Esta luna llena del 7 de abril o luna rosa será la más brillante de 2020, y la podrás ver en su máximo esplendor a las 10 de la noche (horario de CDMX).
Propicia la armonía y la motivación (¡no te dejes arrastrar por negatividades que hay estos días!), además de que ayuda a tener fuerza al iniciar proyectos, por lo que es un buen momento para activar todo lo postergado.
Su energía es amplificadora, para enfocarse en el crecimiento y las cosas buenas.
Ritual para luna llena
Vamos a hacer un altar usando elementos que seguramente tendrás en casa, para que no tengas que salir a conseguir nada.
Este altar se lo vamos a dedicar a la abuela luna para potenciar el amor y la sanación. Si quieres, puedes dejarlo hasta el 9 de abril.
Lo que necesitas
-Un vasito con agua.
-Vela.
-Sal.
-Incienso o perfume. Si tienes flores, mejor
-Tus cristales o piedras.
-Algún objeto que sea muy significativo para ti, que consideres tu objeto de poder, amuleto, recuerdo, joya más preciada.
Cómo hacerlo
Pones todo sobre un mantelito. Coloca cada elemento con mucho amor. Canta o pon música mientras lo haces.
Para los rituales y hechizos, yo sugiero siempre tener ingredientes que aludan a los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
Si no los tienes en esta ocasión, recuerda que la energía femenina es muy poderosa, es transformadora y generadora.
Además, tenemos ya de por sí todos los elementos esenciales en nosotras mismas:
-Tus huesos están hechos de minerales: eres tierra.
-Tu cuerpo es 70% líquido: eres agua.
-Tus pulmones inhalan y exhalan: eres aire.
-Tu cerebro funciona por pulsaciones eléctricas: eres fuego.
Lo que sigue es muy importante: el rezo. Vamos a hacer una meditación para armonizarnos aprovechando la potente energía de esta luna.
El rezo o meditación (para decirlo cuando prendas la vela)
“Mi escudo energético se está reparando. Mi mente se pacifica y propicia la expansión de bienestar. Mis emociones se alinean con la energía más pura para hacerme sanar. Mi cuerpo se fortalece y me cuida.”
No te olvides de hacer agua de luna para futuros hechizos a lo largo del año. Tienes que ponerla en un recipiente de cristal recibiendo directamente la luz lunar.
Recomiendo hacerlo en algún frasco con tapa para poder guardarla fácilmente. Más adelante vamos a hacer unas protecciones padrísimas con ella.
Disfruta y baila. Es lo mejor para el sistema inmunológico.
Platicamos con la colombiana Sara Tomate, creadora del arte de Malvestida para abril, inspirado en la naturaleza.
Malvestida está estrenando look para redes sociales: este abril nos acompaña un universo juguetón, donde la naturaleza y nosotras podemos convivir en armonía.
Esta ilustración viene de la asombrosa mente de Sara Tomate, una ilustradora a la que admiramos desde hace mucho tiempo y con la que estamos felices de poder trabajar.
Platicamos un poco con ella para conocerla mejor y saber de dónde vino su inspiración para este jardín lleno de magia.
Ilustración. Sara Tomate para Malvestida
Entrevista con Sara Tomate
Cuéntanos un poco de ti y de tus inicios como ilustradora.
Empiezo por contar que mi nombre real no es Sara Tomate. Mucha gente cree que es mi apellido, pero siempre pienso ¿en verdad creen que hay un apellido que sea así? Mi nombre real es Sara Sarmiento.
Me encantan mis apellidos, pero mi seudónimo o nombre artístico fue algo que me acompañó desde el colegio, cuando en una clase de educación física el profesor me gritó delante de todas mis compañeras «Sara Tomateeeee».
En sus clases siempre trotaba una vuelta en la cancha de baloncesto e inmediatamente mis mejillas se ponían rojas rojas… como las de un tomate.
Soy de Medellín, Colombia, más paisa que la arepa. Amo mi ciudad, es divina, se come rico, la gente es una hermosura y es un lugar donde la cultura y el arte han venido cobrando muchísima fuerza. Eso me enamora de Medellín.
Comencé a interesarme por la ilustración desde pequeña. Sí, una historia así cliché como la de la gran mayoría de los artistas.
Hacía exposiciones de arte para toda mi familia en casa de mi abuela. Tomaba todas las hojas blancas que pudiera y pintaba como una loca sin parar, incluso sin meterle mucha mente a cada obra de arte: ¡era libre!
Cualquier garabato que hiciera para mí tenía todo el valor de una obra de arte de museo: los pegaba con cinta en las paredes, incluso trazando el recorrido que quería que hiciera mi familia para admirar lo que había pintado.
Así se fue dando el arte en mi vida y desde esos momentos no se ha separado ni un segundo de mí.
¿Y cómo convertiste esta pasión en tu profesión?
Próxima a la universidad tenía clarísimo que quería estudiar diseño gráfico. Era la única carrera que se parecía a lo que yo quería hacer: ilustrar.
Comencé mi mundo laboral luego de terminar mi periodo de práctica en una agencia de publicidad. Después de unos años creí que la solución era cambiar de trabajo, cambiar de agencia.
Comencé un trabajo en una agencia nueva. Les juro que lloraba todos los días, aprendí mucho pero también me frustré como nunca antes en mi vida.
Un día me fui a trabajar, lloré como de costumbre y llamé a mi mamá (que es mi mejor amiga, lo crean o no) :
–¿Qué hago?
–¡Lánzate!
— Ok
El OK con más miedo que he dado en mi vida, porque ya me había pasado una vez y me había arrepentido.
Poco a poco por cosas de la vida, no volvieron más los trabajos de diseño y comenzaron a llegar muchísimos trabajos de ilustración, como resultado de ser constante con mi trabajo, de seguir ilustrando cosas para mí, de no perder la curiosidad de intentar cosas nuevas.
Ilustro cuentos infantiles, juveniles, para editoriales colombianas y peruanas. He llegado a ilustrar para The New York Times y para agencias en España. Tengo clientes en Berlín y Estados Unidos.
Sueño algún día con abrir mi propia tienda de productos SARA TOMATE.
Tienes una paleta de color muy intensa y un estilo muy definido, ¿cómo fue el proceso de llegar a tu estilo de ilustración?
¡Al principio fue traumático! Fue mi culpa sentirlo así, porque soy una persona muy ansiosa, quiero resultados rápidos, quiero resultados YA.
Lo que más me costó entender era que mi estilo era muy versátil y no se definía por el hecho de «casarme» con una sola técnica ilustrativa. Es decir, yo creía que siempre tenía que pintar en acuarela y con los mismos 3 colores para que la gente supiera que esa ilustración la había hecho Sara Tomate, y no es así.
Creo firmemente que el estilo de un artista se comienza a formar desde el día cero que uno empieza a ilustrar. Lo define tu trazo, tus formas, los temas de los que hablas y posteriormente un manejo de color.
Pero todo esto llega como resultado de tener una biblioteca mental de muchísimos e infinitos referentes de otros artistas que vibran con lo que tú eres y a lo que aspiras llegar.
Luego te vuelves la perfecta mezcla de todas esas imágenes que viste y que estás viendo a lo largo de tu vida y….¡Voilà!
Me inspira mucho la mujer, sus formas, su mundo. Creo que en mi trabajo es bien marcado el concepto femenino y todo lo que lo acompaña.
También me encanta generar conexiones de una u otra forma con la persona que mira mis dibujos. Que algo adentro le haga clic, sea porque se identifica con el contexto o solo por su estética.
Por eso me inspiro en situaciones del día a día. En la moda o incluso compartir pensamientos, sentimientos y experiencias (felices y no tan felices) de lo que ha sido para mí la vida.
Mi proceso de trabajo no siempre es igual. Muchas veces paso horas y horas dándome a mí misma dosis altas de inspiración en fotografías, paletas de colores ya existentes, películas, o el trabajo de otros artistas con los que luego hago un ‘smoothie’ en mi licuadora mental y creo una pieza nueva.
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Escucho muchísimos podcasts, siento que me empoderan, que sacan lo mejor de mí y dejan al lado las barreras mentales que me pongo a la hora de crear.
Siempre he pensado que en un artista es MUY importante como se sienta adentro, porque es con eso con lo que crea, con sus entrañas.
Otras veces, si me dan ataques de inspiración, me ocurren situaciones que siento la necesidad de plasmar, agarro lápiz y papel ¡y me divierto!…se me olvida hasta comer y dormir.
Cuéntanos cómo empezaste a integrar mensajes positivos y de amor propio en tu ilustración, ¿fue un proceso o sucedió desde un inicio?
Fue precisamente con eso con lo que mi arte comenzó a darse a conocer, narrando situaciones muy cotidianas, muy propias, muy íntimas.
Desde pequeña siempre había tenido muchos problemas de autoestima por tener sobrepeso y siempre creí que tener la habilidad de poder plasmar cosas con estética era la manera perfecta de capturar a un espectador.
Que viera una imagen que en un principio podía parecerle bonita, y luego ¡boom! tenía su mensaje, su misión.
Creo que el mundo necesita mucho amor, no solo el mundo femenino, sino en general. Necesitamos amarnos, valorarnos, empoderarnos, sentirnos libres.
Hay mucho, mucho, mucho dolor dentro de cada persona. Si a través de mi arte puedo hacer que eso cambie, así sea en una mínima proporción, habré cumplido mi meta en la vida.
¿En qué te inspiraste para la ilustración con Malvestida?
El planeta Tierra nos pide a gritos que vivamos siendo uno solo con él.
La idea de la ilustración nace de comunicar que debemos comulgar más con lo que es la Tierra y los recursos maravillosos que nos da. Nosotros solo somos unos invitados que han venido abusando de su hospitalidad, no nos veamos como algo ajeno a ella.
Solo así nos cambia la perspectiva. Existimos si ella existe.
Te contamos de la superluna o luna rosaque tendremos en unos días y algunos rituales que puedes hacer para aprovechar su poder
Aunque estemos en nuestras casas, el mundo allá afuera se sigue moviendo y el universo continúa con sus hermosos ciclos.
Por ejemplo, este 7 de abril vamos a poder ver (desde nuestras ventanas) a la luna rosa, como se le llama a la luna llena de este mes.
No significa que veremos el color, sino que los nombres de las lunas llenas del año son muy antiguos. A la de abril le llamaron así por el flox musgoso, una flor que sale a inicios de primavera en Norteamérica.
En otras partes del mundo se le conoce también como luna de los peces o luna del huevo, también en referencia a los inicios de una nueva estación.
Sin embargo, con las condiciones atmosféricas correctas, se podría ver de un color rojizo, naranja o, sí, rosa
¿Qué dice la astrología de la luna rosa?
Al ser la primera luna llena de la primavera, esta luna es perfecta para iniciar nuevas cosas. Desde relaciones hasta procesos de limpieza interior y exterior.
Será una época para buscar el balance y para fortalecer nuestros vínculos con otras personas (en este 2020, tal vez eso lo tengamos que hacer a través de videollamadas). También prepárate para algunos cambios. No positivos ni negativos, solo cambio y renovación.
O sea que no dejes de limpiar tu clóset y todos los espacios de tu casa. Aprovecha también para pensar si hay alguna relación, hábito o creencia de la que quieras deshacerte, al mismo tiempo que te vuelves a comprometer con aquello que sí te nutre y te hace bien.
Dado que esta será la luna llena más brillante del año, puedes aprovechar para hacer algunos rituales o hechizos. Aquí te dimos una idea de hechizo de luna llena que puedes hacer usando cosas que ya tengas en casa.
