Si algo sabemos es lo mucho que se rifan las fotoperiodistas mexicanas para documentar momentos históricos como las marchas feministas. Por eso decidimos platicar con ellas para saber cómo viven esos momentos.
Desde vivir lo que implica una marcha en sí, hasta sufrir represión como lo hicieron algunas este año, cuando fueron agredidas por policías al intentar retratar las protestas que ocurrieron en el metro Hidalgo, las fotoperiodistas mexicanas se enfrentan a muchos retos.
Para conocer un poco más a fondo lo que implica esta profesión tan importante, decidimos platicar con tres fotoperiodistas súper chidas: Andrea Murcia, Sashenka Gutierrez y Lizbeth Hernández.
Antes de la marcha
Primero que nada, nos intrigaba lo que sucede antes de la marcha. ¿Cómo se preparan? ¿Tienen alguna rutina?
Las tres nos contestaron que una de las cosas más básicas es preparar su mochila con todo lo necesario. Cámaras, teléfono con batería, pila extra para la cámara, monedas para hacer llamadas por si no hay señal, memorias etc. Además, debido a la pandemia deben llevar protección extra como gel antibacterial, varios cubrebocas y sanitizante.
Una rutina relajante
Y aunque todas coinciden con esto, cada una tiene pequeñas rutinas y protocolos que han implementado a través de los años. Sashenka por ejemplo, ha empezado a llevar nuevamente una máscara antigases que compró hace años. Además, una de las cosas más importantes para ella es estar concentrada en la marcha:
“Me levanto temprano y hago cosas que me relajen. Prendo unas velas o un palo santo para que huela rico y esté relajada, riego plantas y desayuno. Todo esto con el fin de ir muy en paz, muy tranquila, muy concentrada, y que yo de esta casa salga sin alguna preocupación y sólo tenga que ir pensando en hacer una buena cobertura.”
Y que no falte el protocolo de seguridad
Lizbeth por otra parte, tiene muy presente su protocolo de seguridad: “Implica desde saber la ruta de la manifestación o tener idea si es una fecha conmemorativa como el 8M, 25N o 28S. A veces hay manifestaciones muy espontáneas que responden a situaciones específicas, como puede ser ante un feminicidio. Dependiendo de eso yo tomo en cuenta desde la ruta que va a recorrer la manifestación y si es en CDMX o en otro estado.”
Otra cosa en la que coinciden las tres y es muy importante, es tener redes de apoyo entre amigas y colegas para ir más seguras.
“Hemos tejido redes de seguridad entre amigas fotógrafas y reporteras donde previamente nos organizamos. Desde kit de primeros auxilios individuales como la recolección de contactos de emergencia y equipos de al menos dos que estaremos juntas en las marchas. Esto ya es necesario antes las agresiones y encapsulamientos que se han vivido en las marchas.” Nos dijo Andrea.
La marcha del 8M
Si bien nos hemos manifestado por muchas razones en nuestro país, el 8M ha adquirido una gran importancia los últimos años. Sashenka, Andrea y Lizbeth ya llevan algunos años cubriendo la marcha del Día Internacional de la Mujer, y algo en lo que coinciden es en lo emocionante que es que cada vez salgan más y más mujeres a la calle.
“Se refleja el hartazgo y el cansancio de las mujeres ante la inacción del gobierno. Hemos visto cómo cada vez hay una articulación más grande e inédita en otros puntos del país y eso me parece muy relevante.” Nos comentó Lizbeth, quien cubre esta manifestación desde hace 10 años.
Sahenka coincide en que las marchas han evolucionado mucho: “Ahora son miles y miles de chicas que salen a las calles a gritar y a no callar su miedo. Cada vez son más jóvenes. Vemos niñas de trece, catorce años, o niñas que acompañan a sus mamás, y esto no se veía hace años.”
La criminalización de este 8M
Si algo se notó en esta marcha fue lo mucho que la criminalizaron las autoridades federales y locales. Al parecer, ya no estuvo tan chido que las mujeres tuviéramos la capacidad de organizarnos.
“Vimos desde días antes estas vallas que colocaron en Palacio Nacional, creando mucha indignación. Las chavas respondieron con amor al llenar este muro de flores y de los nombres de las víctimas. Yo cuando lo vi, sentí como un imán que me jalaba, fue súper fuerte, mega poderoso y bonito. Fue la mejor respuesta que ellas pudieron tener”, dice Sashenka.
