Cuerpas Cabaret, una colectiva de teatro contra la gordofobia

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Esta cuerpa no es mía, de Cuerpas Cabaret, es una obra de teatro que cuestiona la gordofobia y sus implicaciones de lo que consideramos bello. En este texto, una de sus integrantes nos cuenta las motivaciones detrás de su primera puesta que se transmite virtualmente.

Por: Sandra Cecilia

«MI CUERPO NO DEBERÍA SER UNA CONFLICTO SOCIAL, NI MUCHO MENOS ARTÍSTICO».

Hace dos años, empezó un viaje en donde cinco recién egresades del Centro Universitario de Teatro —Yoalli, Abraham, Judith, Diego y yo, Cecilia— nos juntamos por el llamado de algo que ocurría en nuestro gremio, que nos sobrepasaba y no alcanzábamos a entender, después nos dimos cuenta que era sistemático: gordofobia.

Cuerpas Cabaret inició como un espacio de resistencia para nosotres, un espacio en donde podíamos compartir el camino que ha recorrido nuestra cuerpa y cómo esta ha sido un mapa de historias con distintas rutas de viaje y que, al final, nos ha llevado a distintos puertos.

Cuerpas Cabaret: la gordofobia desde la estética, salud y moral

En su libro Stop gordofobia, Magdalena Piñeyro (activista gorda uruguaya), hace un análisis del contexto social en el que ocurre la discriminación a las personas gordas. En él habla sobre el origen de la gordofobia y describe lo que ella nombra como «tripartito gordofóbico», que consiste en tres ideas centrales de este sistema de opresión: estética, salud y moral.

Violencia obstétrica y gordofobia: embarazarse en un cuerpo gordo

En cuanto a la estética, ésta es ideológica, discursiva y, por lo tanto, política. En cuanto a la salud, la patologización de la gordura y la presión de bajar de peso por «salud». En cuanto a la moral, la creencia de frases como «toda persona gorda lo es por falta de fuerza de voluntad» y de otros tantos prejuicios que surgen del «imperio de la delgadez», como Magda lo llama.

Fue este referente el que tomamos como base de nuestra búsqueda interna y también como generador premisas y dudas. Uno de los grandes cuestionamientos que tuvimos como colectiva fue que no nos atrevíamos a nombrar nuestra lucha como activistas gordes porque anatómicamente estamos, quizá, más cercanos a lo «normativo».

Lo anterior nos llevó a reflexionar desde dónde nombrar nuestra lucha sin apropiarnos de un discurso que no era nuestro, pero que también nos ha afectado. Era curioso darnos cuenta que la norma es tan absurda que, aún saliendo tres centímetros de ella, te pueden llegar a calificar como fex, gordx o diferente.

Por qué enero es el mes de la gordofobia y cómo combatirla

Decidimos que a nosotres nos correspondía hablar desde nuestra piel, nuestra carne colgante y nuestra panza saliente. Dar espacio a las corporalidades gordas, amplificar sus mensajes sin adueñarnos de un espacio que no nos pertenecía, pero seguir en la trinchera de no silenciar los comentarios gordofóbicos que estaban en nuestro alrededor.

Nos dolió darnos cuenta que nuestra cuerpa no tenía la culpa del peso que le cargábamos por depositar en ella estándares estéticos externos, bellezas hegemónicas blancas, nuestras propias concepciones de belleza viciadas por las redes sociales.

Nos dimos cuenta juntas y juntos que nuestra cuerpa merece sentir placer, sentirse amada, sentirse bella, fuerte, libre, gozar nuestra barriga, comer sin culpa, coger sin sentir que esta cuerpa tiene que ser como en la pornografía y que nuestra carne nos sostiene todos los días.

Del proceso para crear Esta cuerpa no es mía

Juntes nos hicimos más fuertes. Juntes, también, fuimos testigues de anecdotarios de otras cuerpas frente a un sistema de opresión corporal, y eso lo convertimos en pequeñas viñetas dibujadas como forma de expresión artística. Juntes hicimos challenges de baile libre, como quien anima a una amiga para divertirse en una fiesta y olvidarse de los prejuicios y así mismo lo hicimos para que las demás personas nos compartieran su cuerpa libre bailando y gozando su cuerpa. Juntes nos reímos viendo los sketches de cada integrante cuando tomamos nuestra taller de cabaret y admirando la imaginación de cada une de nosotres.

Volaba nuestra mente para hablar de una manera ingeniosa de la gordofobia. Juntes creamos una dramaturgia lúdica, cómica, musical y cabaretera y siempre pensando que nada se nos saliera de las manos, cuidando nuestro lenguaje porque es importante cómo nombramos.

Más allá de una inseguridad: la gordofobia como violencia sistémica

Juntes hicimos una película sin saber un meñique de cine. Hacer teatro en colectivo es como comerse una rockaleta; aquí tuvimos todos los sabores y colores y este final de ciclo sí fue suavecito, chicloso y rosa.

La lucha corporal, antigordofóbica sigue. Este es solo es la semilla de algo que esperemos que pronto germine y haga clic en mente y corazones de la gente que puedan conectar con nuestro trabajo.

Esta cuerpa no es mía’. Dramaturgia: Cuerpas Cabaret, una colectiva de actrices y actores unides por sus disidencias corporales trabajando sobre la línea del tetro cabaret y que les encanta el jijijí y jajajá. Yoalli, Abraham, Judith, Diego y Cecilia. Pueden verla, acá.

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