Hay algo que no podemos negar y de lo que nos urge hablar: los duelos que nos ha dejado la pandemia. No solo para quienes perdieron a un ser queride, sino para todes los que vimos trastocada nuestra «normalidad».
Por: Frida Mendoza
El otro día soñé con un plan bonito que tenía y no pasó, desperté llorando. Contarlo me avergonzó porque «¿qué es eso de llorar por el anhelo de algo que no fue?» Y más cuando hay personas allá afuera a quienes la pandemia les quitó algo más que un plan. ¿Has sentido algo así?
Días después tuve que reconocer que, a pesar de que no sufría por la muerte de alguna persona cercana querida, lo que estaba sintiendo era un duelo.
«Cómo, ¿un duelo por algo que no pasó?», «¿por qué llamarle duelo si no murió nadie?» Un podcast que escuché y una plática con mi terapeuta y las psicólogas de Sorece A.C. —una red de psicólogas feministas— lo dejaron más claro: se puede vivir un duelo por perder el estilo de vida, los planes y sueños que teníamos antes de la pandemia.
Y aunque sintamos que puede ser banal porque hay problemas más complejos que los nuestros, es válido sentirlo y también es necesario procesarlo.
El duelo en la pandemia o la cuarentena del pensamiento mágico
«Las pérdidas intangibles en relación a la pandemia, como los planes frustrados, tienden a negarse porque asociamos al duelo con la pérdida de la vida, porque nos enseñan a minimizar nuestras emociones o a evitar contactarlas en nombre de los otros.
«Por ejemplo, ¿cómo expresar tu tristeza por un viaje cuando hay personas muriendo? De manera que nuestro dolor se puede ver como algo menor que no vale la pena expresar», dijeron en entrevista las psicólogas Sorece A.C.
Así que aunque generalmente asociamos al duelo como el proceso que vivimos cuando muere una persona cercana, también podemos pasar por éste cuando perdemos un evento significativo o un objeto, incluso puede ser colectivo.
Amigues, sus duelos son válidos.
Los duelos de la pandemia: ¿nos damos tiempo de sentir?
Pero a veces vivir el duelo choca con la «sobreexigencia que nos obliga a reponernos rápido para seguir produciendo, trabajando más cada día», agregaron las expertas que Sorece.
Terminar con una amiga: ¿por qué no hablamos de este tema si nos duele tanto?
En mi caso, soñar y hablar del tema abrieron la puerta para reconocer que, aunque me dije «vámonos con lo que sigue», no fue así. Me sentía triste y me estaba obligando a estar bien sin siquiera admitir que estaba sintiendo más cosas.
Pero hay otras variables. Históricamente y desde una perspectiva de género, las mujeres dedicamos mucho más tiempo que los hombres a las labores de cuidado y contención, incluso a veces sobre nuestras propias necesidades y emociones.
Esto a veces nos obliga a sobreexplotar nuestra capacidad de resiliencia y a hacer más, dar más o seguir adelante sin mirar los efectos.
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Pero eso no es todo, desde una perspectiva de clase, muchas personas no cuentan con el privilegio de hacer una pausa para abordar sus emociones e incluso las minimizan como una estrategia para para sobrevivir a los desafíos de la vida cotidiana.
Ok, estoy pasando por un duelo ¿y luego?
Este tipo de procesos son súper complejos para cualquiera, por lo que decir que existe como tal un manual y tiempos para salir de esto no es posible. Sin embargo, lo principal es hablar, reconocer lo que sentimos y darnos chance de vivirlo.
¿Por qué estamos teniendo sueños raros en cuarentena?
Las psicólogas de Sorece bien nos dicen que al vivir un duelo damos un «cause sano a las emociones y sentimientos para poder serenar el sufrimiento de una separación, aceptar la realidad y dimensionar la pérdida para encontrar un nuevo significado a nuestra vida».
Por esto, en Sorece nos compartenalgunos pasos para elaborar el duelo:
- Acepta la pérdida
Sí, vivirás momentos duros, estarás vulnerable… pero no te exijas demasiado.
- Siente tu dolor
No esconder tu dolor y hallar un espacio para expresarte podrá dar una salida a todo lo que estás acumulando.
- Reaprenderás poco a poco
Llegará un momento en que descubrirás que estás reaprendiendo tras tu pérdida, un nuevo estilo de vida, nuevas decisiones y tareas, nuevas formas de relacionarte con otras personas, tu entorno y tú.
- Recuperarás el interés
Querer ser feliz, disfrutar y tener nuevas personas no tiene nada de malo y no es contrario a tu proceso, no te sientas culpable.
Sumado a esto, existen algunas actividades que también pueden ayudarte como escribir una carta, hacer un libro de recuerdos o una lluvia de ideas para desahogarte.
Bien dicen nuestras ancestras y cualquier persona que sea dicharachera: tiempo al tiempo, así que apapáchate.