Con el frenesí por el manicure que se desató desde hace algunos años, hoy es muy común cambiar de esmalte tres veces por semana, ponernos gelish, craquelados, glitter, terciopelo, ¿bolitas de ‘caviar’? y toda clase de inventos en las uñas, pero ¿cómo las cuidamos?
Seguramente has escuchado que hay que dejar respirar las uñas o que mientras más rígidas las tengamos es mejor, pero estas leyendas urbanas pueden no ser del todo ciertas. Por eso, el equipo de Jessica Nails nos aclara algunos de los mitos y realidades más comunes en torno a las uñas.
¿Hay que descansar el esmalte en las uñas por un tiempo?
MITO. No es necesario siempre y cuando apliques como base un tratamiento de acuerdo a tu tipo de uña que, además de nutrir, proteja del color de esmalte. REALIDAD. Sí es necesario si usas esmaltes de baja calidad, es decir aquellos que contienen tóxicos como el formaldehído, tolueno y ftalato de dibutilo.
¿Una uña dura es sana?
MITO. La uña por naturaleza debe ser flexible. Tenemos la idea errónea de que una uña dura es saludable y no, pues al contacto con cualquier superficie se pude romper. A este tipo de uña se le conoce como quebradiza, pues es tan dura que incluso puede reventarse por los lados.
¿Las uñas respiran?
MITO. Las uñas no respiran como tal, pero si es necesario que se ventilen, sobre todo si se aplica acrílico.
¿Las uñas de acrílico dañan la uña?
REALIDAD. Sí dañan la uña, pues la técnica para retirarlas es muy agresiva, usan acetona pura y limas con granulado excesivo para poder retirar el producto.
¿Una dieta balanceada influye en la salud de la uña?
REALIDAD. Por supuesto, así como se nota en la piel y en el cabello, también se refleja en el brillo y flexibilidad de las uñas, pues éstas también necesitan queratina.