Su trabajo es hacer cine con denuncia social. Se quisieron llamar La Primavera Rosa porque cuando se formó el equipo sucedía la Primavera Árabe, pero este proyecto sí sería un verdadero renacer, con trabajo que diera visibilidad a las personas LGBT que sufren de discriminación, violencia social y política y hasta deben lidiar con los asesinatos por odio hacia miembros de la comunidad.
La Primavera Rosa es también un plataforma en línea. Al entrar a su sitio se puede ver un mapa del mundo donde van coloreando de rosa esos países donde ya han capturado historias. Comenzaron en Túnez, siguieron con Rusia, Brasil y después México. España está aún en proceso y la meta es pintar cada vez más ese mapa con sus metas color de rosa.
Uno de los grandes frutos de este proyecto es una nominación a Mejor cortometraje documental en los premios Goya (los Oscar españoles) por ‘La Primavera Rosa en México’, dirigido por Mario de la Torre. En este trabajo de 23 minutos —estrenado en 2016— se plasma la discriminación y violencia física que sufre la comunidad LGBTI aquí.
Desde España, donde surgió el proyecto, Rafael Linares, uno de los productores de La Primavera Rosa contó a Malvestida sobre su trabajo, tan necesario en estos días.
¿Qué los movió a comenzar su Primavera Rosa?
Empezó en 2013, era el momento en que todos hablaban de la Primavera Árabe, pero muy pocos estaban hablando del movimiento LGBT. Ese año decidimos ir a Túnez —que fue donde se originó la Primavera Árabe— para ver qué estaba pasando.
Nos dimos cuenta de que esa primavera era más bien un invierno, que el colectivo LGBT de ahí tenía peculiaridades en este país, que estaba muy encerrado. Y este fue el detonante, el primer documental que hicimos.
Al año siguiente fueron a los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia. Ahí, aunque no está prohibido ser homosexual, como Túnez, había una ley que no permitía comunicar que alguien es gay. Fuimos a ver qué estaba pasando, estuvimos en contacto con activistas LGBT y conocimos cómo se vive ahí.
Y luego dieron el salto para América…
Tuvimos la oportunidad de viajar a México, un país donde aparentemente todo está bien después de que aprobaron nacionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, es verdad que es uno de los países con más violencia hacia la comunidad LGBT, sobre todo a la transexual. Nos pareció muy interesante y quisimos contar esa realidad. Porque un país puede estar muy avanzado en derechos, pero no en lo social, no a todos tocan esos derechos.
Fuimos también a Brasil, no solo por los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, sino porque es el país con mayor índice de violencia hacia los transexuales. Nos interesaba saber qué pasaba con esta comunidad al recibir un evento así. Hay estudios que dicen que se dispara la prostitución, entre ella la transexual.
Ahora estamos contando un poco la realidad en España, que también tiene sus cosas. (Próximamente se podrá ver el documental de La Primavera Rosa en España).
De todas las historias que han conocido con La Primavera Rosa, ¿cuáles recuerdas con mayor emotividad?
Hemos conocido muchas historias, varias muy fuertes y otras más tristes. Una de ellas es la de Alberta Cánada, que es una chica activista, trans, que lucha por visibilizar a su comunidad. Ella es actriz de teatro, tiene un proyecto que va por diversas ciudades del país para llevar su mensaje. Otra historia es la de Gabriel y Gerardo, dos activistas que son fotógrafos que han creado una serie itinerante llamada ‘Seres de luz’. Con ella buscan mostrar al ser interno de cada persona y de cada grupo social y han ido a ciudades como Querétaro, Ciudad de México, Nueva Jersey y Nueva York.
En comparación con los otros países, ¿qué notaron diferente en México en la comunidad LGBT?
En México no había algo especial como un conflicto tipo Túnez ni un evento como los Juegos Olímpicos, pero el país llamó la atención de los españoles porque curiosamente, muchas de las visitas al sitio llegaban de ahí.
La discriminación en México tiene un sabor distinto. Uno de los protagonistas del documental habla de cómo hay grados: si eres pobre, si eres indígena, si eres gay, si eres trans… Y cada uno de ellos agrava la situación.
¿A qué meta les gustaría llegar con La Primavera Rosa?
Queremos ser un proyecto de esporas. Donde gente de la comunidad LGBT o activistas empiecen a contar lo que pasa en sus países. Para nosotros es imposible llegar a los 190 países que faltan, además, cada país tiene sus características, sus necesidades sociales-antropológicas y políticas. No es lo mismo el avance que pueda tener México al de un país africano. Es saber qué pasa para entendernos todos.
¿Qué sueño tienen muchas ganas cumplir con el proyecto?
Si tuviéramos la plata necesaria, nos encantaría ir un país de Asia o a África Negra. Nos encantaría, pero no es tan sencillo. A la hora de grabar existen muchas complicaciones, situaciones de peligro. En Rusia amenazaron de muerte al director y al equipo. Es peligroso tocar este tema en ciertos países.
¿Qué nos falta como sociedad para avanzar en la no discriminación?
Lo que falta entender es que todo debería ser muy sencillo. Lo que nosotros hacemos no es videos sobre la comunidad LGBT, sino sobre derechos básicos, de que todos somos iguales. Hasta que no entendamos esto, nos vamos a complicar más: qué haces, en quién piensas, con quién te relacionas, a quién amas… todos somos iguales. Y eso es por lo que hay que luchar.
¿Qué es lo mejor que te ha dejado La Primavera Rosa?
Lo que más me gusta de este trabajo es que cuando decidimos hacer documentales más sociales, conoces mucha gente. La posibilidad de viajar y estar en contacto con otras personas es lo que te abre la mente, lo que te mueve el espíritu. Con esto hemos tenido la fortuna de hacer amigos por todo el mundo. Es curioso, pero en México ha interesado más este proyecto y la nominación a los Goya que aquí mismo en España.
Nosotros estamos de paso, filmamos y nos vamos, pero algo queda ahí, la gente que está luchando es la que sigue ahí. Para nosotros es importante saber que eso que hemos hecho está calando, que la gente allá sigue trabajando por esa meta.
Un plan integral
Si se hablara de que este proyecto es solo de cine documental, podríamos ser injustxs. Su plataforma pretende crear redes de ayuda para los activistas, proporcionar herramientas y materiales para estudiantes, profesores, que tengan a su disposición esa información que recopilan. Estas complementan lo que se ve en los documentales. “Es crear un punto de encuentro por medio de La Primavera Rosa”, explica Rafael.
Una de las frases más fuertes de este documental está dicha por Alberta Cánada y resume la esencia del trabajo filmado en México. «Yo soy gay, indio y pobre… y además soy travesti: cuatro factores de desventaja». Ve un adelanto de este corto documental tan necesario. ¡Y ve los todos completos aquí! El costo es significativo y ayuda a que siga creciendo La Primavera Rosa.