Platicamos con la rapera zapoteca Mare Advertencia Lirika para saber más sobre el relanzamiento de su álbum Siempre Viva.
Hablar con Mare Advertencia Lirika es toda una experiencia. Aunque solo pudimos conocernos por videollamada, tuvimos una conversación profunda en la que nos habló de sus raíces, de su feminismo y sobre todo de cómo reivindica su identidad zapoteca.
Mare empezó contándonos su experiencia en el confinamiento: en un ir y venir entre CDMX y Oaxaca, ha tenido muchos proyectos en puerta. Entre ellos, el relanzamiento de su álbum Siempre viva, un trabajo que marcó un momento histórico para ella y que, nos cuenta, surgió a partir del duelo que sufrió en 2013 por la pérdida de su hermano menor.
“Encontré en la música ese proceso para poder sanar, fue una metáfora de la situación: poder seguir viva a pesar de la muerte, y por eso siento que este álbum es tan honesto y mi disco más personal, ese momento en el que logré abrirme y decir: esta soy yo”. Ahora puedes escuchar el álbum completo en Bandcamp.
Mare también nos cuenta el impacto que tuvo el disco en la gente, pues eran épocas de mucha violencia sistemática y represión.
“Todos estábamos en el mismo sentir, diario veíamos noticias desagradables y esos momentos de respirar y reconocernos se dan muy poco y creo que por eso a la gente le gustó tanto, porque necesitábamos ese espacio de encuentro, de gritar juntxs y de vernos. Es justo ese proceso personal que termina siendo colectivo”.
Entrevista con Mare Advertencia Lirika
Tus letras van desde experiencias personales hasta temas sociales que aún son incómodos para muchas personas. ¿Cómo crees que la música nos ayuda a empatizar con otras realidades y qué es lo más importante para ti al plasmar esas luchas en tu música?
La música es un reforzador cultural. Vivimos en una cultura hegemónica en la que se nos habla del amor romántico, de que no podemos desarrollarnos completamente a menos de que estemos con una pareja o tengamos una familia. De que debemos trabajar toda nuestra vida para merecernos el respeto o dignidad de la sociedad.. todo el tiempo nos están reforzando esas ideas.
Lo vemos en las telenovelas, lo leemos en los libros, lo escuchamos en las canciones y está ahí constantemente y lo que hace esta música disidente que no encaja con esa realidades es generar otros imaginarios y darnos cuenta que hay otras formas posibles de existir, de relacionarnos, de ganarnos la vida y eso es lo importante: generar posibilidades.
¿Cómo ha cambiado tu música y tu vida desde que te nombraste feminista?
Fue un proceso muy importante, porque era necesario reconocer la violencia feminicida y el sistema machista heteropatriarcal en el que vivimos, además de saber cómo se conecta eso con el racismo, el colorismo y el territorio donde habitamos.
Son ese tipo de cosas que a veces una quiere negar y pensar que no existen. Pero llegó un momento donde yo ya no podía esconderlo: era obvio que la lucha que tenía que hacer era desde reconocerme mujer periférica, mujer zapoteca y que al final eso va determinando mi lugar en el mundo.
Lo que yo trato de hacer es, desde esta reivindicación, buscar mi propio lugar, mi propia voz, mi propia fuerza. Afortunadamente, se va haciendo en colectividad. Estoy segura de que no hubiera podido llegar a esa conclusión de nombrarme feminista si no hubiera visto a otras mujeres en mi entorno con esa energía, esa lucha y esa crítica. Ahora me corresponde también ser parte de esta manada que puede impulsar a otras compañeras.
Yo tengo 33 y no me he casado, no quiero maternar y ha sido una negociación constante con mi familia pero justo cuando estás en el medio es muy dificil. De verdad yo quisiera que fuera más sencillo y que a la gente le importara solo mi música pero lamentablemente si me tengo que enfrentar a eso de “¿y no piensas ser madre algún día?” o “me enteré que estabas con tal persona” y pues yo tengo derecho a poner límites.
Mirando a otras exponentes internacionales y nacionales del rap, pareciera que las mujeres tienen que seguir cierto estándar como usar ropa sensual y letras hipersexualizadas, ¿cómo ha sido tu experiencia aportando tu propia esencia a un género que históricamente ha objetivizado a las mujeres por mucho tiempo?