La seguridad digital es muy importante en momentos de incertidumbre y noticias falsas. Como parte de la alianza de medios #TómateloEnSerio, te presentamos algunos tips para proteger tus datos personales y no caer en información no verificada.
En estos días pasamos nuestro tiempo entre videollamadas y chats de trabajo, además de intentar mantenernos informadas en diversos medios digitales. Ah, y también mucho de nuestro tiempo libre se pasa viendo pantallas.
Todo esto hace más fácil que caigamos en engaños digitales relacionados con la pandemia, como fraudes, estafas y noticias falsas. Desde la iniciativa #TómateloEnSerioMX, nos comparten consejos de seguridad para no caer en ellas.
Aunque creamos que por ser millennials o de la generación Z estamos protegidas contra estas cosas, la verdad es que cualquiera puede caer.
Cuidado con mensajes que te pidan datos personales para darte información
Están circulando mensajes como un supuesto correo de la Organización Mundial de la Salud que promete enviarte un diagnóstico o la cura del COVID-19 si te registras con tu email y contraseña.
O una página o mensaje de Whatsapp que te pide descargar un archivo para conocer nuevos casos del virus en tu ciudad.
Este tipo de mensajes se aprovechan del clima de incertidumbre y alerta para infectar tu equipo y robarse tu información. Aquí puedes ver otros ejemplos.
Ante la duda, es mejor no abrir mensajes o correos, hasta si vienen de alguien que conoces. Mejor verifica antes.
Otros tips de seguridad digital:
No des clic o descargues archivos de sitios desconocidos o sospechosos. Mejor infórmate en los sitios oficiales o en los medios en los que confías.
Revisa que los sitios que visitas inicien con HTTPS y evita instalar apps que dicen ser sobre coronavirus y de origen desconocido.
Instala un antivirus y mantén actualizado el sistema operativo de tu celular, computadora y tablet. Esto evitará que tus equipos estén vulnerables a fallas de seguridad y virus en internet.
Para identificar más mensajes y enlaces relacionados a este tipo de engaños y estafas, si detectas o recibes alguno, envía un pantallazo del mensaje a [email protected] para analizarlo.
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#TómateloEnSerioMx es una iniciativa coordinada entre más de 80 medios, organizaciones y universidades de todo el país para amplificar mensajes de cuidado y prevención en la actual coyuntura derivada del COVID-19. Súmate.
Los medios y organizaciones que hacemos parte de #TómateloEnSerioMx insistimos en la necesidad de acatar el resguardo voluntario y corresponsable que exige el gobierno de nuestro país para frenar la curva de contagios.
En los últimos días, el crecimiento de casos confirmados, sospechosos y fallecimientos relacionados al COVID-19 sigue creciendo. Lo hemos dicho e insistimos: #QuédateEnCasa.
La violencia contra las mujeres no para en la pandemia por Covid-19. Esto es lo que está haciendo (y dejando de hacer) el poder judicial mexicano, según un estudio de EQUIS.
Por eso existen medidas que son necesarias para proteger a las mujeres víctimas de violencia y garantizar su acceso a la justicia. Sin embargo, estas no parecen ser compatibles con el aislamiento por Covid-19.
Hace unas semanas, los poderes judiciales suspendieron su servicio y solo atenderán los casos que ellos consideran de urgencia. Sin importar que las mujeres resistimos a esta otra pandemia de violencia desde hace años.
Leímos detenidamente el informe, y recuperamos las cosas más preocupantes que encontramos.
Image. Equis, Justicia para las Mujeres
¿Por qué los poderes judiciales son importantes para nosotras?
Queremos empezar de a poquito y explicarte cuál es el rol que juegan los poderes judiciales en la prevención de la violencia hacia nosotras, qué recursos proporcionan y cómo son indispensables para que accedamos a la justicia.
Por ejemplo, cuando una mujer quiere presentar una demanda contra su conyúge, ellos pueden ordenar medidas que la protejan.
También pueden supervisar que no se ejerza violencia económica y garantizar el pago de pensiones alimenticias.
Incluso tienen capacidad de ordenar que la persona que está ejerciendo violencia salga del domicilio familiar.
Sin embargo, el análisis que hizo EQUIS demuestra que solo cinco poderes judiciales, de los 32 que hay en México, están cumpliendo por arriba del 60 por ciento estas medidas en esta contingencia de salud.
«La gran mayoría, en otras palabras, están reprobados en las medidas que anunciaron frente al Covid-19 en lo que a la garantía del acceso a la justicia de mujeres víctimas de violencia se refiere», dice el informe.
Protección para las mujeres en situación la violencia
Una cosa que es importante entender es que las medidas anteriores se dividen en medidas de protección y medidas precautorias y pueden ser en materia familiar o penal.
Cada medida fue diseñada para atender problemas específicos. Las medidas de protección las puede ordenar el poder judicial sin que exista una denuncia o un procedimiento judicial de por medio.
Las medidas precautorias se dictan generalmente como parte de un procedimiento judicial, como un divorcio, una demanda de alimentos o custodia de los hijes:
«Es fundamental para proteger a aquellas mujeres y niñas involucradas en un procedimiento familiar que son vulnerables a ser víctimas de violencia», dicen las autoras de la investigación.
Medidas de protección
Según el informe, solo 17 estados seguirán prestando este servicio en materia familiar. Los otros 15 estados no tienen previsto este mecanismo como parte de sus medidas urgentes para atender en este Covid-19. Algunas de sus funciones son:
Detener la violencia. Proteger y prevenir que se cause un daño mayor a las víctimas, incluso la muerte, a través de medidas de vigilancia.
Proporcionar asilo en algún albergue, o bien atención inmediata.
Empoderar a las víctimas de violencia y ayudarles a recuperar la sensación de seguridad frente a posibles amenazas o represalias posteriores del agresor.
En el caso de medidas de protección en material penal, solo 7 estados las contemplaron: Campeche, Michoacán, Nuevo León, Puebla, Sinaloa, Tlaxcala y Yucatán.
De los 32 poderes judiciales, únicamente siete (Baja California Sur, Colima, México, Michoacán, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí) tomaron en consideración de manera explícita el establecimiento de guardias de personal para la emisión de medidas de protección en materia familiar.
De acuerdo con el informe, esto desprotege a las mujeres que se encuentran inmersas en un proceso judicial o que quieren iniciarlo.
Medidas precautorias en materia penal
Estas medidas son súper importantes, ya que tienen objetivo proteger a las mujeres en situación de violencia desde que deciden denunciar algún delito. Las medidas las protegen de esta forma:
Prohíben al agresor acercarse o comunicarse con la víctima, la separación inmediata del domicilio. También limitan el acercamiento al domicilio de la víctima o al lugar en el que se encuentre.
EQUIS documentó que en 22 estados no se tomó en cuenta la necesidad de contar con personal para ratificar estas medidas.
Centros de Convivencia
El informe nos explica que los centros de convivencia familiar supervisada ofrecen un espacio neutral y seguro para que los progenitores o familia puedan convivir y realizar actividades recreativas con sus hijes. Sobre todo para las mujeres que han vivido violencia por parte del progenitor que no tiene la custodia.
Sin embargo, casi todos los poderes judiciales decidieron cancelar las operaciones de estos centros.
EQUIS explica que aunque se deben tomar las medidas necesarias para evitar el contagio del COVID-19, «ello no implica que no se puedan implementar otras alternativas que cumplan con el objetivo de garantizar la convivencia supervisada».
Abogadas con glitter
Si te encuentras en un caso parecido, en donde alguna de estas medidas no se estén aplicando para ti o estás en una situación de violencia y no sabes qué hacer o con quién acudir, existen organizaciones feministas o de mujeres que puede ayudarte.
Te contamos en qué situaciones puedes posponer ir a la ginecóloga en cuarentena por Covid-19 y en cuáles es mejor ir a revisarte, además de otras recomendaciones para que pases estos días de aislamiento con mucha salud sexual.
En estos días, todas las personas están especialmente preocupadas por no contagiarse de Covid-19, pero la verdad es que otras áreas de la salud también continúan siendo importantes.
Por ejemplo, ¿qué pasa si tenías una cita ginecológica? ¿O si (toco madera), te da una infección vaginal cuando se supone que no debemos salir de casa? ¡Pesadilla!
Para tranquilizarnos un poco llega el podcast Ginecólogas para tu salud, con Consultorio Ixchel y la Dra. Tere Guerrero. En un capítulo reciente, resolvieron algunas dudas que pueden surgir en las siguientes semanas.
Por ejemplo, comentan que lo mejor es llegar a la hora exacta de tu cita o unos cinco minutos antes, para no llenar la sala de espera y limitar el tiempo que pasarás en contacto con otras personas.
También dicen que puedes posponer citas no urgentes, como las de revisiones anuales, y acudir solo si es necesario. O sea, si tienes una infección: ¡puedes acudir con tu ginecóloga! No te estreses y solo sigue algunas medidas de seguridad.
Platicamos con la Dra. Ariella Perrotin acerca de algunos de los temas que tocaron ella y la Dra. Tere Guerrero en este episodio. Aquí lo que nos contaron:
¿Cuáles son las medidas de higiene que debo buscar en un consultorio para sentirme tranquila?
Esto depende si el consultorio es particular, y solo estas tu con tu gine, o si acudes a algún consultorio en hospital, ya sea público o privado.
Muchos médicos estamos enviando preguntas previas al agendar, sobre su estado de salud en general y pidiendo que acudan sin niños, sin acompañante y de preferencia no adultos mayores de 60 años.
Ya dentro en el consultorio debería haber gel antibacterial, o contar con un lavabo para el lavado de manos.
El cubreboca no debe ser usado de forma contínua, ni por todos, pero algunos médicos que creemos tener mayor contacto con pacientes de riesgo podemos usarlos o pedirles a ustedes que se pongan uno.
¿Hay algún cuidado extra que podamos tener para evitar infecciones y así también evitar ir a consultas?
Sabemos que situaciones extremas como la actual pueden generar mucho estrés y por ello cambios hormonales y en nuestro sistema inmunológico.
Lo ideal es mantener la calma, seguir ciertas rutinas, tener actividades, y de esa forma canalizar la ansiedad y mitigar los nervios.
Es muy importante lograr las horas de sueño, comer sanas y de poder hacer algo de ejercicio, esto para conservar la salud en general, pero de esta forma se reduce la probabilidad de alteraciones menstruales y las consultas.
En cuanto a infecciones vaginales o vulvares, la alimentación balanceada, quizás toma de probióticos, ayude al equilibrio de la biota.
Algo también importante es la vida sexual: si antes por el trabajo u horarios no coincidías tanto con tu pareja y la frecuencia coital era poca pero ahora ha aumentado la frecuencia, quizás notes molestias vaginales.
Con esto no quiero decir que suspendas la actividad sexual ¡PARA NADA, al contrario! Pero sí que sea con las medidas adecuadas de higiene, vaginal y urinarias.
¿Hay alguna posibilidad de que en las próximas semanas se cierren consultorios ginecológicos?, ¿qué recomiendan si no podemos encontrar a nuestra ginecóloga usual?
Por norma los sitios dedicados a la salud no pueden cerrar, pero sí es verdad que ante lo incierto de todo esto, cualquier cosa puede pasar.
Mi recomendación es que estén en contacto con su gine. En Consultorio Ixchel enviamos avisos sobre las consultas que estaremos viendo, hablamos con las embarazadas para citarlas antes y así en la cuarentena no tuvieran que acudir.
