Cada #8M se conmemora el Día de la Mujer. Lejos de ser una celebración (ya no más mensajitos de felicitación, por favor 🙄), es un día que reivindica las luchas por la libertad, equidad y por un mundo libre de violencias y opresiones. Acá les contamos un poco sobre el origen del 8 de marzo.
La historia oficial del origen de este día inicia con las manifestaciones de mujeres trabajadoras y sufragistas que, desde Europa hasta Estados Unidos, exigieron libertad, igualdad y condiciones dignas de vida y trabajo.
¿Qué sí y que no hacer en el Día Internacional de la Mujer? Una guía práctica
Aunque la historia del 8 de marzo está cargada de sucesos importantes y la resistencia de las mujeres y disidencias sexogenéricas va más allá del feminismo (blanco), podemos dar cuenta de dos eventos concretos que explican su origen y simbolismo. Ambos tuvieron lugar en Nueva York, Estados Unidos.
Sin embargo, no podemos ignorar que el colonialismo lo atraviesa todo, incluso estas historias que conocemos.
Origen del 8 de marzo y por qué el color morado es un símbolo de lucha
El primero de ellos aconteció el 8 de Marzo de 1875, cuando trabajadoras de una fábrica textil —conocidas como garment workers— marcharon para exigir equidad salarial y mejores condiciones laborales.
Trágicamente, esta manifestación concluyó con la muerte de 120 mujeres en manos de la brutalidad policial. La indignación por este suceso produjo la organización y fundación del primer sindicato femenino.
Posteriormente, el 25 de marzo de 1911, ocurrió un desastre donde 146 mujeres murieron en un incendio dentro de otra fábrica textil.
La causa de este evento fueron las malas condiciones laborales y el desacuerdo con las ideas igualitarias por parte parte de los propietarios. Se piensa que el simbólico uso del color morado está asociado con el color de las telas de las playeras que ahí se fabricaban.
La lucha no acaba el 8 de marzo: una viñeta de Dersdepanian
Más allá del origen del 8 de marzo, la lucha por las libertades, la equidad, la no violencia y el existir en un mundo sin opresiones es colectiva, con mujeres, personas trans, no binaries y de la disidencia sexogenérica.
Aquí resistimos desde la ternura y el amor revolucionario.