¡Es ley! Entre memes y glitter verde, así se vivió el debate en Argentina

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Ya es legal el aborto en Argentina. Te contamos cómo se vivió este debate histórico en las calles de Buenos Aires y en redes sociales.

Por: Flavia Fiorio

De tanto en tanto el silencio de la calle fuera de las cercanías del Congreso de la Nación se rompe con bocinazos de autos al pasar. Son las 5 de la mañana en Buenos Aires, Argentina, y esos son bocinazos verdes de alegría.

Pocas horas antes, el sol aún no había salido pero un nuevo derecho comenzaba a asomar: pasadas las 4 de la mañana se aprobó, en todo el país, el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. El aborto legal.

La sesión de la Cámara de Senadores, que en 2018 había rechazado la iniciativa, comenzó la tarde del 29 de diciembre y duró poco más de 12 horas. Antes de empezar, la transmisión de YouTube tenía más de 4 mil vistas. Al cierre de esta nota las visualizaciones eran 11.710. Seguro subirán. 

La vieron desde todo el país personas que no pudieron acercarse a las vigilias o decidieron no hacerlo por la situación sanitaria. Con Covid-19 aún en las calles, los casos en alza y el festejo familiar de fin de año con posibles grupos de riesgo, muchas mujeres prefirieron seguirlo de manera virtual. Una lucha de corazones verdes y celestes colmaba el chat de YouTube. 

 
 
 
 
 
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Así se vivió en las calles

En las vigilias, por su parte, se vivía también la historia: desde temprano se empezaron a llenar las calles de manifestantes. Del lado verde de la plaza de los dos Congresos había pantallas para que nadie se quede sin ver o escuchar qué sucedía dentro del recinto.

Pantallas necesarias porque, según los cálculos “a ojo” de las manifestantes, la cantidad de gente en las cercanías superaba ampliamente a la de cualquier otra manifestación.

Llegar cerca del Congreso parecía misión posible, pero estar ahí ya era vivir la fiesta que no iba a terminar. Las calles estaban llenas de grupos cantando consignas feministas, de mujeres asegurando que esto sigue en toda América Latina, de fiestas electrónicas improvisadas, de glitter verde.

De agrupaciones, grupos de amigas, puestos que repartían agua de manera gratuita para aplacar el calor sofocante, personas que repartían alcohol en gel y sanitizante. Cerca de una pantalla se escuchaban, entre cantos, los discursos de los senadores: las pistas de lo que iba a pasar.

 
 
 
 
 
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Los discursos más esperados

La expectativa estaba puesta, en principio, en los indecisos: se esperaba con ansias el momento en que hablaran y revelaran cómo iban a votar. Hasta el debate, nada estaba definido. Todos los poroteos (conteos de votos previos a la sesión) daban la situación como empatada.

Se podía perder por un voto, ganar por uno más. El voto de los indecisos Alberto Weretilneck, Lucila Crexell, Stella Maris Olalla, Oscar Castillo, Edgardo Kueider y Sergio Leavy era crucial.

Alberto Weretilneck pidió modificaciones al proyecto antes de votar: su pedido fue vetar la palabra “integral” vinculada a la salud, manteniendo las causales de la ILE (Interrupción Legal del Embarazo) vigentes desde 1921, “para que sigan como hasta hoy”. El gobierno se lo concedió y así aseguró su voto. Todavía faltaba un poco más.

A las 21.30 habló Stella Maris Olalla: “Se trata de una cuestión de derechos”, dijo anticipando su voto afirmativo y haciendo que, poco a poco, los votos comiencen a cerrar.

Dos oradores después fue el turno de Lucila Crexell: “El aborto clandestino produce muertes”. Con cautela (pero mucha emoción) los ojos verdes cubiertos de glitter en las calles, y en las casas, se empezaban a emocionar.

Indecisos y memes

Cuando habló Sergio Leavy, un indeciso que además es de una provincia del norte (que históricamente han estado en contra del aborto) y confirmó su voto positivo ya no hubo vuelta atrás. 

En su discurso destacó que la ley de los 1000 días, que acompaña el proyecto del aborto, lo hizo ver diferente la situación.

Luego de su discurso y tras el panorama favorable, algunos senadores que iban a hablar decidieron no hacerlo. El objetivo: no repetir discursos ya escuchados, apurar la votación, que la marea verde pudiera festejar.

Pero los indecisos no fueron lo único que destacó en la jornada: en el lado celeste de la plaza se hicieron ecografías en vivo, un manifestante celeste contó la historia de su mamá, «la petisa», y los memes la hicieron viral.

En el recinto el senador Mariano Recalde habló de coger en paz y una senadora cristiana, Gladys González, fue ovacionada por su discurso con autocrítica a la iglesia: dijo que sus creencias religiosas no pueden estar por encima de su función como senadora y que “no es cristiano condenar a las mujeres desesperadas”. 

 
 
 
 
 
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¡Aborto legal en Argentina!

Con todo dicho, a las 4 de la mañana, todo se encaminaba para votar. Las redes se llenaron de imágenes de mujeres como Nelly Miyernsky, una mujer de 92 años histórica militante feminista, mirando al Congreso.

Cuando habló Mayans, el último orador, las manifestantes del lado verde se pararon, desplegaron sus pañuelos, miraron hacia las pantallas y se dispusieron a esperar. 

El secretario del senado leyó voto a voto. La tensión se vivía en el aire pero también se sabía, ya a esa hora, que todo terminaría con un gran grito final.
A las 4.12 de la mañana Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del Senado, leyó el resultado: “Resulta aprobado con 38 votos afirmativos, 29 negativos y 1 abstención. Se convierte en ley y se gira al poder ejecutivo”.

Las banderas verdes se agitaron con fuerza dentro y fuera del recinto, los abrazos sin sana distancia se tiñeron con llantos de emoción, el lado verde del Congreso puso, en una de las pantallas preparadas para ver el debate, una frase que quedará para la historia: “Lo conquistamos. ¡ES LEY!”.

Y los cantos no pararon de sonar. Emocionadas, algunas manifestantes se quedaron en la plaza y otras comenzaron a desconcentrar. 

A las seis y media de la mañana, incluso lejos del Congreso, todavía el silencio de la calle se rompe con algunos bocinazos. Bocinazos verdes de alegría, festejos dentro de autos al pasar. Bocinazos que avisan que el aborto, en Argentina, ya es legal. 

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