Así que si tu gine no te ha avisado y tenías algún control en breve o tienes la inquietud de que tal si requiero una consulta de urgencia, intenta llamar para preguntar.
Si no puedes contactar a tu gine de confianza siempre hay una red de amistades que te pueden recomendar a su gine. Es una época de apoyo y hermandad, por lo que creo que muchos médicos estamos a disposición para solventar urgencias.
¿Algo más que nos recomiendes para la salud ginecológica en estos días?
Serán unas semanas duras, jamás habíamos vivido algo así, pero creo que todas podemos aprovecharlas para conocernos más, interna y externamente.
Quizás puedas ahora tener tiempo de escuchar podcast de salud, seguir redes de médicos (ginecólogos o cualquier otra especialidad), para saber más sobre tu cuerpo.
En abril queremos hablar de sostenibilidad y ecología. Por eso comenzamos aprendiendo más de ecofeminismo.
Seguro tú, como nosotras, te preocupas por temas como los daños ambientales o el saqueo de recursos y cómo estos a su vez causan el calentamiento global, crisis ecológas o la desaparición de especies.
Todo esto también tiene relación con la lucha feminista, porque el implementar cambios en nuestro modo de vida incluye enfrentar las opresiones patriarcales y capitalistas que están detrás del desastre ecológico.
Para saber más sobre el tema, entrevistamos a mujeres que se asumen ecofeministas y que están trabajando juntas por cambiar sus entornos y sus prácticas individuales.
¿Por qué ser ecofeminista?
Eugenia Islas se asumió ecofeminista al sensibilizarse sobre la madre tierra y el lugar que las mujeres ocupan en ella.
El primer acercamiento que tuvo fue por su amiga ambientóloga y su proyecto Zero waste.
Esto la llevó a involucrarse más en temas de agroecología y sostenibilidad y a trabajar con comunidades rurales mediante Mano Vuelta SC.
«Me di cuenta de que dejamos un gran peso de estas responsabilidades a un pequeño sector que de por sí ya está muy vulnerado, que son las comunidades campesinas. Ahí existen las verdaderas resistencias ambientales»
Otra de las cosas que la hicieron asumirse ecofeminista fue la relación que tiene con sus propios ciclos.
Por ejemplo, resignificó su menstruación mediante productos que no afecten su salud y que tampoco impacten al medio ambiente: las copas menstruales, las toallas de tela o las compostas en casa.
Patriarcado y su relación con las crisis ecológicas
Eugenia dice que el hecho de que la ecología esté atravesada por el feminismo es medular.
Es decir: «No puede haber justicia ambiental si no hay justicia social y no hay justicia social si no hay feminismo que involucre y visibilice la carga tan fuerte que sostienen las mujeres del mundo para hacerle frente a estas crisis»
No solo los movimientos ecológicos deben ser atravesados por el feminismo, sino todas las luchas sociales.
«Los actores que están en pie de lucha por la tierra y el planeta suelen ser mujeres.
En la agroecología se nota muchísimo la desigualdad. Por ejemplo, solo el 21 por ciento son ejidatarias, y el resto son hombres.
Las personas que están en condiciones de precariedad laboral, fabricando ropa en condiciones deplorables, son mujeres».
«La ecología sin una mirada social y feminista es un trabajo a medias»
Lari se puso las gafas verdes con violeta y comenzó a realizar prácticas sustentables y a transformar su alimentación bajo la premisa «Ni opresoras ni oprimidas».
Sandra, tras años cuestionando la viabilidad del sistema, se involucró en el movimiento ambiental y se dio cuenta la falta de perspectiva de género con la que se llevaban las discusiones y las propuestas.
Ambas son ecofeministas y fundadoras de Nahuala Indómita, una colectiva que busca visibilizar la relación que hay entre la opresión de género con la destrucción del medio ambiente y los impactos diferenciados que la crisis climática conlleva para las mujeres.
Para ellas, el ecofeminismo es una respuesta a la crisis ecológica global. Al ser antirracista, anticolonialista y antiespecista, busca fortalecer a las mujeres de todo el mundo y a su vez promueve la creación de comunidad, transformando los modelos de consumo y la repartición de trabajos de cuidado.
¿Por qué hay más mujeres afectadas por los desastres naturales?
Ambas encuentran una estrecha relación entre el patriarcado y los daños ecológicos, porque el sistema en el que vivimos fomenta un pensamiento jerárquico en el que se prioriza al hombre por encima de las mujeres y al ser humano por encima de la naturaleza.
«Las acciones extractivistas-capitalistas son llevadas a cabo por empresas en las que la mayoría de sus dirigentes son hombres y priorizan la producción antes que la conservación de la vida».
También nos recuerdan que cuando hay afectaciones a la naturaleza las que somos más afectadas seamos las mujeres.
«Ejemplos de esto es que cuando hay algún desastre natural –como sucedió con los terremotos de 1985 y 2017 en la CDMX y en el tsunami de Indonesia de 2004– la mayor cantidad de muertes son de mujeres porque debemos quedarnos en la casa.
O incluso porque no se nos enseñan actividades que pueden funcionar como técnicas de supervivencia en caso de emergencia (nadar, trepar árboles, correr, etc.)»
Diferentes interpretaciones
Lari y Sandra nos cuentan que dentro del ecofeminismo hay muchas corrientes. El problema con esto surge cuando se ven como opuestas en lugar de complementarias.
La interpretación que se le dé a estas diferencias pone en riesgo la teoría y las prácticas ecofeministas.
«La manera en la que se transmite el mensaje ecofeminista conlleva otro riesgo, porque muchas veces se asocia únicamente con zonas rurales cuando en realidad busca involucrar a todas las mujeres de todo el mundo.
Otro problema es que la mayoría de las mujeres coincidimos con el discurso anticapitalista, antirracista, anticolonialista y antiespecista del ecofeminismo, pero en la práctica no es tan fácil transformar nuestra vida cotidiana»
Para ellas, el ecofeminismo es uno de los feminismos más radicales porque cuestiona todo el sistema capitalista-patriarcal para transformarlo desde la raíz.
Y consideran que la ecología sin una mirada social y feminista es un trabajo a medias:
«No podremos ganar esta lucha si la mitad de la población es oprimida»
Para involucrarse y aprender del ecofeminismo
Involucrarse y asumirse ecofeminista es un proceso constante y de aprendizaje diario.
Si quieres meterte más al tema y comenzar este camino, hay algunos recursos que te pueden ayudar.
Libros y ensayos
Hay algunos ensayos que puedes revisar en internet. Son lecturas más cortas que un libro y en donde puedes encontrar bibliografía interesante para seguir descubriendo más autoras.
Este ensayo de Lizbeth Salgos profundiza en el ecofeminismo y la postura crítica de Karen Warren, filósofa que ha teorizado muchísimo sobre ecofeminismo.
Como parte de la campaña Ponte los lentes violeta, en colaboración con Ben & Frank, le preguntamos a 3 creativas que admiramos cómo crear comunidadcon otras mujeres.
En cualquier industria hay mujeres haciendo cosas increíbles. Pero a veces, por diversas razones estructurales, no las vemos o no nos sentimos cómodas acercándonos a ellas para crear redes.
Conocernos entre nosotras, apoyarnos y caminar juntas es súper importante, no solo para nuestro bienestar individual, sino también para desmantelar esas estructuras que hacen que nos sintamos en competencia.
Como parte de nuestra colaboración con Ben & Frank, en la que nos pusimos los lentes violeta para ver las desigualdades de género, quisimos platicar con tres mujeres que admiramos acerca de sus carreras profesionales y cómo ha sido para ellas conectar con otras mujeres.
Ellas son Ceci Palacios, directora de Coolhuntermx; Monse Castera, directora de comunicación del festival Ceremonia y creadora de la agencia Momoroom y Enriqueta Arias, directora creativa y fundadora de Artsynonym.
Crear comunidad entre mujeres
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu industria?
Monse: Lo que más me gusta es que por medio de la moda y el arte logramos hacer que los espectadores cuestionen al sistema. También disfruto mucho las relaciones humanas y creativas que se generan con cada proyecto.
Lo que menos me gusta es la dependencia en el dinero, sucede en todas las industrias, pero dependemos de conseguir recursos para lograr hacer cada proyecto.
Enriqueta: Lo que más me gusta de la gestión cultural, y en particular de trabajar con artistas urbanxs, ilustradorxs y artistas de distintas disciplinas es poder generar puentes entre todas y todos ellos, para después lograr proyectos increíbles que se vuelven tangibles a través de un mural, una expo, una animación, etc.
Creo que hay competencia que puede llegar a ser poco sana. Divisiones entre proyectos y gestores, así como falta de oportunidades y proyectos liderados por mujeres para mujeres. Desde que me di cuenta que para mí era difícil encajar en un medio que parecía de hombres, traté de cambiar eso con mi trabajo.
Ceci: En el caso de Coolhuntermx yo veo a la parte de la creatividad como una energía que nos ayuda a reinventarnos, a crear nuevas cosas. Una herramienta que transforma países, sociedades y hasta el mundo. Es un motor súper importante para la vida de todas las personas.
Lo que menos me gusta de la industria del diseño es que, aunque ya está cambiando, todavía noto un enfoque muy masculino. Noto mucho apoyo entre marcas y proyectos que tienen que ver con creatividad de hombres, al final se jalan entre ellos.
¿Has tenido alguna vez una mentora?
Ceci: creo que empecé a tener mentoras hasta hace más o menos tres años, cuando también me inicié en el feminismo, porque hice un proyecto en el que tenía que investigar sobre mujeres.
Fue ahí donde conecté con mujeres a nivel profesional, con asesorías y apoyo para mi proyecto.
¿Qué ha significado para ti esta conexión con otras mujeres a nivel profesional?
Ceci: A partir de que quedé sola al frente de CoolhunterMx fue un camino muy solo y muy lleno de defectos. Desde el momento en el que conecté con otras mujeres, ha sido mucho más ligero. Errores siempre hay, pero ha sido más llevadero, con un acompañamiento.
Enriqueta: Ha sido una experiencia súper linda. Al principio no fue intencional, solo establecí vínculos con más mujeres en proyectos de arte urbano porque me gustaba su trabajo y quería conocerlas.
Después de que hice la curaduría de la exposición “It’s a Pink World After All”, donde participaron ilustradoras mexicanas y extranjeras, reflexioné acerca de qué tanto estaba apoyando mujeres artistas y me di cuenta de que no hacía lo suficiente.
Desde ese entonces, en 2015, comencé a prometerme que en cada proyecto siempre propondría mujeres y hombres por igual.
Monse: Uno de mis objetivos principales es que todos los proyectos que realizo tengan perspectiva de género y se basen en promover y difundir la carrera de mujeres en distintas áreas, así como en generar empresarias y mujeres conscientes, mujeres feministas.
Para lograr esto el primer paso es la conexión, la creación de una comunidad que se apoye a sí misma.
¿Cómo te ha cambiado personalmente tu profesión?
Monse: Gracias a mi profesión he entendido que nada se debe de hacer solo porque sí, sin una razón social. Absolutamente todo debe de tener como propósito cambiar algo o reforzar ideas que hagan de este un mundo más abierto, diverso y amoroso.
También me ha hecho más empática y solidaria con mi entorno, al final lo que hago es promover el trabajo de los demás. Eso es crear comunidad y ayudarnos entre todos.