Ya que empezó la marcha, el ambiente fue mucho más tenso: “Tres compañeras periodistas y yo fuimos detenidas, dos de ellas fueron esposadas. Lamentablemente no pude seguir la marcha desde el principio pero pues decidimos llegar al Zócalo, que era un caos. Fue una violencia innecesaria: gases lacrimógenos, bengalas, espuma, balas de goma (a mí me cayó una de esas), creo que esta vez fue una protesta muy violenta y castigada hacia las chicas.”
Para Andrea, este año se hizo todavía más evidente el pacto patriarcal y la apatía del gobierno: “Desde la valla, la candidatura de Félix Salgado Macedonio, los citatorios criminalizando a las manifestantes, e incluso cateos sin fundamentos un día antes. Las chicas solo querían mostrar que no las separan ni las callaran.”
Por último, Lizbeth nos dijo que “La criminalización de la protesta ha sido muy grande, también la represión es algo inédito. Entre el 8M del 2020 y del 2021, vimos el desalojo violento de una protesta pacífica en Ecatepec, vimos un acto de represión muy fuerte en una manifestación en Ciudad Juárez, otro acto de represión en Quintana Roo. Incluso de esto da informe Amnistía Internacional en un reporte que salió hace algunos días.”
Este informe establece que las autoridades han recurrido al uso de violencia sexual para aleccionar a las mujeres por atreverse a manifestarse en vía pública, y eso amigues, da mucho miedo.
Las emociones al cubrir la marcha
Al preguntarles que si alguna vez habían sentido este miedo, Lizbeth nos contestó que más que miedo sintió vulnerabilidad e incertidumbre: “Mientras documentaba en vivo el desalojo violento de la CODHEM de Ecatepec, me robaron mi teléfono y me trasladaron en un auto sin identificación a otro municipio del Estado de México. Fuimos violentamente replegadas, fue algo que me hizo pensar en la vulnerabilidad.”
Sashenka, quien fue detenida este 8M por las autoridades, nos contó que ella sintió enojo y tristeza: “En las protestas feministas me he sentido muy protegida y cuidada por todas las chicas que van a manifestarse. Este 8M, cuando nos detuvieron, no sentí miedo, estaba muy enojada. Pensaba en que lo que quería era que soltaran a mis compañeras; verlas esposadas, para mí, fue muy muy fuerte, me dio mucho coraje. Al otro día me sentí sumamente triste.”
La importancia de su trabajo
Además de darnos unas fotos preciosas, llenas de poder y sororidad, las fotos de estas mujeres han ayudado a evidenciar mucha de la violencia e injusticias que se vive en las marchas.
“Todas somos vulnerables en una protesta, pero el hecho de que haya alguien específicamente para documentar lo que está pasando es una herramienta. También muestra una cara más íntima para el mundo exterior, para las que no pudieron asistir. En la Marcha de Justicia para Jonathan pude fotografiar cuando un grupo de al menos 6 policías golpeaban a una chica de 16 años, gracias a esa fotografía las personas y autoridades no pudieron negar el abuso policial. Se logró la destitución de algunos policías y seguimiento al caso de la chica.” Nos contó Andrea.
Sashenka nos respondió que: “es importante que las fotoperiodistas salgamos a las calles porque sabemos qué es lo que está pasando, en especial en estos movimientos donde las chicas han pedido que sean cubiertos por mujeres. Muchos periódicos no cuentan con mujeres y esto hace que tengan que buscarlas y se abran más espacios, que volteen a ver nuestro trabajo.”
Lizbeth concuerda con la importancia de que cada vez veamos más fotos tomadas por mujeres, ya que por mucho tiempo se invisibilizaron. “Tenemos pioneras en este país que han hecho este trabajo pero que no han tenido ni la visibilidad, ni el respaldo, ni el apoyo para tener otro lugar.”
Además, nos habló de la importancia de tener una mirada femenina en las marchas. “Que las mujeres tengamos otro papel cubriendo las manifestaciones permite otro tipo de miradas. Sabemos que desde el periodismo ha habido un sesgo en la interpretación de lo que ha sido la lucha de las mujeres, ha habido mucha estigmatización. El que vayamos hace que haya otros ángulos, otras sensibilidades y percepciones de lo que estamos observando.”
Así que la próxima vez que compartamos una foto del 8M, intentemos que sea de una mujer. Su trabajo es sumamente importante para la visibilización del movimiento, y que chido que seamos las mujeres las que documentemos nuestra lucha.