Su vida fue tan única que hasta su muerte fue atípica: falleció en un taxi en la Ciudad de México. Tina Modotti nació en Italia el 16 de agosto de 1896, pero se convirtió en una de las fotógrafas más celebres que han retratado a nuestra tierra y también en una revolucionaria que vino a México a mover fibras muy sensibles en la sociedad.
Sobre la vida de esta fotógrafa, actriz y luchadora social recaen muchas historias —algunas que rayan en la ficción— que tocan a los artistas del siglo XX más influyentes como Diego Rivera, Manuel Álvarez Bravo, Antonieta Rivas Mercado, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Frida Kahlo.
Para los mexicanos, Tina fue una mujer muy atractiva —en todo el sentido de la palabra—que llegó con ideas de avanzada a un país que estaba fraguando un movimiento artístico-político-social no antes visto.
A los 17 años, Tina emigró a San Francisco para trabajar ahí y dos años más tarde, tras casarse con el poeta Roubaix de L’Abrie Richey, se fue a Hollywood para trabajar como actriz. Su esposo, apodado «Robo» viajó a México y desde aquí le contó maravillas del país, por lo que ella se interesó en nuestra cultura.
Fue modelo del fotógrafo Edward Weston, pero su inquietud por la fotografía la hizo pasarse del otro lado de la lente, ahí comenzó una de sus grandes pasiones.
La revolución de Tina
A México llegó en 1923 y pronto logró colocarse entre ese círculo dorado de artistas, algo que la impulsó también a unirse al Partido Comunista Mexicano y ser una activista revolucionaria, ¡oh sí! Junto con Weston, fue mentora del famoso fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo.
Ella hizo algo hasta entonces poco visto en la fotografía mexicana: se dedicó a retratar a los grupos sociales más vulnerables de nuestro país, la miseria y la injusticia. Esta tarea la llevó a ser editora y fotógrafa de la revista Mexican Folkways y el periódico El Machete. Por eso, es considerada precursora del fotoperiodismo crítico en México. ¡Tomen eso hombres!
Artistas de los más chingones como Diego Rivera y José Clemente Orozco le delegaron la tarea de fotografiar sus obras muralísticas y así documentar parte de la historia de este movimiento.
Sujeto de deseo
Tina Modotti no solo fue atractiva por su trabajo sino por su belleza y personalidad liberal. Entre las anécdotas que se cuentan de ella es que tenía una forma muy especial de caminar, de hablar, de vestir, y hasta de bañarse desnuda en la azotea… Una especie de Marilyn Monroe caída en pleno centro de México que enamoró a muchos famosos de la época: Frida Kahlo y Diego Rivera entre ellos.
Con Kahlo se rumoró que tuvo más que flirteos, pero con Rivera era más comentado porque Tina posó desnuda para el pintor en diversas ocasiones y después mantuvo una relación con él. Una vez que dejó a Diego, se centró en su actividad política; se unió al Partido Comunista Mexicano y tuvo romances con activistas comunistas como el pintor mexicano Xavier Guerrero y Julio Antonio Mella, revolucionario cubano.
El Asesinato de este último fue una de las razones por la que fue expulsada de México, ya que ella fue señalada por ser cómplice, aunque luego fue liberada sin cargos; la razón definitiva fue otra acusación, esta vez por haber tomado parte en el intento de asesinato de Pascual Ortiz Rubio, presidente de México.
La vida sin México
Refugiada en Alemania, se hizo miembro de la Unión de Fotógrafos de Prensa; en esta etapa de su vida, el activismo pudo más que el arte y en Moscú decidió trabajar para la Cruz Roja Internacional de la URSS. En 1934 viajó a España y se topó con la Guerra Civil, donde trabajó en las Brigadas Internacionales atendiendo a niños afectados por la lucha franquista.
Cinco años después, Tina volvió a México bajo el nombre de María. Ya con el presidente Lázaro Cárdenas en el poder, se anuló su expulsión y se quedó aquí hasta su muerte a los 46 años.
Los restos de Tina Modotti descansan en el panteón Dolores, su lápida conserva un verso de Pablo Neruda:
“Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes;
tal vez tu corazón oye crecer la rosa
de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa”.
Si quieres saber más sobre esta mujer tan liberal como creativa, la escritora mexicana Elena Poniatowska escribió una biografía novelada intitulada ‘Tinísima’. También, el ya fallecido dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda tiene una obra de teatro dedicada a ella.