Las protestas feministas de las últimas semanas nos han llevado a hacernos muchas preguntas sobre justicia social, memoria y uso de los espacios y monumentos públicos. Entre todas esas voces está la de las Restauradoras con Glitter, que no quieren ver limpio (todavía) el Ángel de la Independencia.
Estas mujeres, que se de dedican a la conservación y restauración cultural o a otras ramas de la antropología, escribieron en una carta sus razones para no borrar del Ángel las pintas que se hicieron en las manifestaciones. O, más bien, para no hacerlo prioridad.
¿Documentar pintas?
Para las Restauradoras con Glitter, las pintas no son solo un “berrinche” o violencia sin sentido. Son un síntoma de la violencia en México que tiene incluso una importancia cultural que urge reconocer, entender y documentar. Por eso, su existencia es un recordatorio para toda la sociedad.
No quiere decir que deban permanecer ahí para siempre, sino que el proceso de limpiarlas se debe dejar a personas expertas que puedan documentarlas para mantener viva la memoria colectiva:
“Si fueran borradas sin un registro sistemático que pueda dar origen a la reflexión, se estarían silenciando una vez más las voces de las mujeres que exigimos que se garantice nuestra integridad y que se haga justicia a las víctimas de violencia”, dice su pronunciamiento.
Audrey Sanroman e Ishtar Laguna, restauradoras conservadoras que son parte del colectivo, me contaron que documentar lo sucedido ayudaría a comprenderlo mejor:
«Con la documentación de las pintas buscamos comprender tanto los significados que le da la sociedad mexicana actual a este monumento, así como resguardar la memoria de su historia de vida.
Es decir, entender la forma en la que los citadinos y los foráneos se apropian de este simbólico lugar desde diferentes perspectivas, pero haciendo énfasis a su importancia como escenario para la exposición de la necesidad de justicia tanto para nuestro género como para el la sociedad en general.»
Una parte más de la vida de la Columna de Independencia
En sus respuestas, Ishtar y Audrey me dejan claro que aunque el colectivo no promueve las pintas y los actos vandálicos, sí los ven como una respuesta a la violencia de género del país y también como una adición a la historia de un monumento emblemático:
«El hecho de que haya sido sujeto de pintas forma ya parte de su historia de vida; así como también [lo son] las reuniones masivas por la victoria de la selección nacional de fútbol»
Y sí, las luchas de las mujeres por un alto a la violencia también son parte de lo que sucede en nuestro país. Claro que a estas profesionales no se les escapa el nivel simbólico: «es significativo que haya sucedido en el ‘Ángel’, que representa la victoria alada y la independencia y la libertad que nosotras como mujeres vemos diariamente vulneradas.»
La respuesta de la sociedad y las autoridades
Además de pedir la documentación, las Restauradoras con Glitter también se dirigieron a sus compañeros de gremio para que no acepten restaurar antes de que el gobierno federal “realice las acciones necesarias para garantizar la seguridad de las mujeres en el territorio mexicano”.
Audrey e Ishtar afirman que la respuesta del gremio ha sido masiva, pues el colectivo comenzó con un par de decenas de mujeres y ahora su carta ya tiene varios cientos de firmas.
Gracias a este gran empuje, ya tienen cita para reunirse con la Jefa de Gobierno de CDMX para discutir sus propuestas.