Junio es por excelencia el mes del orgullo LGBTQI+, y estamos felices de poder llenar de colores y arcoíris nuestra vida pidiendo de manera pública inclusión y respeto para todxs.
En Malvestida quisimos abrirle el espacio al «otro lado» (uno no tan sonado o conocido) de la historia. Quisimos conocer las experiencias de algunas madres y padres de familia que han pasado por el proceso de conocer que sus hijxs son LGBTQI+. Cuáles fueron sus miedos, sus vivencias, qué ideas cambiaron respecto a la comunidad y qué perspectiva tienen ahora.
Margarita
A mí no me tomó por sorpresa la noticia. Yo empecé a ver un cambio muy grande en la manera de pensar de mi hija, un cambio muy bueno. Se volvió feminista, su círculo de amistades empezó a ser de casi puras mujeres y empezó a decir que podría amar a alguien sin importar su género.
A partir de eso la veo muy feliz y cada vez es más madura, tiene más conocimiento de lo que quiere, la veo realizada en lo que ha querido ser. Como madre lo presentía y cuando me dijo que salía con una chica no me sorprendió, pero tampoco fue fácil porque implicaba un cambio. Sólo sentí que quería acompañarla y comprenderla.
«Como madre lo presentía y cuando me dijo que salía con una chica no me sorprendió, pero tampoco fue fácil»
Nunca he sido cerrada con el tema de la homosexualidad, he tenido amigas y amigos con preferencias así y lo veo muy normal. Pero desde lo de mi hija me ha interesado conocer mucho más del tema e informarme bien, porque hay muchas cosas que yo no sé o que sé de manera equivocada.
Sí hay algo que me preocupa mucho y es el tema de la discriminación… me duele. Me preocupa mucho que la vean feo en la calle, que se alejen, que le digan cosas. Aunque hay más respeto y tolerancia, eso me duele y preocupa todos los días.
Me gustaría que muchos papás y mamás intentaran comprender un poco más. Hay muchas personas que sufren todo el rechazo de la sociedad y además el de su casa… A mí me gustaría que pudieran encontrar en sus casas mucho mucho cariño y amor.
Fátima
No es fácil hablar del tema. Soy católica, toda mi familia lo es y siempre inculqué en mis hijos los valores que consideré correctos. Amo a mi hijo, eso no se pone en duda, pero honestamente aún estoy en el proceso de no juzgarlo y respetar su forma de vivir y de pensar.
Nos dijo de su preferencia sexual hace un par de años. Su papá no lo tomó bien, de hecho en casa casi no se habla del tema. Yo le dije que esta siempre será su casa y que le amamos incondicionalmente, pero no ha sido fácil aceptarlo, por lo mismo de los valores.
«Su papá no lo tomó bien, de hecho en casa casi no se habla del tema»
Aquí en la casa sabe que lo amamos, pero nunca se ha dado la situación en la que traiga a algún compañero a las reuniones familiares. El resto de la familia no lo sabe, o si lo sabe no se habla… creo que así nos evitamos momentos incómodos.
Lo que más me preocupa es que termine solo. Conozco la historia de muchos homosexuales que terminan solos, sin trabajo, abandonados, enfermos y sin una persona que les ame. Eso y las enfermedades, es lo que más miedo me da.
Mi idea sobre las personas con esta condición siempre ha sido una, la que me enseñaron… que está mal, que es pecado, que vivieron alguna experiencia difícil o trauma que necesitan sacar de ese modo. Pero es diferente cuando se trata de tu hijo, porque por un lado tú estás convencida de lo que está bien, pero también no puedes ver de ese modo ni juzgar así a tus hijos. Es difícil.
María Elena
Antes de que mi hija platicara conmigo acerca de su preferencia, yo tenía otra manera de ver a las personas homosexuales. Cuando se sabía que la hija o hijo de alguna amiga tenía esta preferencia, siempre se comentaba como un chisme, como algo malo porque lo ves desde fuera; nunca piensas que es algo que puede suceder en tu casa. Ahora lo veo desde otra perspectiva, con mucho respeto y sé que no afecta ni cambia en nada lo que esa persona es.
Tardó un poco en decirnos, ella no lo quería comentar. Supongo que no es sencillo, porque venimos de una familia tradicional con ciertas costumbres y parámetros. Pero cuando se animó yo la vi tan segura, tan valiente. Lo único que le pedí es que fuera consciente de lo que se iba enfrentar, porque es algo que cambia la vida. Que fuera consiente del rechazo de la sociedad , que ella estuviera segura de que eso era lo que ella quería ser y lo que quería hacer.
«Lo que más me asusta o preocupa es que la lastimen, que sufra discriminación»
Lo que más me asusta o preocupa es que la lastimen, que sufra discriminación. Hay personas que son asesinadas por su preferencia y eso me asusta. Pero si ella está completamente segura de que esto es lo que quiere ser, lo importante es que se acepte primero a sí misma y que se enfrente a lo que venga.
Su preferencia, su identidad, no la hace diferente a nadie. Sólo le va a tocar enfrentar situaciones difíciles y tiene que luchar por sus ideales. Yo quiero que no se detenga, que luche por lo que quiere. A veces no se lo cree, pero ella es muy capaz y muy valiente, guerrera. Y aquí estamos nosotros –su papá y yo– para acompañarla, nosotros luchamos a su lado.
Sabemos que no todas las personas LGTBQI+ han tenido la oportunidad de sentirse aceptadas, reconocidas y amadas por sus familias. A pesar de que como comunidad somos una gran familia, nada puede suplir ni cambiar la aceptación de nuestra familia sanguínea. Sin embargo, no podemos olvidar que para ellxs, como padres y madres, también es un proceso.
Implica dejar viejas ideas, maneras de pensar y estereotipos respecto al tema y también hay que comprender y ser pacientes con ellxs, acompañarles en el momento de aceptación que también están viviendo.
Me uno al deseo de Margarita: que cada vez más padres y madres puedan aceptarlo, que cada vez más hijxs se sientan en la confianza de hablar del tema con su familia; que cada vez este sea un mundo más amable y lleno de amor para todas las personas sin importar su preferencia, identidad, expresión o género.
¡Feliz mes del orgullo para todxs!