¿Qué es el complejo de salvador blanco?

Además de definir qué es el complejo del salvador blanco/salvadora blanca, es importante responder esta pregunta: ¿qué lo motiva y hace tan presente en medios de comunicación, plataformas digitales y movimientos sociales, políticos y culturales?

Si logramos ver lo que justifica cierta situación, también serán claros los alcances del problema. Por ejemplo, si queremos hablar de racismo, patriarcado, capacitismo o capitalismo, antes de explicar qué es, necesitamos reflexionar en torno a qué lo origina.

Hacer esas reflexiones ameritan mucha reflexión política y acompañamiento teórico y testimonial que dé cuenta de sus múltiples y violentos efectos sobre nosotres.

Primero hablemos de colonialismo

El patriarcado, racismo, capitalismo, capacitismo, especismo, transfobia y lgbtifobia, entre otros entramados de opresión, son efectos del colonialismo.

Los feminicidios, las desapariciones forzadas, la tortura, la militarización del país, la impunidad, la criminalización de la protesta, el sistema carcerlario, la desigualdad… Todo esto encuentra su explicación en la colonialidad que fundó universalmente el modelo cultural del capital como modus operandi de depredación y despojo.

El colonialismo moderno fundó un mecanismo de organización mundial con el capital en el centro. Lo que Aníbal Quijano llama la colonialidad del poder, una forma de organización en donde una supremacía blanca administra todos los recursos humanos y ambientales para la explotación y beneficio de unos pocos.

Además de la jerarquización de las vidas en importantes y no importantes en palabras de Judith Butler.

Ahora sí, ¿qué es el complejo de salvador blanco?

El complejo del salvador blanco/salvadora blanca es un comportamiento superficial en el que las personas blancas actúan como supuestos héroes o heroínas que, sin cuestionar su poder y privilegios, se ponen a sí mismes en un papel de salvadores de las personas pobres, desfavorecidas o que «no tienen voz»

El complejo del salvacionismo blanco es un tipo de colonialismo moral que tiene sus motivaciones en el cristianismo, donde sujetos blancos con privilegios de clase y raza usan sus beneficios sistémicos para construirse como salvadores y salvadoras de gente jodida, racializada y precarizada.

El salvador blanco tiene la responsabilidad de «ayudar, de regalar, de visibilizar, de hablar por, de donar». Es decir, salvar a otres sin darse cuenta que es una clase de violencia ontológica, una anulación de la agencia del otre y una lógica individualista que le pone como protagonista y recrea la diferencia colonial (término de W. Mignolo), donde hay una persona blanca moralmente civilizada y el bárbaro–caníbal que debe ser evangelizado.

¿Cómo funciona el complejo del salvador blanco/salvadora blanca?

El salvacionista blanco no cuestiona por qué existe el racismo, la desigualdad ni su posición de privilegio heredada, sino que abraza sus privilegios y capitaliza su imagen de «persona buena» para fines de publicidad personal.

Este complejo tiene muchas expresiones. Hay un salvacionismo blanco propio del marketing político. Un ejemplo reciente fue protagonizado por la influencer y funcionaria de Nuevo León, Mariana Rodríguez, quien se cortó su pelo en solidaridad con un niño que padece leucemia.

Mucha gente dirá «qué bonita acción», pero este acto no se trata de un asunto de buena fe, sino de explotación de su capital social en redes sociales para fines propagandísticos.

Otra expresión es el salvacionismo blanco empresarial. Las empresas que, por un lado, expropian, extraen, consumen y que, ante la crisis climática, deciden lanzar programas de responsabilidad social sin que haya transformaciones de fondo. Estos programas son presumidos públicamente e incluso se convierten en ganancias, ya que incluso son deducibles de impuestos y terminan acumulando aún más.

Algunos consejos de una persona anticolonial para no caer en el salvacionismo blanco

  • Organízate contra las mineras y empresas transnacionales que despojan y saquean tierras y territorios en el sur global.
  • Deja de decir que «las vidas negras, trans, indias importan», mejor suelta tus privilegios.
  • No seas racista.
  • Facilita los derechos laborales a las trabajadoras domésticas, deja de tratarlas como sirvientas y paga bien.
  • Calla y escucha. Deja de «hablar por» o de creer que puedes dar voz a alguien.
  • Da refugio y apoyo económico a personas migrantes… y no lo publiques en Twitter.
  • Cuestiona el colonialismo turístico
  • Deja de gentrificar y encarecer la vida

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