¿Qué son las lágrimas blancas en el contexto del racismo?

Las lágrimas blancas son una forma de victimización que minimiza o desvía la atención de los cuestionamientos o reclamos sobre actos o dichos racistas.

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¿Alguna vez has escuchado sobre las lágrimas blancas? Y no, no estamos hablando sobre algún fenómeno físico-cuántico. Sino sobre algo que, durante años, las personas racializadas han teorizado y explicado. Y es que en el contexto del racismo, las lágrimas blancas se refieren a la reacción emocional o actitud de víctima de algunas personas blancas cuando se enfrentan a conversaciones, situaciones o críticas relacionadas con el racismo.

Estas lágrimas no son necesariamente falsas, pero a menudo se utilizan –consciente o inconscientemente– como una estrategia para desviar la atención de las cuestiones raciales y centrar la conversación en las emociones y experiencias de la persona blanca. Es el clásico «¿cómo hago que esto se trate de mí?».

Lágrimas blancas / Cicatrices marrón

En su libro «White Tears/Brown Scars: How White Feminism Betrays Women of Color», Ruby Hamad hace una crítica al feminismo blanco y explica que históricamente la blanquitud ha sido el referente con el cual se mide a las personas. Y sí, esto también incluye a las mujeres blancas como sinónimo de la femineidad, lo cual les ha permitido usar su vulnerabilidad para oprimir, manipular o desacreditar a las mujeres racializadas.

Ruby se refiere a este fenómeno como la mujeridad blanca estratégica. Es decir, cuando una mujer blanca se muestra herida hay una inclinación inmediata por protegerla y consolarla, pero cuando una mujer racializada hace lo mismo, se le cuestiona o tacha de «agresiva».

Como Ruby explica, la mujeridad blanca estratégica «reenmarca las críticas legítimas como si fueran quejas insignificantes, y descarga la responsabilidad que tienen las estructuras y sistemas que limitan a las mujeres negras, para colocarla firmemente en el comportamiento o el comportamiento percibido de las mujeres de color».

lágrimas blancas
White Tears/Brown Scars: How White Feminism Betrays Women of Color

El pacto de blanquitud

Las lágrimas blancas pueden surgir en diversas situaciones. Por ejemplo, cuando se discute el racismo estructural, la desigualdad sistémica o las experiencias de personas racializadas. También suelen brotar cuando alguien recibe señalamientos sobre sus actitudes racistas o complejos de salvador blanco. En el fondo, son una forma de victimización que distrae la conversación y la redirige hacia la persona blanca, a sus propias emociones y dificultades.

Al presentarse como una víctima herida, la persona blanca puede apelar a que lxs demás cambien el enfoque de la discusión para consolarla o justificar sus puntos de vista. Lo cual termina minimizando o desviando la atención de las cuestiones raciales planteadas en un inicio.

Es importante comprender que el fenómeno de las lágrimas blancas no se trata simplemente de las lágrimas en sí mismas, sino de cómo se utilizan para influir en el curso de las conversaciones sobre el racismo y mantener el status quo de la blanquitud. Es una forma de violencia que se replica en todos los ámbitos, desde el académico, laboral e incluso el social, y se sostiene a través de la validación colectiva de otras personas blancas.

Al respecto, la comunicadora Mikaelah Drullard ha hablado en su cuenta de Instagram sobre la urgencia política de romper el pacto de blanquitud: «Ese lugar cómodo que te permite decir ‘claro, yo soy activista, yo ayudo, yo empodero, yo soy feminista, pero a mí no me toques el privilegio, no me toques las relaciones de poder que tengo en mis entornos'».

La deconstrucción es incómoda y reconocer los propios sesgos racistas, lo es todavía más. Pero tener la capacidad de escuchar, leer y aprender de las personas racializadas que llevan años denunciando estas violencias es la mínima responsabilidad que cualquier persona que se nombre antirracista debería de tener.

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