Inicio Blog Página 129

Los básicos para el regreso a clases… de las mujeres adultas

1

Ni en la primaria, ni en la secundaria, tampoco en la prepa, fui la más brillante del salón. Mis calificaciones generalmente estaban llenas de 7, 8 y uno que otro 6 en conducta porque “habla demasiado con sus compañeras”. Sin embargo, si en algo podían ponerme una estrella dorada era en la pasión y la precisión con la que preparaba mis útiles escolares antes del inicio de clases.

Desde la compra de artículos hasta su organización dentro de su respectivo estuche y mochila, disfrutaba la emoción de saber que utilizaría un montón de cachivaches nuevos por primera vez.

Años después de haberme graduado las cosas no han cambiado mucho. Todavía no me sé la tabla del 7, hablo hasta por los codos y sí, comprar cosas para mi oficina me emociona sobremanera. Y es que pienso que aunque hayamos perdido el hermoso ¿privilegio? de las compras del regreso a clases, aún podemos llevarlo al mundo laboral y hacer de nuestra existencia Godínez una más feliz.

Así que aquí mis recomendaciones para volver a la oficina con mucho estilo, aunque ni siquiera hayas salido de vacaciones este verano.

Libretas de Write Sketch &

Ninguna computadora, tableta o celular puede sustituir la experiencia de anotar cosas en papel, y cuando tienes una libreta tan bonita como las de Write Sketch & la inspiración simplemente fluye. En México puedes encontrarlas a la venta en Poni Ministore.

Lápices de Ban-do

Porque los días en la oficina a veces pueden ser bastante grises, nada como la dosis de color y buena vibra de este set de lápices que, además de venir en distintos acabados, tienen mensajes felices como «You are gold, baby, solido gold» y «Yes you totally can». Puedes comprarlos en línea como la mujer millenial que eres.

Una foto publicada por ban.do (@shopbando) el


Taza de Malte Taller

El café de tus mañanas tendrá más estilo que el de tu vecina de escritorio si tienes una de las tazas de esta firma mexicana, la cual retoma el peltre para reinterpretarlo en piezas de diseño sencillas, pero únicas. Lo mejor de todo es que ofrecen la opción de personalizar sus productos, así que puedes incluir tus iniciales o algún diseño hecho por ti. Tomen eso, tazas genéricas de Starbucks. Para más información visita su sitio.

Una foto publicada por Peltre (@malte.taller) el

Decoración de Tuio

Plantas, pines, clips, ligas, monedas, plumas, tu felicidad: puedes poner lo que quieras en estos pequeños recipientes de cerámica que harán que quienes aún no se aprenden tu nombre en la oficina cuando menos te identifiquen como «la chica que tiene unos comelones en su escritorio». Los consigues en la tienda online de la marca.

Una foto publicada por TUIO (@tuiomx) el


Backpack de Lordag & Sondag

Las mochilas también son para las niñas grandes, y la muestra perfecta son los diseños de esta firma que conjugan buen gusto, calidad y, lo más importante de todo, MUCHO espacio. Así que después de comprar todos los artículos que te recomendamos puedes guardarlos en tu backpack y llegar a la oficina con espíritu y accesorios renovados.

Una foto publicada por Lørdag & Søndag (@lordagsondag) el

También te puede interesar…

Oficinas de película que nos gustaría tener en la vida real

Microblading: el tatuado de cejas que no tiene nada que ver con el de tu tía

0

Cuando se trata de cejas perfectas, a algunas mujeres se las da la naturaleza, a otras el maquillaje y hay a quienes simplemente les vale un pepino. Y luego –justo en el limbo entre las que se maquillan y las que no– existe una categoría más: las que aman las cejas definidas, pero no tienen la destreza ni el tiempo para conseguirlas. O sea, yo.

Hace algunos años solamente hubiese tenido dos opciones: no hacer nada al respecto o tatuarme las cejas. Opté por la primera, porque el simple hecho de unir en una misma oración las palabras «tatuado» y «cejas» me producía escalofríos. De inmediato venía a mi mente la imagen de la tía que se lo hizo en el 2000 y quedó con un par de rayones azules en la cara. O la recepcionista de mi dentista que no tenía un sólo pelo en las cejas, pero sí un arco delgado y definido con lo que parecía ser un sharpie café.

Sin embargo, los años han pasado y las técnicas del tatuado de cejas han evolucionado de tal forma que ahora es posible lograr resultados muy naturales y sin necesidad de que sean permanentes.

Una de ellas es el microblading, también conocido como bordado de ceja, una técnica de tatuado que busca definir y realzar la apariencia natural de tus cejas. Para lograrlo se utiliza un aparato con una punta especial de acero inoxidable que se sumerge en pigmentos naturales para después generar sutiles y pequeños trazos que imitan el crecimiento natural del vello. Algo así como Claude Monet meets tratamientos de belleza.

El microblading es un proceso que puede llevar de 2 a 3 horas, ya que antes de tatuar se debe realizar todo un análisis de rostro para definir el estilo, forma y grosor de ceja que más te favorece. Después se traza el diseño, se aplica una crema anestésica y posteriormente comienza la verdadera acción. Lo mejor de todo es que después del procedimiento tus cejas quedan perfectas y puedes retomar de inmediato tus actividades, aunque respetando una serie de cuidados que incluyen no nadar y no exponerte demasiado al sol durante 10 días.

¿Duele? Quienes han apostado por el microblading comentan que aunque puede haber algunas molestias, es totalmente soportable. Eso sí, el tratamiento no es nada barato y puede costarte más de 7 mil pesos, pero tranquila, que si el trabajo está bien hecho los resultados duran más de un año e incluso más siempre y cuando lleves a cabo los retoques correspondientes.

¿Te atreverías a probarlo?

6 consejos de una wedding crasher para colarse en una boda como una profesional

Wedding crashers
Foto. iStock/Ralwel

El recién estrenado marido bromea con el padrino de bodas mientras que su suegra sonríe, con delicadeza, a unos primos que apenas conoce. La novia está radiante. Con un vestido midi blanco y tacones imposibles se siente la reina de la fiesta. No en vano ella, y sólo ella, ha sido la que ha organizado el coctel de bienvenida por completo. Está todo bajo control: los canapés listos para ser servidos, las copas de champán se vacían por los gaznates de los invitados, la cerveza de importación descansa en el barril al fondo y…

Un momento… ¿Quiénes son esos dos extraños que se ríen cómplices al lado de la puerta? No estuvieron en la ceremonia y nadie parece conocerlos… ¿Se han colado?

Los llamados internacionalmente wedding crashers son más comunes de lo que la gente cree. Al estrés por tener todo listo en un día tan especial, se une una nueva amenaza en forma de caraduras que quieren comer y beber gratis. Quizás movidos por la película estrenada en 2005 bajo el nombre “De boda en boda” o «Los Caza novias» y protagonizada por Vince Vaughn y Owen Wilson, estos intrusos buscan un ligue de una noche. O puede que sean auténticos aficionados a los deportes de riesgo y necesiten una dosis de adrenalina que los saque de la rutina diaria…

He de confesar que yo he sido una sinvergüenza, una intrusa y una fan de las locuras que rozan lo confesable…

A pesar de sonrojarme tras lo ocurrido, sin malicia ni atisbo de mala intención, creo conveniente compartir mi escasa sabiduría sobre el tema en aras de instruir a nuevos wedding crashers que quieran pasar un rato divertido y sentirse tan poderosos como dos agentes infiltrados en una misión de vida o muerte.

Así que aquí algunos pequeños “tips” para colarse en una boda:

1. La información es poder

No es ningún crimen colarse en una boda, pero la preparación para tal tarea se asemeja a cualquier plan que un DiCaprio trazaría en una de sus últimas películas de acción. O, en mi caso, veinte minutos de búsqueda en Google para dar con una website que un par de ingenuos decidieron crear para informar, públicamente, del más mínimo detalle del enlace. Vale, quizás no haya documentos secretos del gobierno ni ajustes de cuentas entre mafias involucrados en el proceso… pero la emoción estaba ahí, rozando el peligro.

2. Convence a un alcahuete que quiera hacer de cómplice

Y si esa persona comparte ese entusiasmo por irrumpir en tales eventos de manera sibilina y con los pies en la tierra, mejor que mejor. En el dúo de wedding crashers siempre tiene que existir una mente fría que calcule daños y situaciones embarazosas de manera anticipada, para así buscar soluciones a posibles problemas o imprevistos con antelación.

3. Crea nuevas identidades

¡Ah! Esta es mi parte favorita. Y es que, ¿a quién no le gustaría ser otra persona por un par de horas? La creatividad y la imaginación no tienen límites en este juego en el que se vuelve a ser niños. Profesora, ingeniera, doctora, auxiliar de vuelo… María, Mercedes, Sofía, Roberta… ¡Las posibilidades son infinitas!

Sin embargo, intenta ser realista. Por mucho que te guste ser Gervasia, probadora oficial de galletas a cambio de un buen sueldo y que quedó finalista en un famoso programa de búsqueda de talentos… No cuela. Déjala ir. Gervasia es fantasía. Apuesta por María, la profesora de español. María podría ser real.

Lo siento Gervasia…

4. No te pongas a hablar con alguien mayor 

Esa persona podría ser el padre de la novia… o del novio. Y no me repliques con frases del tipo “¡Ya sería demasiada mala suerte!” porque la fortuna o la desdicha aparecen y desaparecen de forma muy sutil. Y entonces te dará igual que te llames Gervasia o María, porque el futuro suegro de la que posa felizmente con el vestido blanco irá a comentar a su hijo lo simpáticos que fueron los dos que beben cerveza al lado de la puerta.

El novio los escudriñará con los ojos y se dará cuenta de que no sabe quién fregados son. Se lo comentará a su futura mujer en el medio de la foto oficial. Tendrán que repetir la instantánea porque han salido con cara de sorpresa. Y entonces, ENTONCES, se acercarán a ustedes y les dirán, confusos, que no los conocen de nada.

5. Inventa un código con tu cómplice

En el caso de que se pongan las cosas feas para uno de los “jugadores”, éste puede avisar al otro de que tienen que poner tierra por medio lo más rápido posible. Ese código secreto sólo se ha de utilizar en caso de peligro extremo y constituirá de una frase de lo más inocente, tipo: “Tu madre acaba de llamar”. Nótese que no funcionará en el caso de que los recién casados hayan descubierto el pastel y los acorralen en la puerta mientras el resto de los invitados los mira de arriba abajo.

6. ¿Tacones? ¡Ni hablar!

En última instancia te puede tocar correr. Mucho. Y no es agradable darse a la fuga entre arbustos, piedras y callejuelas con dos zancos que serían la delicia de futuras torceduras de tobillos y esguinces aparatosos, mientras que el padrino de bodas te persigue como si no hubiese mañana. Menos aún si ese padrino está fibrado de gimnasio y tú no, y te acabe cazando y tengas que darle explicaciones, medio avergonzada medio risueña, sobre la fechoría que acabas de cometer.

La mayoría de wedding crashers sólo piensan en pasar un rato divertido y brindar en honor a los novios que acaban de conocer minutos antes. Sólo un pequeño porcentaje de los mismos tiene en mente malas intenciones y, créeme cuando te digo que yo no estaba entre ellos.

Consciente soy de que el recién estrenado matrimonio habrá soltado varios improperios y se habrá acordado, para mal, de todos mis ascendientes… Sin embargo, consuelo les puede quedar el pensar que, si algún día decido pasar por el altar, el karma me devolverá esta “broma” en forma de desconocidos colándose en mi boda. Así que, a mis posibles futuros wedding crashers les dedico una sonrisa y la promesa de un “selfie” con el pastel de bodas. Al fin y al cabo, se trata un poco de volver a ser niños y jugar a ser espías por un día.

