‘Hay algo que no he dicho’, el documental que explora la intimidad del aborto

Esta semana se estrenó en el Festival Intencionalidad de Cine de Guadalajara, el documental ‘Hay algo que no he dicho’ de Massiel Hernández García.

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En México, la Suprema Corte declaró inconstitucional las leyes que penalizan el aborto. Aunque esa decisión fue un gran paso por los derechos y libertades de las mujeres y personas con capacidad de gestar, hay historias, voces y contextos diversos que van más allá de las leyes y el Estado, de eso trata el corto documental Hay algo que no he dicho, estrenado el 11 de junio en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

Dirigido por la fotógrafa y realizadora audiovisual colimense, Massiel Hernández, el corto narra la historia de Carmen, Melina y Fanny, quienes hablan íntimamente de cómo enfrentaron un embarazo no deseado y la decisión de no ser madres.

Es una película documental que toma la forma de una conversación íntima, sostenida desde espacios cotidianos, a través de la cual estas tres mujeres nos revelan cómo se enfrentaron a la decisión de no ser madres. Descubrimos en ese coro de voces el reflejo de una realidad colectiva que históricamente ha permanecido negada y oculta.

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Este documental surgió a raíz del activismo de Massiel, quien por años ha sido acompañante de personas que desean abortar, y además es activista por los derechos sexuales y reproductivos en Colima, donde en diciembre de 2021 se aprobó la despenalización del aborto.

«Yo quise hacer un documental que abordara estas vivencias más allá de la agenda pública, incluso del activismo. Porque yo quería también escuchar a esas mujeres y esas experiencias desde una mirada muy íntima», cuenta a Malvestida.

La importancia de escuchar las experiencias de mujeres y personas con capacidad de gestar

Hay algo que no he dicho
Foto: Massiel Hernández/Cortesía

Para Massiel es muy importante generar nuevas y constantes conversaciones en torno al aborto: el estigma y la carga moral que aún tiene y el entender que el embarazo y el aborto no son exclusivos de las mujeres cis. Y, en ese sentido, comprender que hay historias diversas y que todas son valiosas y merecer ser escuchadas y amplificadas con dignidad, sin dramatismos pero tampoco simplificarlas.

«Este documental retrata un tema complejo, tan complejo que como sociedad nos ha costado comprender que se trata de algo cotidiano para las mujeres y personas con capacidad de gestar»

Massiel Hernández

«Este documental retrata un tema complejo, tan complejo que como sociedad nos ha costado comprender que se trata de algo cotidiano para las mujeres y personas con capacidad de gestar». Por eso, dice que es necesario incitar el diálogo, extenderlo y confrontar nuestras propias narrativas, que algunas veces pronunciamos en automático. Reaprender, cuestionar y escuchar, eso nos hará saber con certeza hacía dónde estamos empujando.

Por ejemplo, dice Massiel, la cuestión del racismo interiorizado que a veces nuestros discursos sobre el aborto tienen. Lo repetimos y algunas veces no lo hacemos con saña o intención pero terminan siendo discursos que también estigmatizan o discriminan.

Acompañantes en el aborto, una forma de cuidado

Hay algo que no he dicho
Foto: Massiel Hernández/Cortesía

Cuando se logró la despenalización del aborto en Colima, Massiel pensó que posiblemente su trabajo como acompñante terminaría o que, en general, se volvería más fácil para las personas que decidieran abortar, pero la realidad fue distinta.

«El Estado hace un mal trabajo en la promoción y divulgación de información, a pesar de ser su obligación. Además, las prácticas dentro de las instituciones de salud pública siguen siendo violentas y re victimizantes», agrega. Por eso es que seguir amplificando las voces de mujeres y personas gestantes que deciden abortar.

Finalmente, Massiel plantea que «ser acompañante de aborto hace una diferencia enorme, estamos ahí para ellas, para brindarles información y apoyo. Diciendo no te preocupes, no te pueden tratar así, puedes exigir esto, etc. Estar ahí con las personas que deciden abortar hace que vivan este proceso de forma muy distinta. Más allá de las implicaciones y cuidados físicos, el acompañamiento es un respaldo, saber que hay alguien que te escucha sin enjuiciar o regañar».

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