El K-pop en México no es nuevo: así viví ser fan hace 10 años

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Para muchas personas, el boom del K-pop en México y el mundo es una sorpresa, pero la realidad es que las fans llevaban casi una década organizándose y conociendo más sobre esta cultura.

Por: Indira García

La primera vez que vi un video del grupo coreano Super Junior, ahí por el lejano 2008, quedé impresionada con su talento vocal y sincronización de bailes. Encontré una playera de ellos en un lugar escondido de la friki plaza y la usé con mucho orgullo para ir a la prepa.

Un amigo me dijo que en su salón había un par de chicas que también eran fans e hicimos química instantánea: bailábamos en los pasillos e íbamos a reuniones de fandoms, donde encontré a varias de mis mejores amigas.

Recordar eso llena mi corazón de nostalgia. El ver ahora en cada esquina a alguien con mercancía de algún grupillo coreano me recuerda todo lo que hicimos para que eso pasara, me hace pensar en una de las amigas que murió mucho antes de que lográramos algo y siempre me imagino lo feliz que sería si supiera que ya somos millones de fans.

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Los inicios del K-pop en México

Ahora, el K-pop es uno de los subgéneros musicales más populares entre las adolescentes, es un boom que se ha dado a nivel internacional poco a poco pero que en el último par de años ha tenido su apogeo. La creación y el incremento de eventos especializados justamente a esto es una muestra del alcance que tienen los grupos.

Los eventos van desde cosas organizadas por los mismos fanáticos, convenciones con profesionales y hasta festivales realizados para transmitirse en la televisión coreana, siendo el K-show una de las convenciones que reúne más fans en la región centralizada de México.

Esto no surgió de la nada, fue dándose conforme pasaron los años y con el esfuerzo de muchas involucradas. En cuanto a convenciones, comenzó por ahí de 2009, cuando en los eventos de anime y cultura japonesa comenzabas a encontrar llaveros, pulseras y otros recuerditos alusivos a los grupos de moda.

Las reuniones y proyectos de fanclubs fueron otro gran pilar para construir este imperio, a través de foros web y chats se organizaban reuniones para celebrar cumpleaños, lanzamientos de discos o simplemente para charlar sobre lo que estaban haciendo y las expectativas que teníamos.

Y aunque ahora sea un tema que se relaciona con las mujeres jóvenes, el K-pop llegó a  nosotras gracias a las telenovelas coreanas que pasaban en la televisión.

Las mujeres que veían esos programas tenían entre 30 y 40 años y fueron quienes comenzaron a investigar estos nuevos ídolos producidos en Asia y que compartieron su amor por grupos como SS501 o SHINee en la red. Esto llegó fácilmente a la comunidad que ya seguía la cultura japonesa, así que los fans no tardaron en llegar.

Una comunidad al margen

En esos años, teníamos las fiestas y flashmobs a nivel local y nacional, además de que comenzaban a surgir grupos tributeaban a sus favoritos.

No éramos muchas, pero hacíamos mucho. Lo más común era juntar dinero y mandar coronas de arroz (tradición coreana) cuando debutaban algún sencillo nuevo, en aniversarios y cumpleaños. Al principio, el rango de edad era extenso, iba de niñas de 11-13 años a señoras de hasta más de 40 y todas aportaban con lo que podían.

Intensas peticiones a estaciones de radio, televisión y demás medios de comunicación eran en vano, resultaba más fácil llamar la atención y hacer eventos públicos donde la gente volteara a vernos y les surgiera la curiosidad.

¿Cuál era la diferencia entre nosotras y los otros fandoms de pop angloamericano? La extensa dedicación y ganas para que los demás entendieran que el idioma no era una barrera, que eran talentosisimos y valía totalmente la pena dejarse de prejuicios y voltear a verlos.

“Todos son iguales”, “están súper operados”, “no cantan”, “ni les entiendes” eran comentarios que escuchábamos sin cesar. La xenofobia que se tiene hacia las personas asiáticas sigue siendo tema incluso hoy en día, cuando sin problemas puedes encontrar alguna cháchara con la marca del grupo BTS en el mercado de la colonia.

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Este conglomerado de acciones, del deseo colectivo, dio resultados benéficos para las fans y pudimos ver en vivo a varios de los más populares.

Incluso fuimos un país seleccionado para un Music Bank (festival coreano televisivo) en  2014, cuando todo esto no era tan popular. Y de ahí los eventos grandes hechos profesionalmente no han cesado a pesar de estar a tantísimos kilómetros de distancia.

El K-show y otros festivales

El K-show es uno de ellos, se desprende del J’fest (festival dedicado a la cultura japonesa) y cada edición trae a alguna celebridad, además de dar espacio a grupos dance cover para demostrar su talento y recompensarlo. El premio este septiembre fueron 10 mil pesos y el grupo ganador fue MADE.

Sobre todo, es un espacio para reunir a todos los que disfrutan este ambiente y que puedan convivir libres de prejuicios, gritar a gusto en honor a sus favoritos y pasar un rato agradable.

Esta edición tuvo un espacio dedicado a los fanclubs y el de SHINee tenía una mesita con dedicaciones y deseos para los chicos, algo que muy probablemente desató la nostalgia en las fans de antaño.

También hay polémica

Claro que no es un mundo libre de polémica. Hay escándalos y problemas graves dentro del K-pop, asuntos sobre los que no hay que cerrar los ojos, aunque sin demeritar el gran trabajo que hacen sus estrellas.

Recordemos que Seungri de BIGBANG se encuentra siendo investigado por compartir video sexuales de chicas sin su consentimiento y ofrecerlas a otros empresarios a cambio de favores para él.

Hace un par de años, dos integrantes de Ladies’ Code murieron en un accidente de tránsito provocado por la apretada agenda que tenían que cubrir y por el que se exponían a ir a altas velocidades en la carretera. A pesar de la tragedia, el grupo siguió adelante, pues en la industria los contratos son difíciles de cancelar incluso en situaciones tan extremas como estas.

Otro ejemplo claro es Kim Jonghyun de SHINee, quien se quitó la vida en 2007 por el estrés, problemas y depresión que tenía. “Dime que esto es suficiente, que lo hice bien” fue una frase de su nota suicida y “Lo hiciste bien Jonghyun” fue lo que se leyó en la pancarta que se dejó en el altar que puso el fandom en CDMX.

K-pop mexico
Foto. Indira García

El amor es mutuo

Y es que al final del día, el K-pop tiene una extraña magia de crear amistades, de ayudar a sanar. Somos muchas las que crecimos con ellos y tenemos el gusto de ver que cada vez la interacción entre México y Corea es más y más fuerte y que el interés no es unilateral.

Así como nosotras aprendemos frases o coreografía, ellos aprenden un poco del idioma y la cultura para realizar colaboraciones como la que hizo Super Junior con Reik, que nos hacen sentir más cerca.

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Incluso desde mucho antes que esto fuera un boom, U-Kiss ya demostraba su interés con Te amo. Así nos establecen que no son solo una cara bonita que busca aprovecharse de la apropiación cultural al decir palabras en español, sino que lo estudian y lo aprecian, que es sincero.

El K-Show y los demás eventos que nos acercan a esta cultura son la redención de tantos años de fanatismo y admiración, de un trabajo conjunto en el que ellos siempre han estado ahí para nosotras con su música y ellos para nosotros con su entrega en escenarios.

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