De amor, relaciones polígamas y otros dilemas

Texto. Anónimo

Desde que tengo quince años he estado involucrada en relaciones monógamas y “estables”, hasta hace unos 9 meses (ya va a nacer mi bebé de la soltería) que terminé con mi último novio. En el intermedio de cada relación estuve “soltera” por un máximo de cuatro meses.

Sí, podría parecer que estoy loca, lo sé, pero así ha sido, de alguna u otra manera mi ingenuo cerebro se convencía de que comenzar una nueva relación era la respuesta para cerrar un círculo vicioso del que ya no quería formar parte. Pero no, estimados lectores y lectoras, esas eran puras mentiras y trampas mentales. Como si la respuesta obvia no fuera “intenta estar sola, a lo mejor y te gustas… y mucho”.

Sin embargo, henos aquí calificando caras y cuerpos en Tinder cada madrugada de aburrimiento y soledad. Inventándonos cada día nuevos pretextos para no mirar hacia adentro, porque siempre habrá algo más “atractivo” a lo que prestarle atención ahí afuera.

De uno a tres amantes…

Hoy en día tengo un promedio de tres parejas bastante regulares, diría yo. Y sí, la pasamos bien, todos están enterados de la situación y los términos y, de hecho, ellos igual cuentan con las mismas libertades que yo y pueden ver a cuantas personas más quieran. Claro que esto trae sus propias complicaciones.

De entrada, si incluso teniendo una relación de pareja estable y monógama tenemos la responsabilidad de usar condón, imagínate con las relaciones polígamas en las que además tus amantes viven bajo el mismo régimen que tú. No puedes fallar. Nunca. No lo hagas.

Además de esta básica cuestión del cuidado de tu salud y la de tus amantes, también hay otros temas que diariamente tienes que malabarear. Pareciera que no, pero eventualmente te das cuenta de que unos te gustan más que otros y las razones pueden ser muchas. Hay que saber organizarse para repartir los días de la semana equitativamente y que nadie se queje demasiado por tu ausencia, porque, en efecto, si uno se ausenta por un tiempo “largo» alguien terminará por resentirlo.

¿Y los celos?

En cuanto a los celos, nada. Hasta el día de hoy nada, de verdad, nada. En este ámbito, honestamente, tener varias relaciones polígamas no se parece en nada a tener una relación monógama estable. Nadie te reclama por pasar tiempo con otros amantes. Y ni siquiera te surge a ti la inquietud de meter tu queja con algún amante porque vea a otras personas. Si esto llegara a pasar, cuidado, puede ser que alguien se esté interesando en cambiar el formato de la relación, y la dinámica tendría que replantearse para llegar a nuevos acuerdos.

Hasta hoy no he llegado a la etapa final de un amante en la que lo tengas que depurar para dar paso a los que siguen. Me parece que estoy cerca pero todavía no arranco el proceso, así que no puedo dar muchos detalles de cómo creo que funcionan los cierres en este tipo de relaciones.

Supongo que se trata, básicamente, de decir las cosas como son, friendzonear de todo corazón y poner nuevos límites en los que te puedas sentir más cómoda. Y si la otra persona no accede con facilidad, quizá lo mejor sea pedir espacio y dejar que las cosas se acomoden solas.

Relaciones polígamas incomprendidas

También debes considerar que a pesar de que nuestra cultura se ha ido abriendo lentamente a aceptar, o tristemente “tolerar” nuevos formatos de relaciones, las polígamas ni siquiera han comenzado a formar parte de la discusión. Digo esto porque existe la posibilidad de que no todos estén de acuerdo o puedan entenderte, y puede ser que, para variar, alguien a quien no tengas que darle explicaciones te las quiera pedir.

Yo no me preocupo demasiado, tampoco es algo que le vaya contando a todo el mundo, pero al menos mis amantes están al tanto. Con eso estamos, hasta ahora, cómodos todos. No es un tema que divulgue entre mi familia o en mi oficina, y esto es simplemente por falta de ganas de dar una explicación lo suficientemente clara para que puedan entender mi punto de vista sin querer convencerme de que estoy cometiendo un error y que me puedo hacer daño (como si eso no pudiera pasar con absolutamente cualquier decisión que tomes).

Encontrando el equilibrio

A decir verdad, cuando empecé con todo esto, sí tenía una sensación de “estarme metiendo en problemas”. Bastó con ser honesta conmigo misma y con los demás para dejar de sentirme culpable. A veces me siento algo egoísta por sobreponer mis ganas de ver más a uno que a otro, o cancelar porque prefiero dormir, pero luego recuerdo que puedo hacer lo que yo quiera con mi tiempo libre.

Otra peculiaridad que he experimentado en estos meses es que sigo sin encontrar el equilibrio emocional (si es que éste se llega a encontrar). Es cierto que tengo ligeramente más tiempo para regalarme a mí misma, para cuestionarme, para escucharme, para alinearme con mis más profundos anhelos, pero sigo perdiendo los ánimos de vez en cuando y extrañando mi última relación estable de pareja.

Y no porque piense que haya sido la relación perfecta, porque por supuesto que no lo fue, pero el corazón no entiende razones y como se ha dicho siempre, lo que se necesita es tiempo. Y, por otro lado, también una enorme dosis de paciencia. Porque ni con 3 o 25 amantes vas a conseguir cambiar un sentimiento que no te has dedicado a observar y trabajar. Esa es la verdad, esa es mi verdad. Digamos que no soy menos feliz ahora pero tampoco soy más feliz por tener varios amantes. 

No hay una sola forma de vivir relaciones polígamas

Así que no, no tengo una receta para encontrar el equilibrio en las relaciones románticas o sexuales monógamas o polígamas y no creo que nadie la tenga.

Me parece que la única salida es probar, atreverse a nuevas dinámicas, darse de topes, quizá, pero continuar y abrir bien los ojos y el corazón para en el camino poder ir aprendiendo qué es lo que quieres y qué no. Y así mismo tener la capacidad de reconocer, con humildad, que nuestra condición humana siempre estará ligada al cambio. Así que no hay que obstinarse con ninguna respuesta, pues ninguna es definitiva.

El truco de belleza que sí podemos aprender de Kylie Jenner…

Twitter
Twitter

Podrás no ser partidaria de todo lo que representa, dice y hace Kylie Jenner, pero si algo hay que reconocerle a la menor del clan Kardashian es que sabe cómo divertirse con su imagen. Un día se pasea con cabello rubio, luego con un ombré en color verde y, si su humor lo amerita, incluso con una cabellera en naranja Kool-Aid.

Kylie sabe que la versatilidad en el look de una persona no está limitada a su ropa o maquillaje, sino que también se extiende a algo tan representativo como el cabello, y para lograrlo no hace falta someterse a decoloraciones radicales o desperdiciar horas-nalga sentada en el salón de belleza, sino que basta con retomar un accesorio que ha estado entre nosotros desde hace siglos: la peluca.

Sí, el artefacto que fue tan popular en las cabezas de personajes como Cleopatra, la Reina Isabel I y María Antonieta sigue siendo una opción para quienes buscan alterar su imagen –pero prefieren no comprometerse con un cambio permanente– o para quienes han perdido su cabellera natural y quieren tenerla de vuelta. Y aunque Kylie no es la primera famosa en usar peluca –Lady Gaga, Beyoncé, Gigi Hadid y Rihanna son tan sólo algunas de las que hacen uso del cabello postizo para cambiar de look– sí es una de las más abiertas a la hora de hablar al respecto.

Si no, basta con recordar la afirmación que dio a Marie Claire en abril de 2016 y que le valió múltiples ataques en las redes sociales. “Yo comencé con las pelucas y ahora todo el mundo las usa”. Suena chocante, pero hay algo de cierto en eso, pues aunque definitivamente no las inventó, con su varita mágica de influencer (tiene más de 71 millones de seguidores en Instagram) ha logrado que llevar cabello ajeno sea algo tan común como cambiar tu esmalte de uñas, logrando que cada vez más mujeres se atrevan a experimentar con ello.

También ayuda el hecho de que hoy en día existen pelucas mucho más sofisticadas que las que se usaban antes. La mayoría son elaboradas con cabello humano o sintético (resistente al calor, así que puedes plancharlas y rizarlas) y con acabados que, lejos de hacer que parezcas cosplayer en Comic-Con, hacen que la peluca se vea como tu verdadero cabello e incluso que puedas peinarlo, lavarlo y estilizarlo como tal.

Quizá las pelucas no son tan mala idea después de todo, especialmente si consideramos que cuestan más o menos lo mismo que una ida al salón, pero con el beneficio de que no maltrata tu cabello natural y no habrá llanto desconsolado si el resultado no es lo que esperabas.

¿Te animarías a llevar una?

5 preguntas que debes hacerte antes de renunciar a tu trabajo

1

“Nunca te rindas” es una de esas frases motivacionales que todos repetimos. De lo que no hablamos tanto es de su opuesto, la necesidad de aprender a dejar ir las cosas que ya no están funcionando, desde creencias hasta relaciones e incluso trabajos.

Cuando decidí mudarme a la Ciudad de México renuncié a dos trabajos que me gustaban, pero que no quería seguir haciendo para siempre; eso me permitió comenzar una carrera como redactora y editora web, algo que estaba muy lejos de mi alcance cuando vivía en Mérida. Cuatro años después, regresó la necesidad de aprender más, de tomar retos, de crecer un poquito. Además, me sentía un poco inconforme ya con la empresa y el ambiente de trabajo. Entonces, otra vez, le dije adiós a un puesto que ya no era para mí . En ambas ocasiones lo hice sin tener otra oferta de trabajo, pero no sin un plan.

El cambio da mucho miedo y cuando involucramos al dinero en la ecuación es fácil paralizarse y quedarse en malas situaciones laborales con tal de no vivir en la incertidumbre, pero a veces las mejores cosas vienen de tomar riesgos.

Aquí claro que tengo que decir que, aunque sea divertido tener esas fantasías, no estoy recomendando que nadie tenga un momento cinematográfico de esos en los que el personaje grita “¡Renuncio!” y jamás mira atrás.  Como buena persona que ama las listas, lo que recomiendo es tomar la decisión tanto con la cabeza como con el corazón y estar preparadas para lo que pueda venir.

Por eso, hablando de listas, aquí 5 preguntas que te puedes hacer para saber si ya es momento de dejar tu trabajo actual:

1. ¿Te emociona ir a la oficina?

Sí, ya sé, son muy pocas las personas que reaccionan a su despertador con una sonrisa de oreja a oreja, pero si ningún proyecto, evento o junta te estimula, si todo el día estás pensando en lo que harás cuando llegues a tu casa o si de plano a veces ni siquiera te levantas, es momento de reflexionar.

2. ¿Cómo es tu relación con tus jefes y compañeros?

Los trabajos no se tratan solo de cumplir con ciertas tareas, mucho de nuestro día también tiene que ser invertido en socializar con nuestro equipo. Para mí, si esas relaciones se enturbian los otros aspectos del empleo también sufren. Si no tienes buena química con las personas que ves todos los días y eso está afectando tu productividad y tu humor, es válido pensar en irte.

3. ¿Sabes qué otra cosa te gustaría hacer?

Aunque sin duda no es imposible, sí es más difícil decir adiós a un trabajo cuando no sabemos qué otro puesto quisiéramos tener. Si ya tienes una idea clara, investiga y pregunta a personas que trabajen en esa empresa o industria para saber más sobre las oportunidades que existen. Networking es una palabra horrible, pero la verdad es que funciona.

