Hace poco tuve un bloqueo creativo. Lo cual rápidamente comenzó a convertirse en un problema porque, básicamente, mi trabajo se trata de escribir todos los días. Seguro sabes cómo se siente esto: sobrepiensas el problema, entras a un ciclo infinito de ansiedad y tu creatividad no aparece. Esto no solo afecta la mente; en mi caso, me trajo dolor de espalda, migrañas y problemas para dormir. Un día el tema surgió entre mis compañeras como algo que a muchas nos pasa, y rebotando remedios para superarlo hubo uno que me llamó poderosamente la atención: manejar en carretera.
Después de la experiencia tan positiva que tuve supe que tenía que contártelo. Aquí van cuatro pasos que anoté en mi “manual de viajera”. Espero que también te sirvan.
Paso uno para manejar en carretera:
Elegir el destino, la compañía y cómo llegar
Todo empieza definiendo qué necesitas de este viaje. Tal vez no sea el mejor momento para ir a la playa si no te llevas bien con el calor o prefieres evitar multitudes.
En mi caso, rentar un coche fue clave para sentirme en control. Saber que el coche está en buen estado me dio tranquilidad desde el principio. Elegí Hertz México porque ofrece una experiencia inclusiva y respetuosa.
Si nunca has rentado un coche vas a necesitar:
- Tener tu licencia lista y vigente
- Una tarjeta de crédito
- Si viajas con tus amigas, regístralas como conductoras adicionales para que apliquen las coberturas adicionales, amix. Ojito que esto tiene un cargo extra.
- Elige la categoría que se apega a lo que necesitas (camionetas, coches con transmisión automática o manual, etc).
Si para ti, al igual que para mí, es importante que el lugar donde rentes tenga un compromiso real con políticas de equidad e inclusión, te recomiendo verificar si cuentan con alguna certificación. Por ejemplo, Queer Destinations otorga certificaciones a destinos turísticos, empresas y servicios que cumplen con altos estándares de respeto, seguridad e inclusión para personas LGBTQ+.
¿Necesitas inspiración? Date un momento y mira la belleza de Oaxaca:
Paso dos: No subestimes la planificación
A mí me ayudó muchísimo investigar qué onda con las rutas para llegar al lugar que elegí. Así que consultar las gasolineras del trayecto, tener claro cuántas casetas tendríamos que pagar y revisar las posibilidades de conocer spots chidos en el trayecto sin desviarnos demasiado fue algo que me dio tranquilidad.
Otra elección crucial es con quién viajar. Estos detalles, aunque pequeños, pueden evitar un montón de conflictos:
Antes de aferrarte a la idea romantizada de “tiene que ser mi mejor amiga”, es clave conocer un poquito la energía que tienen cuando están juntas en carretera porque, literal, van a compartir el viaje. ¿Pueden turnarse para manejar? ¿Tienen paciencia si algo no sale
según lo planeado? ¿Se transforman
si tienen hambre?
Paso tres: Establece un presupuesto y apégate a él
Después de rentar el coche, planificar el presupuesto fue crucial para mantener la calma. Calculé casetas, gasolina, comidas, hospedaje y hasta recuerditos. De ser posible, ahorra un extra para emergencias, nunca está de más. Hoy en día hay un sinfín de apps que pueden ayudarte a llevar tu registro de gastos. Descarga la que más se acomode a tus necesidades.
Paso cuatro: Abre los sentidos a lo que sí está pasando
No exagero cuando te cuento que manejar en carretera, desde el minuto uno, me dio algo que en lo cotidiano para mí es casi imposible: te ancla al presente.
Soy una sobrepensadora dura, pero encender el motor, escuchar la música que amo, bajar las ventanas, sentir el viento en la cara y estar atenta y receptiva a lo que me rodea, tuvo un efecto casi inmediato: me puso distancia inicial con el flujo constante de mis pensamientos. Pude concentrarme en lo que sucedía, sin anticiparme a lo que “estaba por venir”.
Y, créeme, lo respalda la ciencia: Entrenar y estimular nuestro cerebro genera nuevas conexiones neuronales. Esto pasa cuando enfrentamos a nuestro cerebro a la novedad, la variedad y el desafío, según palabras de José Manuel Moltó, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN). ¡Y manejar en carretera cumple con estos requisitos!
Por último, si me aceptas otro consejo, asegúrate de descargar antes contenido como música, mapas y lugares de interés para las zonas en donde no tengas conexión. Manejar en carretera me ayudó a darme cuenta de algo importante: la creatividad no se puede forzar, pero sí desbloquear dándole espacio. Y, a veces, ese espacio llega a través de algo tan sencillo como sentir otro aire, ver otras nubes, detenerte en un lugar que nunca imaginaste visitar.
Si sientes que la creatividad te está dando la espalda, tal vez solo necesitas poner un pie en el acelerador.