Cuando platicamos con otras mujeres, siempre aprendemos muchísimo y nos inspiran para continuar creando espacios donde podamos conocer su trabajo y saber que, si todas tenemos puestos los lentes violeta, el camino se hace menos pesado.
Sí, es importante fijarnos del color de la menstruación para así prevenir enfermedades o preocupaciones. Te contamos lo que necesitas saber.
Advierto que esta historia incluye Demasiada Información: cuando tuve mi primer ciclo menstrual, a los 12 años, tardé casi un día en entender qué estaba sucediendo, porque lo que vi en mi ropa interior fue una descarga café y yo esperaba sangre roja. O tal vez un líquido azul como el de los comerciales.
Lo que de plano no esperaba era ese color intermedio, que además no era un río de sangre estilo El resplandor, sino una manchita ocasional.
Lo que quiero decir es que, aunque sí me platicaron del tema a grandes rasgos en la escuela, el color de la menstruación fue algo que no se tocó en absoluto.
Incluso ya en la adultez, para algunas mujeres este sigue siendo un pequeño misterio, así que aquí te contamos qué es totalmente normal y qué tal vez merezca una llamadita a tu ginecóloga de confianza.
El color de la menstruación y sus significados
Sangre menstrual color café, rojo oscuro o negro
Vayamos del tono más oscuro al más claro. Cuando la sangre menstrual es café o rojo muy oscuro, normalmente es la de los últimos días del periodo, que ya fue expuesta al oxígeno. O también puede aparecer al inicio, cuando es sangre que no se fue el mes anterior.
Este es el color que más asociamos a la menstruación: el rojo vibrante. Lo verás en los días que tengas un flujo más constante o incluso durante todo tu periodo.
Eso sí, Healthline nos advierte que si ves una descarga así cuando no estás menstruando, puede ser síntoma de algunas infecciones de transmisión sexual, por lo que te recomendamos estar pendiente. También fíjate si el flujo es demasiado abundante y rojo brillante: podría ser un crecimiento no cancerígeno en tu útero.
Sangre menstrual color naranja
Es posible que la veas de este color cuando se mezcla con el flujo cervical, que es transparente. Sin embargo, tener síntomas como comezón y mal olor junto con descarga naranja es signo de infecciones.
Sangre menstrual color rosa
La sangre también se puede ver rosa cuando está mezclada con flujo cervical, explican tanto Healthline como Medical News.
Si tus niveles de estrógeno son bajos (lo cual puede ser causado por anticonceptivos hormonales o perimenopausia), el color de la sangre también puede ser menos intenso.
El mismo color sucede cuando tenemos mala nutrición, anemia o pérdida de peso dramática, dice Medical News. Así que siempre que tengas cambios drásticos en tu alimentación, asegúrate de que estés recibiendo todos los nutrientes necesarios.
Ya sabes, nuestra sangre jamás de los jamases va a salir azul, pero sí puede variar de color y es importante saber qué es lo que nos está comunicando sobre nuestra salud.
Cuando inició el distanciamiento social, no me imaginaba que iba a tener esta situación: estoy caliente en cuarentena. Investigué por qué y te cuento algunas maneras de… ehem.. solucionarlo.
Por: Rosy
Como persona ansiosa, sabía que el distanciamiento social iba a dispararme emociones como ira, tristeza, soledad y ESTAR ETERNAMENTE CALIENTE…¿poooooor?.
Dado que soy una mujer soltera en cuarentena que no puede satisfacer sus necesidades en compañía, entonces decidí aprender de dónde vienen. Ajá, como si eso me quitara las ganas.
Para resolver el misterio hice lo que cualquier millennial hace: me metí al internet. Según yo, no podía ser la única que sentía esta necesidad intensa de darle duro contra el muro.
Y sí tenía razón, parece que calentura sexual y cuarentena van de la mano.
Algunas respuestas
El primer artículo que salió en mi búsqueda era de Men’s Health (¿será que con el encierro me volví un fuckboy?) pero resultó que sí me ayudó a entender.
De acuerdo con el doctor Justin Lehmiller, mi situación se debe a varios factores. Uno es que como tenemos poca o nula interacción social, esa necesidad no tiene a dónde ir, lo que nos lleva a querer MUCHÍSIMO CONTACTO HUMANO.
Otra razón, un poco más darks, es que esta pandemia nos recuerda al miedo a la muerte: la palabra está en todas partes y ese miedo, está comprobado, aumenta el deseo sexual.
Si lo piensas, no es tan raro, porque una cosa es “llevo 200 meses sin darle apapacho a nadie” y otra “llevo 200 meses Y YA PERDÍ MI ÚLTIMA OPORTUNIDAD PORQUE TODOS NOS VAMOS A MORIR”.
Ah, y otra cosa súper interesante es que el doctor Lehmiller también dice que ciertas manifestaciones del miedo o de otras emociones fuertes se parecen muuucho a la excitación. Tipo, el corazón nos late a mil y nuestra respiración cambia.
Continuando mi investigación, me encontré con otra explicación que me sonó muy lógica. Y es que en estos tiempos, a nuestro cuerpo le URGE oxitocina, la «hormona da la felicidad» y qué mejor manera de obtenerla que un orgasmo. Nada como pasar de morir de miedo al éxtasis de una buena cogida.
Y algunas soluciones
Confieso que todas estas emociones hasta me daban culpa: la estructura mundial cambiando y yo aquí pensando en que quiero tener relaciones sexuales.
Pero luego me di cuenta de que, aunque no parezca que el sexo es una prioridad en una pandemia, no pasa nada si, para mí, lo es. A nadie le hace daño que yo esté súper caliente y realizando serias investigaciones al respecto. Y no necesito validación, aunque estuvo bien saber que no estoy sola.
En este momento hay muy pocas cosas que podemos resolver, pero definitivamente no hay necesidad de quedarnos con ganas de disfrutar nuestra sexualidad.
Y siempre hay que echarle ganitas a la comunicación virtual: oportunidad de oro para convertirnos en las reinas del sexteo y para pasarnos un día entero intentando recrear una nude inspirada en películas.
Estos tiempos son confusos no solo en lo sexual, sino en todo lo que involucra a nuestras emociones. Está bien aceptarlo y hacer lo posible con lo mejor posible. Intenta conseguir un succionador de clítoris y recuerda que entre todo lo que está en el aire, al menos la calentura sí tiene solución.
El exceso de vello causado por hirsutismo no tiene consecuencias negativas para la salud física, pero en un mundo estancado en un estándar de belleza súper estrecho, sí puede afectar mucho a la autopercepción.
Por: Victoria Giles M.
Me ha tomado mucha valentía sentarme a escribir sobre este tema. Meses, días, horas he dedicado a pensar en cómo el hirsutismo me ha controlado tanto que hubo un punto en el que mi vida social dependía de ese diagnóstico.
Pero también he aprendido que escribir sobre esto es liberador. Lo he hablado con pocas personas y hacerlo ahora se siente como un statement frente a los estándares de belleza que me han acorralado toda la vida.
Todo empezó cuando tenía unos 15 años. Odiaba mi preparatoria y mis compañeros me parecían elitistas, bobos y aburridos.
Burlarse de los maestros y de los compañerxs que no “pertenecían” era el día a día en la escuela. Entre todo esto, fui conociendo personas que por momentos consideré mis amigxs, pero recuerdo con claridad el momento en el que un “amigo” me preguntó sobre mi vello facial. De ahí no hubo regreso.
Ponerle nombre
Llevaba 15 años viviendo en el mismo cuerpo, pero a partir de ese momento me sentí irreconocible, la que veía en el espejo no era la misma. Mi cara, mis pecas, mis cejas, mi cabello, todo era otro.
De repente lo que siempre estuvo ahí empezó a ser más evidente de lo que era. El vello en mis patillas, en mis mejillas, en mis pómulos, no era el que siempre había tenido: ¿qué había pasado? Fue como si al nombrarlo, ese compañero lo hubiera hecho aparecer.
Después, en mi primera cita con el ginecólogo, le pusieron nombre a eso que me pasaba. Se me salieron las lágrimas y al doctor le dio igual.
Me dijo que tenía hirsutismo, que era necesario hacerme un par de estudios para saber el origen y el tratamiento, pero que tenía que saber que no era curable. Yo solo apreté los labios porque sentía que mi llanto iba a inundar el consultorio.
Hirsutismo e hiperandroginismo
El hiperandrogismo es un cuadro clínico causado por la producción excesiva de andrógenos en las mujeres. Ojo: los andrógenos son esteroides totalmente normales en la mujer, mientras que el grado de exceso es determinado por criterios clínicos, bioquímicos y hasta sociales.
El hirsutismo es solo uno de los signos (otros pueden ser acné, alopecia o infertilidad) y se define como el crecimiento excesivo de vello en mujeres, caracterizado por aparecer en zonas propiamente varoniles. Por ejemplo, exceso de vello facial, en el pecho, espalda, abdomen y piernas.
Saber cuántas mujeres padecen hirsutismo es complicado, pues las manifestaciones son subjetivas. Lo que para una persona es un exceso, para otra es normal.
Existen también grados, el tener hirsutismo no significa ser siempre la mujer barbona que sale en las películas. Yo tengo un grado leve, pero al final lo que he aprendido de esta condición es que no importa el grado, ni las explicaciones médicas, ni los estudios o el tratamiendo clínico.
Lo que me importa es que yo crecí con esta idea que me lastimaba, me fui creando una imagen nueva de mí a partir de lo que alguien más me dijo. Con mucho o poco vello yo he vivido esta condición como una carga pesadísima que me quita el sueño, el tiempo y la paz.
Todo lo que hice para encajar
Probé de todo: me depilé la cara con cera, con crema, con láser, con pinzas, con depilador. Los resultados hoy en día me dan lo mismo, pero en su momento era violento, me lastimé a mí misma porque a mi compañero le pareció que tenía demasiado vello en mi cara.
Me hice tanto daño en la piel que por mucho tiempo me quedaron marcas sutiles. Dejé de peinarme como me gustaba porque me aterraba cuando la gente me veía. Lloraba porque ella, a la que veía en el espejo, me parecía irreconocible.
Por años le he dedicado al menos 20 minutos, dentro de mi rutina, a depilarme cualquier exceso que tengo, a fijarme en cómo se siente mi piel y a cómo reaccionan los demás al verme.
No me gusta que me toquen la cara, me da miedo la reacción de la gente y mientras escribo esto me acuerdo de Sofi, mi amiga de la prepa que siempre me chuleaba y me decía que tenía la cara más suavecita. Mi corazón se estruja.
Empezando a sanar
Esto fue hasta que probé el tratamiento hormonal y todo mejoró físicamente. Las marcas se redujeron y el vello disminuyó.
Con el tiempo entendí que eso es lo de menos, que puedo caminar por la calle sin un solo vello en la cara, pero si no me siento bien conmigo en realidad no tiene caso el método que use para sobrellevar el hirsutismo.
Si escribo es porque ha sido un largo trayecto, terapia, amigues, amor y familia. He aprendido con los días que mi cuerpo es lo más propio que tengo, que conocerlo, acariciarlo y quererlo es un gran acto de rebeldía frente a un mundo que se ha dedicado a criticar, a señalar y a hacer cuerpos homogéneos e irreales, como si eso fuera posible.
El camino del amor propio, de aceptación, no es lineal ni fácil. Es un camino rocoso, con tropiezos que duelen pero que al mismo tiempo te obligan a levantarte del piso, porque tirarse significa ser lo que los demás quieren, y eso es algo que nunca me permitiré otra vez.
