Sobre el machismo en universidades, profesores misóginos y otras cosas que deben terminarse

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Hemos aguantado durante décadas el machismo en las universidades y a los profesores que lo fomentan, pero vivir esta violencia en las aulas es inaceptable. ¡No más silencio!

Durante mi corta vida de estudiante me he enfrentado a una larga cantidad de maestros; algunos abusivos, otros simplemente indiferentes o insensibles hacia cuestiones de género y muchos de ellos bromistas. (Sí, de esos que hacen comentarios ofensivos para hacer enojar a la feminista del salón. O sea, a mí.)

Lo que tienen en común es que, intencionalmente o no, se dirigen a nosotras, sus alumnas, con un vocabulario machista o una postura que invisibiliza nuestra existencia al usar pronombres únicamente masculinos.

Las mujeres, las personas no binarias y otras disidencias ya no queremos más de esto. Queremos que las aulas también sean un lugar para nosotres y nos comprometemos a señalar estas acciones. 

La violencia machista, presente en todas partes

En la secundaria y bachillerato no recibimos suficiente información con perspectiva de género. Al contrario, recibimos una educación y tratos que replican roles y estereotipos nocivos. 

No acaba en estos niveles educativos, en la universidad se refuerza este sentir de “autoridad” y estas “autoridades” en muchas ocasiones abusan de su poder al emitir comentarios recurrentes sobre nuestro físico y cuestionando nuestro papel como mujeres.

Es importante destacar el hecho de que las agresiones físicas, según la ENDIREH (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016), son menos comunes que la violencia sexual, como lo es la humillación y exclusión “por ser mujeres”. 

También, según la ENDIREH y ECOPRED, estas violencias no sólo ocurren dentro de las escuelas, sino a sus alrededores. En casos de acoso, aproximadamente un 46% ocurrió cerca de la escuela. Incluso con la llegada de las clases virtuales, el acoso sigue presente.

Testimonios de machismo en universidades

Le preguntamos a diferentes mujeres qué han vivido en sus universidades. Esto fue lo que nos contaron.

Pedagogía: “Sus intenciones siempre fueron el incomodarnos y hacernos sentir pequeñas”

Estudié pedagogía, una carrera en la que la mayoría éramos mujeres. Uno de los profesores de la carrera tenía una actitud muy encimosa hacia nosotras.

Cada vez que pasábamos a exponer se paraba, nos interrumpía y quería abrazarnos, específicamente en el área del cuello porque él es muy alto. Era obvio que su intención era incomodarnos y hacernos sentir pequeñas con su mansplaning

Una vez, mientras hablábamos la educación en los medios de comunicación nos interrumpió para decir que estaba bien que las mujeres salieran en los comerciales de comida casi desnudas porque para eso servíamos, para ser chupadas y mordidas. Algunas chicas comenzaron a reírse.

Mis amigas y yo intentamos meter un oficio en la secretaría de nuestra carrera y nunca procedió, nos pusieron muchos obstáculos y dijeron que probablemente él nos bajaría la calificación y tendríamos problemas. Lo evité a toda costa. Aún sigue dando clases y es uno de los profesores más reconocidos en la carrera.

Diseño: “Solo por regalarle un chocolate me empezó a acosar”

Yo tuve un profe que solo por regalarle un chocolate me empezó a acosar y abrazar. Me decía que le gustaba y que qué bonita. Yo le regalaba chocolates a todos. 

Gestión del Arte: “Decía que no hay mujeres artistas” 

Un maestro decía que no podíamos juzgar como misógina a personajes históricos porque en ese momento no se hablaba de misoginia. 

También decía que no hay mujeres artistas porque no son buenas, que supuestamente ya estamos en las mismas condiciones.

Comunicación: “Hizo la finta de que me daba dos puñetazos en la cara”

No fue un profe, pero nunca se me va a olvidar una vez que me pidieron conducir un evento y un señor que era amigo del organizador a fuerzas quería recitar. Yo me tenía que poner de acuerdo con él para acomodar su participación. 

El punto es que todos le decían «El biólogo», pero yo me referí a él como señor, usando sus apellidos. Se molestó e hizo la finta de que me daba dos puñetazos en la cara, según él de broma, pero se escuchó su molestia en todo momento. Dijo algo como «para que aprendas a hablar bien, muchachita». 

Artes Cinematográficas: “Un profe hizo una sesión de desnudes y eran puras chavas”

Teníamos un profe de foto que en una ocasión hizo una sesión de “desnudes” y eran puras chavas y un solo hombre de modelos. En varias ocasiones nos dijo que nunca podíamos tocar a quienes modelaban, pero él llegó y le tocaba todo el abdomen a las morras, mientras que al hombre lo mandó a tapar porque no quería ver sus genitales. Al final, revisando las fotos, empezó a hacer comentarios sobre la vulva y los senos de las chicas modelos.

Derecho: “Puso como ejemplo explicando la propiedad privada a las mujeres”

Una amiga me contó que su profesor puso como ejemplo explicando a la propiedad privada A LAS MUJERES. 

Un maestro dijo en el primer día que las mujeres mejor estudiamos alta cocina y repostería porque nunca íbamos a poder ser abogadas.

Ingeniería Civil: «Los mismos profesores se burlan de las acusaciones»

Me acuerdo de hace dos años por el 8M hicieron un tendedero de denuncias y los mismos profesores se burlaban de sus acusaciones, incluso en el grupo de Facebook Ingenieros UNAM se empezaron a organizar para hacer un ataque a las compañeras y según recuerdo decían que «iban a partirles su madre» a las feministas e incluso se repartieron folletos. La Facultad supuestamente investigó pero yo nunca vi que resultara una suspensión de alguien ni que llevaran el caso al Tribunal Universitario.

¿Cómo podemos evidenciar estos comportamientos?

Sabemos que el proceso de alzar la voz y denunciar puede ser muy intimidante. No es fácil admitir haber sido parte de este pacto patriarcal y mostrar esperanzas de que tal vez las cosas cambien. 

Como se menciona en la Investigación de Discriminación y Violencias en las Universidades de COPRED, cuando las mujeres le cuentan a las personas sobre la violencia que están viviendo, el 21.5% lo hacen a maestros o directores de las escuelas. Y, si bien la mayoría de la violencia no se denuncia, cuando las mujeres sí lo hacen, en la gran mayoría de los casos —el 90%— lo hacen ante las autoridades escolares. 

Por esta razón, las instituciones deberían de contar con mecanismos adecuados para responder a la violencia. Lamentablemente, no es así. 

Porque también es cierto, muchos de estos profesores son intocables o las autoridades nos tachan como exageradas. Pero no lo somos. 

La semana pasada, algunos de estos profesores se hicieron virales y otros por fin vieron consecuencias por sus palabras y sus actos. Pero con esto no basta, se necesitan acciones proactivas en los planteles educativos para asegurar que todas las personas sean respetadas.  

Habla con tus amigas y compañeras que sepas que puedan ayudarte a identificar estas actitudes y puedan ofrecerte alguna posible solución. A veces solo necesitamos una plática entre nosotras para sentirnos protegidas.

Y finalmente, advierte a las mujeres más jóvenes, crea lazos entre estudiantes para pasar información. 

No más silencio

Es inaceptable que a pesar de tener acceso a la educación, tenemos que reclamar por hacer de estos espacios seguros para nosotras. 

Necesitamos que se nos escuche, que se nos incluya en la toma de decisiones y que no continúen justificando su machismo. 

Su machismo nos violenta, pero ya no tendrán nuestro silencio. 

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