Llaverinto: un juego de mesa mexicano para reconectar desde lo lúdico

Conoce la experiencia de una persona escéptica que se aventuró en el espacio lúdico y terminó encontrando una pasión duradera. Por: Sara Scarlett Pérez

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Amamos que la tecnología nos mantenga conectades en la virtualidad, sin embargo, quizá ahora más que nunca necesitamos espacios para reconectar en persona. Este texto narra la experiencia de cómo lo lúdico, a través de los juegos de mesa, puede ser más que un simple entretenimiento. Esta es la historia de una escéptica que terminó encontrando una pasión.

Una pasión compartida

Hace más o menos 12 años, cuando todavía estaba en la universidad, visité una ludoteca por invitación de un amigo. Al principio estaba un poco escéptica porque era la primera vez que visitaba un café con juegos de mesa, pero al final accedí. Cambié de opinión desde que llegué al lugar y vi aquellos anaqueles repletos de cajas coloridas de distintos tamaños.

Unas siete horas se me fueron rapidísimo entre conversaciones y risas con personas desconocidas que luego se volvieron amigos, tirando dados, moviendo fichas, barajeando cartas… Cuando me di cuenta, ya estaban a punto de cerrar.

Lecciones de autocuidado para resistir y seguir luchando

A pesar de mi resistencia inicial, la experiencia me hizo recordar que mi historia con los juegos de mesa ya había comenzado cuando era niña, jugando damas chinas con mis abuelos. Sin embargo, mi afición comenzó esa tarde.

Mi ludoteca fue creciendo y en 2019 empecé a llevar mis juegos a casa de mis papás. Al principio estuvieron un poco renuentes (como me pasó a mí) pero una vez que les mostré algunos mis hermanas y mi mamá empezaron a compartir mi entusiasmo.

El más emocionado fue definitivamente mi papá. Semanas después, llegó de la oficina con unas sábanas de Excel con celdas de colores. Ese archivo luego se convirtió en un tablero de madera: así nació Llaverinto, el juego de mesa que desarrollamos mi papá y yo.

Con ese prototipo empezamos a hacer pruebas con empleados de la empresa en la que trabajábamos los dos, aunque unos meses después tuvimos que pausarlo porque me fui a Tokio (precisamente a colaborar en un proyecto lúdico ). Volví en julio del 2020 justo en el punto más álgido de la pandemia.

Reconectando desde lo lúdico en pandemia

Nos vimos forzados a confinarnos. Afuera reinaban el caos y la incertidumbre, los noticieros nos tenían a todos constantemente preocupados, estábamos saturados de las redes sociales y parecía que ya habíamos agotado todo el contenido interesante de los servicios de streaming.

Entonces recurrimos a los juegos de mesa. Al momento de jugar podíamos desconectarnos de todo aquello y conectarnos entre nosotros. Sentados en torno a un tablero, contándonos historias, comentando estrategias, haciéndonos bromas fue como sobrellevamos la pandemia.

Aprovechando la emoción, le dimos seguimiento a nuestro proyecto. Fuimos perfeccionando las reglas, le hicimos algunas modificaciones al tablero y también rediseñamos las piezas.

Conforme las medidas del confinamiento fueron levantándose, comenzamos a salir a jugarlo fuera de la casa, en parques, restaurantes o cafés.

Sucedió algo maravilloso: la gente se empezó a interesar en él, nos preguntaban sobre las reglas, cómo se llamaba, e incluso dónde se vendía. Finalmente, después de pensarlo mucho, nos decidimos a sacar Llaverinto al mercado.

¿Qué es Llaverinto?

En los últimos años, el mercado de juegos de mesa ha tenido un boom. Mes con mes salen a la venta una infinidad de títulos disponibles para todos los gustos y complejidades.

Cuando reflexionábamos sobre el porqué valía la pena sacar un juego de mesa a la venta, notamos un fenómeno peculiar: a medida que hay más juegos disponibles se genera un mercado cada vez más conocedor, pero también más específico, lo que a su vez se traduce en juegos más sofisticados, de reglas más complejas y que contienen varios componentes. Esta clase de juegos pueden resultar indescifrables (incluso intimidantes) para un público totalmente ajeno.

Que un juego sea muy complejo no es algo necesariamente negativo, pero nosotros quisimos hacer uno que todos pudieran jugar. No quisimos dejar fuera a jugadores casuales que solo buscan pasar una tarde amena en compañía de familia y amigos.

Pensamos que Llaverinto no es un juego para introducir, sino para re-introducir a los juegos de mesa porque incluso esos que dicen que no les gusta jugar en el fondo tienen una agradable memoria que involucra dominó, ajedrez, damas chinas o hasta lotería.

Creemos que cuando compras un juego de mesa no solo adquieres una caja, obtienes historias, oportunidades para convivir y recuerdos.

Llaverinto es un juego de mesa para dos o cuatro jugadores, que combina estrategia y azar a través de reglas sencillas y fáciles de explicar. Cada partida dura entre 20 y 25 minutos. Está inspirado en los juegos clásicos, contiene pocas piezas y no depende del idioma. Si quieres saber más y cómo conseguir una copia, pícale acá.

Lo juegos de mesa brindan la posibilidad de encontrar espacios de convivencia, creatividad y sí, también desconexión en este mundo hiperconectado a través de la tecnología.

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