4. ¿Sabes qué es lo que quieres y lo que NO quieres?

Cuando ya no queremos estar en una situación laboral nos comienza a molestar todo: desde cómo se suena la nariz nuestra compañera de al lado hasta las políticas de viáticos de la compañía. Por eso, es importante que hagas un análisis más racional y decidas qué te gustaría buscar en tu nuevo empleo y qué cosas no aceptarías. Por ejemplo, ¿buscas tiempo completo o un horario más flexible?, ¿cuánto es lo mínimo que aceptarías ganar?, ¿qué prestaciones son indispensables para ti?

Responder a estas preguntas te permitirá hacer una búsqueda más enfocada, no una en la que tomes la primera oferta que te pongan enfrente. La meta no debe ser obtener cualquier otro trabajo, sino uno que sea bueno para ti.

5. ¿Tienes un plan?

Después de las listas, mi segunda cosa favorita son los planes. Renunciar puede generar mucho estrés, además de problemas de dinero e incluso conflictos con la familia. Hazte las cosas más fáciles y prepárate: calcula tus gastos fijos y genera una meta de ahorro, habla con tu familia, roomies o pareja para saber si podrían apoyarte y cómo lo harían, infórmate sobre el mercado laboral en tu industria, piensa cómo usarás tu nuevo tiempo libre  y considera cuál es el peor escenario posible para decidir si estarías dispuesta a pasar por él. Por ejemplo, es posible que necesites mudarte con tus papás para no pagar renta o que tengas que hacer trabajos eventuales con un pago menor al que antes recibías.

La respuesta a la incomodidad en el trabajo no siempre es renunciar. Si no quieres pasar por la búsqueda de un nuevo empleo, puedes hablar con tu jefe y pedir ser parte de proyectos distintos, hacer un cambio en tu actitud interna o incluso comenzar actividades más satisfactorias en tu tiempo libre, porque “hacer lo que amas” no siempre puede traducirse en “ganar dinero haciendo lo que amas”. A veces un trabajo es sólo un trabajo, no una pasión, pero eso no significa que tengamos que ser infelices por más de ocho horas al día.

También te puede interesar…

https://malvestida.com/blog/2017/08/porque-los-millennials-tienen-mas-trabajos-en-su-vida/

Desciframos el maquillaje ‘waterproof’ de las atletas de nado sincronizado

0

Hay muchas cosas que me sorprenden al ver a las atletas de nado sincronizado retozando en la alberca olímpica y que me hacen preguntarme un sin fin de cosas, como por ejemplo: ¿cómo aguantan tanto tiempo sin respirar bajo el agua? ¿cómo pueden nadar sin usar goggles? y sobre todo ¿cómo logran que su maquillaje quede intacto?

Aunque la respuesta a las primeras dos preguntas evidentemente tiene que ver con un arduo proceso de entrenamiento y disciplina, la tercera puede responderse haciendo un poco de investigación en Internet, así que me di a la tarea de averiguar qué marcas utilizan algunas de las competidoras olímpicas de esta disciplina para salir de la alberca sin terminar luciendo como Robert Smith.

Una de las marcas más populares entre las nadadoras es la línea Aqua de Make Up Forever, que fue especialmente creada para cubrir las necesidades del equipo de nado sincronizado de Francia en 2006. Algunos de los productos waterproof de la línea incluyen sombra en gel, delineador líquido para ojos, rimmel y mis favoritos, los liquid lipsticks Aqua Rouge, disponibles en 12 colores y con acabados mate o brillante.


Las nadadoras del equipo estadounidense también se han decantado por los productos de Make Up Forever, los cuales combinan con algunas sombras de MAC, según revelaron a Vogue en una reciente entrevista. “Hay un líquido llamado Aqua Seal que puedes agregarle a cualquier sombra de ojos para que se vuelva resistente al agua. Lo usamos con sombras MAC que tienen colores increíbles”.

Y hablando de MAC, la marca de cosméticos también forma parte del neceser olímpico de Nuria Diosdado y Karem Achach, representantes de México en nado sincronizado, cuyo look para la competencia de duetos de Rio 2016 fue diseñado por la maquillista Beatriz Cisneros.

Otras firmas utilizadas por atletas de alto rendimiento son Kryolan, la cual incluye productos de larga duración capaces de “resistir condiciones extremas como nadar, calor y la actividad física” y Sephora, cuya línea de productos contra agua se cree que fue la que utilizaron las nadadoras españolas en los Juegos Olímpicos de 2012.

Aunque cada equipo crea su propia fórmula para lograr el maquillaje perfecto, si en algo coinciden es en que el mejor truco para mantener el cabello en su lugar es la grenetina (gelatina sin sabor) que probablemente tú también usaste si fuiste puberta en el 2000. Y es que no, no todo podía ser tan glamoroso.

La vida dulce según las sugar babies

0

El tema de buscar pareja en línea no es una novedad. Comenzando con Match.com, pasando por Jdate y apps como Tinder, buscar a “extraños” en la red para cualquier tipo de compañía es normal. Y considerando que la compañía que uno busca a veces es con fines egoístas (te da frío en la noche, te da flojera desvestirte a ti misma o no quieres comerte toda la pizza sola), ¿qué tan reprochable es ofrecer compañía con fines económicos?

Bajo esta premisa existen sitios electrónicos que buscan reunir a sugar daddies con sugar babies. O sea, hombres mayores con solvencia económica y mujeres jóvenes dispuestas a ofrecer ya sea compañía o sexo –o las dos cosas– a cambio de facilidades económicas. No es una transacción obvia (no es en efectivo, pues), a veces las sugar babies nada más reciben regalos caros o viajes, otras veces viven sin pagar la renta y hay incluso quienes estudian un post grado sin tener que desembolsar un centavo de sus propios bolsillos.

Lujos y conexiones

Hay gente que aboga por este tipo de relación, como Candice Kashani –quien aprecia muchísimo las bolsas Chanel y veinte pares de Louboutins que ha recibido como sugar baby– pero también sugiere este tipo de relaciones como una excelente fuente para hacer conexiones profesionales (o networking). O el caso de una chica de 19 años que en un año recibió $75,000 dólares de su sugar daddy de 51 años (32 años de diferencia…¡TREINTA Y DOS!). También existen sitios en donde uno puede leer tips acerca de cómo llevar una relación de este tipo y saber “cuánto vales”, y no como persona, sino literalmente cuál es tu precio.

Según el sitio Seeking Arrangements (SA), que con más de cinco millones de usarios es el portal mas grande en línea para este tipo de “relaciones”, “Un convenio sucede cuando la gente es directa al comunicarse y deja de perder el tiempo… Nuestro sistema de perfiles permite a nuestros miembros establecer sus expectativas fácil y claramente”.

¿Un trabajo universitario?

Este tipo de relaciones es cada vez más popular entre mujeres universitarias de Estados Unidos tratando de financiar sus estudios. Tanto así, que SA ofrece una “Membresía Premium” si te suscribes con tu email .edu. Además, SA reporta que el 44% de sus más de dos millones de sugar babies son estudiantes universitarias que difícilmente pueden mantener su ritmo de estudios sabiendo que tienen que trabajar para pagar su educación.

Tal es el caso de Sara-Kate Astrove, que durante cuatro años y alrededor de 30 relaciones con hombres de entre 42 y 75 años ganó $300, 000 dólares, suficiente para mantenerse y pagarse un máster en la New School en Nueva York. También está el caso de Vanessa, quien recibe de sus sugar daddies entre $500 y $3000 dólares al mes para pagar gastos y lujos, y usa el dinero que le dan sus papás para pagar la universidad.

Seeking Arrangements estresa que el tipo de relaciones entre sus usuarios depende de ellos mismos. Las dos partes involucradas deben de fijar parámetros y límites claros antes de entrar en una relación y durante la misma. Esto insinuando que estos convenios no están siempre basados en transacciones sexuales (aunque literalmente sólo un caso de entre las decenas de los que encontré no terminó en sexo).

Sugar babies: entre la realidad y la ficción

Eso es lo que sucede en la serie The Girlfriend Experience”. Chelsea (Riley Keough) es una chava que se dedica a ser escort de lujo y encuentra a sus clientes en línea. Es estudiante de derecho, vive bien, tiene un novio estable (que sabe muy bien a lo que ella se dedica) y por las noches ve a sus clientes. Con algunos tiene sexo, con otros sólo platica y a otros les da cariño por medio de caricias.

Existen muchísimas historias de este tipo y casi todas comparten los mismos detalles: un hombre que quiere sentirse deseado por una mujer y lo logra dando dinero a cambio.

De cualquier manera, este tipo de relaciones basadas en transacciones con fines económicos me parece alarmante y altamente denigrante para las mujeres, quienes intentamos valernos por nosotras mismas y buscamos relaciones donde las dos partes recibamos respeto, admiración y aceptación. No está mal tener aspiraciones económicas. Tampoco esta mal querer cosas materiales (a mí, como a Marilyn, también me gustan los diamantes de vez en cuando).

Tampoco estoy en el negocio de decirle a dos personas adultas qué hacer con su tiempo o relaciones. Creo que las mujeres podemos y debemos decidir qué hacer con nuestra sexualidad. Si quieres estar con alguien porque te regala cosas, ¡bien por ti! Si no tienes dinero para salir a comer ese postre que te fascina y alguien se ofrece a pagarlo, ¡buena onda! Y, definitivamente, puedes no querer relaciones serias y sólo pasarla bien con diferentes parejas, pero me parece que hay algo seriamente sexista cuando Seeking Arrangements cuenta con una base de usuarios donde 9 de cada 10 sugar babies son mujeres, a quienes los representantes de esta compañía les sugieren que “usen maquillaje en la primera cita… más no demasiado por que a algunos sugar daddies no les gusta”, entre otras reglas.

El blog de SA también enlista algunas razones para buscar este tipo de relaciones “mutuamente beneficiosas”, como el dejar de salir con hombres «parásito» que sólo quieren vivir a costa tuya; evitar trabajar en un restaurante de comida rápida donde sólo recibirías el salario mínimo, o vivir emociones nuevas que jamás tuviste en tu «vida provinciana».

Y aunque dicen que ser una sugar baby no es prostitución –pues una decide qué hacer o que no en la relación–, lo que sí sé es que, independientemente de la razón para entrar en una relación como esta, las reglas de la economía no fallan: el que tiene el dinero tiene el poder y es la baby quien decide convertirse en una mera mercancía.

Los 5 mejores rumores sobre el iPhone 8 que circulan en la red

0

Como cada año, estamos más cerca de conocer las novedades de Apple, incluyendo el que será el nuevo iPhone, y si algo ha caracterizado a la empresa de Cupertino, California, –y en general a la tecnología del siglo XXI– es que nos tiene acostumbrados a que si no adquirimos lo que está recién salido del horno, a los pocos meses pasa a ser un bonito pisapapeles.

Y sí, apenas estamos por recibir en nuestros brazos el iPhone 7, el cual se cree será lanzado en septiembre, y ya comenzamos a ser bombardeados con rumores sobre lo que podría ser el iPhone 8. ¡El iPhone 8! Aún no sale el de 2016 y medio internet ya está alborotado por el modelo de 2017. Y como pocas cosas nos gustan más que un chisme sobre smartphones, te presentamos los 5 mejores RUMORES sobre lo que podría ser el iPhone 8.

  1. Se dice que estamos ante los últimos iPhones de ese aluminio tan guapetón que lucían los más recientes, y en el futuro podríamos tener carcasas de cristal reforzado, sobre todo pensado para la parte trasera de nuestro dispositivo. Ya sabes, por aquello de que nuestro celular luciría mejor sin un case tan ostentoso. Además, tomando en cuenta que el modelo de 2017 coincidirá con la celebración de los 10 años del iPhone, los diseñadores de Apple probablemente aprovecharán para darle un cambio de look que marque una nueva época en sus smartphones.

