Una mujer nos cuenta cómo fue su camino para descubrir qué es el gaslighting y cómo se recuperó a sí misma después de vivir violencia emocional.
Por: Frida Pastrana
El amor es uno de los sentimientos que más nos inspiran. Hemos crecido escuchando que “el amor todo lo puede”, que “en el amor y la guerra todo se vale”. Pero muchas veces llegamos a confundir emociones que poco tienen que ver con el amor.
Me ha pasado: es difícil concebir que la persona que más amas es la misma que te está lastimando. La persona que dice chistes pesados, comentarios hacia tu cuerpo y hacia tus amistades. La persona que causa que dejes de hacer tus actividades, a veces incluso… dejar de ser tú.
El abuso emocional es una forma de violencia en donde una de las partes es descalificada, humillada, discriminada o manipulada de tal forma que impacta sobre su integridad psíquica y emocional.
Como consecuencia, es posible desarrollar trauma psicológico, ansiedad, depresión o síndrome de estrés post-traumático Algunas de los disfraces que tiene este tipo de violencia pueden ser bullying, acoso, o gaslighting (luz de gas).
Así supe qué es el gaslighting
En mi caso, me tomó cuatro años de relación el darme cuenta que estaba siendo víctima de esto.
En terapia fue la primera vez que escuché el término “Gaslighting”. En pocas palabras, este es un tipo de abuso donde se manipula a la víctima de tal forma que duda de su propia percepción de las cosas, acciones o pensamientos.
El abusador pone a la víctima a su merced y merma su confianza y sentido de la realidad. El término viene de la obra de teatro Gaslight, en la que un hombre usa luz de gas para hacerle creer a su esposa que se está volviendo loca.
Mi terapeuta me lo explicó así: “la otra persona te vomita todo lo que trae dentro y a veces uno queda como la cubeta, tanto que te drena” y también, “nos acostumbramos a recibir tan poco, que la mínima muestra de amor es idealizada por nosotros”.
Y básicamente así se siente, pero ¿por qué nos cuesta tanto darnos cuenta?
Muchas veces se trata de validar nuestras propias emociones. Distinguir que algo no anda bien, que no es normal el comportamiento de nuestra pareja y la forma en la que nos hace sentir.
10 signos del gaslighting
Para reconocerlo, te comparto una lista de focos rojos que me hicieron cuestionarme mi realidad y que coinciden con los que menciona la especialista Robin Stern en este artículo.
- Te preguntas muchas veces al día si estás sobrereaccionado o incluso si estás “loca”.
- Confundes la realidad.
- Siempre pides disculpas, a pesar de que muchas veces la responsabilidad no te corresponda a ti.
- Excusas el comportamiento de tu pareja.
- Sientes que algo está mal, pero no sabes en concreto qué.
- Te cuesta trabajo tomar decisiones.
- Cuestionas tu valor propio y si es tu culpa que las cosas no estén saliendo bien.
- No te sientes como la misma persona que eras antes.
- Poco a poco te separas de tus amigos, familia o la gente con la que convivías.
- Aumentan tus niveles de ansiedad.
A pesar de que estos puedan ser indicadores de otros síndromes, la diferencia recae en que tu pareja, que es quien refuerza estas creencias, e incluso las promueve en la relación.
La dinámica de poder es difícil de descifrar y muchas veces dudamos de nuestra intuición. Sin embargo, es posible salir de este círculo vicioso.
Según las personas expertas, la principal acción que puedes tomar para confrontar este problema es la conciencia emocional (reconocer que algo no está bien) y después, buscar ayuda.
5 maneras de recobrar tu fuerza
Estos son algunos de los consejos que recomiendan los expertos para poder comenzar a actuar al respecto:
- Practica el mindfullnes: Reconocer y validar nuestro sentido de la realidad sin ser cuestionados ni refutados. Comienza por observar la realidad física que nos rodea (espacios como nuestra casa, los objetos que nos rodea, incluso el clima) y ver cómo se siente nuestro cuerpo
- Observar nuestras emociones y el comportamiento de nuestra pareja: Puede ser dentro de un cuaderno, las notas de tu celular. Literalmente, llevando cuenta de las acciones de la otra persona y cómo nos hacen sentir
- Investigar más al respecto: Puede ser a través de podcasts, libros, artículos en revistas. Esto sirve para sentirnos acompañadas y comprender que no es normal lo que estamos viviendo, pero que es posible salir de ahí
- Buscar ayuda profesional: Acudir a terapia es la mejor opción. Pero también puedes solicitar ayuda psicológica gratuita en los siguientes sitios y líneas telefónicas: la Línea Psicológica de la UNAM, Sistema Nacional de Apoyo, Fundación Origen, Asociación de Psiquiatría y Locatel (por mencionar algunos). También puedes realizar una búsqueda por internet de acuerdo a tus necesidades y ubicación.
- Si puedes… ¡Platícalo con alguien más! Háblalo con alguna amiga o persona cercana que nos escuche sin juzgarnos
Por último, recuerda que tus emociones son válidas, si algo no se siente bien, probablemente sea porque no está bien. Si es amor, no tiene por qué hacerte menos, o por qué lastimar.
El abuso emocional sigue siendo abuso y una forma de violencia que puede poner en peligro incluso tu vida. No estás sola y recuerda que eres muy fuerte y capaz para poder enfrentar cualquier situación por la que estés pasando. ¡Abrazo!