«Coger y comer sin culpa»: un libro para reapropiarse del placer

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Por. Melissa Moreno Cabrera

Bajo la idea de que “lo personal es político”, María del Mar Ramón habla sobre “cómo nos enseñaron a odiar nuestros cuerpos con saña”. En su caso, fue una tía la que le repetía: “a las gorditas sólo las quiere la mamá”, lo que derivó en una joven con desórdenes alimenticios. María del Mar publicó, en 2019, su primer libro «Coger y comer sin culpa, el placer es feminista», que fue un éxito en ventas en Colombia y Argentina, y que ahora llega a México bajo la edición del recién creado sello, U-Tópicas.

La autora escribió originalmente este texto en una época de agitación feminista en Argentina en 2018, con la Marea Verde en su apogeo en la lucha por derechos reproductivos. Era una época en la que existía una sensación de sororidad y de apoyo en los debates que las empoderaba como comunidad.

Coger y comer sin culpa, un libro necesario

Identificarte con un texto siempre viene bien, hacer match con una autora y encontrarte en sus ideas y vivencias es una bocada de aire fresco; sin embargo, mi acercamiento con «Coger y comer sin culpa» fue desolador y, claro, incomodo, ya que es un texto lleno de violencias que identifiqué como propias.

Este es un libro que ha funcionado porque somos muchas las que en él nos encontramos. Un libro escrito hace ya hace varios años y que aún encuentra vigencia, en pleno 2024.

Ramón describe cómo las mujeres continuamos en la lucha por reivindicar el derecho al placer y por demostrar que lo relacionado al placer sexual, la imagen corporal y la alimentación son disputas políticas.

Coger y comer sin culpa
Foto. Instagram @utopicasediciones

La importancia de disfrutar el placer

La culpa y el pudor son sentimientos que las mujeres tenemos en común, no importa nuestra historia ni contexto. Además de desolador, me dio mucha rabia reconocerme y darme cuenta del dolor que he permitido: del daño que pudo causarme una relación, un vínculo, un maltrato o una expectativa. Los esfuerzos que hice para encajar, aunque me sintiera incomoda y hacer lo que se suponía que se esperaba de mí, sobre todo desde la mirada masculina.

Ser tibia, “mala”, hostil o de plano negar mis sentimientos o emociones para no “salir herida”, aunque eso me lastimara más. Cuantas veces he sido infeliz en mi propia piel porque no me enseñaron a vivir sin culpa; al contrario, me parecía que la culpa es inherente a nosotras. Y es que el sexo y la comida se disfrutan y todas deberíamos tener acceso a esos placeres; sin embargo, hemos crecido bajo estándares de censura, sometimiento y sacrificio, entre la imagen corporal y la vergüenza.

Foto. Instagram @utopicasediciones

Colectivamente, las mujeres hemos sufrido de represión sistemática que ha incrementado los trastornos de conducta alimentaria (TCA), el avergonzarnos de nuestros físicos y nuestra sexualidad. Cuando ambos deberían ser derechos inapelables, ya que “nuestros cuerpos son una herramienta de placer y el placer es un derecho fundamental para nuestras vidas”.

Y tal parece que cuando eres feminista todo es peor, ya que existe una imposición a tener que autoaceptarnos casi como una obligación por el simple hecho de serlo: una feminista no puede estar peleada con su cuerpo, tiene que sentirse cómoda, empoderada y orgullosa. No hay espacio para las inseguridades.

María del Mar aboga por redes feministas y por el autocuidado, es por ello que el feminismo le resulta una herramienta para desmontar estas y todas las formas de opresión, por lo que en este libro apela a que el amor propio no es una cuestión personal, sino de colectividad, y es que vamos a hacer más libres “mientras no tengamos una idea prediseñada de cómo se suponen que deberían ser las cosas”.

*La colombiana María del Mar Ramón radica en Buenos Aires desde 2012. Fundó la organización argentina Red de Mujeres, el colectivo feminista colombiano Las Viejas Verdes y el proyecto internacional Youtuber Beach Camp. Escribe en distintos medios sobre feminismos y política.

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