  2. El iPhone 8 podría no tener botón de inicio, esto con el fin de tener una pantalla de mayor tamaño o bien reducir las medidas del teléfono y así darle más protagonismo al control táctil, pero entonces ¿dónde va a quedar el Touch ID? ¿Qué hemos hecho para que nuestros secretos dejen de estar tan bien protegidos? Vamos, ese realmente no sería un problema, ya que la competencia desde hace mucho dejó de usar botones físicos en sus pantallas.

  3. ¿Recuerdas todas las películas en donde para acceder a algún lugar súper secreto se necesitaba de un eye scanner? Pues podría ser que los mortales contemos con uno para desbloquear nuestro iPhone. Una función que, aunque suena bastante futurista, ya ha sido implementada en el nuevo Samsung Galaxy Note 7.

  4. La pantalla podría ser de OLED flexible, en vez de LCD, lo cual significa que podría tener colores más brillantes y una gama de negros más intensos. Además, se cree que Apple apostará por un diseño de pantalla que se extiende hasta los bordes del teléfono.

  5. Otro rumor es que con el iPhone 8 (si es que se llega a llamar así) comenzaríamos a disfrutar de selfies, videos y fotos de nuestra vida social sin miedo a quedarnos sin batería antes del mediodía. El diseñador Umberto Menasci, de Mesut G Designs, lo imagina con cámara de 20 megapíxeles, un grosor de 6,5 mm y un dispositivo completamente inalámbrico.

A pesar de que sólo son rumores basados en predicciones y en algunos movimientos de Apple (como la compra de ciertas patentes) creemos que no está de más fantasear con que el iPhone de 2017 podría ser una revolución completamente distinta a lo que ya nos tiene acostumbrados. Sólo el tiempo lo dirá.

Breve historia sobre el feminismo

5

“Una persona que cree en la equidad social, política y económica de los sexos.”

Si eres fan de Beyoncé o pasas tiempo en Tumblr, seguro esta definición del feminismo te parece familiar. Si no, te cuento que fue citada por la autora Chimamanda Ngozi Adichie en su famosa TED Talk “Todos deberíamos ser feministas” y después sampleada por Bey en Flawless.

Es cierto que estos son los requisitos básicos para ser una feminista, pero lo interesante es que con los años ha cambiado mucho lo que este movimiento considera como equidad y cuáles son los métodos para lograrla. A lo largo de más de un siglo, las feministas casi nunca han estado de acuerdo entre ellas. Sin embargo, han logrado una de las revoluciones sociales más exitosas de la historia.

http://gph.is/2Ie4IWq

Hagamos memoria…

Para comprender cómo fue posible esto, hay que hacer un repaso a las tres “olas” que conforman la historia del feminismo, pero ahí nos topamos con el primer problema: los periodos temporales de éstas también varían según quien los cite.

Aquí voy a considerar que la primera ola es la centrada en el sufragio; la segunda, en la liberación femenina o women’s lib, y la tercera, en el feminismo más incluyente. Todo esto con un enfoque en la sociedad occidental, lo cual no significa que otras culturas no tengan su propia historia con la lucha por la equidad.

Antecedentes

Por supuesto que las sufragistas no fueron las primeras en pensar que había un problema con la inequidad de género. Desde la Edad Media surgieron mujeres que denunciaron el trato desigual, pero es Mary Wollstonecraft quien, en su famoso texto Vindicación de los derechos de las mujeres (1792) agrega un componente esencial en la lucha feminista: la vindicación. Es decir, más que tan solo exponer sus quejas, Wollstonecraft también demanda los derechos de su género.

Primera ola (finales del siglo XIX a mediados del siglo XX)

La demanda principal en esta etapa del movimiento fue el derecho al sufragio. Es decir, se entendía que la equidad social, política y económica comenzaba con la capacidad de las mujeres de votar y ser votadas.

El conflicto aquí fue que muchas mujeres (las más pobres, las negras y las indígenas, sobre todo) fueron olvidadas por las grandes líderes sufragistas. Por ejemplo, en Estados Unidos, una enmienda constitucional de 1920 otorgó el voto a las mujeres, pero para muchas ciudadanas de raza negra en el sur de Estados Unidos, esta no fue una realidad hasta la década de los sesenta.

En México, en 1916 se realizó el primer congreso feminista (segundo en su tipo en América Latina), que contribuyó a lograr la Ley de Relaciones Familiares, promulgada al año siguiente. En ella se destacan la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, el derecho al divorcio y la apertura de espacios educativos y laborales. Sin embargo, fue hasta 1953 cuando las mexicanas obtuvieron el derecho al voto, que pudieron ejercer en las elecciones de 1955. Es decir, es probable que tu abuelita se acuerde de este momento.

Sus protagonistas: en Estados Unidos, Susan B. Anthony, quien pronto va a aparecer con otras sufragistas en el billete de 10 dólares; en Inglaterra, Emmeline Pankhurst, interpretada por Meryl Streep en la película Sufragistas y en México, la yucateca Elvia Carrillo Puerto, la primera diputada del país (1923).

En la cultura pop: ¿recuerdas que la mamá de los niños que cuidaba Mary Poppins era sufragista? Para muchos, esta señora un poco negligente con sus hijos fue el primer acercamiento con el feminismo.

“Al hombre queremos en lo personal, pero en lo general son poco razonables”, canta la señora Banks.

Segunda ola (entre los 60 y los 80)

Si cuando piensas en una feminista te viene a la mente una hippie que quema su bra en una hoguera y se niega a rasurarse las axilas, estás pensando en activistas de la segunda ola. De esta época es también el famoso eslogan “lo personal es político”, que se refiere a que hay una relación entre las experiencias personales y las estructuras sociales. O sea, a que si hay violencia en tu relación, no es un problema sólo de ustedes dos, sino que forma parte de algo mucho más grande.

Para las feministas de la segunda ola fue importante analizar el papel de los roles de género y el trabajo doméstico en la opresión, además de impulsar la entrada de las mujeres al mundo laboral y político en puestos de liderazgo. Ellas también pusieron énfasis en la liberación sexual, así como en el derecho al aborto, ya que su movimiento coincidió con la comercialización de las pastillas anticonceptivas, que pusieron por primera vez la reproducción en las manos de las mujeres.

Al mismo tiempo, en esta época surgieron teorías feministas que cuestionaban la pornografía y el trabajo sexual, el considerar que devaluaban a las mujeres.

El problema de las principales exponentes de esta ola fue, de nuevo, centrarse en la experiencia de sólo ciertas mujeres (de clase media, blancas, heterosexuales) y olvidar que la opresión se ve diferente en los grupos minoritarios.

Sus protagonistas: Simone de Beauvoir y su libro El segundo sexo, Betty Friedan y su libro Mística de la feminidad; la todavía activa Gloria Steinem; Audre Lorde, poeta y activista, y la escritora mexicana Rosario Castellanos.

En la cultura pop: películas ochenteras como 9 to 5 (1980) y Working Girl (1988) mostraron las dificultades de las mujeres en el mundo laboral. De forma más reciente, Mad Men hizo un gran trabajo para mostrar cómo la revolución sexual y el movimiento por la equidad afectó a amas de casa, mujeres trabajadoras y mujeres de color.

Tercera ola (de los 90 a la actualidad)

El feminismo del nuevo milenio trata de llenar los huecos de las olas anteriores, reconociendo que hay muchas formas de ser mujer. Es por eso que en esta etapa el movimiento se alinea con otros, luchando también contra el racismo, la homofobia, la transfobia y todos los tipos de discriminación.

En Latinoamérica, surgen activistas indígenas que buscan que se reconozcan sus desventajas históricas y su capacidad para trazar su propio futuro. Además, se comienza a pensar en el trabajo doméstico realizado por mujeres en desventaja económica como un tema central.

A pesar de los avances logrados por las etapas anteriores, las feministas todavía se enfrentan a temas básicos como el acceso a servicios de salud y control de la natalidad, el acoso en las calles y en los lugares de trabajo, el slut shaming y, por supuesto, el feminicidio.

Por otro lado, también estamos viviendo un momento en el que cada vez existen más mujeres en puestos de liderazgo políticos y empresariales, algo que se ha considerado un triunfo del movimiento, pero que no necesariamente llevará a mejorar las condiciones de vida de las mujeres en mayor desventaja en el mundo.

https://gph.is/2pWdWhr

Un texto de la doctora Alba Carosio explica con sencillez los dos extremos del feminismo de hoy en día al decir que en uno están quienes quieren que las mujeres tengan paridad en todos los ámbitos sociales, convencidas de que  esto traerá justicia social (aquí estarían feministas como la directora ejecutiva de Facebook  y autora de Vayamos adelante Sheryl Sandberg) y en el otro tenemos a quienes piensan que es la transformación de las estructuras sociales la que llevaría a una igualdad para las mujeres.

Sus protagonistas: Janet Mock, activista transgénero; el trabajo académico de Paul B. Preciado y Judith Butler y la mexicana Martha Lamas, fundadora de GIRE.

En la cultura pop: este es un gran momento para el feminismo en la cultura pop, gracias a la popularidad de series como Inside Amy Schumer u Orange Is The New Black. Además, claro, de que celebridades como Beyoncé, Emma Watson y Taylor Swift ya no le temen a declararse feministas.

Si quieres conocer más sobre el feminismo de esta época, puedes leer Teoría King Kong, de Virgine Despentes; Bad Feminist, de Roxane Gay; Cómo ser mujer, de Caitlin Moran; Feminismo para principiantes, de Nuria Varela; Feminism is for everybody, de bell hooks; Ensayos impertinentes, de Jean Franco; La maldición de Eva, de Margaret Atwood y Una habitación propia, de Virginia Woolf.

Para acercamiento a temas del momento, recomiendo muchísimo el trabajo de Estefanía Vela, Catalina Ruiz- Navarro y Virginia Lemus. Para humor y feminismo, Malena Pichot, Barbijaputa y Las Reinas Chulas.

Últimamente también han surgido muchos documentales sobre diversas áreas del feminismo. Puedes ver Vessel, sobre el trabajo de la organización Women on Waves para llevar abortos seguros a todo el mundo; The Punk Singer, sobre la cantante Kathleen Hanna y el feminismo en los noventa; She’s Beautiful When She’s Angry, sobre la historia de la liberación femenina en Estados Unidos; Miss Representation, sobre cómo se presenta a las mujeres en los medios de comunicación, o What Happened Miss Simone?, que toca el efecto del sexismo, el racismo y las enfermedades mentales en la carrera de Nina Simone.

Los 30… ¿son los nuevos 20?

Que no te engañen.

La crisis de los 30 no llega en la tercera década de tu cumpleaños. La hecatombe, el final del mundo, las arrugas incipientes y, en muchos casos, también imaginarias, llegan el día en el que cumples 29.

