Ser usuaria del transporte público implica muchas cosas, desde seleccionar qué ropa llevarás para evitar miradas y tocamientos hasta ir todo el tiempo alerta, porque la violencia sexual es algo de todos los días.
En México, los vagones exclusivos para mujeres, menores y tercera edad son un recordatorio de que el acoso en el transporte público no ha podido eliminarse. De hecho, en 2018 el país ocupó el segundo lugar en un ranking internacional de ciudades con los sistemas de transporte más peligrosos para las mujeres, superando a Delhi y a Lima.
Traslados seguros y menos desagradables
El acoso en el transporte público es un problema global, por lo que algunos países ya han tomado iniciativas para combatirlo e intentar lograr que el espacio público sea más seguro para las mujeres.
Por ejemplo, el gobierno de Nueva Delhi anunció este mes que el transporte público será gratuito para las mujeres a partir de septiembre. La meta es que las mujeres se sientan seguras y hacer que su traslado al trabajo sea menos desagradable.
Con esta propuesta también se espera impulsar la participación de las mujeres en la fuerza laboral. Según cifras de 2011, solo 11% de las mujeres son económicamente activas en ese país, en parte debido a las largas distancias y al costo del transporte.
En México hay una opción similar, el Sistema de Movilidad M1 Atenea. Sus autobuses rosas recorren desde hace 11 años 52 rutas, que transportan a más de 10 millones de usuarias. Son gratis para mujeres embarazadas, personas de la tercera edad, con discapacidad y menores de 5 años.
México, pionero en división de vagones
En 1970, poco tiempo después de la inauguración del Metro de la Ciudad de México, las mujeres protestaron por la incomodidad de viajar tan apretadas, por lo que se les asignaron dos vagones exclusivos.
Esta medida fue pionera en el mundo y se aplicó por primera vez en las líneas 1 y 3. Fue hasta el año 2000 cuando se establecieron de forma oficial los dos primeros vagones de cada tren, para uso exclusivo de mujeres y menores de 12 años. En 2007 el programa “Acoso Cero”, incluyó un tercer vagón.
Antes de eso, en 2005, el metro de la ciudad de Tokio determinó seguir el modelo mexicano y destinó dos vagones exclusivos. Otros países como Brasil, Tailandia, Israel y Emiratos Árabes Unidos también emplean este sistema.
Se necesita más para combatir el acoso en el transporte público
También existen otro tipo de iniciativas. De acuerdo con El Universal, en París las pasajeras pueden bajar del transporte en cualquier momento y en cualquier punto, sin importar que no sea una parada. Esta medida existe también en algunas ciudades canadienses.
En Perú hay multa con entre 197 y 750 soles (57 y 220 dólares) para “manifestaciones de índole inmoral, que causen agravio a cualquier persona a través de palabras soeces, alusión sexual y gestos”.
En Bangladesh desarrollaron la aplicación Protibadi, que activa una alarma, envía mensajes instantáneos a contactos de emergencia y recaba datos que se usan para trazar un mapa interactivo de acoso callejero en la ciudad.
¿Notas que falta algo? Entre esta gran variedad de opciones no aparece algo fundamental: la reeducación y concientización con respecto al acoso y la violencia. Sin esto, las medidas que se implementen serán solo un parche que no podrá tapar la misoginia ni el sexismo.