El algoritmo de Instagram y la presión por crear: 3 artistas comparten su experiencia

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Instagram es vital para las creadoras, pero también genera una presión muy grande que puede interferir con la energía artística e incluso con la salud mental.

No es nada nuevo decir que la alegría que genera hacer arte y compartirlo está en constante tensión con lo complicado que es comercializar ese arte. 

Artistas de todo tipo han vivido esta preocupación a lo largo de la historia, pero nunca se ha hecho más fácil. Actualmente, las redes sociales permiten generar comunidades y dar a conocer el trabajo de millones de personas talentosas, pero con ello viene una presión intensa por producir y por destacar. 

Además, claro, está el problema de que el trabajo creativo, aunque es claramente valioso porque genera conexión instantánea con el público, es difícil de monetizar porque en línea es fácil copiar, reproducir sin crédito o encontrar a alguien que sí quiera hacer las cosas “por la exposición”.

Cada vez es más difícil conectar

En Malvestida amamos a nuestra comunidad. Sus mensajes, comentarios y hasta críticas son lo que nos motiva a sacar más y mejores contenidos. Pero desde finales de 2020 empezamos a notar que es cada vez más difícil llegar a ella.

Y sabemos que no somos las únicas. Platicando con la ilustradora Maremoto, ella nos contó que ha notado que con el cambio de algoritmo de Instagram, “tienes que subir cosas todos los días para que no te castigue”.

Otra ilustradora, Debbie Curiel, de Debcu Studio, nos habló de su frustración con estos cambios y reglas sobre cómo postear:  

“He leído mucho sobre cómo funciona Instagram: la mejor hora para postear, analíticas, tips, encontrar tu mercado, hashtags, diseñar tu feed. Y sigo sintiendo que NO TENGO IDEA de qué hacer o cómo hacer una mejor estrategia”.

 
 
 
 
 
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Y hay una intensa presión por crear

Por otro lado, está la intensa presión por crear todo el tiempo y que esas creaciones tengan un buen desempeño en redes. Esto es lo que dice la fotógrafa Ana Harff, quien a su vez cita al artista Robert Saint Rich: 

“La influencia de las redes sociales en el trabajo artístico ha creado una idea de que es necesario producir obras maestras en enorme cantidad para compartir casi a diario”.

También platicamos con Ana y ella nos dijo que, para ella, el que las redes sean instantáneas crea una presión que no se puede sostener:

«Es necesario ser consciente de que la logística de las redes no debería imponerse en nuestro flujo creativo. Cada cual tiene su propio ritmo y hay que identificarlo, usarlo y respetarlo. Así no solo evitamos la frustración sino que creamos arte más sincero».

Maremoto nos cuenta que ella sintió esa presión cuando su número de seguidores aumentó: 

“Se hizo peor cuando gané más audiencia, porque sentí que les debía algo a esas personas. La obligación, el castigo y la culpa son los peores motivadores para el arte. Es muy difícil ser creativa desde ese espacio mental.”

Debbie nos dijo algo similar. Por un lado se siente muy agradecida porque Instagram le ha dado oportunidades laborales y por otro: “siento presión de mantenerme relevante y me comparo. Eso me quita energía para crear y me desmotiva”.

 
 
 
 
 
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¿Y qué se puede hacer?

Según nuestro propio análisis y los de algunos sitios especializados, este 2021 Instagram le da prioridad a los reels y es complicado que los posts ilustrados le lleguen a más personas. Esto impacta directamente a fotógrafas, ilustradoras y otras artistas visuales.

Además, Instagram usa el shadow-banning, en el que los posteos de ciertas cuentas no le aparecen a usuarios que no las siguen, lo que hace más difícil que crezcan. Esta política existe para limitar comportamientos como el spam o el abuso, pero a veces le sucede a usuarios legítimos con información valiosa. 

Es importante conocer estos cambios, pero como bien nos dijo Maremoto, crear desde esta presión por los números no genera buenos resultados. Por eso ella se ha dado momentos para simplemente disfrutar del proceso:

“Intento hacer cosas que me gusten y no ponerlas en internet. Permitirme dibujar solo porque quiero y para mí”.

 
 
 
 
 
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Para Debbie, también es básico ser menos exigente consigo misma, platicar y hacer encuestas a su audiencia para saber lo que quiere e investigar otros canales para dar a conocer su trabajo. Además, trata de poner las cosas en perspectiva:

“Cuando empecé pensaba que ni 100 personas se iban a interesar en mi trabajo. Ahora, gente que no me conoce en persona me manda mensajes de apoyo y es súper lindo sentir esa comunidad, que me digan que lo que hago les genera felicidad. Es lo que siempre quise”.

Y sí, quienes amamos el arte siempre vamos a encontrar maneras de generar comunidad, compartir y recompensar a las personas creadoras. Es fácil dejarnos llevar por el número de likes, pero lo más valioso son las redes que tejemos. 

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