Tendré días en los que me encanta lo que veo y otros en los que no tanto, pero a quien le debería de importar es solo a mí.
Imagen. Cortesía de la autora
Cambiando mi relación con mi cuerpo
Cuando empecé a cambiar la forma en la que veía todo esto, hubo efectos en mi cuerpo. Me empecé a parecer muy bonita: mis lonjitas me parecen humanas, mis estrías me parecen resistencia y mi vello, aunque todavía me acompleja, me resulta menos violento. Me siento amada por mí misma y eso me gusta.
Sé que alguien ahí afuera pasa por el mismo camino por el que todas, a merced de la palabra de otros, pasamos.
Y si algo me ha curado y me ha abrazado son mis amigxs, que me den la mano, que me chuleen, que me besen y que me acaricien el alma, porque al final esa es una red de apoyo, esas que te sostienen cuando el camino parece fangoso y terrible.
Hablar de cómo me siento me ha tomado mucha valentía pero también ha sido liberarme de mi propia agresión a mi piel, y de la agresión de todo eso afuera que me ha dicho qué debo hacer para ser bonita.
La cuarentena por coronavirus ha afectado a todo el mundo de maneras diferentes. Esto es lo que nos dijeron mujeres en diferentes países sobre sus experiencias.
La crisis del coronavirus es global. Sin embargo, la manera en la que la vivimos tiene mucha relación con el país en el que estamos, nuestras condiciones laborales y nuestras redes de apoyo.
Por eso quisimos saber cómo la están viviendo mujeres que están fuera de México: las mexicanas que viven fuera y también las latinoamericanas que lo viven desde su país.
Contactamos a varias de ellas para saber cuáles son sus preocupaciones, cómo se han adaptado a estar recluidas en sus casas o sus departamentos y también cómo han sentido la respuesta gubernamental.
Cuarentena por coronavirus en 5 países
Lo que descubrimos en sus respuestas es que la sensación de incertidumbre y ansiedad nos atraviesa a todas.
Algunas llevan solo unos días en sus casas, en países donde la cuarentena no es obligatoria ni oficial, mientras que otras ya han visto cómo se cierran sus fronteras o están en Estado de excepción.
También coinciden en la preocupación por sus seres queridos, tanto los que viven en el mismo país como los que están lejos.
Las maneras de llevar el encierro van desde pequeñas acciones todos los días, como hornear, hasta crear redes para asegurar que ninguna va a enfrentar sola la enfermedad o la ansiedad.
Definitivamente estos tiempos nos traen muchos retos y no sabemos qué nos espera. Pero en la comunidad Malvestida nos acompañamos siempre, aunque no nos podamos abrazar.
En este video puedes ver lo que nos dijeron. Ellas son Julia Gavarrete (El Salvador, San Salvador), Alana Rivero (Raleigh, Estados Unidos), Mariana Hollmann (Montreal, Canadá)
También Marcia Perdomo (Tegucigalpa, Honduras), Dulce Caballero (Madrid, España), Monse Higareda (Rotterdam, Países Bajos), Viviana González (Londres, Reino Unido) y Jimena Ramón (Perth, Australia).
Nuestra columnista Valeria Angola platicó con la documentalista Ebony Bailey sobre lo que significa para ella ser blaxican y sobre su más reciente corto documental: Jamaica y Tamarindo.
Por: Valeria Angola
Conocí a Ebony Bailey el 8 de marzo del año pasado, en la marcha por el Día Internacional de la Mujer en México.
Desde entonces, no hemos dejado de vernos y conocernos la una a la otra. Ebony es una joven cineasta negra que tiene dos trabajos documentales muy interesantes sobre la cuestión de la negritud en México, Entre fronteras y Jamaica y Tamarindo.
Ebony es de Porterville, un pequeño pueblo del valle central de California con muy poca gente negra.
Se enuncia a sí misma como afrochicana, afropocha o blaxican. Su papá es afroestadounidense y su mamá es mexicana. La entrevisté para saber más de cómo construye su identidad y cómo influye en su trabajo.
Lo que platicamos con Ebony Bailey
¿Qué es blaxican? ¿De dónde viene este término? ¿Dónde lo escuchaste por primera vez?
Yo empecé a decirme blaxican cuando tenía 10 o 12 años, recuerdo que ya teníamos acceso al internet. Para mí era solamente combinar black y mexican.
En mi pueblo, no tenemos mucho la identidad chicana, los mexicanos no dicen “soy chicano”, decimos, “I’m Mexican”, como que la identidad chicana no es tan fuerte…
Yo lo digo ahora, porque es fácil ubicarme en México cuando digo que soy chicana, pero en mi pueblo no decimos “somos chicanos”, somos mexicans.
Entonces blaxican es una combinación entre black y mexican. Más grande empecé a ver que otras personas que tenían un papá negro y una mamá mexicana o viceversa, también se denominaban así.
Hace como 5 años, me acerqué a un chavo que también es blaxican. Él me dijo que quería hacer un proyecto en Instagram con los blaxican de LA, entonces yo le dije que podía escribir sobre su proyecto para el periódico que trabajaba.
Cuando sucedió eso empezó a viralizarse el término. No es que sea tan conocido, pero ese proyecto de fotos y otros artículos difundieron el término, ahora la gente ubica un poco mejor qué es blaxican.
¿Cómo vives esas dos identidades, la negra y la mexicana?
Mi pueblo es muy mexicano. Crecí con mis abuelos, mis tíos, mis primos. Mi papá es del sur de Estados Unidos, de un pueblo muy discriminado, él siempre nos hablaba de Malcolm X y las Panteras Negras.
A través de él nos acercamos al hip hop, porque para mí el hip hop es un referente de la cultura negra y yo creo que sin él, hubiera sido una niña perdida con respecto a mi negritud. Tengo todo el físico de una persona negra, pero la cultura sí la tengo más mexicana, chicana.
Nos preguntan mucho en Estados Unidos si me siento más negra o mexicana y siempre soy muy consciente de que mi físico es de una mujer negra, la gente me ve como negra, no me veo como mixed, entonces la gente raramente piensa que yo tenga una mamá que no sea negra y estoy muy orgullosa de eso.
Pero también crecí con familia mexicana en un pueblo mexicano y esa es una parte muy importante para mí.
¿Cómo aprendiste el español?
Siempre crecí con el español, pero realmente empecé a hablarlo hasta que tenía 14 años, cuando tenía que tomar clases en high school.
Mi abuelo hablaba mucho inglés y mi abuela es bilingüe. Siempre digo que cuando llegué a California (antes vivía en Virginia) fue la primera vez que me di cuenta que era mexicana y negra.
Me di cuenta que era negra porque cuando llegué a California era la única negra, todos los compañeros se burlaban de mí, me decían cosas en español, pensando que yo no iba a entender.
Me di cuenta que era mexicana porque cuando llegué a vivir con mis abuelos, me hablaban en español y me enseñaban cosas en español, recuerdo palabras que aprendí primero en español como mosca o trapo, palabras chiquitas.
Pero el español es algo que he estado aprendiendo hoy, sí me he esforzado mucho para aprenderlo, para mí ha sido una meta muy importante porque he conectado con estas raíces y con otra gente de otras partes, creo que es lo bonito de aprender idiomas.
still de Jamaica y Tamarindo
¿Qué estudiaste?
Yo estudié periodismo en LA, en la Universidad del Sur de California, con especialización en relaciones internacionales y español. En la maestría estudié cine documental en la UNAM y todavía estoy en la tesis.
¿En qué momento te acercaste al cine?
Cuando estaba estudiando periodismo tenía mucho interés en lo digital, la página web, social media y todo eso, pero cuando hice una práctica en un periódico se me hizo medio aburrido porque estaba en el escritorio todo el tiempo.
En el tercer año tuve otra práctica en el departamento de multimedia de una estación de radio. Me pusieron a editar y tomar fotos, a grabar y me encantó, me enamoré de la cámara.
Mi acercamiento al cine, empezó con la fotografía, me gusta mucho la tecnología, las posibilidades de jugar con las configuraciones y la tecnología.
El cine es la manera que encontré de contar historias con herramientas técnicas, me interesan mucho los temas sociales, culturales, social justice y siento que lo audiovisual es una muy buena manera de difundir mensajes.
Yo soy muy visual y sé que otras personas también aprendemos más viendo algo que escuchando o leyendo, que también es muy importante, pero lo audiovisual para mí es algo fundamental. Me gusta hacer composiciones a través de la cámara, hacer arte a través de la cámara y mezclar estos temas sociales con el arte y lo técnico.
Still de Jamaica y Tamarindo
¿Por qué vienes a México?
Decidí venir a México a estudiar una maestría. Ya había vivido en el exterior, en Perú, quería aprender más español y, es un poco cursi, pero también por mi familia, para conocer mis raíces. Pensé que estudiar iba a ser un buen pretexto para eso.
Hablemos de tu trabajo como cineasta negra. Jamaica y Tamarindo, tu más reciente documental, se estrenó hace poco y se ha presentado en diferentes festivales en el mundo, como el Pan African Film Festival, entre otros. ¿Cómo nació la idea, qué lo inspiró?
Me interesa saber cómo es la gente negra que vive en México, cómo es la gente negra mexicana, empecé a investigar mucho y hablando con una amiga, Leona, sobre las cosas en la cultura mexicana que son de África, me dijo: “la jamaica es africana”.
Yo no lo podía creer… yo crecí tomando agua de jamaica y comiendo dulces de tamarindo. Desde ese momento, pensé en incluir la jamaica de alguna forma en mi proyecto de tesis y Jamaica y Tamarindo es mi proyecto de tesis en la maestría.
Me gusta decir que Jamaica y Tamarindo funciona como metáfora para hablar de la invisibilización de la presencia negra en México. No es un corto sobre la jamaica y el tamarindo, son metáforas para hablar de un tema más profundo.
Quiero transmitir esta conexión que México tiene con la diáspora africana, no me interesa transmitir datos exactos o fechas.
Mucha gente se sorprende cuando se entera de que la jamaica y el tamarindo son plantas africanas, así mismo se sorprenden cuando dices que hay negros en México. Por eso digo que son las metáforas ideales para hablar de este tema
¿Cuál es el siguiente proyecto?
Es una largometraje, tengo muchas ideas… se trata también de la negritud en México, pero ahora lo queremos contar como si fuera un cuento para niños, específicamente es para un niño que es hijo de un amigo, nació en Tijuana y es Haitijuanense, también es afromexicano.
La historia sería un poco hilando historias del pasado con testimonios del presente. Más adelante, me gustaría hacer una serie de las comidas, de las diferentes comidas, con sus contextos históricos, pero esta idea es super verde, está empezando a germinar.
¿De qué manera sientes que tu trabajo aporta al tema de la negritud en México?
Hasta hoy en día mi enfoque ha sido visibilizar la identidad negra en México, o la identidad negra mexicana, porque también hay identidades negras que no vienen de México, pero están aquí.
La negritud ha sido súper invisibilizada en México… hay muchas personas que tienen rasgos negros, pero no se identifican como afro porque no tienen referencias.
El racismo institucional ha sido tan fuerte que la propia gente negra no sabe que lo es, no se identifica, es una especie de genocidio.
El Covid-19 ha impactado todas las áreas de nuestras vidas, pero en especial en cómo trabajamos. Algunas podemos hacer home office mientras que otras pierden ingresos o tienen que exponerse.
