Sabemos que la decisión de transicionar a un estilo de vida vegano en el que no solo tu alimentación cambiará drásticamente, sino que todos tus hábitos de consumo se modifican, puede plantear desafíos a nivel personal y en tu socialización, pues las dinámicas familiares, de pareja o con amistades implicarán ciertos ajustes.
El veganismo, amix, busca evitar de todas las formas posibles el consumo relacionado con la explotación y crueldad hacia los animales. Es decir, desde lo que vestimos, usamos en nuestro cuidado personal y claro, nuestra alimentación.
A partir de estos cambios, uno de los retos más comunes a los que se enfrentan las personas es el impacto en sus dinámicas de socialización. Por ello, tanto en Malvestida como en GenV buscamos acercarnos a quienes tomaron la decisión de practicar el veganismo y tener una alimentación basada en plantas, para saber cuáles son los principales retos a los que se han enfrentado y qué trucos han aprendido en el camino.
Te presentamos las entrevistas que tuvimos con Marisol de la Torre, Poly Serna, Scarlett Ibarra y Andrea González, todas ellas con diferentes profesiones y de distintas regiones de México unidas por un objetivo común: adoptar el veganismo.
Reto 1: ¿Mis razones para transicionar al veganismo son válidas?
El primer y gran paso para este estilo de vida es tomar la decisión y comenzar la transición hacia una alimentación vegana y los motivos pueden ser variados con causas igual de válidas.
¿Qué motivos son los más comunes? En algunas ocasiones, la salud juega un papel decisivo para dar el paso, en otros casos el compromiso con el medio ambiente, ya que dejar fuera de nuestro consumo a los animales puede reducir nuestra huella de carbono, así como el amor por todos los seres vivos, son algunos de los motivos principales. Otras veces incluso pueden ser más profundos y espirituales.
Entre nuestras entrevistadas, Scarlett Ibarra y Marisol de la Torre iniciaron con este estilo de vida por motivos de salud.
«Desde muy chica una de mis preguntas más comunes era ‘¿por qué comemos animales?’ pero hace unos años tuve una cirugía de la vesícula y tuve que dejar la carne por un tiempo y cuando volví a comerla me sentía muy rara, así que decidí cambiar mi manera de comer», nos cuenta Marisol, originaria de Guadalajara, Jalisco y quien tiene un año y medio siendo vegana.
«Por razones de salud, mi mamá y yo iniciamos la transición al mismo tiempo, a ambas nos llegó la información sobre ser veganas y como nos gusta mucho cocinar decidimos experimentar», relata Scarlett, quien tiene seis años siendo completamente vegana y se dedica a ser chef privada de alimentación basada en plantas. Además, tiene un proyecto de restaurante nómada llamado Muchas Vidas en Mérida, Yucatán.
Por otra parte, además del amor por los animales, Andrea González y Poly Serna fueron motivadas por el impacto que la producción de alimentos de origen animal tiene en el medio ambiente.
«Aunque comencé por el amor a los animales, conocer las dinámicas de la industria cárnica me dejó claro que quería ayudar a la problemática ambiental cambiando mi estilo de vida»
Poly
“Darme cuenta del impacto, saber que el 60% aproximadamente de lo que se produce en la agricultura es para alimentar a los animales de ganadería industrial, que esto implica devastación de entornos naturales para establecer campos agrícolas, el consumo de recursos y la contaminación que contribuye al cambio climático me llevó a repensar si quería tener un pedazo de carne en mi plato”, agrega Andrea quien es ingeniera ambiental pero actualmente tiene un restaurante vegano en San Luis Potosí llamado Vegandra.
En todos los casos, nuestras entrevistadas nos comentan que la información fue fundamental para dar un paso en el que si bien la alimentación vegana juega un papel principal, la causa tiene un bien aún mayor.
Reto 2: Tomé la decisión. ¿Cómo hago que otras personas empaticen y respeten mi estilo de vida vegano?
Una vez que tomas una decisión así, sabemos que es muy necesario contar con una red que pueda comprender por qué das este paso en tus hábitos de consumo y alimentación vegana.
La mayoría de nuestras entrevistadas recibió muchos cuestionamientos al tomar la decisión de cambiar su estilo de alimentación. Entre ellos algunos mitos comunes sobre el veganismo, así como cierto recelo a que la tradición de convivir en familia o pareja se pudiera vulnerar.
¿Qué hacer para que respeten y empaticen con tu decisión? Algunas soluciones que las entrevistadas nos comparten son:
- Primero que nada, sé muuuuy paciente tanto con tus seres queridxs como contigo, todo proceso nuevo cuesta trabajo al principio.
- Comparte tus motivos. Si te encuentras en un espacio seguro y lo consideras necesario, hablar sobre tus razones para cambiar tu alimentación podría servir para que empaticen quienes conviven contigo.
- Combatir los mitos en torno a la alimentación vegana es más fácil cuando les acercas información verificada que dé claridad a las dudas más comunes.
Reto 3: ¿Cómo hago sostenible mi alimentación vegana si en casa no son vegan?
Sabemos que cambiar hábitos de consumo puede ser mil veces más fácil si lo haces en comunidad, pero existen muchos casos en los que tu pareja, familia o las personas que viven contigo no están dispuestas a hacerlo.
Para Poly Serna, arquitecta y baterista que vive con su familia en Ensenada, Baja California, no todas las decisiones sobre qué comer dependen de ella y actualmente se encuentra haciendo acuerdos con su familia.
