Estrés financiero: ¿cómo proteger tu salud mental de la inflación, los salarios bajos…?

Mujeres jóvenes nos cuentan cómo el estrés financiero causado por la inflación, el desempleo o los salarios bajos está afectando su salud mental. También van unos consejitos para sobrellevarlo.

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“La inflación sube, los sueldos no. Siento que mi salario no está alcanzando. Es un estrés constante”, dice Ana (24 años). Ella no es la única que atraviesa la angustia constante sobre sus finanzas personales. La inflación, la lenta recuperación económica tras Covid-19, la brecha de género, el desempleo y los bajos salarios están causando estrés financiero, afectando la salud mental y la vida de las mujeres jóvenes en México.

El estrés financiero es cada vez más común en México. Según una encuesta de Deloitte, 37 % de las mexicanas millennials y 45 % de generación Z se sienten estresadas gran parte del tiempo. Una de las principales causas de estrés es su futuro financiero a largo plazo.

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Estudiantes, recién graduadas, emprendedoras, asalariadas y buscadoras de empleo nos compartieron sus angustias: sienten miedo, decepción, ansiedad e incertidumbre frente al futuro. Temen endeudarse o no poder salir de deudas, quedarse atrapadas en trabajos precarizados, no poder adquirir una vivienda, ni alcanzar la estabilidad económica que lograron sus padres.

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El estrés financiero de las mujeres jóvenes es un tema político

“No tengo ahorros importantes debido a los bajos sueldos y, cuando comienzo a tenerlos, algo surge. Es un ciclo de nunca acabar”, cuenta Alejandra (28 años). Karla, de 25, dice que se siente “frustrada, desmotivada, decepcionada, triste. Siento que estoy en un hoyo y no tengo para dónde ir, necesito dinero para salir de ahí. He pensado en emprender […] pero siento que tengo el tiempo encima. El tema me rebasa”.

Toda esta tensión, psicológica, emocional e incluso física, causada por problemas económicos tiene nombre: estrés financiero. Lo pueden desatar factores como tener deudas, no recibir ingresos suficientes para cubrir los gastos, el desempleo y la inestabilidad laboral.

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El impacto de todo esto en la salud mental es negativo, y es aún peor para las mujeres y personas jóvenes. Varios estudios explican que el estrés financiero está ligado a la depresión y ansiedad de las personas jóvenes. Otros impactos incluyen: trastornos del sueño, aislamiento, deterioro de relaciones o problemas en el rendimiento laboral y académico.

“El estrés financiero se deriva de una situación financiera que suele ser incierta o precaria. Las generaciones jóvenes suelen tener un alto nivel de este estrés porque están en un contexto laboral precarizado e incierto”, explica Maynné Cortés, psicóloga y fundadora de Laboratorio Afectivo.

“También puede estar relacionado con herramientas internas. Es decir, hay gente que se siente menos capaz para ciertas cosas, no porque lo sean, pero entre menos capacidades asumas que tienes, más angustia vas a sentir. Cuando sabes que el mundo laboral es competitivo y rudo y tú no te sientes capacitade para ese mundo, eso va a generar estrés en ti. Es un conjunto de temas contextuales, internos, sociales y emocionales. Es complejo.”

Para las mujeres, hay capas extras de complejidad: las brechas de género y el tabú alrededor de temas financieros.

“El dinero es una causa directa de estrés para las mujeres. Y tenemos que hablar más de esto porque la salud financiera es salud mental”, explica Bárbara Arredondo, co-fundadora de Lidh, una plataforma de servicios y educación financiera con perspectiva de género en México.

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“El estrés financiero siempre ha existido para las mujeres porque todos los sistemas que rigen al mundo hoy –el financiero, económico o político– fue creado por un grupo de hombres. Ningún sistema nos ha tomado en cuenta y llevamos luchando siglos porque nosotras podamos tener el mismo acceso a todo: incluyendo cómo se hace dinero, cómo se gana, cómo se ahorra, cómo se invierte”.

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Esta mirada importa porque el estrés financiero de las mujeres jóvenes no es un problema individual, es un problema político. Este estrés se agudizó tras COVID-19 en México. La pandemia hizo que las personas jóvenes perdieran sus trabajos y redujeran sus ingresos; a la par, aumentó la inflación, la tasa de desempleo y la precariedad laboral. Para las mujeres, también se agudizó la brecha salarial.

