Sin género binario o por qué ya se está comenzando a educar con equidad

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Foto. Bess Hamiti

Cuando un bebé aún no llega a este mundo, los amigos y familiares ya quieren saber si será niña o niño —incluso, esto llega a ser prioritario al preguntar si su salud está bien— y desde entonces le ponemos dentro de una de las dos casillas que hemos creado para entender el género.

En nuestra sociedad, el género no es algo que uno escoja, es algo que eligen por uno. Por consiguiente, como parte de la cultura hemos credo estereotipos respecto a ello, y que desde temprana edad les enseñamos a los niños sobre qué deben hacer, cómo deben vestir, cómo deben comportarse y hasta con qué juguetes divertirse conforme a si son del sexo masculino o femenino.

A primera vista, estas expectativas pueden parecer inocentes, pero hay a quienes nos surge la duda de ¿qué se le enseña a los hijos al educarlos con clichés binarios de rosa y azul? La respuesta sencilla es que estamos fomentando una separación de género que a la larga les dirá cómo deben ser (sin que ellos así lo decidan). Pero mejor buscamos las respuestas que da la ciencia.

Los estereotipos de género

De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Madrid, los estereotipos de género se definen entre los 3 y 5 años de edad, cuando los pequeños aún no son conscientes de que el hecho de ser niña o niño será algo estable a lo largo de la vida.

El estudio señala que estos comportamientos determinan las características que definen a ambos géneros y comienzan a formar prejuicios sobre las otras personas; en esta etapa, todo lo aprenden de los adultos que les rodean y entonces así se comportan.

Y es aquí cuando llega el bombardeo de información, en el que se supone que a las niñas les gusta el rosa, que quieren ser princesas, son sensibles y delicadas; mientras que a los niños les imponen que les guste el azul, los autos, y deben de ser fuertes y no llorar.  Como adultos, los ponemos en un sistema de expectativas y les demandamos que vivan a su altura para ser considerados chicos y chicas… y cuando no consiguen hacerlo incluso se les corrige.

La conferencia de TEDx North Central College titulada «Pink and Blue: Communicating Gender to Children» explica cómo desde el principio los padres establecen uno de los dos caminos para sus hijos, uno u otro cuando se trata de ropa, juguetes o acciones. Es decir, se usa el género como un modo de construir su realidad, cuando no es necesario.

Cómo transmitimos el género

Con la comunicación trasmitimos a los niños lo que es apropiado: lenguaje, acciones, ropa, es ahí donde creamos un mensaje simbólico de lo que significa ser hombre o mujer. Nuestra comunicación lo produce y el refuerzo de ese mensaje lo mantiene.

Desde que nacen, con la ropa empieza ese mensaje de género a los niños. Por medio de un experimento sicológico (puedes ver el video aquí abajo) se muestra cómo se trata a los bebés en función de si son niños o niñas.

Esta prueba se realizo con dos bebés a los que vistieron del género contrario con el que se les identifica normalmente, y le pidieron a varios adultos que les hablaran e interactuaran con ellos. Es curioso ver cómo las palabras y acciones cambian respecto al género que establecieron al mismo bebé ¡por su ropa!

Actualmente, poco a poco se ha buscado romper con esta dicotomía de género, en la cual la sociedad está siendo más consciente de este hecho y ya hay quienes están educando a sus hijos de forma igualitaria, una manera que no sea definida por gustos, acciones, ropa o colores, sino algo neutral.

Marcas a favor de la igualdad

Siguiendo esta corriente, algunas marcas han hecho consiente la diversidad que existe en cuanto al género, siendo algo que —se ha demostrado— ya no es necesario encasillar y han decidido sumarse a esta nueva y más positiva forma en que los padres están educando a sus hijos, en donde ya no les dicen a los niños qué deberían hacer y cómo deberían ser según su género de nacimiento, sino como simples seres humanos.

Un ejemplo es lo que se hizo recientemente John Lewis, una tienda del Reino Unido donde dejaron de separar la ropa de niños y niñas. Ahora, las prendas se venden en un solo departamento sin clasificación, con lo que propone que no siga existiendo esta brecha de género.

«No queremos reforzar los estereotipos de género en nuestras colecciones. Queremos ofrecer una mayor variedad a nuestros clientes, para que puedan elegir lo que les gustaría vestir», declaró Caroline Bettis directora de ropa infantil de John Lewis.

No obstante, esta clasificación solo está en las tiendas físicas. Visitamos su sitio web y ahí la ropa todavía está separada por niño y niña.

Otra marca que también se ha sumado es la tienda Magasin U, de Francia, la cual realizó una campaña para su catalogo de juguetes de Navidad, esta pretendió romper con los estereotipos en beneficio de que no existan etiquetas de género en los juguetes.

¿El fin de los estereotipos sexistas?

Educar a las generaciones futuras siempre ha sido una gran responsabilidad, solo que ahora, algunos padres buscan dejarles una mejor imagen del mundo, más inclusiva, con igualdad, y en la que los clichés de género no definan y limiten a los niños.

El mensaje que dejan estas campañas es ¿por qué no enseñar a los niños que no importa el género? Si el mundo se está abriendo a este cambio, tal vez nosotros también podemos/debemos sumarnos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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