El aislamiento por el Covid-19 ha visibilizado las precariedades laborales en México. Sabemos que los contextos que atraviesan a cada mujer son distintos y para muchas, esta cuarentena no solo trae una preocupación sanitaria, sino también económica.
Esto porque en nuestro país pocas personas tienen acceso a las prestaciones de ley y a su vez la informalidad causa falta de seguridad social y vulnera la estabilidad laboral.
Por eso, creemos importante reconocer que, así como muchas podemos quedarnos en casa estos días, muchas otras no tienen esa posiblidad o, si lo hacen, se arriesgan a perder ingresos.
Platicamos con 6 mujeres para saber como están llevando el distanciamiento social, cómo les ha modificado sus rutinas de trabajo y también los sentimientos y preocupaciones que les ha ocasionado.
Oralia y la mercadita feminista
Oralia Balderas es fundadora de la grupa de la Mercadita Feminista en Querétaro. Las integrantes de la grupa construyen una forma de economía diferente, autogestiva y sorora.
Ofrecen productos y servicios hechos por mujeres y promueven el trueque, así como los costos sororos.
Oralia nos cuenta que, desde su perspectiva, esta cuarentena afecta doblemente a las mujeres, ya que históricamente han estado inmersas en desigualdades laborales.
A esto se le suma el trabajo de cuidado, de crianza y del hogar que tienen que realizar y que no es remunerado.
«Muchas veces no cuentan con servicio de guardería o con una tribu que les apoye con la crianza y con la situación de la pandemia es aún más difícil. Sus ventas han disminuido, ya sea porque las personas evitan salir por las medidas sanitarias o porque están limitando sus gastos para comprar solo lo indispensable»
También menciona otras situaciones que influyen en las vidas de las mujeres durante la crisis del Covid-19. Por ejemplo, quienes maternan no solo se ven en la necesidad de buscar ingresos económicos, también tienen que encontrar cómo proveer educación en casa.
«Los gastos aumentan al estar en casa. Por ejemplo, en muchas guarderías o escuelas se les ofrece a las niñas y niños uno o dos alimentos. Ahora son alimentos que ellas tienen que comprar.»
Oralia, quien es piscóloga, nos cuenta que está dando terapia en línea, pero no todas sus pacientas tienen acceso a internet. Tampoco puede tratar a más mujeres, pues para ella es importante el contacto personal en la terapia.
La mercadita feminista ha tenido que cancelar su próximo bazar por la contigencia y esto afecta las compañeras que participarían ya sea vendiendo sus productos u ofreciendo sus talleres.
Josefa, trabajadora del hogar
Desde hace siete años, Josefa es trabajadora del hogar y labora siete horas diarias. De sus ingresos dependen sus dos hijos, además de que solventan los gastos de despensa, comida, luz, gas y agua.
A pesar de la contingencia de salud por el Covid-19, hasta la fecha ella sigue laborando. Se ha visto afectada en el tiempo de traslado, pues normalmente todos los días viaja dos horas y media de su casa hasta su trabajo, pero con esta cuarentena el tiempo de movilidad ha aumentado. «He tenido que pagar Uber o taxi para llegar a tiempo porque se tardan muchos los camiones.»
Además, el sentimiento de preocupación y miedo es constante con la situación del Covid-19. Sus empleadores no le han dicho qué medidas van a tomar.
Josefa no cuenta con prestaciones de ley ni seguro social: le preocupa contaminar a alguien en su casa y no tener cómo hacer frente a los gastos.
«Ahorita mis empleadores no han dicho nada, solo que me cuide mucho y que me lave bien las manos; que me proteja del virus, pero no me han dicho nada más de eso, ni qué piensan ni qué vamos hacer en caso de que se prolongue más tiempo la cuarentena. Sí he pensado platicarlo con ellos.»
Josefa nos cuenta que en caso de que se prolongue la cuarentena no tendría forma de pagar sus gastos mensuales: «Vamos al día y es algo muy preocupante que nos afecta mucho»
Karla, administrativa
La familia de Karla está en cuarentena: ella es la única que está saliendo a trabajar.
Desde hace un año y medio, forma parte del área administrativa de una universidad púbica estatal. De su empleo ella cubre sus gastos, traslados, comida, aporta en su casa y ahorra para sus estudios.
Uno de los sentimientos que le ha generado la pandemia por el Covid-19 es la inseguridad, porque trabaja por honorarios y su institución no le proporciona servicios de salud ni prestaciones de ley.
«Si me pasa algo tendría que pagarlo todo de mi bolsa, y por lo que sé son caros los gastos de salud. Mi familia no está saliendo ni a la tienda para protegerse y a mí me duele mucho tener que llegar y ser a lo mejor yo la que los infecte. Soy de riesgo para todos.»
Hasta el momento en que se le entrevistó, su área administrativa era la única en toda la universidad que seguía laborando. Un área integrada por puras mujeres.
Karla explicó que la dinámica en su trabajo había cambiado a partir de la cuarentena. Se tomaron algunas medidas, pero la preocupación sigue, ya que muchas compañeras se trasladan en transporte público y su área está en contacto con gente.
«Nosotros tenemos becarios a nuestro cargo y les dijimos que se fueran, pero el trabajo sigue llegando y tenemos que cubrirlo. Lo que hemos hecho es protegernos lo más que podemos, en cuanto a lavarnos las manos, gel antibacterial, alejarnos una de otras, pero seguimos en contacto con personas que llegan por sus pagos»
Para Karla y sus compañeras, la cuarentena iniciará la próxima semana, según le informó la institución que la emplea. Y recibirán dos quincenas adelantadas.
Esta semana Cecilia tuvo que cubrir una manifestación en una plaza pública. Esto le causó mucha ansiedad, ya que no hubo las medidas sanitarias y las personas no mantuvieron la distancia recomendada.
Ella es reportera para tres medios diferentes. Solo en uno le pidieron cambiar la forma de conseguir la noticia: hacer entrevistas por vía telefónica y hacer home office.
Pero sigue saliendo a calle porque en otro de sus medios no se han implementado medidas precautorias. Incluso tiene que acudir a la redacción a entregar las notas.
«Nos siguen dejando encargos para que salgamos, hay recorridos en mercados, en hospitales, en comercios. Realmente la dinámica de salud no ha cambiado, nos dijeron que limpiáramos nuestros teclados y sí lo hacemos, pero obviamente nosotros llevamos nuestras toallitas desinfectantes»
Para Cecilia, el acceso a la información por parte de funcionarios públicos se ha limitado y ese es uno de los cambios que ha notado, lo cual ha hecho que su jornada de trabajo aumente.
«No hay entrevistas, todavía la semana pasada acudían a Palacio de Gobierno del Estado de Querétaro. Ahorita ya cambiaron las sedes de las reuniones y ya no encontramos a ningún funcionario que responda las dudas que han surgido de esta enfermedad.»
Kenia, comerciante
A Kenia le gusta la repostería y de eso va el negocio que emprendió hace dos años. Además prepara desayunos y toda clase de sorpresas para fiestas. Es su principal fuente de ingresos y comparte con sus esposo los gastos de la familia: tienen un bebé de un año y una hija de dos.
En febrero, Kenia invirtió más en su negocio, pero a partir del Covid-19 todo cambií: bajaron las ventas y los insumos de repostería aumentaron.
A pesar de eso, ha implementado nuevas estrategias para conseguir clientes y que sus productos se vendan. Por ejemplo, la semana pasada vendió kits de galletitas para que les niñes decoren en casa.
Además, ha tenido que buscar insumos más baratos, pero de buena calidad, para poder vender a precios más bajos.
«Sí ha sido un impacto muy fuerte para mi negocio, es dejar de percibir ingresos e incluso cuando la gente me pregunta por algún detalle que ya tengo en mi menú, me dicen que gracias pero no. Y les digo que me acoplo a su presupuesto, pero la gente ahorita no tiene dinero.»
Kenia ha tenido tenido algunos sentimientos como miedo e incertidumbre del día que se le acabe el dinero o el de su esposo, que también trabaja independiente.
Por lo pronto, ambos han optado por apoyar los negocios independientes de sus vecinos y suspender las compras en grandes supermercados. Considera importante apoyarse entre todos.
Lucía, fotógrafa
Lucía es fotógrafa para un periódico de circulación nacional. Salir a la calle a hacer su cobertura habitual le causó un poco de miedos, después solo incertidumbre porque ve gente en la calle que no necesita salir.
En su redacción solo los jefes de cada área trabajan presencialmente, todo el personal hace home office. Ella no, porque es fotógrafa y tiene que obtener registro de lo que se vive en las calles de la Ciudad de México en esta cuarentena. Esta nueva asignación le ha cambiado completamente su rutina de trabajo.
«Estoy laborando bajo circunstancias atípicas. Generalmente me agendan muchas entrevistas, conferencias de prensa, recorridos, la mañanera, las conferencias de Claudia Sheinbaum. Ahorita retrato lugares de esparcimiento cerrado, centros comerciales, supermercados, la gente varada en aeropuertos»
Algo que le ha parecido impresionante al documentar esta cuarentena es la desigualdad social entre colonias como la Condesa, en donde todo se encuentra cerrado, y otras colonias en donde la gente no ha podido guardarse.
Una de las preocupaciones que tiene en caso de prolongarse la cuarentena es el futuro de su medio, como que se reduzcan las páginas y de los trabajos extras que obtiene como freelance:
«Los voceadores van a tener que irse a sus casas, los puestos de periódicos van a tener que cerrar y entonces, ¿quién distribuye el periódico?»
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En estos momentos muchas cosas están en el aire, pero lo que podemos hacer es juntarnos a ayudarnos entre todas. Además de organizarnos para que a mediano y largo plazo todas tengamos mejores condiciones laborales.
Fundado a mediados de 2019, el colectivo Madres Buscadoras de Sonora se dedica a la exploración y búsqueda diaria de desaparecidos en su estado: te platicamos sobre su labor.
Por: Gabriela Martínez
Me atrevería a afirmar que la mayoría de los sonorenses sabemos de un caso cercano de desaparición.
La narrativa es más o menos la misma: hombre joven o de mediana edad es “levantado” de manera violenta, por gente armada, y ya no regresa a casa.
Lo comentamos entre nosotros con horror, pero nunca con incredulidad: tenemos muy normalizada la posibilidad de ser testigos involuntarios de violencia por parte del narcotráfico.
Por ejemplo, casos donde lo peor que puede ocurrir es precisamente un levantamiento o bien, morir en el acto.
¿Mas no es la desaparición una especie de muerte? Un espacio liminal donde no solo están atrapados los que se llevaron: también engulle a sus familias que, a falta de un cuerpo, jamás pierden la esperanza de encontrarlos vivos.
Las familias son las que buscan
A estas alturas, tenemos claro que en la búsqueda de nuestros desaparecidos –porque sí, todos los que faltan son nuestros– es la sociedad civil la que lidera.
En México existen más de 70 colectivos y organizaciones dedicados a la búsqueda de desaparecidos en el país, la gran mayoría formados por familiares de los afectados.
Pero, ¿de qué modo se resiste cuando te quitan a un ser querido? Mejor aún, ¿cómo continúas viviendo a pesar de cargar con un dolor que se sabe inconmensurable?
“Nadie como otra madre para entendernos, ¿no? Así nos apoyamos entre nosotras, porque pues cada quién tenemos el mismo dolor, el mismo enfoque, que es luchar para buscarlos hasta encontrarlos y sabemos que si caemos nadie los va a buscar como nosotras: tenemos que seguir”, nos explicó Cecilia Flores Armenta, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.