Y es que claro, cuando tienes 28 primaveras eres una joven adulta con la madurez necesaria para tomar decisiones en tu vida, pero con la excusa de ser veinteañera para soltarte un poco la melena. Sin embargo, una vez que dejas atrás este número comienza el estrés y la carrera por apurar esos últimos doce meses de libertad juvenil, esos 365 días de locuras y borracheras justificadas. Los treinta asoman en forma de bruja de Blancanieves con manzana envenenada y tú no eres tan tonta como la princesa del cuento…

Y es entonces cuando ocurre la verdadera crisis. Te empapas, gracias a tu amigo Google, de todos los aspectos y características que tiene que tener una treinteañera ideal. Ves semanalmante el «Diario de Bridget Jones» y empatizas con Rachel de «Friends» cuando alcanza la treintena rodeada de Phoebe, Ross y compañía. Te apuntas al gimnasio, aunque abandonas la cinta y la bicicleta estática al cabo de un par de semanas de intentona. Vas a la farmacia y, en un arranque de locura, compras un contorno de ojos para arrugas avanzadas. Piensas en bebés y te asustas al descubrir que estás barajando la posibilidad de congelar tus óvulos. Te comparas con antiguas amigas de universidad. Estallas…

Y entonces llega tu 30 cumpleaños. Y te das cuenta de que sigues teniendo las mismas estrías y arrugas que tenías en tus veinte. Puede que sigas en tus erre que erre con tus mi-vida-se-ha-terminado-es-hora-de-sentar-cabeza, pero por regla general se te pasa la tontería.

Y te vuelves optimista. Te lías con chicos más jóvenes que tú y mientes sobre tu edad, o no. Sigues saliendo de juerga y te sueltas la melena tanto o más como cuando eras una chiquilla de 28, aunque puede que empieces a peinar canas…

¡Y te vuelves a comparar! Flaco favor te haces con eso, aunque ¡oye! a veces encuentras modelos a seguir que te inyectan dosis de juventud y esperanza que ya quisieran muchas adolescentes…

Y si no, que se lo digan a mi amiga Vicky que, a las puertas de ese huracán paranoico que convierte al síndrome de Peter Pan en la enfermedad del siglo XXI, no lo pensó dos veces y decidió cortar por lo sano. Y cortó: con su novio de toda la vida, con su trabajo aburrido y con su contrato de alquiler. Se descubrió a sí misma como un ser independiente y con mucho carácter y se lanzó a la deriva a cumplir sus verdaderos sueños.

Y déjame hablarte de Angelique. No tiene arrugas, pero la paz que transmite cuando te da uno de sus sabios consejos muestra el atractivo y la madurez que diferencia a una niña de una mujer. Es estilosa, carismática y mamá. La miras y te dan ganas de ser unos añitos años más vieja, como ella, con su melena al viento y su dulce acento francés, aunque en el fondo sepas que nunca tendrás ese tonillo en tu voz y que tu glamour deja mucho que desear cuando te pones calcetines disparejos con calaveras fosforitas dibujadas.

Al final te ríes. ¡Y es que te tienes que reír! Porque si llorases cada vez que alguien juzga tu vida no habría océano suficiente que abarcase tus lágrimas.

La sombra de los treinta se vuelve menos oscura y descubres que hay luz al final del túnel. Te enorgulleces de tus pequeñitas líneas de expresión cada vez que te ríes, porque sabes que son fruto de momentos felices que viviste en tus años (más) mozos y te asustas al comprobar lo cerca que estás de lo cuarenta…

Aunque bueno, ya sabes lo que dicen, ¿no? Los 40 son los nuevos 30…

5 libros para sustituir tus series favoritas de Netflix

0

Siempre he amado leer. Es un dato básico sobre mí: soy la mayor de 4 hermanas, amo los postres y leo mucho y muy rápido… ¿O no? Hace unos meses me di cuenta de que esta parte de mi identidad corre peligro; en parte porque dejé de escribir reseñas quincenales para una página web y en parte por Netflix, pasé de leer dos o tres libros al mes a ninguno.

Sé que es ridículo y snob preocuparme por mi total de lecturas en Goodreads pero, más que eso, extraño mucho a mi yo lectora, a la persona que puede pasar todo un fin de semana acabando un libro de mil páginas. Así que poco a poco he comenzado a retomar el placer que me ha acompañado durante toda mi vida.

Aunque estemos a mediados de año, nunca es un mal momento para recordar los propósitos que fijamos en enero, y si tú como yo te has encadenado a Netflix, pero buscas regresar a las palabras, aquí te recomiendo libros relacionados con tus series favoritas.

The Americans
Una de mis series favoritas de los últimos años, The Americansnarra la muy sexy y muy peligrosa vida de dos espías soviéticos viviendo en Estados Unidos durante la Guerra Fría. Por supuesto que ya sabemos qué es lo que va a pasar a nivel geopolítico (bye, bye, Unión Soviética), pero eso no impide que nos involucremos en las vidas de los personajes y también que cuestionemos quiénes son los “buenos” y quienes los “malos”.

Esta sensación la tuve también al leer Las esposas de Los Álamos.  La novela de la estadounidense Tarashea Nesbit se centra en las personas al margen de otro acontecimiento histórico del siglo veinte: la construcción de las bombas atómicas que se detonaron en Japón y terminaron la Segunda Guerra Mundial.

Contada en primera persona del plural, a modo de coro, la historia toma lugar en Los Álamos, en donde se asentaron las familias de los científicos que desarrollaron estas armas. Las esposas se convierten en un “nosotras” que lleva al lector a conocer sus vidas, desde la duda ante el horror del que son parte hasta los inconvenientes de su quehacer diario.

Serie The Americans
Foto: The Americans

Master of None
Hubo una semana en la que solo quería hablar de Master of None. Aziz Ansari creó una serie tan personal como universal, que tocó temas como el racismo, el sexismo y las eternas dudas amorosas sin dejar de ser divertida o convertirse en un sermón.

La recomendación obvia es Modern Romance, el libro en el que Anzari investiga las relaciones románticas en la actualidad para descubrir cómo funcionan (o si acaso funcionan).

Si los capítulos centrados en la migración y el choque entre la tradición y la modernidad son parte de lo que te gustó de Master of None, tengo otra idea: lee a Jhumpa Lahiri. En especial su novela El buen nombre, en la que también encontrarás problemas amorosos y falta de comprensión entre generaciones, ya que el personaje principal se enfrenta a obstáculos para comunicarse con sus padres, quienes llegaron a Estados Unidos buscando mejores oportunidades para sus hijos, pero se niegan a perder sus costumbres.

Master of None
Foto: Master of None

Downton Abbey
Ver dramas de época es una de mis formas preferidas de relajarme. Vestuarios de ensueño, increíbles sets, gente rica hablando en exquisito acento inglés y lucha de clases, ¿qué más se puede pedir?

Uno de los principales temas de Downton Abbey es la relación entre los sirvientes y los dueños de la casa, la lealtad que se tienen unos a otros y cómo al avanzar el siglo veinte van muriendo las tradiciones que sostuvieron a la aristocracia británica por décadas. Es justo esto lo que explora Kauzo Ishiguro en Los restos del día, una novela corta narrada por Stevens, un mayordomo que, en el transcurso de un viaje por carretera para visitar a una antigua colega, se enfrenta poco a poco a la idea de que su patrón por 30 años, Lord Darlington, no fue un hombre honorable y se pregunta qué significa haber dedicado décadas a servir a una persona indigna. Si quieres ver la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva poco común y te gustan las descripciones de paisajes y la introspección, no te puedes perder este libro.

Downton Abbey
Foto: Downton Abbey

Orphan Black
Esta serie sigue a un grupo de mujeres unidas por los genes: son clones creados por una corporación que tienen que luchar por conservar su independencia y el vínculo que las une. Entre las secuencias de acción, la gran actuación de Tatiana Maslany y muchas pelucas, se esconde una pregunta básica: ¿a quién le pertenece el cuerpo de las mujeres?

En 1985, Margaret Atwood se hizo la misma pregunta y el resultado es una obra de ficción especulativa que también es una advertencia sobre lo que podía pasar. El cuento de la criada es un clásico que sigue la vida de una mujer que solo vale por su capacidad de reproducirse y que pierde la capacidad de decidir sobre su vida cuando un grupo de fanáticos religiosos toma el poder de su país.

Orphan Black
Foto: Orphan Black

Orange Is the New Black
Todos estamos obsesionados con esta serie, en la que el personaje principal, Piper Chapman, se convierte poco a poco en secundario para dar paso a las historias de mujeres de diferentes edades, religiones, orientaciones sexuales y razas.

De nuevo, aquí la recomendación obvia sería Orange Is the New Black, el libro de memorias de Piper Kerman en el que se basa la serie. Es en efecto una lectura entretenida e informativa sobre la vida en prisión, pero el tono es totalmente distinto a lo que disfrutamos en la pantalla.

Tal vez precisamente porque ese tono y esa estructura es tan innovadora es que el internet está lleno de respuestas a qué libro leer si te gustó OITNB. La mayoría recomiendan otras memorias sobre la prisión o investigaciones sobre cómo afecta el sistema a las mujeres, a las mujeres de color, a las mujeres LGBT. Sin duda son todas lecturas interesantes, pero no engloban todo lo que es la serie.

Traté en vano de pensar en un libro que reuniera lo que a mí más me gusta de la producción de Netflix, la gran cantidad de voces y perspectivas femeninas distintas, y llegué a la conclusión de que lo que debo hacer es leer más historias de mujeres de color, de mujeres LGBT, de mujeres pobres. Si no hay un solo libro como OITNB, la buena noticia es que hay muchos libros que pueden expandir nuestra idea de qué es ser mujer tanto como la serie.

¡Quiero tu trabajo, Scarlett Baily! – Artista visual

1

De hacer caricaturas en SeaWorld a desplegar sus retratos en los escaparates de DKNY en Madison Avenue, Nueva York: así ha sido la trayectoria de la artista visual Scarlett Baily, quien protagoniza el primer capítulo de nuestra serie #QuieroTuTrabajo, en la que documentamos el mundo de quienes deciden dedicarse a profesiones que salen de lo convencional.

Realización: Ale Higareda y Pepe Molina para Malvestida.com

Cinco marcas de lipstick libres de crueldad

¿Sabes cuántos productos tienen contacto regular con tu piel? Yo sí, una vez los conté y son entre 30 y 35 a la semana. El número me impactó por varias razones: pensé en el costo de todas esas cosas y me cuestioné si adquirirlas es la mejor forma de invertir gastar mi dinero; también fui consciente de que la mayoría de los envases se van a convertir en basura y finalmente tuve que admitir que mi conocimiento sobre los ingredientes que constituyen los productos es muy escaso.

No crean que esta historia termina conmigo convertida en una hippie que solo come lo que cae de los árboles y no se ha mirado en un espejo en dos años. Disfruto mucho mi rutina de belleza y no quiero deshacerme de ella, pero me puse como propósito pensar un poquito más en los productos que consumo y en cómo afectan a mi cuerpo, al ambiente y a la sociedad.

Antes de recomendar algunas marcas que me parecen interesantes, es importante aclarar que hay muchas etiquetas distintas que pretenden informarnos sobre qué tan responsables son los cosméticos y que algunas pueden contradecirse o ser un poco confusas. Como consumidores debemos decidir qué es lo que más nos interesa y partir de ahí; por ejemplo, que una marca sea “cruelty free” sólo significa que no fue probada en animales, pero no garantiza que haya eliminado ciertos químicos; que sus ingredientes sean orgánicos; que sus productos sean veganos o que tenga prácticas éticas con las comunidades a las que les compra materia prima.

Además, en China por ley todas las marcas deben probar sus productos en animales, por lo que la mayoría de los activistas considera que las empresas que venden en ese país caen en prácticas de crueldad, aunque los productos que vendan en otras partes del mundo no hayan requerido de pruebas.

Gracias a la preocupación de los consumidores, ha crecido mucho la oferta de cosméticos conscientes que además son cool y cercanos a las tendencias. Hoy me voy a enfocar en lipsticks, porque literalmente nos los comemos todos los días y son el punto central de muchos looks modernos.

