Ni el doctorado ni el outfit, ¿por qué es problemática la forma como se habla de Beatriz Gutiérrez Müller?

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Beatriz Gutiérrez Müller
Foto. Facebook Beatriz Gutiérrez Müller

Hasta ahora, diversos medios de comunicación han emitido reportajes y artículos de opinión acerca de Beatriz Gutiérrez Müller, actual esposa de Andrés Manuel López Obrador, el candidato a la presidencia que el pasado 1 de julio recibió la mayor cantidad de votos.

En un mitin realizado en Minatitlán, Veracruz, durante el mes de mayo, Beatriz Gutiérrez Müller fue muy clara al decir “Propongo que pongamos fin a la idea de la primera dama porque no queremos que haya mujeres de primera y de segunda”. No obstante, muchos de los comentarios que se publican acerca de Gutiérrez Müller parecen pretender halagarla sin siquiera haberla escuchado.

Fue en particular una noticia, emitida por El universal al día siguiente de la elección, la que causó controversia en algunos sectores. Esta nota menciona, para empezar, la profesión de Gutiérrez Müller y su grado escolar, Doctora en Literatura. Hasta ahí uno pensaría que todo bien. No obstante, en un giro muy poco lógico la idea deriva en aclarar que, como es una mujer sencilla, evita estar sobrecargada de ropa y accesorios (¿khá?).

Más adelante se nos explica que esto es una muy buena noticia porque dicho estilo nos servirá para inspirarnos, señalan que de esta manera lograremos lucir increíbles durante la semana.

Es difícil, por ejemplo, imaginar a los medios noticiosos haciendo un reportaje acerca de las camisas de algunos candidatos, esto sería fácilmente juzgado como tonto o superficial. Y, sin embargo, cuando la protagonista de este tipo de noticias es una mujer, la información se recibe con una desafortunada naturalidad.

La parte problemática de este tipo de noticias es que, teniendo tantos ángulos para abordar a una mujer, se recurra, como siempre, a hablarnos de cómo va vestida. Incluso en las entregas de premios de Hollywood esta desafortunada inercia se ha señalado en tantas ocasiones que uno podría llegar a pensar que el asunto está más que hablado, que no hay necesidad de volver a aclarar por qué esto es inapropiado e irrespetuoso.

El doctorado, o bien: “ella sí es ejemplo para las mujeres mexicanas”

Otra cosa que se dice acerca de Beatriz Gutiérrez Müller es que ella será la primera dama más preparada de la historia de nuestro país. Y sí, es cierto, tiene un mayor grado de estudios. Pero cuando se enarbola este argumento pareciera que se divide a la población de las mujeres mexicanas en dos: las que “valen la pena” es decir, gente con estudios y gente “de segunda”.  No sé, Rick, esto me huele a clasismo y misoginia disfrazados de meritocracia.

Adicionalmente, el decir que ella sí es ejemplar, implica necesariamente que las otras no. De nuevo, una mano gigante e invisible viene a indicarnos “sé como esta, pero no como esa otra”. Porque decirnos “sé como quieras ser, yo no tengo autoridad para calificar tus decisiones” sería sacar demasiado las cosas de su sitio.

Una figura polémica

De las críticas que se han hecho a quienes han estado hasta ahora en el papel de primera dama en nuestro país son contadas las que se desarrollan sin recurrir a insultos y vejaciones lamentables. Para comprobar esto sólo es necesario fijarse en la forma en la que se refieren a ellas, tanto los periódicos como los twits y los memes.

Adicionalmente se dice que Beatriz Gutiérrez Müller será un ejemplo a seguir para todas las mexicanas. Y sí, escuchar a una mujer que parece tener muy claras sus convicciones es inspirador, pero de ahí a que se nos diga “miren acá está su compañera que sí está en el cuadro de honor, deberían de avergonzarse de no ser como ella”, hay muchísima distancia.

¿Quiénes son las mujeres mexicanas?

Ahora bien, ¿necesitamos las mujeres mexicanas un ejemplo de cómo comportarnos? ¿No será que necesitamos que, en la familia, en la calle y en los trabajos, se nos deje de obstaculizar de distintas formas? ¿no necesitaremos menos acoso callejero? ¿salarios iguales? ¿visibilización del trabajo doméstico?

Y luego ¿quiénes son “las mujeres mexicanas”? porque pareciera que se nos engloba a todas en una misma categoría. Que todas tenemos, no sólo las mismas oportunidades, sino que, además, tenemos el acceso a los recursos que nos permitirán hacer lo que se nos ocurra. Eso sí, de preferencia, que incluya vernos bien, tener un doctorado y ser unas maravillosas compañeras de vida.

Reconocer la trayectoria, la inteligencia y los méritos de las mujeres es, no sólo maravilloso sino urgente y necesario. Con todo y eso habrá que tener cuidado de que los halagos que se le dirigen a algunas no sean formas disfrazadas de exclusión y discriminación para las otras. Que no sean, como la Stacy Malibú, lo mismo de siempre pero disfrazado.

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