Platicamos con ella sobre su dura labor en la búsqueda de los desaparecidos en Sonora, tarea que Cecilia, junto a un cada vez más numeroso grupo de mujeres, llevan a cabo todos los días.
Siempre trabajando
Cecilia nos respondió la llamada en medio de una de sus jornadas de exploración: entre semana, ella y otras de las 159 mamás que integran al grupo, salen al “monte” con palas y varillas, para determinar si esos terrenos son posibles fosas.
“(El colectivo se formó) después de la desaparición de mi hijo Marco Antonio, el 4 de mayo de 2019.
Empecé sola a buscar a mi hijo, por todos los montes: todos los días salía desde que amanecía hasta que había sol, y posteaba en redes sociales con la esperanza de que se apiadaran (y lo entregaran)”, contó.
Más madres de familia con desaparecidos leyeron sus publicaciones y comenzaron a preguntarle qué podían hacer. Así terminaron acompañándola en las búsquedas.
“Y así se hizo el colectivo, somos mamás de todo Sonora: de Ciudad Obregón, Puerto Peñasco, Altar, Navojoa, Caborca… Nos unimos, agarramos una pala, una varilla y muchas fuerzas, nos unimos con todo el valor que tenemos para ellos y salimos a buscarlos”, indicó.
Cecilia también colabora con el colectivo de las Rastreadoras por la Paz de Sinaloa, ya que otro de sus hijos, Alejandro Guadalupe, desapareció en Los Mochis, en 2015.
Las Madres Buscadoras de Sonora eligen los lugares de búsqueda a través de informes que reciben en redes sociales y así se mueven, ubicando diversos puntos.
Dedican tres días a la exploración y cuatro días a la búsqueda activa: cuando encuentran un cuerpo u osamenta, la denominan como búsqueda positiva.
“Nos ha pasado que hemos buscado en otra parte y volvemos a los días y encontramos otro cuerpo ahí: vuelven a ocupar las fosas”, comentó Cecilia.
A la fecha, las Madres Buscadoras han encontrado 102 cuerpos en el estado, 54 de ellos en un área aledaña al municipio de Puerto Peñasco, razón por la cual fueron noticia en México en octubre del año pasado.
“La mayoría (de cuerpos) que hemos encontrado son muchachos jóvenes, también hemos encontrado gente adulta y mujeres, de hecho la última búsqueda positiva en Puerto Peñasco era una pareja”, señaló.
En cuestión de seguridad, Cecilia explicó que miembros de Sedena las acompañan en los días de búsqueda y permanecen con ellas todo el día. Cuando son días de exploración, los policías municipales las apoyan.
“No deberíamos ser nosotras las madres las que estemos buscando a nuestros hijos”
Cecilia nos contó también que entre los factores comunes de los desaparecidos en Sonora se encuentran la edad y la forma en que fueron “levantados”: comúnmente por gente armada, algunos en su trabajo –como sucedió con su hijo–, otros en en su casa o en la calle.
Y si bien no se nombran a sí mismas como feministas, las Madres Buscadoras de Sonora tienen clara la importancia de la lucha contra la violencia de género, otra fuente de desapariciones
“¿Qué nos van a decir a nosotras de cómo se ve la violencia?, la vemos en búsquedas al encontrar cuerpos lacerados y huesos baleados, ropas ensangrentadas, y nadie hace nada. Quienes tenemos desaparecid@s conocemos las ganas de quemar el mundo por ell@s”, tuitearon.
La búsqueda no termina
Las Madres Buscadoras de Sonora cuentan con dos protocolos de acción: búsqueda en vida y búsqueda de cuerpos.
En la búsqueda en vida, cuando localizan a una persona indigente con las características de algún desaparecido, suben su fotografía a las redes sociales y esperan a que la familia aparezca, mientras el colectivo hace todo lo posible para mantenerlo resguardado.
“En la búsqueda de cuerpos nos vamos a los montes como aquí andamos ahorita, vamos viendo el terreno: si hay hundimiento, pues si está la tierra removida y así, usamos una varilla para meterla en la tierra y ver si pega (a una osamenta)”, explicó.
Cuando la búsqueda es positiva (es decir, que encuentran cuerpos), las buscadoras llaman al 911, para que las autoridades hagan el levantamiento.
Las mujeres del colectivo procuran quedarse para determinar el tipo de ropa que llevan los cuerpos o si tienen alguna identificación, para poder localizar pronto a la familia.
“Eso es lo que queremos, que la familia lo recupere y que (los demás) vean nuestro trabajo: ahora son nuestros hijos, quizás mañana son los de ellos”, concluyó.
A las personas con cuerpos normados nos urge escuchar más a las mujeres gordas e incluir su lucha en nuestros feminismos.
“Me encerdé”, “voy a regresar gordísima de mis vacaciones”, “no he dejado de comer, qué asco”. Escucho una variación de estas frases al menos una vez a la semana. Por lo general no respondo nada positivo ni negativo.
Trato de que resbalen por mis oídos sin tocar mi cerebro ni mi corazón, que se pierdan en el aire.
Hace unos años, tal vez hubiera pensado con tristeza en cómo la sociedad nos enseña a las mujeres que nuestro cuerpo siempre está mal o, al menos, que siempre puede ser perfeccionado de alguna manera.
Gracias a la paciencia de mis amigas, ahora entiendo que hay algo más. La comida no tiene valor moral, es neutra. Y la gordura tampoco tiene un valor ético o moral, solo existe.
En una sociedad como la que vivimos es normal preocuparnos por ser parte del estándar de belleza. Pero, como feministas, nos toca deconstruir ciertas ideas y escuchar a nuestras compañeras gordas, con discapacidad o cuerpos no normados.
Todas tenemos derecho a nuestros miedos y a nuestros sentimientos y esto no se trata de culpa, que no resuelve nada. Se trata de cuestionarnos por qué hemos dejado que la gordura sea uno de esos miedos, por qué nos sentimos cómodas expresándolo a mujeres que son gordas, sin pensar en cómo las hace sentir a ellas.
¿Por qué hablar sin parar de dietas en una reunión, cuando tenemos una amiga que las hace desde los 8 años y con ellas aprendió que sin bajar de peso nunca será deseable, siempre será distinta?
O, yendo un poquito más allá: ¿por qué creemos que la única belleza es blanca y delgada?, ¿por qué creemos que lo peor que puede pasarle a una mujer es engordar? Nuestros cuerpos cambian todo el tiempo y son válidos en todas sus presentaciones. Válidos y con derecho a vivir sin constante discriminación.
Una de las mayores revoluciones para mi persona, mi feminismo y mi relación con otras mujeres ha sido eliminar dentro de lo posible las frases gordofóbicas de mi vocabulario. De ahí vino buscar y apreciar otros tipos de belleza. Y de ahí, cambiar también la manera en la que pienso.
Piensa en cuántas personas sigues en Instagram, por ejemplo, y cuántas de ellas encajan en el ideal de belleza mainstream. Decidir que otros cuerpos son bellos y aprender de experiencias distintas a las nuestras cambia mucho la manera en la que pensamos.
Nos toca escuchar
Esta es una invitación que constantemente nos hacen las mujeres y personas con cuerpos no normados y que creo que desde el feminismo no hemos hecho lo suficiente para aprender y aprehender. Es incómodo, toma tiempo, nos confronta muchísimo. Y justo por eso vale la pena.
Me siento incómoda escribiendo esto, de hecho. Como un macho progre, quizá. O como la policía de lo políticamente incorrecto. Lo hago porque quiero que, por una vez, no sean mis amigas gordas las que tengan que explicar esto, porque quiero decir en voz alta que estoy con ellas.
Y porque ellas no son mi público. Mi público somos las mujeres delgadas o normadas, las que podemos encontrar ropa de nuestra talla en cualquier tienda. Las que podemos ir al doctor sin miedo a que nos pida bajar de peso sin escuchar nuestros síntomas. Las que no recibimos miradas juzgantes en los aviones o en las salas de espera. A las que no se nos acercan personas desconocidas a recomendarnos una dieta “por salud”.
El aislamiento social voluntario por coronavirus no es fácil. Estar lejos de las personas que queremos y además tener miedo es una mala combinación.
Es importante crear nuevas rutinas, estar en contacto con otras personas, recordar que somos más fuertes de lo que creemos. Y saber que nada es para siempre: esto también pasará.
Si estás en búsqueda de nuevas ideas para nudes, te presentamos algunas escenas icónicas del cine que pueden echar a volar tu –erótica– imaginación.
Las nudes son todo un arte, amigues. Ese momento íntimo y erótico en el que nos ponemos frente a la cámara para retratar nuestro cuerpo tiene la capacidad de conectarnos con nuestra sensualidad y, si lo queremos, incluso compartirla con alguien más.
Si últimamente andas en búsqueda de ideas para nudes bien perris, aquí te traemos algunas escenas de películas que nos han ayudado a echarle más ganitas a nuestras producciones caseras.
¿Las nudes imitan el arte o el arte imita las nudes? Lo dejamos a tu criterio.
Lions Love, de Agnès Varda
Para quienes son fans de las selfies con harrrrrrrta producción, nada como inspirarse con esta película de Agnès Varda, la cual demuestra que la desnudez también se disfruta acompañada.
Si hablamos de ideas para nudes, las imágenes de Lions Love son cuadros perfectamente coreografiados que invitan a pensar en la cotidianidad desde la mirada del arte.
Seguramente te tomará algo de tiempo preparar un set como el de Varda, pero valdrá la pena cuando veas el resultado final y tengas las nudes más EXTRA del planeta.
¿Nuestra recomendación? Piensa en tu cuerpo como parte de un lienzo y juega con telas de colores, texturas y espejos para darle ese toque histriónico.
Le Mepris, de Jean-Luc Godard
Esta película es un clásico de Jean-Luc Godard que habla sobre una relación híper tóxica que no le deseamos a nadie, pero lo que sí podemos aprenderle a Camille Javal (interpretada por Brigitte Bardot) es su habilidad para posar semidesnuda con toda naturalidad: sobre la cama, en el baño y hasta tomando el sol con librito tapando la pompi.
La gran lección de esta película es repensar nuestros encuadres. Por ejemplo, nos encanta la idea de mostrar solamente una parte del cuerpo, como cuando las piernas y nalgas de la protagonista acaparan toda la pantalla.
O hacer una toma frontal en la que se note que estamos desnudas, aunque no mostremos nada considerado «escandaloso».
Grandes Esperanzas, de Alfonso Cuarón
Nadie domina el arte de desnudarse frente a una ventana mejor que Estella (Gwyneth Paltrow) en Grandes Esperanzas.
La película de Alfonso Cuarón nos regala múltiples ideas para nudes muy kermosas usando las ventanas como escenario.
Ya sea que decidas usar una ventana gigante o la humilde ventanilla de tu baño, la entrada de la luz desde el exterior crea un ambiente suuuuper sensual en las fotos.
María Antonieta, Sofia Coppola
De esta reina fashionista y polémica, reinterpretada por Sofia Coppola, podemos aprender dos cosas para replicar en nuestras nudes:
La primera es la importancia de un buen fondo para las fotos. Y aunque a María Antonieta casi no la vemos con poca ropa en la película (sino todo lo contrario), vale la pena imitar la soltura con la que deja caer el cuerpo, ya sea sobre un tapiz rococó carítsimo de París; en el campo o sobre una cama repleta de almohadas suavecitas.
¿La segunda lección de esta queen? Accesorios.