Ere Perez
Esta marca australiana creada por una mexicana llegó a nuestro país con muchísima fuerza, por lo que sus productos son muy fáciles de encontrar; están en tiendas naturistas y en bazares en gran parte del país (en su página web puedes encontrar información sobre todos los eventos del mes).

Su rango de colores en labiales no es muy extenso, pero sí incluye un poco para todas, desde los nudes que están tan de moda hasta rojos y un morado intenso, además de productos multiuso que pueden aplicarse también en las mejillas y son perfectos para viajar. Todos están hechos a base de aceites naturales (de rosa mosqueta, de oliva o de nuez de Macadamia), ideales para las que tenemos labios resecos. Eso sí, deben ser reaplicados durante el día porque no son de larga duración.

Ere Perez promete que todos sus productos son libres de tóxicos y de crueldad animal, y que la mayoría de ellos son también veganos. Sin embargo, en la página web no existe una etiqueta o leyenda que diga cuáles sí contienen ingredientes de origen animal. Si eres vegana, será mejor preguntar.


Pai Pai
El principal argumento de venta de esta marca es que sus empaques son increíbles, ya que son diseñados por artistas mexicanos. Sin embargo, su perfil de Instagram también menciona que son cruelty free. Si te interesa apoyar a los creadores nacionales y te gustan los cosméticos-objeto, esta marca puede ser lo que buscabas, pero si lo que quieres es tener más información sobre prácticas éticas y ecológicas, existen otras opciones que le ponen más énfasis a estos temas.

Otro punto a tener en cuenta es que cada colección es edición limitada, por lo que si se acaba tu color favorito ya no podrás volver a conseguirlo. Si quieres conocer todas sus colaboraciones y en qué lugares de la República las puedes encontrar, puedes hacerlo en su página web.

Una foto publicada por pai pai (@paipaimx) el


Colourpop
Esta es la marca del momento entre vloggers y estrellas de Instagram, porque sus lipsticks líquidos ofrecen una increíble relación calidad/precio y una gran variedad de colores y acabados. Lo que yo no supe hasta hace muy poco es que todos sus productos están certificados por PETA por ser libres de crueldad y que además la gran mayoría de ellos son veganos. (En la página web se enlistan las excepciones.)

Hasta hace poco, era necesario comprar los productos Colourpop en Estados Unidos o a través de terceras partes, pero desde del 12 de julio de este año es posible encargarlos desde su página oficial.


AHAL
Para quienes tienen un estilo más natural al maquillarse, AHAL ofrece lip-tints que le dan brillo y color sutil a los labios. Lo interesante de esta compañía mexicana es que no solo ofrece productos libres de crueldad, parabenos y sulfatos, sino que también trabaja bajo un esquema de comercio justo con productores locales. Si quieres conocer más sobre ella y comprar sus productos puedes consultar su página web.

Una foto publicada por ahalbiocosmética (@ahal_bio) el


e.l.f
Una marca que más bien es conocida porque sus productos son de bajo precio, pero emulan la calidad de opciones de lujo. Además de esa ventaja, e.l.f. es libre de crueldad y vegana, ya que desde hace unos años dejó de utilizar ingredientes de origen animal.

Su oferta de labiales es muy amplia, incluye stains, lápices mate y barras humectantes, todos en una gran variedad de colores. En México parte de la línea de e.l.f. está disponible en tiendas departamentales, pero su sitio web permite comprar cualquiera de sus productos.

Una foto publicada por e.l.f. Cosmetics (@elfcosmetics) el

Este es tan solo una pequeña muestra de marcas que puedes considerar como opciones para hacer un poco más “verde” y un poco más responsable tu kit de maquillaje, pero la lista podría ser mucho más larga. Si quieres conocer más sobre los diferentes estándares y etiquetas para certificar cosméticos, así como de las compañías que sí prueban en animales, el recurso más completo que he encontrado es el blog Phyrra.

Breve historia sobre las mujeres en los Juegos Olímpicos

0

Los Juegos Olímpicos nos permiten asomarnos a la realidad del mundo más allá del deporte: son un reflejo de la situación de cada país: de los temas de interés, cambios de mentalidad, avances en la tecnología y también de las realidades sociales.

La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos es uno de los procesos que ha tomado años. Es por eso que te compartimos 10 datos históricos sobre la participación femenina en esta importante gala deportiva.

1. Si eras una mujer de la antigua Grecia no podías competir pero sí podías observar.

Claro, siempre y cuando fueras soltera y de buena familia.

Las jóvenes griegas eran llevadas por sus padres como observadoras a la arena olímpica con la esperanza de que alguno de aquellos atletas viriles se fijara en ellas para casarse. Era algo así como parte del kit de amenidades que incluía ser un campeón olímpico.

Cabe recalcar que, según el museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, pudieron existir competencias sólo para mujeres (nuevamente, solteras, jóvenes y ricas) con el objetivo de honrar a la diosa Hera.

2. En la época prehispánica en México, las mujeres participaban en juegos y competencias deportivas.

De acuerdo al documento “Mujer y Deporte, una visión de género”, había ciertos deportes autóctonos o tradicionales en los que participaban hombres y mujeres de manera indistinta y en equipos mixtos. Incluso existían eventos destinados sólo para mujeres, como la Carrera de Arihueta o el juego de la Mancuerna (ambos de la comunidad Tarahumara).

Por supuesto, estas actividades formaban parte de ceremonias, festividades y rituales ancestrales.

3. El fundador de los juegos olímpicos modernos siempre estuvo en contra de la participación femenina.

Pierre de Coubertain declaró que la mujer debía ser espectadora y debía limitarse a mirar, aplaudir y coronar a los ganadores, ya que el héroe olímpico debía ser siempre un hombre.

Esta postura fue apoyada por la iglesia católica (el papa Pío X incluso hizo aportes económicos para la realización de los juegos), lo que dificultó aún más la apertura y participación de las atletas. Si eras una mujer con aspiraciones de participar, no sólo eras una libertina, sino también una pecadora.

4. Para la segunda edición de las olimpiadas modernas se consideraba que ciertos deportes afectaban la salud de las mujeres.

En París 1900 se integraron de manera extraoficial algunas mujeres para competir en tenis, croquet, golf y vela. El número exacto es incierto, aunque se cree que la cifra no va más allá de unas 22 participantes.

Se consideraba que estos deportes eran los “más adecuados” para ellas, ya que no implicaban ningún tipo de contacto directo, movimientos bruscos o cualquier cuestión que pudiera afectar su salud.

Sí, por esos años se creía que los deportes más “rudos” afectaban la salud las mujeres y las masculinizaba… o, por decirlo de otro modo, las volvía marimachas.

5. Existieron dos Juegos Olímpicos Femeninos, como una crítica hacia la discriminación por parte del comité olímpico.

Impulsados por Alice Melliat, fundadora de la Federación de Sociedades Femeninas de Francia y miembro de la Federación Internacional Deportiva Femenina, esta forma pacífica de protesta y de pedir la participación femenina fue determinante para que las atletas fueran tomadas con mayor seriedad en las siguientes ediciones olímpicas.

 6. La primera mujer en portar la llama olímpica y encender el pebetero fue una mexicana.

Enriqueta Basilio (“Queta” para los cuates) fue campeona de atletismo y pasó a la historia junto con su país un 12 de octubre de 1968, en las las primeras Olimpiadas celebradas en Latinoamérica.

Dato curioso: Queta también fue diputada federal plurinominal del PRI en el período 2000 – 2003. México lindo y querido.

7. La primera rutina perfecta fue ejecutada por una mujer.

Es memorable el papel de Nadia Comaneci en Montreal 1976 con una rutina de 20 segundos en barras asimétricas, fue la acreedora del primer 10 perfecto en la historia del deporte.

8. Hasta hace algunos años, algunos países no permitían la participación de atletas femeninas.

Arabia Saudita, Qatar y Brunei nunca habían permitido la inscripción de mujeres en la gala deportiva. Fue hasta Londres 2012 que estos países eliminaron el veto.

De acuerdo con un artículo del periódico El País, Arabia Saudita permitió la participación de dos mujeres: Sarah Attar en atletismo y Wodjan Ali Seraj en yudo. Brunei y Qatar también enviaron representantes: Maziah Mahusin en salto de vallas y Bahiya al Hamad en tiro olímpico, quien también fue la primera mujer en ser abanderada de su delegación en el desfile de apertura.

9. ¡Vamos por más!

En la actualidad, para incluir un nuevo deporte en el programa olímpico oficial se deben aplicar pruebas para ambos sexos. Es decir, debe ser un deporte apto para ambos grupos de deportistas.

10. Mayor inclusión para la comunidad transexual.

Desde 2004 la comunidad transexual podía participar, siempre y cuando se comprobara el proceso quirúrgico, acompañado de un mínimo de dos años de terapia hormonal, y siendo reconocidos legalmente en su país según el cambio de género.

Una de las características más sonadas de Río 2016 (la edición olímpica número 31) fue que por primera vez en la historia se permite la participación de atletas transexuales sin la condición de haberse sometido a cirugía de reasignación de sexo.

La dieta olímpica: ¿Puede la alimentación ayudar a obtener el oro?

Las olimpiadas han llegado y con esto la emoción de ver a los atletas que después de largos días de entrega y esfuerzo competirán por ser los mejores del mundo.

Durante mis años como nutrióloga he recibido a distintas personas que me buscan porque su entrenador los manda. Algunos llegan a mi consultorio con la intención de bajar de peso y muchos otros al preguntarles por qué vienen conmigo me responden con un tono lleno de inseguridad: “me mandan para mejorar mi alimentación y mi rendimiento”. Éstos últimos deberían saber que no existe una mejor razón para una consulta deportiva que las palabras que acaban de decir.

Se sabe que la nutrición en un atleta es un factor determinante tanto para su desempeño físico como mental. La cantidad de calorías que un deportista olímpico consume varía dependiendo de muchísimos factores, como el tipo de deporte, la duración de la actividad, la intensidad con la que se realizará el entrenamiento o la competencia, el periodo de entrenamiento en el que se encuentra, así como del sexo, estatura, peso y masa corporal. Todos estos aspectos hacen que el alto consumo de calorías que ingieren –el cual muchas veces cuadriplica el de cualquier persona– no suene tan loco.

Cómo olvidar cuando se dio a conocer que Michael Phelps consumía entre 10,000 y 12,000 calorías al día. La cantidad sorprendía a cualquiera, y más si lo comparamos con las 2,000 kcal que un hombre con su peso y edad debe consumir aproximadamente (de hecho ni siquiera puedo imaginar hacer una dieta con esa cantidad de calorías). Sin embargo, lo que más asombraba era que su cena estuviera compuesta por medio kilo de pasta y varias bebidas deportivas. Tal vez suene atractivo seguir esta dieta porque de restrictiva no tiene nada, pero créeme que es algo difícil de llevar acabo.

Sin embargo, la realidad es que la alimentación de los atletas olímpicos es tan estricta como la competencia por el oro. Por ejemplo, las recomendaciones para aquellos que practican deportes de resistencia como natación, ciclismo, triatlones y maratones –y que entrenan o compiten por más de 90 minutos– oscilan entre las 4,000 y 7,000 kcal al día. De hecho, por lo general aumentan las calorías unos días antes de que se lleve a cabo la competencia para llenar las reservas energéticas de los atletas y brindarles la máxima potencia posible.

