Soy la mayor de cuatro hermanas, me llamo María José y siempre quise ser escritora. Estaba escrito en las estrellas que sería fan de Mujercitas y que mi favorita sería Jo.
Y no soy la única, otras artistas como Ursula K. Le Guin o Pattie Smith han hablado del impacto que tuvo en ellas la novela de Luisa May Alcott y en especial la segunda hermana, la que prefería escribir que tener novio.
La historia se ha contado ya muchas veces en pantalla grande, pero las Jo más famosas son Katherine Hepburn, en la versión de 1933, y Winona Ryder, en 1994. A ellas se unirá ahora Saoirse Ronan, quien será una de las protagonistas de la esperadísima versión de Greta Gerwig.
El atractivo de la nueva Mujercitas
La peli llega a los cines a finales de 2019, con guion de Gerwig y Sarah Polley. Además de Saoirse, también salen Emma Watson, Florence Pugh, Eliza Scanlen, Laura Dern, Meryl Streep y Timothée Chalamet. O sea, no se puede pedir mucho más. Excepto, no sé… ¿un guion original con ese mismo reparto?
No es precisamente que nos falten adaptaciones de Mujercitas y después de ver cómo Saoirse, Timothée y Greta Gerwig hicieron magia con Lady Bird, tenía muchísimas ganas de verlas en un proyecto nuevo. Por eso, aunque leo el libro más o menos cada cinco años con la misma emoción de la primera vez, me decepcionó un poco cuando se anunció su siguiente proyecto.
Claro que puedo ver que la historia tiene una mezcla de elementos que todavía se sienten modernos, con una nostalgia que parece ser la definición de nuestros tiempos.
Meg, Jo, Beth y Amy March vienen de una familia con problemas económicos, son “liberales” (su papá está peleando en el lado correcto en la Guerra Civil) y quieren saber cómo compaginar sus grandes sueños con la realidad práctica de que no tienen mucho dinero ni mucha educación.
En el libro no hay antagonistas, a menos que cuentes a la vanidad o a la tía March y no es spoiler decirles que aunque pasan cosas realmente tristes, todo empieza, continúa y acaba más o menos bien. Ah, y solo hay unos cuantos hombres en la trama. Eso siempre se agradece.
¿Una dosis de feminismo?
Eso sí, las hermanas no son feministas ni de lejos. La novela tiene capítulos enteros sobre la importancia de hacer feliz a tu esposo con bebés y mermelada y otros en los que se juzga baaaaastante a las mujeres que coquetean abiertamente o usan escotes.
Al parecer, la versión de Gerwig le va a meter un poquito más de “girl power” a la historia, pero no podemos saber qué tanto funcionará hasta que veamos más de unos minutos.
No creo que necesitemos a otra versión de la novela, aunque sea una con una perspectiva actual, pero la reacción de las redes sociales a una historia que se contó por primera vez en 1868 hace obvio que sí queremos ver a cuatro mujeres que se aman ser el centro de una película.
Queremos volver a reírnos con ellas, a enamorarnos de Laurie y a llorar con Beth. Hay algo en las hermanas March que todavía sigue vigente y quizá sea simplemente que son mujeres jóvenes que no saben qué hacer con su futuro pero lo van descubriendo juntas.