Entrevistamos a las protagonistas de la serie de Nefflix Desenfrenadas: Tessa Ia (Vera), Coty Camacho (Marcela), Lucía Uribe (Carlota) y Bárbara López (Rocío) y se puso buena la discusión.
“Es deshacer y volver a hacer esta idea de cómo las mujeres deberíamos ser y cómo realmente somos”, así define Bárbara López, quien interpreta a Rocío, la serie Desenfrenadas.
Según los primeros capítulos a los que tuvimos acceso, la nueva serie mexicana de Netflix confronta a cuatro personajes con sus creencias y decisiones, para que emerjan un poquito más libres.
Desenfrenadas llega el 28 de febrero a nuestras laptops, tablets y celulares (y a las teles, para las más tradicionales) y no es una serie que pretenda hablarle a todas las mujeres de nuestro país: como muchas historias antes, cuenta las vidas de tres chicas de clase alta, incluyendo también la perspectiva de una que viene de un mundo muy diferente.
Lo que puedo decir es que sí trata de dialogar con los temas actuales, desde las familias hasta los novios terribles, los trabajos y sí, también un poco el feminismo.
Este último es un tema que sus protagonistas: Tessa Ia (Vera), Coty Camacho (Marcela), Lucía Uribe (Carlota) y Bárbara están más que dispuestas a discutir en nuestra entrevista. Acá un poco de lo que me contaron.
Desenfrenadas: entrevista (o plática entre amigas)
Acerca de sus personajes
En la serie, Carlota, Vera y Rocío son amigas de toda la vida. La primera es la poeta feminista que cuestiona la sociedad, pero sin atreverse a mostrar su arte.
Vera trabaja en una revista de moda y tiene un casi-novio terrible y muchas «amigas que son enemigas». Y Rocío es la súper nerd doctora que está haciendo todo lo que su papá quiere que haga.
Por situaciones que de la vida, acaban conociendo a Marcela, que viene de una realidad por completo diferente pero acaba siendo también parte del grupo.
Lucía: Hay dos cosas fundamentales que me unen a Carlota. Este deseo suyo de expresarse, ella a través de la poesía y yo de la actuación. Y por otro lado una manera muy lúdico de vivir: para mí el sentido del humor es muy importante.
Lo que me distancia de ella es que la siento todavía muy infantil, le gana la desidia. Yo soy más asertiva
Coty: Lo que yo retomaría de Marcela es sus ganas de buscar algo diferente. Lo que no me gusta de ella es su violencia, porque yo llevo un tiempo tratando de quitar ese tipo de violencia que a veces una como mujer no se da cuenta que tiene, que es como un escudo.
La violencia con la que mira al mundo no me late de ella, pero creo que sí es importante que todas las mujeres en algún momento saquemos esa rabia.
Tessa: Yo conozco muy bien el mundo del que viene Vera, por eso también me emocionó hacer este personaje. Justo por lo mismo me funciona muy bien de espejo de lo que no quiero ser, pero que está tan a mi alcance, vivir con esta máscara de pretensiones.
El reto con ella es hacer un personaje que es tan aparentemente superficial, profundo.
Bárbara: Yo creo que con Rocío me identifico y nos parecemos en esta cosa de quererle agradar a tu padre y de querer hacer todo bien. Me siento con esa presión, pero creo que somos diferentes en el sentido de que yo ya encontré que eso no me funciona.
O sea, les dije, son como versiones de ustedes hace unos años, versiones que ya desecharon. Y todas respondieron que sí.
Los increíbles vestuarios de la serie
Una cosa que distingue a Desenfrenadas es cómo cada personaje tiene un estilo súper definido, aunque se presten ropa entre ellas. Por es les pregunté si las ayudaba a entrar en personaje:
Lucía: El vestuario a mí me mega metía en personaje. Justo lo platicaba ayer, cómo la ropa te hace relacionarte de una cierta manera.
Coty: Y no es tanto que lo pienses, cuando tu sales a la calle con tus amigas no es como que digas “hoy quiero verme tal”, sino que tienes en tu clóset lo que tu escogiste, con lo que te sientes cómoda.
El vestuario de mi personaje está dirigido hacia un mood y quieras o no esta parte holgada de los pantalones, los chonchísimos tenis que yo odiaba (todo lo amaba pero los tenis no) , me daba esta parte de sentirme como ella.
Tessa: Son creaciones de Mariana Guerrero Dingler, pero siempre con la apertura de preguntarnos si nos sentíamos cómodas, si los sentíamos relacionados con el personaje.
Otras historias de mujeres en las pantallas
El elefante en la habitación era el target de la serie y cómo muchas narrativas mainstream de las mujeres mexicanas actuales se centran todavía en lo aspiracional.
Por eso les pregunté qué hace falta para que veamos más historias de chicas como Marcela. Para ellas, sí existen, pero pocas veces llegan a un público más allá de los festivales.
Lucía: La industria del cine tendría que abrir el porcentaje de películas mexicanas que se exhiben. Porque hay cineastas mexicanos que hablan de cosas muy interesantes, pero no se exhiben o muy poco.
Tessa: Los personajes femeninos, en México sobre todo, son los olvidados, nadie les suele hacer caso, pero sí existe una nueva generación de mujeres que quiere hacer hincapié en nuestras historias.
Coty: Pienso en Ángeles Cruz, que dirigió el cortometraje Arcángel, que cuenta una realidad de la comunidad indígena.
(Entre todas nos recomendaron también La camarista y Los adioses.)
Por qué da miedo la palabra “feminismo”
Finalmente, les pregunté si en México todavía da miedo «la palabra con F» y todas gritaron «¡sí!» al mismo tiempo.
Coty: Lo que nos da miedo como sociedad cuando se habla de feminismo es esa parte de que “el feminismo es igual que el machismo»
Y confrontar que estamos nosotras como mujeres y como movimiento, no solo cambiando nuestros propios estigmas y paradigmas sino que también estamos cambiando las cosas para los hombres. Hay hombres que no son feministas pero que sí se están cuestionando.
Tessa: El feminismo simplemente busca la equidad en todos los sectores. Y si lo dejas en esa simple definición, ¿quién no se llamaría feminista?
Lucía: ¡Pero hay mucha gente que sí osa decirlo! Como es una posición de poder de tantos años, es muy difícil ceder tus privilegios.
Y así, terminamos la sesión de fotos con las cuatro actrices de Desenfrenadas platicando y discutiendo sobre feminismo en nuestro país.
Así que aunque la serie no sea una perfecta representación de las mujeres mexicanas, sí acierta en una cosa:
Cuando estamos juntas y confrontamos nuestras ideas, solo nos hacemos más fuertes.