Independientemente del total de calorías que estos atletas ingieran, debe de haber un equilibrio en su consumo. Por ejemplo: del total de comida ingerida durante el entrenamiento, un 55 a 60% está compuesta de carbohidratos (arroz, pasta, pan, avena) aumentando hasta un 70 % en fechas cercanas a la competencia, ya que éstos son los que le darán glucosa (energía) a los músculos para mantener el rendimiento durante la actividad y evitar la fatiga, sin ellos es muy difícil que haya buenos resultados. Las proteínas (carnes blancas, pescado) dan 15% de la energía total y disminuyen a un 12% antes del gran evento. Por último, la grasa representa un 25-30% de la energía, que al igual que los nutrientes anteriores, disminuye conforme se acerca la competencia. Los lípidos son la reserva de energía más grande, así que a veces se puede utilizar aunque pensemos que no es la favorita del cuerpo.

Estas dietas al ser tan elevadas, cubren todos los requerimientos de vitaminas y minerales y sólo en casos necesarios se puede recomendar algún multivitamínico (hay que cuidar que no haya un déficit de hierro ni de vitaminas del grupo B). Sé que ahora cualquiera consume suplementos, pero hay que saber que consumirlos en exceso tiende a interferir en la absorción de otros nutrientes. Una buena dieta te da todo lo que necesitas, no te creas todo lo que la mercadotecnia vende. Por otra parte, la hidratación también es un elemento determinante del rendimiento deportivo, la fórmula para cada atleta debe ser personalizada.

Después de todo no hay alimentos milagrosos que aseguren el oro, pero sí un importante vínculo entre el deporte y la alimentación que permite aumentar el potencial atlético. Así que la próxima vez que vayas a un nutriólogo, no te preocupes sólo por cuánto necesitas subir o bajar de peso, sino por los alimentos que te permitirán rendir más y mejor en tu entrenamiento.

¡Así se vería Instagram en Windows 95!

0

Si eres millenial, seguramente recuerdas a la perfección Windows 95, el sistema operativo de Microsoft que te dio tantas alegrías y permitió que tu computadora tuviera una apariencia más amigable. Probablemente ahí jugaste tus primeros juegos de PC o te conformaste con la opción de solitario y buscaminas, pero el caso es que para los que vivimos su lanzamiento, Windows 95 fue como sentir que vivíamos en el futuro.

Por supuesto, si nos adelantamos poco más de 20 años hasta llegar al presente, es evidente que la tecnología y gráficos que tenemos hoy en día no tienen nada que ver con lo que utilizábamos antes. Ahora todo tiene que ser rápido, nítido, fluido. Nada de imágenes pixeleadas o archivos que tardan siglos en cargarse. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado cómo se verían las redes sociales que utilizamos actualmente en una plataforma como la de Windows 95?

Misha Petrick, un diseñador ruso, decidió hacer el experimento y darle a Instagram un tratamiento vintage al estilo de Windows 95. El resultado es nostalgia pura.

Un vídeo publicado por Petrick Animation Co. (@mishapetrick) el

Guía para triunfar como moderno en Tulum

Si tu idea de unas vacaciones perfectas en el Caribe mexicano incluye pedas en grupos de amigos de veinte personas en adelante, restaurantes de comida rápida y un hotel todo incluido con piñas coladas de Costco en una piscina llena de gringos con sobrepeso, Tulum no es para ti.

Y es que este destino de la Riviera maya se ha consolidado como un hot spot a nivel mundial por su onda alternativa eco-chic, imán para coolhunters, trendsetters y modernos amateurs. Si perteneces a alguna de esas categorías, o al menos eso le has hecho creer a tus seguidores de Instagram y Snapchat todo este tiempo, te compartimos estas recomendaciones para mimetizarte completamente con Tulum.

Actitud
Es indispensable apagar tu modo citadino y dejar de pensar que todo se resuelve a tarjetazos o en carro. Prepárate para caminar, andar en bicicleta y vivir de una manera más simple. También es indispensable desenchufarte de la mentalidad conservadora. No harás muchos amigos si tuerces la boca u observas con mirada de tía desaprobadora cada vez que ves senos al aire, parejas del mismo sexo o meseros fumando marihuana.

Dress code
Lo primerísimo que te debe ocupar es el ajuar para tu estadía en Tulum. Es preferible que pasees desnudo a que lo hagas con jerseys deportivos, camisas tipo polo de Ralph Lauren o flats Tory Burch. La indumentaria autorizada corresponde al estilo de moderno boho en primer lugar, y moderno darks en segundo. Los tatuajes como complemento son muy bien recibidos, y un bronceado parejo y bien logrado da muchísimos puntos (olvídate del bronceado Godínez o de la piel de ajolote).

Música
¿Saldrás a algún bar por la noche? Si tu selección musical proviene de «Verano Forever» de Spotify, mejor quédate a escuchar tu celular en el hotel. La música oficial de Tulum es el Deep house, misma que puede escucharse hasta en el Oxxo. No es difícil acostumbrarse a ella, todas las canciones son idénticas.  Así mismo, el ambiente moderno igual admite throwbacks pop de los ochenta y noventa, excelente opción para mover el esqueleto en algunos bares y fiestas.

Restaurantes
Por más que alegues y despotriques hay una abrumadora realidad que no podrás combatir: los restaurantes cierran a las 9 pm. Así que o te aclimatas o te aclimueres de hambre. Sal a cenar temprano para poder farolear en tus redes sociales, o bien, recurre a los changarros para locales en el centro, que no sólo no le piden nada a los restaurantes gourmet, sino que a pesar de su sencillez –y que puedes pagarlo sin exceder lo que ganas al día– ostentan posiciones más altas en rankings gastronómicos internacionales.

¡A disfrutar!
El ambiente de Tulum es un sui generis equilibrio entre los viajeros y los “locales”, ambos conformados por millenials que han llegado al lugar para gozar sus infinitos encantos, ya sea de paso unos días, o bien trabajando en el lugar. Esto crea una amalgama entre la gente y el bellísimo entorno natural que vuelven a Tulum un sitio súper recomendable en cualquier época del año. Sigue estas recomendaciones y tu pose de moderno quedará intacta cada vez que lo visites.

¿Qué recomendación agregarías?

Entrevistamos a Renee Goust, la autora de la Cumbia Feminazi

Si entre tus contactos de Facebook tienes a personas feministas (esperemos que sí), seguramente te habrás topado con el video de la «Cumbia feminazi», una canción que denuncia el término instituido por Tom Hazlett –y popularizado por el locutor de radio Rush Limbaugh en la década de los 90– para señalar a las mujeres que luchaban por el derecho al aborto.

La autora detrás de esta joya viral, que hasta el momento lleva más de 200 mil reproducciones en Facebook, es la cantautora Renee Goust, y tuvimos oportunidad de entrevistarla para platicar más a fondo sobre música, el feminismo y sus planes a futuro.

Cuéntanos un poco sobre ti. Sé que ahora vives en Nueva York, pero ¿dónde naciste?

Nací en Tucson, Arizona pero siempre viví en Nogales, Sonora. De chica cruzaba la frontera a diario para ir a la escuela en Nogales, Arizona. Me considero igualmente mexicana que estadounidense. Pero más que nada soy una chica fronteriza.

¿Cuándo y cómo comenzaste a involucrarte con la música?

Mi primer acercamiento fue cuando tenia como 4 años.  Mis padres me metieron a clases de piano, o más bien de teclado, pero como no tenían para comprarme el instrumento la maestra les sugirió que me dibujaran uno de cartón.

Después cuando fue posible tuve un piano e inicié clases particulares. A los 14 años de edad me interesé por la guitarra y empecé a aprender de forma autodidacta.

A los 17 fui directora del coro de mi preparatoria y después decidí estudiar canto en la Universidad de Guadalajara. Tuve una banda de rock ahí.

En 2007 me mudé a Nueva York y he seguido tocando en foros por acá.  Por lo general escribo en inglés y español, pero también tengo un par de temas en francés e italiano.  He tocado en varias ciudades de México y también en Francia.

¿De dónde surgió la idea de hacer la cumbia feminazi?

Pues mira, hace algunos años aprendí el significado de la palabra feminista y al instante me uní a la causa, y me autoproclamé como tal.  Podría decirse que casi a la par de eso, por desgracia descubrí también el término feminazi.

Me pareció de muy mal gusto la palabra y lo peor es que la escuché saliendo de la boca de gente muy “educada” que hasta tiene posgrado.

Entre más me llamaban feminazi en redes sociales –por poner algún comentario sencillo en apoyo a la mujer– más crecía mi molestia con esta palabra. Entonces un día me cansé y escribí la canción.

Me pareció un tema importante y me di cuenta que no sólo yo estaba siendo agredida de esta forma, sino también todas las mujeres que manifestamos nuestra postura en contra del machismo.

¿Qué comentarios has recibido sobre el video? ¿Algún machista ofendido?

He recibido muchísimo amor de mujeres que se sienten igual que yo. También los chicos se están manifestando a favor de nuestra lucha, cosa que me parece importantísima.

Y machistas ofendidos, pues claro que los hay, pero a ellos me parece mejor ignorarlos. Si acaso lo único que están logrando es darme la razón. Además ya aprendí una nueva palabra esta semana: ¡machitrolls!

¿Qué crees que es lo que mucha gente no entiende o mal interpreta sobre el feminismo?

Creo que hay mucha desinformación alrededor del término feminista.  Decir “Yo soy feminista” debería ser motivo de orgullo porque significa “Yo creo en la igualdad”.  Sin embargo, gracias a palabras como Feminazi, se le ha dado una connotación negativa al ser  feminista.

Creo que es nuestro deber informar a quienes están confundidos con respecto al término.

Feminismo, según la RAE, es una “ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”, entonces tenemos que dejar en claro que esto no representa una amenaza para el bienestar de los hombres, sino al contrario, les beneficia también a ellos porque al compartir derechos también compartimos responsabilidades.

¿Encuentras diferencias o percibes distinto el machismo en México que en Estados Unidos?

Sí. Creo que en México ser machista todavía es políticamente correcto en muchas esferas. Hacer comentarios que oprimen a la mujer o la condicionan a ser un ser meramente sexual es muy común también.

Aunque en ambos países se percibe muy duro el machismo en la prensa, en Estados Unidos ya hay suficientes feministas como para que las empresas empiecen a crear publicidad sobre las mujeres, sus diversidades y virtudes, como estrategia de mercadotecnia.

Creo que es un poco distinto también en tema de acoso callejero. Por ejemplo, una vez en Hermosillo, Sonora, decidí contar cuántas veces me acosaban en la calle durante el tramo que tenía que caminar (7 cuadras).

Fueron 7 los «halagos» y comentarios no bienvenidos, prácticamente uno por cuadra. En Brooklyn me sucede un acoso callejero un par de veces al mes, tal vez, o ni eso.

En mi círculo de amigos es muy castigado hacer comentarios misóginos, mientras que en México creo que comenzando por el albur tenemos mucho que corregir.

¿Qué mujeres te inspiran?

Uy, son muchas! Patty Smith, PJ Harvey, Laurie Anderson, Sharon Van Etten, Frida, Mercedes Sosa, Violeta Parra,  Amparo Ochoa, Judith Butler, Betty Friedan, Simone de Beauvoir, Naomi Wolf, Virginia Wolf, Harriett Tubman, Rosa Parks, Aretha Franklin, Nina Simone, Billy Holiday, Anne Sexton, Sylvia Plath, Malala, Patria Jimenez, Michelle Obama, Hillary Clinton, y sobre todo mi abuelita Socorro.

¿Qué proyectos profesionales tienes en puerta?

Ahorita estoy haciendo la preproducción de un EP doble. Uno de ellos incluye 5 canciones en inglés y el otro 5 en español. Entre ellas viene “La Cumbia Feminazi”, la cual ya se escuchará más instrumentada para que tod@s l@s feministas nos pongamos a bailar.  Voy a grabarlo en Guadalajara, con Rube Gómez, en los estudios de Suite 21 y estoy muy emocionada de trabajar las canciones con varios musicazos que ya después les iré presumiendo en redes sociales.

