No tenía idea de la existencia de Victoria Santa Cruz hasta que un buen día, mientras navegaba por las impredecibles aguas del internet, encontré un video en el que recitaba su famoso poema «Me gritaron negra», una suerte de performance y declamación en el que Victoria describe su proceso de aceptación y empoderamiento como mujer negra.
Apenas terminó el video le di play otra vez. Y otra, y una vez más. Había algo en su mirada, su cadencia y lenguaje corporal que me hechizó y me obligó a investigar más sobre ella.
El legado de Victoria Santa Cruz
Victoria Santa Cruz era originaria de Lima, Perú, y fue una de las grandes difusoras del folclor y el arte afroperuano.
Fundó su propia compañía de danza (llamada Teatro y Danzas Negras del Perú); viajó por el mundo; fue profesora de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos; directora del Centro de Arte Folclórico de Perú, y directora del Conjunto Nacional de Folclore del Instituto Nacional de Cultura (INC), pero lo que más me llamó la atención fue su capacidad para interpretar el mundo a su alrededor y percibir, a través de la música, la conexión con su identidad personal.
Una mujer con magia
Como mujer negra y latinoamericana, Victoria aprendió que los obstáculos, lejos de ser una desventaja, son una oportunidad para crecer.
«Me di cuenta que el obstáculo cumple un rol. ¿Quién en mí se molesta? ¿Quién en mí reacciona y desde dónde? Y entonces empecé a descubrir que el enemigo vive en casa… Si uno empieza a comprender y uno empieza a ponerse de pie –es decir, a asumir su responsabilidad sin buscar a quién culpar– empieza a encontrar esa clave que dice ‘conócete a ti mismo'», explica en una de las pocas entrevistas que se pueden encontrar de ella en YouTube.
En esa misma serie de videos, Santa Cruz habla sobre conexiones cósmicas, raza y ritmos, y suelta frases como «Todo lo que es cómodo es una trampa» o «No hay revolución sin evolución».
Victoria Santa Cruz falleció en 2014 a los 91 años de edad, pero es maravilloso saber que su legado sigue vigente y que mantiene la capacidad de sorprender con su pasión, espíritu y, sobre todo, con su magia, una hermosa magia negra que cautiva.