Fetch the Bolt Cutters, el รกlbum nuevo de Fiona Apple, nos lleva a reflexionar sobre cรณmo puede crecer una artista y dialogar con el pasado.
La fantasรญa de ser una persona genial desde la infancia es muy atractiva. No hay nada mรกs emocionante que un niรฑo o niรฑa genio o que una adolescente precoz que parece ya haber entendido todo antes de terminar la escuela.
Pero, histรณricamente, a estas minigenios no les ha ido muy bien. El mundo quiere demasiado de ellas demasiado rรกpido.
No tenรญa la tele prendida cuando Fiona Apple dijo โthis world is bullshitโ, a los 20 aรฑos, pero ya es parte de la cultura pop. Lo he visto mil veces en gifs y videos granulosos.
Le querรญa advertir a las niรฑas como yo que no tenรญan que aspirar a ser como ella: una cara mรกs en MTV, sexualizada en sus videos, recorriendo el paรญs en un tour con rodeada de hombres 15 aรฑos mayores.
Tenรญa razรณn, porque sรญ fue una adolescente precoz con mucho mรกs talento del que otras tendremos en toda una vida. Pero tambiรฉn es cierto que tuvo que participar en un sistema para el cual ella no estaba lista.
De cรณmo romper las cadenas
Mรกs de 20 aรฑos y cinco รกlbumes despuรฉs, Fiona hace lo que quiere. Su nuevo รกlbum, Fetch the Bolt Cutters es todo experimentaciรณn. Lo grabรณ en su casa, no en un estudio. Y lo sacรณ ahora, en medio de una pandemia, y no en octubre, como querรญa su disquera.
Sus โfotos de prensaโ, las que acompaรฑan entrevistas y reseรฑas, son selfies o retratos que le hizo su amiga y roomie. Ya no mรกs Terry Richardson, no mรกs apariciones en televisiรณn nocturna y no mรกs explicar su sonido a periodistas que quieren encasillarla en uno u otro clichรฉ.
โMe gusta honrar a mi yo de 18, 20 aรฑos al no hacer las cosas que ella no querรญa hacer. Me gusta honrarla diciendo las cosas que le dijeron que no digaโ, le explicรณ a la periodista Rachel Handler.
Tambiรฉn le hablรณ de cรณmo, a esa edad, era comรบn que la maquillaran sin mostrarle el resultado, que apareciera en revistas con el pelo mรกs corto y mucho maquillaje oscuro en los ojos, haciendo una cara de enojo, sin que ella tuviera nada de control sobre su imagen.
Esta vez, dijo, quiere ser ella la que guรญe todo: โen el pasado, sucedรญan muchas cosas no eran yo. Lo cual es terrible, si la รบnica razรณn por la que estรกs creando es para ser comprendida, ยฟsabes?โ
De cรณmo ocupar mรกs espacio
Yo conocรญ a Fiona Apple en la prepa, a principios de los dosmiles, aunque en realidad su รกlbum When The Pawnโฆ habรญa salido en 1999, cuando yo estaba saliendo de la primaria.
Me hizo sentir comprendida y acompaรฑada y todos estos aรฑos la he admirado. Sin embargo es ahora, cuando nuestra diferencia de edad de 11 aรฑos se siente mรกs insignificante y cuando yo misma trabajo en un รกrea creativa, que me doy cuenta de la extraordinaria artista que es.
De lo extraordinario que es que una mujer artista haya logrado construir la libertad que ella tiene. No solo un cuarto propio sino una casa propia. Un proyecto propio que puede existir al margen (o al menos, muy lejos de) esa bullshit que denunciรณ en 1997.
Creo que ella nos habla a muchas mujeres porque sabemos que tuvo que aguantar tanto los primeros aรฑos de su carrera y que ahora estรก libre. Que si quiere dar una entrevista es para conectar con nosotras, no para ser parte de una maquinaria.
En su nuevo รกlbum conviven letras que escribiรณ a รบltimo minuto con otras que compuso a los 15. No le ha dicho adiรณs por completo a esa niรฑa que fue. Sigue hablando de sanar de una violaciรณn a los 12, solo que ahora incluye tambiรฉn una canciรณn donde se une a otras voces para cantar la violaciรณn de otra mujer.
Este es el trabajo de una artista que ha tenido tiempo para desarrollar sus ideas, para conversar desde el presente con el pasado. No deberรญa serlo, pero es raro. Es poco comรบn que las mujeres tengamos ese espacio, fรญsico y emocional, para crear y para ajustar cuentas con el pasado.
Con el tรญtulo de su รกlbum y con la canciรณn que lo comparte, Fiona nos dice que nos demos permiso de luchar por ese espacio. Que honremos a quienes fuimos de adolescentes pero dejemos ir el peso.
Gracias otra vez, Fiona.