Quien crea que el feminismo ya no es necesario –o que es algo que solamente afecta a los países de tercer mundo– necesita darle una leída urgente a la reciente publicación de The Times, Women in Tech Reveal Culture Of Harassment, que pone en evidencia el acoso sexual al que se enfrentan las mujeres en empresas de Silicon Valley.
Las denuncias de poco más de 26 mujeres salieron a la luz después de que en días recientes el sitio The Information diera a conocer cómo varias mujeres emprendedoras fueron víctimas de acoso por parte del inversionista de riesgo Justin Caldbeck, de Binary Capital, “al buscar “financiamiento o consejo para tratar de comenzar sus empresas”.
Lisa Curtis, de la startup de comida Kuli Kuli; Wendy Dent, 43, de la empresa Cinemmerse y Rachel Renock, de la plataforma de outsourcing Wethos son algunas de las mujeres que relataron a The Times las experiencias misóginas de las que fueron víctimas en el proceso de querer consolidar sus proyectos profesionales: toqueteos y propuestas inapropiadas, comentarios misóginos sobre su capacidad y apariencia y mensajes lascivos, como el que puso en evidencia la empresaria Sarah Kunst, quien durante un proceso de reclutamiento en la empresa 500 Startups recibió un mensaje de uno de los fundadores diciendo: “Me sentía muy confundido tratando de descifrar si quería contratarte o ligarte”.
Desafortunadamente muchas de las mujeres que viven esas experiencias se sienten obligadas a quedarse calladas por miedo a perder una oportunidad de empleo, inversión o inclusive ser tachadas dentro de una industria predominantemente masculina. “La mayoría de los capitalistas de riesgo y empresarios son hombres, con las empresarias mujeres habiendo recibido el año pasado $1.5 mil millones en financiamiento en comparación con los $58.2 mil millones de dólares para los hombres”, explica el artículo de The New York Times.
Dicha desigualdad no es una novedad. “La industria de la tecnología ha sufrido durante mucho tiempo un desequilibrio de género, con empresas como Google y Facebook reconociendo que muy pocas mujeres se encuentran dentro de sus filas”. Sin embargo, el hecho de que estos temas comiencen a salir a la luz ayuda a generar conciencia y crear un cambio en la cultura corporativa. «A menudo las cosas cambian cuando hay una revelación pública… En el caso del Sr. Caldbeck, y Binary, tanto el inversionista como la empresa han pedido una disculpa».
Aunque no cabe duda de que aún quedan muchos retos por superar en la búsqueda de una equidad laboral, es precisamente haciendo visibles los problemas que es posible encontrar una solución.