En colaboración con Cuenca, platicamos con personas que se lanzaron a emprender en pandemia. Nos contaron cómo fue que decidieron moverse en un momento en el que el mundo paró y algunos consejos para ver lo positivo en una crisis.
A inicios de 2020 no nos hubiéramos podido imaginar lo que nos esperaba este año. Una pandemia global y con ella retos no solo de salud sino sociales y económicos.
Pero como siempre pasa, en este contexto surgieron también muy buenas ideas. Ideas de espacios para aprender, para generar comunidad y para consentirnos con alimentos deliciosos.
Junto con Cuenca, una Fintech que creó una cuenta súper fácil de usar gracias a la tecnología, platicamos con personas que se decidieron a emprender en pandemia, un momento de mucha incertidumbre.
Cuenca justo surgió para ayudar a las personas a tener un acceso más amplio a servicios financieros. Puedes abrir tu cuenta descargando la app (en Google Play o la App Store) con solo tu INE, pasaporte mexicano o matrícula consular.
Al darte de alta tendrás una tarjeta virtual y también puedes solicitar una tarjeta física, las dos de Visa. La tarjeta edición especial creada por la artista Carla Escareño está bellísima.
Lo fácil que es obtener esta cuenta es importante porque históricamente, las mujeres hemos tenido menos acceso a servicios financieros. Eso, entre otras cosas, nos impide emprender y tener control de nuestras finanzas, así que opciones como estas son muy importantes para cerrar esa brecha.
Proyecto: Mujeres Incendiarias
Regina Gómez Iturribarria inició la cuenta de Instagram Mujeres Incendiarias porque le interesaba compartir sus ideas, reflexiones y conocimientos acerca del feminismo en Latinoamérica.
La cuenta creció muy rápido y ella comenzó a dar talleres sobre algunos de los temas que causaban más interés. Su amiga Irene Pedrós Bretos, española viviendo en México, tomó uno de estos cursos y le vio muchísimo potencial al proyecto. Juntas, pensaron en cómo tener un lugar físico para seguir compartiendo conocimientos.
“Al principio sólo teníamos la idea de los talleres, pero empezando a platicar se nos ocurrió buscar otros proyectos de mujeres para tenerlos a la venta en la tienda. Podríamos vender ilustraciones, ropa, cosmética natural, libros escritos por mujeres y demás”, dice Regina.
Aunque la pandemia les presentó muchos retos, también fue un momento en el que muchas chicas tuvieron el tiempo y el interés de aprender sobre feminismos y encontrarse para platicar sus ideas. Por eso, cuando abrieron la tienda, a finales de septiembre, su comunidad de Instagram estaba lista para apoyarlas.
“Siento que dentro de las crisis también se crean oportunidades, porque de hecho, cuando estábamos buscando el local, pude ver que había muchos que les bajaron la renta».
«Cuando encontré el espacio fue muy mágico. Llevaba mucho tiempo en renta, pero cuando lo vi en persona dije ‘es este’», nos explicó Regina.
Para ella, en tiempos de incertidumbre lo mejor es fijarnos en las oportunidades que tenemos enfrente y apoyarnos en una red de personas que crean en nosotras.
Irene está de acuerdo: “No te dejes llevar por la gente que solo da comentarios negativos, tú concéntrate en seguir tu proyecto”.
Proyecto: Cuarentena Baking
A inicios de la pandemia, era casi un cliché ponerse a hornear. Pero eso fue lo que hicieron Andrea Ferrero, peruana, y David Ayala-Alfonso, colombiano, en su departamento en CDMX.
Su trabajo como artistas estaba en pausa, así que ellos sacaron toda su creatividad en la cocina. De las hermosas fotos que subían a redes sociales surgió un negocio llamado Cuarentena Baking.
“Al inicio no nos dieron nervios porque no teníamos intención de emprender (…) Ahora es cuando nos da nervio porque ya es más real. Lo tomamos más en serio y queremos seguir creciendo, ser más formales”, nos cuentan.
También dicen que lo más cool de animarse a emprender en pandemia con Cuarentena Baking es que han desarrollado relaciones cercanas con sus clientes.
“Si alguno tiene un mal día o alguna cosa que nos quiere contar lo hace y nosotros le mandamos algo, o si les pasa algo bueno también nos lo cuentan. No se siente como una empresa súper seria donde tenga que ser todo muy frío, sino que ellos entienden que hacemos algo muy casero y con amor”, explican.
Tanto así, que algunas personas de su comunidad se convirtieron en repartidores o empleados al quedarse sin empleo.
Andrea y David creen que esa comunicación transparente es clave de su éxito y lo que recomiendan a personas que quieran emprender es dedicarle el 100% al proyecto.
Proyecto: Súper Cope
De la pandemia también han salido numerosos proyectos que se centran en la comunidad, en el apoyo mutuo, en dejar atrás modelos económicos y sociales que ya no estaban funcionando.
Eso es lo que pasó con Súper Cope, una cooperativa en la que puedes encontrar vegetales frescos, productos envasados, vino natural y muchísimos más productos alimenticios. Del productor al local en la colonia Juárez (CDMX), sin intermediarios. Y todas las personas que participan son dueñas a partes iguales del proyecto.
Norma Listman, quien tuvo la idea de crear este espacio, es emprendedora y cocinera del restaurante Masala y Maíz. Cuando se dio cuenta de que muchos proveedores se estaban quedando sin espacios para sus productos, surgió Súper Cope.
“Lo que más me ha sorprendido de emprender en pandemia es cómo hemos podido trabajar como equipo de una manera diferente. Mis restaurantes funcionan en un modelo tradicional, que es un modelo capitalista. Súper Cope es justo nuestra respuesta a esta crisis que hizo evidentes las inequidades del capitalismo, específicamente en la industria gastronómica”, nos dice Norma.
Para ella, la clave del emprendimiento en tiempo de crisis es hacer preguntas a personas expertas y pensar en maneras distintas de crear: “Creo que los nervios son muy sanos, pues nos hacen ser más críticos de nuestros proyectos”.
El trabajo de estas mujeres para generar espacios que se necesitan en su comunidad nos inspira muchísimo (y también nos da un poco de hambre).
Si te animas a poner en el mundo ese proyecto con el que sueñas (o si solo quieres tener mayor control sobre tus finanzas) recuerda que abrir una cuenta en Cuenca es súper fácil.
Cuenca no se parece a ningún banco serio y frío con el que hayas tratado, pues las personas que conforman el proyecto viven y entienden tus necesidades, además de que siempre andan contagiando buena vibra. Prueba de ello es que recientemente lanzaron un video muy divertido en el que pusieron a su equipo a bailar con todo y coreografía.
¡Síguele los moves a Cuenca!