No te sientas culpable si no puedes unirte a la aparente hiperproductividad de estos días. Estás haciendo más que suficiente
Por: Norma Flores Allende
Una cita circula en las redes sociales: “Si no sales de esta cuarentena con un libro leído, una habilidad nueva, un negocio nuevo o más conocimiento que antes, nunca te faltó tiempo, solo disciplina”. Hay un problema con esta frase:
La cuarentena no es tiempo libre. Es tiempo de supervivencia.
En América Latina no contamos con Estados de bienestar ni redes de seguridad: la mayoría de la población de la región subsiste en la informalidad, en empleos precarios, con altos niveles de pobreza, extrema pobreza y personas en situación de calle. Vivimos al día a día.
Es un privilegio inimaginable para una gran mayoría de personas tener siquiera una biblioteca, menos aún capital acumulado para gozar de tiempo con la única preocupación de estudiar o incluso arriesgarse en un negocio (¿en estos tiempos, de verdad?)
Estamos haciendo más (y más que suficiente)
Y aún contando con techo y comida, el home office no supone tiempo libre, menos para nosotras las mujeres. Muy por el contrario. Trabajamos de más, con más exigencia, más incertidumbre, cargando en nuestras espaldas el cuidado de otras personas (niñxs, ancianxs, etc.) y las labores del hogar.
El teletrabajo, sin límites claros, se nos revela como una trampa: es la apropiación total de nuestras vidas, sometidas completamente a la explotación y a condiciones aún más precarizadas.
A esta situación de desgaste se suma la merma de ingresos por los despidos de las empresas, los permisos sin goce de sueldo, la reducción de salarios, menores ventas y el miedo al desalojo.
Para completar aún más el relato de horror: los efectos del COVID-19 anuncian una gran crisis económica a nivel mundial.
Para muchas, no es momento de ponernos a armar una biblioteca, ni dedicarnos solo a estudiar ni iniciar un negocio. Menos aún cuando esta pandemia ya está haciendo añicos los proyectos y sueños de tantas personas.
¿Crecimiento personal o mantenernos explotables?
En medio de tantos llamados a leer infinitos libros, aprender millones de idiomas, ver catálogos de cursos liberados, películas, series, escribir novelas larguísimas, estudiar mil cosas, idear proyectos o negocios, liquidar interminables pendientes, debemos detenernos y preguntarnos:
¿Y nosotras?
¿Para cuándo nosotras mismas?
Las frases aparentes de autoayuda que nos piden leer o emprender esconden una lógica despiadada de hiperproductividad. Nos maquillan de crecimiento personal mantenernos explotables o competir por la explotación para la acumulación ajena.
Ni siquiera importa que no se tenga qué comer siquiera: hay que seguir produciendo.
¿Es necesario que en medio de una pandemia, en donde hay personas muriéndose, perdiendo hogares e ingresos, con incertidumbre y pánico total nosotras estemos sobreocupándonos?
¿Dónde está nuestra salud mental, darnos tiempo a nosotras mismas para procesar lo que está pasando?
¿Disciplina? No, amiga. No sientas culpa por no estar sobreocupada, por no estar en la carrera de la eficiencia.
Este es tu momento para cuidarte.
Es el momento de cuidarnos a nosotras y por fin, conquistar nuestro derecho a no hacer nada. A reclamar poder decir no a la hiperproductividad, decir basta y a protestar por ese merecido descanso. Porque trabajamos de más y ganamos cada vez menos.
Porque nos exigen cada vez más a cambio de peores condiciones de vida. Porque nuestra salud vale más que competir por la eficiencia. Porque de esta tenemos que salir vivas antes que productivas.
Por eso: no hagas nada. Es tu derecho.