Las bodas son bastante predecibles y –a excepción de la original ceremonia de tu amiga que se casó con una máscara de Darth Vader– lo más seguro es que la mayoría de las bodas a las que asistas se rijan por ciertos ritos y símbolos cuyo origen muchas veces ignoramos.
Sabemos que tradicionalmente la novia viste de blanco y lleva algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul. ¿Pero a quién se le ocurrieron toda esa sarta de formalidades?
El Centro de Investigaciones Malvestida (que acabamos de inventar) se dio a la tarea de indagar de dónde surgieron algunas de las tradiciones de boda más conocidas.
Te aseguramos que después de conocer su origen y significado no volverás a verlas igual.
La caminata hacia el altar
Para algunas mujeres no hay momento más emotivo el día de su boda que entrar a la iglesia del brazo de su padre y ser entregadas en el altar. Sin embargo el origen de esta tradición no es tan romántica como parece.
Recordemos que antes las bodas eran meramente una transacción entre hombres (padre y yerno) a fin de crear alianzas estratégicas, pagar deudas, obtener estatus o unir riquezas, así que el hecho de que el padre presentara a su hija ante el novio era, básicamente, entregarle la mercancía.
El ramo
Existen dos versiones populares sobre por qué las mujeres comenzaron a llevar un ramo en su boda.
La primera indica que las novias ataban hierbas aromáticas como ajo, romero, eneldo y tomillo a fin de crear una especie de amuleto capaz de ahuyentar los malos espíritus (algo así como una limpia de mercado).
Sin embargo, otra versión indica que el ramo era una forma de disfrazar el mal olor corporal en la Época Medieval –ya sabes, cuando bañarse regularmente no era la norma– y por eso fueron integrando flores.
El liguero
Además de tener un propósito práctico (mantener las medias de la novia en su lugar), antiguamente el liguero tenía un valor simbólico, pues representaba la pureza y virginidad de la novia. Por eso cuando el novio se lo quita a la esposa en la fiesta, prácticamente es una forma de decirle a los invitados que esa noche se van a dar duro contra el muro.
Por otra parte, se cree que el hecho de que el novio arroje el liguero a sus amigos viene de una vieja tradición de la Corte francesa del siglo XIV, cuando se consideraba de buena suerte conservar un pedazo del vestido de la novia.
¿Recuerdas esa escena en la que las hermanastras de Cenicienta le rompen el vestido? Pues eso sucedía durante la fiesta, en ocasiones dejando a la novia golpeada y semidesnuda.
El vestido blanco
La teoría más aceptada sobre esta tradición es que la reina Victoria de Inglaterra popularizó el vestido blanco de novia, pues antes de ella las mujeres no solían preocuparse mucho por el color que llevaban en su boda.
¿Cómo lo logró? Pues como se viralizaban las cosas antes de las redes sociales: de boca en boca.
El retrato de bodas de la reina Victoria dio la vuelta por todo Europa y las mujeres comenzaron a imitar ese color como una forma de demostrar su estatus y riqueza.
El velo
Hay que recordar que la mayoría de las tradiciones de boda se gestaron hace miles de años, antes de la existencia de las fotografías y aún más del internet, así que los futuros esposos muchas veces no se conocían sino hasta el día de la boda, y hay quienes dicen que el velo era una forma de evitar que el novio se echara para atrás si lo que veía caminando hacia él en el altar no le gustaba (eso sí, la mujer tenía que chutarse el esposo que le tocara, porque no tenía voz ni voto).
Otras teorías sugieren que el velo era para proteger a la novia del mal de ojo.
Las damas
Se dice que las damas surgieron para proteger a la novia de un posible secuestro por parte de algún pretendiente (sí, eso pasaba), así como confundir a los espíritus malignos que quisieran acercarse a ella.
Es por eso que si ves dibujos y pinturas sobre bodas antiguas notarás que los vestidos de las damas y la novia eran exactamente iguales. Tomen eso, ladrones/espíritus malvados.
El anillo de diamantes
Aunque se cree que la tradición del anillo de compromiso existe desde el imperio Romano, se dice que fue Maximiliano I de Habsburgo, en el año 1477, el que dio el primer anillo de compromiso con diamantes al proponerle matrimonio a María de Borgoña.
Y como en ese entonces los influencers eran los aristócratas y miembros de la realeza, a partir de ese momento los diamantes se convirtieron en la piedra estrella de los anillos de compromiso. Gracias, Max.
El pastel
Parece mentira, pero que haya pastel en las bodas no tiene tanto que ver con lo deliciosos que son, sino con su significado.
Por ejemplo, se dice que en la antigua Roma era tradición que el novio deshiciera un pan por encima de la cabeza de la novia como símbolo de buena suerte y su dominación sobre ella.
Otras teorías señalan que durante la Época Medieval en Inglaterra se consideraba de buena suerte tirarle pastel a la novia para que fuera fértil y tuviera muchos bebés. 🙄
Ahora que ya conoces el origen de algunas de las tradiciones de boda más populares, puedes tomar la decisión a conciencia de cuáles sí te gustaría revivir y cuáles de plano es mejor dejar en el pasado.