Un abanico de mano, medias, plumas en la cabeza, un sutil listón en el cuello o un antifaz. Desnudez accesorizada, ¡cómo no!
Esperamos que estas escenas te hayan ayudado a tener nuevas ideas para nudes. Recuerda que lo más importante es que tú te sientas cómoda y segura explorando tu cuerpo en todas sus dimensiones.
Abortar no es lo mismo en México que en otros países de América Latina y el Caribe. Por eso quisimos saber las experiencias de aborto de mujeres cubanas: en su país el procedimiento está institucionalizado desde hace más de 50 años.
Por: Claudia Olmedo
Cuba fue el primer país en América Latina en despenalizar el aborto. Esta peculiar isla, que suele explicarse sin matices, brinda a sus ciudadanas aborto seguro y gratuito desde 1965.
Si bien no está escrito en la Constitución y no tiene ningún sustento legal, para el gobierno cubano el aborto es un asunto de salud pública y por esto está institucionalizado (más no legalizado) por el Ministerio de Salud.
Muchas aristas que atraviesan, integran y desbaratan las realidades de las mujeres cubanas. Abortar en Cuba un procedimiento médico como cualquier otro y en el país la Iglesia católica no tiene mucha autoridad en asuntos de salud o políticos, mientras que la religión Yoruba, una de las más practicadas, celebra a Oshun, diosa que representa la fertilidad y la sexualidad.
El Estado ha permitido que las mujeres gocen de una sexualidad menos castigada que en otros países latinoamericanos, pero al mismo tiempo las ha limitado en otros aspectos: históricamente ellas han sido casi diluidas de las altas esferas políticas y les ha garantizado educación a todas pero pocas oportunidades de desarrollo profesional.
Desde antes de la Revolución y hasta hoy con Miguel Díaz Canel, la prostitución es una fuente de ingresos para muchas mujeres (y hombres). El mismo Estado ha sido propulsor de esta situación por omisión voluntaria y por ser beneficiario directo, ya que la industria turística cubana es diariamente favorecida.
Escribe Leila Guerriero en Cuba en la encrucijada (Debate, 2017) que de todas las preguntas que debe hacerse el periodismo, solo hay una que si hablamos de Cuba, puede responderse fácilmente: ¿dónde está Cuba? Para todas las demás “no solo no hay respuestas fáciles sino que además cada quien parece tener las suyas”.
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Experiencias de aborto en Cuba y en México
Respecto al aborto y el derecho a elegir la maternidad, platiqué con tres mujeres cubanas que hoy viven en México.
Ellas, como las 85,045 mujeres que se practicaron un aborto en Cuba en 2018, hicieron lo propio en algún momento (o varios) de sus vidas.
¿Por qué abortar?
“Mi primer aborto fue porque yo estaba muy joven y no estaba en mis planes, vivía en Cuba todavía y yo estaba muy clara de que no iba a parir en condiciones no favorables”, dice Omara.
Celia usaba una T de cobre a los 17 años y salió embarazada. Ese mismo año emigró a México, su novio estaba en Cuba y de ninguna manera quería ser madre.
Y Gloria lo recuerda simple: “no estaba en mis intenciones tener familia todavía, eso es una cosa que se tiene que planificar”.
Hacerse un legrado en Cuba es relativamente sencillo. Gloria narra que después de confirmar tu embarazo con el médico de la familia, vas al hospital, te formas en una fila con otras mujeres y a partir de las 7 a.m. van pasando una por una.
Después de recuperarte de la anestesia te vas a tu casa con la situación resuelta. En 2018, por cada 100 partos, hubo 76.2 embarazos interrumpidos.
Las tres se han practicado más de un aborto a lo largo de sus vidas. Celia es una mujer sumamente fértil y ha salido embarazada incluso usando condón:
“Yo me cuido, pero suceden accidentes incluso con protección. Entonces si yo llevara a término todos los embarazos que Diosito me ha mandado, como piensan aquí en México, tuviera fácil 20 hijos, entonces es algo que no, ni de pensarse”.
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Abortar allá, abortar aquí
A diferencia de Omara y Gloria, Celia ha realizado sus abortos en México y su sentir respecto al proceso es distinto al de sus paisanas:
“He ido a una clínica que se llama Marie Stopes y me han tratado muy bien, pero sí sientes que todos los que te ven salir te regalan una cara de: ‘eres una asesina’, todos te juzgan, es muy complicado hacerles entender cómo pensamos en Cuba”.
Omara narra que su entorno fue indiferente cuando decidió interrumpir sus embarazos. Es más probable que haya exaltación si una mujer cubana habla mal públicamente del difunto Che Guevara que si aborta.
Finalmente, Gloria insiste en que es una situación completamente normalizada, reflexiona y me dice con cierta molestia:
“Es que yo no sé porque aquí en México esto es un debate, no tiene que ser debate de nada. Yo entiendo que eso es un derecho que tiene toda mujer de planificar su familia porque en definitiva, ¿quién va a mantener al bebé? ¡lo voy a mantener yo!”
¿Una decisión libre?
En Cuba, el gobierno se hace responsable constitucionalmente de brindar educación desde la primera infancia (guarderías) y servicios de salud vitalicios, en ambos casos de manera gratuita.
Aunque, como en el caso de Omara, para algunas mujeres las condiciones mismas de la isla hacen que la decisión de parir no sea tan libre, sino que está condicionada por la aspiración de vivir en un lugar con realidades distintas.
Ella repite en distintas ocasiones que cada quien es dueña de su cuerpo y que ella puede hacer lo que “le dé la gana”.
Gloria tiene otra perspectiva y comenta que Cuba ha llevado el tema del aborto a un extremo peligroso, ya que el acceso para la juventud cubana es tan libre que suele confundirse con un método anticonceptivo.
Según el Anuario Estadístico de Salud 2018 realizado por el Ministerio de Salud Pública de Cuba, por cada 1000 mujeres de entre 12 y 49 años, 30.4 se realizaron un aborto, a pesar de que un 77.2% del mismo sector contaba con algún método anticonceptivo.
La Omara de 20 años estaba segura de tres cosas: no tendría hijos viviendo en Cuba, los tendría hasta los 29 años y quería tres.
Vivió una juventud con mucha actividad sexual consensuada, dice que en Cuba el deporte nacional no es el béisbol, es el sexo y asegura no arrepentirse de nada (de los abortos tampoco).
Hoy tiene tres hijas, no las tuvo en Cuba y parió por primera vez a los 29. Entre su primera y segunda hija regresó a Cuba a realizarse un legrado porque le fallaron las pastillas y no quería a su segunda hija en ese momento; la tuvo tres años después, cuando sí quería.
Gloria no quería tener hijos antes de casarse. Planificó su familia y tuvo dos hijos en Cuba. Llegó a México en 2009 y aún no entiende cómo es posible que políticos tengan que votar a favor o en contra de algo que es un derecho de todas las mujeres: ser o no ser madre.
Celia también tiene dos hijos. Ambos deseados y planeados.
En números del Estado, durante 2018 ninguna mujer murió en Cuba por causas imputables al aborto. En México, fue la tercera causa de mortalidad materna. Estos datos no toman cuenta los números invisibles pero existentes de la clandestinidad.
Omara cuenta que tuvo compañeras en sus años educativos que tenían que recurrir a métodos no seguros para abortar. La causa era principalmente ser parte de una familia sumamente conservadora o religiosa.
El aborto en el Caribe
Situaciones similares pero a mayor escala se dan en territorios aledaños. A pocos kilómetros de Cuba, en Haití y República Dominicana, el aborto está prohibido bajo todas las circunstancias.
Bahamas y Jamaica lo permiten si hay riesgo en la vida de la mujer. Puerto Rico es la única otra isla de la región donde ellas pueden elegir libremente su maternidad.
En Cuba la marea lleva 55 años siendo verde y no parece que vaya a pintarse pronto de otro color, ¡maferefún Oshun!
Aún con esta ventaja, el gobierno todavía tiene trabajo pendiente con las mujeres de la comunidad LGBT, con las universitarias, con las políticas, con las disidentes, con las prostitutas, con las madres y con las mujeres que anhelan la maternidad, pero quizá en diferentes contextos, distintas cotidianidades y sobre todo, con más oportunidades.
Te contamos del cottagecore, una tendencia nacida en redes sociales pero que se trata de desconectar y disfrutar de cosas simples de la vida.
El internet nos ha traído muchas tendencias, tribus y comunidades. Algunas, como el normcore, se centran en la moda, mientras que otras tienen una justificación social e histórica que nos da mucho qué pensar.
Porque puede sonar fácil decir que el cottagecore se trata de mujeres jóvenes que usan largos vestidos vintage en colores neutros y le toman fotos a sus plantitas.
Pero entre más investigamos más parece una tendencia que dice mucho sobre los tiempos que vivimos.
https://www.instagram.com/p/B-FzdbSj-ak/
Ok, pero qué es el cottagecore
La palabra viene de cottage o cabaña y core, el sufijo que le robamos a hard-core para describir movimientos o tendencias. Surgió en Tumblr y se ha hecho aún más popular en Tik Tok.
De acuerdo con The New York Times, la plabra ya existía pero se hizo más popular gracias a tik toks de la usuaria SoraBlu en diciembre de 2019. Ahora, el término tiene más de 72 vistas en Tik Tok y existen millones de fotos en Instagram con hashtags como #cottagestyle.
Se basa en la idea de regresar a la naturaleza y apreciar momentos sencillos y acogedores: un picnic, hacer un té, bordar o salir a recolectar frutas u hongos.
Todo esto vestida, sí, con vestidos o faldas largas, sombreros y blusas blancas con olanes. O sea, con la tendencia chica de la pradera que ya te habíamos contado antes.
https://www.instagram.com/p/B-FP_HnH_Lc/
¿Quiénes son parte de esta estética?
Esto no quiere decir que todas mujeres que se identifican con el cottagecore realmente vivan en el campo o tengan granjas.
Muchas de ellas están en la ciudad pero les interesa la estética y consideran importante pensar en un mundo en el que se aprecien labores domésticas tradicionalmente femeninas
Además, las atrae la idea de favorecer la lentitud, los procesos artesanales y el descanso en un mundo en el que todo va muy rápido y nos damos poco tiempo para reflexionar o para disfrutar actividades que no son productivas.
https://www.instagram.com/p/B-H-HAfgoA2/
Esta tendencia es también muy popular entre jóvenes lesbianas y queer. En entrevista con i-D, varias explicaron sus razones, como que va en contra de la hipersexualización que viven constantemente las mujeres (en especial las que son gay), además de que muestra la posibilidad de un mundo rural que sí las acepta.
No todo es miel sobre hojuelas (o buscar hongos en el bosque)
Como cualquier cosa que inició en internet, el cottagecore no está exento de críticas.
Para empezar, la mayoría de las chicas que lo representan son blancas, rubias y delgadas y la idealización de la vida en el campo a veces las lleva a olvidar que es un verdadero trabajo y que en las granjas hay excremento, olores cuestionables y demás situaciones que no generan likes.
En esta misma línea, hay quienes señalan que esta romantización olvida que en muchos casos las tierras en las que salimos a buscar hongos en una canasta eran originalmente de pueblos indígenas que fueron despojados de ellas.
https://www.instagram.com/p/B-F5QUzAlX6/
Lo cierto es que, en tiempos de incertidumbre por el cambio climático y pandemias, es importante recordar que la naturaleza todavía puede traernos muchos regalos, y que una vida en la que podamos detenernos a apreciarla y cuidarla es no solo deseable sino necesaria.