FOGO: ¿Será que ya nunca vamos a querer salir?

Del FOMO pasamos al FOGO o miedo a salir… esta pandemia cambió la forma en la que vivimos y nuestras prioridades, pero no está cool tenerle miedo al mundo exterior.

Cuando nos encerramos, a mediados de marzo, jamás pensé que solo iba a salir de mi casa un máximo de una vez al mes. Me imaginé yendo a caminar al parque cercano a mi casa cuando pudiera o saliendo a tomar aire fresco a diario.

La verdad es que no ha pasado. Las calles parecen llenas de gente con los cubrebocas mal puestos. Cada posible salida la veo en una balanza y al final acabo decidiendo quedarme en casa. 

Y sí, tenemos que evitar las salidas para así no ponernos en riesgo ni arriesgamos a las personas más vulnerables. Pero no sé si los semáforos de colores me convencerán de que en algún momento ya se podrá salir.

FOGO es el nuevo FOMO

Así es como surge el FOGO o Fear of Going Out, para sustituir a los viejos tiempos de FOMO (Fear of Missing Out). O sea: antes nos daba nervio perdernos alguna experiencia increíble, ahora ninguna experiencia parece valer la pena si sucede fuera de nuestras casas.

En un artículo de Forbes, la columnista Jodie Cooks sugiere que este tiempo de encierro le ha servido a muchas personas para descansar del ritmo frenético de la vida y que nos puede servir para replantear nuestras prioridades.

Y sí, yo por ejemplo no extrañaré nada la idea de tener que saludar de beso a cada persona que llega a una fiesta. También que es súper válido si decido no hacer nada en lugar de socializar.

Sin embargo, hay que tener cuidado de no caer en una ansiedad que sí puede ser debilitante y afectarnos.  

Cuándo sí puede ser un problema el quedarse en casa

La psicóloga Rosann Capanna-Hodge le dijo a un medio local neoyorkino que este miedo  puede suceder incluso en personas que nunca han sentido ansiedad y que, en países donde ya ha comenzado la desescalada, continúan aisladas porque solo pensar salir les provoca síntomas físicos y psicológicos.

Ella sugiere encontrar una actividad sencilla y empezar con eso, aunque sea solo una vuelta a la cuadra.

En España, los especialistas en la salud mental también han identificado a pacientes con Síndrome de la Cabaña, que puede venir con taquicardia, sudoración y otros síntomas de miedo. No es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas que pueden manejarse y superarse poco a poco.

Quizá en México todavía falta para que toda la población tenga el problema de tener que reincorporarnos a la vida, pero sí hay personas que tienen que salir por trabajo u otras razones importantes. 

Así que hay que recordar que una cosa es sentirnos súper felices y cómodas con nuestra nuevo ritmo de vida en el que jamás se nos juntan 3 fiestas el mismo fin de semana (aunque quizá sí algunas citas de Zoom) pero si sentimos que la ansiedad nos domina, se vale buscar ayuda profesional.

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