En otras palabras, es un problema político causado por brechas históricas y el mal manejo de crisis simultáneas. Por ejemplo: México fue el país de América Latina que menos dinero destinó para amortiguar los daños de la pandemia, no hubo estímulos fiscales y se redujo el presupuesto para salud mental. La crisis de estrés financiero generalizada es el resultado de un Estado que le falló a sus mujeres y jóvenes.

Herramientas de salud mental y financieras para cuidarnos del estrés financiero

Vale la pena repetirlo: el estrés financiero no es tu culpa, es un problema político. El contexto es difícil, y al mirarlo desde la interseccionalidad, puede ser aún más difícil si te atraviesan diversas opresiones. Sin minimizar esto, hay estrategias, consejos y herramientas que Maynée y Bárbara compartieron para ayudar a reducir el estrés y las emociones negativas a su alrededor.

1. Educación financiera

La principal herramienta para mujeres jóvenes que estén atravesando estrés relacionado al dinero es la educación financiera. Bárbara y Maynné coinciden: no importa si sabes muy poco (o nada) sobre temas financieros, lo importante es comenzar a aprender; agregan que es normal y válido sentirse abrumada al inicio. Recomiendan perder el miedo a conceptos como «presupuesto», «crédito», «historial crediticio», «inversiones», «activos y pasivos», etcétera. Recursos sugeridos: Lidh Academy (una plataforma con perspectiva de género que da cursos, guías, webinars y herramientas gratis para que las mujeres aprendan a manejar sus finanzas); Adulting (una consultoría que ayuda de forma personalizada a organizar finanzas personales) o Pequeño Cerdo Capitalista (un libro y plataforma para aprender a controlar tus finanzas personales)

2. Entender la relación entre el dinero y las respuestas emocionales.

Es importante analizar los comportamientos financieros y estudiar tus gastos desde la parte emocional. Por ejemplo, preguntar: ¿cuál es tu relación histórica con el dinero?, ¿cuáles son tus patrones de compra?, ¿cómo te has sentido en momentos de la vida en donde has comprado mucho (o donde has comprado muy poco)? Maynée explica que esto importa porque “en un mundo capitalista no puedes desligar lo financiero de lo emocional […] y al analizar desde una perspectiva emocional como son tus comportamientos financieros, tienes más posibilidad de cambiar hábitos y acomodarlos a tus necesidades”

3. Liquidar las deudas y, si es viable, invertir.

Para quienes tengan deudas, es crucial que hagan todo lo posible por liquidarlas para que no vayan creciendo. Y, para quienes tienen dinero ahorrado, Bárbara recomienda aprender a invertirlo para que no quede pasivo en la cuenta de banco. A pesar de que el término «invertir» puede sonar intimidante, hay recursos accesibles y gratis para aprender a hacerlo.

4. Romper el tabú y socializar la angustia.

Abrir la conversación sobre estos temas y generar espacios de comprensión (aunque no sean espacios terapéuticos institucionalizados) es fundamental porque, en palabras de Maynée, “el proceso de socializar la angustia ayuda a reducirla”. La sugerencia es platicar con amistades y preguntarles cómo se sienten con sus finanzas, cuál es su plan de retiro, qué sueldo tienen… Hacer estas preguntas ayuda a concientizar sobre la situación de otras personas, contrastar la información y notar dónde hay injusticias que ni habías visto. Esto empuja a movilizar procesos sociales que son necesarios.

5. Monetizar conocimientos adquiridos.

Si tienes algún tipo de habilidad adquirida que has trabajado por años (puede ser académica, artística, recreativa, laboral…), puedes monetizar tu conocimiento para que te genere ingresos extras. Por ejemplo: si eres contadora, puedes vender guías descargables de presupuestos, o si eres experta en diseño, vender plantillas y gráficos. Lo importante es hacer un análisis de habilidades y como podrían convertirse en un producto que este redituando dinero sin requerir de tu tiempo.

Los contextos son diversos y algunas herramientas pueden no ser para todas las personas. Se vale elegir las que más te convengan. Sin embargo, de las cosas más importantes es librarnos de la culpa y reconocer que hay problemas estructurales detrás de nuestras finanzas personales.

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