A solas o en compañía, en las relaciones sexuales, uno de los puntos clímax es el bendito orgasmo. Algo por lo que muchas se preocupan por llegar o hasta se apresuran, pero qué pasa si le decimos a esta explosión «aguántate tantito, mira, al ratito va a estar mejor». ¿Estarías en disposición de probarlo? Esta técnica del control del orgasmo se llama edging y tiene, literalmente, un punto para existir.
Edging es una palabra anglosajona que usada como sustantivo significa «borde» u «orilla» y si se usa como verbo es «avanzar poco a poco». Es esa frontera que indica el final de algo a lo que casi se llega (el orgasmo en este caso) y el retardar un proceso es precisamente lo que ocurre en el acto sexual.
La técnica de control deja a la persona al borde del clímax y en un punto de no retorno para detener el proceso y retomarlo desde niveles más bajos. Si nos queremos poner más metafóricxs, el sitio OMGYes, lo explica así: «Controlar el orgasmo es acercarse a la tierra prometida, acercarte a tu destino, ¡para luego alargar el viaje!».
De la metáfora a la realidad
Esta técnica para retrasar el orgasmo es más común en hombres que en mujeres. Quien conoce casos de hombres que han tenido episodios de eyaculación precoz sabe de qué hablamos.
Para las mujeres, aprender a controlar estas explosiones, explica OMGYes es «acercarse al orgasmo repetidamente evitándolo antes de que suceda». Realizarlo, aseguran, produce orgasmos más largos y más intensos en el 65.5% de las mujeres. Sin embargo, por lo regular solo una de las tres variaciones funciona bien para cada mujer.
El control del orgasmo tiene por objetivo experimentar sensaciones muy distintas a las de uno ordinario. Otra idea que surge es la de conocer mejor al cuerpo y las sensaciones que aparecen con estímulos como la masturbación. Modular el placer es un paso más allá de la excitación cotidiana.
Medidor de placer
Ya sea a solas, en pareja, con o sin juguetes sexuales, el edging requiere de práctica. De acuerdo con el texto ‘The New Joy of Sex’, comienza con una estimulación normal del clítoris, pero esta se detiene justo cuando la mujer siente que ya llega el orgasmo.
Cuando la sensación de orgasmo inminente ha desaparecido, se comienza de nuevo desde el principio y se toma un breve descanso. Este punto es tal vez el más complicado, pues requiere de práctica y paciencia.
El descanso puede tomar entre un minuto y unas cuantas horas, depende de la persona, explica OMGYes. «Cuando empieces de nuevo, hazlo con un calentamiento inicial, acumula el placer y acércate al orgasmo antes de volver a parar en el último momento».
Una última recomendación que dan es detener cualquier tipo de estimulación. «Date el tiempo suficiente para que la excitación baje completamente. La estimulación de los pezones, caricias y besos aquí son estupendos, pero no estimules nada ahí abajo».
Las mujeres que lo practican dicen que conduce al placer más intenso, asegura el sitio experto en sexualidad femenina.
Ventajas múltiples
El edging es un juego donde se aprende mucho a conocer las respuestas de excitación de la pareja. El proceso logra un aumento en la tensión de los genitales y la energía que se acumula durante la estimulación es prolongada.
Una ventaja que tiene el orgasmo controlado es que como se intenta varias veces llegar al fin, pero a la mera hora se detiene, esto obliga a descubrir nuevas formas para estimular los genitales. Por ejemplo, si siempre va de arriba a abajo, para llegar a un punto más alto en el siguiente, deberá hacerse de izquierda a derecha o de adentro hacia afuera… cada quien sabe cómo puede variarle al juego de manos.
Hay quien presume lograr orgasmos múltiples, pero esto no es lo mismo que el edging, pues este último es como un preorgasmo permanente.
Quien practica el edging no solo lo describe como «el juego sexual más interesante», sino como algo casi más placentero que el orgasmo en sí.