«Mientras estuve de intercambio pude llevar una alimentación vegana durante dos años. Sin embargo, cuando llegué otra vez a vivir con mi familia tuve que retroceder y nuevamente estoy en transición… Este año me puse de meta no comer ya nada de carne y mi familia lo ha ido aceptando. Mi mamá ya se acuerda. Por ejemplo, le pido que evitemos los lácteos y ya no los agrega en mi comida. O si hay alguna ocasión especial –como mi cumpleaños– vamos al único restaurante vegano que hay aquí. Así es como hemos logrado no dejar de convivir, porque al principio mi mamá me decía ‘no quiero que la comida nos separe’».
En el caso de Marisol, que su novio no es vegano, hubo un acuerdo previo que les facilitó el cambio. Ambos optan por preparar por separado sus alimentos y comer juntos. De igual forma, en sus finanzas acordaron que cada quién paga por los ingredientes que consuma.
Las entrevistadas nos comparten que es importante plantear acuerdos como:
- Dividir gastos, para que tú no te veas obligadx a aportar en productos de origen animal.
- Tener legumbres, vegetales e ingredientes de reserva o preparar algunos alimentos previamente para que a la hora de reunirse a comer nadie se sienta excluidx.
- Crear canales de comunicación efectivos y desde la empatía.
Reto 4: No encuentro qué comer cuando salgo… ¿Y en los viajes y fiestas?
Una vez que te acostumbras a una alimentación vegana en casa, entonces surge el reto de qué comer cuando estás fuera. Puede que parezca muy complejo encontrar lugares veganos o un punto en común cuando las personas con las que vas a convivir no tienen tu mismo estilo de vida.
«A veces es medio estresante cuando salgo con amigos que no son veganos y hay que buscar un lugar donde todos estemos cómodos, porque luego está el estigma de ‘¿Tú no puedes comer nada ahí, verdad?’. Entonces empecé a proponerles lugares veganos y me decían ‘Ay, no me imaginaba que sabía tan rica la comida’. Ha sido poco a poco tratar de quitar el estigma presentándoles lo que como», nos cuenta Marisol.
Sin embargo, sabemos que en muchas ciudades, tanto en México como en otros países, existe la posibilidad de que no haya restaurantes especializados o que en cafeterías no haya opciones de leche vegetal.
¿Qué soluciones nos sugieren?
- Si tienes oportunidad, investiga si el lugar cuenta con opciones basadas en plantas.
- En caso de que no tengas la certeza, una opción puede ser que comas algo antes de salir de casa o de tu hotel y lleves alguna botana contigo.
- Pide alguna entrada que no contenga productos de origen animal, como suele ser un guacamole o papas.
- Apela a la flexibilidad del restaurante para modificar algún platillo. Por ejemplo, pedir que no añadan queso o mayonesa a algún plato vegetariano.
- Acude a festivales o eventos vegan donde puedas hacer comunidad con personas a las que les resuene la misma forma de vivir.
- Si estás de viaje puedes descargar aplicaciones como Happy Cow o buscar apoyo en grupos de redes sociales donde te puedan orientar sobre la existencia de algún establecimiento vegano.
Reto 5: No quiero dejar mis tradiciones
En países como México, cada región tiene guisos muy populares y reconocidos para distintas temporadas al año, que muchas veces suelen tener algún ingrediente de origen animal, como pueden ser los chiles en nogada, el pan de muerto, etc. Sin embargo, hoy en día existen muchísimas recetas que le dan la vuelta y proponen alternativas veganas deliciosas.
En el caso de Scarlett y Andrea, que emprendieron proyectos gastronómicos en los que ofrecen alimentos típicos como las enchiladas potosinas o chilaquiles en versión vegana, relatan que es posible comer cosas que te gustan en una versión distinta.
“Hay muchos platillos y comidas que hemos desarrollado para que sepan muy ricos y que, poco a poco, incluso gente que no lleva un estilo de alimentación estrictamente vegana pueda consumirlos, porque le gusta el sabor”, explica Scarlett, quien ofrece en su proyecto Muchas Vidas diferentes opciones de brunch basado en plantas, que van de los hot-cakes hasta la birria.
Para Andrea, la cocina vegana cada vez toma mayor fuerza, pero aún falta mucho trabajo. “Con Vegandra me siento dentro de una ola de oferta cada vez más grande de restaurantes veganos, pero siento que en San Luis aún falta, porque si bien los platillos son los mismos –enchiladas potosinas, pizza o tacos al pastor– solo que sin carne, a muchas personas aún les cuesta trabajo comprender este estilo de vida”, dice Andrea.
¿Qué soluciones nos recomiendan?
- Busca todas las recetas veganas posibles, la creatividad no tiene límites.
- Prueba con distintos sustitutos para los platillos que más te gustan hasta que la preparación te convenza.
- Si te es posible, visita restaurantes veganos para ver cómo recrean platillos e inspirarte.
Por último, recuerda que cada quien vive distinto este proceso y que el veganismo puede ser un movimiento accesible y con perspectiva de clase.
“Desde mi punto de vista, me ha dado paz no buscar cambiar la mente de las personas sino hacer lo mío, hacer lo propio y seguir con los cambios que estoy haciendo. Lo que estoy haciendo por mí y por el planeta es lo que me toca vivir. Me da mucha paz y me quita la necesidad de pelear con la gente, a menos que estés involucrado en una causa un poco más específica”, dice Marisol.
Amix te recordamos que en el sitio web de Gen V existen desafíos acordes a tus motivaciones para que, ya sea en un periodo de 7 o 30 días, intentes una alimentación a base de plantas y veas cómo te sientes.
Si está en tus planes, ¡anímate! Y sobre todo, sé amable contigo en este nuevo proceso.