Me gustaría invitarlos a que me sigan en Facebook, Twitter, e Instagram para estar al tanto de los detalles. Voy a hacer gira por los Estados Unidos, México, y posiblemente otros lugares para promover el material.  ¡Ya les estaré avisando!

The story of my 2 moms

0

On a brilliant fall day in September of 2013, 20 people gathered in my backyard in Tillson, New York, for a special occasion – the legal marriage of my moms.

The wedding was intimate – a long awaited celebration that was full of “ceremony” that drew from a variety of cultures and religions, as a reflection of both Judith, my birth mother, and Estella, her partner of 17 years. All guests dressed in white and donned beads of the Orixas (God and goddesses) of the Candomble—an Afro-Brazilian religion from northern Brazil.

I led the procession by burning Palo Santo, the bark of a mystical tree from Estella’s home country of Colombia. My younger brother, Patrick, played the gyil, one of my mother’s many instruments from around the world, until we all gathered under a Mandap, an Indian wedding canopy where the marriage would be officiated.

My older brother, Phillip, read a poem while we watched my parents pour water back a forth into each other’s Tibetan singing bowls in a personal ceremony symbolizing their love.

The multicultural, creative and non-conventional rituals of this wedding ceremony were indicative of who we were as a family. Each ceremony was chosen for its meaning and how it best illustrated the love of my parents. The wedding celebration was not confined by culture, religion or social norms, and neither was love of my parents who were of the same gender.

Yes, I have two mommies but it was not always so.

I was a lucky individual to have loving parents. The sex and “gender” of those parents have varied during my upbringing. My mother and father, married 10 years with three children, got divorced when I was about 7 years old. At that point my mother was the primary caregiver of my two brothers and me. She worked tirelessly to provide everything that was needed economically and, most importantly, emotionally.

My mother kept a tradition of honesty in our family and made sure that whenever something came up involving the family that we would talk about it openly. Nothing was ignored. Good or bad, we dealt with issues and feelings head on and learned to interpret the world around us in a fair and caring manner. So when my mother told my older brother and me that she had fallen in love with a woman we talked about it. At the time it did not strike me as something significant. It made my mom happy, so I was good with it. This was during my preadolescence when I was way more concerned with my own issues than what my mom was up to.

All that changed during the summer when I was 11 years old.

I remember it was a sunny day and my best friend and I were lying by the pool when my younger brother, who was six, told my friend: “My mother has a girlfriend.” I had never told anyone that my mother was a lesbian, so my friend thought he was making stories up and told him to stop. But, my brother continued to state his case harder. I just sat there mortified, trying to hush my brother from “spilling the beans” on our family’s secret. My smart and inquisitive friend decided to take the question head on and unabashedly went up to my mother and asked if she was a lesbian in a relationship with a woman. My mother, in her strong commitment to honesty, told her yes it was true. Seeing my friend’s expression of shock and watching the gears in her head start to process this fact made me freak out, and I ran into the bathroom and cried for a long time.

I don’t know if my friend kept the information to herself but the next time I saw her she did not make a big deal of it. She was more curious than anything else and probed me with questions. She was interested in the what, why and how. These questions were easy on the one hand because my friend had also experienced the divorce of her parents and witnessed their exploration of other partners and possible stepparents. On the other hand it was difficult because she expected it to be so different. This is when it dawned on me that there were larger social implications to my mother’s same-sex relationship.

Here’s what I can tell you about having lesbian mothers as a teenager in 1990’s: The community started to perceive my family as “other.” It stirred up many questions, and exposed social fissures and taboos.

The neighborhood I grew up in was very religious, meaning many of my neighbors went to church regularly and held true what they learned there—especially the ideas of “family values.” These notions of “family values” encouraged animosity towards our household since we did not fit into the traditional biblical mold – consisting of one man and one woman. A neighbor stopped by to tell my mom she was the devil for divorcing my father. My childhood friend from across the street was forbidden to hang out with me because of her relationship with another woman. Whispers of my family’s “depravities” would reach my ears from all parts of the community.

This milieu of bigotry and fear of the “other” extended far beyond my neighborhood and was pervasive across the United States. It manifested itself in a law passed in 1996 called The Defense of Marriage Act (DOMA). DOMA prevented the federal government from recognizing any same-sex marriages for the purpose of federal laws and programs, like pensions, inheritances, Social Security and health insurance, even if those couples were legally married in their home state. In congressional debates leading up to the passage of the law, many proponents of the law validated their discrimination of same-sex couples by associating homosexuality with “promiscuity, perversion, hedonism, narcissism, depravity and sin,” as observed by Gerry Studds, an opposing congressman. Sadly, the law passed with an overwhelming majority.

These notions of “family values” and homosexuality discouraged me from wanting people to find out about my mom being a lesbian in my community.

Judith y Estella

I kept my mother’s sexuality a close secret when I was in middle school and for most of high school, even my best friends didn’t know. During a sleepover when I was 14 that all changed. Teresa, Mary and I were up to our usual shenanigans of sneaking into Teresa’s parent’s liquor cabinet and smoking a couple of cigarettes that I nabbed from my mother in our furtive way to avoid suspicion from Teresa’s mother who was home at the time. We were giddy, a little intoxicated and playful. While in Teresa’s room we half-heartedly played the game “truth or dare” where players either answer a question truthfully or perform a “dare” or action presented by the other players. In the spirit of the game, I dared my friends to kiss. With a slight hesitation they complied, but than something happened that I did not expect—they were enjoying it and kept going! I began to feel very uncomfortable. I finally interrupted them by saying  “hey guys…..?”, there was bit of a pause to get their attention and I said, “you are really freaking me out because my mom is a lesbian.” This surprised them. They were silent for a moment, and slowly became aware of what they were doing. Mary cried a little and we all awkwardly went to sleep.

Teresa did not put much thought into what happened that night, but Mary did. Mary had trouble processing what it meant and needed to talk about it. She wanted to talk to my mother. This was not because she was a lesbian but more because she was comfortable with my mother and knew she would talk honestly about life with no judgment or condescension (despite our age), because she had a wealth of diverse and wide-ranging experiences. Taboos in the community made it difficult for her to go to her own parents so she sought help from my mother to process her experience.

Mary’s main question was “does kissing a girl mean I am a lesbian?” My mother assured her that this kind of exploration of her body and what felt good was very natural. When things happen outside of the mainstream paradigm of society many people hide and feel ashamed of things they did in fear of prejudices that might rain down upon them. When there is more social openness to difference, people can be themselves and truthfully figure out how they, themselves, feel.

Growing up with two moms showed me that there was not a single mold for a person’s gender and sexuality. Having this “alternative” family structure allowed for discussion and deep thought into what it really meant to me. I was never forced into rigid gender stereotypes, but encouraged to discover who I was through thoughtful deliberation. When thinking is not confined then we become sure of ourselves and approach the world with more self-confidence. In fact, many studies have revealed that children of same-sex parents are confident and rank high in self-esteem.

During my lifetime acceptance of same-sex marriages has grown dramatically in the United States. A 2015 Pew study found that 73 % of Millennials and 57% of all adults favor legal recognition. When I was an adolescent in 1998, only 35% of adults were in favor of same-sex unions.

Even some of the members of my mother’s first family struggled with her sexual orientation. My mom grew up one of 11 children in a very catholic household, so I have many aunts, uncles, aunt-in-laws, uncle-in-laws, and cousins. In such a large family there are a variety of beliefs and religions represented. My mother’s lesbianism rarely came up as a topic of discussion except when one of my aunt-in-law’s religious beliefs compelled her to talk to me about it.

This relative believed that to be with another woman was a «sin». Out of concern for my mother’s “salvation” she told me that God would forgive my mother’s sin if she were to accept Jesus in her heart. She went on to say «don’t you want to be with your family in heaven?» This line of questioning surprised me, especially since I did not grow up religious and it pushed me to deal with these questions and give a response.

I could not accept that my mom was «sinning» based on the genitalia of the person she loved. I would not accept this idea because when Estella entered our lives all I could see was a healthy, supporting and loving relationship that I could look up to. In addition Estella became a huge stabilizing force to our entire family while giving each one of us unconditional love from the moment she became our second mom.

How can love be a sin? How could something so positive be considered bad? Witnessing the positive effects of Estella’s contributions to my family, I could never believe in a God that would condemn anyone for something so superficial as ones sex or gender. I was 15 years old at the time and my aunt made me search and question ideas of morality, and helped me find my own truth, which is now a process I go through whenever social pressures push me to take something at face value.

The truth is having two moms is no different than having a mom and a dad. And being a stepparent is no easy task in any family!

With a parent that is there from birth, a child witnesses the sacrifices and commitment of that parent who feeds, cloths, teaches and consoles them in times of need. The parent you know can scold, discipline, and tell you what to do because you are cognizant that they have your well being at heart. Children are often skeptical of someone new coming into the family because their intentions are unknown. Trust is not inherent and needs to be earned.

Estella did just that. Since the beginning she never tried to be a replacement “parent” but was just there for all of us. Estella had a respectful, supportive and loving relationship with my mother while never trying to intervene in any obtrusive way with the children. She let us know that she was there for us not only verbally but also through her actions of selfless giving, both materially and emotionally, which is indicative of a true parent.

Estella is an example of a great stepparent because she chose to love my brothers and me despite all the adolescent challenges we presented. And her actions spoke clearly about how much she cared.

When I graduated from high school I was accepted at Hunter College in Manhattan. With my limited funds, I was able to attend Hunter in large part because Estella let me live in an apartment she owned in Manhattan. I worked hard to get good grades but I also found learning and adventure in the great diversity that is New York City. Estella watched me work hard, study and grow a community of friends. I could tell she was proud of my growth as a person and she wanted to make sure nothing would hinder my path.

Sarah y Estella

One evening after I had a year of college under my belt, Estella told me that she was having a will drawn up so that if anything should happen to her I would inherit the apartment. At that moment I started to tear up due the profound meaning of this gesture. She was thinking of my future long before I was thinking about it. And it sent the message to me that she planned to be part of my future as a parent. Her consideration of my well being as an individual and daughter went beyond her relationship with my mother. This is an action of a parent and was just one of many that solidified our love for each other.

Putting me in her will was even more poignant at that time because she and my mother could not legally marry each other and receive the inheritance rights conferred on legally wed heterosexual couples, among many other benefits of legal marriage.

My brothers and I recognized our parents as a married couple from a young age even if our neighbors and country did not. The courage of my family and other families like ours who have stood up and demystified “alternative” family structures, has helped shift public opinion and change the fabric of our nation during my lifetime.

In 2003 Massachusetts was the first state to legalize gay marriage, and many gay couples traveled there to get married regardless if it would be recognized by their own state of residency.

Not my mothers.

My mothers insisted they get married in their own state, and that it was up to us, the younger generation, to change the laws in New York State. In 2011, under the Marriage Equality Act, same-sex marriage was legalized in the state of New York.

But my moms still weren’t satisfied.

It wasn’t until June 26, 2013, the day that The Defense of Marriage Act (DOMA) was stuck down and ruled unconstitutional by the Supreme Court—the highest court in the United States of America—that my mothers called me to give the joyous news: they were finally getting married.

Just a few months later, in our backyard, close friends and family were witness to their official union – one that could finally be recognized by the state as well as the federal government.

As a 29-year-old woman it was an important day for me. It was a day I could celebrate and show my appreciation for having two amazing parents who gave me unconditional love, which has made me the person I am today.