20 señales inequívocas de que te estás convirtiendo en tu mamá

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Desde la pubertad, mi mamá ha aprovechado un sinfín de ocasiones para repetirme la frase: “Como te ves me vi, como me ves te verás”, y aunque en un principio me pareció algo sacado de un cuento de ciencia ficción, conforme avanzaron los años fui descubriendo que es algo más apegado al género documental, pues tarde o temprano, todas terminamos por replicar características de nuestras mamás. Llámese virtudes, mañas e incluso defectos.

Si aún no sabes qué tan cerca estás de convertirte en tu madre, aquí te dejamos una simple guía para saberlo.

  1. Entiendes el valor de los tuppers y la importancia de conservarlos con su respectiva tapa. Incluso tienes tus favoritos.

  2. Te asustas cuando suben los precios del supermercado y monitoreas religiosamente el del kilo de aguacate cada semana.

  3. Ya tienes a tu marchante “de confianza” en el mercado o tienda cerca de tu casa.

  4. Te asusta ver cómo la gente más joven que tú se comporta en las fiestas. Ah, pero tú hace unos años…

  5. Ya hiciste tu primera compra a meses sin intereses.

  6. No sabes por qué, pero ahora lloras con las películas románticas… y en las dramáticas… y en las de realismo mágico también.

  7. Te emocionan las ofertas y utilizas expresiones como “es una ganga” o “está regalado”.

  8. Eres generosa y compartes con tus amigas la oferta antes mencionada “Amigas, en Costco están vendiendo un juego de 3 pyrex en $400 pesos, ¡es una ganga!”.

  9. Sabes lo que es un pyrex.

10. Le has preguntado a alguien más joven que tú cómo usar una nueva app (ejem… Snapchat).

  1. Te sorprendes diciéndole a tu pareja “¿Ya llevas tu cepillo de dientes?” o “¿Guardaste tus calcetines?” cada vez que salen de viaje.

12. Te parece una excelente idea cambiar los puntos de tu tarjeta de crédito por una batería de cocina.

  1. Estás en una mutualista o «tanda» con tus amigas.

14. Le das los buenos días y las buenas noches a tus grupos de Whatsapp con alguna imagen «chistosa» que te llegó en una cadena.

  1. Una canasta con vino, carnes frías, galletas, encurtidos y nueces te parece una maravillosa opción para darle a alguien como regalo.

16. Has comenzado a abusar de los diminutivos. “Hagamos una cenita el viernes, yo llevo un vinito”.

  1. Cuando ves al hermano/a menor de tus amigas dices como “Ayyy, ¡estás enorme! Me acuerdo de ti cuando estabas chiquitito/a”.
  2. Has usado las frases «Ponte un suéter» y «Te lo dije» en un mismo día.

19. Te sorprendes con los juguetes de los niños de hoy en día y dices algo como «En mi época yo salía a jugar a la calle, nada de tablets».

  1. Ya empezaste a hacer eso que hace tu mamá cuando le cambia el nombre a la gente. Por ejemplo, a tu hermana la llamas por el nombre de tu prima, a tu prima por el de tu tía, y así hasta el infinito.

Si te identificaste con al menos 10 puntos, ¡felicidades! Tu metamorfosis de doña ha comenzado.

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