???? Este artículo contiene spoilers sobre la serie Dear White People ????
Las series pueden cumplir muchas funciones como entretenernos, mostrarnos realidades alternas a la nuestra y educarnos, y la nueva serie de Netflix, Dear White People, logra todas las anteriores de una forma maravillosa.
Estrenada en Netflix el pasado 28 de abril, Dear White People es una adaptación de la película del mismo nombre (2014) que narra las vidas de un grupo de estudiantes negros en una universidad de prestigio predominantemente blanca, y aunque uno puede engancharse de inmediato por la entretenida narrativa, la música o lo entrañable de los personajes, son los mensajes que deja la serie lo que la convierte en una de esas joyas que todo mundo debería de ver.
Aquí tres valiosas lecciones sobre racismo que Dear White People deja muy en claro.
1. Sí, aún existe el racismo.
Pareciera increíble, pero todavía hay quien discrimina a las personas por su raza o color de piel. Y ¡ojo! no se necesita llegar a situaciones radicales para expresarlo. En Dear White People esto queda muy claro en el capítulo en el que Reggie es el protagonista.
Desde las circunstancias más tontas e inofensivas, como el entrenador que da por hecho que Reggie es parte de su equipo sólo porque es negro, alto y fuerte; hasta la viejita que huye del cajero al verlo porque asume que por ser negro le va a robar. Pero también se ven reflejadas situaciones más preocupantes de caracterización racial, como la polémica escena en la que tras una pelea en una fiesta, Reggie es aprehendido y encañonado por un policía que hace un uso desmedido de la fuerza. Además es señalado como el único responsable cuando en el enfrentamiento también estuvo involucrado un compañero suyo… blanco.
En otro capitulo se ve a Coco, Reggie y Sam viendo en el noticiero cómo los policías balacearon a un joven negro, al cuál le habían encontrado marihuana, por lo que Coco dice sarcástica y triste a la vez: “Claro que le encontraron algo y por eso merecía morir. Esto me enferma”.
La caracterización racial y el asesinato de jóvenes negros desarmados sigue siendo un grave problema en Estados Unidos. De acuerdo con un reportaje de The Guardian, “[En 2016] los hombres negros de entre 15 y 34 años tenían nueve veces más probabilidades que otros estadounidenses de ser asesinados por oficiales de la ley”.
2. Apropiarte de una cultura y convertirla en un disfraz es ofensivo.
El tema de la apropiación cultural ha originado un sin fin de debates tanto en línea como en el mundo físico, y es precisamente uno de los ejes principales de esta serie.
En el primer capítulo vemos cómo ofendidos por el programa de radio de Sam, llamado «Dear White People» (que es de donde la serie obtiene su nombre), los miembros de la revista Pastiche organizan la fiesta “Dear black people”, un evento en el que se invitaba a los asistentes a disfrazarse de gente negra.
La lección principal que nos llevamos de esta penosa fiestecita es el poderoso discurso de Sam: “Queridas personas blancas… Entiendo que ser reducidas a una generalización basada en su raza es una experiencia nueva y devastadora para algunos de ustedes, pero aquí está la diferencia. Mis bromas no encarcelan a sus jóvenes a ritmos alarmantes ni hacen que sea inseguro para ustedes caminar en sus propios vecindarios, pero las suyas sí. Cuando se burlan o nos menosprecian refuerzan un sistema existente. Cuando los policías miran a un hombre negro a través del cañón de una pistola no ven a un ser humano, ellos ven una caricatura, un matón, un negro. Así que, no. Ustedes no pueden llegar a una fiesta de Halloween luciendo un disfraz de una versión de nosotros y justificarlo con ironía o ignorancia, ya no”
3. Si no eres negro no uses la palabra nigg… nunca.
Para entender por qué no está bien que una persona blanca diga la palabra nigg tendríamos que remontarnos a la historia, ya que es un término peyorativo que fue creado y utilizado por los dueños de esclavos negros para humillarlos. Como explica A Dictionary of Modern English Usage de Henry Watson Fowler es “el término que carga con toda la deshonra, desprecio y rechazo que los blancos han infligido a los negros”.
En Dear White People hay un capítulo en el que un compañero blanco de Reggie dice la palabra nigg* mientras canta la letra de una canción. Cuando Reggie le pide que no la use –ni siquiera cantando– su amigo se pone a la defensiva diciendo que él no es racista, que siente que están limitando su libertad de expresión y que él no se molestaría si la situación fuera al revés. “Ahí está la diferencia”, le contesta Reggie.
Ahora la pregunta del millón: ¿por qué las personas de raza negra sí la pueden utilizar? Esto lo explicó muy bien el periodista y profesor de Estudios Afroamericanos Marc Lamont Hill: “Podría ver a Trinidad James en la calle y llamarle ‘mi nigga’ ¿Sabes por qué? Porque es mi nigga. Y la diferencia entre Trinidad James y tú es que Trinidad James tiene que lidiar con las mismas situaciones opresivas. Nació en un mundo donde predomina el racismo anti-negro. Vive en un mundo donde la policía podría dispararle en la calle sin importar cuánto dinero tenga. Compartimos una condición colectiva conocida como ‘nigga’, los blancos no”.