Jats’uts Meyah, un documental que celebra a las parteras mayas

Compartir

Las parteras mayas han ayudado a traer a la vida a millones de bebés y sus conocimientos ancestrales están en peligro. Este documental recupera la vida y la influencia de una de ellas.

En 1978 mi abuela tuvo a una bebé en su casa, mi madre. Doña Félix era una de las parteras del pueblo en ese entonces y ella revisó todo el embarazo de mi abuela, también el parto y el puerperio.

Cuando mi abuela habla de aquellas mujeres parteras que la ayudaron en todos sus embarazos, porque tuvo cinco hijos, es imposible no pensar en la partería como una práctica sagrada que se ha ido perdiendo con el tiempo.

En México, por lo menos hasta 2017, el 96% de los partos en México se atienden en hospitales de segundo nivel, según la la Fundación MacArthur.

Esto ha provocado la saturación de los servicios de salud, lo que a su vez lleva a atención de baja calidad e incluso a violencia obstétrica.

Jats’uts Meyah: hermosa labor

Yaxhachén es una comunidad maya del municipio de Oxkutzcab, en el estado de Yucatán. Ahí vive Bacila Tzek Uc, la última  partera de su localidad, quien lleva 60 años haciendo este trabajo.

Jats’uts Meyah un documental que narra la historia  de Bacila y su labor como partera, del trabajo de las mujeres en Yaxhachén y de los problemas sociales que enfrentan sus habitantes, como la escasez de agua, la falta de empleo y la migración.

La directora de este documental, Amanda Strickland, es una antropóloga que llegó en el 2011 a hacer estudios arqueológicos en un sitio muy cercano a Yaxhachén. Ahí convivió con los locatarios y se enamoró de la cultura maya, todos estos factores la llevaron a conocer por primera vez a Bacila hace cuatros años.

Amanda no sabía que iba a ser documentalista, pero Bacila siempre le decía  “Si tú no escribes mi historia voy a morir y mi conocimiento va a morir”. Estas palabras fueron importantes para que Jats’uts Meyah, que en español significa «hermosa labor», comenzara a gestarse.

“Un día estuvimos sentadas muy cerca y le dije, Bacila, no puedo escribir tu historia, tú tienes que contarla. Y así surgió el contexto del documental”, nos dice Amanda.

Platicamos con ella sobre el proceso de crear este documental, que se estrena el 20 de mayo, día del cumpleaños 92 de Bacila, en Vimeo y se podrá ver por $75 pesos desde las 7 p.m. El dinero se usará para continuar haciendo otros proyectos.

Bacila, labor como partera

¿Qué es lo que aprendiste de Bacila todo este tiempo?

Wow, hay tantas capas. A Bacila le cuento todo. El otro día estuve con ella, y le contaba sobre un corazón roto que tengo, un problema con un hombre y me dice, «Mandy, estoy muy feliz por saber que tú nunca vas a dejar que te pegue un hombre, nunca lo vas a dejar pasar».

Y tuvo lágrimas en sus ojos, estaba muy orgullosa de eso porque a ella su esposo le pegaba mucho y por ver en sus ojos ese trabajo que hemos hecho a través de las generaciones, me llena de mucho activismo. No debemos pensar que ya está el trabajo, hay que seguir haciendo el trabajo de luchar por la igualdad.

Otra cosa que quiero decir es que hay una escena en donde Bacila tiene una flor puesta en su oreja y está hablando sobre que no se molesta y no se involucra en el drama. Para mí hay muchos conocimientos de partería que me encantan, pero poder vivir una vida pacífica y feliz con tan poco, eso para mí me ha enseñado mucho.

¿Cómo visibilizar el trabajo de las parteras justo cuando se ha instalado mucho la medicina hegemónica?

He tratado de usar de este tipo de redes justo para darle esa visibilidad. Siento que podría ser revolucionario si mucha gente ve el documental. Y tal vez haya más documentales que hablen sobre la partería y llegar a un nivel global, en el cual estemos revisando todos nuestros estigmas y creencias sobre esta práctica.

Aquí hay algo más, lo de las sobadas prenatales que podrían evitar tantas cesáreas. Antes de aprender de Bacila yo no sabía qué eran las sobadas prenatales, por eso me encanta esa escena desde arriba y ver que Bacila le está sobando la panza, y ella agarra la mano de la mamá y se la pone en la cabeza de su bebé y le dice “¿sientes esa cabeza? está en un muy buen lugar, está listo para la hora de parto”.

¿Cómo fue rodar un trabajo de parto? La escena no es nada parecida a lo que se ve en los hospitales, gritos, caos, partos agresivos. Aquí fue una escena muy bella, emotiva y poderosa.