Creo que hay una parte muy marcada en la exotización, pero también otra muy grande en la negación de la feminidad. Hubo un momento en la escena (y hablo más de lo underground, en donde yo me desarrollé), tenías que verte muy ruda, mientras más hombre parecieras, tenías un mejor lugar.
Toda esa diversidad de identidades se invisibilizaba. No nos sentíamos cómodas de existir porque tratábamos de encajar en un lado o en otro.
El venir de un ambiente en Oaxaca, donde hay mucha conciencia y crítica social, me ha ayudado a tener seguridad. Sé que me puedo vestir como yo quiera y de eso no va a determinar el respeto que yo merezca por mi trabajo o socialmente.
Sé y soy consciente de que yo no encajo en un estereotipo de belleza, soy una persona de cuerpo más grande, racializada, una persona que no tiene esa voluptuosidad dentro de lo que es “ser latina” o “ser de color”.
Cuéntanos más de cómo ha cambiado tu relación con los estereotipos de belleza
Cuando era más joven, sí sufría por no cumplir con esos estereotipos de belleza. Pero tuve que reivindicarme y decir “esta soy yo”, reconocer que mis rasgos físicos tienen que ver con el hecho de ser zapoteca.
Y que mi corporalidad también tiene que ver con una justicia alimentaria, que para muchas comunidades no ha llegado. La demanda del mismo sistema y el estrés van haciendo que una no se vea “tan perfecta” como nos venden que debemos vernos.
Tuve que hacer las paces conmigo misma, perdonarme por tener todo este peso sobre mí, por querer ser otra persona y perdonar a las demás mujeres alrededor mío por haberme influenciado.
Tal vez para mi linaje soy esa generación que sana, que trata de reconciliar, que trata de aceptar y perdonar porque vivimos en un sistema racista, en un sistema gordofóbico y vivimos en un sistema donde desplazan a las mujeres de la periferia. Donde los pueblos originarios no existimos.
¿Cuáles son otros obstáculos que has vivido desde la periferia?
La marginación y el hecho de que yo sea una mujer zapoteca viviendo en una periferia no es una coincidencia. Hay todo un sistema que condiciona a qué lugares podemos acceder y a qué lugares no. Creo que eso fue lo primero que tuve que romper.
El sistema está diseñado para que nosotras no sobrevivamos y nosotras no podamos salir de aquí. Justo debemos reconocer que el lugar donde habitamos no nos define, no nos limita y tratar, en la medida de lo posible, de mejorar nuestro entorno.
¿Cómo relacionas la cultura zapoteca con tu arte y cuál es tu manera propia de honrar tus orígenes?
Yo soy zapoteca siempre. O sea, no solo cuando hago ciertas cosas o cuando dejo de hacerlas.
Cuando yo me descubrí zapoteca fue cuando me di cuenta de que las cosas que me gusta comer, la forma en la que me relaciono con mi familia, las tradiciones que tenemos, son muy particulares.
Aunque yo haya nacido en la ciudad, aunque yo ya no hable la lengua y ya no viva en el territorio, yo me rectifico como zapoteca de la sierra norte y yo no me he desconectado de allá, yo sigo con mis prácticas culturales.
Por ejemplo, en día de muertos ponemos nuestro altar y recibimos a quienes nos visitan. Nos quedamos aquí, comemos, estamos en familia. Hay gente que me dice “oye, vamos a Oaxaca a una comparsa”. Pero no, yo me tengo que quedar a recibir a mi hermano, a mi papá, a mi abuela.
¿Qué mujeres te han inspirado a ser quien eres hoy en día? tanto musicalmente como en tu entorno
Yo creo que todas las mujeres a mi alrededor me inspiran de alguna manera, pero todo comienza desde mi linaje. Mi abuela fue obligada a casarse cuando tenía 14 años, pero decidió un destino diferente para mi mamá y para mi.
Para mí, reconocer esa lucha que ellas han hecho es la mejor inspiración que pueda tener. Todo lo bueno, lo malo y lo que se quiera cambiar yo lo agradezco porque por ellas yo soy lo que soy.
Musicalmente me han inspirado muchas compañeras latinoamericanas, como Actitud María Marta, que empiezan a hacer rap político después de procesos como dictaduras. De alguna manera me hicieron sentir que lo que yo estaba haciendo no era “por loca”, que habíamos muchas queriendo hablar de esos temas.
En realidad hay muchas mujeres, incluso algunas que ya no rapean en la actualidad. Han sido redes de sororidad tan grande que todas me inspiran de cierta manera.