra realidad. En su etapa inicial, no sabíamos cómo proceder y el miedo era una constante que me llevó a cancelar las últimas revisiones en el hospital. Después del nacimiento, salir a la calle se convirtió en un atentado a mi salud mental.

La soledad de la maternidad

La casa que fue el refugio de todo virus, el lugar donde, a salvo, mi pareja y yo pudimos pasar los primeros días a solas con nuestra hija. En los siguientes meses, se convirtió rápidamente en un sitio reducido donde sola me enfrentaba al cuidado de una bebé, sin visitas, sin amistades, sin familia, sin tribu.

Y sin pareja, también, porque aunque él pudo disponer de algunos días trabajando desde casa, la realidad es que la carga laboral no permite un paternaje pleno, y resulta más demandante que en la oficina. 

En México, los hombres reciben por ley cinco días de permiso de paternidad. Cinco días en que la mujer está en la fase inicial del puerperio, en donde para ser cuidadora necesita ella misma los cuidados de alguien más. 

Cinco días que, en nuestro caso, se confundieron con los de trabajo desde casa. Cinco días que, al terminar, tienen como resultado a madres dependientes de otras cuidadoras, la mayoría de las veces mujeres, o se enfrentan solas al posparto, las exigencias de la crianza y el cuidado del hogar. 

Cinco días que seguramente fueron decididos por un sistema que supone que los cuidados no corresponden a la figura del padre, a una figura masculina, y que la madre por definición es quien cuida y no quien debe ser cuidada o auxiliada en el cuidado.

El mundo no para

Si en un principio la maternidad monopoliza tiempo, energía mental y física, las exigencias de lo cotidiano se terminan imponiendo. Para las mujeres que crían, ambas cosas deben ser atendidas y priorizadas, lo que supone un incremento en la carga generada por y entre maternaje, trabajo y casa. 

Aún con una pequeña criatura, el mundo les (nos) recuerda a esas madres que sus otros hijos las necesitan, sus alumnos las buscan, sus jefes les llaman, sus puestos las esperan para seguir con un sistema de productividad en el que la idea de ser productiva como cuidadora no tiene cabida.

Así, entre el pecho y los pañales, seguí terminando una tesis por la que recibía una beca suficiente para mi manutención. Envié ponencias para congresos que no pudieron ser (y a los que ilusamente me había hecho a la idea de poder asistir tras tres semanas de parir). Preparé  propuestas de cursos. 

Fui la viva imagen de eso que nos complace en pensar como lo funcional, lo eficiente: una mujer que después del parto no sucumbe al peso de la maternidad y logra cumplir con las expectativas de la sociedad, de su hija, de sí misma.

Cambiar la idea de productividad

En verano la beca terminó, pero la pandemia no. Para otoño, a pesar de tener un grado académico más, en casa hay un ingreso menos. Los colegios no contratan y las guarderías no abren. 

El confinamiento se vuelve cada vez más largo y el maternaje más exigente. Esa idea de productividad cambia y provoca conflicto: como madre y feminista, sé que debo resignificar mi rol como cuidadora. Como académica, no obtener dinero por clases o publicaciones me hace sentir poco valiosa.

Si la imprevisibilidad de un bebé es incompatible con el silencio de una biblioteca, en un contexto pandémico no tengo la posibilidad de salir y hacerme de los espacios propicios para la investigación. 

El trabajo se limita entonces al tapete de juegos en la mañana, al colchón a la hora de la siesta, entrada la noche a la hora de dormir o en las pocas horas que la pareja paterna tras su propia jornada laboral fuera.

Seguir escribiendo

Sin espacios propicios para la investigación, sin tiempo, sin financiamiento o apoyo económico, ¿para qué continuar escribiendo? En mi caso, plasmar en esa hoja de Word mi interpretación de la vida, producir y cuestionar conocimiento es un asidero de una dimensión de mi persona en el ámbito académico, público social: aquello tan lejano y tan opuesto a lo doméstico.

Y aunque la escritura me permite seguir autodenominándome investigadora, salvaguarda mi autoestima y me mantiene vigente, no cumplir con las expectativas autoimpuestas genera una sensación de culpa y vergüenza a la que me opongo, pero cuya existencia no puedo no reconocer.

¿Qué tesis, qué artículo, qué ponencia, qué ensayo puede nacer entre las prisas, el cansancio, el estrés y la preocupación por la precariedad de quien ya tiene de por sí un trabajo de tiempo completo sin remuneración económica alguna?

Antes de ser mamá pensaba que debía trabajar el doble para probar que las mujeres somos perfectamente capaces de conciliar maternaje con trabajo. 

Ahora, y gracias a lecturas con perspectiva feminista como el trabajo de Ester Vivas, comprendo (y difundo) que la crianza es de por sí un trabajo, que el autocuidado también significa resistencia ante un sistema obsesivo con una idea única de “lo productivo” y reivindicar la contribución económica, social y cultural de las cuidadoras.