Tengo piel de gallina de solo recordarlo. Nosotras no sabíamos que íbamos a grabar un parto, o sea estábamos Ali y yo. Solo las dos estuvimos en el cuarto y tuvimos que amarrar el audio en un lugar y nosotras dos con la cámara y la cámara es muy, muy pesada.

Era de mañana y estuvimos tomando café. Estábamos en el pueblo haciendo preproducción y viene Holiberto y nos dice «hay un parto ahorita. Reyna va a tener a su bebé» y fuimos. Claro que duró mucho la labor de parto, desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde.

Bacila tomó una siesta en la hamaca y nosotras tan nerviosas porque era la primera vez que veíamos un parto y además estar grabándolo. Reyna para mí es como una hermana y es muy loco porque estuvimos en el parto y tenemos la misma edad y ella estaba teniendo a su cuarto bebé.

Tenemos perspectivas de la vida muy distintas, pero estamos muy conectadas, hay muchísima confianza entre nosotras y yo creo que por eso se pudo. Cuando quisimos grabar, hicimos el trato de que siempre nos íbamos a mantener de lado opuesto a la hamaca y nunca íbamos a traspasar de lado la cámara. Y entonces así ella se sintió muy segura.

Reyna también es la estrella, igual que Bacila, para mí su parto y su testimonio le dan mucho poder a la historia. Yo pensaba que el parto iba a ser muy grotesco o muy feo, pero fue el momento más bonito de mi vida.

El trabajo no reconocido de las mujeres y la antropología para contar historias

Al comienzo de la historia vemos a mujeres panaderas, mujeres que hacen tortillas, mujeres que lavan. ¿Por qué presentar a las mujeres al principio de la historia?

Bueno, hubo momento en el que me di cuenta que la película sí, es acerca de la vida de Bacila, pero es sobre todo, del trabajo cotidiano de las mujeres. Traté de que la historia tuviera esa representación de los trabajos que están haciendo las mujeres todos los días y que no reciben reconocimiento.

Para mí lavar trastes es algo muy muy digno,  esos cuidados que las mamás de las casas están haciendo, es lo que hace que se mueva el mundo y tenemos que dar representación a ello.

¿Cómo podemos esperar que una niña del pueblo quiera vivir la vida de su abuela, de la partera, cuando nunca en ninguna película ha visto la cara de alguien como Bacila? Entonces el concepto para mí del documental es empoderar a las mujeres para sentirse orgullosas. En este momento  el mundo está viendo a Bacila.

Eres antropóloga, ¿qué papel jugó en esto la antropología para el documental?

Para mí es un trabajo de antropología, pero es una buena forma de hacer antropología. En los documentales clásicos, siempre las personas están mediados como por un experto, hay tomas en la biblioteca y hay un hombre explicando, pero yo quise quitar todo de eso.

Estuvo muy difícil el  trabajo de edición, fue lo mas difícil que tuvimos que hacer porque tuvimos 57 horas de material y yo tenía en mi mente “Quiero que ellos hablen por sí mismos”

Tú viste que durante el documental salen algunas palabras. Nosotros fuimos al pueblo y ellos fueron definiendo esas palabras juntos, como la palabra tortilla, comal o parto natural.

El cine independiente hecho por mujeres

¿Qué piensas del cine independiente hecho por mujeres? ¿Qué hace falta hacer visible?

Hablando de cine independiente,  ojalá que haya otras mujeres que saquen mucho de esto. Una mujer me mandó mensaje y me dijo» woow, no sabía que mi trabajo podría tener alcance pero vi tu trabajo y sé que puedo». Y yo lloré, para mí eso es lo mas bonito, que una mujer piense que puede llegar lejos con su trabajo.

En este proceso de hacer el documental traté de contratar a puras mujeres cuando era posible y esa siempre era mi pregunta: ¿hay alguna mujer que pueda hacer este trabajo? Y en muchos caso no había, ni productoras o en el ramo de sonido o ingenieras de audio, muy pocas mujeres.

A mí nadie me dio esta oportunidad yo tuve que tomarla, yo hice esta oportunidad. Apliqué para un beca de National Geographic, pero al final no me dieron el apoyo. A lo mejor porque soy una mujer y mi protagonista es una mujer indígena de cierta edad. Para  nosotras y para Bacila los caminos del cine nunca han sido abiertos.

Por eso tomamos la decisión tan rebelde de hacer este documental de manera independiente. No sabes cuántas llamadas de hombres productores recibí y me decían «Oh, Mandy, no se puede, como tú lo estás haciendo no se puede. Tu nunca jamás vas a llegar a Netflix como lo estas haciendo».

Aquí puedes ver el tráiler del documental. Te recomendamos muchísimo verlo en su estreno y compartir con otras personas esta historia de apoyo entre mujeres.

Compartir

Recomendado

Recomendado