Los días después de la marcha feminista del 8 de marzo han sido intensos. En su columna, Dersdepanian reflexiona sobre lo que significó para ella.
El 8 de marzo, en todo el país vivimos la emoción de unirnos para protestar contra la misoginia. Fue un día intenso en el que, además de tomar de la mano a las que se nos unieron, también pensamos en las que ya no están.
En el regreso de su columna, Dersdepanian nos cuenta cómo se ha sentido estos días y por qué salir a la calle, aunque es cansado, puede ser una manera de recuperar las fuerzas.