Sobre el activismo de Jane Fonda y cómo ser por siempre irreverente

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Te contamos la larga historia de activismo de Jane Fonda y por qué ella es un ejemplo de cómo usar nuestro privilegio y poner el cuerpo por lo que creemos.

Tal vez ubicas a Jane Fonda por la serie de Netflix Grace & Frankie o por la foto que está circulando de ella sonriendo mientras es arrestada. La realidad es que tanto en la actuación como en el activismo, estas son solo las puntas del iceberg.

Recientemente, sus protestas se han centrado en el cambio climático, pero antes ya ha puesto su voz (y su cuerpo) para llamar la atención sobre temas como la guerra de Vietnam, el racismo sistemático en Estados Unidos y la importancia del liderazgo de las mujeres.

Arrestada con una sonrisa en la boca

Jane está en contra de la explotación del ártico para obtener petróleo y ha criticado tanto a la administración de Obama como a la de Trump y a la de Justin Trudeau en Canadá por falta de acciones ante la crisis climática.

Se mudó a Washington para poder participar más activamente en las protestas contra las políticas ambientales de Trump y es parte del movimiento Fire Drill Fridays, que todos los viernes se manifiesta frente al Capitolio.

Ahí fue donde la arrestaron tres viernes consecutivos este octubre, a veces junto con compañeros actores. 

En la última ocasión, el viernes 25 de octubre, grabó durante su arresto su discurso de aceptación del premio Stanley Kubrick Britannia Award por excelencia en el cine que le otorgó la Academia Británica del Cine y la Televisión (BAFTA).

Algunas personas en redes sociales han criticado que Fonda parece muy divertida en las fotos de sus arrestos, pero es necesario recordar que es una persona que lleva casi 50 años defendiendo no solo los derechos de mujeres blancas privilegiadas como ella, sino de grupos que necesitan verdaderas aliadas que pongan todos sus recursos en apoyar su lucha.

Quién es Jane Fonda

Jane, de 81 años, es parte de esas familias icónicas de Hollywood. Su papá era el famoso actor Henry Fonda y su hermano, el actor y director Peter Fonda (tal vez ubiques su película Easy Rider, sobre la contracultura en los sesenta).

Empezó a actuar desde los cincuenta y recibió muchos elogios por su trabajo, pero uno de los papeles que hasta ahora la definen es Barbarella (1968), una peli de ciencia ficción en la que aparecía como una viajera del espacio con botas altas y ropa sexy.

En los años siguientes, ella creó una casa productora y quiso reflejar su feminismo en su trabajo. Por ejemplo, la película 9 to 5 (1980) nació de una idea suya. La protagonizó junto con Lily Tomlin y Dolly Parton, y es una crítica feminista llena de humor a los jefes misóginos y ambientes de trabajo tóxicos.

En los noventa, dejó de trabajar en el cine y se dedicó a producir videos de ejercicio, antes de regresar a la actuación con algunas películas y ya más de lleno con Grace & Frankie, en donde se reencontró con Tomlin.

Sus primeros años de activismo

En todo ese tiempo, Jane estuvo súper activa en las luchas sociales, a pesar de que eso la hizo perder oportunidades en el trabajo.

En los setenta, fue muy vocal en su oposición a la guerra de Vietnam. También apoyó a las Panteras Negras, visitó a la feminista negra Angela Davis en prisión y se solidarizó con grupos de nativos americanos que protestaban por sus derechos.

En 1970, la arrestaron por sospecha de tráfico de drogas cuando estaba regresando de un tour de conferencias antibélicas en Canadá. Las pastillas que tenía eran vitaminas, como se comprobó después, pero su foto de archivo para la policía se volvió muy famosa, porque sale con el puño al aire en señal de solidaridad.

Jane Fonda activismo
Imagen. janefonda.com

En el 72, visitó Hanoi, Vietnam, para conocer de primera mano la situación en ese país. En su último día, le tomaron una foto encima de un arma, que fue interpretada como un insulto a las tropas estadounidenses. Ella ha dicho que es de lo único que se arrepiente de ese viaje. 

Muchos años después, en 2013, se supo que ella era de las más de 1600 personas que fueron objeto de vigilancia por parte de la National Security Agency entre el 70 y el 73, en un programa que ahora se considera ilegal.

El feminismo desde el privilegio

En los años siguientes, Jane siguió apoyando causas pacifistas y feministas. Pidió al gobierno mexicano que investigue los casos de los feminicidios en Juárez, cofundó el Women’s Media Center para amplificar la voz de mujeres y ha hablado en contra de la violencia sexual, que tanto ella como su madre (quien se suicidó cuando Jane tenía 12 años) sufrieron en la infancia.

Durante toda su vida, ha recibido críticas, ha perdido empleos y ha aguantado comentarios misóginos, pero siempre ha estado muy consciente de su enorme privilegio y lo ha usado para impulsar las causas en las que cree.

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